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Reflexión #9- Monica Morales Carvajal (B54801)

La lectura de esta semana es sobre feminismo, femineidad y roles de género. En estas


también se explican términos como patriarcado y género. Se refiere al feminismo como una
lucha social, política y cultural que nace en búsqueda de la equidad y en respuesta al
patriarcado que oprime sistemáticamente a las mujeres por su sexo.

La asociación la realicé con algunos artículos que he estado leyendo para un ensayo de otro
curso sobre la figura femenina en la Antigua Grecia. Escogí el artículo “El Gobierno de la
casa en Atenas Clásica: Género y Poder en el Oikos” de María Dolores Mirón Pérez. En
este se trata sobre la figura de la mujer y el limitado poder que tenía está en la civilización
antigua, reducido totalmente al oikos (el hogar).

En el artículo se dice que los roles de género tradicionales que reconocemos y observamos
hoy se pueden rastrear incluso desde la Antigua Grecia. La autora señala que “en pocas
sociedades históricas haya sido tan clara la asignación de papeles y espacios según el
género como en la Atenas democrática” (Mirón, 2000, pág. 105). Se puede notar que la
sociedad descrita en el artículo se denominaría completamente patriarcal, según la
definición de González (2010) que es “una construcción social en la cual los hombres y sus
acciones son más valoradas que las de las mujeres, a quienes se oprime y explota” (pág.
116). Las mujeres atenienses no pueden ni deben hablar e incluso se podría decir que se les
considera inferiores a los hombres por su sexo y/o género, además de que no podían poseer
tierras o bienes. La autora de la lectura (González, 2010) señala que una de las
características del sistema patriarcal es el saber androcéntrico, es decir totalmente reservado
por y para los hombres. Se puede notar que en la Atenas democrática de esta época el saber
político y filosófico estaba totalmente monopolizado por los hombres. Los conocimientos
que las mujeres debían manejar eran meramente domésticos y administrativos.

La vida política y publica era totalmente exclusiva para los hombres, las mujeres no se
consideraban ciudadanos de la Polis: “los papeles asignados a cada sexo serán básicamente,
para los hombres, la dirección de la ciudad; para las mujeres, su reproducción.” (Mirón,
2000, p. 105). Estos papeles se pueden asociar a los roles de género que señala y describe
González (2010) al definir género como “división de roles construida socialmente por
sexo” (pág. 117) y que el feminismo intenta romper en pos de la equidad. Además estos
roles de género son naturalizados y considerados “necesarios”: “son igualmente necesarios
y dependientes el uno del otro, de forma que un fallo en uno de los dos aspectos conduce al
colapso del oikos” (Mirón, 2000, pág. 107)

El punto central del artículo es el poder que poseían las mujeres dentro de su casa privada
en la ciudad atenienses. La autora rescata esta autoridad que posee la mujer dentro de su
casa en algún intento de asignarle una posición de poder a la figura femenina. Este poder se
ejercía paralelamente al esposo de la mujer, e incluso se podría pensar que había una
aparente igualdad entre los dos dentro del oikos sin embargo el hombre era finalmente la
máxima figura de autoridad, además del representante de la familia afuera de la casa. La
mujer debía someterse al hombre en todo sentido y obedecerlo.

Sin embargo el (poco) poder descrito anteriormente debía ser además ganado,
contrariamente a la autoridad masculina que se daba por natural. La mujer debía
demostrarle a su marido que podía hacerse cargo de la administración del hogar y ser la
madre perfecta para sus hijos. Esta autoridad doméstica era controlada totalmente por el
hombre (considerado cabeza de familia) “de modo que la de las mujeres sobre los asuntos
internos estaba limitada por las responsabilidades que sus esposos delegaran en ellas”
(Mirón, 2000, pág. 117) además de las tareas que eran “naturales” para ellas como cocinar,
limpiar y cuidar de los niños y niñas.

En general, a pesar de que los dos textos describen sociedades muy diferentes y separadas
por más de 2500 años, se pueden relacionar debido al imperante patriarcado presente en
ambas y los roles de género impuestos que todavía se reproducen en las sociedades
modernas. Llama la atención que en el artículo nunca se mencione la existencia de algún
otro género aparte del masculino y el femenino en la Antigua Grecia. Esto me pareció muy
curioso ya que se sabe que esta civilización era muy abierta al tratarse de homosexualidad
(casi que exclusivamente la masculina) y es interesante no ver indicios de ninguna ruptura
del sistema binario.
Referencias:

González Suarez, Mirta. (2010). Feminismo(s): Avances hacia la equidad. En


González Suárez, Mirta. (Compiladora). (2010). Teorías Psicosociales. San José: Editorial
de la Universidad de Costa Rica.

Mirón Pérez, María Dolores. (2000). El Gobierno de la casa en Atenas Clásica:


Género y Poder en el Oikos. Estudios históricos de Historia Antigua, 18, pp. 103-117.
Ediciones Universidad de Salamanca.
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