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Teorias del cuento I
Teorias de
los cuentistas
LAURO TWALK (COMP)
Selecci6n, introduecién y notas de
i ae LAURO ZAVALA A.
nO e PARA EL ESTUDIO
Textos de Difusion Cultural
Serie E] Estudio 7
Usiverstoap NactonaL Aur6xoMA De México {3 |
| Céordinacién de Difusién Cultural/Direccién de Literabti
BIGLIOTEGA CENTRAL,INTRODUCCION
Este volumen es el primero de una serie de cinco tomos
en los que he recopilado algunas de las mas
teorias del euento. Esta recopilacién esté dirigida a los
Jectores del género, a los especial itas, a los creadores, a
los aficionados a la brevedad y, sobre todo, a los curiosos.
Aqui no se debaten —al menos explfcitamente— las
“|, diferencias en el empleo de términos como “ficeién” y “na-
“cuento” y “relate” 0 incluso “cuenta” ¥ “euento
embargo, los escritores incluidos en esta re-
copilacién eseriben siempre sobre el llamado “quento li-
2 terario” o “cuento modemno”, términos estos que se refleren
# un género distinto del “cuento de tradicién oral",
La. prineipal caracteristica estructural del cuento clési-
0, ya establecida por Poe en 1849, sigue siendo la unidad
de imnpresién, lo cual facilita que wi euento pueda leerse de
tna sola vez, en menos de dos horas: precisamente el tiei-
Po que requiere para'ser’vista una pelicula de ficeiin.
Los criterios de seleccién y ordenacién de los mate-
vriales han sido los més sencillos. Por orden cronoldgico
Portada: Vietor Rodrigues Pérex
Primera edicin, en coediién con in UAM/X, 1993
‘Segunda edicldn, 1995
ISBN 968-96-252X Teor
| ISBN 968-90-2331-X Teorias de
X amotidited Atl) |
d.-_ssoutech deneANTON CHEJOV
LA TECNICA DEL CUENTO™
(Fragmento de una carta a Alexander P. Chéjov,
abril 1883)
Le pones poea atencién a las pequefieces en tus cuentos
| no obstante que, por naturaleza, no eres un eseritor sub:
| jetivo. Dejar de lado esa subjetividad resulta tan facil co-
mo tomarse una copa. Pero sé requiere ser més honesto,
lanzarse por la borda donde sea, no interponérsole al hé-
roe de.nuestra novela, rentinciar a, uno mismo aunque
sea. durante media hora. Escribes un cuento en el que
una pareja de jévenes recién casados se besan durante
toda la cena, se duelen sin razén y derraman torrentes
de lagrimas, Ni una palabra sensata; puro sehtimenta-
lismo. No eseribiste para el lector, Escribiste porque dis-
frutas ese tipo de parloteo. Pero imagifiate que tuvieras
“Anton Chéjov: Fragnentos dé divarsaa carta, escritas entro 1883 y 1695, in-
en Ia recopilacién publicada bajo el titulo Leters
Drama, andl Other Literary Topic, Bd, Loi
19y
que describir la cena, e6mo comfan, cémo era el eocinero,
qué tan insfpido era tu héroe, qué tan contento estaba
con sv negligente felicidad, qué tan insfpida era.tu he-
rofna, qué tan ridiculo restilta su amor por ese glotén
con una seivilleta amarrada al cuello. A todos nos gusta
mirar a la gente contenta, es verdad. Pero describirla,
doscribir lo que dijeron y cudntas veces se besaron no re-
sulta suficiente. Se requiere de algo més: libérate dela
expresién personal que una plécida felicidad melosa.pro-
duce en todos nosotros... La subjetividad es algo terrible.
Es negativa sobre todo en esto: que deja ver las manos y
los pies del_autor. Te aseguro que todas las hijas de los
ministros religiosos y las esposas de los oficinistas que
leen tus obras deben estar enamoradas det, y si fueras
aleman beberias gratis en las cervecerfas donde sirven
las mujeres. Si no fuera por esa subjetividad seriasel
mojor de los artistas. Sabes ‘efr, punzar y ridiculizar,
posees un estilo claro, has vivido, has visto mucho, poro
Iéstima, has desperdiciado tu material...
(Fragmento de una carta a Alexander P. Chéjov;
mayo 19, 1866)
En mi opinién una deseripcién. auténtica de la naturaleza
_ debe ser.muy breve y tener un efecto determinante. Luga-
res conitines tales como “el sol se baflaba sobre las olas del
mar que s¢ oscurecia vertiendo su oro morado”, ete. o “las
golondrinas que volaban sobre la superficie del agua gor-
jearon alegremente..” deben desecharse, En las descripcio-
nes de la naturaleza uno debe coricentrarse sobre los
detalles, agrupdndolos de tal modo que, al leerlos y cerrar
Jos ojos, se obienga’ hia imagen de lo descrito.
<6 Nov fea
Por.ejemplo, puedes lograr el efecto totalizante de un
claro'de luna’si escribes que en la poza de un molino ol
inte de una estrella ilumin6 el euello de una
sombra negra y. rotunda'de un perro o
1n Jol ecié y corrié, etc. La naturaleza logra adqui-
rir vida propia si comparas Ios fenémenos con activida-
des humanas comunes y corrientes, ete.
Ena esfora de lo p ica los detalles son también
la norma, Dios nos libre de los lugares eomunes. Lo me”
Jor es evitar la deseripeién de lo que ocurre en la
mente
del héroe; eso debe quedar claro a partir de las acciones
del Protagonista, No es neeesario ontar con muchos per-
sonajes. El centro de gravedad debe perso-
sonsies. Blea recaer en dos perso-
Te escribo esto como un lector que tiene un gusto de-
finido, También para que cuando escribas no te sientas
solo. Sentirse solo en un trabajo resulta muy duro. Mejor
una critica adversa que ninguna critica, {no es cierto?
(Fragmento de una earta aI, L. Scheglow,
enero 22, 1888)
iHombro de poea fel Deseas saber cules gon los errores
que encontré en tu “Mignon”: Antes de que te los comente
te advierto que se trata de tntereses téenicos més que de
critica literaria. Solo un eseritor, que no un lector, puede
apreciarlos."Hélos aqui: me parece que ti, un autor escra.
ppuloso y desconfiado, por el témor de que tus personajes no
queden bien definidos, te has vuelto muy dado a desecip.
ciones exageradamente detalladas, Bl regultado ‘es un abi-
garramiento de efectos que dafia la impresién general
Para sefialar qué tanto nos puede afectar la mi
veces, pero desconfiando de la habilidad del lectorcaptar lo que intentabas decir, te lanzas con entusiasmo
a describir la psicologia de tu Feodrik; la psicologta fun-
ciona, pero entre amare, morire y el balazo, puesto fuera
de tiempo, le das la oportunidad al lector de recuperarse
del dolor de amare, morire antes de llegar a la escena
del suicidio. Pero no puedes darle la oportunidad al lec-
tor de recuperarse: debes mantenerlo todo el tiempo en
suspenso: Estos comentarios no serian pertinentes, si
“Mignon” fuera una novela. ‘Las obras extensas y deta-
Hadas poseen sus p:
ren de una ejecucién mas
‘cuenta la impresién total. Pero en los cuentos es mucho
{que no sé por qué...
(Fragment de una carta a A. 8. Souvorin,
octubre 27, 1888) ;
‘Me egcribes que el héroe de mi “Fiesta” es un personaje
que debe desarrollarse. ;Dios mfo! No soy un desalmado,
Comprendo que degiiello a mis personajes, que los echo
a perder y que desaprovecho una buena parte de mi ma-
terial... Sobre mi conciencia te juro que le hubiera dedi-
cado seis meses a “La fiesta”. Me gusta hacer. Jas.cogas
con calma y no me atrae publicar al vapor. Yo quisiera
haber descrito, con placer, con sentimiento, eon tranqui-
Vidad, todo lo.concerniente a mi héroe: describir el estado
de su mente mientras su esposa se va a trabajar, el jui-
cio del que es objeto, la desagradable sensacién que tiene
una vex que lo condenan; hubiera descrito a la comadro-
na y a los médicos bebiendo #6 a medianoche, la Iluvia...
Esto no me hubiera proporcionado:naila mas que placer}
porque yo disfrito el dolor y, la holgazaneria. ePero qué
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iba a hacer? Empecé el cuento el 10 de septiembre con la
idea dé que lo deberfa terminar el 5 de octubre a més
tardar; de no ser asi dejarfa mal al editor y me quedarfa
sin el pago. Al principio me dejo ir y eseribo con tranqui-
lidad; pero a la mitad me empiezo a amilanar y temo que
mi cuento esté demasiado cxtenso: debo tener en mente
que el Sieverny Viestnik no dispone.de mucho dinero y que
yo soy uno de sus colaboradores caros, Es por ello que los
principios de mis cuentos son muy promisorios y dan la
idea de que estuviera iniciando una novela; Ja parte de
en medio es timida y apresurada y ol final es, como en
un breve apunte, todo un fuego artificial. (De modo que
al planear un cuento uno se va forzando a pensar prime-
ro en la estructura: de un grupo de personajes principa-
Jes y secundarios uno elige a una’ persona: el marido ola
mujer; a coloca sobre el lienzo y Ia pinta sola, engrande-
ciéndola mientras los otros personajes se distribuyen so-
bre la tela como moneditas. Y el resultado es algo como
la boveda celeste: una enorme luna con muchas estrelli-
tas alrededor. Pero la Luna por sf sola no constituye un
logro ya que s6lo se puede comprender si las estrellas”
son inteligibles también y las estrellas no estuvieron
bien resueltas? Asf que lo que hago no os literatura sino.
algo como el remiendo en un abrigo. {Qué debo hacer?
No lo sé, no sé sino confiar al tiempo que cura todas las}
cosas. /
Otra vez sobre mi conciencia: atin no he iniciado mi
trabajo literario aunque ya haya ganado algdn premio,
Los temas de cinco cuentos y dos névelas se adormecen
en mi mente. Una de las novelas la concebf hace mucho,
y varios de mis personajes se han envejecido sin que ha-
ya logrado eseribirlos nunea. En mi imaginacién hay un
batallén entero pidiendo salir y en espera de las palabras
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|de accién. Todo lo que he escrito hasta ahora es basura
en comparacién con lo que me gustaria escribir y escribir
apasionadamente. Me da igual escribir “La fiesta” o “La-
-tin-vodevil 0 una carta’a’ un amigo: me resulta
aburrido, hueco, mecdnico y me molesta |: partancia:
que ciertos erfticos le adjudican a “Luces”, por ejemplo.
Me doy cuenta de que engafio a mucha gente con mi
obra como engaiio a otros con mi cara, que puede pare-
cer indistintamente seria o jovial. No me gusta el éxito.
Los temas que descansan en mi mente estan molestos,
‘colosos de lo que he escrito. Me temo que la basura os
que ha salido y las cosas mejores se han quedads
das... puede parecer exagerado y:mucho de lo que digo es
sélo parte de lo que imagino, pero hay algo de cierto on
ello, una buena parte, {A qué le Hamo bueno? Las imé-
genes que me parecen mejores, las que més celo y amo,
Tas gasto y desperdicio a causa de alguna sta” que
escribo contra el tiempo... Si imi amor estd equivocado yo
estoy mal pero jtal vez no esté tan equivocado! O bien
soy un tonto y un farsante o en realidad soy un organis-
mo capaz de llegar a ser un buen escritor. Todo.lo.que
escribo ahora me disgusta y me aburre, pero lo‘que se
queda éfi"mi‘mente me interesa, me entusiasma y me
mueve, de donde concluyo que todo e, mundo hace la‘co-
a equivocada y s6lo yo poseo el secreto para hacer lo de-
bido, Casi todos los escritores piensan asf. Pero el mismo
iablo-se romperfa la cabeza tratando de resolver estos
problemas...
(De una carta a. ‘ouvorin, abril 1, 1890) >
‘Me reclamas mi objetividad, llamandola indiferencia ha-
cia el bien y hacia el mal, falto de ideales y de ideas y
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quién sabe qué cosa més, Té querrias que cuando deseri-
bo a los abigeos dijera: “Robar caballos est mal. Pero
eso s¢ sabe desde hace mucho it
Dejemos que el jurado lo juzgue; mi
te mostrar e6mo es la gente: Yo eser
bre unos abigeos, as{ que déjame d
t irte que no se trata
de limosneros sino de gente bien alimentada, gente que
tiene un culto especial y que el robo de caballos no es s6-
Jo un robo sino una pasién. Por supuesto que seria pla-
centero combinar el arte con el sermén pero para mf
personalmente es muy dificil y casi imposible debido a
las condiciones técnicas. Verds: para describir lo que son
los ladrones de caballos en setecientas Iineas debo ha-
blar y pensar todo el tiempo en su tono y sentir su espi-
ritu, de otro modo si me meto subjetivamente con ellos,
Ja imagen se hace borrosa y el cuento no serd tan com-
pacto como deben ser los cuentos, Cuando eseribo confio
plenamente en que el lector afi 98 elementos subje-
tivos que estén faltando en el cuento!!
(De una carta a E. M.S., noviembre 17, 1895)
Lef tu cuenta con gran placer. Tu mano ha adquirido segu-
ridad y tu estilo ha mejorado, Me gusta el cuento salvo el
final, al que, para mi, le falta fuerza... Pero éste es un pro-
blema de gusto que no es tan'importante, Si uno va.a ha-
blar sobre fallas en un cuento no es posible limitarse a los
detalles. Tienes un defecto que, en mi opinién, es el si-
guiente: no corriges tus cuentosy por consiguiente se ven
floridos y sobrecargados! Tu obra carece de la coneisién
-que le da vida a las obras breves. Hay habilidad en tus
cuentos; hay talento, sentido literario, pero poco arte. Lo-
gras reunir a tus personajes de manera correcta pero noplasticamente. O bien eres demasiado perezosa o no te
atreves a quitar de un plumazo aquello que no contribu-
yeval cuento."Para esculpir un rostro en una pieza de
marmol es necesario quitar todo aquetlo que noes la ca~
ra,-{Meventiendes? Hay ademas dos 0 tres expresiones
raras que te he subrayado.
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MICROTEOR{AS ¥ DECALOGOS