Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Hombre en Busca de Sentido - Reflexiones PDF
El Hombre en Busca de Sentido - Reflexiones PDF
Las dos lecturas que presento a continuación son extraídas del libro-ensayo “El hombre
en busca de sentido” de Viktor E. Frankl, un psiquiatra que estuvo preso durante cuatro
años en los campos de concentración del régimen alemán durante la segunda guerra
mundial.
Frankl, describe en su libro todo el proceso que vivió durante los cuatro años de
cautiverio, maltrato e inhumanidad a los que estuvo sometido junto a millones de judíos.
Tras perder a su familia (padres, hermanos y esposa), libertad y dignidad el autor busca
encontrar qué razones puede tener para seguir viviendo. Las dos reflexiones que les
presento a continuación ponen en evidencia lo vivido pero también la manera como el
autor asumió la situación y logró superar lo que muchos hubieran considerado –en su
momento y ahora- como insuperable.
*********************************************************************************
1
Cuando el hombre llega al culmen del dolor y el sufrimiento la pregunta sobre el sentido de la vida
se vuelve ineludible.
hombre ni ningún destino pueden compararse a otro hombre o a otro destino.
Ninguna situación se repite y cada una exige una respuesta distinta; unas veces la
situación en que un hombre se encuentra puede exigirle que emprenda algún tipo
de acción; otras, puede resultar más ventajoso aprovecharla para meditar y sacar
las consecuencias pertinentes. Y, a veces, lo que se exige al hombre puede ser
simplemente aceptar su destino y cargar con su cruz. Cada situación se diferencia
por su unicidad y en todo momento no hay más que una única respuesta correcta
al problema que la situación plantea.
"¡No tengáis miedo! ¡No temáis las selecciones! El Dr. M. (jefe sanitario de las SS)
tiene cierta debilidad por los médicos." (Esto era falso; las amables palabras de mi
amigo no correspondían a la verdad. Un prisionero de unos 60 años, médico de un
bloque de barracones, me contó que había suplicado al Dr. M. para que liberara a
su hijo que había sido destinado a la cámara de gas. El Dr. M. rehusó fríamente
ayudarle.)
2
Es una negación del autor a perder la vida cuando aparentemente estaba perdida.
"Pero una cosa os suplico, continuó, que os afeitéis a diario, completamente si
podéis, aunque tengáis que utilizar un trozo de vidrio para ello... aunque tengáis
que desprenderos del último pedazo de pan. Pareceréis más jóvenes y los
arañazos harán que vuestras mejillas parezcan más lozanas. Si queréis
manteneros vivos sólo hay un medio: aplicaros a vuestro trabajo. Si alguna vez
cojeáis, si, por ejemplo, tenéis una pequeña ampolla en el talón, y un SS lo ve, os
apartará a un lado y al día siguiente podéis asegurar que os mandará a la cámara
de gas. ¿Sabéis a quién llamamos aquí un "musulmán"? Al que tiene un aspecto
miserable, por dentro y por fuera, enfermo y demacrado y es incapaz de realizar
trabajos duros por más tiempo: ése es un "musulmán". Más pronto o más tarde,
por regla general más pronto, el "musulmán" acaba en la cámara de gas. Así que
recordad: debéis afeitaros, andar derechos, caminar con gracia, y no tendréis por
qué temer al gas. Todos los que estáis aquí, aun cuando sólo haga 24 horas, no
tenéis que temer al gas, excepto quizás tú." Y entonces señalando hacia mí, dijo:
"Espero que no te importe que hable con franqueza." Y repitió a los demás: "De
todos vosotros él es el único que debe temer la próxima selección. Así que no os
preocupéis." Y yo sonreí. Ahora estoy convencido de que cualquiera en mi lugar
hubiera hecho lo mismo aquel día.
Fue Lessing quien dijo en una ocasión: "Hay cosas que deben haceros perder la
razón, o entonces es que no tenéis ninguna razón que perder." Ante una situación
anormal, la reacción anormal constituye una conducta normal. Aún nosotros, los
psiquiatras, esperamos que los recursos de un hombre ante una situación
anormal, como la de estar internado en un asilo, sean anormales en proporción a
su grado de normalidad. La reacción de un hombre tras su internamiento en un
campo de concentración representa igualmente un estado de ánimo anormal, pero
juzgada objetivamente es normal y, como más tarde demostraré, una reacción
típica dadas las circunstancias.