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Guion Argu FINAL
Guion Argu FINAL
Sebastián 1: ¿No se ha dado cuenta de que cuando se habla de política aquí en Colombia,
siempre es pura quejadera? ¿Qué pasará con nuestros mecanismos electorales, que siempre
terminan escogiendo a los peores candidatos?
Le tengo la respuesta: aquí en Colombia no escoge la mayoría, sino los pocos ciudadanos
que se dignan a votar.
Tomemos como ejemplo el conocido plebiscito que se convocó el 2 de octubre de 2016. No
bastó con la propaganda, con los constantes llamados para que la población votara, ni
siquiera el dolor que existe por un conflicto que duró más de 50 años. La gente igualmente
no votó. La abstención en la votación del plebiscito fue del 62, 59 %, la más alta registrada
en los últimos 22 años.
Pero le traigo más datos: según un estudio realizado por la Universidad Sergio Arboleda en
2013, Colombia es el país con mayor abstención en la región.
Es más, que la gente no votara en el plebiscito era lo único seguro para los analistas. Y es
que las cifras son claras, en Colombia la abstención está subiendo como espuma. Esto se ve
en los resultados del plebiscito: el sí obtuvo un 49,78 % y el No un 50.21%. Sin embargo,
el verdadero ganador fue la abstención, con un 62,6% de los votantes habilitados.
¿Cómo un país tan devastado y dolido por la guerra puede ser del mismo modo tan
indiferente a un plebiscito sobre el rumbo que tomaría el conflicto?
Pau 1: Las razones pueden ser varias. Principalmente, es común escuchar que la gente cree
que su voto es insignificante, y por ende no hará ningún cambio. Un país que se
autodenomina democrático está dejando de creer en su capacidad para escoger. También, la
población puede no creer en sus dirigentes, y prefiere no votar, aunque para eso existe el
voto en blanco. La abstención no es una forma de protesta, sino una forma de darle a los
otros la facultad de decidir por uno.
Mejor dicho: Si queremos demostrar nuestra inconformidad o nuestra aprobación al
gobierno ¡La única solución es votar! Pero, en Colombia ¿Cómo hacemos que tanta gente
vote? En una sociedad como la nuestra es necesario poner leyes de por medio. Esto
significa establecer el voto como obligatorio.
Por eso, el ministro del interior Juan Fernando Cristo propuso hacer del voto una
obligación, es decir, impartir sanciones o multas a aquellos ciudadanos que no voten. Aquí
la pregunta que surge es: ¿Debe implementarse el voto obligatorio en Colombia? Creemos
que sí y por eso, les mostraremos nuestros argumentos para decir que el voto en Colombia
debe ser obligatorio para mayores de 18 años.
Sebastián2: Primero debemos tener claro qué es y cuál es el papel del voto. El voto o
sufragio es un mecanismo de participación ciudadana a través del cual el
pueblo manifiesta su opinión o su posición sobre diferentes aspectos. Por ejemplo, los
referendos, plebiscitos y consultas populares son convocados por el gobierno para
determinar las medidas que se tomarán a partir de las decisiones de la población.
Pau2: En Colombia cuando cumplimos los 18 años obtenemos el beneficio de ser
reconocidos como ciudadanos ¿Esto qué quiere decir? El Estado reconoce nuestro derecho
del voto. En otras palabras, somos reconocidos como personas que tienen la capacidad de
elegir a sus representantes y de ser elegidos. En ese sentido, el voto se convierte en una
forma de comunicarle al Estado si se está de acuerdo o no con sus decisiones, además
de elegir a las personas que quieren que los representen.
Juanita1: Un ejemplo claro de esto fue la séptima papeleta mediante la cual se preguntaba
a los colombianos si querían hacer un plebiscito para cambiar la constitución. Gracias a esa
primera votación, se convocó al plebiscito en el que se preguntaba a los colombianos si
querían o no realizar el cambio, nuevamente el voto del pueblo colombiano expresó su
voluntad al ganar el sí. En ese momento, el gobierno debió tomar medidas y convocar a una
asamblea nacional constituyente para hacer efectivos los resultados.
A partir de este ejemplo se observa que el voto es importante dentro de los diferentes
escenarios de la vida política de un país. Dicho de otra manera: el voto representa la
voluntad de una mayoría y permite a los gobernantes tomar medidas.
Pau4: Otro argumento, es que el voto obligatorio ayuda a que el gobierno tenga en cuenta a
los sectores que muchas veces se abstienen de votar y que, en su mayoría, corresponden
a las minorías.
Estudios como los de Fowler y Singh señalan que la abstención es más alta entre los
sectores más pobres, las mujeres, los grupos sociales discriminados y los habitantes de
zonas apartadas, (Garavito, 2017).
Aun así, no podemos obviar que, en un país como Colombia, donde nuestros políticos están
acostumbrados a comprar votos, no aprovecharían esta situación para comprar votos entre
las minorías. Así, se reconoce que el voto obligatorio debe ser un proceso paulatino
y cumplir con ciertas condiciones, entre ellas: que el votante sea reconocido como
ciudadano, mayor de 18 años. También, el Estado debe brindar transparencia en el conteo
de votos y estrategias rigurosas que garanticen que los resultados
obtenidos efectivamente influirán sobre el gobierno.
Juanita 3: Pues en un país como el nuestro dónde la violencia política marca la pauta a la
hora de votar, el voto obligatorio establece una responsabilidad del individuo con
el Estado, pero a su vez, el Estado debe de ofrecer garantías al individuo. Así, ¿por qué no
pensar en estrategias que aseguren al votante la confidencialidad y el respeto por su voto?
En una sociedad como la nuestra se requieren también de entes que vigilen las campañas
electorales para evitar la compra de votos. Y un cambio en los medios de elección, por
mecanismos que acepten una única respuesta y que no dejen evidencia de cuál fue la
elección del sujeto.
Sebastian final: Un contraargumento que podría surgir en contra del voto obligatorio es que países
insignia como Estados Unidos no han recurrido a este, y sin embargo son las democracias más
sólidas del mundo. Sin embargo, debemos recordar que nosotros no somos Estados Unidos, que
en este país ya existe una tradición y una cultura democrática que impulsa a las personas a votar y
a sumergirse en temas políticos para hacer valer su voz mediante el voto.
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