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Para el propósito de este trabajo nos centraremos en los “más nuevos”, los
derechos humanos de tercera generación.
Según Estrada [2006] dice que Los derechos de tercera generación también son
conocidos como de los pueblos o de solidaridad, en virtud de su carácter de
colectivos, es decir, que son de las personas, pero también de los grupos étnicos,
laborales, sociales o de cualquier otra naturaleza a los cuales pertenezcan.
DERECHOS DE “3era” GENERACIÓN
Derecho a la autodeterminación
La justicia internacional
Promover la justicia internacional contra la impunidad de los delitos más graves (genocidio,
crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, tortura o secuestros) contribuye a
restablecer el respeto de los derechos humanos y de la norma jurídica en la sociedad y a
hacer efectivos los derechos de las víctimas. La FIDH documenta estos delitos, asiste a las
víctimas ante los tribunales y defiende la puesta en marcha y el funcionamiento efectivo de
procesos independientes y de mecanismos judiciales eficaces.
Así lo reconoce desde 1966 la Carta Internacional de los Derechos Humanos, en el artículo
15 del llamado Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que
cuenta con la firma de 160 países. Todos ellos “reconocen el derecho de toda persona a
gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones”. Además, los
ciudadanos tienen derecho a “beneficiarse de la protección de los intereses morales y
materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas”. Es más, los
estados firmantes deben tomar las medidas “necesarias para la conservación, el desarrollo
y la difusión de la ciencia” y se comprometen a respetar la indispensable libertad para la
investigación científica”.
El medio ambiente
A Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural clasifica los
bienes patrimoniales como:
Sitios. Son las obras del hombre o bien las obras conjuntas del hombre y la
naturaleza, incluidos los lugares arqueológicos, que tienen un valor universal
excepcional desde el punto de vista histórico, estético,
etnológico o antropológico.
Ningún derecho humano es más importante que otro. Todos son fundamentales para
garantizar la dignidad de la persona humana. Por eso se dice que los derechos humanos
son universales (para todos), interdependientes (el cumplimiento de uno permite el
cumplimiento de otros), indivisibles (no se pueden fragmentar) y progresivos (la cantidad y
calidad de su disfrute tiene que ser cada vez mayor).
Toda persona tiene derecho a unos ingresos suficientes para que él o ella y sus familias
puedan vivir con dignidad. Bien está -ésa es la parte esencial de nuestra labor- ofrecer
formación o microcréditos a los más pobres para que puedan aspirar a un trabajo mejor
remunerado, abrir su propio negocio o aumentar el rendimiento de sus pequeñas
explotaciones agrarias, pero nuestra labor no puede limitarse a lo asistencial y aislarse de
la realidad social y política en la que se produce.