Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Yoga 7 PDF
Yoga 7 PDF
Las series de yoga bien realizadas y compensadas siempre nos darán salud y fortaleza.
Y el control de la respiración nos equilibrara mental y emocionalmente, esto es así, ya que
aunque no creamos en vidas pasadas ni futuras, por lo menos creeremos en la que estamos
viviendo actualmente.
La práctica de los cinco preceptos que nos brinda el budismo, proporcionan bienestar
a todos.
1. Abstenerse de matar, respetar la vida. No dañar, ni con nuestro pensamiento, ni con nuestra
palabra, ni con nuestra acción, a ninguna criatura viva. Tenemos que ser especialmente
conscientes de todos los seres vivos que pueblan nuestro mundo, y cultivar un sentimiento
de atención y respeto hacia todos ellos.
4. Abstenerse de una conducta sexual impropia, observemos con que frecuencia aparecen en
nuestra mente pensamientos y sensaciones de carácter sexual, observemos el estado asociado
a ello, el amor, la compulsión, el cariño, la soledad, la necesidad de comunicación, la
agresividad, la pasión, etc. Practiquemos la sexualidad consciente.
Todo esto nos ayudará a que nuestras meditaciones sean más fructíferas.
Hay dos maneras de vivir tu vida, una como si nada tuviese sentido, otra, como si
todo fuese un milagro.
“Conocer al hombre es conocer a Dios.
Conocer a Dios es conocer el hombre.
Estudiar el Universo es estudiar a Dios
y al hombre; porque el Universo es
la expresión del pensamiento divino
y el universo se refleja en el hombre.
El conocimiento es necesario únicamente
para que el Ser se libere y pueda
conocerse a Si Mismo”.
Annie Besant.
RESPIRACIONES FINALES
Esto le dará a la serie una calidad de conciencia y de presencia, que como ya sabemos,
es lo que se busca en el yoga. Ya que cuando perdemos nuestra atención, nuestra práctica se
vuelve mecánica y por lo tanto ya no estamos haciendo yoga. Así pues, para una buena
calidad de nuestra práctica y nuestra vida, permitamos que nos envuelva la respiración.
Según la tradición, yóguica los principales componentes del universo son: éter, prâna
y akhasa. El éter, es la sustancia del cuerpo físico y etérico. El prâna, del energético y el
astral. Y el akhasa sería la del cuerpo mental y el causal. Éstos son todos mundos sutiles que
están ampliamente interrelacionados, y no los percibimos con el ojo físico, porque si no
vemos el éter, aún menos veremos lo superetérico, lo subatómico y lo atómico. El éter está
catalogado como elemento, y la ciencia lo define como, “fluido invisible en el que se mueven
las ondas electro magnéticas, entre ellas la luz”, como tal inunda todo el espacio.
Los cuerpos que animan al ser, son el físico, el emocional y el mental. En estos tres
cuerpos es donde ahora habitamos, y si conseguimos avanzar tiene que ser mediante ellos,
ya que aun existiendo otros planos de conciencia, es en estos tres donde podemos actuar. Es
en el cuerpo físico donde nos reconocemos como “yo”, nos identificamos y no creemos que
pueda existir nada más. Pero también está el mundo emocional y el mental, es en estos tres
donde gira la rueda de la existencia humana.
La cita de Annie Besant, nos dice, que el conocimiento es únicamente necesario para
que el Ser se libere. Pero, ¿de qué se tiene que liberar el Ser? De lo que nos tenemos que
liberar es de la mente egoica e inconsciente. Y esto solo lo podemos hacer a través de la
mente, impidiendo que esta se regocije con el pasado o se proyecte en el futuro. Es solo en
el momento presente en el único lugar que podemos vivir, ya que la vida se da aquí y ahora.
Lo que sucede, sucede ahora, ni antes ni después, es ahora cuando respiro, es ahora
cuando la vida me llega.
Para lo único que nos tenemos que reconocer es para ver que yo no soy eso, y que hay
una envoltura más sutil, más profunda. Incluso cuando se encuentra la misma esencia divina,
se anula totalmente la conciencia del “yo” y se entra en un plano más elevado en el que se
percibe que “yo soy tu, todo una unidad, no existe dualidad”.
Pero mientras nos identifiquemos con este ego inferior nos seguirá dando miedo su
disolución, para ir quitando un poquito este miedo, es importante tener un discernimiento
entre lo real y lo irreal. Como dice el Bhagavad Gîtâ en su segunda estancia verso 16, “Lo
irreal no tiene ser, lo real nunca deja de ser”.
“El alma del hombre es inmortal, y su fruto es el fruto de una cosa cuyo desarrollo y
esplendor no tiene límite. El principio que da vida en y fuera de nosotros es imperecedero y
eternamente benéfico; no se lo oye, ni se lo ve, ni se lo huele, pero es percibido por el hombre
que desea percepción. Cada ser humano es su propio legislador absoluto, su propio
dispensador de gloria o de sombras; quien decreta su vida, su recompensa y su castigo. Estas
verdades, grandes como la vida misma, son tan sencillas como la más sencilla de la mente
humana. Dese el alimento del conocimiento a todos aquellos que ardientemente lo ansíen”.