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Las políticas públicas son los proyectos/actividades que un Estado

diseña y gestiona a través de un gobierno y una administración


pública con fines de satisfacer las necesidades de una sociedad.[1]
También se puede entender como las acciones, medidas regulatorias,
leyes, y prioridades de gasto sobre un tema, promulgadas por una
entidad gubernamenta

El presupuesto municipal es el plan económico y financiero anual


vinculado a la estrategia formulada por el Gobierno de la ciudad, por
lo que se convierte en una herramienta clave para la gestión pública,
sirviendo a la planificación, programación, control y seguimiento y
evaluación de las actuaciones municipales. Tiene carácter anual y
contiene las previsiones de ingresos que se esperan obtener y los
gastos (créditos presupuestarios) que como máximo se podrán realizar
en el ejercicio correspondiente.

El presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona está basado en el


sistema de Presupuesto Ejecutivo, el cual tiene como objetivo
vincular la asignación y gestión de los recursos con el cumplimiento
de la estrategia

Decreto se refiere a la decisión de una autoridad sobre la materia en


que tiene competencia. Es un tipo de acto administrativo emanado
habitualmente del poder ejecutivo y que, generalmente, posee un
contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es
jerárquicamente inferior a las leyes.

Esta regla general tiene sus excepciones en casi todas las


legislaciones, normalmente para situaciones de urgente necesidad, y
algunas otras específicamente tasadas.
Es la autorización para asumir obligaciones que afecten el
presupuesto de vigencias siguientes pueden ser Ordinarias, cuya
ejecución se inicia afectando el presupuesto de la vigencia en curso y
Excepcionales, cuyas obligaciones afectan el presupuesto de vigencias
fiscales futuras y no cuentan con apropiación en el presupuesto de la
vigencia en que se concede la autorización y son aprobadas por el
CONFIS.

Artículo 63.- El alcalde tendrá


las siguientes atribuciones:

a) Representar judicial y
extrajudicialmente a la
municipalidad;

b) Proponer al concejo la
organización interna de la
municipalidad;

c) Nombrar y remover a los


funcionarios de su dependencia
de acuerdo con las normas
estatutarias que los rijan;

d) Velar por la observancia del


principio de la probidad
administrativa dentro del
municipio y aplicar medidas
disciplinarias al personal
de su dependencia, en
conformidad con las normas
estatutarias que lo rijan;

e) Administrar los recursos


financieros de la
municipalidad, de acuerdo
con las normas sobre
administración financiera
del Estado;

f) Administrar los bienes


municipales y nacionales de
uso público de la comuna que
correspondan en conformidad
a esta ley;

g) Otorgar, renovar y poner


término a permisos municipales;

h) Adquirir y enajenar bienes


muebles;

i) Dictar resoluciones
obligatorias de carácter
general o particular;

j) Delegar el ejercicio de
parte de sus atribuciones
exclusivas en funcionarios
de su dependencia o en los
delegados que designe, salvo
las contempladas en las letras
c) y d). Igualmente podrá
delegar la facultad para
firmar, bajo la fórmula "por
orden del alcalde", sobre
materias específicas;

k) Coordinar el funcionamiento
de la municipalidad con los
órganos de la Administración
del Estado que corresponda;

l) Coordinar con los servicios


públicos la acción de éstos
en el territorio de la comuna;

ll) Ejecutar los actos y celebrar


los contratos necesarios para
el adecuado cumplimiento de
las funciones de la
municipalidad y de lo
dispuesto en el artículo 37
de la Ley Nº 18.575;

m) Convocar y presidir, con


derecho a voto, el concejo;
como asimismo, convocar y
presidir el consejo comunal
de organizaciones de la
sociedad civil;

n) Someter a plebiscito las


materias de administración
local, de acuerdo a lo
establecido en los artículos
99 y siguientes, y

ñ) Autorizar la circulación
de los vehículos municipales
fuera de los días y horas
de trabajo, para el
cumplimiento de las funciones
Inherentes a la municipalidad.
D.F.L 1-19.704
ART. 63
D.O. 03.05.2002
Ley 20500
Art. 33 Nº 2
D.O. 16.02.2011
Ley Nº 20.088
ART. 11
D.O. 05.01.2006
Ley 18.695, Art. 63

LINK

Artículo 64.- El alcalde


consultará al concejo para efectuar
la designación de delegados a que se
refiere el artículo 68
Ley 18.695, Art. 64 Link
Artículo 65.- El alcalde requerirá el acuerdo del concejo
para:

a) Aprobar el plan comunal de


desarrollo y el presupuesto
municipal, y sus modificaciones,
como asimismo los presupuestos
de salud y educación, los
programas de inversión
correspondientes y las políticas
de recursos humanos, de
prestación de servicios
municipales y de concesiones,
permisos y licitaciones;

b) Aprobar el plan regulador


comunal, los planes seccionales
y el proyecto de plan regulador
comunal o de plan seccional en
los casos a que se refiere la
letra k) del artículo 5º;

c) Establecer derechos por los


servicios municipales y por
los permisos y concesiones;

d) Aplicar, dentro de los marcos


que indique la ley, los
tributos que graven actividades
o bienes que tengan una clara
identificación local y estén
destinados a obras de desarrollo
comunal;

e) Adquirir, enajenar, gravar,


arrendar por un plazo superior
a cuatro años o traspasar
a cualquier título, el dominio
o mera tenencia de bienes
inmuebles municipales o donar
bienes muebles;

f) Expropiar bienes inmuebles


para dar cumplimiento al plan
regulador comunal;

g) Otorgar subvenciones y aportes,


para financiar actividades
comprendidas entre las
funciones de las
municipalidades, a personas
jurídicas de carácter público
o privado, sin fines de lucro,
y ponerles término;
h) Transigir judicial y
extrajudicialmente;

i) Celebrar los convenios y


contratos que involucren montos
iguales o superiores al
equivalente a 500 unidades
tributarias mensuales, y que
requerirán el acuerdo de la
mayoría absoluta del concejo;
no obstante, aquellos que
comprometan al municipio por
un plazo que exceda el período
alcaldicio, requerirán el
acuerdo de los dos tercios
de dicho concejo;

j) Otorgar concesiones municipales,


renovarlas y ponerles
término. En todo caso, las
renovaciones sólo podrán
acordarse dentro de los seis
meses que precedan a su
expiración, aún cuando se trate
de concesiones reguladas en
leyes especiales;

k) Dictar ordenanzas municipales


y el reglamento a que se
refiere el artículo 31;

l) Omitir el trámite de licitación


pública en los casos de
imprevistos urgentes u otras
circunstancias debidamente
calificadas, en conformidad
con lo dispuesto en el artículo
8º de esta ley;

m) Convocar, de propia iniciativa,


a plebiscito comunal, en
conformidad con lo dispuesto
en el Título IV;

n) Readscribir o destinar a otras


unidades al personal municipal
que se desempeñe en la unidad
de control y en los juzgados de policía local;

ñ) Otorgar, renovar, caducar y


trasladar patentes de
alcoholes. El otorgamiento,
la renovación o el traslado de
estas patentes se practicará
previa consulta a las juntas
de vecinos respectivas;

o) Fijar el horario de
funcionamiento de los
establecimientos de expendio
de bebidas alcohólicas
existentes en la comuna, dentro
de los márgenes establecidos en
el artículo 21 de la Ley sobre
Expendio y Consumo de Bebidas
Alcohólicas. En la ordenanza
respectiva se podrán fijar
horarios diferenciados de
acuerdo a las características
y necesidades de las distintas
zonas de la correspondiente
Comuna o agrupación de comunas.
Estos acuerdos del concejo
deberán ser fundados;
p) Otorgar patentes a las salas de
cine destinadas a la exhibición
de producciones cinematográficas
de contenido pornográfico. En
este caso, el acuerdo deberá
adoptarse por la mayoría
simple de los miembros del
Concejo. El alcalde oirá
previamente a la junta de
vecinos correspondiente, y

q) Otorgar la autorización a
que se refiere el párrafo
segundo de la letra c) del artículo 5º,
previo informe de las direcciones
o unidades de tránsito y
de obras municipales y de
la unidad de Carabineros y el
Cuerpo de Bomberos de la comuna,
siempre que la solicitud sea
suscrita por a lo menos
el 90 por ciento de los
propietarios de los inmuebles
o de sus representantes cuyos
accesos se encuentren ubicados
al interior de la calle,
pasaje o conjunto habitacional
urbano o rural que será objeto
del cierre. La autorización deberá
ser fundada, especificar
el lugar de instalación de los
dispositivos de cierre o control;
las restricciones a vehículos,
peatones o a ambos, en su caso,
y los horarios en que se
aplicará. La municipalidad podrá
revocarla en cualquier momento
cuando así lo solicite, a lo
menos, el 50 por ciento de los
referidos propietarios o sus
representantes.
La facultad señalada en el
párrafo anterior no podrá ser
ejercida en ciudades declaradas
patrimonio de la humanidad o
respecto de barrios, calles,
pasajes o lugares que tengan
el carácter de patrimonio
arquitectónico o sirvan como
acceso a ellos o a otros calificados
como monumentos nacionales.
La municipalidad dictará
una ordenanza que señale el
procedimiento y características del
cierre o medidas de control de
que se trate. Dicha ordenanza,
además, deberá contener medidas
para garantizar la circulación
de los residentes, de las personas
autorizadas por ellos mismos
y de los vehículos de emergencia, de
utilidad pública y de beneficio
comunitario. Asimismo, la ordenanza
deberá establecer las condiciones
para conceder la señalada
autorización de manera compatible con
el desarrollo de la actividad económica
del sector.
La facultad a que se refiere
el párrafo primero de esta
letra podrá ser ejercida
una vez que se haya dictado
la ordenanza mencionada en el
párrafo precedente.

Las materias que requieren el


acuerdo del concejo serán de
iniciativa del alcalde. Sin perjuicio
de lo anterior, si el alcalde
incurriere en incumplimiento
reiterado y negligente de las
obligaciones señaladas en el inciso
segundo del artículo 56, podrá ser
requerido por el concejo para que
presente el o los proyectos que
correspondan dentro de un tiempo
prudencial. En caso de que el
alcalde persista en la omisión, su
conducta podrá ser considerada como
causal de notable abandono de
deberes, para los efectos de lo
previsto en la letra c) del
artículo 60.

Al aprobar el presupuesto, el
concejo velará porque en él se
indiquen los ingresos estimados y
los montos de los recursos
suficientes para atender los gastos
previstos. El concejo no podrá
aumentar el presupuesto de gastos
presentado por el alcalde, sino
sólo disminuirlo, y modificar su
distribución, salvo respecto de
gastos establecidos por ley o por
convenios celebrados por el
municipio. Con todo, el presupuesto
deberá reflejar las estrategias,
políticas, planes, programas y
metas aprobados por el concejo a
proposición del alcalde.

El presupuesto municipal
incluirá los siguientes anexos
informativos:

1) Los proyectos provenientes


del Fondo Nacional de
Desarrollo Regional, de las
Inversiones Sectoriales de
Asignación Regional, del
Subsidio de Agua Potable,
y de otros recursos
provenientes de terceros,
con sus correspondientes
presupuestos.

2) Los proyectos presentados


anualmente a fondos sectoriales,
diferenciando entre aprobados,
en trámite, y los que se
presentarán durante el
transcurso del año, señalándose
los ingresos solicitados y
gastos considerados.

3) Los proyectos presentados a


otras instituciones nacionales
o internacionales.

Los proyectos mencionados


deberán ser informados al concejo
conjuntamente con la presentación
del presupuesto, sin perjuicio de
informar además trimestralmente su
estado de avance y el flujo de
ingresos y gastos de los mismos.
El acuerdo a que se refie

Según la RAE, el término económico regalía es la “participación en


los ingresos o cantidad fija que se paga al propietario de un derecho a
cambio del permiso para ejercerlo” o lo que es lo mismo, regalía es la
contraprestación económica en un porcentaje de los resultados por el
uso de la propiedad ajena registrada por otra persona. Por lo tanto,
cuando una persona o una empresa explota económicamente el
derecho de otra debe pagar regalías.

Las características de las regalías


Las características de las regalías son las siguientes:

Surgen por el uso de activos o derechos ajenos.


Se constituye mediante acuerdo entre las partes.
Se trata de ingresos ordinarios siempre que los activos o derechos
cedidos constituyan su actividad principal, si no lo constituyeran se
considerarían como otros ingresos.

Activos que generan regalías


Los tipos de activos que generan, entre otros, regalías son los
siguientes:

Aplicaciones informáticas en forma de software


Marcas
Patentes
Registros auditivos
Registros visuales
Registros audiovisuales o cinematográficos

Tratamiento contable de las regalías


Las regalías deben contabilizarse por la empresa que recibe el ingreso
por la cesión de sus activos o derechos. A grandes rasgos, el
tratamiento contable que hay que llevar a cabo para contabilizar las
regalías es el siguiente:

Identificación de las regalías


En primer lugar, habrá que identificar los diferentes tipos de ingresos
que obtiene una empresa, y por lo tanto diferenciar si se trata de:

Incrementos directos en el patrimonio neto.


Incrementos en los activos o disminución de pasivos, los cuales
generaran beneficios económicos por el uso de los activos o derechos
de la empresa.
Ingresos que provienen de aportaciones de los accionistas.
Ingresos obtenidos a lo largo de un ejercicio, durante el cual un
tercero explota un activo o derecho de la empresa, previamente a la
firma de un acuerdo o contrato.
Los últimos tipos de ingresos serán los que constituyen la
conformación de regalías.

Medición de las regalías


En segundo lugar, tras la identificación de los diferentes tipos de
ingresos, habrá que proceder a reconocer cada tipo de ingreso y
medirlo en función de:

Que la empresa que cede el derecho reciba finalmente los beneficios


económicos de la cesión.
Que se clasifique el ingreso como ordinario o como otros ingresos, lo
cual depende de la actividad principal de la empresa.
Que los costes por dicha transacción sean valorables de una forma
fiable. Es decir, que cuando se cede el activo o el derecho para su
explotación por un tercero se puedan identificar los costes de la
transacción para que puedan ser contabilizados.
Reconocimiento de las regalías
Por último, se deberá proceder al reconocimiento contable de la
regalías. Se tiene que tener en cuenta para este último paso, que el
reconocimiento de un ingreso por una regalía, ya sea ordinario o no,
debe de efectuarse desde el momento en que comienzan a llevarse a
cabo las operaciones previamente pactadas por las cuales se van a
llevar a cabo los pagos en porcentaje.

Artículo 1°. Categorización presupuestal de los departamentos. En


desarrollo del artículo 302 de la Constitución Política, teniendo en
cuenta su capacidad de gestión administrativa y fiscal y de acuerdo
con su población e ingresos corrientes de libre destinación,
establécese la siguiente categorización para los departamentos:
Categoría especial. Todos aquellos departamentos con población
superior a dos millones (2.000.000) de habitantes y cuyos ingresos
corrientes de libre destinación anuales sean superiores a seiscientos
mil (600.000) salarios mínimos legales mensuales.
Primera categoría. Todos aquellos departamentos con población
comprendida entre setecientos mil uno (700.001) habitantes y dos
millones (2.000.000) de habitantes, cuyos ingresos corrientes de libre
destinación anuales igualen o superen ciento setenta mil uno
(170.001) salarios mínimos legales mensuales y hasta seiscientos mil
(600.000) salarios mínimos legales mensuales.
Segunda categoría. Todos aquellos departamentos con población
comprendida entre trescientos noventa mil uno (390.001) y
setecientos mil (700.000) habitantes y cuyos ingresos corrientes de
libre destinación anuales sean iguales o superiores a ciento veintidós
mil uno (122.001) y hasta de ciento setenta mil (170.000) salarios
mínimos legales mensuales.
Tercera categoría. Todos aquellos departamentos con población
comprendida entre cien mil uno (100.001) y trescientos noventa mil
(390.000) habitantes y cuyos recursos corrientes de libre destinación
anuales sean superiores a sesenta

La UE define la inclusión social como un “proceso que asegura que


aquellas personas que están en riesgo de pobreza y exclusión social,
tengan las oportunidades y recursos necesarios para participar
completamente en la vida económica, social y cultural disfrutando un
nivel de vida y bienestar que se considere normal en la sociedad en la
que ellos viven”. Pone énfasis en el derecho de las personas de “tener
una vida asociada siendo un miembro de una comunidad”.

Funcionario es quien desempeña profesionalmente un empleo


público.1
Los funcionarios participan en la administración pública o
de gobierno; y acceden a su condición a través
[
de elección, nombramiento, selección o empleo.  Funcionario electo
es el que accede a su cargo en virtud de una elección (cargo político).
Los funcionarios también pueden ser nombrados "de oficio" (en
virtud de otra oficina,[ a menudo en una capacidad específica, como
presidente, asesor, secretario). Algunas posiciones oficiales pueden
ser hereditarias;2 y en algunas formaciones históricas, ciertos cargos
eran venales, es decir, podían ser objeto de compra.
Los cargos públicos son los que se desempeñan en
3
las Administraciones públicas o en los órganos constitucionales y
que, a diferencia de los ocupados por funcionarios profesionales,
tienen carácter electivo o de confianza

Un concejal es un miembro seleccionado para la administración


política de los municipios hispanohablantes. Estos forman el órgano
colegiado que ejerce de gobierno municipal, y que recibe distintos
nombres según el país y periodo histórico (concejo
municipal, ayuntamiento, corporación municipal, etc.).
El concejal es el miembro electo de una corporación municipal, ejerce
su mandato por un período cuya duración suele ser de tres a cuatro
años. Las condiciones de la elección, el ejercicio, la continuidad en el
cargo y la posibilidad de reelección es al final de cada legislatura,
Funciones
El concejal tiene como función la promoción del desarrollo del
municipio dentro de diversas áreas
(educación, cultura, sanidad, transportes, economía, hacienda, parques 
y jardines, obras públicas, urbanismo, etc.), para lo que suele
especializarse como «concejales de área». También puede
especializarse en un distrito u otra división espacial local. Además,
desempeña la función de fiscalización del trabajo del alcalde de
la ciudad o población. Otro cargo que suele existir es el de teniente de
alcalde o vicealcalde. En algunos países, como es el caso de España,
los concejales, al inicio de cada legislatura municipal, nombran de
entre ellos a quien va a ocupar el cargo de alcalde, e incluso pueden
deponerlo posteriormente y antes de que termine su mandato
mediante una moción de censura.
Versa el presente artículo sobre la responsabilidad de toda índole que
pueda gravar a quienes son o fueron Alcalde y Concejales como
consecuencia de los actos realizados en el ejercicio de su cargo; queda
al margen de análisis la responsabilidad administrativa o de otra
índole de los funcionarios públicos, así como la de las autoridades
(Alcalde y/o Concejales) cuando los actos u omisiones generadores de
responsabilidad e imputables a tales personas físicas hayan sido
realizados cuando no estén investidos del “imperium” propio de la
autoridad, actuando como cualquier otro ciudadano.
La Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen
Local (LBRL) establece en su art. 78:
“1. Los miembros de las Corporaciones locales están sujetos a
responsabilidad civil y penal por los actos y omisiones realizados en
el ejercicio de su cargo.
Las responsabilidades se exigirán ante los Tribunales de Justicia
competentes y se tramitarán por el procedimiento ordinario
aplicable.
2. Son responsables de los acuerdos de las Corporaciones locales los
miembros de las mismas que los hubiesen votado favorablemente.
3. Las Corporaciones locales podrán exigir la responsabilidad de sus
miembros cuando por dolo o culpa grave, hayan causado daños y
perjuicios a la Corporación o a terceros, si éstos hubiesen sido
indemnizados por aquélla.
4. Los Presidentes de las Corporaciones locales podrán sancionar
con multa a los miembros de las mismas, por falta no justificada de
asistencia a las sesiones o incumplimiento reiterado de sus
obligaciones, en los términos que determine la Ley de la Comunidad
Autónoma, y supletoriamente, la del Estado“.
Dicha disposición se reitera en prácticamente los mismos términos en
el art. 229 de la Ley 5/1997, de 22 de julio, de Administración Local
de Galicia (LALG) y en el art. 22 del Real Decreto 2568/1986, de 28
de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de organización,
funcionamiento y régimen jurídico de las Entidades locales (ROFCL).
La responsabilidad que se deriva para los miembros de las
Corporaciones Locales es, por tanto, y en primer lugar, la misma que
para todos los demás ciudadanos, es decir, la responsabilidad civil y
penal que sea consecuencia de las acciones u omisiones que hayan
cometido. La única especialidad que ostentan en este supuesto los
miembros de las Corporaciones Locales es la determinación de que la
responsabilidad de los actos o acuerdos dictados por órganos
colegiados será exigible únicamente a quienes haya votado a favor de
los mismos, pero no a quienes hayan votado en contra o se hayan
abstenido (en el mismo sentido lo dispone el art. 27.4 de la Ley
30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
Común (LRJAP y PAC).
I. La responsabilidad civil
La responsabilidad civil será la que se pueda exigir conforme a las
normas civiles, en especial la derivada del art. 1.902 del Código Civil,
que establece: “El que por acción u omisión causa daño a otro,
interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño
causado”.
Los requisitos para la exigencia de dicha responsabilidad vienen
siendo detallados por consolidada jurisprudencia que los cifra en una
acción u omisión causante de un daño, la constatación de éste, una
relación de causalidad entre ambos, y por último, un elemento
culpabilístico, caracterizado como la falta de diligencia exigible
atendiendo a las circunstancias de tiempo y lugar concurrentes (STS
de 17.12.2009, Sec. 1ª, entre otras).
Dicha responsabilidad ha de ser exigida por el perjudicado, y para su
conocimiento y resolución es competente la Jurisdicción Civil.
Para instar la indemnización derivada de la esta responsabilidad el
perjudicado tiene también acción para que se declare la
responsabilidad patrimonial de la Administración en cuya
representación hubiese actuado la autoridad de que se trate,
responsabilidad patrimonial que se resolvería siempre en vía
administrativa (con recurso judicial a la Jurisdicción Contencioso-
Administrativa), y en relación a la cual puede ser declarada, a su vez,
la responsabilidad de la autoridad o funcionario responsable, según
procedimiento que se detalla en este mismo artículo en el apartado III.
II. La responsabilidad penal
Se establece en el art. 146 de la LRJAP y PAC, y viene determinada
por tipificación de la conducta de que se trate en alguno de los delitos
que el Código Penal incluye cuyo sujeto activo o autor pueda ser una
autoridad, término éste que se define, a efectos penales, en el art. 24
del citado Código Penal, en la siguiente forma:
“1. A los efectos penales se reputará autoridad al que por sí solo o
como miembro de alguna corporación, tribunal u órgano colegiado
tenga mando o ejerza jurisdicción propia. En todo caso, tendrán la
consideración de autoridad los miembros del Congreso de los
Diputados, del Senado, de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas y del Parlamento Europeo. Se reputará
también autoridad a los funcionarios del Ministerio Fiscal.
2. Se considerará funcionario público todo el que por disposición
inmediata de la Ley o por elección o por nombramiento de autoridad
competente participe en el ejercicio de funciones públicas”.
Los delitos que pueden ser cometidos en el ejercicio de la función
pública son los siguientes:
 Delitos contra la libertad (Título VI) - Detenciones ilegales y
secuestros (Capítulo I): arts. 165 y 167.
 Torturas y otros delitos contra la integridad moral (Título VII):
arts. 174, 175 y 176.
 Trata de seres humanos (Título VII bis): art. 177 bis.
 Delitos contra la libertad e indemnidad sexuales (Título VIII) -
abusos y agresiones sexuales a menores de trece años (Capítulo
II bis): art. 183 - prostitución y corrupción de menores (Capítulo
V): arts. 187 y 188.
 Delitos contra la intimidad, el derecho a la propia imagen y la
inviolabilidad del domicilio (Título X) - Descubrimiento y
revelación de secretos (Capítulo I): art. 198 - Allanamiento de
morada, domicilio de personas jurídicas y establecimientos
abiertos al público (Capítulo II): art. 204.
 Delitos contra las relaciones familiares (Título XII) - Suposición
de parto y alteración de la paternidad, estado o condición del
menor (Capítulo II): art. 222.
 Delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico (Título
XIII) - Receptación y blanqueo de capitales (Capítulo XIV): art.
303.
 Delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros (Título
XV bis): art. 318 bis.
 Delitos relativos a la ordenación del territorio y el urbanismo, la
protección del patrimonio histórico y el medio ambiente (Título
XVI) - Delitos sobre la ordenación del territorio y el urbanismo
(Capítulo I): art. 320 - Delitos sobre el patrimonio histórico
(Capítulo II): art. 322 - Delitos contra los recursos naturales y el
medio ambiente (Capítulo III): art. 329
 Delitos contra la seguridad colectiva (Título XVII) - Delitos
contra la salud pública (Capítulo III): arts. 369 y 372.
 Falsedades (Título XVIII) - Falsedades Documentales (Capítulo
II) - Falsificación de documentos públicos, oficiales y
mercantiles y de los despachos transmitidos por servicios de
telecomunicación (Sección 1ª): arts. 390, 391, 394 -
Falsificación de certificados (Sección 3ª): art. 398.
 Delitos contra la Administración Pública (Título XIX) -
Prevaricación de los funcionarios públicos y otros
comportamientos injustos (Capítulo I): arts. 404 y 405 -
Abandono de destino y omisión del deber de perseguir delitos
(Capítulo II): arts. 407 y 408 - Desobediencia y denegación de
auxilio (Capítulo III): arts. 410, 411 y 412 - Infidelidad en la
custodia de documentos y violación de secretos (Capítulo IV):
arts. 413, 414, 415 y 417 - Cohecho (Capítulo V): art. 419, 420,
421 y 422 - Tráfico de influencias (Capítulo VI): art. 428 -
Malversación (Capítulo VII): art. 432, 433 y 434 - Fraudes y
exacciones ilegales (Capítulo VIII): art. 436, 437 y 438 -
Negociaciones y actividades prohibidas a los funcionarios
públicos y abusos en el ejercicio de su función (Capítulo IX):
art. 439, 441, 442 y 443.
 Delitos contra la Constitución (Título XXI) - Rebelión (Capítulo
I): art. 473 y 478 - Delitos contra las instituciones del Estado y
la división de poderes (Capítulo III) - Delitos contra las
instituciones del Estado (Sección 1ª): arts. 499, 500 y 502 -
Usurpación de funciones (Sección 2ª): art. 506, 508 y 509 -
Delitos relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y
libertades públicas (Capítulo IV) - Delitos cometidos con
ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y las
libertades públicas garantizados por la Constitución (Sección
1ª): art. 521 - Delitos cometidos por los funcionarios públicos
contra las garantías constitucionales (Capítulo V) - Delitos
cometidos por los funcionarios públicos contra la inviolabilidad
domiciliaria y demás garantías de la intimidad (Sección 2ª): arts.
534, 535 y 536 - Delitos cometidos por los funcionarios
públicos contra otros derechos individuales (Sección 3ª): arts.
537, 538, 539, 540, 541 y 542.
 Delitos contra el orden público (Titulo XXII) - Atentados contra
la autoridad, sus agentes, los funcionarios públicos y la
resistencia y desobediencia (Capítulo II): art. 552.
 Delitos de traición y contra la paz o la independencia del Estado,
y relativos a la Defensa Nacional (Título XXIII) - Delitos de
traición (Capítulo I): art. 583 - Delitos que comprometen la paz
o la independencia del Estado (Capítulo II): art. 590.
La responsabilidad penal puede ser exigida por denuncia o querella
del ofendido o de cualquier persona ante el Juez competente o las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, o comunicada a la
autoridad judicial o el Ministerio Fiscal para que adopte las
actuaciones necesarias. Para su conocimiento y resolución es
competente la Jurisdicción Penal. En el procedimiento que en su caso
se tramite se podrá personar el perjudicado por la acción delictiva,
reconociéndose el personamiento a terceros no perjudicados
prestación de fianza (arts. 280 y 281 de la LeCrim.).
III. La responsabilidad patrimonial exigible en vía administrativa
La responsabilidad que dimane de acciones u omisiones de
autoridades y personal al servicio de las Administraciones Públicas
puede ser exigible directamente a éstas por los afectados, según
dispone el art. 145 de la LRJAP y PAC:
“Exigencia de responsabilidadpatrimonial de las autoridades y
personal al servicio de las Administraciones públicas.
1. Para hacer efectiva la responsabilidad patrimonial a que se
refiere el capítulo I de este Título, los particulares exigirán
directamente a la Administración Pública correspondiente las
indemnizaciones por los daños y perjuicios causados por las
autoridades y personal a su servicio.
2. La Administración correspondiente, cuando hubiere
indemnizado a los lesionados, exigirá de oficio de sus
autoridades y demás personal a su servicio la responsabilidad
en que hubieran incurrido por dolo, o culpa o negligencia
graves, previa instrucción del procedimiento que
reglamentariamente se establezca.
Para la exigencia de dicha responsabilidad se ponderarán,
entre otros, los siguientes criterios: el resultado dañoso
producido, la existencia o no de intencionalidad, la
responsabilidad profesional del personal al servicio de las
Administraciones públicas y su relación con la producción del
resultado dañoso.
3. Asimismo, la Administración instruirá igual procedimiento a las
autoridades y demás personal a su servicio por los daños y
perjuicios causados en sus bienes o derechos cuando hubiera
concurrido dolo, o culpa o negligencia graves.
4. La resolución declaratoria de responsabilidad pondrá fin a la
vía administrativa.
5. Lo dispuesto en los párrafos anteriores, se entenderá sin
perjuicio de pasar, si procede, el tanto de culpa a los
Tribunales competentes”.
Se prevén, por tanto, dos supuestos en los que es posible la
tramitación de expediente administrativo para la determinación de la
responsabilidad de las autoridades y demás personal al servicio de la
Administración Pública:
 Cuando la Administración se haya visto obligada a indemnizar a
algún o algunos particulares con fundamento en actuaciones u
omisiones imputables a alguna autoridad o funcionario.
 Cuando por acciones u omisiones de tales mismos sujetos la
Administración haya sufrido cualquier tipo de perjuicio en sus
bienes o derechos.
En ambos casos es inexcusable, por un lado, que exista un perjuicio
económicamente cuantificable, y, por el otro, que concurra dolo,
culpa o negligencia graves por parte de la autoridad o funcionario, lo
que se determinará en el expediente que se instruya al efecto.
IV. Procedimiento para determinar la responsabilidad patrimonial
exigible en vía administrativa
Dados los términos del art. 145 de la LRJAP y PAC, al expediente
que en el mismo se señala ha de entenderse referido el ROFCL en el
su art. 225. Y, a su vez, la LRJAP y PAC se remite al Real Decreto
429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los
Procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de
Responsabilidad Patrimonial (RRP) para la regulación específica
procedimental, que se contiene en los arts. 19 y siguientes de dicha
norma.
Podemos partir, por tanto, de que existe un procedimiento general,
válido para los dos supuestos que hemos descrito (reembolso de daños
y perjuicios sufridos por particulares e indemnizados a éstos, y
reembolso de daños y perjuicios sufridos directamente por la
Administración Pública), que está regulado en el art. 21 del RRP, y
que es aplicable salvo que se trate de responsabilidad contable, que
tiene su procedimiento específico regulado en las normas contables y
presupuestarias citadas en el art. 20 del RRP.
IV.1. Procedimiento genérico del art. 21 del Reglamento de
Responsabilidad Patrimonial
Se regula en el art. 21 del RRP, pudiendo desglosarse en los
siguientes pasos:
 Incoación del expediente: debe realizarse a través de resolución
dictada por el órgano competente, si bien ni la LBRL ni la
LALG determinan específicamente cual es el órgano competente
para incoar un expediente de tal índole.
Ahora bien, aunque ello pudiera llevar a pensar que entra en
juego la competencia residual del Alcalde-Presidente, por la vía
del art. 21.1.s) de la LBRL, existe discrepancia en por ejemplo
el Dictamen nº 46/1999 del Consejo Consultivo de Castilla-La
Mancha (“El Ayuntamiento Pleno, como órgano que forma su
voluntad y materializa su actuación, encargado de velar por la
prevalencia de los intereses públicos confiados a su cuidado,
goza de competencia para disponer la incoación del necesario
procedimiento tendente a depurar la presunta responsabilidad
que está facultada y obligada a exigir”) o en el Manual
“Comentarios a la Ley Reguladora de las Bases del Régimen
Local” de Manuel Rebollo Puig y Manuel Izquierdo Carrasco
(“De lo dispuesto en los artículos 22.2.j) y 33.2.j) de la LRBRL,
se infiere que corresponde al Pleno la competencia para que la
Administración Local ejerza la acción de regreso contra la
autoridad que ha causado daños a un tercero [y que en primera
instancia han sido sufragados por la propia Administración
Pública]”). En este artículo se comparten las opiniones antes
expuestas, por considerar que es al Pleno a quien compete la
incoación de un expediente de tal índole (y también su
resolución), y ello por las razones ya expuestas, y por otras
como la de que es también el Pleno el competente para resolver
otra serie de cuestiones que atañen a la exigencia de
responsabilidad (política) del Alcalde a través de las mociones
de censura y confianza (art. 22.3 del LBRL), y el control y
fiscalización de los órganos de gobierno (art. 22.1.a) de la
LBRL), por lo que parece lógico atribuirle también el control de
la exigencia de responsabilidad patrimonial derivada del
ejercicio de funciones públicas a quien es o fue Alcalde o
Concejal de la Corporación correspondiente.
La incoación se llevará a cabo, por tanto, por resolución
plenaria, que incluirá los motivos que justifican tal incoación,
designará Instructor y Secretario del expediente, y será
notificado a los interesados, concediéndoles un plazo de quince
días -hábiles- para aportar cuantos documentos, informaciones y
pruebas estimen convenientes.
 Presentadas las alegaciones, o transcurrido el plazo sin que se
hayan presentado, se acordará practicar las pruebas pertinentes,
que deberán llevarse a cabo en el plazo de quince días. Dichas
pruebas serán las que determine el Instructor, bien de oficio bien
por haberlas propuesto los interesados, debiendo
inexcusablemente solicitarse informe al servicio en cuyo
funcionamiento se haya ocasionado la presunta lesión
indemnizable.
 Finalizada la práctica de pruebas, se conferirá trámite de
audiencia a los interesados, poniéndoles de manifiesto el
expediente, para que en un plazo de diez días -hábiles- formulen
las alegaciones que estimen convenientes.
 Presentadas las alegaciones, o transcurrido el plazo sin que se
hayan presentado, el Instructor redactará la Propuesta de
Resolución en un plazo máximo de cinco días.
 El órgano competente, que a criterio del Letrado que suscribe, y
por las razones ya expuestas, es el Pleno del Ayuntamiento,
resolverá en el plazo máximo de cinco días, resolución que:
o Pondrá fin a la vía administrativa (art. 145.4 de la LRJAP
y PAC).
o Habrá de determinar si existe una acción u omisión
imputable a la autoridad de que se trate, si se ha adoptado
con dolo, culpa o negligencia grave, y si mantiene el
imprescindible nexo causal con los daños y perjuicios
sufridos por la Administración Pública o por los
particulares que ésta haya indemnizado; cuantificando, en
caso de que no lo estén, tales daños y perjuicios.
En la resolución que se dicte habrán de ponderarse los
criterios que reseña el segundo párrafo del art. 145.2 de la
LRJAP y PAC (el resultado dañoso producido, la
existencia o no de intencionalidad, la responsabilidad
profesional del personal al servicio de las
Administraciones públicas y su relación con la producción
del resultado dañoso).
o La resolución será recurrible ante la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, siendo el órgano competente
el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo en cuya
jurisdicción tenga su sede el órgano administrativo autor
del acto, o, a elección del demandante, el de su propio
domicilio, siempre que se encuentre dentro de la
circunscripción del Tribunal Superior de Justicia en que
tenga su sede el órgano que hubiere dictado el acto
originario impugnado (art. 14.segunda de la Ley 29/1998,
de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-
Administrativa).
El plazo de tramitación del expediente no viene determinado en el art.
21 del RRP; el art. 13.3 del mismo Texto Legal establece el plazo
genérico para los expedientes ordinarios de responsabilidad
patrimonial, cifrando éste en seis meses, cuyo transcurso supone
entender desestimada la declaración de responsabilidad, silencio
negativo que asimismo se dispone en el art. 142.7 de la LRJAP y PAC
La aplicación analógica del plazo y régimen de silencio establecidos
para las reclamaciones de responsabilidad patrimonial al expediente
para determinación de responsabilidad de las autoridades locales
supone algunos problemas, derivados de que los primeros suelen ser
expedientes incoados a instancia de parte, y el segundo lo será
prácticamente siempre de oficio, con lo que se altera la aplicación
sobre todo del régimen del silencio administrativo que regulan los
arts. 43 y 44 de la LRJAP y PAC
En principio, el señalamiento del plazo de seis meses como de
tramitación del expediente no infringiría la LRJAP y PAC (solo si
superase los 6 meses, según el art. 42.2 del citado Texto Legal, habría
de ser determinado en una norma con rango de ley o preverse así en la
normativa comunitaria europea); pero el régimen de silencio que se
establece contradice el contenido del art. 44 de la LRJAP y PAC, que
determina que en los procedimientos incoados de oficio, si tratan
sobre el reconocimiento o, en su caso, la constitución de derechos u
otras situaciones jurídicas individualizadas, se producirá una
resolución administrativa presunta negativa, pero si son
procedimientos en que la Administración ejercite potestades
sancionadoras o, en general, de intervención, susceptibles de producir
efectos desfavorables o de gravamen, se producirá la caducidad.
Hemos de entender que un expediente de la índole del que es objeto
del presente Dictamen, si bien no sancionador, sí tiene el carácter de
procedimiento de intervención, y en todo caso es susceptible de
producir efectos desfavorables o de gravamen, por lo que tendría que
aplicarse lo establecido en el indicado art. 44, y entender que el
transcurso del plazo de los 6 meses sin haberse dictado y notificado la
resolución que ponga fin al procedimiento genera que éste caduque y
haya de ser archivado, previa resolución que así lo declare, pudiendo
incoarse nuevamente si todavía no hubiera transcurrido el plazo de
prescripción o caducidad para la reclamación, debiendo tenerse en
cuenta que, a tenor de lo dispuesto en el art. 92.3 de la LRJAP y PAC,
los procedimientos caducados no interrumpirán el plazo de
prescripción.
El plazo para iniciar la acción de responsabilidad contra las
autoridades locales no se concreta ni en la LBRL, ni en la LALG, ni
en la LRJAP y PAC; podría pensarse que su plazo es el de un año,
que establece el art. 145 de la LRJAP y PAC para las demandas de
reclamación de responsabilidad patrimonial, pero existen autores que
discrepan por considerar que el expediente no es una reclamación de
tal índole, sino “de un débito que la autoridad tiene con la
Administración Local que ha adelantado el pago para garantizar la
indemnidad del tercero lesionado. Por ello hay que entender que es
de aplicación el plazo de 4 años que rige para la exigencia de los
créditos de que es titular la Hacienda Local” (Manual “Comentarios
a la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local” de Manuel
Rebollo Puig y Manuel Izquierdo Carrasco). Esta argumentación
resulta no obstante incongruente con el plazo que el particular tiene
para reclamar esa misma responsabilidad a la Administración Pública
(un año). Aparte de ello, el razonamiento favorable a la aplicación de
dicho plazo de 4 años se podría predicar únicamente de la acción de
regreso que la Administración tiene cuando ha abonado una
indemnización por daños y perjuicios causados por autoridades y
funcionarios, pero no cuando se trata de la reclamación de daños y
perjuicios causados por esas mismas personas directamente en el
patrimonio de la Entidad Local, ya que en ese caso no existiría débito
hasta que así se declarase en la propia resolución del expediente; y
resultaría absurdo en todo caso que discrepase el plazo de
prescripción según se tratase de responsabilidad por daños a la propia
Administración o por daños a terceros, resultando también paradójico
que, en este último caso, el plazo para que los terceros reclamen a la
Administración sea de un año, pero el de la acción de regreso contra
las autoridades o funcionarios responsables sea de cuatro.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, y, asimismo, que si la
responsabilidad de las autoridades y funcionarios por acciones y
omisiones constituye, como parece, una manifestación específica o
concreta de la responsabilidad civil general por actos u omisiones
propios, también tendría un plazo de un año para ser ejercitada (art.
1.968.2 del Código Civil), por lo que se considera jurídicamente más
correcta la aplicación del plazo de un año como de prescripción para
la exigencia de la responsabilidad, tratándose, además, de
interpretación restrictiva más favorable para los derechos de los
particulares.
IV.2. Procedimiento específico sobre responsabilidad contable
La Ley 47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria (LGP)
en su art. 176 sienta el principio general de responsabilidad por actos
de autoridades y demás personal al servicio de las Administraciones
Públicas que infrinjan las disposiciones legales causando por ello
daños y perjuicios por dolo o culpa grave.
Los hechos a los que el siguiente art., 177, anuda la generación de
responsabilidad patrimonial, son los siguientes:
 Haber incurrido en alcance o malversación en la administración
de los fondos públicos.
 Administrar los recursos y demás derechos de la Hacienda
Pública estatal sin sujetarse a las disposiciones que regulan su
liquidación, recaudación o ingreso en el Tesoro.
 Comprometer gastos, liquidar obligaciones y ordenar pagos sin
crédito suficiente para realizarlos o con infracción de lo
dispuesto en esta ley o en la de Presupuestos que sea aplicable.
 Dar lugar a pagos reintegrables, de conformidad con lo
establecido en el artículo 77 de esta ley.
 No justificar la inversión de los fondos a los que se refieren los
artículos 78 y 79 de esta ley y la Ley 38/2003, de 17 de
noviembre, General de Subvenciones.
 Cualquier otro acto o resolución con infracción de esta ley,
cuando concurran los supuestos establecidos en el artículo 176
de esta ley.
El órgano competente y procedimiento se detalla en el art. 180 de la
LGP
Conclusiones
La responsabilidad de Alcalde y Concejales por daños y perjuicios
derivados de acciones u omisiones realizadas en el ejercicio de sus
cargos públicos puede producirse en los siguientes ámbitos:
 Penal: su tramitación y resolución corresponde a los órganos
judiciales correspondientes de la Jurisdicción Penal. El
Ayuntamiento podrá efectuar la pertinente denuncia, y
personarse como perjudicado, si lo fuere, a fin de percibir la
indemnización que corresponda derivada del ilícito penal que se
pudiera declarar.
 Civil: su tramitación y resolución corresponde a los órganos
judiciales correspondientes de la Jurisdicción Penal. Habrá de
reclamar directamente el perjudicado contra las personas físicas
causantes del daño. La Corporación Local carece de esa acción
en tanto existe un procedimiento administrativo específico para
dirimir la responsabilidad de las autoridades o funcionarios
frente a la Administración Pública a la que han causado daños.
 Administrativa: su tramitación y resolución corresponde al
propio Ayuntamiento. El expediente se regula en el art. 21 del
RRP, y a través del mismo se determinarán la cuantificación
indemnizatoria e imputación de responsabilidades tanto en
relación a los daños y perjuicios causados directamente en los
bienes de la Administración como el reembolso de aquellas
cantidades satisfechas por la Administración a terceros
perjudicados, siempre que se residencie su causa en acciones u
omisiones del Alcalde o Concejales en los que concurra dolo o
culpa grave.
El plazo para la incoación de tal expediente es de un año desde
la acción u omisión que ha generado el daño, o desde que se ha
procedido a indemnizar al particular.
El plazo para tramitar el expediente, dictar resolución y notificar
ésta es de seis meses; su superación genera la caducidad,
debiendo iniciarse nuevamente si no ha prescrito la acción

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