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Sebastian Eduardo Adasme Favreau

Universidad Alberto Hurtado


Departamento de Sociología
Introducción a la Sociología

Examen Final Introducción a la sociología

Instrucciones:

Lea atentamente las siguientes preguntas. Responda las tres preguntas formuladas.
Máxima extensión por pregunta: 1000 palabras por pregunta.
Recuerde CITAR cuando corresponda (identificando autor, publicación, año).

En el informe Panorama Laboral 2010 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)


(http://intranet.oit.org.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=1972&Itemid=1155&limit
=1&limitstart=1 ), en el anexo estadístico, cuadro 7: “América Latina: población ocupada urbana
según rama de actividad económica y sexo. 2000, 2005, 2006, 2007, 2008 y 2009”, hay
información sobre la evolución de las ramas de actividad económica en la región y sobre cada
uno de los países de América Latina. Analice para el caso de Chile lo siguiente:

1. El proceso de transformación del mercado laboral, a partir de la idea de sociedades


postindustriales, analizadas en los textos de Bauman y Bell.

2. Desde una perspectiva de género, analice la situación de las mujeres en el mercado


laboral chileno, utilizando el enfoque entregado por Saskia Sassen.

3. Identifique en la sociedad actual un ámbito donde sea posible observar el ejercicio de lo


que Foucault denomina la microfísica del poder. Analice en qué medida se emplean las
técnicas de la disciplina que él describe. ¿Qué critica formularía al enfoque del
disciplinamiento que formula el autor? Fundamente.

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Para delinear primero el proceso de transformación del mercado laboral chileno,


hagamos unas interpretaciones del anexo estadístico: es apreciable que son dos las
ramas principales en la actividad económica total (basado en la población urbana que se
ocupa en ellas); por un lado se encuentra el comercio, que va en un aumento constante
pasando de un 18,8% a un 20,1% (desde el año 2000 hasta el 2009); y por otro lado,
están los Servicios comunales, sociales y personales, que si bien para el año 2009 se
ubica en la mayor ocupación con un 27,7% del total nacional, se debe considerar que
para el año 2000 ese porcentaje era de un 28,1%, es decir, se ha concretado una baja
paulatina y constante. En esto último, con mayores datos y estudios se podría llegar a
afirmar si esa tendencia se mantendría y tales servicios disminuirán y será el comercio
el que albergue la mayor ocupación urbana.

Cabe destacar también, que la rama de la Agricultura, pesca y minas presenta un


decrecimiento (de un 15,2% en el año 2000 a un 12,6% para el 2009), mismo
decrecimiento que se encuentra en la Industria manufacturera (14,3% a un 12,9%). Y
acá nos evocamos a la historia de Chile para ver una señal fuerte del proceso de
transformación económica, puesto que nuestro país ha pasado por épocas en donde la
mayor ocupación ha estado en las actividades primarias.

El Transporte, almacenamiento y comunicación se ha presentado casi constante en los


diez años que presenta la tabla (8% a un 8,3%), y para el año 2009 presenta igual
porcentaje de ocupación que la Construcción, la que ha desarrollado un aumento en la
ocupación (desde un 7,3% a un 8,3%). Junto a estas, los Establecimientos financieros
han entablado un constante aumento, pasando de ser un 7,7% en el 2000, a un 9,5%
para el 2009. Las tres ramas anteriores presentan un aumento y se pueden vislumbrar
una constancia en los años venideros.

Ahora bien, Daniel Bell, en el capítulo De los bienes a los servicios: la forma
cambiante de la economía1, nos presenta el paso de las sociedades pre-industriales2 a las
industriales3 y finalmente a una post-industrial4. Ligando los datos del anexo con las
nociones de estas sociedades, comprendemos que la transformación del mercado laboral
chileno se aprecia a una post-industrialización: una sociedad post-industrial se basa en
los servicios5 nos dice Bell, y tanto el Comercio como los Servicios comunales, sociales
y personales (los principales en las ramas económicas) se enmarcan en ello, agregando
también el constante aumento de los Establecimientos financieros y Transporte,
almacenamiento y comunicación. De lo anterior, extraemos que de las ramas presentes
en la tabla, para el 2009 un 65,6% se enmarcan en lo que se puede denominar servicios.

Pero señalar que Chile ha pasado a ser una sociedad post-industrial resulta apresurado;
nuestro país sigue teniendo actividades de índole extractiva propias de lo pre-industrial,

1
Bell, Daniel. El advenimiento de la sociedad post-industrial. Primera edición (reimpresión). Madrid,
España. Alianza editorial. 1986. P. 147
2
Ibíd. P. 150
3
Ibíd. P. 151
4
Ibíd. p. 152
5
Ibíd.

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y, sumado a la fabricación de bienes (industrial), suman para el año 2009 un 34,4%.


Entonces, en el mercado laboral chileno, si bien su ocupación urbana es mayor en los
servicios, pero sigue dialogando marcadamente con extracción y bienes ¿cómo se puede
catalogar éste proceso de transformación laboral? ¿Es posible que los tres procesos de
sociedades (pre-industrial, industrial, post-industrial) puedan desarrollarse, simultánea y
equiparadamente, para así converger en sólo un mercado laboral que de las falencias
cree su eficacia?

Basándonos en las dimensiones de una sociedad post-industrial (las que Bell plantea),
Chile tiene desarrolladas varias de ellas: está en pleno cambio de una economía de
bienes a una de servicios; se distribuye la ocupación de los servicios y las profesiones a
modo de mejor organización nacional; se da cada vez más cabida al conocimiento
teórico y profesionalización de la sociedad; la tecnologización es cada día más evidente;
hay un constante desarrollo de sistemas para manejar y gestionar información y
conocimiento.

Si bien se pueden consignar como desarrolladas o en vía de ello, al dialogar con la


extracción de diversos recursos y cierta elaboración de bienes, impide el paso completo
a una sociedad post-industrial. El mercado laboral actual, se ve cada día más estable; se
pretende mayor acceso a la profesionalización para así tecnificar más las labores y
concretar una sociedad competente para trabajos del sector secundario y terciario, y así,
el sector primario no sea la mayor dependencia del país (en la captura de ingresos,
puesto que tal rama de la economía para el 2009 sólo representa el 12,6% del total de la
ocupación).

El mercado laboral no está definido completamente, está en proceso, y para que el


mercado laboral chileno sea sinónimo de desarrollado, se debe dar mayor cabida a la
formación técnica; si en la educación se contemplara una reforma educacional a los
Centros de Formación Técnica y a estos se les otorgara mayor peso en el desarrollo de
la sociedad, se tendería a mayor tecnificación, la que se vería reflejada en mayor
concentración de labores de transformación de lo extraído, es decir, la dependencia de
ingresos no sería en lo primario, sino en un conjunto entre actividades secundarias y
terciarias; se condiciona el mercado laboral a una distribución ocupacional, en donde
prima la prestación de servicios ligada a la elaboración de bienes, lo cual se
complementa en un bien de servicio.

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Sebastian Eduardo Adasme Favreau

A la hora de hablar de género y la situación de las mujeres en el mercado laboral


chileno, será pertinente la utilización del informe Panorama Laboral 2010 de la
organización internacional del trabajo (OIT) con los datos extraídos de la encuesta
nacional de empleo (ENE).

Veamos. En base a tales datos, es posible afirmar que las mujeres en Chile se
distribuyen ocupacionalmente en las ramas del Comercio y Servicios comunales,
sociales y personales, principalmente. Del total de mujeres, al año 2009 el 43% se
encontraba en los servicios, y el 27% en el comercio. Como se vio en la pregunta
anterior, el comercio va en crecimiento paulatino mientras que los servicios comunales,
sociales y personales van en constante baja.

El desempeño de la mujer se encuentra mayoritariamente en lo que es prestación de


servicios, siendo los establecimientos financieros los que va aumentando al pasar los
años y situarse en un 10,6% del total nacional de mujeres para el 2009. En suma, un
84,1% de las mujeres se desempeña en servicios.

La mujer chilena tiene in aumento en la ocupación de la construcción, pasando desde el


2000 con un 0,5% al 2009 ver su participación en un 1,1% de todas las mujeres, cifra
que por la connotación machista que tiene la actividad, nos lleva a ver la igualación de
roles en las actividades (aunque los hombres sigan siendo mayoritarios en esa
actividad).

Sassen nos indica en sus indagaciones que nos encontramos en una fase (fase en donde
comienzan sus investigaciones) que se ha constituido a través de transformaciones
fundamentales y un nuevo juego de dinámicas que son estratégicas6. Tal fase, es la que
podemos observar en los cambios laborales chilenos y la mayor participación de la
mujer en este. Saskia nos entrega la claridad de comprender ciertos aspectos de tal
integración, y en base a sus estudios, plantea que se debe a la mayor participación
intelectual y la entrega de estudios femeninos que apoyan la inclusión al mercado
laboral.

Nos situamos en la formación de nuevos tipos de segmentación, en donde el mercado


laboral es el que se ve afecto. Esto concretado en la situación chilena, vemos el cómo se
va alterando la concepción clásica y conservadora de ciertas utilizaciones de puestos de
trabajos hacia una mayor libertad de estas, es decir, nos encontramos en la apertura casi
total del mercado a la igualdad de género.

Como se puede ver con el anexo, la mujer predomina en los servicios, y esto se debe a
la imagen que se genera de mujer laboral, en donde se estima que una mujer tiende a un
trato amable en la atención y genera cierto impacto en los usuarios/compradores a tratar

6
Sassen, Saskia. Los espectros de la globalización. Capítulo 4: hacia un análisis feminista de la economía
global. Para tal edición, no poseo de mayores datos de edición y tampoco de número de páginas debido
al desvanecimiento de la fotocopia. La pág. del apoyo del autor es la pág. número cinco del capítulo
cuatro.

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de manera amable a la trabajadora. Tal aspecto, es des-igualador y potencia aún más la


segregación de género.

La superación de problemas de género se debe basar en que la globalización


constantemente crea nuevas aperturas operacionales y formales, las cuales fomentan la
participación de actores y sujetos; si se omite en el mercado laboral chileno la inclusión
de las mujeres, se omite un porcentaje mayor de la sociedad chilena, por ende, limitaría
la integración de la participación. Si aquello se mantuviese, hoy por hoy Chile sería un
país segregador de género.

La mujer se encuentra inmersa en el mercado laboral chileno, es un factor más, y con la


igualdad en accesos, posee las mismas oportunidades de tecnificación y
profesionalización. La segregación de género va disminuyendo constantemente, y en el
país (y el mundo) existen organismos capaces de fiscalizar estos aspectos. Ya no hay
mayor variedad salarial y no hay variación intelectual desde la perspectiva de género; el
mercado actual concibe tanto a hombres como mujeres en igualdad de condiciones.

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Primero veamos lo que podemos denominar como microfísica del poder: lo que se
consigna como poder no es posible denominarlo de manera concreta (Foucault no
entrega una definición clara), pero la referencia con microfísica es entregar la noción
que el poder se encuentra en todo ámbito, en un todo y todos por así decirlo. Tal
ejercicio de la microfísica del poder Foucault la lleva la disciplina, y ésta la podemos
consignar como una técnica de control eficiente de multitudes7.

En nuestra sociedad, la chilena (y en toda sociedad8), es posible observar en (casi9) todo


acto los planteamientos de Foucault relacionados al disciplinamiento. Podemos observar
desde ámbitos institucionalizados como colegios, universidades y complejos laborales,
hasta ámbitos que se escapan de la tangibilidad y recaen en manifiestos subliminales e
implícitos como lo es la publicidad y su influencia en los medios de comunicación que
son invasivos para los individuos.

El ámbito que se desarrollará es de carácter intangible, y si bien puede parecer una


consecuencia de varios ámbitos, en su génesis recaen todas las técnicas descritas por
Foucault para disciplinar a grupos. Tal esfera es la jornada laboral.

La jornada laboral la podemos consignar como el ámbito que moldea a las esferas
laborales, e incluso las educacionales. Para dar entendimiento a tales postulados,
imaginemos que tanto la jornada laboral como las instituciones laborales y
educacionales (y toda organización que de una jornada dependa) son personas, o mejor
aún, el director o presidente de cada institución. Esto es debido a que, si consignamos la
jornada laboral como algo invisible que no es posible enmarcar, tales postulados
carecerían de lógica.

Pues bien, las técnicas del disciplinamiento las resumiremos en consignar a la disciplina
como una fuente de individualidades, esto es, que el resultado de todo proceso de
disciplinar converge en generar una individualidad. La individualidad generada está
basada en cuatro aspectos, y esos son los que darán validez al postulado de la jornada
laboral.

Primero, la jornada laboral generará una individualidad celular, la cual tiene relación
con la distribución espacial. Es la jornada la que entrega las distribuciones espaciales de
una entidad: genera una clausura en los trabajadores privando de libertad de acciones,
limitándolos al tiempo que deben desempeñar su labor. Más allá de que la jornada
laboral sea concebida como tiempo, esta genera división de zonas, debido a que cada
jornada debe estar establecida en un lugar determinado, y al momento de contar con
trabajadores con turnos rotativos, tal espacio debe estar limitado para así evitar

7
Foucault, Michel. Vigilar y castigar: nacimiento de una prisión. Primera edición. Bs.As. Argentina. Siglo
XXI editores. 1976. P. 172
8
Son postulados universales los de Foucault y por ende es posible consignar cualquier sociedad, pero
enmarcaremos un contexto cercano como es la sociedad chilena para mejor desarrollo.
9
Se otorga el casi por no tener certeza y mayores argumentos para decir que son todos los actos;
aunque se tengan nociones que así sea, no es pertinente afirmarlo al no tener un respaldo concreto y no
sólo las especulaciones personales.

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distracciones (lo mismo sucede en centros educacionales, donde las salas separan al que
está estudiando con el que ronda fuera de ellas libre). Ligado a la anterior, una jornada
laboral conlleva emplazamientos funcionales, en donde los que ejecutan la misma
acción deben llegar y concentrarse en un punto, rotarse en las actividades y regirse por
el tiempo que su función como trabajador conlleve. Por último, las jornadas laborales se
disocian a través de rangos, en donde existen mayor y menores horarios laborales en
relación a la actividad y rango de ésta que realicen.

En segundo lugar, encontramos una individualidad orgánica, la que se relaciona con el


control que se tiene de la actividad. La primera acepción de jornada laboral se atañe al
tiempo y al control de éste. La técnica de disciplina que genera individualidad orgánica
tiene relación con el empleo del tiempo, y una jornada laboral genera el establecimiento
de ese. Además, la jornada laboral elabora temporalmente un acto, es decir, le entrega
cierto ritmo de hacer las cosas, en donde moldea a un sujeto a responder a distintos
(sub)horarios. Correlaciona el cuerpo y gesto al moldear un aspecto fisiológico (horario
biológico) de las personas, esto es, genera respuestas inmediatas a las labores a través de
los horarios. De la misma manera, articula el cuerpo con el objeto, siendo el objeto la
labor en el trabajo. Todo lo anterior se ve utilizado exhaustivamente a través de la
jornada laboral, la que va controlando constantemente a los subordinados y realizando
cambios si fuese necesario para su maximización.

También genera individualidad genética debido a la acumulación del tiempo que


emplea la jornada laboral. Primero la jornada va dividiendo la duración de los
segmentos, los cuales son las etapas o procesos que se llevan a cabo en el trabajo.
Además, tales procesos y tareas que se moldean en el trabajo a través del tiempo, deben
estar organizados de acuerdo a un esquema, esquema que la jornada laboral puede
establecer como cronograma. Cada uno de esos segmentos, debe tener una finalización,
la cual llevará o bien a otro día laboral, o bien a otra actividad. Por último, una jornada
laboral, por ser jornada, emplea series de series, haciendo un trabajo una especie de
rutina social en la que los sujetos se ven envueltos diariamente.

Por último, se establece una individualidad combinatoria, esto es, se compone de


fuerzas. Tal composición se basa, primero, en la reducción funcional del cuerpo, esto
es, generar un individuo que responde sistemáticamente a las labores, casi como un
hombre-máquina. Seguidamente en tal composición, está la igualación de piezas, la que
significa que cada jornada laboral tiende a igualar a los trabajadores para así completar
un esquema productivo en donde todos respondan al mismo instante la misma acción y
con ello se complementen. En última instancia, la jornada laboral debe estar controlada
y regida por un sistema preciso de mando, cuya función en tal contexto es llevar a cabo
de manera eficiente el control total de los trabajadores por medio del tiempo y
manipulación de la jornada.

Entonces, la jornada laboral como medio de disciplinamiento social conlleva a generar


individualidades colectivas, es decir, genera individuos individuales pero que responden
a una acción colectiva que es compartir una jornada laboral. Es posible, entonces, que si
es la jornada laboral un ámbito viable para disciplinar, sea entonces el medio más
efectivo para generar subdisciplinaciones, esto es, que sea la principal herramienta para
disciplinar a una sociedad inserta en las concepciones laborales.

7
Sebastian Eduardo Adasme Favreau

En nuestro país, encontramos jornadas laborales de hasta cuarenta y cinco horas


semanales, lo que lleva a disponer de nueve horas diarias para disponer del trabajo, es
decir, nueve de veinticuatro son para trabajar, en donde además se le agrega una hora de
almuerzo, a las finales, son diez horas destinadas a trabajar, o sea, a generar
individualidad. Y si a esto le agregamos las horas recomendadas para dormir (ocho),
resulta que son seis horas las que un sujeto dispone para su libre disposición, a las
cuales, debe restar movilizaciones y demases. Acá encuentro una de las formas más
eficaces para disciplinar a la sociedad, ¿habrá vislumbrado aquello Foucault? ¿En dónde
se encuentra el escape al disciplinamiento que puedan ejercer sobre uno?

Si bien Foucault nos entrega una obra maestra10 para comprender el disciplinamiento y
nos da cuenta de la capacidad moldeadora que tienen los individuos ¿habrá previsto
Foucault la utilización de carácter negativo que se pueda llegar a usar de sus escritos?
¿Hasta qué límite es posible determinar un ámbito disciplinador? El enfoque de vigilar
y castigar entrega una herramienta útil para concebir el moldeamiento social, y si tal
enfoque no se concibe como un aspecto teorético y se busca su utilización y
mejoramiento en la sociedad, no sería extraño encontrar distintas técnicas de
manipulación social aplicadas en trabajos y la vida diaria.

Ya veíamos el postulado sobre la jornada laboral, que se escapa de la tangibilidad que se


pueda pensar en la docilidad del cuerpo; y así como aquello se puede concretar, no
habría límite alguno para moldear y disciplinar a las sociedades.

Bibliografía

Bell, Daniel. El advenimiento de la sociedad post-industrial


Sassen, Saskia. Los espectros de la globalización
Bauman, Zygmunt. Modernidad Líquida.
Foucault, Michel. Vigilar y castigar

10
No se pretende una valoración, sino entregarle cierta connotación al hecho de entregar un estudio de
técnicas para disciplinar que puedan ser estudiadas para fines deshumanizadores.

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