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Quizás la raíz de esta inestabilidad que estamos viviendo se deba en cierto modo a
la concepción que Rousseau explica en su obra “el contrato social” específicamente sobre
el concepto de voluntad general que podría ser definida como “voluntad de todo el
pueblo”2. Pero ante el conflicto el cual se nos presenta y tomando en cuenta las diversas
visiones y opiniones de la gente ¿Cuál seria exactamente la voluntad del pueblo? Para
aclarar quizás las diferencias tanto de la discusión que hoy en día nuestros líderes y
nosotros mismos tenemos, Jean Jacques Rousseau explica:
“Sí, cuando el pueblo suficientemente informado delibera (…) del gran número de
pequeñas diferencias resultaría siempre la voluntad general, y la deliberación seria
siempre buena (…) Pero cuando se forman facciones y asociaciones parciales a expensas
de la grande, (…) ya no tenemos por resultado una suma de pequeñas diferencias, sino
una diferencia única; ya no hay entonces voluntad general y el parecer que prevalece no es
ya más que un parecer particular.”3.
Cuesta creer quizás que a pesar de la diferencia de ideales que hay entre las
personas, exista la voluntad general. Pero la voluntad general esta hoy presente en mucha
de las demandas sociales que ha llevado a las diversas manifestaciones en contra del
actual gobierno. Es también uno de los problemas de las democracias actuales la poca
representatividad que por lo menos, el elector chileno siente que hay entre la clase
política que postula a cargos representativos, especialmente en relación a la elección del
presidente. La desconfianza que estos inspiran y el historial de impunidad ante justicia
explicada casi en su totalidad debido al privilegio político y económico (sustentado por
diversas industrias para su favorecimiento) forman la imposibilidad de que se lleve a cabo
la voluntad general y finalmente se gobierne para ciertas facciones solamente. A lo
anterior también agregar que, en menor medida, el que prepondere el parecer particular
por sobre la voluntad general depende también de esta masa que se abstiene al voto. Es
claro que el sistema siempre tendrá falencias y difícilmente se convertirá en el mejor
mecanismo representativo a la voluntad general, pero la abstinencia de este acto termina
haciendo más difusa esa voluntad conjunta.
Con esta pequeña reflexión creemos que el principal desafío pasa por dos factores
distintos. El principal punto pasa por una mejora en la institucionalidad y burocracia
gubernamental, pensando de nuevo en que el sistema es perfectible, tal y como ha dejado
en manifiesto Rousseau, la importancia de lo expresado en el contrato social y la voluntad
del pueblo es necesaria para el correcto desarrollo y convivencia de la gente. Sin una
mejora en los mecanismos e instituciones que están a cargo de poder cumplir la voluntad
de los gobernados. Por el otro lado se requiere también de las competencias y
disposiciones individuales para que el sistema sea más eficiente y representativo. De
nuevo, entendemos que en el último tiempo ha habido una escases de figuras
representativas, pero es necesario transmitir esa falta de alternativa electoral mediante
los mismos mecanismos que se nos presentan como lo puede ser un voto nulo. Esto no
quiere decir que las manifestaciones no tengan cabida ante las demandas sociales, pensar
que la administración aun con todos los elemento y herramientas posibles puede llegar a
ser perfecta se distancia mucho del pensamiento y conducta de todo hombre ya que
según Hobbes:
“Se han probado muchas formas de gobierno, y se probarán en este mundo de pecado y
aflicción. Nadie pretende que la democracia sea perfecta o que lo sea todo. De hecho, se
ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas
que se han probado de vez en cuando…” 5
Bibliografí a
3. ROUSSEAU, Jean Jacques. El contrato social, Libro 2, cap. 3, pág. 26-27 (Link:
http://www.enxarxa.com/biblioteca/ROUSSEAU%20El%20Contrato%20Social.pdf)