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San Felipe fue fundada por Juan de Villegas en el año de 1556, como casi todas las poblaciones

venezolanas, San Felipe tuvo muchísimas dificultades para erigirse en ciudad y adquirir plena
autonomía. Del rosario de pueblos fundados a todo lo largo del Valle de Yaracuy, es San Felipe el
más sufrido y golpeado tanto por el capricho de los hombres como por la furia de la naturaleza.
Afirma el Dr. Plácido Daniel Rodríguez Rivero, en su obra “Orígenes y desarrollo de San Felipe El
Fuerte”, que en la parte noroeste de la ciudad de San Felipe, se agruparon los primeros moradores
de la antigua ciudad, construyendo sus viviendas y fundando haciendas y hatos; así construyeron
un pueblecito que para el año de 1693 aparece consignado por primera vez con el nombre de
Cerrito de Cocorote, y como todos los pueblos que se fundaban en ese momento, estaban bajo la
jurisdicción de Barquisimeto.

El 6 de noviembre de 1729 fue expedida la Real Cédula para la fundación de San Felipe, capital del
Estado Yaracuy, levantada a 256 metros sobre el nivel del mar, en pleno centro geográfico de la
entidad federal.

Vale decir que ya en 1531 Juan de Villegas había fundado a la Real San Felipe de Buria a la
cual dio lugar sus ricas minas de oro y que viene siendo lo que es hoy Nirgua, más al sur y en zona
templada de un mil metros sobre el nivel del mar. A cinco kilómetros se ven todavía las ruinas de
lo que fue la fortaleza de San Vicente donde se guarnecía la tropa encargada de velar por el oro
que se sacaba de las minas de Buria y el cual era periódicamente transportado a la Madre Patria.

Al noreste de San Felipe está Aroa, ciudad donde Alonso de Oviedo descubrió las minas de
cobre en 1605. Estas minas pertenecieron a los padres de Simón Bolívar, quien las puso a la
orden de la causa de la independencia. Bolívar dejó constancia de esta propiedad en su
testamento de Santa Marta. En 1832 los herederos del Libertador venden las minas y tras varias
operaciones pasa a manos de la “Suramericana de Cobre” y otra parte a la “Bolívar Railway”.

San Felipe en 1826 tenía 7 mil habitantes y a fines de la década del setenta contaba
cincuenta mil. Es una de las pocas ciudades de Venezuela que tiene ferrocarril y en lo que era
antigua ciudad destruida por el terremoto de 1812 se levanta un gran parque que tiene como
atractivos las ruinas de San Felipe El Fuerte, la Iglesia de Nuestra Señora de Presentación, las
capillas de la Virgen de Monserrat y del Bautisterio con la Pila original construida en 1748, la Calle
del Rey y otras áreas y vías empedradas que hablan de una época y de un estilo que escapan al
modelo de ciudad que es el San Felipe de hoy.

En 1710 por orden del Teniente de Gobernador y del Alcalde Ordinario de Barquisimeto, se
destruyeron las casitas del poblado. Para 1717, ya el pueblito tenía nuevamente 25 casas y una
iglesia; pero según el censo levantado por Don Santiago de la Parra, emisario del Capitán Marcos
Betancourt y Castro, la región estaba poblada por más de dos mil habitantes y había alcanzado un
notable desarrollo y potencialidad agrícola. El Capitán General al leer el informe dicta a su
secretario una orden implacable: “Que se destruyan las casas y ranchos, se expulse a los
extranjeros, que no se consientan tiendas ni se venda vino y que no se transite por el camino de
San Nicolás”. La orden se cumplió al pie de la letra: los ranchos fueron destruidos y los campos
devastados.

Más tarde volvieron los tozudos habitantes a avecindarse en el poblado al lado de la iglesia,
autorizados por los mismos que los habían expulsado; levantaron sus casas y comenzaron de
nuevo, y empezó también de nuevo la lucha contra el dominio de Barquisimeto. En respuesta, el 8
de septiembre de 1724, el Alcalde y el Maestre de Campo incendiaron el pueblo y lo destruyeron
por tercera vez.

Así desaparece Cerrito de Cocorote, pero, sus testarudos moradores no cejan en su deseo de
fundar un pueblo e independizarse de Barquisimeto. Así, apoyados por Fray Marcelino de San
Vicente, obtuvieron del Rey Felipe V, el 6 de noviembre de 1729, la Real Cedula por la que se
permitía la reconstrucción del Cerrito y se le erigía en ciudad. Se lograba de esta forma escapar del
tutelaje de Nueva Segovia. La ciudad se fundó en Valle Hondo y le dieron el nombre de San Felipe
el Fuerte, en homenaje al Rey Felipe V.

Así, empezó a crecer y a desarrollarse esta hermosa ciudad hasta el 26 de marzo de 1812, cuando
fue destruida por un espantoso terremoto. Al lado de sus ruinas humeantes, levantaron sus
heroicos sobrevivientes lo que es hoy la moderna ciudad de San Felipe. La cual abarca un total de
472 km2 del estado Yaracuy, y posee un total de dos parroquias: Albarico y San Javier.

Sus límites son: al norte con el municipio Manuel Monge, al sur con el municipio Nirgua, por el
este con el municipio Veroes y por el oeste con el municipio Bolívar.

En cuanto a las actividades económicas, se puede evidenciar una pequeña extensión de terrenos
en zonas destinadas a la actividad industrial, para la pequeña y mediana industria, de las cuales
unas 66 has. Aproximadamente se encuentran equipadas con la infraestructura necesaria, con sus
respectivos servicios. Debido a la proximidad que presenta esta zona, con importantes áreas de
producción agrícola, se recomienda para grandes complejos agroindustriales. Estas actividades se
complementan con una importante extensión comercial y de servicios, ubicados dentro del
municipio San Felipe, donde también se concentra aproximadamente el 70% de los bancos
nacionales en el estado.

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