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Derecho Procesal I
EL PROCESO JUDICIAL
El proceso judicial es un conjunto complejo de actos jurídicos del estado como
soberano, de las partes interesadas (actor y demandado) y de los terceros ajenos a la
relación sustancial, actos todos que tienden a la aplicación de una ley general, impersonal
y abstracta, a un caso concreto controvertido para solucionarlo o dirimirlo. El proceso
sirve a la satisfacción de los intereses jurídicos socialmente relevantes, siendo el medio
constitucionalmente instituido para ello.
El elemento subjetivo está representado por las personas que intervienen en el trámite
procesal. Pueden ser sujetos necesarios o eventuales. Los primeros indefectiblemente
deben estar presentes en la relación jurídico-procesal. En el proceso civil son
protagonistas el actor, el demandado y el juez. En el proceso penal debe existir un órgano
requirente (Ministerio Público Fiscal), un órgano judicial y el imputado. Cada uno de los
sujetos ejerce poderes de raigambre constitucional. El actor tiene a su cargo el poder de
poner en movimiento el proceso como expresión del derecho constitucional de peticionar
ante las autoridades. El juez ejerce el poder de jurisdicción y el demandado ejerce el
legítimo derecho de defensa. Asimismo, todos ellos precisan condiciones subjetivas de
actuación. El juez y el ministerio público deben ser designados conforme preceptos
constitucionales y estructurados de acuerdo a leyes orgánicas. Los particulares deben
contar con capacidad y legitimación reconocida y pueden intervenir a través de sus
apoderados o representantes. Por último, los sujetos eventuales comprenden los
auxiliares del tribunal y el personal subalterno que colabora con el oficio judicial en
calidad de secretarios letrados, prosecretarios, jefes de despacho y demás auxiliares.
También comprende a patrocinantes, testigos, peritos, etc. El elemento teleológico
atiende a las expectativas colectivas de la sociedad y a los intereses individuales de las
partes. En el primer sentido, el fin principal de cualquier proceso, sea de naturaleza civil,
penal o familiar, se identifica con la obtención de una sentencia justa, ya que al dictarla se
restablece el orden jurídico alterado y la realización del valor justicia. Desde el punto de
vista individual el fin consiste en la obtención de una sentencia favorable o
desestimatoria. De todas formas, el propósito fundamental de cualquier proceso está
dado por la tutela general en la realización del derecho objetivo sustancial en casos
concretos con el fin de obtener la armonía y la paz social.
Objeto y contenido: objeto del proceso es la actividad de juez por la cual ante la
pretensión del actor y la contrapretensión del demandado, aplicando las reglas de la sana
crítica racional y de la lógica formal, se analizan los hechos afirmados por el actor y
contradichos por el demandado a la luz de las pruebas rendidas, llegando a una
sentencia definitiva. El contenido del proceso está dado por las pretensiones o
declaraciones de voluntad cuyo acogimiento se intenta obtener. El actor al ejercer la
acción y el demandado al contestar o interponer excepciones formulan una declaración
de voluntad de tipo imperativo amparada por la ley y exigiendo al juez que se pronuncie
sobre la existencia o inexistencia de una obligación determinada. Luego el juez aplica el
derecho acogiendo una y reestableciendo el orden jurídico alterado. En el desarrollo del
contenido procesal CLARIA OLMEDO distingue diferentes categorías y situaciones
jurídicas: a) Atribución facultativa: facultad que compete al actor para accionar en el
campo del proceso civil y obtener una satisfacción. b) Atribución impuesta: exigencia legal
que tiene el juez frente al proceso, ya que dicho funcionario tiene la obligación de
pronunciarse ante el simple requerimiento de la parte. c) Sujeción impuesta: situación que
requiere la actuación del sujeto por razones que atienden al interés público (v.gr. posición
de testigo que tiene la carga pública de comparecer, declarar y decir la verdad). d)
Sujeción facultativa: tiene como significación satisfacerse a sí mismo para prevenir un
perjuicio futuro. En ella se encuentra la carga procesal, que es un imperativo del propio
interés. Es una situación jurídica instituida en la ley, consistente en el requerimiento de
una conducta de realización facultativa normalmente establecida en interés del propio
sujeto y cuya omisión trae aparejada una consecuencia desfavorable para él. Ante el
incumplimiento de la carga no existe sanción, sino tan solo importará para el remiso
posicionarse en un plano desfavorable (ej. la falta de contestación de la demanda o falta
de ofrecimiento de prueba no tienen una sanción jurídica, pero traen aparejado perjuicio
para la parte que deje de hacerlo). Se diferencia de la carga pública porque en esta
puede haber coacción sobre el sujeto, mientras que en la carga procesal sólo se realiza
una conminación o advertencia de que se puede perjudicar.
Los presupuestos procesales configuran supuestos previos al proceso, sin los cuales no
puede pensarse en su existencia, su no concurrencia obsta al nacimiento del proceso y
se definen como:
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EXCEPCIONES ADMISIBLES - Art. 347. CPCCN - Sólo se admitirán como previas las siguientes excepciones:
1) Incompetencia.
2) Falta de personería en el demandante, en el demandado o sus representantes, por carecer de capacidad civil para estar en juicio o
de representación suficiente.
3) Falta de legitimación para obrar en el actor o en el demandado, cuando fuere manifiesta, sin perjuicio, en caso de no concurrir esta
última circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva.
4) Litispendencia.
5) Defecto legal en el modo de proponer la demanda.
6) Cosa juzgada. Para que sea procedente esta excepción, el examen integral de las DOS (2) contiendas debe demostrar que se trata
del mismo asunto sometido a decisión judicial, o que por existir continencia, conexidad, accesoriedad o subsidiariedad, la sentencia
firme ya ha resuelto lo que constituye la materia o la pretensión deducida en el nuevo juicio que se promueve.
7) Transacción, conciliación y desistimiento del derecho.
8) Las defensas temporarias que se consagran en las leyes generales, tales como el beneficio de inventario o el de excusión, o las
previstas en los artículos 2486 y 3357 del Código Civil.
La existencia de cosa juzgada o de litispendencia podrá ser declarada de oficio, en cualquier estado de la causa.
El último presupuesto procesal esta dado por el planteo en forma de una cuestión
concreta planteada con las formalidades establecidas por la ley a tal efecto (art. 303
CPCC2).
Los presupuestos senténciales son aquellas condiciones indispensables para que el juez
pueda dictar válidamente la sentencia. En tal sentido, se requiere la realización de un
procedimiento previo y completo, por su forma y grado, para permitir el pronunciamiento
de la resolución final (procedimiento regular y legal). Esto es, que el procedimiento
además de haberse cumplido regularmente y en forma completa no debe encontrarse
impedido por obstáculos a su promoción: así, por ejemplo, la existencia de privilegios
constitucionales, la omisión de acusación o de denuncia en delitos de instancia privada, la
ausencia de dictamen del asesor de menores e incapaces cuando éste ha sido impuesto
por la ley, etc. Además, el tramite debe haberse desarrollado con sujeción a las formas
esenciales establecidas en la ley (idioma, documentación) y hallarse en un estado tal que
permita el pronunciamiento de una sentencia valida por haberse cumplido las etapas que
son inevitablemente previas y necesarias (introducción de las cuestiones, prueba y
discusión en el proceso escrito; debate en el proceso oral).
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FORMA DE LA DEMANDA - Art. 330. - La demanda será deducida por escrito y contendrá:
Cabe señalar, que desde este punto de vista se distingue entre los presupuestos
senténciales referidos a la pretensión del actor y los presupuestos senténciales de la
oposición del demandado.
Queda claro, entonces, que esta postura vincula a los presupuestos materiales o
sentenciales con la cuestión de fondo y atacan a las pretensiones sustanciales esgrimidas
por el actor o demandado. Por ello, su existencia o inexistencia determinarían la admisión
o rechazo de la pretensión en la decisión final.
En este orden de ideas se los vincula con: la legitimación en la causa, es decir, con la
calidad o idoneidad para actuar como actor o demandado en un determinado proceso. En
tal sentido, el actor debe ser la persona habilitada por ley para formular la pretensión y el
demandado el autorizado a contradecirla pero esta legitimación debe además ser
calificada por otros elementos. Así debe exhibirse, además un interés sustancial en la
obtención de la sentencia y una petición presentada en forma clara y concreta y que no
haya sido impugnada por objeciones como, por ejemplo, aducida la cosa juzgada o la litis
pendencia.
Hay legitimación pasiva cuando existe identidad entre la persona habilitada para
contradecir y quien ha sido demandado.
Para denunciar la falta de idoneidad entre el efectivo titular del derecho sustancial y quien
asume el carácter de actor debe utilizarse la defensa de falta de acción (sine actione agit);
mientras que la falta de legitimación procesal debe sustanciarse por medio de la
excepción procesal dilatoria de falta de personalidad (art. 347 inc. 2 CPCC3).
PREJUDICIALIDAD PENAL
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EXCEPCIONES ADMISIBLES - Art. 347. - Sólo se admitirán como previas las siguientes excepciones:
1) Incompetencia.
2) Falta de personería en el demandante, en el demandado o sus representantes, por carecer discapacidad civil para estar en juicio o
de representación suficiente.
3) Falta de legitimación para obrar en el actor o en el demandado, cuando fuere manifiesta, sin perjuicio, en caso de no concurrir esta
última circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva.
4) Litispendencia.
5) Defecto legal en el modo de proponer la demanda.
6) Cosa juzgada. Para que sea procedente esta excepción, el examen integral de las DOS (2) contiendas debe demostrar que se trata
del mismo asunto sometido a decisión judicial, o que por existir continencia, conexidad, accesoriedad o subsidiariedad, la sentencia
firme ya ha resuelto lo que constituye la materia o la pretensión deducida en el nuevo juicio que se promueve.
7) Transacción, conciliación y desistimiento del derecho.
8) Las defensas temporarias que se consagran en las leyes generales, tales como el beneficio de inventario o el de excusión, o las
previstas en los artículos 2486 y 3357 del Código Civil.
La existencia de cosa juzgada o de litispendencia podrá ser declarada de oficio, en cualquier estado de la causa.
Esta institución denominada también prejudicialidad pretende evitar el dictado de
sentencias contradictorias y consiste en la prohibición que tiene el juez civil de dictar el
fallo cuando existiere una causa en sede penal anterior a la civil en la que se debatiere
los mismos hechos. Es decir, que la existencia de prejudicialidad no impide la promoción
de la acción o el planteo de la pretensión sino que solamente difieren o posterga el
dictado de la sentencia.
Como se advierte, opera como obstáculo para el dictado de la sentencia, puesto que el
proceso puede desarrollarse y alcanzar ese estado, sin que pueda en definitiva dictarse el
pronunciamiento jurisdiccional final. Se trata de un instituto de orden publico, ya que
persigue evitar el escandalo jurídico que significaría el dictado de sentencias
contradictorias.
El punto se plantea cuando los particulares en una demanda someten a la decisión del
órgano jurisdiccional una cuestión que de su simple lectura resulta claramente infundada.,
se cuestiona si puede el juez rechazarla in limine, es decir, al momento de su
presentación o si por el contrario debe tramitarse íntegramente el juicio para recién
resolver su rechazo al momento del dictado de la sentencia de merito.
Una primera posición dice que no, niega de plano la facultad de juez de verificar de antes
a la etapa decisoria, la procedencia sustancial. Esto parte de una mirada clásica y
privatista.
Con una visión más actual y publicista del proceso se ha expresado que si de la
exposición de hechos no surge una concordancia entre el derecho pretendido y el
régimen normativo o es violatorio de los principios en que se sustenta, la demanda carece
de objeto jurídicamente proponible y el juez debe inadmitirla también inicialmente. En esta
posición se reconoce al juzgador que, dentro de los poderes propios de la jurisdicción se
comprende la facultad de rechazar in limine la pretensión por evidente falta de
fundamentabilidad aun en el caso de que el actor haya introducido una demanda
formalmente completa y admisible.
a) Etapa Introductoria
En esta etapa las partes hacen conocer al órgano jurisdiccional la existencia del
conflicto a través de sus respectivas versiones acerca de la cuestión, quedando
delimitada la plataforma fáctica del juicio.
El actor deduce demanda en la cual efectúa las afirmaciones de hechos jurídicamente
relevantes y sobre la base de las cuales solicitará la tutela del derecho que invoca.
Luego, el demandado debe contestar la demanda ejerciendo de esta forma su derecho
de defensa, en el plazo de diez días (art. 493 C.P.C.). Ésta debe versar sobre cada uno
de los puntos de la demanda, negando o reconociéndolos, debe realizarse con claridad
porque en caso de ambigüedad puede constituirse en una presunción de reconocimiento
de los hechos afirmados en la demanda (art. 192 C.P.C.). También es la única
oportunidad en que el demandado puede oponer excepciones dilatorias en forma de
previo y especial pronunciamiento y reconvenir.
Concluida esta etapa, si se ha producido controversia respecto de los hechos
afirmados por cada una de las partes, se abrirá una segunda etapa.
b) Etapa probatoria
Es el momento en el cual cada una de las partes deberá demostrar la veracidad de
sus afirmaciones, introduciendo en la causa elementos de convicción tendientes a
probar hechos invocados en la demanda y su contestación. Puede presentarse como no
esencial si los hechos no fueran controvertidos.
Se inicia con el decreto de apertura a prueba y comprende recepción de audiencias,
peritajes, inspecciones oculares, diligenciamiento de oficios, etc. En ella participan todos
los sujetos procesales y en especial los órganos de prueba (testigos, peritos, intérpretes,
etc.).
Esta fase se encuentra dominada por plazos perentorios fatales (art. 49, inc. 4
C.P.C.).
Por último, según dispone el art. 498, el plazo ordinario de prueba asciende a
cuarenta días pero el juez podrá designar uno menor que se podrá prorrogar hasta
completar aquel, sin necesidad de causa justificada. Existe un plazo extraordinario
mayor a cuarenta días reservado para casos especiales cuando la prueba deba rendirse
fuera de la provincia, ya sea dentro de la Republica o en el extranjero (art. 499 C.P.C.).
La etapa probatoria concluye con el decreto que ordena correr traslados para alegar.
c) Etapa discusoria
Es una etapa de plena discusión entre las partes representada por los alegatos. Cada
parte aportará los elementos que estime necesarios para convencer al juez de que le
asiste la razón. También se interpretara la ley y se acompañarán los argumentos
jurídicos, doctrinarios y jurisprudenciales que avalen su posición y en su caso,
destacarán también la ausencia de elementos probatorios corroborantes de los hechos
afirmados por la contraria. Se debate sobre la totalidad de lo sustanciado durante el
procedimiento.
En el proceso ordinario los alegatos se realizan en forma de traslados de ley por su
orden (art. 497 y 505 C.P.C.) por seis días sucesivamente a cada litigante, reservándose
los escritos en secretaría hasta el decreto de autos. Esto significa que los alegatos de
cada parte no son públicos y no se agregan al expediente hasta que se ordene el
llamamiento de autos para definitiva. Solo se deja una constancia de su presentación
mediante una certificación puesta por el secretario.
d) Etapa decisoria
Comienza con el decreto de autos y concluye con la sentencia (art. 506 y 121, inc. 3
C.P.C.). A partir de este momento concluye la actividad de las partes y es el juez quien
asume el expediente para pronunciarse sobre la controversia, declarando los hechos y
aplicando el derecho.
Desde que el decreto de autos queda firme hasta el momento que se dicta sentencia,
el juez puede ordenar las llamadas medidas para mejor proveer que tienen como
finalidad aclarar o completar algún aspecto de los hechos que no surja con nitidez de la
prueba incorporada (art. 325 C.P.C.).
La sentencia es el modo normal de conclusión del proceso, es un acto formal, de
características documentales y que es propio de la jurisdicción. Esta decisión final debe
responder al principio de congruencia, plenitud y vastedad. El juez debe resolver sobre
la base de los hechos fijados en los escritos de la etapa introductiva, teniendo en cuenta
los que efectivamente han sido acreditados por las partes y deberá contener decisión
expresa sobre cada uno de los puntos sometidos a su decisión (arts. 326 a 331 C.P.C.).
De la misma manera, la Constitución de la Provincia de Córdoba en su artículo 155
exige que toda resolución contenga fundamentación lógica y legal.
De las cuatro etapas referidas, son esenciales la introductoria de las cuestiones y la
resolutoria, las otras dos son importantes pero no esenciales. Si la cuestión debatida es
de puro derecho, no habrá hechos controvertidos y por ende no habrá etapa probatoria,
en tanto no hay hechos que probar. Del mismo modo, en ciertos tipos de procedimientos
como el abreviado, la etapa discusoria está ausente (art. 514 C.P.C.).
Al margen de las cuatro etapas mencionadas que en el juicio ordinario son esenciales,
existen otras tantas que tienen carácter de eventuales, tales como: 1) etapa de medidas
preparatorias; 2) etapa de cautelares anteriores a la demanda; 3) etapa de ejecución de
sentencia y 4) etapa impugnativa.
Dentro de la primera etapa encontramos las medidas preparatorias propiamente
dichas, que están previstas con el fin de obtener datos que resultan de conocimiento
indispensable para que el actor en el futuro pueda plantear correctamente su demanda.
Configuran casos de excepción, son de interpretación restrictiva e implican para quien
las propone la carga de demandar o de concretar la pretensión dentro de los treinta días
de su realización bajo apercibimiento de caducidad. Se encuentran previstas en el
artículo 485 de nuestro código de rito y entre ellas puede mencionarse a la declaración
jurada del futuro demandado sobre hechos relativos a su personalidad y sin cuyo
conocimiento no sea posible promover el juicio (inc. 1); la exhibición de la cosa mueble
que fuere objeto del pleito (inc. 2), o de algún testamento cuando el solicitante se crea
heredero, coheredero, legatario o albacea (inc. 3); se nombre tutor o curador para el
juicio de que se trate (inc. 7); se practique mensura del inmueble objeto de la demanda
(inc. 8); entre otros. Un artículo después se encuentran reguladas las medidas de prueba
anticipada que también integran esta primera etapa eventual, ya que pueden
recepcionarse previo a la interposición de la demanda. Su finalidad es la de preservar
elementos de prueba cuando quien pretenda demandar o quien con fundamento prevea
ser demandado, tuviere motivos para temer que la producción de las pruebas que se
indican pudiere resultar imposible o muy dificultosa en el período respectivo. Las
pruebas a las que hace mención son: la declaración de testigos de muy avanzada edad,
gravemente enfermos o próximos a ausentarse del país; el reconocimiento judicial y
dictamen pericial para hacer constatar la existencia de documentos o el estado, calidad
o condición de personas, cosas o lugares y el pedido de informes o copias a entes
privados, a reparticiones
públicas o registros notariales.
Una segunda etapa eventual se integra por la posibilidad de ordenar medidas
cautelares antes de la promoción de la demanda (arts. 466 C.P.C. y 231 C.C.).
La etapa ejecutoria también tiene el carácter de eventual y tiene lugar a solicitud de
parte interesada cuando el demandado no se hubiere avenido a cumplir voluntariamente
la sentencia condenatoria. La resolución debe encontrarse firme y haber pasado en
autoridad de cosa.
Por último, cuando alguna de las partes o ambas se sientan perjudicadas por lo
resuelto en sentencia, dará comienzo la etapa impugnativa que les permite interponer
recursos ordinarios o extraordinarios para lograr la revocación o anulación de la
sentencia.
Tipo Dispositivo
Se substancian pretensiones que no comprometen el orden público, sino sólo
el interés particular.
Las partes son protagonistas.
El juez es mero espectador hasta el momento de la decisión.
El impulso del proceso queda en manos de las partes, que tienen la facultad de
fijar la cuestión fáctica y el poder de renunciar a ciertos actos del proceso.
Las partes fijan los términos exactos del litigio a resolver (la petición deducida
por el actor marca el límite de lo que el juez puede otorgar en la sentencia).
Las partes son las que aportan el material probatorio necesario para corroborar
sus afirmaciones.
Tipo inquisitivo
Sistema acusatorio
Separa las funciones del Estado en materia penal e instituye junto al juez al
ministerio público.
El juez deja de ser el protagonista de la búsqueda de la verdad y deriva esa
responsabilidad al ministerio público (órgano requirente).
Los principios procesales son las líneas directrices y orientadoras que rigen el proceso
plasmándose de este modo una determinada política procesal en un ordenamiento
jurídico determinado y en un momento histórico dado. Cabe expresar, por ultimo, que
modernamente van formulándose nuevos principios o reglas que quizás no son tan
nuevos sino que tan solo son reformulaciones o adaptaciones a las necesidades actuales
de los clásicamente reconocidos. Tal sucede, por ejemplo, con las modernas
formulaciones de las reglas de solidaridad, de la personalidad, de las nuevas formas de
buena fe y lealtad procesal, etc.
Y son:
Principio de Publicidad
Principio de Inmediación
Principio de Bilateralidad.
Principio de Autoridad
Principio de Formalismo o Legalidad
Principio de Economía Procesal
Principio de moralidad
PUBLICIDAD
El principio de publicidad, implica que los actos que se cumplen en el proceso deben ser
conocidos en forma irrestricta tanto por parte de la sociedad, como por los intervinientes,
a fin de permitir un control adecuado de la actividad procesal y, en definitiva, de los actos
de los jueces.
El principio de publicidad se manifiesta en los distintos actos del proceso; así en las
audiencias4 y, por regla, durante toda la actividad de prueba y también se verifica en la
decisoria a través de la motivación de los fallos.
INMEDIACION
El principio de inmediación, tal como surge de su sentido literal, significa que el juez
debe encontrarse en un estado de relación directa con las partes y
recibir personalmente las pruebas. Devis Echandia, puntualiza que la
comunicación inmediata alude “a la del juez y las personas que actúan en el proceso, con
los hechos que en él deban hacerse constar y con los medios de prueba que se utilicen”.
Este principio se manifiesta con mayor vigor, en los procesos orales que en los escritos.
Sin embargo, en las formas modernas de procedimiento oral o escrito, existen instancias
oralizadas, que presuponen la vigencia de este principio parcialmente. Tal sucede, por
ejemplo, en el proceso civil nacional o de algunas provincias que han adoptado el trámite
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REGLAS GENERALES - Art. 125. CPCCN - Las audiencias, salvo disposición en contrario, se ajustarán a las siguientes reglas:
1) Serán públicas, bajo pena de nulidad, pero el tribunal resolver, aun de oficio, que total o parcialmente, se realicen a puertas cerradas
cuando la publicidad, afecte la moral, el orden público, la seguridad o el derecho a la intimidad. La resolución, que será fundada, se
hará constar en el acta. Desaparecida la causa de la clausura, se deberá permitir el acceso al público……
del proceso por audiencia: en estos casos, luego de la etapa escrita de las postulaciones,
se realizan dos audiencias (audiencia preliminar 5 y de vista de causa) con vigencia solo
en su trámite de la regla de inmediación. Por su parte, en el proceso penal, la vigencia
plena de la inmediación se presenta en la oportunidad de la audiencia de debate en la
que los integrantes del tribunal, del ministerio público, imputados y sus defensores y
órganos de prueba están en contacto directo.
Toda decisión judicial debe ser tomada previo a que se haya dado igual
oportunidad, a todas las partes de ser oídas. Implica, necesariamente, la
posibilidad de alegar y probar; es decir, otorgar a las partes la
oportunidad de ejerces las defensas que tuviere y de arrimar al proceso
los elementos de juicio conducentes a la demostración de sus
alegaciones.
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AUDIENCIA PRELIMINAR - Art. 360. CPCCN- A los fines del artículo precedente el juez citará a las partes a una audiencia, que
presidirá, con carácter indelegable. Si el juez no se hallare presente no se realizará la audiencia, debiéndose dejar constancia en el
libro de asistencia.
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Art. 18. CN- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni
juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser
obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en
juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y
una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para
siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y
limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a
mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.
Este principio, se resume en el aforismo latino audiatur et altera pars. No interesa al
derecho que la parte, efectivamente, se pronuncie, sino que se haya otorgado una
razonable oportunidad de defenderse o de cumplir con la carga procesal de expresarse,
de ofrecer, producir y controlar la prueba.
Palacio, advierte que la realización de ciertas medidas, como las cautelares pueden
ordenarse inaudita parte, pero ello no implica derogación del principio de bilateralidad sino
tan solo significa que se difiere el contradictorio por especial naturaleza del acto. Esto
quiere decir, que si bien no se notifica previamente el despacho de la medida, sin
embargo, si debe ser comunicada al afectado inmediatamente después de haber sido
trabada.
Por ultimo, el sistema se garantiza por las normas que establecen sanciones para la
violación de este principio, a cuyo fin se imponen nulidades especificas para el caso de
las notificaciones o se utiliza las reglas atinentes a la teoría general de las nulidades,
hechas valer a través de los poderes genéricos de impugnación.
AUTORIDAD
Así se ha dicho que tanto el poder de conducción o de dirección del proceso, como el
poder de esclarecer la verdad de los hechos constituyen manifestaciones del principio de
autoridad. Luego, será el sistema adjetivo, el que impondrá los límites para su ejercicio,
en la categorización de los poderes-deberes del órgano jurisdiccional.
Es posible señalar dos vertientes opuestas y bien definidas, inspiradas en una ideología
sociopolítica determinada: la liberal-individualista y la jerárquico-autoritaria. Claro esta
que, entre ambas posturas, existen diferentes matices que importan formulas intermedias
o con una mayor o menor identificación con algunas de ellas.
La figura neutral, es propia del sistema procesal dispositivo, adoptado por la mayoría de
los códigos procesales civiles de nuestro país, actualmente en proceso de revisión.
En una posición intermedia, se encuentra la que postula la figura del juez como un
verdadero director del proceso. Esta formula, es una creación ideal de la doctrina para
superar la posición individualista del juez espectador. Sin embargo, se ha entendido que
se trata de “una formula incompleta: excepto que se interprete el verbo dirigir en una
forma amplísima; ello es así, ya que, el poder de dirección o conducción solamente afecta
el desarrollo del proceso y hace a su marcha formal, pero no agota los predicados
propuestos por los fines del derecho procesal”.
Es una postura critica contra la formula de la neutralidad del juez, se postula la que le
otorga una intervención activa y preponderante en orden a la marcha del proceso y al
esclarecimiento de la verdad de los hechos controvertidos. Configura la formula de la
autoridad del juez, la que se obtiene a partir de especiales poderes otorgados al órgano
jurisdiccional durante el proceso y diferentes cargas y obligaciones para las partes,
durante su trámite.
FORMALISMO
Las formas procesales son establecidas como garantía del justiciable y se basan en el
principio de seguridad jurídica.
Modernamente, existe una tendencia a flexibilizar las formas sobre todo en lo relativo a
cierta actividad procesal. Así, por ejemplo, se apunta a la eliminación de los
interrogatorios escritos para testigos y de los pliegos de absolución de posiciones,
proponiéndose en su reemplazo interrogatorios libres, informales y coloquiales.
ECONOMIA PROCESAL
economía de gastos y
economía de esfuerzos o de actividad.
La regulación de los tiempos procesales en la ley debe ser meditada con un criterio de
razonabilidad, que se concreta en el establecimiento de plazos, que sean susceptibles de
poder cumplirse, para que el patrón ideal no sea superado por la realidad.
MORALIDAD
“Que las reglas del proceso son las condiciones que conforman técnica y
estructuralmente la actividad de aquellas personas y sujetos
procesales”.
Siendo el proceso una estructura técnica que debe avanzar necesariamente hacia un fin,
debe vincularse necesariamente a este concepto esencial, la idea de actividad. Esa
actividad en el proceso se realiza por el impulso que imparten los sujetos procesales. En
tal sentido, cabe señalar que rigen todo el ámbito procesal del ne procedat iudex ex
officio, esto implica que el inicio del tramite nunca puede ser realizado por iniciativa del
juez sino que este debe ser requerido por algún otro sujeto. De tal modo, en el proceso
civil el impulso inicial lo realizan las partes a través de la demanda; igual sucede en el
proceso laboral y familiar. En tanto, que en el proceso penal el requeriente es el ministerio
público fiscal sin cuya iniciativa e impulso no puede iniciarse el trámite.
La regla del impulso procesal generalmente esta delimitada por plazos procesales. Así,
generalmente, de ordinario en el trámite se diferencian etapas y dentro de ellas, a su vez,
se presentan diferentes actividades que deban ser promovidas según sus características
por algún sujeto procesal, bajo la pena de caer en la caducidad de instancia.
Por ultimo, debe distinguirse el impulso privado propio del trámite civil del impulso oficial
característico de los procedimientos que involucran alguna razón de orden público. Este
último, el impulso oficial, se manifiesta como el poder-deber del juez para realizar, con
independencia de la actuación de las partes todos los actos procesales que integran la
trama hasta la finalización del trámite que culmina con el dictado de la sentencia.
Se trata de un regulador del trámite procesal y tiene operatividad tanto para las partes
como para el tribunal. Ello significa que ninguno de los sujetos procesales pueden actuar
en contradicción con esta regla, funciona como un obstáculo o impedimento a la marcha
discrecional del proceso.
Por ello, se ha dicho que la actividad procesal debe realizarse dentro de los límites fijados
por la ley, pues de lo contrario, un postulado de consunción procesal despojaría de
efectos útiles a la actividad realizada fuera del orden establecido.
Cada actividad procesal destinada a una finalidad específica debe ser cumplida en un
momento determinado; de otro modo, la actividad no seria susceptible de producir efectos
útiles.
Esta regla “propende a obtener una definitiva estabilidad jurídica con respecto a las
situaciones procesales ya alcanzadas, impidiendo el retroceso arbitrario o carente de
fundamento serio, y la actuación contradictoria con la ya cumplida (incompatibilidad)
expresa o tacita”.
La efectiva vigencia de la preclusión se garantiza a través de las sanciones procesales de
nulidad o de inadmisibilidad. Sucede lo primero, cunado el acto procesal se cumple en
inobservancia a la preclusión, por ejemplo cuando se formula una liquidación final del
pleito, apartándose de lo establecido en la sentencia y de este modo se vulnera la cosa
juzgada.
La preclusión consiste también en una limitación del poder de las partes para la
realización de la actividad, ya que el sujeto pierde su facultad por extinción o por
consumación de ella. Es que la preclusión consiste en la pérdida o extinción
de una actividad procesal por haberse alcanzado los límites impuestos
por el legislador para el ejercicio de las facultades procesales de las
partes.
Jurisdicción y competencia
Jurisdicción. Definición. Caracteres. Límites. Elementos. Momentos de su
ejercicio Definición: jurisdicción es la función pública de administrar justicia
emanada de la soberanía del Estado y ejercida por un órgano especial. Tiene por fin
la declaración o realización del derecho y la tutela de la libertad individual y del
orden jurídico, mediante la aplicación de la ley en los casos concretos, para obtener
la armonía y paz social.
Es el poder-deber que tiene el Estado de aplicar justicia al caso concreto y nace
desde el momento en que la sociedad decide realizar indirectamente el derecho en su
actuación coactiva, eliminando la actuación directa de sus componentes. El Estado,
como representante del grupo asume esa función, la que es puesta en actividad por
medio de los órganos predispuestos, en nuestro caso, conforme al sistema
representativo de gobierno y a la base del juez natural. Se desarrolla mediante un
trámite regular y legal.
Si bien nadie más puede ejercer la potestad del Estado de administrar justicia, este
tiene la obligación de intervenir cada vez que le es solicitado en la forma prevista por la
ley, mediante el ejercicio de la acción procesal.
En sentido amplio, la función jurisdiccional comprende la creación y constitución de
los órganos encargados de administrar justicia, la determinación de sus facultades y la
fijación de las reglas para la tramitación de los juicios.
En un sentido restringido, se refiere al poder o facultad conferido a ciertos
órganos para administrar justicia en los casos que les son presentados.
La jurisdicción es un poder que puede asimilarse a los poderes de acción y de
excepción. Estos últimos implican poner en actividad poderes que exhiben
pretensiones subjetivas de las partes y se manifiestan como simples o meras
facultades o eventualmente, como cargas procesales. La jurisdicción, en cambio, se
presenta como el poder de actuación de un órgano público con un criterio objetivo de
justicia.
La jurisdicción es ejercida por el estado de manera monopólica y en consecuencia,
se prohíbe la justicia por mano propia. La autodefensa es permitida en contadas
excepciones que la misma ley señala y precisa.
El derecho procesal, el proceso y la función jurisdiccional son instrumentos para la
realización indirecta y coactiva del derecho sustancial. El ejercicio de la función
jurisdiccional requiere la existencia de un caso concreto que se presenta a la manera
de un conflicto de intereses. La sentencia es el acto jurisdiccional por excelencia, ya
que pone fin al pleito. La jurisdicción se manifiesta a lo largo de todo el proceso
mediante el dictado de decretos, autos o providencias en general. Comprende desde
el acto inicial de simple admisión de la demanda hasta la sentencia definitiva.
Por último, cabe destacar que el fin de la función jurisdiccional es el de proteger el
orden jurídico preestablecido, por ello, al existir algún quiebre de ese orden sustantivo-
formal, es misión del órgano judicial la de reestablecerlo por medio del proceso
judicial.
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
Competencia
Definición y caracteres: la competencia es la medida de la jurisdicción, toda
vez que si esta es el género, la competencia es una especie dentro de aquella. La
jurisdicción por ser única no puede medirse, cada juez la tiene íntegramente, pues
la jurisdicción es una potestad relacionada con la soberanía del Estado. La
competencia responde a exigencias técnico-jurídicas de política procesal, a
cuestiones de orden práctico tendientes a delimitar la actuación de un determinado
tribunal, que no es más que el resultante de un fraccionamiento del órgano
jurisdiccional. Es la facultad que cada juez tiene para ejercer la jurisdicción en
determinados asuntos y dentro de cierto territorio.
Sus caracteres son: debe estar prevista legalmente, es de orden público, es
indelegable y es improrrogable.
Debe estar fijada previamente por ley: el justiciable debe saber de
antemano que existe un órgano jurisdiccional con competencia atribuida en la ley
para conocer del asunto que le aqueja.
Orden público: los particulares no pueden disponer de la regla de la competencia
ni modificarla en cuanto a su distribución.
Indelegable: los actos atribuidos al juez deben ser cumplidos indefectiblemente
por él, salvo excepciones en que puede encomendarse a otros órganos (art. 291
C.P.C.).
Improrrogable: la competencia no es prorrogable, la distribución
pertenece a la ley y las partes no podrán conferir otras competencias ya sea por
razón de la materia, grado o valor a otro órgano jurisdiccional. La competencia es
prorrogable solamente cuando en el caso concreto no prima el interés público y las
partes, mediante un convenio escrito, hayan elegido otro juez para que conozca el
conflicto (expresa), o cuando una de las partes realice actos que impliquen
renunciar a la competencia del juez determinado por ley y la otra no se oponga, ej.
interponer demanda ante un juez incompetente y que el demandado no se oponga
(tácita).
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RECHO PROCESAL I - 2017
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
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RECHO PROCESAL I - 2017
materia.
La prórroga de competencia se encuentra expresamente regulada en los
artículos 2, 3 y 4 del C.P.C.
Caracteres:
a) limitada: la C.N. establece taxativamente sus límites, no hay ley,
interpretación ni voluntad de parte que pueda extenderlos a otros casos.
b) privativa: a contrario sensu, en las causas asignadas a la
justicia federal resulta excluida la justicia provincial que no puede entender en
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RECHO PROCESAL I - 2017
EFIP 1
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Organización judicial
En nuestro país, las provincias conservan todo el poder no delegado al gobierno
federal y, por consiguiente, administran justicia conformando la denominada
jurisdicción ordinaria, por oposición a la federal, conocida como de excepción.
Toda organización judicial responde a las siguientes reglas:
a) Normatividad: Solo es posible concebir una organización judicial
desde el punto de vista normativo. La organización del Poder Judicial se halla
instrumentada por reglas de naturaleza procesal que integran el orden público.
b) Jerarquía: Existe una relación de subordinación manifestada en
un grado de dependencia del juez inferior al juez superior, en lo atinente al aspecto
funcional (control de legalidad y de legitimidad), que resulta delimitado por las
normas adjetivas.
c) Sedentariedad: El tribunal tiene su asiento en un determinado
lugar geográfico. Existen sedes en que funciona el poder judicial y cada una tiene
su ámbito espacial en que habrá de administrar justicia.
d) Permanente: Se estructura sobre la base del criterio funcional,
independientemente del sujeto que tiene a su cargo prestarla, lo cual resulta
contingente.
En la provincia de Córdoba, la organización judicial se estructura basándose en
el siguiente esquema: Tribunal Superior, Cámaras de Apelación, Cámaras de
juicio, Jueces de primera instancia, Jueces penales, de familia y conciliación,
Jueces de paz y otros funcionarios judiciales y auxiliares de la justicia.
Cámaras de juicio: Son las Cámaras del crimen, de familia y del trabajo. Son
órganos colegiados que tienen por fin decidir sobre la pretensión esgrimida y dictar
sentencia.
Las Cámaras del crimen son aquellas ante las que se lleva a cabo el juicio
plenario que habrá de resolver sobre si existe certeza de que el acusado es
penalmente responsable del delito que se le atribuye y eventualmente imponerle
una pena. Pueden funcionar a través de salas unipersonales (art. 34 C.P.P.).
Las Cámaras de familia intervienen en el juicio oral de instancia única para el
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RECHO PROCESAL I - 2017
Jueces de paz: los jueces de paz son nombrados por el Poder Ejecutivo con
acuerdo del Poder Legislativo y durante el período de su ejercicio sólo pueden ser
removidos por el Tribunal Superior de Justicia si concurren las causales del artículo
154 de la Constitución Provincial. El procedimiento ante ellos es verbal,
sumarísimo, gratuito y de características arbitrales. Ostentan una escasa
competencia y actúan como delegados del Estado como amigable componedor.
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El juez o tribunal
Definición: el juez o tribunal es uno de los sujetos esenciales en el proceso, sin
el juez no puede haber un proceso propiamente dicho. Cumple la función
jurisdiccional del Estado y se encuentra compuesto por un juez o un conjunto impar
de jueces.
El tribunal tiene a su cargo la administración de justicia y concurre con los otros
órganos del Estado al cumplimiento integral de la función judicial. Es un
presupuesto procesal esencial, que tiene la potestad de juzgar y cumple la función
realizadora del derecho.
Los poderes otorgados al juez son los de dirección formal y material del
proceso, disciplinarios y ordenatorios, de iniciativa probatoria y de decisión. Su
deber fundamental consiste en administrar justicia legalmente, no pudiendo dejar
de juzgar bajo pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes.
Caracteres:
a) Público: el tribunal es un órgano público creado para la
administración de justicia. Su representación física es un magistrado o funcionario
del Estado.
b) Permanente: en virtud del artículo 18 de la C.N. el tribunal
reviste el carácter de permanente, prohibiéndose la constitución de comisiones
especiales designadas para resolver jurisdiccionalmente un caso determinado. Los
jueces no son permanentes sino inamovibles en el cargo salvo renuncia,
fallecimiento, jubilación o remoción.
c) Sedentario: no existen los tribunales ambulantes. Cada uno
desempeña sus funciones en un ámbito territorial determinado establecido como
sede.
d) Letrado: el juez debe tener título de abogado, además de otros
requisitos que la Constitución establece. Los jueces de paz no necesitan ser
abogados.
e) Normativo: Solamente la ley puede crear, modificar o extinguir
un ordenamiento jurisdiccional. Fuera de la ley no puede haber organización
judicial.
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proveimiento que efectúan los tribunales a las peticiones de las partes o a las
necesidades en el trámite o en casos excepcionales, oficiosamente.
También tienen facultades instructorias con el fin de facilitar su
tarea tendiente a
esclarecer la verdad y ella solo puede ejercerse en la medida que no se quiebre la
igualdad de las partes.
Por último, tienen facultades disciplinarias que pueden ejercer a lo largo del
trámite y que, generalmente, se manifiestan con la imposición de multas u otras
sanciones a los litigantes que violenten las reglas de la lealtad y buena fe procesal.
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Modos de designación en la justicia provincial: por ley nº 8802 del año 1999
se crea el Consejo de la Magistratura que asiste al Poder Ejecutivo en la tarea de
selección de los jueces y magistrados. La designación comienza con una
convocatoria pública y abierta para que los aspirantes se inscriban y así accedan a
la evaluación prevista consistente en oposición escrita, oral y de antecedentes.
Sobre la base del resultado, el Consejo confecciona un orden de mérito que es
remitido al Poder Ejecutivo y que este no puede alterar.
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RECHO PROCESAL I - 2017
Las partes podrán ejercer una sola vez este derecho y cuando sean varios los
actores o los demandados, únicamente uno de ellos podrá hacer uso de este
derecho. No procede en las cuestiones incidentales ni en la ejecución de sentencia
(art. 19 C.P.C.). Tampoco procede en los procesos concursales (art. 18, inc. 1º), en
las diligencias preparatorias de los juicios, en las que tienen por objeto asegurar el
resultado del juicio, en la ejecución de diligencias comisionadas, a menos que
fuesen probatorias y en las diligencias para la ejecución de la sentencia, a no ser
por causas nacidas con posterioridad a ella (art. 24 C.P.C.).
Recusación con causa: el fundamento de este instituto se encuentra en la
extensión de la independencia del poder judicial a la persona del juez. Por razones
de economía y de seguridad jurídica, se establecen límites temporales para
deducir incidente de recusación con causa. Cuando la causa de recusación fuese
anterior a la iniciación del pleito, deberá ser propuesta en el primer escrito que se
presente. Cuando fuese posterior o anterior no conocida, se propondrá dentro de
los tres días de haber llegado a conocimiento de la parte (art. 22 C.P.C.).
El tribunal competente para entender en la recusación es el superior inmediato
al recusado: del juez de primera instancia y funcionarios del Ministerio Público, la
Cámara; de los vocales del Tribunal Superior y de la Cámara, los restantes
miembros.
Causales de recusación: si bien la jurisprudencia analiza las causales de
recusación en sentido restrictivo para evitar el uso inadecuado del instituto, el
análisis debería realizarse en el sentido inverso y otorgar a las causas de
recusación un criterio amplio que atienda en principio al interés particular de contar
con un juez imparcial y que con posterioridad atienda al abuso en su utilización.
Por ello, los listados contenidos en los códigos adjetivos deberían interpretarse con
carácter enunciativo y no taxativo.
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En general, las causales son similares en todas las ramas del ordenamiento por
lo que sólo consideraremos algunas de ellas y nos remitiremos al estudio de las
restantes. En el
C.P.C. se encuentran previstas en el artículo 17; en el C.P.P. están reguladas en el
artículo 60; en la ley procesal del trabajo en el artículo 12
Son causales de recusación:
1. El parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad en
línea recta y colateral hasta el segundo grado.
2. Interés del juez en el pleito.
3. Sociedad, salvo el caso de sociedad por acciones o
cooperativas.
4. Pleito pendiente.
5. Crédito o deuda.
6. Denuncia o querella. Haber sido el juez denunciante o
acusador o haber sido acusado o denunciado por la parte.
7. Prejuzgamiento. Haber anticipado el juez opinión sobre el
litigio en cualquier carácter.
8. Beneficio de importancia que haya recibido el juez o sus
parientes de alguno de los litigantes.
9. Amistad o enemistad manifiesta.
10. Haber producido en el procedimiento nulidad que haya sido
declarada judicialmente.
11. Haber dado lugar a la queja por retardada justicia.
Ferreyra de De la Rua sostiene que el concepto más abarcativo de acción que es que
la presenta como “el poder de presentar y mantener ante el órgano jurisdiccional una
pretensión fundada en hechos jurídicamente relevantes con el fin de obtener una
decisión concreta y en su caso conseguir la ejecución de la misma hasta su
agotamiento”. De tal modo, se manifiesta con la solicitud de actuación dirigida a los
órganos jurisdiccionales, a través del empleo de instrumentos técnicos adecuados
(demanda, requisitoria fiscal); pero no se agota en un mero peticionar sino que
además requiere su mantenimiento hasta la finalización del trámite por el dictado de la
sentencia y su ejecución. Ello se ve claramente en el proceso civil, que por su
carácter dispositivo requiere el impulso inicial y también el posterior o de
mantenimiento por parte del interesado; distinto es en el proceso de familia o laboral,
por ej., donde el impulso inicial es formulado por el actor (demanda laboral o de
familia) pero posteriormente, es el juez quien mantiene vivo y da impulso al
procedimiento hasta su efectiva finalización. En efecto, en estos fueros el impulso
procesal es de oficio (art. 41 Ley 7676 y 17 Ley 7987). En materia penal, en razón del
interés público involucrado, la acción es ejercida por órganos del estado, esto es el
Ministerio Público Fiscal, quien promueve las actuaciones y ordena las medidas
necesarias de investigación y de prueba. Ello, más allá de la figura del Querellante
Particular (art. 91 y 7 del CPP Cba.), que acuerda la posibilidad al ofendido de
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
constituirse al lado del órgano estatal, en una suerte de litisconsorte, pero que no
excluye ni limita en lo más mínimo los poderes y dirección del proceso que efectúa el
Fiscal. Ahora bien, este poder con fundamento constitucional que significa la acción
procesal, se hace necesario atribuirle un contenido (pretensión) y a la vez efectuar un
deslinde en relación a otros institutos procesales que resultan correlativos y
complementarios: la pretensión y la demanda, que representan respectivamente su
contenido y su vía de realización. Así, acción-pretensión-demanda, son instituciones
correlativa y que se vinculan en forma recíproca para explicar el fenómeno judicial,
que no puede ser entendido de modo integral sino con la conjunción de tales
conceptos: adviértase que la demanda consiste materialmente en un acto procesal
formal y documental cuya presentación al juez implica el ejercicio de la acción y que
resulta ser el continente de un contenido necesario: la pretensión. En el ámbito penal,
en cambio, el acto de promoción efectiva se configura en principio con el
requerimiento que formula el Ministerio Público Fiscal, quien ejercita en nombre del
Estado una pretensión penal (art. 341 y 355 CPPCba). En cuanto a caracteres de la
acción procesal, señalamos: Autónoma: existe con independencia del derecho
material invocado que sirve de fundamento a la pretensión planteada. Prueba de ello
es que puede promoverse efectivamente el poder de acción, tramitarse íntegramente
un juicio y la sentencia resultar en definitiva desestimatoria de la pretensión deducida
en juicio. Pública: se dirige a un órgano público y persigue fines de idéntica naturaleza
con independencia del fundamento sustancial, que sirve de base a la pretensión
esgrimida. Es así que puede tener basamento en pretensiones públicas de derecho
penal o privadas que hacen al derecho privado común. Realizadora: del derecho
sustantivo del fondo.
Devis Echandia define a la pretensión como “el efecto jurídico concreto que el
demandante persigue con el proceso, efecto al cual se quiere vincular al demandado”.
Pero la pretensión no sólo tiene como efecto someter a su voluntad al demandado: la
sujeción de éste y la obligación emanan de la sentencia. El objeto de la pretensión es
lo que se pide en la demanda.
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
Elementos: Elemento subjetivo: La pretensión consta de tres sujetos: -El actor que la
formula -El demandado frente a quien se formula y -La persona ante quien se formula
Los dos primeros son los sujetos activos y pasivos de la pretensión y el tercer sujeto
es el órgano destinatario de esa pretensión que tiene el deber de satisfacerla.
Identidad de sujetos
Para que dos pretensiones sean idénticas es menester que involucren los mismos
sujetos activo y pasivo (se excluye el órgano jurisdiccional). Este análisis mira la
cualidad jurídica en que dichos sujetos han intervenido en cada caso, no siendo
suficiente que se trate físicamente de las mismas personas: Pedro puede demandar a
Juan a nombre propio a raíz de un contrato y a la vez demandarlo como
representante legal de su hijo menor en razón del mismo contrato en tanto los
involucra a ambos.
Identidad de objeto
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
Identidad de causa
Como el objeto de la pretensión puede ser debido por diversas razones, se hace
necesario que haya identidad de causa: deberá identificarse la fuente del objeto de la
pretensión. En muchos casos la misma coincide con la fuente de la obligación
material: tal es el caso de la locación, la compraventa, etc. pero en el ámbito de las
pretensiones reales se advierte una distinción importante: en la reivindicación la causa
inmediata es el dominio, pero el hecho constitutivo de éste puede variar según que
derive de una compraventa, una donación o que haya sido adquirido por prescripción.
En este sentido advierte Alsina que respecto a la pretensión procesal, lo que está en
juego es el dominio mismo y no el modo de adquisición y por eso no varía la acción
por el hecho de que se invoque una causa mediata distinta, y así, rechazada la
reivindicación por no haberse acreditado el dominio que se dijo adquirido por
donación, no podría intentarse nuevamente alegando que el dominio se adquirió por
prescripción, pues ya en el primer caso se declaró que el reivindicante no era
propietario.
Alsina define a la demanda, en su acepción estricta, como “el acto procesal por el cual
el actor ejercita la acción solicitando al tribuna la protección, la declaración o la
constitución de una situación jurídica”. Palacio, define a la demanda como un acto que
se funde con la pretensión del actor, de modo simultáneo, “es la petición encaminada
a lograr la iniciación de un proceso, a cuyo efecto quien la formula ejerce y agota el
derecho de acción que le compete”. En definitiva, es un acto procesal, un acto jurídico
voluntario. A la vez es un acto formal que debe cumplir una serie de requisitos
mínimos establecidos por las leyes procesales: ser escrito y firmado. De esta manera
constituye un documento que tiene la siguiente importancia:
-Es el acto inicial que da origen a la relación procesal e influye en su desarrollo. -Abre
la instancia y a partir de su admisión se cuenta el plazo para la perención de la
instancia. -Pone en ejercicio a la jurisdicción y, con ella, a los poderes del juez, pero al
mismo tiempo los limita en tanto aquél no puede pronunciarse sobre peticiones que
no estén deducidas en al demanda. -Establece lo relativo a la prueba.
Contenido y requisitos
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
Nuestro CPCCba establece en su artículo 175 que la demanda se deducirá por escrito
y expresará: El nombre, domicilio real, edad, estado civil del demandante; tipo número
de documento de identidad. El nombre y domicilio del demandado La cosa que se
demande designada con exactitud. Si se reclamase el pago de una suma de dinero,
deberá establecerse el importe pretendido, cuando lo fuese posible, inclusive respecto
de aquellas obligaciones cuyo monto depende del prudente arbitrio judicial. Los
hechos y el derecho en que se funde la acción. La petición en términos claros y
precisos. Para una mejor comprensión, exponemos a continuación el siguiente
modelo de demanda ordinaria por daños y perjuicios:
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RECHO PROCESAL I - 2017
Confesión: interpuesta la demanda, los hechos expuestos por el actor pueden implicar
confesión de su parte, respecto de aquellos acontecimientos lícitos no contrapuestos
a la prueba rendida.
Excepción procesal
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
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Contestación de la demanda.
El demandado debe realizar este acto procesal dentro del plazo legal según el tipo de
procedimiento de que se trate si no desea ser declarado rebelde; se trata de un plazo
improrrogable pero no perentorio, de allí que una vez finalizado no precluye la
oportunidad, salvo que el actor acuse rebeldía y el juez la declare, a partir de esa
declaración firme de rebeldía, precluye para el demandado la facultad de contestar.
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
Estas situaciones pueden ser tomadas por el juez como confesión, lo que dependerá
de los demás elementos de valoración en el momento de dictar sentencia. Ahora bien,
es distinta esta situación de la que se presenta en el caso de reconocimiento de firma
o absolución de posiciones, para los cuales la ley establece, de manera definitiva, que
si el demandado no comparece o contesta evasivamente, se lo tendrá por confeso.
Manifestación sobre los documentos: el demandado tiene la carga de manifestar
acerca de ellos, debiendo distinguirse entre documentos privados y públicos.
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Reconvención
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RECHO PROCESAL I - 2017
EFIP 1
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Sucesión procesal
Existe sucesión procesal cuando “el sujeto que ocupa efectivamente una de las
posiciones procesales originarias es reemplazado por otro u otros, a consecuencia de
un acto entre vivos o por causa de muerte que transmite los derechos litigiosos –con
consiguiente pérdida de legitimación- y convierte al reemplazante en el nuevo
EFIP 1
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-La sucesión de una parte por sus herederos mortis causae. Es a título universal.
-La sucesión de una parte que muere por el legatario del derecho litigioso o del bien
objeto del proceso. Es una sucesión mortis causae a título particular.
-La sucesión de una parte por el cesionario mediante actos entre vivos.
La sustitución procesal
Cargas procesales
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Es uno de los sujetos esenciales del proceso penal. En esta materia se debate entre
un órgano técnico (jueces de derecho), o el cumplimiento de un mandato
constitucional que es el de la institución del jurado. El juez técnico evalúa los hechos y
resuelve conforme a las reglas de la sana crítica racional. Funda su decisión
legalmente. En el juicio por jurados, el tribunal está compuesto por ciudadanos no
letrados en derecho que resuelven la existencia del hecho conforme a su íntima
convicción, solamente expresan la inocencia o culpabilidad del imputado. Ahora bien,
nuestro CPPCba., en su art. 369 establece que si el máximo de la escala penal
prevista para el o los delitos contenidos en la acusación fuere de quince años de pena
privativa de la libertad o superior, el tribunal –a pedido del ministerio público, del
querellante o del imputado-, dispondrá su integración con dos jurados” Así, junto al
jurado existe el juez técnico en derecho, cuya función consiste en dirigir el proceso,
proceso que es observado por el jurado previa decisión. Luego de la decisión y tras la
deliberación (secreta y reservada) el jurado emite su decisión acerca de la inocencia o
culpabilidad del acusado, y será recién el juez técnico quien aplicará la ley penal
mediante el pronunciamiento de la condena fundada en derecho. Acusador fiscal
Comprende la función procesal del ministerio público en el proceso penal, en el cual la
acción penal es asumida por el Estado en forma exclusiva. El ministerio público tiene
a su cargo el ejercicio de la acción penal, y para ello, la fiscalía ejerce dos grandes
actividades: -Por un lado, practica la investigación penal preparatoria -Por otro, el
ejercicio de la acción penal mediante la acusación En síntesis, es el órgano estatal
competente para la persecución penal. Así, la investigación penal preparatoria debe
impedir que el delito cometido produzca consecuencias ulteriores y reunir las pruebas
útiles para dar base a la acusación o determinar el sobreseimiento (art. 302 CPPCba)
De tal suerte, tiene por objeto comprobar si existe un hecho delictuoso, establecer las
circunstancias que lo califiquen, agraven o atenúen, individualizar sus responsables,
verificar las condiciones personales de los mismos, comprobar la extensión del daño
causado por el delito (art. 303 CPPCba) Así, tras la investigación penal preparatoria,
el fiscal puede solicitar el sobreseimiento del imputado (art. 348 y 350) o determinar la
elevación de la causa a juicio (en este último caso, siempre que hubiere elementos de
convicción suficientes para sostener com probable la participación punible del
imputado en el hecho intimado (art. 354) Promovida la acción penal, ya en el juicio la
Fiscalía queda en posición de “parte actora”, es decir acusador en contra del
imputado “parte acusada”, en un perfecto pie de igualdad entre ambas, en
contradicción y duales. Entre ellas se desarrollará el debate, ante el tribunal, quien
dirige el proceso, estándole prohibido al tribunal el despliegue de actividad probatoria
de oficio, y teniendo participación activa recién el tribunal en el acto de sentenciar. El
imputado Es el polo pasivo de la pretensión penal, quien es acusado por un delito. Se
mantiene en estado de inocencia hasta el momento en que se dicte sentencia
declarándolo culpable del delito del cual se le imputa, y del cual ha otorgado el
derecho de defensa. Es sobre quien recaerá la pretensión punitiva, siendo necesario
obviamente un proceso con garantías y eficacia. Su declaración es un elemento de
descargo, siendo el principal momento de su defensa. En el ejercicio de su defensa, el
EFIP 1
RECHO PROCESAL I - 2017
imputado tiene derechos activos de intervención, pudiendo hacer valer sus derechos
desde el primer momento de la persecución penal dirigida en su contra, pudiendo
incluso formular sus instancias defensivas ante el funcionario encargado de la
custodia.
Sujetos eventuales
Las partes son dos (actor y demandado). Una de las partes pretende y la otra
reacciona contra esa pretensión. Por eso el carácter dual de las partes, sólo dos.
Pero, en cada una de las partes (polo activo y pasivo) pueden existir más de una
persona pretendiendo o reaccionando, e incluso en ambas partes puede existir
también más de un sujeto. Cuando en una, otra o ambas partes existe más de un
sujeto, el derecho procesal lo denomina partes con pluralidad de sujetos. La parte con
pluralidad de sujetos es el género, el litisconsorcio o relación litisconsorcial es la
especie. Digamos que siempre que existe litisconsorcio (especie) nos encontramos
ante una parte con pluralidad de sujetos, pero o siempre que exista una situación de
partes con pluralidad de sujetos estaremos frente a un litisconsorcio. El Litisconsorcio:
existe litisconsorcio cuando entre varios sujetos que ocupan una misma posición
procesal se presenta un vínculo de conexidad causal o de afinidad. Está contemplado
en el art. 181 del CPCCba, el cual trata la posibilidad de acumulación de acciones
(pretensiones) en la demanda, estableciendo que “podrá, igualmente acumularse y
ejercitarse simultáneamente las acciones que uno tenga contra varias personas o
EFIP 1
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varis contra una sola, siempre que emanen de un mismo título o se funden en una
misma causa de pedir” Es necesaria la conexidad causal a los fines de que esa pare
con pluralidad de sujetos se constituya en un litisconsorcio. El mismo puede ser:
Activo: cuando se manifiesta en el polo actor Pasivo. En el polo demandado Mixto: en
ambos
Facultativo: cuando su formación obedece a la libre voluntad de las partes. Los actos
de cada litisconsorte son independientes en sus efectos de los demás sin beneficiar ni
perjudicar al litisconsorte, la rebeldía de uno no perjudica a los otros, los costos de
pruebas como los peritos, oficios, son a cargo del oferente. Estos efectos se dan por
tratarse de relaciones jurídicas escindibles (divisibles) y en realidad nos encontramos
ante procesos acumulados. Necesario: cuando lo impone la ley o la característica de
inescindibilidad de la relación o situación jurídica que constituye la causa de la
pretensión, lo que produce que al litigio resulte imposible decidirlo válidamente sin la
concurrencia de la integración de la relación litisconsorcial. Entre varios sujetos existe
una relación sustancial única e inescindible, y la sentencia sólo puede dictarse
útilmente frente a todos los integrantes de la relación jurídica sustancial controvertida
en el proceso. Los actos procesales de uno de los litisconsortes beneficial o
perjudican a los otros, la prueba, acreditación o confirmación de un hecho, se analiza
y valora para todos.
ACTOS PROCESALES:
Los actos procesales son los actos jurídicos del proceso. Este se compone de una
serie de actos tendientes a un fin, que no es otro que de lograr la culminación del
proceso a los efectos de augurar la justicia, en el caso concreto y la paz social.
Estos actos que se cumplen en el trámite judicial están de tal modo concatenados
entre si, que cada uno de ellos es una consecuencia del anterior y antecedente del
posterior. Son cumplidos por los sujetos procesales y demás intervinientes en virtud
del ejercicio de poderes y cumplimiento de deberes legalmente regulados.
Se ha afirmado que los actos procesales son los actos jurídicos del proceso. Por ello,
para desentrañar su naturaleza se debe partir de la Teoría general de los actos
jurídicos, sus conceptos fundamentales y adaptarlos al derecho procesal.
El Código Civil, respecto de los actos jurídicos, que son aquellos “El acto jurídico es el
acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas” (art. 259CC).
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Al ser una especie de acto jurídico, para su validez debe ser realizado con
discernimiento, intención y libertad. Quien realice un acto procesal, (sea un órgano
jurisdiccional, sea una de las partes o un tercero), debe tener “capacidad” para
efectuar dicha actividad, siendo su ausencia causal de nulidad del acto. Los actos
procesales deben ser realizados con intención. Serán reputados sin intención, cuando
fueran hechos por ignorancia, error o dolo. Por ultimo, para la eficacia del acto
procesal se requiere que el agente que lo ejecute no este privado de su libertad por
un acto de fuerza o intimidación.
Palacio define a los actos procesales como “los hechos voluntarios que tiene por
efecto directo e inmediato la constitución, el desenvolvimiento o la extinción del
proceso, sea que procedan de las partes (o peticionarios) o de sus auxiliares, del
órgano jurisdiccional (o arbitral) o de sus auxiliares, o de terceros vinculados a aquel
con motivo de una designación, citación o requerimiento destinados al cumplimiento
de una función determinada”.
No constituyen actos procesales, aquellas actividades cumplidas fuera del ámbito del
proceso, aunque eventualmente puedan producir efectos en él. Pero no median
razones atendibles para excluir del concepto de acto procesal a todas aquellas
actividades que despliegan en el proceso quienes no revisten en él el carácter de
sujetos directos o auxiliares permanentes de éstos, como son los testigos, peritos,
interpretes, martilleros, depositarios, etc.
Son actos voluntarios lícitos que tienen por efecto directo e inmediato el inicio,
desenvolvimiento, paralización o terminación del proceso, conforme a los preceptos
de la ley ritual, sea que procedan de las partes, del órgano judicial o de sus auxiliares,
o de terceros vinculados a aquel, destinados al cumplimiento de una función
determinada.
Hay que distinguir entre actos procesales de los meros hechos que producen también
efectos en el proceso, así por ejemplo, el transcurso del tiempo hace vencer los
plazos, la muerte de una de las partes, la destrucción de un documento, etc..
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Sujetos, objeto (materialidad del acto), forma (en sentido amplio y en sentido estricto).
Actos de iniciación.
Actos de desarrollo
Y actos de conclusión.
La demanda.
El embargo preventivo.
Actos de comunicación: por medio de los cuales se les comunica a las partes,
terceros o funcionarios judiciales o administrativos; una petición formulada en el
proceso o el contenido de una resolución judicial.
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Por último tenemos los ACTOS DE CONCLUSIÓN: que se dividen en tres: sentencia
(que es la forma normal de conclusión del proceso).
Ejecución de sentencia.
La regla general es que todos los actos procesales deben ser comunicados a las
partes
Esta actividad “comunicante”, que ha sido clasificada por parte de la doctrina como
secundaria, por entenderse que no es de las principales que cumple el Poder Judicial,
no la realizan las partes en forma directa sino por intermedio del tribunal, a través de
distintos medios; oficios, exhortos, notificaciones, etc.
Clases de comunicaciones:
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*Audiencia: comunicación inmediata y directa del juez con las partes. Son los medios
de comunicación no solo entre las partes sino entre estas y el tribunal, designándose
a tal fin un determinado día y hora para su recepción.
En general las audiencias son públicas, salvo que el tribunal disponga lo contrario por
resolución motivada, lo que no dará lugar a recurso alguno (art. 54 CPC).
Las audiencias ordenadas por la ley serán decretadas con designación precisa de día
y hora e intervalo no menor de tres días, salvo que motivos especiales exijan mayor
brevedad. Se realizaran con las partes que asistieran a ellas, sin esperarse a los
demás interesados más de quince minutos (art. 59 CPC).
*Traslados y vistas: comunicación de las partes entre si. Son los modos por los
cuales se comunica a una de las partes las pretensiones o alegatos de la contraria, a
fin de que aquella emita una opinión al respecto. Define como “aquellas providencias
mediante las cuales los jueces o tribunales deciden poner en conocimiento de las
partes o de los terceros las peticiones encaminadas a obtener una resolución capaz
de afectarlas, concediéndoles de tal manera la oportunidad de formular alegaciones o
producir pruebas en apoyo de los derechos que estiman asistirles”.
En general, las vistas tienen la misma finalidad que los traslados y la mayoría de los
códigos vigentes la sujetan a los mismos requisitos que éstos. En términos generales
y frente a la ausencia de previsiones legales específicas, puede decirse que la
concesión de un traslado o de una vista depende de la mayor o menor complejidad de
las cuestiones acerca de las cuales debe expedirse el destinatario del
correspondiente acto de transmisión.
Nuestro ordenamiento procesal civil y comercial local establece, sin hacer distinción
entre unos u otros, que los traslados y vistas se correrán, entregando al interesado,
juntamente con las cedulas de notificación, las copias a que se refiere el art. 85,
siempre que aquellas no hubiesen sido entregadas con anterioridad. Con relación al
plazo, todo traslado y vista que no tenga fijado uno especial por ley o por el tribunal,
se considerará otorgado por tres días y la diligencia se practicara en la forma prevista
para las notificaciones en general
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*Oficios: comunicación del tribunal con órganos de otros poderes del estado. Los
oficios son los medios de comunicación, que en general, los jueces pueden cursar a
otro órgano jurisdiccional u otra autoridad a fin de encomendarles el cumplimiento de
alguna diligencia (recepción de pruebas, embargo de bienes, etc). La Ley expresa que
“la comunicación entre los tribunales de distinta jurisdicción territorial se realizara
directamente por oficios, sin distinción de grado o clase, siempre que ejerzan la
misma competencia en razón de la materia”.
Sin embargo, en virtud de lo dispuesto por la mencionada ley 22.172, el exhorto solo
es utilizable, en nuestro ordenamiento jurídico, para las comunicaciones entre los
distintos tribunales de la provincia de Córdoba.
Ello así, pues toda comunicación dirigida a otra autoridad judicial fuera de la provincia
pero dentro de la República, se hará por oficio en la forma que establece la ley
convenio sobre comunicaciones entre tribunales de distinta competencia territorial
(Ley 22.172).
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NOTIFICACIONES PROCESALES:
Son los actos mediante los cuales se pone en conocimiento de las partes, o de
terceros, el contenido de una resolución judicial. Tienen por objeto asegurar la
vigencia del principio de contradicción y establecer un punto de partida para el
cómputo de los plazos. Conforme lo dispone el artículo 142 del Código de
Procedimiento de Córdoba, las providencias y resoluciones judiciales no obligan si no
son notificadas con arreglo a la ley. Ellas se efectuarán: 1) a domicilio por cédula o
cualquier otro medio fehaciente, 2) en la oficina mediante diligencia suscripta
por el interesado o su abogado, 3) por retiro del expediente, 4) por edictos y, 5)
por ministerio de la ley.
La notificación por retiro del expediente: se efectúa mediante el efectivo retiro del
expediente por parte del letrado apoderado o patrocinante en las condiciones que
autoriza el código en sus artículos 69 y 70.
Aquí cabe aclarar que si dicha diligencia pretendiera hacerse por la parte en el pleito
quien comparece sola a la barandilla del Juzgado, para que tenga validez procesal
debe ser controlada su identidad.
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La notificación por cédula o cualquier otro medio fehaciente: Estos últimos hacen
referencia a telegramas copiados o colacionados, cartas documentos o aviso de
recepción. A este tipo de notificación puede acudir la parte cuando deban practicarse
a personas que se domicilian en otras localidades dentro de la provincia.
El control de las cédulas debe recaer sobre éstos requisitos mencionados a lo que
deberá sumársele la certificación colocada generalmente en el reverso de la cédula y
donde el oficial notificador ha dejado constancia de la realización de la medida, no
resultando válido el acto procesal de la notificación si hubiera manifestado algún
impedimento en su cumplimiento.
Artículo 45. - Cómputo inicial. Los plazos judiciales correrán para cada interesado
desde su notificación respectiva o desde la última que se practicare si aquéllos fueren
comunes, no contándose en ningún caso el día en que la diligencia tuviere lugar.
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Artículo 53. - Prórroga legal. Si el plazo vence después de las horas de oficina, se
considerará prorrogado hasta el fenecimiento de las dos primeras horas de oficina del
día hábil siguiente.
Entonces: Los plazos, lapsos dentro de los cuales es preciso cumplir cada acto
procesal en particular, pueden ser:
1º) Los plazos legales son aquellos cuya duración se halla expresamente
establecida por la ley. Son judiciales los fijados por el juez o tribunal. Son
convencionales los que las partes pueden fijar de común acuerdo.
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2º) Un plazo es perentorio (preclusivo o fatal) cuando, una vez vencido se opera
automáticamente la caducidad de la facultad procesal para cuyo ejercicio se concedió.
Son los más importantes.
Artículo 49. - Plazos fatales. Son plazos fatales los señalados por la ley:
5. Cualquier otro respecto de los cuales haya prevención expresa y terminante de que
una vez pasados no se admitirá en juicio la acción, excepción, recurso o derecho para
que estuvieren concedidos.
Artículo 50. - Efectos. Los plazos de que habla el artículo 49 fenecen por el mero
transcurso del tiempo, sin necesidad de declaración judicial ni de petición de parte, y
con ellos los derechos que se hubieren podido utilizar.
3º) Un plazo es prorrogable cuando cabe prolongarlo a raíz de una petición unilateral
en ese sentido formulada con anterioridad a su vencimiento, y es improrrogable
cuando no puede ser objeto de tal prolongación.
No debe confundirse plazo improrrogable con plazo perentorio. Todo plazo perentorio
es improrrogable, ya que, por esencia, descarta la posibilidad de que pueda ser
prorrogado a pedido de una de las partes. Pero no todo plazo improrrogable es
perentorio, pues mientras que el primero admite su prolongación tácita en el sentido
de que el acto correspondiente puede cumplirse después de su vencimiento, pero
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4º) Son plazos individuales aquellos que corren independientemente para cada
parte. Son comunes los plazos cuyo cómputo se efectúa conjuntamente para todos
los litigantes, sean partes contrarias o litisconsortes.
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Regular, significa sin vicios que puedan invalidarlos y legal, implica que estos actos
sean realizados conforme a las previsiones establecidas en la ley procesal.
La actividad procesal cumplida sin observar las normas que la regulan puede
perjudicar la función de tutela de los intereses comprometidos, ello conduce a prevenir
la inobservancia, y en su caso, evitar los vicios o defectos irregulares o a eliminarlos si
ya se hubieren producido.
El vicio que recae sobre un acto procesal puede ser objetivo o subjetivo:
Sin embargo, no todo defecto produce la ineficacia del acto procesal, pues para que
ella opere, esa irregularidad debe manifestarse como “perjudicial en la vida del
proceso, afectando el ejercicio de la defensa, un presupuesto procesal o el equilibrio
entre las partes resultante del principio de igualdad y contradictorio”.
La ineficacia del acto se alcanza mediante una declaración jurisdiccional que entraña
la aplicación de la sanción procesal que corresponda.
Las sanciones procesales han sido caracterizadas por Clariá Olmedo como:
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Son sanciones de carácter enteramente objetivas, por cuanto atacan al acto, y sus
efectos, con independencia y exclusión del sujeto que los haya producido, sin
perjuicio de la posibilidad de que sean sancionados disciplinariamente.
Por u parte, la caducidad tampoco puede ser caracterizada como una sanción
procesal sino que se traduce en la perdida de un poder, por no haberlo ejercido
oportunamente, vinculado con un termino perentorio.
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Es el esfuerzo que realizan todos los sujetos procesales para comprobar la veracidad
de los hechos invocados por las partes en los escritos introductorios del pleito:
demanda y contestación.
MEDIOS DE PRUEBA:
Hay que distinguir entre Fuentes de Prueba y Medios de Prueba:
Los medios de prueba son la actividad del juez, de las partes y de los terceros,
desarrollada dentro del proceso para traer fuentes de prueba de la manera indicada
por el ordenamiento procesal (prueba confesional, testimonial, documental, etc.). En
los medios de prueba intervienen todos los que actúan en el proceso. Los medios de
prueba son ilimitados, porque se puede probar de otras maneras a las establecidas
por el código, de acuerdo a lo determine el juez o en base a la analogía con otros
medios de prueba ya determinados por el Código.
Las fuentes de prueba son las personas (los testigos, los absolventes, etc.) o cosas
(documentos, etc.) cuyas existencias son anteriores al proceso e independientemente
de él, que tienen conocimientos o representan hechos que interesan en el proceso. La
relación entre los medios de prueba y las fuentes de prueba es que los medios salen
siempre de las fuentes de prueba.
Objeto de prueba
Expresa Alsina que “objeto de prueba son los hechos que se alegan como fundamento del derecho
que se pretende”, ampliando Palacio tal concepto al expresar que “son los hechos controvertidos y
conducentes a la decisión de la causa, afirmados por los litigantes”. De tal modo, el último autor citado
sostiene que es posible inferir que el objeto de prueba: está constituido por hechos externos o
internos que pueden ser objeto de conocimiento; que deben ser susceptibles de percepción por los
sentidos o deducción por la razón; cualquiera sea su naturaleza (física, psíquica, o mixta); hallarse
controvertidos por las partes y afirmados por ellas; ser hechos que conduzcan (pertinencia y utilidad)
al esclarecimiento de la cuestión controvertida.
Por la forma pueden ser escritos (Ej.: documentos) u orales actuados (ej.:
audiencia testimonial).
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Principios de la prueba
Libertad: implica que las partes y el juez deben gozar de libertad para obtener
todas las pruebas que sean útiles pertinentes a la averiguación de la verdad, salvo
que por razones de moral y de orden público no puedan ser realizadas. Este
principio se resuelve en otros dos: libertad de medios de prueba y libertad de
objeto de prueba. Este concepto significa que todo puede probarse por cualquier
medio, cualquier hecho puede ser objeto de prueba y esa prueba puede
alcanzarse por cualquier medio. Ahora bien, es importante destacar que ante el
riesgo de que amparándose en este principio, se produzcan pruebas innecesarias,
es que los ordenamientos procesales más modernos ponen ciertos límites al
mismo, prohibiendo la producción de pruebas manifiestamente improcedentes,
inconducentes o inidóneas.
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Concepción clásica
Las reglas sobre la carga de la prueba son aquellas que tienen por objeto
determinar cómo debe distribuirse, entre las partes, la actividad consistente en
probar los hechos controvertidos que son materia de litigio.
Así por ej., en un contrato de compra venta, el actor deberá probar la existencia de
dicho contrato, como asimismo, las demás circunstancias que lo tipifican, por ej.:
cosa vendida, precio, etc. En cuanto a los hechos impeditivos, como regla le
corresponde su prueba al demandado. Siguiendo el ejemplo anterior, podemos
decir que son hechos impeditivos la existencia de un vicio en el consentimiento o
la incapacidad de los contratantes, correspondiendo la prueba de su existencia a
quien los invoca como fundamento de su defensa.
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bien generalmente estos hechos deben ser probados por el demandado, existen
supuestos en que los hechos impeditivos y extintivos deberán ser probados por el
actor, cuando constituyeren el fundamento de su pretensión, pues existen
situaciones en las que un hecho impeditivo o extintivo funda una demanda; en tal
caso, el actor deberá probar el hecho que impidió la constitución de una relación
jurídica o que la extinguió, como sucede cuando se solicita la nulidad de un acto
jurídico, correspondiéndole al actor la prueba del error, dolo, violencia o cualquier
vicio de la voluntad en que funda la demanda.
Reformulación
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Nuestro sistema reposa en el carácter público del interés represivo, por lo que la
obligación de investigar la verdad y de aportar en consecuencia las pruebas
necesarias, incumbe al estado a través de sus órganos predispuestos, sin que la
actividad probatoria y el objeto de la prueba puedan encontrar límites derivados de
la conducta de las partes. La responsabilidad que nace para el Ministerio Público
por imperio de la ley 8123 durante la etapa del juicio, por la cual el ofrecimiento de
prueba es de su exclusiva competencia, no pudiéndola suplir el tribunal de oficio,
no responde a la teoría de la carga probatoria pues el fiscal, objetivamente, está
obligado a efectuar dicho ofrecimiento, de la misma forma que el juez está
obligado a juzgar. La actividad probatoria en el proceso penal no es una simple
verificación, desde que ésta presupone una afirmación previa, y lo que se pretende
es reconstruir objetiva, imparcial, histórica y libremente el hecho hipotético que
supone delito.
La sentencia es la resolución jurisdiccional que pone fin al proceso en el cual se dicta y resuelve en
definitiva la cuestión litigiosa. Se trata de una norma particular, aplicable exclusivamente al caso
concreto sometido a juzgamiento. Puede ser vista desde dos aspectos, uno legal y otro sustancial.
Desde el punto de vista legal, la sentencia es aquella resolución jurisdiccional que, como tal, ha sido
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definida o caracterizada en la ley. Es aquél pronunciamiento que pone fin al proceso, cualquiera sea la
cuestión que en ella se resuelva.
Desde el punto de vista sustancial, sentencia es aquella resolución jurisdiccional que decide en
definitiva sobre el fondo de la cuestión traída al proceso, por lo que para su existencia requerirá que
aquél se haya tramitado integralmente.
Desde este punto de vista, no será sentencia el sobreseimiento, pues no resuelve la cuestión de fondo
–no absuelve ni condena, sólo dice que la pretensión ha prescripto, o que el hecho no es delito, o que
el imputado no participó en él.
O sea, para sintetizar y a efectos de una mejor comprensión: Punto de vista legal: resolución que
decide en definitiva cualquier tipo de cuestiones que pone fin al proceso (como un sobreseimiento,
por ejemplo). Punto de vista sustancia: resolución que decide en definitiva sobre la cuestión de fondo,
pendiendo fin al proceso.
Decimos que sentencia es una resolución jurisdiccional definitiva. Esto quiere decir que con ella se
agota la jurisdicción de conocimiento del juez en ese proceso –no su actividad en el mismo-. Es decir,
ya sea desde el punto de vista legal o sustancia, sentencia es decisión que pone fin al proceso en su
momento cognoscitivo, después de su integral tramitación.
En primer lugar, el juez debe empezar por obtener las cuestiones de hecho contenidas en la causa para
delimitar el campo dentro del cual han de proyectarse las pruebas efectiva y legítimamente
introducidas al proceso –para el juez, lo que no está en el expediente o en el acta, no existe en el
mundo. Al mismo tiempo deberá ir comparando esas cuestiones con el hecho específico descripto en
las normas jurídicas aplicables.
Delimitados los hechos deberá fijarlos en el siguiente orden: 1. los que las partes aceptaron como
ciertos –no controvertidos-; 2- los que no requieren demostración –hechos evidentes y presunciones
iure et de iure-; 3- presunciones iuris tantum no destruidas por prueba en contrario y hechos
controvertidos. Fijados los hechos deberá iniciar la valoración de la prueba en busca de la obtención
de certeza respecto de la verdad el acontecimiento sometido a su decisión.
Para esta valoración deberá aplicar las reglas de la lógica, la psicología y la experiencia, cuya omisión,
en nuestro sistema, está conminada con la nulidad y constituye un vicio in iudicando. La regla que
prohíbe el non liquen obliga al juez a dictar sentencia cualquier que sea el estado intelectual al que
arribe –duda, probabilidad o certeza-.
Frente a estos grados de conocimiento se alcanzan los siguientes resultados: En caso de certeza
negativa, el juez decidirá a favor de las pretensiones del actor o de quien opuso la excepción, en su
caso. En caso de certeza negativa, el juez decidirá la no aceptación lisa y llana del hecho afirmado, lo
que conduce al rechazado de la pretensión del actor o de quien opuso la excepción.
En caso de duda, el juez hallará un equilibrio entro los elementos negativos y los positivos, lo que
significará ausencia de toda prueba e incertidumbre respecto del hecho afirmado. Si esto ocurre se
tendrá como no probado aquél. En caso de probabilidad, esto es, mayor cantidad de elementos
positivos pero que no excluyen por completo a los negativos, habrá insuficiencia de prueba para
cualquier tipo de proceso, lo que impide acoger de plano la afirmación, no pudiendo darse por
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existente el hecho y aunque esta misma probabilidad permitió ordenar durante la sustanciación del
proceso previo a al sentencia, una medida cautelar.
En caso de improbabilidad, se estará en la situación inversa a la anterior, por lo que los hechos cuya
existencia se afirma deben ser considerados inexistentes. Por su parte, en el ámbito penal estos
estados intelectuales responden a las siguientes soluciones: Certeza negativa durante la instrucción:
sobreseimiento.
Probabilidad durante la instrucción: procesamiento, vista fiscal, prisión preventiva, según los distintos
sistemas.
Palacio la define como la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia
definitiva cuando contra ella no procede ningún recurso ordinario o extraordinario susceptible de
modificarla, o ha sido consentida por las partes. No es un efecto de la sentencia sino la irrevocabilidad
de los efectos de aquélla o de cualquier resolución jurisdiccional que ha quedado firme.
Clases
Cosa juzgada en sentido formal: se configura cuando a pesar de ser firme e irrevocable la sentencia
dentro del proceso en el cual se dictó, sin embargo la causa allí resuelta puede ser nuevamente
discutida en un proceso ulterior. Es decir, carece del atributo de indiscutibilidad. Tal es el caso de la
sentencia dictada en un juicio ejecutivo que, sin embargo, y a pesar de que se proceda a la ejecución
ordenada en ella, permite que la causa sea discutida por vía ordinaria. Esto ocurre porque en el juicio
ejecutivo no se permite discutir la causa de la obligación y por ende, se trata de cuestiones no
resueltas que ameritan la sustanciación de otro proceso. La doctrina entiende que no estamos ante
una autoridad de cosa juzgada.
Cosa juzgada material o sustancial: se trata de aquella sentencia que ha quedado firme, es irrevocable
y no admite discusión posterior por la misma causa; no se puede ir más allá, no admite supuesto
contrario alguno; en consecuencia, es un presupuesto de la conclusión que torna vano todo logicismo
que intente desconocerla.
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nulidad (art. 76 y ss. del C.P.C.Cba.); la acción de revisión, denominada incorrectamente por l art. 395
del CPC como ”recurso” y las excepciones o defensas que puede ejercer el demandado. Desde un
punto de vista didáctico, el análisis de la impugnación procesal debe dar respuesta a estas preguntas:
Quién impugna? Qué se impugna? Cómo se impugna? Cómo se tramita la impugnación? Desde un
punto de vista subjetivo y a los fines de responder a la primer pregunta, se puede conceptualizar a la
impugnación procesal como la facultad que la ley confiere a las partes, y excepcionalmente a los
terceros interesados, para obtener por el mismo juez u otro superior, la invalidación del acto procesal
irregularmente cumplido, o la revocación, modificación o sustitución de la resolución jurisdiccional
injusta. El requisito indispensable para la procedencia de la impugnación es la existencia del “agravio”
o “gravámen”. Entendiéndose por agravio la injusticia, la ofensa, el perjuicio material o moral que
ocasiona al impugnante el acto atacado. Así como el interés es la medida de la acción, el agravio es la
medida de la impugnación. En materia de recursos, el agravio está representado por el rechazo total o
parcial de las pretensiones hechas valer en el proceso por el recurrente. Al respecto, el primer párrafo
del art. 354 C.P.C.Cba., dispone que sólo podrá recurrir la parte que tuviere un interés directo. Este
interés directo es el “agravio” o “gravamen” antes referenciado, es decir, aquél que se tiene con
respecto a la resolución que se considera injusta o ilegal. Así por ejemplo, una de las partes no podrá
agraviarse de la sentencia que acogió su pretensión porque ésta se fundó en una doctrina distinta a la
que ella sustentó en el proceso, o porque, por ejemplo la sentencia acogió una sola de las tres causales
de divorcio en que se fundó la pretensión contenida en la demanda.
Fundamentos
En síntesis, mediante el poder de impugnación se procura que los actos procesales (resoluciones
judiciales, actos de partes y de terceros intervinientes en el proceso) sean justos, como condición
indispensable para obtener la paz social, pero además de justos, que los mismos respeten las
disposiciones establecidas por las leyes de procedimiento, como medio de salvaguardar en última
instancia, los derechos y garantías constitucionales (derecho al debido proceso adjetivo, derecho de
defensa en juicio, derecho al juez natural, derecho a la “nulla poena sine previa lege”) Es decir, que los
actos procesales vistos en su faz dinámica deben respetar os principios técnicos jurídicos por los cuales
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se orientan en el proceso moderno, pero además de ello, se requiere que el acto procesal sea “justo”
en cuanto a su conformidad con las reglas éticojurídicas por las cuales se determina la licitud o ilicitud
de la conducta humana, con el fin último de proveer a una mayor tranquilidad del orden establecido.
El acto impugnativo: La tercera de las preguntas planteadas: Cómo se impugna?, requiere analizar la
facultad de impugnar que se traduce en una actividad que ha de desarrollar el impugnante, dentro del
tiempo hábil establecido en la ley procesal para evitar que se produzca el efecto preclusivo, y con ello,
la caducidad de esa facultad. El acto impugnativo, siguiendo a Zinny, consta de dos partes, que pueden
o no cumplirse simultáneamente, según sea la previsión legal.
Admisibilidad: La impugnación, como toda actividad de las partes, para ser eficaz requiere de una
actuación del tribunal, que se conoce con el nombre de juicio de admisibilidad. Una vez interpuesta la
impugnación, el tribunal que dictó el pronunciamiento cuestionado deberá resolver sobre su admisión,
para conceder o denegar dicha impugnación.
Las condiciones que debe cumplir el acto impugnativo par que no sea declarado inadmisible son las
expresamente previstas por la ley, a más de las que surjan de los principios generales: resolución
recurrible (impugnación objetiva), tener el recurrente legitimación (impugnación subjetiva, por
ejemplo: ser parte o tercer afectado), regularidad y completividad del acto (formalidad, como en el
recurso de reposición que debe fundarse en el mismo acto que se interpone), cumplimiento en el
plazo fijado (oportunidad). Esas condiciones de admisibilidad varían de un medio impugnativo a otro.
Efectos
El estudio de los efectos de las impugnaciones en general y de los recursos en particular, significa
analizar las consecuencias inmediatas de la instancia impugnativa o recursiva. Debemos tener en
cuenta que los efectos que desarrollaremos tienen cada uno de ellos su efecto opuesto, pudiendo en
muchos casos aplicarse uno de los efectos a la regla y el otro a las excepciones cuando ambos
funcionan para el mismo medio o vía impugnativa, como ej: el recurso de apelación tiene por regla
efecto suspensivo o excepcionalmente no suspensivo (art. 558 del CPCCba), o ese recuso tiene por
regla tramitación inmediata (art 368 y ss del mismo cuerpo adjetivo) y como excepción el carácter
diferido.
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Se entiende por efecto devolutivo la remisión del fallo apelado al superior que está llamado, en el
orden de la ley, a conocer de él. No hay propiamente devolución, sino envío para el reexamen. La
jurisdicción se desplaza del juez recurrido al juez que debe intervenir en la instancia superior. Digamos
que sobre el fundamento del recurso debe escrutar y expedirse, por regla general, un órgano
jurisdiccional distinto y de mayor jerarquía (tribunal de alzada o ad quem) que el que dictó la
resolución impugnada (a quo). Es el denominado efecto devolutivo. Este efecto es típico de los
recursos propiamente dichos y conlleva el efecto suspensivo. Cuando adolece de este efecto
devolutivo, más que recurso es un incidente.
Consiste en la paralización provisional de las consecuencias del acto atacado una vez interpuesta la
impugnación de que se trata y hasta tanto la misma sea resuelta. Para evitar que la posible injusticia
de la resolución recurrida se comience a consolidar durante el trámite del recurso, se dispone, de
ordinario, que se suspenda la ejecución de lo resuelto por el pronunciamiento recurrido, durante el
plazo acordado para impugnar, y si esto ocurre, también durante el tiempo de sustanciación del
recurso. Lo que se suspende con la interposición de la impugnación no es el desarrollo del proceso,
sino lo que ha dispuesto la resolución impugnada. Como lo adelantamos más arriba, un mismo recurso
puede tener por regla el efecto suspensivo, pero también a veces y a modo de excepción ser no
suspensivo. Por ej., una excepción al efecto suspensivo del recurso reapelación, se encuentra en el
proceso por alimentos y litis expensas, donde se procura proteger al beneficiado de esas prestaciones.
El recurso: En sentido estricto, implica devolución, y por regla tiene efecto suspensivo. Con la
admisibilidad del recurso se abre la competencia funcional por grado del tribunal superior. Procede
contra las resoluciones judiciales (sentencias, autos o decretos) y persigue la revocación, modificación,
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Demanda o acción impugnativa: Importa el ejercicio del poder de acción procesal cuyo contenido es
una pretensión invalidatoria contra la cosa juzgada írrita fundada en los motivos previstos por la ley
(art. 395 del CPCCba) que se interpone y tramita ante el Tribunal Superior (art. 397 CPCCba). Clariá
Olmedo opina que la acción impugnativa, además de atacar una sentencia que ha pasado en autoridad
de cosa juzgada (revisión), también puede dirigirse contra la ilegitimidad de una decisión dictada por la
Administración Pública, que ha quedado firme luego de haberse agotado la vía administrativa, que es
lo que se conoce como demanda contencioso administrativa.
Casación
-Que la decisión se hubiere dictado violando los principios de congruencia o de fundamentación lógica
y legal, o que se hubiere dictado con violación a las formas y solemnidades y prescriptas para el
procedimiento o la sentencia. No procederá si el recurrente hubiere concurrido a producirla,
aceptando los actos nulos, o que éstos, no obstante la irregularidad hubieren logrado la finalidad a que
estaban destinados; o no resultare afecta la defensa en juicio.
Violación al principio de congruencia: el principio indica que debe existir una correlación entre la
pretensión y la decisión.
Falta de fundamentación lógica y legal: la sentencia debe ser necesariamente fundada, pero esa
fundamentación debe enmarcarse, además, dentro de las reglas de la sana crítica racional. Este motivo
conduce a considerar arbitraria a la sentencia y, con ello, a abrir otra vía recursiva distinta de la
casación –inconstitucionalidad por arbitrariedad de la sentencia.
-Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha, dentro de los cinco
años anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de la causa, por el Tribunal Superior de
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-Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el Tribunal Superior de Justicia en
ocasión de un recurso fundado en el inciso precedente.
Ahora bien, ¿qué resoluciones son recurribles por éste medio??? Las sentencias definitivas Los autos
que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un gravamen irreparable,
dictados por la cámara. Resoluciones no definitivas, sólo por los motivos de los incisos 3 y 4 del art.
383 del CPCCba.
Se diferencia de las cuestiones prejudiciales, en que estas últimas tienen que ser incidentalmente
resueltas por el mismo o por otro tribunal, a efectos de poder tramitar o resolver en el orden civil o en
el derecho penal la cuestión principal sometida a juicio. Las cuestiones prejudiciales dan lugar a los
incidentes de previo y especial pronunciamiento y a las excepciones dilatorias y perentorias.
Según el art. 426 del CPCCba, “los incidentes son cuestiones que se suscitan durante la tramitación de
un pleito y que tienen alguna conexión con él. Se sustancia por el trámite del juicio abreviado, si no
tienen una tramitación especial. Pueden plantearse antes, durante la tramitación del juicio a que se
refieren, o también en la etapa de ejecución de sentencia.
Desde el punto de vista de su regulación formal y de su tramitación, a los incidentes se los distingue
entre: Nominados e innominados: dependiendo si están regulados en la ley procesal, con nombre
determinado o si no tienen cabida legalmente.
Autónomos o genéricos: según la ley procesal los considere o no en forma específica: autónomos, es
decir que son objeto de una regulación legal como por ejemplo la recusación con causa. Genéricos, son
las cuestiones que tiene relación con el objeto principal del juicio pero que no se encuentran
sometidos a un procedimiento especial. Incidentes suspensivos: Son los que impidieren la prosecución
de la causa principal, se sustanciarán en la misma pieza de autos, quedando entre tanto en suspenso el
curso de aquella. El incidente impedirá la prosecución de la causa, cuando es imposible de hecho o de
derecho continuar sustanciándola sin que aquél sea previamente resuelto. (art. 428 C.P.C.Cba)
Queja
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Puede interponerse contra todos los autos no apelables del juez y contra
las resoluciones en que se denegare la admisión de un recurso de apelación.
El recurso de queja se producirá ante el tribunal superior competente respecto al que
dictó la resolución recurrida; dicho tribunal superior será el competente para conocer y
decidir del recurso de queja. Este se formalizará siempre en escrito, autorizado
con firma de letrado. Interpuesto el recurso, el tribunal ordenará al juez que informe en
el corto término que al efecto se señale. Recibido este informe, se pasará al fiscal, si
la causa fuese por delito en que tenga que intervenir, para que emita dictamen por
escrito en el término de tres días. A la vista del dictamen y del informe del juez,
el tribunal resolverá. Contra el auto resolutorio, y al igual que contra los autos de
los tribunales de lo criminal, podrá interponerse el recurso de súplica ante el mismo
que los hubiere dictado.
Medidas Cautelares
En el ámbito civil han sido definidas como aquellas que tienden a impedir que el derecho cuya
actuación se pretende, pierda virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre demanda y
sentencia. Con mayor amplitud de concepto se ha señalado que son resoluciones jurisdiccionales
provisionales, que se dictan in audita parte (sin previo oir al afectado) o con trámite sumario o de
conocimiento limitado, con el fin de evitar el menoscabo inminente de derechos personales o
patrimoniales.
Expresa Palacio que proceso cautelar es aquel que tiende a impedir que el derecho cuyo
reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro proceso, pierda su virtualidad o
eficacia durante el tiempo que transcurre entre la iniciación de ese proceso y el pronunciamiento de la
sentencia definitiva.
Presupuestos de procedencia
En consecuencia no se requiere una prueba terminante y plena de aquél, por lo que el procedimiento
probatorio impuesto es meramente informativo y sin intervención de la persona contra la cual se pide
la medida. Señala Ferreira de la Rua que en algunas oportunidades basta la enunciación clara, lógica y
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El carácter de información que se requiere se pone de manifiesto en el art. 457 del C.P.C.Cba, el cual
expresa que “cuando fueren necesarias las declaraciones de testigos para obtener medidas cautelares,
aquéllos podrán firmar el escrito en que se solicitan, debiendo ratificarse por ante el tribunal, salvo
que exista certificación judicial o notarial de sus firmas”.
Temor fundado y peligro en la demora: la existencia de peligro fundamenta el temor. Este peligro
implica la posibilidad de que, en caso de no adoptarse la medida, sobrevenga un perjuicio o daño
irreparable pues se transformará en tardío e ilusorio el eventual reconocimiento del derecho invocado.
Destaca Palacio que el riesgo reside en el interés procesal que respalda a toda pretensión cautelar y
existen circunstancias que permiten presumir su existencia, sin necesidad de que la parte lo invoque.
La doctrina considera que existe una necesaria vinculación entre el peligro en la demora, como
fundamento de las medidas precautorias, y la solvencia de la parte contra quien se dirigen, de manera
que, mientras menos sea ésta, mayor será el peligro.
Contracautela: salvo en el caso de que se otorgue el beneficio de litigar sin gastos, la contracautela
constituye un presupuesto para la procedencia de la medida cautelar, con el fin de asegurar o
garantizar a la otra parte el resarcimiento de los daños que aquella puede ocasionarle en la hipótesis
de haber sido pedida indebidamente. Advierte Palacio que en cierto modo se concreta la igualdad de
partes en el proceso, pues viene a contrarrestar la falta de contradicción inicial qu la caracteriza.
Expresa Martínez Crespo que los jueces deben buscar un verdadero equilibrio entre dos derechos
legítimos: el del demandante de que se le asegure el resultado de la acción que ha interpuesto y el no
menos legítimo derecho de defensa del demandado. Es dable señalar que quedan exentos de este
requisito, conforme al art. 460: la nación, la provincia, las municipalidades, los entes oficiales
autárquicos, y a quien litigue asistido por asesor legrado o con beneficio de litigar sin gastos.
Efectos
a Tienden a asegurar la ejecución forzada: embargo preventivo, intervención sustitutiva del embargo,
secuestro e inhibición general. b- Tienden a mantener un statu quo: prohibición de innovar y de
contratar, anotación de litis e intervención de mera vigilancia
Para la guarda provisional de ellas b- Para la satisfacción de sus necesidades urgentes. Las medidas
cautelares tienen los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si transcurren diez días sin
tramitarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo plazo luego de culminado. (art. 465
CPCCba)
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Si el objeto de la medida son bienes muebles, se oficiará al oficial de justicia para que
lleven adelante la medida, quien podrá usar la fuerza pública o allanar el domicilio a
los fines del cumplimiento de su cometido.
Inhibición general:
Artículo 481. - Inhibición general de bienes. En todos los casos en que habiendo lugar
a embargo, éste no pudiere hacerse efectivo por no conocerse bienes del deudor o
por no cubrir éstos el importe del crédito reclamado, podrá solicitarse contra aquél la
inhibición general de disponer de sus bienes, la que se deberá dejar sin efecto
siempre que presentase a embargo bienes suficientes o diere caución bastante.
Anotación de la litis:
Intervención judicial:
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