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Incertidumbre, Angustia y la ética de la

intervención en Salud Mental.

Los memes, como formas del witz, tiene la posibilidad de nombrar eso que se nos escapa,
conjugando el efecto del chiste, el morbo y la verdad, que como tales solo pueden ser dichos a
medias.

El día de hoy, las pantallas ocultan que toda verdad es una pantalla, donde los marcos se disuelven
y los sujetos no sabemos de que lado del marco estamos mirando, si adentro o afuera.

Hoy los videos de los barrios ensayan el funeral de Sergio Denis, las imitaciones y el humor negro.
Los noticiosos (como los llama Mafalda) siguen al pie, en vivo y con carteles de advertencia los
números del Covid-19, con los colores del semáforo nos indican como sentirnos ante esos
números. Del rojo muerte, al amarillo peligroso y el verde esperanza. Pero esos mismos números
nos eran un seguimiento y cuantificación de las preocupaciones cuando nos creíamos más libres;
esos números habían sabido ser riesgo país por el 2001, precios de la venta de dólar en 2015, o
por dan un ejemplo más local, nivel de reserva de agua para la ciudad de Comodoro y Rada Tilly.

Pero ¿por qué seguir esos números? Porque tienen la pregnancia de la verdad, la ciencia, el saber
del conocimiento que me falta. En el último número de virtualia (N°38) Eric Laurent (2020) relata
cómo desde la misma información científica distintos países, a través de sus comités, tomaron
decisiones opuestas. Pero este articulo no busca una discusión sobre el saber científico, sino
invitar a pensar, qué es lo que buscamos en la frenética búsqueda de la información y los efectos
al no encontrar una verdad absoluta que confiábamos hallar.

Otro ejemplo claro, ha sido la información que han publicado sobre la “la OMS afirmó no tener
evidencias de que el virus se contagie a través de objetos” y más allá de detalles o poder explicar a
toda la población como se produce el saber científico, se busca en la pantalla lo que la pantalla
siembre nos vendió que era la realidad. Quienes habitamos este campo de la salud mental,
sabemos que ningún discurso científico puede garantizar completamente el aliviar las angustias
del sujeto (Laurent 2020)

Pero es en esta última línea, quizás venga mi intento de hilar los retazos anteriores, es el meme, el
numero de la placa de TV, la revelación del video de la red social, la espera del anuncio de los
tiempos de la vacuna, formas de hacer con lo imposible de soportar. Hoy quizás parece mas
absoluto, de mayor igualdad, de todos ante el sufrimiento del Covid-19, pero no es así. Si lo
pensamos, no es muy diferente a como lo hacíamos antes, siempre hemos estado frente a algo
que era imposible de soportar, la vida de cada uno de nosotros no es otra cosa que la historia, la
construcción singular (para cada uno) de como hacer, de qué hemos podido hacer frente a lo que
nos es insoportable. Con que este mal tenga un nombre en común, no aúna el sufrimiento ni su
solución, no es lo mismo el que hacía con eso con el arte, con el deporte, en un fármaco, con el
casino o con el cigarrillo, etc.
Estas formas del malestar, y su tratamiento en las ultimas décadas han ido prescindiendo del otro,
en aras del individualismo y del self made, nos salteamos que somos y seremos con relación al
otro, y que eso, indefectiblemente es una forma de ética del cuidado.

Y en este sentido, qué puede ser, la Salud Mental, ¿sino las formas que toma una sociedad de
cuidado sobre el otro? Y sobre todo de eso que me resulta intolerable del otro

Lic. Sebastian Nuñez

Psicólogo MP0596

Coord. RISMC

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