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Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

Universidad Nacional Autónoma de México


Facultad de Estudios Superiores Acatlán
División de Humanidades
Licenciatura en Pedagogía

Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

Trabajo que presentan los alumnos:


Arenas López Laura
Miguel Ortiz Víctor.
Palomares Rentería Belén.

Asignatura: Investigación Documental


Grupo: 1102

Otoño 2010

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

"El mundo que queremos es uno donde quepan muchos mundos.

La patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos

y sus lenguas, que todos los pasos la caminen,

que todos la rían,

que la amanezcan todos."

Subcomandante Marcos

Índice
Pág.

Introducción

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

Capítulo 1: La educación indígena.


1.1 Definición de educación. 6
1.2 ¿Qué entendemos por educación indígena? 8
1.2.1 Definición. 9
1.2.2 ¿Realmente existe? 12
1.3 Visión de la sociedad. 13

Capítulo 2: Panorama histórico de la educación para los indígenas


en México. 16
2.1 La educación para los indígenas en la Nueva España. 17
2.2 Las escuelas de tercera clase del siglo XIX 19
2.3 La educación para los indígenas en el siglo XX
2.3.1 Del intelectualismo latino a la antropología aplicada 24
2.3.2 La escuela de la acción como dispositivo pedagógico 25
2.3.3 La escuela socialista como dispositivo corporativo 27

Capítulo 3: Contextos
3.1 La familia 29
3.1.1 Valores 31
3.1.2 Roles asignados el papel del hombre y la mujer. 34
3.2 La escuela 36
3.2.1 Modelo educativo 37
3.2.2 Educación intercultural bilingüe 41

CAPITULO 4: Instituciones públicas que apoyan a la educación indígena. 44


4.1 Dirección General de Educación Indígena. 45
4.1.1 Campo de acción de la Dirección General de Educación 45
Indígena.
4.2 Comisión para el Desarrollo de los pueblos Indígenas. 47

Conclusiones._____________________________________________ 53

Anexo 1: Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos Indígenas 55


en México. Los Pueblos Indígenas de México.

Fuentes consultadas.

Introducción.

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

Escoger un tema para investigar siempre es difícil, pero en esta ocasión no lo


dude; hablar sobre el tema indígena es quizás hablar sobre un tema por demás
trillado, ya demasiado comentado; estamos acostumbrados a escuchar en la
televisión, periódicos, etc. hablar al respecto tanto que estamos desensibilizados,
sin embargo estos aspectos son los que hicieron que tomara conciencia en
cuestión a este sector olvidado.

La educación es la mejor inversión de una nación, aseguran gobernantes y


políticos en nuestro país, donde hay gran cantidad de escuelas públicas y
privadas; pero deficientes las dedicadas a la población indígena, cuyos derechos y
cultura están protegidas por la Constitución Política del país, y que sin sobresaltos,
es violada de una manera artera y flagrante.

La diversidad cultural es reconocida por el artículo cuarto de la Constitución


Política de México, que señala el carácter pluricultural del país y establece el
compromiso de la ley para proteger y promover las lenguas, culturas, usos,
costumbres, recursos y formas específicas de organización social de los pueblos
indígenas.

Nuestro país, el de los grandes contrastes políticos, sociales y económicos, tiene


el orgullo de tener entre sus ciudadanos al hombre más rico del mundo, y la
deshonra de que en el territorio sobrevivan los pueblos más desahuciados,
aquéllos que tienen que elegir entre trabajar para comer y medio vivir, o estudiar y
probablemente quitar el bocado a sus padres, hijos, hermanos, según sea el caso.
La situación tan extrema en que se hallan, las diferencias tan grandes que
tenemos con ellos a pesar de pertenecer a un mismo país, la falta de
oportunidades, son seres humanos, compatriotas, mexicanos como nosotros, no
podemos ser ajenos a esta realidad, ni como pedagogos, ni como ciudadanos de
este país.

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La educación de los alumnos indígenas, en cualesquiera de sus modalidades,


todavía no tiene el status de cuestión principal en la sociedad mexicana actual, a
pesar de haber ganado gran presencia en la actividad política y en los escenarios
culturales.

El interés por realizar este trabajo, es el de reconocer y denotar las características


de la Educación Indígena, indagando si realmente existe como tal, o es una forma
de imposición de intereses por parte del sector dominante y explotador, haciendo
valer más las creencias propias antes que la superación de la población indígena,
que se ve desprotegida, marginada y muy olvidada, no solamente por el gobierno,
también por nosotros mismos como sociedad que no exigimos trato por igual y si
se hace, es de forma esporádica y tenue.

El contenido de esta investigación, comenzara abordando el concepto de


educación, para brindar un marco de referencia al significado de la educación
indígena, y revisar sus características y que, quien lea el documento pueda definir
por sí mismo, si la educación impartida en esta modalidad es certera y objetiva.

También revisaremos de manera breve un panorama de lo que se ha entendido


por educación indígena a lo largo de la historia en nuestro país, abarcando tres
grandes momentos de nuestro desarrollo como nación.

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Capitulo 1: La educación indígena.

1.1 Definición de educación.

Definir la educación no es tarea fácil, porque se trata de un fenómeno complejo


que se halla en las preocupaciones diarias de las gentes y que, por otra parte, ha
dado lugar a un sistema de ciencias, las ciencias pedagógicas. La educación es
un proceso que llevan a cabo las personas para desarrollar capacidades físicas e
intelectuales, habilidades, destrezas, técnicas de estudio y formas de
comportamiento ordenadas con un fin social.
El análisis sistemático del concepto de educación lleva también a la idea de la
perfección. Una larga nómina de autores desde la antigüedad clásica hasta
nuestros días menciona explícitamente la perfección al definir lo que es educación.
La etimología nos va a llevar a su aspecto interior. En voz de Javier Úbeda Ibáñez,
“… la palabra educación está emparentada en sus orígenes con el verbo educere,
que significa sacar afuera, criar. Educación sería acción de criar.” 1
En la crianza hay un doble movimiento: el de alimentar, es decir, proporcionar
sustancias ajenas que se incorporen al organismo, y de él, facilitar el
desenvolvimiento de las fuerzas o energías interiores, dando lugar a un desarrollo
cuantitativo y cualitativo del individuo.
Como se puede ver, el sentido etimológico de está, no se queda en la mera
superficialidad, sino que hace referencia a la interioridad del ser humano, de la
cual, como fuente, van a brotar los hábitos o formas de vivir que determinan o
posibilitan el que de un hombre digamos, está educado.
Pero el término educación se refiere sobre todo a la influencia ordenada
ejercida sobre una persona para formarla y desarrollarla a varios niveles
complementarios; en la mayoría de las culturas es la acción ejercida por la
generación adulta sobre la joven para transmitir y conservar su existencia
colectiva. Es un ingrediente fundamental en la vida del ser humano y la sociedad y
se remonta a los orígenes mismos del ser humano. La función de la educación es

1
Úbeda Ibáñez, Javier. La educación, pilares básicos.
http://pilaresbasicos.blogspot.com/2010_01_01_archive.html. Octubre de 2010

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ayudar y orientar al educando para conservar y utilizar los valores de la cultura


que se le imparte fortaleciendo la identidad nacional.
La educación abarca muchos ámbitos; como la educación formal, informal y no
formal. El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual.
Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los
conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de
generaciones anteriores, creando además otros nuevos.
El proceso educativo se materializa en una serie de habilidades y valores, que
producen cambios intelectuales, emocionales y sociales en el individuo. (Ver
imagen 1.)
De acuerdo al grado de concienciación alcanzado, estos valores pueden durar
toda la vida o sólo un cierto periodo de tiempo. En el caso de los niños, la
educación busca fomentar el proceso de estructuración del pensamiento y de las
formas de expresión. Ayuda en el proceso madurativo sensorio-motor y estimula la
integración y la convivencia grupal.

Imagen 1: Proceso educativo. (Daniel Villarreal) 2002


www.corporacionsurgir.org/fotos/Image/noticia...
Fecha de consulta: 9 Nov. 2010

La educación formal o escolar, por su parte, consiste en la presentación


sistemática de ideas, hechos y técnicas a los estudiantes. Una persona ejerce una
influencia ordenada y voluntaria sobre otra, con la intención de formarle. Así, el
sistema escolar es la forma en que una sociedad transmite y conserva su
existencia colectiva entre las nuevas generaciones.

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Por otra parte, cabe destacar que la sociedad moderna otorga particular
importancia al concepto de educación permanente o continua, que establece que
el proceso educativo no se limita a la niñez y juventud, sino que el ser humano
debe adquirir conocimientos a lo largo de toda su vida. La educación es lo que
transmite la cultura, permitiendo su evolución. No sólo se produce a través de la
palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.

1.2 ¿Qué entendemos por educación indígena?

Por educación indígena quiere darse a entender la que en los países


iberoamericanos se intenta poner en práctica con la denominación cada vez más
extendida de educación intercultural bilingüe para los pueblos indígenas. Como tal,
es un fenómeno reciente cuya aplicación tropieza con dificultades múltiples, las
cuales son, entre otras: conceptuales, lingüísticas, sociales, económicas y hasta
de ideología religiosa.
Como consecuencia de esta presión social e institucional, la identidad de los
pueblos es amenazada, los idiomas indígenas son desplazados, los valores y
manifestaciones culturales sufren un grave deterioro; las estructuras sociales de
los pueblos son debilitadas; y la riqueza idiomática y cultural de México se ve
disminuida. Por si fuera poco, el resto de la sociedad mexicana se ve privada del
conocimiento y sabiduría que se encuentran en estos idiomas o culturas.

Poco a poco se intenta igualar las distintas culturas subsumiéndolas en la cultura


general y las culturas indígenas se asumen, en el mejor de los casos, como
patrimonio genérico y antecedente histórico de todos los habitantes de la
nación. Sumado a esto, está el tema de la discriminación abierta contra los
indígenas que se observa en la mayoría de los países que cuentan con un
porcentaje importante de estas comunidades.
La escuela indígena no representa el mejor lugar para aprender. Los alumnos,
al no entender la escuela, al no sentir que aprenden, prefieren no ir. Los padres,
que con el tiempo los van ocupando más y más para el trabajo, acceden
finalmente a interrumpir su carrera escolar.

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En los niveles posteriores de educación, los alumnos indígenas cargan con las
siguientes desventajas: (Imagen 2 )no lograron dominar el español porque no se
partió de un buen dominio de la lengua propia; tuvieron una educación deficiente y
por lo mismo no dominan muchas de las habilidades necesarias para seguir
estudiando; si continúan a la secundaria, tienen serias dificultades para aprender;
al llegar al nivel medio superior, o incluso al superior, se enfrentan con exámenes
de admisión que los indígenas aprueban mucho menos que los no indígenas.

Imagen 2: Carencias. Luis Macas 1999


conaie.nativeweb.org/school.
Fecha de consulta: 9 de Nov. 2010
1.2.1 Definición.

La educación indígena siempre se ha referido a aquello que se considera que


los indígenas deben saber, no la instrucción o enseñanza que los indios mismos
imparten o impartieron.  Desde siempre, hablar de educación indígena supone una
apreciación externa de sus culturas. El papel de las diferentes poblaciones,
culturas y lenguas que deben compartir un mismo territorio o deben participar en
un solo proyecto de nación siempre fue conflictivo; las diferencias siempre se
consideran valorativamente, otorgando a los indígenas una categoría inferior a la
de otros mexicanos; y al hablar de diferencias hablamos de desigualdad
económica, política y social. 
El sometimiento, la explotación, la exclusión de las esferas de decisión,
educativas, políticas, hacen de la diferencia, históricamente, una debilidad.  Toda

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política indigenista educativa se ha encaminado desde un principio a hacer


menores las distancias entre las culturas para así zanjar la brecha, pero tal
acercamiento implica siempre la renuncia del indio a su cultura para adoptar la
dominante. Las distancias del principio fueron abismales: se dudaba incluso de la
humanidad de los antiguos habitantes de las tierras recién descubiertas.

El indio deja de serlo en cuanto se integra a la sociedad nacional y renuncia a


su cultura para convertirse en miembro de una nación genérica, donde ya no
reclama su especificidad. (Ver Imagen 3)

La educación indígena en nuestro país jamás ha sido tal; nunca ha sido planeada
ni ejercida autónomamente por los propios interesados, éstos se limitan a la
educación informal de sus miembros por carecer de los recursos para crear una
infraestructura escolarizada.  De igual manera, nunca han ejercido el poder
económico ni el político en tanto indígena ni como voceros de dicha causa. 

Imagen 3: Identidad olvidada. Norma Aguilar Alvarado


www.aler.org/.../uploads/2008/11/mujerin.jpg
Fecha de consulta: 9 de Nov. 2010
La educación indígena siempre ha sido trazada desde el exterior, apropiándose
de los valores y culturas en provecho de la nación o simplemente anulándolos,
devaluándolos o utilizándolos en su afán de homologar a todos los ciudadanos,
independientemente de sus lenguas. 
 La educación indígena, en este sentido, ha sido un éxito, pues las demandas
indígenas suelen ser por una educación igual a la que ya reciben, pero de mayor

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calidad, no específicamente relacionada con sus culturas, que no son parte del
currículo escolar sino apenas un medio para lograr el mejor aprendizaje de una
segunda lengua y de otra cultura.

Parte de la aculturación de los indígenas ilustrados incluye en proceso mediante el


cual adoptan como propios los proyectos de avanzada de los indianistas y aliados
de sus causas, aun a despecho de los deseos de las comunidades, a quienes
debe siempre convencerse de que la inclusión de sus culturas en la educación
indígena facilita a los niños el aprendizaje de la cultura ajena

Para la mayoría de pueblos indígenas, la educación ha sido tradicionalmente
utilizada como una de las herramientas para destruir sus idiomas y culturas.
Formaba más bien parte del proceso de asimilación, un proceso en el que se les
niega el derecho de ser indígena. En todo el mundo quienes provienen de las
comunidades indígenas se encuentran en los niveles más bajos del rendimiento
educativo.

Sin embargo, por otra parte la educación informal es lo que ha permitido, a la


mayoría de los pueblos indígenas y sus culturas ejercer un mecanismo de
resistencia, apoyando su supervivencia, no solamente en México, sino en
cualquier punto del planeta dentro del esquema de regionalización-globalización.

Es por ello que se puede afirmar que la educación indígena de hecho tiene doble
carácter el de reproducción y resistencia. Todo ello teniendo en cuenta múltiples
factores que intervienen en los contextos nacionales con su naturaleza
multicultural que ha permitido a los pueblos indígenas sobrevivir con su propia
cultura.

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1.2.2 ¿Realmente existe?

Hemos visto, que como tal, es inexistente, siempre quedan factores que
modifican esta educación para fines de beneficio político o personal. En palabras
de Elisa Ramírez Castañeda, “la educación indígena siempre se ha referido a
aquello que los indígenas deben saber, no a la instrucción o enseñanza que ellos
mismos imparten o impartieron. Desde siempre hablar de educación indígena
2
supone una apreciación externa de sus culturas.”
México es uno de esos países multiculturales en donde las comunidades
indígenas, en territorios más o menos delimitados, no tienen uno propio y conviven
con otros grupos. Sin embargo, al igual que en muchos otros países, el nuestro es
considerado como una nación moderna dentro de la cual, la presencia de grupos
étnicos ha tenido durante mucho tiempo un sentido de alteración de lo nacional o
de lo que podría identificarse como un universo simbólico que se pretende
aglutinador, provocando una pluralización de dos mundos de vida, resultado del
desarraigo.
Queda claro que, desde la Conquista de México, a manos de los españoles, la
educación que se imparte en nuestras escuelas no es una educación indígena,
sino una educación para indígenas, instrumentada para reproducir cada etapa
histórica la dominación cultural, la discriminación racial, la explotación económica
y la manipulación política.
El meollo está en lo que algunos antropólogos han llamado la construcción de
la indianidad. Lo indígena se construyó, en principio, como una identidad que
distinguía a los pobladores originarios de este continente de los invasores
españoles.
A medida que se afianzaba el sistema colonial, se fueron tejiendo mecanismos
que no solamente explotaban las riquezas naturales y el trabajo de los pueblos
sometidos, sino también levantaban un discurso de esa diferencia, basada en la
inferioridad. Al mismo tiempo, lo indígena, lo indio, como categoría colonial,

2
Castañeda Ramírez, Elisa, La educación Indígena en México. UNAM, 2006. Pág.8.

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uniformaba frente a los europeos, a las múltiples civilizaciones mesoamericanas


que fueron sometidas.

1.3 Visión de la sociedad.

Identidad, cultura, poder y derechos indígenas son significados visibilizados, y


desdibujados estratégicamente, según los actores que participan en esta clase de
lucha, y las posiciones desde cuales lo hacen. El trasfondo, en el caso de México,
es la lucha de las comunidades diferenciales, específicamente los pueblos
indígenas por reivindicar políticamente el derecho a mantener una identidad
cultural y una organización social diferenciada dentro de un Estado que no solo lo
reconozca, sino que la sancione jurídicamente.
Aunque muchos lo quieran negar, la discriminación puede observarse en el trato
que se le da a la población indígena en general; en la forma deficiente en que el
gobierno atiende las necesidades de los pueblos; en el uso de su imagen con fines
propagandísticos; en la falta de reconocimiento de sus culturas; y en la escasa
dignidad con las que se les presenta en los medios de comunicación.
La discriminación y la intolerancia se acentúa, aún más, cuando se trata de
mujeres y niños, por lo que se hace imprescindible la inmediata aplicación de una
legislación internacional, nacional, y regional, en forma íntegra y total. Que se
respeten sus derechos colectivos a la tierra y territorio, su idioma, su manejo
tradicional racional y sostenible de los recursos naturales y la biodiversidad, que
siempre los ha distinguido. (Ver Imagen 4)

Imagen 4: Intolerancia heredada. Julio Díaz. 2001


bp1.blogger.com/.../s400/niña_indigena.jpg
Fecha de consulta: 9 de Nov.2010

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Ser indígena hoy significa ser parte de una comunidad culturalmente diferenciada.
Tiene, por eso, una connotación de identidad, de cultura y también, hoy por hoy,
de proyecto político, porque tras cinco siglos de colonialismo, los pueblos
indígenas reivindican en nuestra época su identidad como una bandera de lucha,
como una forma de resistencia y como una demanda por su reconocimiento, por
sus derechos, por su futuro, para la educación indígena. El hecho de que grandes
sectores de nuestra población vivan en la marginación y en la pobreza total
empeora la situación de los indígenas, quienes soportan los más elevados índices
de desnutrición, carecen de escuelas y toda forma de enseñanza, de planes de
salud e higiene, carecen de viviendas que tengan los servicios básicos, además
de su falta absoluta de trabajo.
En reiteradas oportunidades quienes están convencidos que defienden y protegen
al indígena, partiendo de una política integracionista y de asimilación, solo
consiguen ahondar más la marginación y la discriminación hacia estos pueblos.
No es acertada la actitud de quienes pretenden integrar y asimilar a los indígenas
a nuestra cultura y nuestra forma de vida. Ellos han tenido y tienen su propia
identidad y estilo de vida que debemos respetar. Es en las poblaciones indígenas
donde encontramos los índices más elevados de desigualdad educativa por
género. Como plantea Pablo Latapí: “el concepto de educación intercultural
también puede darnos claves importantes para entender el concepto de
autonomía. Ambos conceptos aluden a interdependencia, no a separación; a
comunicación y diálogo, no a monólogos en el vacío; a respeto, no a imposiciones;
a justicia, no a explotación; a fortalecimiento, no a manipulación” 3

En 1993 se promulgó una nueva Ley Federal de Educación, donde se introdujo un


cambio de vocabulario: ya no se pretendía una educación bilingüe y bicultural, sino
una educación bilingüe e intercultural. Si la biculturalidad en la enseñanza
resultaba algo misterioso, ¿resultará más claro el concepto de interculturalidad?
La verdad es que el nuevo vocablo querría completar la transformación de una
3
Latapí, Pablo. “Multiculturalidad: ¿qué es eso?”, Proceso, 25 de agosto de 2001. Pág. 22

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educación abiertamente asimilacioncita en una educación que busca fortalecer la


diversidad cultural y al mismo tiempo preparar para la ciudadanía en una nación
moderna. En palabras de los responsables de la DGEI 4: “Se entenderá por
educación intercultural aquélla que reconozca y atienda a la diversidad cultural y
lingüística; promueva el respeto a las diferencias; procure la formación de la
unidad nacional, a partir de favorecer el fortalecimiento de la identidad local,
regional y nacional, así como el desarrollo de actitudes y prácticas que tiendan a la
búsqueda de libertad y justicia para todos.”5 (Ver imagen 5)

Imagen 5: Aceptar la diversidad. Anónimo. 2010.


http://www.servindi.org/img//2008/Chiqa.jpg

Fecha de consulta 16 de Nov. de 2010.

4
Dirección General de Educación Indígena. Av. Cuauhtémoc Nº 614 Col. Narvarte, Del. Benito Juárez, México
D.F.
5
Lineamientos generales para la educación intercultural bilingüe para las niñas y los niños indígenas, SEP
Subsecretaría de Educación Básica y Normal/Dirección General de Educación Indígena, México, 1999, pp.11

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Capítulo II: Panorama histórico de la educación para los indígenas


en México.

En México, como en muchos países del mundo, hay una gran variedad de grupos
sociales culturalmente diferentes, quienes ahora y desde hace mucho tiempo han
convivido sin perder su identidad cultural. Todos ellos se relacionan entre si y
forman lo que ha dado por llamarse sociedad multicultural, y que prácticamente
como todos los países con población indígena contamos hoy con instituciones y
programas específicos de educación indígena que, que en sus objetivos
declarados, apoyamos la preservación y el desarrollo de las culturas y sus
lenguas. Actualmente en México, estamos aún lejos de comprender y de asumir la
diversidad como un recurso enriquecedor de toda la sociedad, existen datos
diversos que ayudan a comprender cómo este sector de la población mexicana se
vio afectado o beneficiado por la implantación de dichas políticas a lo largo de la
historia.

Existen distintas rutas para presentar un panorama histórico de la educación.


“Tratándose de la historia de la educación para los indígenas en México se
presenta una revisión que articula una historia general del lugar asignado a los
indígenas en las políticas educativas impulsadas en nuestro país, con datos que
ayudan a comprender cómo este sector de la población mexicana se vio afectado
o beneficiado por la implantación de dichas políticas.” 6
Este capítulo incluye tres apartados. El primero caracteriza la educación para los
indígenas durante la colonia como referente para identificar tanto el impase
experimentado a lo largo del siglo XIX, como las grandes transformaciones que se
dieron en la materia en el siglo XX. El segundo apartado documenta lo acontecido
de la Guerra de Reforma al Porfiriato, cuando el objetivo de construir un Estado
nacional fuerte y soberano se impuso a la definición de un proyecto educativo
donde los indígenas ocuparan un lugar específico. Hasta la revolución mexicana,
la mayoría de las escuelas a las que asistían los indígenas que radicaban en las
regiones periféricas y alejadas no estaban organizadas y se caracterizaban por su
precariedad material, deficiencias en el perfil y condiciones de trabajo de los
6
Castañeda Ramírez, Elisa, op.cit., pág. 22.

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preceptores, además de las simplificaciones y reducciones a los contenidos,


métodos, materiales y tiempos dedicados a la enseñanza.
El tercer apartado muestra las grandes transformaciones en la educación para los
indígenas en el siglo XX, cuando los proyectos transitaron por los senderos
teóricos del positivismo, la antropología aplicada, el pragmatismo anglosajón, el
estructuralismo antropológico y el socialismo populista. Si bien el siglo XX sentó
las bases para el ejercicio de la ciudadanía y la emergencia de una sociedad civil
fuerte la no ciudadanía a la que se vieron sometidos los indígenas fue también
producto de las políticas educativas posrevolucionarias. Para el siglo XXI, los
mexicanos requerimos de nuevas rutas para promover el tránsito de una sociedad
nacional fundada en la exclusión de amplios sectores de nuestra sociedad.

2.1 La educación para los indígenas en la Nueva España.

No obstante en la cultura mesoamericana se crearon espacios educativos


formales donde los guerreros, los astrónomos y los dirigentes adquirían los
conocimientos para hacer funcionar las estructuras teocráticas y garantizar la
expansión de los grandes imperios caracterizados, en parte, por la vigencia de un
sistema vertical, jerárquico, autoritario y violento como el mexica  y la existencia de
un vínculo tributario entre las ciudades receptoras y las pequeñas aldeas, la
educación para los indígenas, propiamente dicha y sistemática, se inició en la
Nueva España durante el período colonial. (Ver imagen 6).

Imagen 6: La otra conquista. Autor desconocido.


bp.blogspot.com/1600/EVANGELIZA/2B1.jpg

Fecha de consulta 15 de Nov. 2010

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La educación indígena no consistía solamente en la enseñanza de la doctrina


cristiana sino que también incluía el castellano, la lectura, la escritura, el canto y a
veces tocar algún instrumento musical y la aritmética.

En los siglos XVI y XVII coexistieron dos visiones paradójicas pero


complementarias en torno a la población india en nuestro país. Por una parte, “en
muchos lugares del actual territorio mexicano, la administración colonial desplegó
una política de segregación social fundada en estigmas racistas y sistemas
jerárquicos que relacionaban determinados atributos biológicos, somáticos y
genéticos con las características morales, estéticas e intelectuales de razas
específicas”; los colonizadores, en su mayoría, se identificaban con la raza
superior y percibían a los indios colonizados como inferiores. Por otra, los
misioneros católicos se esforzaron en difundir el catolicismo y la castellanización
entre la población aborigen, convencidos de la capacidad de esta raza para
adquirir nuevos valores culturales acerca de la propiedad, el trabajo, el uso de la
riqueza y el buen comportamiento moral.

Las órdenes religiosas desplegaron, en consecuencia, acciones educativas


sistemáticas a través de las escuelas eclesiásticas, los seminarios y las tareas de
evangelización y castellanización dirigidas a los indios, interviniendo, más que en
su eliminación, en la conformación de nuevas identidades locales y regionales.

El proceso de conversión religiosa no resultó, sin embargo, totalmente exitoso. A


pesar de que los frailes, los virreyes y las autoridades coloniales lucharon contra la
vigencia de los cultos antiguos y las que entonces denominaron prácticas de
idolatría, incluidas la superstición, la adivinación y el degüello de criaturas y
consumo de su carne, habiendo sugerido someter a los practicantes a la autoridad
de la Inquisición, los indígenas de las regiones montañosas y alejadas simulaban
su conversión al catolicismo, manteniendo vivos sus cultos antiguos. Simular la
conversión religiosa, a través del sometimiento al bautizo en los nuevos templos
católicos, ayudó a los pueblos indios a negociar y a mantener el control comunal
sobre sus tierras en las Haciendas Coloniales, en los Repartimientos y en las

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posteriores Intendencias. La autonomía relativa de los pueblos indios se veía


también favorecida por la prohibición de la mezcla de castas, reportándose
concepciones culturales distintas a las de los colonizadores acerca del uso y la
distribución de la riqueza, o el significado atribuido al trabajo, al ocio, la
embriaguez, los bailes y las fiestas comunitarias.

2.2 Las escuelas de tercera clase del siglo XIX

En el siglo XIX, la guerra de independencia se había traducido en la eliminación de


las Leyes de Indias que otorgaban derechos, obligaciones y un estatuto legal a los
pueblos lingüística y culturalmente distintivos, así como a sus territorios. Los
conflictos entre los sectores liberales y conservadores, motivados por los primeros
esfuerzos por consolidar el Estado nacional en México, marcaron nuevas
prioridades y un impase en la historia de la educación para los indígenas.

Los Institutos de Ciencias y Artes, las escuelas primarias laicas y las escuelas
normales lancasterianas propias del proyecto liberal, de modo similar a las
instituciones de enseñanza religiosa a cargo de los conservadores, se dedicaban a
difundir una variedad de opciones educativas donde lo indio no ocupaba un lugar
específico.

Triunfante, el proyecto liberal se definió como asimilativo porque pretendió engullir


la diversidad lingüística y cultural en las entrañas de la ciudadanía y la Ilustración,
haciendo desaparecer el término indio de los documentos oficiales de 1824 a
1917.

Este siglo se caracterizó por la promoción de la propiedad privada, la


desamortización de los bienes eclesiásticos y comunales, así como la emergencia
de conflictos no sólo culturales, sino ideológicos, que explicaban por qué muchas
localidades rurales se oponían a los incipientes y desarticulados esfuerzos de
castellanización y expansión de la instrucción popular en los pueblos.

A finales del siglo, al interés por consolidar un Estado nacional fuerte y soberano
se sumó el de estimular la industrialización del país; objetivo que resultó más

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importante que aumentar el número de escuelas. Durante su dictadura, El


General Porfirio Díaz, inspirado en el positivismo social de Augusto Comte,
desarrolló y modernizó la red ferroviaria, la industria minera, el comercio de
manufacturas y las haciendas maiceras y cafetaleras, a fin de favorecer el
mercado de inversiones extranjeras e interno.

Aunque la intensificación de las relaciones económicas supuso la emergencia de


nuevas actividades especializadas y el desarrollo de mecanismos de acumulación
diferencial al interior de los pueblos, sus habitantes continuaron utilizando el arado
egipcio para sembrar el maíz suficiente para cubrir sus necesidades alimenticias
inmediatas, mantuvieron pequeñas pastorías de ganado y, en consecuencia,
conservaron sus patrones tradicionales de vida, de consumo y de mercadería;
reportándose mayor estabilidad política en los pueblos indígenas en comparación
con el período de la Reforma .

Además de que la industrialización porfiriana no modificó de manera radical los


mecanismos económicos de auto-reproducción de las sociedades rurales
tradicionales, en algunas entidades de la república se consideró que para que el
pueblo accediera al progreso y elevara su nivel intelectual, moral y estético
resultaba necesario jerarquizar y diferenciar las escuelas en clases.

Como ejemplo, en una entidad con alta composición indígena como Oaxaca, los
planteles de párvulos y las primarias de primera clase, al igual que las superiores,
las anexas a las escuelas normales y el Instituto de Ciencias y Artes, se fundaron
en la capital del estado, mientras las primarias de segunda y tercera clase se
abrieron en las regiones alejadas y periféricas. 

Los contrastes entre las escuelas de primera, segunda y tercera clase, en cuanto
a la calidad de los edificios, la amplitud y el número de habitaciones, la
orientación, la ventilación, la iluminación y el ornato, el estatuto de propiedad
municipal o particular, el monto dedicado al pago de rentas y las condiciones
higiénicas, se relacionaban con el espacio geográfico que ocupaban. Las escuelas

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de las capitales y las ubicadas en las cabeceras distritales cercanas a ella


contaban con las mejores condiciones materiales para la enseñanza.

Las escuelas de tercera clase, en contraste, tenían patios de tierra, clima malsano,
pésimas condiciones higiénicas e insalubridad y, en algunos casos, la única pieza
se utilizaba para las prácticas de instrucción escolar y como dormitorio de los
jóvenes solteros o del párroco del pueblo; el detrimento de la periferia a favor del
centro se comprueba al contrastar los planos arquitectónicos de los planteles
educativos en esa época.

El escaso atractivo que representaban las escuelas para los indígenas, calificadas
por algunas autoridades escolares como mazmorras, parecía intervenir en la
escasa participación escolar de los alumnos radicados en las regiones periféricas
del país. El carácter municipal de muchas escuelas de segunda clase, y todas las
de tercera, se traducía en problemas relacionados con el pago a los preceptores,
tanto en relación a sus sueldos, como a los gastos derivados de sus traslados a
las comunidades, los cuales eran sufragados por ellos mismos, por los pobladores
o por las autoridades locales.

Las diferencias entre la situación del maestro municipal y el financiado por el


gobierno estatal consistían más que en el pago recibido, en la seguridad y
periodicidad salarial, pues los montos destinados a las tareas de enseñanza eran
llamativamente distintos e inequitativos en ambos casos.

Los frecuentes cambios y renuncias de los maestros que dependían de los


municipios se relacionaban con problemas económicos y de salud. La hostilidad
climática de los lugares alejados y serranos, así como la inexistencia de servicios
médicos en los pueblos, parecía agregarse a las condiciones difíciles enfrentadas
por los preceptores.

Los constantes permisos, los cambios y las renuncias, ya fuera por problemas de
pago o salud, parecían indicar el poco arraigo de los mentores en las
comunidades que trabajaban. Se trataba de personas ajenas a las localidades,

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que permanecían durante períodos cortos en los pueblos y eran asignadas de


acuerdo a un patrón ocupacional inestable, caracterizado por la constante
movilidad geográfica.

A estos problemas se sumaban los distintos niveles de calificación profesional de


los docentes pues, a pesar de que las disposiciones oficiales les exigían cumplir
con los requisitos básicos para su ejercicio, los lugares alejados no contaban con
maestros titulados y los jefes políticos amenazaban con clausurar las escuelas o
tenían que hacerlo; contrastes que se expresaban también en el número de libros
con que contaban los maestros para apoyar sus enseñanzas.

Las concepciones docentes que prevalecían acerca de los indígenas, sumadas al


número reducido de maestros que atendían las escuelas periféricas, motivaban
que los contenidos, los métodos y los tiempos escolares fueran reducidos y
adaptados. Algunos de los preceptores de las escuelas de segunda y tercera
clase, proponían recortar el programa y optar por el método antiguo, basado en la
enseñanza mutua, porque consideraban imposible que un sólo maestro atendiera
a más de dos secciones de niños indígenas siguiendo el método simultáneo. Por
otro, las reducciones se justificaban a partir de las características lingüísticas del
alumnado y el objetivo de unificar el idioma nacional.

Aunque gran parte de las adaptaciones curriculares se asociaban al escaso


número de maestros, las dificultades en la enseñanza del español a los indígenas
eran también utilizadas para justificar las adaptaciones.

Los preceptores solían asumir que los programas oficiales estatales, en el caso de
las escuelas elementales que contaban con alumnos indígenas, resultaban
sobrecargados en los dos primeros años, según la organización europea.
Sugerían, en consecuencia, que las enseñanzas se concentraran en el área de
lenguaje como fundamento de la enseñanza elemental.

En la mayoría de los casos, la reducción de los programas a la enseñanza del


castellano no consideraba la lengua nativa de los alumnos como base para el

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aprendizaje escolar; práctica recurrente aún cuando se contara con alguna


gramática en lengua indígena. Los maestros parecían compartir la idea de que el
monolingüismo de los alumnos en lengua indígena demandaba postergar la
atención al resto de las materias, centrándose en la enseñanza directa de la
lengua nacional.

Los preceptores también sugerían reducir los contenidos aritméticos a la


enseñanza del cálculo elemental, verbal y objetivo, y restringir los aprendizajes a
las unidades, las decenas y las centenas, ilustradas a partir de problemas fáciles
de casos comunes en la vida doméstica; reducción que resulta evidente al
comparar los contenidos y las materias tratados en las escuelas elementales de
las ciudades y las cabeceras municipales, con los impartidos en las escuelas
foráneas. 

También eran distintos los tiempos dedicados a la enseñanza en las escuelas de


tiempo completo y unitario. En las primeras, las clases en primer año debían durar
quince minutos, trabajando dos y media horas en la mañana y dos en la tarde;
mientras que las impartidas en segundo deberían durar veinte minutos, cubriendo
tres horas en la mañana y dos en la tarde.

Se esperaba que las clases de tercer año ocuparan treinta minutos, acumulando
cinco y media horas al día y, en cuanto a las cursadas en cuarto año, se dedicaran
treinta minutos, trabajando seis horas por jornada. Dos preceptores podían estar
con los alumnos de tercero y cuarto, mientras dos ayudantes tenían a su cargo el
primero y el segundo grado. En la mañana se impartían lengua nacional,
aritmética, enseñanza intuitiva, ciencias naturales, agricultura, historia y geografía,
y en las tardes caligrafía, dibujo, instrucción cívica, moral, canto y labores de mano
para las niñas. 

En las escuelas unitarias, en contraste, cuando los niños y las niñas asistían
mañana y tarde, el maestro impartía clases simultáneas a grados escolares
distintos, fragmentando los tiempos en segmentos extremadamente breves. En

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estos casos, el recreo sólo se justificaba cuando se advertían fatigadas las


facultades de los alumnos.

2.3 La educación para los indígenas en el siglo XX

Del olvido al reconocimiento de la diversidad lingüística y cultural en nuestro país,


entre los siglos XIX y XX, se experimentó una profunda revolución política y
paradigmática. Aunque durante el período posrevolucionario el carácter
sistemático de las políticas educativas dirigidas a las poblaciones indígenas fue
similar al colonial, los proyectos fueron radicalmente distintos porque el del siglo
XX se fundó en la necesidad de consolidar el poder y el control federal del Estado,
así como una nación moderna semejante.

Lejos de configurar un discurso coherente, las políticas educativas para los


indígenas durante el siglo XX se definieron al interior de un campo lleno de fisuras,
contrastes, continuidades, traslapes y rupturas.

2.3.1 Del intelectualismo latino a la antropología aplicada

En una primera época, José Vasconcelos, intentó recuperar a los indígenas de su


estado de barbarie y fusionar las herencias india y española en la Raza Cósmica.
Las primeras Escuelas Normales Rurales, las Escuelas Rurales o Casas del
Pueblo, y las Misiones Culturales, asumieron un rostro fuertemente influido por el
humanismo literario.

Manuel Gamio, al frente del Departamento de Educación y Cultura Indígena, alteró


este rostro y, como alumno del antropólogo norteamericano Franz Boas, pensó en
el cambio cultural como una síntesis irrepetible que implicaba, más que la fusión
de culturas en una raza universal, la gestación de procesos de adaptación,
difusión y creación cultural únicos y particulares. “Considerando que el México
mestizo e indígena debía reconocerse en su especificidad, Gamio propuso
acciones legislativas que aseguraran la autonomía de los pueblos, el respeto y la

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vigencia del derecho tradicional, la restitución de las tierras comunales, y la


preservación y cultivo de las lenguas propias.” 7

Su experiencia en el proyecto regional del Valle de Teotihuacán, cuyo mayor éxito


se dio en el plano educativo, así como su convicción acerca del valor político que
tenía la antropología aplicada para México, lo llevó a insistir en la importancia de
reconocer la cultura indígena en la construcción del Estado nacional
posrevolucionario. Aplicada a la acción gubernamental, la antropología
intervendría en el cambio integral de las relaciones sociales, de los sistemas
culturales y de la relación entre los pueblos indígenas y la sociedad nacional; tesis
que coincidía con los objetivos del populismo naciente, de corte agrarista,
heredero del pensamiento revolucionario de Ricardo Flores Magón y Emiliano
Zapata.

2.3.2 La escuela de la acción como dispositivo pedagógico

Durante la presidencia de Plutarco Elías Calles, con José M. Puig Causaranc al


frente de la Secretaría de Educación Pública, el subsecretario Moisés Sáenz
buscó rutas viables para hacer realidad el proyecto agrarista posrevolucionario. A
partir de un discurso inspirado en el pragmatismo, Sáenz diseñó un dispositivo
pedagógico que, sustentado en acciones escolares prácticas, como el trabajo en
los gallineros, los huertos, las hortalizas y las parcelas escolares, intervendría al
lado de las comunicaciones y el trabajo social y comunitario en la consolidación
del espíritu rural, del reparto agrario y del arraigo local de nuevas formas de
producción.

En el discurso de Sáenz, tal dispositivo influiría integralmente en los campos


económico, de la salud, educativo y recreativo, subordinando al indio, su lengua y
su cultura a una comunidad nacional imaginada  e integrada por la nueva clase
rural; de ahí que Sáenz negara la existencia del indio en México.

7
Aguirre Beltrán, Gonzalo. Teoría y práctica de la educación indígena, Secretaría de Educación Pública
(Sep.-Setentas, 64), México, 1973, p.18.

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En un país cuya industria se encontraba en manos extranjeras y el poder se


concentraba en los curas católicos, los caciques locales y los terratenientes, el
pragmatismo social norteamericano se convertía en garantía de un desarrollo
nacional. Las Misiones Culturales, las Escuelas Centrales Agrícolas, las Normales
Campesinas y las Escuelas Rurales, se identificaron con la escuela de la acción,
fundada en la motivación, el respeto a la personalidad, la autoexpresión, la
vitalización del trabajo, el método por proyectos, el aprender haciendo y, sobre
todo, la promoción de la democracia comunitaria por medio de la educación.

La Casa del Estudiante Indígena, catalogada como el experimento desarrollado


por Sáenz en la capital de la república, mostró cómo los indios, no obstante sus
diferencias raciales con los europeos, podían superar la distancia evolutiva que los
separaba de la civilización occidental, vía su tránsito y experiencia al interior de un
dispositivo de tipo pedagógico. Los pocos internos que soportaron las precarias
condiciones institucionales y superaron el conflicto que les implicó asistir a
escuelas destinadas a la población criolla y mestiza, terminaron por integrarse a la
vida citadina, optaron por actividades laborales relacionadas con la industria
naciente y solicitaron su ingreso a las escuelas preparatorias, secundarias y
técnicas de la capital.

Bajo ese paradigma, la Escuela Rural consideraba la objetivación del indio como
la materia etnográfica de los propósitos integralistas y populistas de la época.
Documentar la cultura, las prácticas económicas y las tradiciones nativas,
permitiría a la escuela sustituir estos rasgos.

Las actividades agrícolas, las artes populares, la música patriótica, las danzas
regionales y las artes marciales, entre otras formas de intervención pedagógica, se
realizaban para reinterpretar las culturas locales y, en congruencia,
castellanizar y alfabetizar a los indígenas se asumían, sin preámbulo pedagógico
alguno, como tareas escolares de sustitución lingüística inmediata . Para Sáenz, el
acceso a la ciudadanía entre los indígenas dependía, en pocas palabras, de su
transformación en campesinos emprendedores.

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2.3.3 La escuela socialista como dispositivo corporativo

Durante el gobierno de Pascual Ortiz rubio, el abogado socialista Narciso Bassols,


secretario de educación pública entre 1931 y 1932, revolucionó el pensamiento
educativo por medio de un enfoque no únicamente enfocado a la modernización
del campesinado, sino a la integración política y socioeconómica del país vía la
inclusión corporativa de los distintos sectores sociales.

Las Escuelas Regionales Campesinas, los Internados Indígenas Regionales y el


resto del aparato escolar, dejaron de ser únicamente dispositivos pedagógicos
para convertirse en dispositivos corporativos. El lento proceso de federalización de
los planteles dependientes de los estados y municipios, derivó en beneficios no
sólo financieros sino políticos para las élites indígenas locales, interesadas en
participar al interior del nuevo Estado interventor. Después de la muerte de Sáenz,
durante la presidencia del General Lázaro Cárdenas, aunque aquel le había
sugerido crear un Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas inspirado en la
Estación Experimental de Incorporación del Indio de Carapa Michoacán, el
proyecto quedó en manos de los ideólogos socialistas.

La Escuela Socialista, instauró un discurso político donde el Estado aparecía


como la única instancia de control del proyecto educativo; proyecto que, opuesto a
la influencia del clero, alteró la vida cotidiana de muchas comunidades,
agudizando los conflictos religiosos provocados antes por las políticas callistas. La
inclusión corporativa implicó la creación de nuevos departamentos, instancias de
organización e instituciones oficiales, que actuaron como los órganos de
representación de los sectores obrero, campesino y popular frente al Estado y
partido oficial institucionalizado.

El socialismo mexicano, imaginó a los indígenas como ejidatarios dependientes de


las Ligas Campesinas y los Comités Agrarios, integrados a la Central Nacional
Campesina y al Partido Nacional Revolucionario. Se partía de la necesidad de
mexicanizar a los indígenas a través de la Reforma Agraria, el acceso a las
nuevas tecnologías y, sobre todo, el control que sobre ellos tendrían los aparatos

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de Estado recién creados. Incorporación a la sociedad nacional que, sin


menospreciar la cultura indígena, los imaginó como actores potenciales del
desarrollo capitalista, asimilados por la subordinación de la superestructura
ideológica a la estructura económica, a la conciencia de clase.

Imagen 7: Actualidad en el aula indígena. Mares Francisco Gómez.


Disponible en web: http://www.cedoz.org/site/pdf/cedoz_886.pdf

Consultada el 2 de Dic. De 2010

Muchas escuelas tuvieron que asumir el ideario socialista y revolucionario;


discurso representado por los nuevos aparatos políticos y administrativos
articulados a la Reforma Agraria y al principio de la soberanía nacional, asociado
con la expropiación petrolera. El control ideológico sobre los directores y maestros
de escuela para entonces federalizados, algunos de ellos originarios de los
mismos pueblos indígenas, era férreo. La Secretaría de Educación Pública les
exigía apegarse al Plan de Acción de la Escuela Socialista, leer la revista El
Maestro Rural y renunciar a sus tradiciones, creencias y fanatismos pues, de lo
contrario, los agentes del control político e ideológico adscrito a las Uniones de
Maestros Socialistas los denunciaban.

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Capítulo III: Contextos

Familia y escuela son un marco referencial imprescindible para la


incorporación de un nuevo ser humano a la sociedad; pero, este marco se
encuentra a merced de los avatares impuestos por transformaciones diversas que
han de asumir ambas instituciones si quieren responder a su tarea educativa y
socializadora.
Cuando hablamos de una etnia, un pueblo o una comunidad indígena, nos
referimos a un grupo humano que posee su propio idioma, creencias y costumbres
y cuyos miembros se reconocen entre sí como parientes, descendientes de un
origen común.
Pero para todos los pueblos indígenas, así como para el resto de muchas otras
sociedades, el bienestar de la familia y la educación de niños y jóvenes, es lo más
importante
Los cambios de la sociedad actual son rápidos y profundos, los sujetos no
están preparados para adaptarse a ellos en los diversos niveles: biológico,
psicológico y social. La complejidad, cada vez mayor, que la caracteriza, demanda
una nueva visión educadora de la familia y la escuela, lo que exige su compromiso
para trabajar unidas en un proyecto común. Actualmente los problemas, las quejas
y los intereses de los pueblos indígenas suelen ser muy semejantes,
especialmente en lo relacionado con mantener su identidad y patrimonio cultural.

3.1 La familia

“Familia para muchos es el núcleo de la sociedad. Definición que expresa con


claridad no solo lo que es la familia, si no su importancia dentro de la comunidad.” 8
En este apartado hablaremos de lo que es la familia indígena, algunos de sus
valores y roles que les son asignados a los hombres y mujeres, para ver como
todo esto influye en la educación.

8
Sandoval Forero, Eduardo. Familia indígena y unidad doméstica: los otomíes del Estado de
México. Universidad Autónoma del Estado de México, Facultad de Ciencias Políticas y
Administración Pública, 1994. Pág. 26

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Imagen 8: Familia  Galabes-Carrilo, Sonora. Disponible en línea en:


http://www.jornada.unam.mx/2007/12/10/Images/-Familia-1.jpg
Fecha de consulta: 4 Nov. 2010

Pero primero hablaremos de algunas características de estas familias, por


ejemplo, sus principales necesidades son las de vivienda, alimentación, e
indumentaria y en el orden de afecto seria la procreación, para la conservación del
grupo, también tienen necesidades de educación, socialización, protección,
conservación de la salud y la vida, de transmisión y acrecentamiento de su cultura.

Además de satisfacer estas necesidades, se enfrenta al problema de tener que


lograr en su familia la producción económica y obtener los elementos para
satisfacer sus necesidades primarias.

Unas de las más importantes funciones con las que cumple la familia es la
formación de las nuevas generaciones, Ya que éstas, irán aportando sus fuerzas
de trabajo para la producción y desarrollo de sus familias.

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El niño representaría la fuerza de trabajo y ayuda económica para la familia; el


objetivo de la educación que se da entre ellos, consiste en que esa ayuda se valla
actualizando gradualmente, sin interrupciones, al mismo tiempo que los padres
van formando a los niños conforme a las exigencias que el trabajo impone. La
familia es el principal y primordial centro de la educación.
Y los valores se empiezan a asimilar en este primer núcleo social. La familia es en
sí misma un valor, ya sea que se entienda de una forma nuclear o más extensa
que es la más frecuente entre las etnias indígenas, ya que entre ellas no hay
distinciones y todos se consideran una familia.

3.1.1 Valores

En el pensamiento de todo hombre aparecen los valores, y con frecuencia todos


emitimos juicios de valor. Pero también es cierto que la escala de valores que se
establece difiere de unas culturas a otras. El hombre aprende los valores desde su
propia realidad cultural, pero también es un hecho que algunos de éstos van
variando con las sucesivas generaciones. Sin duda ninguna la trasmisión de los
valores ha sido el método más antiguo de educación informal y no formal que
todas las culturas han desarrollado.
Es un hecho que la escuela cada día se va ampliando más en el mundo indígena,
y los gobiernos también van mostrando una mayor preocupación por la educación
multicultural y bilingüe. Pero esto no nos debe hacer olvidar que existe un tipo de
educación que la escuela no realiza, no porque no le competa, sino por falta de
tiempo o por una mala priorización. Y es la familia, quien realiza esa educación,
apoyada en ocasiones por los jefes y dirigentes del grupo.
Lo cierto es que los valores del mundo indígena son el resultado de su particular
modo de ver el mundo y el impuesto por el frecuente contacto con el mundo
misionero y occidental.

A continuación se muestra un cuadro con algunos de los valores más


representativos de las comunidades indígenas. (Ver Cuadro 1)

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VALORES DE LAS FAMILIAS INDÍGENAS


VALORES HUMANOS VALORES CRISTIANOS

 Unidad en la familia, respeto y valor a  En los indígenas existe un fuerte


la persona. sentido religioso.
 Amor a la tierra porque es madre que  Se valora, respeta y se viven los
da la vida. sacramentos.
 Amor al trabajo del campo, solidaridad  Se respeta a las imágenes, fidelidad
y ayuda mutua. a Dios, fe vivencial donde se celebra
 Se le valora a la mujer como esposa, la vida, se vive la fe en familia y a
madre y defensora de la cultura. nivel comunitario.
 Lucha tenaz por conservar y defender  Existe organización de hermandades
la cultura. y mayordomías.
 Conservación y promoción de la  Se valora el matrimonio en donde la
cultura. vida se concibe como regalo de Dios
 Respeto a la autoridad, trabajo en por eso en cada nacimiento hay
comunidad. mucha alegría, porque es
 Respeto a las tradiciones, uso y  Celebración de sus propios ritos: de
costumbres (vestimentas). la siembra, obras de construcción,
 Se valoran y se respetan a los etc.
ancianos porque son la sabiduría,  Las familias mantienen su identidad
ellos guardan la historia del pueblo y la cultural
trasmiten a las nuevas generaciones.  Las mujeres indígenas son sencillas
 Los indígenas respetan a la autoridad, y de buen corazón, muchas están
tienen sentido y valoran la vida, son apegadas a sus tradiciones, son
acogedores, hospitalarios, generosos, responsables, humildes, serviciales,
nobles, solidarios, compartidos, tienen sentido religioso muy fuerte y
serviciales, prudentes en el trato con conservan su propio idioma y
extraños. tradiciones y lo trasmiten a sus hijos.
 Amor y respeto a la naturaleza.  Se van perdiendo varios valores por
 El trabajo se realiza por medio del causa de la globalización.
trueque, mano vuelta y faenas.  En algunas comunidades se ha
 En las familias existe armonía el perdido el consejo de ancianos.
compartir la vida, convivencia, fiesta,  Se va perdiendo la cultura del
ayuda mutua, se comparte la trabajo.
responsabilidad en el trabajo, se  El indígena se va desvalorizando.
busca tener un solo corazón entre  El indígena es sincero, da valor a su
todos. palabra. Por causa de la
 Se valora la vida porque concibe como globalización empieza a surgir el
un regalo de Dios por eso en cada individualismo.
nacimiento hay mucha alegría.  Los abuelos trasmiten sus
 Son hospitalarios y comparten lo que costumbres por medio de cuentos,
tienen con los visitantes. mitos, de manera oral con respeto y
 Celebran los acontecimientos de discreción. algunos signos como la
manera comunitaria. campana, cohetes fiestas patronales.
 Se unen para defender derechos. ayuda mutua.

Cuadro 1: Valores de las familias indígenas. Archivo personal

Entre los valores mostrados en la tabla anterior el más representativo sería el de el


respeto a los mayores, solidaridad, sobre todo en los problemas. Todos cooperan

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para ayudar y hacer fiesta. Abuelos, padres, hijos, nietos, comparten


responsabilidades en el trabajo, enfermedades y convivencias. Hay ayuda mutua
en los trabajos de casa y en el campo; se busca tener un solo corazón entre todos,
para que no haya enfermedad.
El matrimonio entre ellos es muy valioso y, en general, hay fidelidad. La vida se
concibe como regalo de Dios; es él quien envía el nuevo ser; por eso en cada
nacimiento hay mucha alegría. Cuando nace el niño, la partera ofrece velas y le
reza a Dios para que tenga vida. Cuando se casan, también rezan y ofrecen
sus velas para que sean felices. Cuando tienen problemas, van a la iglesia con
un anciano y le piden a Dios que se resuelvan.
Pero como viene también explicado en la tabla, la globalización está influyendo
mucho en las familias indígenas, están entrando celulares, televisión, escuelas,
medios de comunicación, internet, video juegos, carreteras, que, si bien ayudan
a tener mejor información y comunicación, rompen la armonía familiar. La
televisión muestra muchos antivalores que dañan a jóvenes, niños y hasta a los
adultos (violencia, sexo, infidelidad). Internet les abre la puerta a contenidos
que dañan sus valores. La escuela está destruyendo la cultura. Aprenden cosas
respecto a la sexualidad que no saben manejar (condón, anticonceptivos,
aborto). Con el celular, se comunican  con sus amigos y amigas y hacen planes
sin que se enteren sus papás.
Aquí podemos ver como los padres de los niños indígenas ven a la escuela
como algo malo y esto influye mucho en que no los dejen asistir a esta por el
miedo de que pierdan los valores que les son inculcados, así que esto es un
problema para poder brindarles una educación.
La fundamentación de sus valores se justifica por el hecho de la divinidad, que
mediante mitos y preceptos imponen las normas del comportamiento del individuo.
Esa espiritualidad presida en la mayoría de las cosas de la vida indígena.

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3.1.2 Roles asignados el papel del hombre y la mujer.

Dentro de los pueblos indígenas, los roles están asignados en base a la diferencia
sexual, masculino ó femenino y están determinados por los patrones culturales de
la comunidad. Dentro de los pueblos indios los jóvenes tienen una participación
específica derivada del lugar asignado por la autoridad adulta, masculina.

Dentro de las comunidades indias de México, la situación de los derechos


humanos de los jóvenes está caracterizada a partir de situaciones específicas.
Hombres desde los doce y mujeres desde los ocho años: A partir de los doce años
los hombres se consideran hombres y se les asignan tareas como adultos, la
principal, hacerse cargo de su propia reproducción. Desde los ocho años las
mujeres indias pueden ser consideradas mujeres. Ello ocurre por la práctica de
apartar a las niñas para matrimonios futuros. Las niñas pueden ser comprometidas
por los padres para otorgarlas en matrimonio de acuerdo a las normas estipuladas
por el grupo. En estos casos, lo jóvenes carecen de voluntad para concertar sus
propias uniones.
Hasta hace muy pocos años atrás era impensable para el sector indígena, que
una mujer indígena pueda asumir roles paradigmáticamente asignados a los
hombres, lo cual es común en la actualidad; pero también encontramos en la
actualidad que existen no solo mujeres sino la sociedad entera, que han criticado y
cuestionado la complementariedad en el sentido de que la mujer es discriminada
por el hombre, la labor que cumple la mujer en el hogar es visto como salvajismo y
como una expresión del machismo, esto visto desde afuera. Pero, está misma
situación vista desde dentro de la misma cultura, está bien, se vive en completa
paz y armonía y no hay de que asustar, porque tanto el hombre como la mujer
simplemente están cumpliendo con los roles que está aceptado por la comunidad
y que constituye parte de un patrón cultural.
En el caso específico de la mujer indígena, por el mismo hecho de asumir roles
culturalmente determinados, como los quehaceres domésticos, ellas se
encuentran involucradas activamente en ceremonias, rituales, mingas, asambleas,
organizaciones, trabajos agrícola-pecuarios y juegan un rol importante en la

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transformación de valores y conocimientos, en la socialización de la cultura a las


presentes y futuras generaciones.
La actividad cotidiana asignada hace que se involucre más con la tierra, con los
recursos naturales, conocen del riego, del tipo de suelo, de la selección de
semillas, de la época de siembra tomando en cuenta las fases de luna, tratamiento
y mejoramiento de razas de animal, reconocimiento de plantas, de la selección,
almacenamiento y procesamiento de alimentos.

Sin embargo a pesar de este gran reconocimiento como sujetos sociales activos,
las mujeres son también olvidadas y discriminada en cuanto a los conocimientos
externos que viene desde afuera para cooperar con el desarrollo sustentable-
integral.

Esto se debe a que existen grandes desigualdades en cuanto a la formación y a la


capacitación que han recibido las mujeres y los hombres, del cual a simple vista
en la vida diaria notamos que el hombre conoce y tiene mayor información sobre
asuntos externos, no así la mujer porque no ha tenido esta misma oportunidad.

Las mujeres tienen menos valores que los hombres en el interior de su cultura, y
que por su aporte, sus habilidades y sus conocimientos sufren un proceso de
desvalorización al interior de sus propias culturas.

Así también los indígenas consideran que las mujeres como tienen que dedicarse
a cuidar las labores del hogar y lo único que deben de aprender es a hacer bien
todo lo que tenga que ver con el hogar, no son mandadas a las escuelas. Piensan
que los hombres son los que tendría que saber más.

Dice una mujer de un pueblo indígena: “la mayoría de las veces piensan que las
mujeres indígenas no podemos seguir con los estudios, que siendo mujeres no
somos capaces. En la comunidad prefieren a los hombres, seguramente por la
costumbre misma de que los hombres son fuertes, que ellos son los que pueden;

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pienso que no es así, que también las mujeres indígenas somos capaces de
estudiar, de interrelacionarnos con otras personas que no son indígenas.” 9

En este testimonio de una mujer indígena no podemos dar cuenta de la


discriminación y desvalorización que sufren las mujeres en estas comunidades,
aunque nosotros como personas exteriores ajenas a la comunidad podemos verlo
como algo malo, pero los miembros de las comunidades lo ven como cosa normal
cosa de su vida; ya que ellos solo están obedeciendo a las reglas de su cultura.
Ellos ven la vida de una forma distinta y por eso mismo en las cuestiones
escolares, es difícil convencerlos para llevarlos a las escuelas, sus costumbres
son un factor que afecta, como la idea de la que ya hemos hablado (las mujeres
deben quedarse en su casa a atender las labores del hogar y el hombre es el que
sale a trabajar). Los habitantes de una comunidad se asustan cuando los
proyectos, las instituciones, u otras desde afuera vienen a imponer pensamientos
y roles distinto al que rige en la comunidad. Ya que no quieren que los niños se
aparten de su cultura.

“El perfil del estudiantado indígena revela que la mayoría de los estudiantes son
hombres, de ellos va a la escuela un 85%, mientras de las mujeres lo hacen un
80%”10

3.2 La escuela

La escuela forma un papel muy importante en la preparación de los niños y niñas


para la vida adulta. El objetivo de las escuela en las comunidades indígenas no es
cambiar sus costumbres, sino, el podre preparar a las nuevas generaciones para
que puedan salir de su comunidad a luchar para poder sobrevivir, para que se

9
Shipiba Sánchez Ketty, Interculturalidad e identidades indígenas. Testimonios.
http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=474. Consultado el 26/Octubre/2010

10
Fuente: Instituto Nacional de Geografía y Estadística, México en cifras. II Conteo de Población y
Vivienda 2005. http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx.

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puedan superar, es darles las herramientas necesarias para que se puedan


incorporar a otras comunidades, para que tengan comunicación y puedan tener un
buen desarrollo para su supervivencia.

A continuación hablaremos un poco de los métodos y modelos educativos que las


instituciones que se dedican a el hecho de la educación indígena han tratado de
implementar, para darles una educación de calidad, y también veremos algunas
de las acciones que han tomado para poder convencer a las familias indígenas
para que dejen que sus hijos asistan a las escuelas.

3.2.1 Modelo educativo

La educación indígena escolarizada en México muestra las características de un


proceso largo de aliento que se ha ido constituyendo, se detiene o se reconstruye,
según sea los casos a los que se enfrenta, en estrecha relación con las reformas
políticas del estado y los cambios socioeconómicos.

Propuestas principales de la educación indígena.


 Educación bilingüe (EB)  Modelo democratizador
 Educación bilingüe intercultural  Modelos liberales de capital
(EBI) humano y críticos de resistencia
 Educación intercultural bilingüe  Modelos del capital humano y
(EIB) de superación de la
marginalidad.

Cuadro 2: Propuestas principales de la educación indígena. Muñoz Cruz, Héctor.


http://www.escritosbuap.mx/escri29/hectormunoz.pdf
Consultado 15 Nov. 2010

De acuerdo con los criterios mencionados en el cuadro anterior (Cuadro 2):

La primera orientación que es la educación bilingüe admite la caracterización


como propuesta de la diversidad como problema educativo y de desarrollo. Es
decir tanto la cultura como la lengua indígena son considerados obstáculos para la
incorporación de los pueblos indígenas a la sociedad nacional.

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La segunda orientación (educación intercultural bilingüe o educación multicultural)


este es el modelo que queremos al que se aspira construir y es caracterizada
como la propuesta de diversidad con derecho.

Para obtener un buen desarrollo en las escuelas, los docentes y directivos de los
centros escolares deben de estar consientes de la existencia de la diversidad
cultural y de cómo se hace presente en la escuela y en el aula a través de los
alumnos y sus familiares. También deben de contar con herramientas para
identificar la diversidad en sus alumnos como: La pertenencia cultural de sus
familias así como sus variadas costumbres, tradiciones, lengua y prácticas
culturales.

Otro instrumento significativo es el que les permita conocer diferentes formas de


organizar las clases y diversificar el modo de presentar los contenidos de
aprendizaje, con el propósito de recuperar la diversidad cultural de las familias y
comunidades de origen de los niños para traerlas al aula, de manera que estos
adquieran elementos para analizar y comprender el mundo desde perspectivas
culturales variadas, así como para reflexionar críticamente sobre su propia cultura
y sobre las demás.

De este modo, los maestros ya no consideraran la diversidad como un obstáculo


sino como una ventaja pedagógica, y también comprenderán que todos los
alumnos, colocados en situaciones y espacios adecuados y pertinentes, son
capaces de grandes logros.

Es también pertinente que los maestros y directivos que laboran en las escuelas
indígenas, conozcan las prácticas que rigen la vida comunitaria: sus creencias,
tradiciones y festividades; sus formas de trabajo, de organización social y familiar;
sus usos lingüísticos, y las formas de interacción entre los miembros de la
comunidad y las personas ajenas a ella.

Algunas orientaciones pedagógicas que favorecen el desarrollo cognitivo y socio


afectivo de los alumnos y permiten generar un ambiente de aprendizaje en que los

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educados fortalecen su identidad y autoestima, al mismo tiempo que aprenden a


colaborar, convivir y respetar. Estas formas de aprendizaje son las siguientes:

Aprendizaje colaborativo: este sirve para promover el aprendizaje de todos y


atender a diversidad presente en el aula y también ayuda a favorecer los objetivos
académicos y socio afectivos. Este aprendizaje tiene un aspecto formativo
esencial para aprender a vivir y trabajar juntos; es una experiencia en la cual se da
una conversación constructivista en una comunidad donde las personas
construyen conocimientos, llevando a cabo ciertas tareas, a través del dialogo y la
colaboración.

Aprendizaje autónomo: propone lograr que los alumnos sean autónomos en su


aprendizaje, significa que sean capaces de auto regular sus acciones para
aprender y que sean más consientes de sus decisiones de los conocimientos que
ponen en juego, de sus dificultades para aprender y del modo como superan
dichas dificultades. Esto conduce a que ellos potencien sus capacidades meta
cognitivas, al dotarlos de capacidades autor reguladoras para planificar, supervisar
y evaluar sus procesos de aprendizaje y toma de decisiones.

Resultados que se pretenden obtener al final de los primeros años: Hablando de


los primeros años, están centrados entre los 5-10 años de vida. En este nivel se
pretende observar, entre otros aspectos, una mejora en el autoestima de los
alumnos, en su sociabilidad y aceptación de los compañeros, en el grado de
satisfacción de los alumnos con su maestro.

En el nivel de razonamiento moral correspondiente a su edad; en las actividades


de colaboración, autonomía, responsabilidad, respeto y disciplina; en el gusto para
asistir a la escuela; en las actitudes positivas ante la diversidad; en las relaciones
positivas tanto con sus compañeros como compañeras.

En cuanto a los resultados a nivel escolar se espera: el mejoramiento de la lectura


de comprensión, así como las competencias relacionadas con la escritura y la
expresión oral.

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


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Sería el bilingüismo oral y escrito en la lengua materna y en la segunda lengua,


conocimiento y valoración de su cultura, conocimiento de los aportes culturales de
los diferentes grupos que conforman el país.

Ya hemos viso el modelo que se implementa en la educación indígena, pero como


también ya hemos visto; atraer a los indígenas al progreso no es cosa fácil ya que
ellos tienen miedo de perder sus costumbres y para poder atraerlos es importante
implementar algunas técnicas para que ellos tengan la confianza de dejar a sus
hijos asistir a las escuelas así que una de estas propuestas seria el darle una
participación a los padres de familia y la comunidad en los aspectos relacionados
con la escuela como:

Hacer que participen en las acciones de la escuela y en la definición del rumbo de


las actividades escolares. Ya que tanto los padres como los demás miembros de
la comunidad tienen expectativas particulares y necesidades especificas en
relación con la escuela, así que no pueden ser ignorados en la toma de decisiones
tan importantes que les afecta a todos.

Si eso se hiciera traería como consecuencia un mal funcionamiento de las


escuelas, la creación de una brecha entre la escuela y la comunidad y en el peor
de los casos el alejamiento de los propios alumnos.

También sería recomendable que los padres impartan talleres dedicados a los
alumnos maestros y directivos, sobre temas específicos tales como: lengua,
tradición oral (*)11, procesos de cultivo, arte y oficios, etc.

11
La tradición oral es definida como la forma de transmitir desde tiempos anteriores la cultura, la
experiencia y las tradiciones de una sociedad a través de relatos, cantos, oraciones, leyendas,
fábulas, conjuros, mitos, cuentos, etc. Se transmite de padres a hijos, de generación a generación,
llegando hasta nuestros días, y tiene como función primordial la de conservar los conocimientos
ancestrales a través de los tiempos.

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


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3.2.2 Educación intercultural bilingüe

La educación intercultural bilingüe se entiende como el conjunto de procesos


pedagógicos intencionados que se orientan a la formación de personas capaces
de comprender la realidad desde diversas ópticas culturales, de intervenir en los
procesos de transformación social que respeten y se beneficien de la diversidad
cultural.

Esto supone que los educados reconozcan su propia identidad cultural como una
construcción particular y, por tanto, acepten la existencia de otras lógicas
culturales igualmente validas, intenten comprenderlas y asuman una postura ética
y critica frente a estas y la propia.

“El objetivo de una propuesta de educación intercultural es comprender la realidad


desde diversas ópticas sociales y culturales, el de ayudar a los alumnos a
entender el mundo desde diversas lecturas y a reflexionar sobre su propia cultura
y la de los demás”12

La educación intercultural bilingüe se propone como idea central promover el uso y


enseñanza tanto de la lengua materna como de la lengua franca en todas las
actividades de todos los grados del proceso educativo.

Esto conlleva para la población indígena, la adquisición del idioma español desde
el nivel preescolar, así como el aprendizaje gradual y sistemático de este como
segunda lengua para los estudiantes que cursan los grados más avanzados,
puesto que estas lenguas son tanto objeto de estudio como método de enseñanza
y comunicación; además, contempla la enseñanza de una lengua de uso
internacional que posibilite a los alumnos conocer a otros contextos.

12
SCHMELKES, Silvia (cord.) et. Al. El enfoque intercultural en educación. México, Editorial Coordinación
general de educación intercultural y bilingüe, 2006.

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PROPOSITOS DE LA EDUCACION INTERCULTURAL BILINGÜE

 Fortalecer el conocimiento y el orgullo por la cultura propia como


elemento para afianzar la identidad.
 Desarrollar las capacidades de comprender la realidad desde
perspectivas culturales diversas que faciliten el entendimiento de las
prácticas culturales propias y ajenas de manera crítica y contextualizada.
 Lograr el pleno dominio de los objetivos de aprendizaje para todos con
calidad equidad y pertinencia.
 Desarrollen competencias comunicativas tanto orales como escritas, en
su lengua materna y en su segunda legua.

Cuadro 3: Propósitos de la educación intercultural bilingüe (SCHMELKES, Silvia (cord) et. Al. El enfoque
intercultural en educación. México, Editorial Coordinación general de educación intercultural y bilingüe, 2006
Consultado el 15 de Nov. de 2010

La educación intercultural bilingüe destinada a los pueblos indígenas del país tiene
que ser transformada ya que existen varios problemas a los que se enfrenta y
estos impiden que se les pueda ofrecer una educación de calidad; como:

 El inadecuado funcionamiento de las escuelas: esto implica que las


escuelas existentes están muy lejanas a los pueblos, no cuentan con la
adecuada infraestructura y equipamiento para que los niños aprendan de
manera debida.
 La falta de preparación de los docentes indígenas: los docentes deben
dominar la lengua del grupo indígena, lo que no se cumple en muchas de
las ocasiones.
 La falta de participación de las comunidades indígenas en su propia
educación
 La educación bilingüe para las poblaciones indígenas en la actualidad no
trasciende al nivel de educación primaria. Y los alumnos que quieren
continuar más allá de la primaria generalmente tienen que salir de su
comunidad.

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


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Los habitantes de las comunidades indígenas en muchas ocasiones si aceptan si


aceptan lo que es la educación bilingüe, aceptan que se enseñe el castellano al
igual que enseñan la lengua madres, ya que las dos son igual de importantes
para los jóvenes, para que se puedan comunicar y cuando quieran superarse
puedan salir de su pueblo sin ninguna dificultad y no sufran las discriminaciones a
las que todas las personas indígenas tienen que enfrentarse cuando no están
preparadas.(Imagen 9) De un testimonio extraído de una entrevista nos dicen:
“Quisiera que mis hijos como indígenas sepan lo propio, sepan todo lo que es la
cultura y que hablen correctamente nuestra lengua y además que vallan
conociendo de otras culturas y el castellano porque es la lengua común”. 13

Imagen 9: Aula indígena. Archivo personal.

13
SANCHES Shippiba, Ketty. Óp. Cit. http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=474.
Consultado el 26/Octubre/2010

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CAPITULO 4: Instituciones públicas que apoyan a la educación indígena.

En este capítulo, partiremos con la definición de que es una institución pública, en


palabras de Gisela Konopka, “Una institución pública es un organismo que
generalmente depende del gobierno o del estado, el cual presta sus servicios a
todo el público en general o que cierta población dependiendo de los servicios que
impartan en esta”.14

La pérdida de la lengua es aceptada por muchos de los padres para evitar que sus
hijos sean rechazados; principalmente los niños y jóvenes han perdido su habla
materna para incorporarse rápidamente a estereotipos de vida que surgen de la
imitación y de programas televisivos

Al tiempo en que las comunidades marginadas son vistas como una clase muy
inferior, sus voces o peticiones son ignoradas, es por ello que han surgido
diversas clases de apoyo para estos sectores desprotegidos, a los que no se les
toma en cuenta al opinar o reclamar. Surgen de esta manera dos de las más
representativas organizaciones que apoyan y alzan la mano para promover en los
pueblos indígenas la educación, el respeto y su libertad de ideología.

El proceso de reafirmación cultural de los pueblos indígenas debe basarse en el


ejercicio del derecho indígena a una educación pertinente y de calidad. La
educación incrementa la capacidad de incidencia y representación de los pueblos
indígenas en las instancias de toma de decisiones que afectan sus Derechos
Colectivos.

El apoyo a pueblos indígenas significa defender su derecho al uso sustentable de


la biodiversidad y a la conservación y rescate de la sabiduría ancestral, no
solamente para beneficio de los propios pueblos indígenas, sino de toda la
humanidad, dentro de un enfoque intercultural.

4.1 Dirección General de Educación Indígena.


14
Konopka Gisela, Trabajo de grupo en la institución: un desafío moderno. Caritas Española, 1973. Pág. 33.

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La Dirección General de Educación Indígena (DGEI) fue creada en 1978, tras


numerosas, diversas y con frecuencia controvertidas experiencias de educación
proporcionadas por el Estado. En el fondo, de lo que se trataba era de definir el
modelo según el cual los indígenas se incorporarían a la nación, y en esa
estrategia la educación constituía el principal instrumento de integración.

Es una institución normativa responsable de que las entidades federativas


ofrezcan a la población indígena una educación inicial y básica de calidad con
equidad en el marco de la diversidad, a través de un modelo educativo que
considere su lengua y su cultura como componentes del currículo, y les permita
desarrollar competencias para participar con éxito en los ámbitos escolar, laboral y
ciudadano que demanda la sociedad del conocimiento para contribuir al desarrollo
humano y social como pueblos y como nación en el siglo XXI.

4.1.1 Campo de acción de la Dirección General de Educación Indígena.

En este sentido, la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) localiza su


actuar institucional en la provisión de los componentes de la calidad que aseguren
un modelo de acompañamiento para el subsistema y las escuelas en las
entidades, en los tramos inicial y preescolar y primaria; así como en la operación,
procesos y resultados de la educación indígena.
Una de las metas importantes es garantizar la continuidad académica de niños y
niñas y jóvenes adolescentes indígenas mediante la atención integral con equidad.
Un tema primordial es garantizar el derecho a la educación, a la población en
condiciones vulnerables: migrantes, jornaleros y jóvenes adolescentes
embarazadas, a pesar de las condiciones en las que viven y se desarrollan.
La DGEI trabajaba con sus pares en el sector público, institucionales de
educación superior nacionales y extranjeras, sociedad civil y comunidades
educativas indígenas y el derecho a la educación indígena con equidad.
Entre otras labores, tiene la responsabilidad de contribuir al fortalecimiento de una
educación de calidad con equidad para las niñas y los niños indígenas del país.
(Ver imagen 10) En ella se desarrollan insumos varios y complejos, tales como el

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sueño y diseño, producción de materiales educativos y didácticos (en formatos


escritos y media) lidera el proceso de impresión y reimpresión de libros de texto
gratuitos, para que se apoye, con pertinencia cultural y lingüística, la enseñanza-
aprendizaje de las y los estudiantes, y el trabajo de las personas y profesores en
el aula, así como de los directivos.

Contribuye a mantener actualizando el subsistema de educación indígena,


incorporando nuevas ideas, generando materias y potenciando las investigaciones
de los equipos técnicos centrales y estatales, en función de la visión, misión y
objetivos estratégicos desde una perspectiva de innovación. El nivel de educación
Básica constituye el punto de partida que da la certeza a la posibilidad de avanzar
y aprender a lo largo de la vida, por lo que favorece la apertura de nuevos
horizontes y perspectivas en el desarrollo e impulso de las personas, sus
sociedades y su nación.

Imagen 10: Desafíos próximos para la DGEI. Anónimo.


http://journalmex.files.wordpress.com/2010/01/sep2.jpg?
Consultada el 22 de Noviembre de 2010

4.2 Comisión para el Desarrollo de los pueblos Indígenas.

La CDI fue creada el 21 de mayo de 2003, como un organismo descentralizado de


la Administración Pública Federal, con patrimonio propio, con autonomía

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operativa, técnica, presupuestal y administrativa, con sede en la Ciudad de


México, Distrito Federal.

La CDI se estableció como instancia de consulta obligada en materia indígena


para el conjunto de la Administración Pública Federal, así como de evaluación de
los programas y acciones de gobierno y de capacitación de servidores públicos
federales, estatales y municipales para mejorar la atención a la población
indígena.

A partir de los planteamientos de los representantes indígenas, expresados en


procesos de consulta, la CDI define el desarrollo con identidad para los pueblos y
las comunidades indígenas, como: el objetivo en torno al cual se han de articular
los esfuerzos de las dependencias y entidades de todas las instituciones, de los
diferentes órdenes de gobierno y de todos los actores sociales.

En la búsqueda de la armonización del marco jurídico nacional, la CDI trabaja en


la elaboración de opiniones jurídicas para apoyar el trabajo legislativo en los
ámbitos federal  y estatal. También se coordina con instituciones públicas
encargadas de la administración y procuración de justicia, para promover el
respeto y la defensa de los derechos humanos de la población indígena y apoya el
fortalecimiento de capacidades en materia de derechos indígenas.

Promueve como uno de sus principios básicos incluir el enfoque de género en los
programas y acciones que desarrolla, a fin de revertir la mayor desventaja y
rezago que hoy viven las mujeres indígenas por su condición de género, clase y
etnia.

A través de programas, proyectos y acciones, la CDI promueve la valoración y el


respeto de las culturas y lenguas indígenas del país, como elemento fundamental
para construir un diálogo intercultural y con ello contribuir a eliminar la
discriminación hacia la población indígena. También realiza acciones para el

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fortalecimiento del patrimonio material e inmaterial de las culturas indígenas y


para la difusión de la diversidad cultural y lingüística del país en los medios
masivos de comunicación.

Tiene establecido un sistema de consulta hacia los pueblos y comunidades


indígenas para mejorar el diseño de políticas públicas. La participación indígena
es un factor de gran importancia para conservar los elementos culturales
deseados por las propias comunidades y definir los cambios a los que aspiran.

Otro elemento importante es canalizar recursos y esfuerzos públicos para que la


población indígena supere los rezagos en materia de infraestructura básica y de
comunicaciones para mejorar sus condiciones de vida.

A través de diversos programas, se apoyan proyectos para el desarrollo


económico, la construcción de vivienda, la dotación de los servicios de agua
potable, electricidad, desagüe, entre otros, se construyen y modernizan caminos
rurales y alimentadores, además de mejorar el acceso a las nuevas tecnologías
de telecomunicación.

Se realizan acciones coordinadas para fortalecer el sistema de salud, que


considere la medicina tradicional e incluso modelos de atención con un enfoque
intercultural. Se promueve el mejoramiento de la calidad y cobertura de la
educación básica bilingüe, educación media superior y superior.

Otro tema de la gestión institucional es la migración, en sus diversas formas, tanto


de las jornaleras y jornaleros agrícolas en los campos laborales, como de la
población indígena que habita en ciudades, para lo cual se avanza en el diseño de
políticas diferenciadas para atender la amplia gama de circunstancias que
enfrentan a esta población, como es la necesidad de vivienda y dotación de
servicios, la formación de capacidades laborales, protección contra las redes de
delincuencia organizada, o espacios para sus expresiones culturales, entre otros.

A continuación se muestran algunos de los programas con los que cuenta la CDI
para el apoyo a las comunidades indígenas:

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Con el Programa Albergues Escolares Indígenas, la CDI busca contribuir a elevar


el nivel de escolaridad de la población indígena a través de modelos diferenciados
de atención, priorizando a niñas, niños y jóvenes, preferentemente aquellos que
no tienen opciones educativas en su comunidad, coordinando acciones con los
tres órdenes de gobierno y concertando con la sociedad civil y los propios pueblos
indígenas, para establecer estrategias que fortalezcan la participación y el
desarrollo comunitario. (Imagen 11).

Imagen 11: Catálogos de albergues escolares, Archivo de la CDI


http://www.cdi.gob.mx/index.php?option=com_content&task=
5 noviembre 2010

Programa Fondos Regionales Indígenas Tiene como propósito impulsar el


desarrollo social y económico de los pueblos y comunidades indígenas, con
respeto a los recursos naturales de su entorno, a sus culturas y a sus derechos,
mediante la canalización de recursos económicos a fin de apoyar las iniciativas
productivas que garanticen mejorar sus condiciones de vida, administradas por
organizaciones comunitarias indígenas, basadas en el principio de equidad. (Ver
imagen 12)

Imagen 12: Por: Alfredo Plasencia Sánchez,


http://diarioportal.com/2010/01/20/demandan-
indígenas -mexiquenses-conservar-
programa-de-fondos-regionales/

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Consultado el 9 de Nov. 2010

El objetivo del Programa Turismo Alternativo en Zonas Indígenas es contribuir al


desarrollo de la población indígena, mediante la ejecución de acciones en materia
de turismo alternativo, específicamente de ecoturismo y turismo rural,
aprovechando el potencial existente en las regiones indígenas, otorgando apoyos
para elaborar y ejecutar proyectos encaminados a la revaloración, conservación y
aprovechamiento sustentable de sus recursos y atractivos naturales, y de su
patrimonio cultural, así como para coadyuvar a mejorar sus ingresos.

El propósito del Programa Fomento y Desarrollo de las Culturas Indígenas es


contribuir e impulsar los procesos culturales que incidan en la creatividad,
fortalecimiento y rescate del patrimonio cultural de los pueblos y comunidades
indígenas, basados en el reconocimiento y respeto de la diversidad cultural, la
equidad y la corresponsabilidad, así como en las necesidades enmarcadas en la
situación y contexto social actual.

Imagen 13: Cuentos Mazatecos para niños (2010),

http://programasotavento.blogspot.com/

Consultado el: 2 de Dic. 2010

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En el Programa Organización Productiva para Mujeres Indígenas el objetivo es


contribuir a mejorar las condiciones de vida y posición social de las mujeres
indígenas que habitan en localidades de alta y muy alta marginación, impulsando
y fortaleciendo su organización, vinculada a un proyecto productivo.

Para el Programa de Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos


Indígenas el propósito contribuir a mejorar las condiciones de desarrollo social de
los pueblos y comunidades indígenas, mediante la ejecución de obras de
infraestructura básica que permitan superar los rezagos existentes.

Las acciones del programa se orientan a mejorar las condiciones de vida de las
localidades indígenas, mediante la dotación de los servicios básicos de agua
potable, alcantarillado y saneamiento, así como a la construcción de obras de
comunicación vial y de electrificación.

La población objetivo se refiere a la que habita en localidades que cumplen los


siguientes requisitos: I) al menos el 40 por ciento de sus habitantes se identifiquen
como población indígena; II) sean de muy alta o alta marginación; III) tengan entre
50 y 15 mil habitantes.

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Conclusiones:

Uno de los principales propósitos de la educación es dar una oportunidad de


progreso y ser una fuente de socialización para el ser humano, propósito que no
es posible que se cumpla si se olvida que cada uno de los individuos somos seres
único e irrepetibles, y que se nos debe de tomar en cuenta tal cual somos para así
poder potenciar las capacidades y habilidades individuales.

La educación intercultural en las instituciones crea beneficios tanto para los


alumnos que son minoría que en este caso son los indígenas, como para los que
no lo son, puesto que la riqueza y el intercambio cultural serían enormes, desde
las costumbres y tradiciones hasta el lenguaje. Con la inclusión de una educación
intercultural podremos aspirar al rescate de la cultura original de nuestro país.

Tampoco existen opciones de educación media superior y superior que respondan


a las necesidades de las poblaciones indígenas o a las que éstas fácilmente
puedan acceder, lo cual nos lleva a proponer el que se implemente dicha
educación en ambos niveles.

Los indígenas que son ancestralmente dueños de este país son desterrados no
por el hecho de que vivan en zonas marginadas sí que se ha negado la estirpe
nacional , que nos debe distinguir como una verdadera identidad nacional, pero es
que no hemos mirado mas allá de los hombres que han creado la idea de que
"dios es blanco" y discriminamos a más no poder no únicamente a los "indios"
como tradicionalmente los denominamos y llamarlos indígenas con tan despectiva
razones es no creer que no son también humanos.

Podemos finalizar diciendo que hace falta unir esfuerzos para que la educación de
nuestro país sea una educación de calidad, en la que se le de importancia tanto a
los planes y programas como a los actores educativos. Del mismo modo es

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indispensable que la educación intercultural sea destinada a la totalidad de la


población mexicana y no sólo a la indígena. Sólo así garantizaremos el
intercambio cultural en nuestra nación.

Al parecer, la educación indígena autónoma, libre de cualquier influencia extraña


por parte de nuestro sector social, es llevada a cabo únicamente en la familia, de
la cual podemos asegurar es el núcleo primordial para la conservación y
protección de la herencia de tiempo atrás. Esta transmisión de conocimientos es
llevada a cabo desde la educación no formal, pero no demeritando su importancia,
pues esta sienta las bases de la identidad de los individuos.

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


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Anexo 1: Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos Indígenas en


México. Los Pueblos Indígenas de México

Pensar al México de hoy como una Nación multicultural es todavía un anhelo. si


bien nuestro país se reconoce como una Nación pluricultural, sustentada
originalmente en sus pueblos indígenas, todavía no es un Estado-nación que
promueva, de manera plena, y que acepte, como parte de su condición, la
diversidad y las muchas identidades que generan las culturas indígenas que
conviven en un territorio de cerca de dos millones de kilómetros cuadrados.

La sociedad nacional no conoce cabalmente a sus diversos integrantes que


hablan más de 60 lenguas originarias. Muchos mexicanos piensan que su país
tiene una historia única y desconocen las otras historias que construyeron los
pueblos indígenas a lo largo de más de cinco siglos.

Son historias que podrían explicar la actual situación de pobreza y abandono en


que han vivido estos mexicanos. En algunos casos son historias comunes a
todos pero, no en otros, pues surgieron de relaciones de opresión, de estrategias
de sobrevivencia o resistencia para continuar siendo pueblos indígenas, por ser y
mantenerse diversos.

En la tierra mexicana se comparten diversos territorios, lenguas y culturas,


historias particulares, cuyos protagonistas no siempre son reconocidos pues han
sido y son indígenas, campesinos, líderes, intelectuales, gestores que han
tratado de negociar como iguales con los otros y los otros no los reconocen como
iguales .

Aún hace falta trabajar para reconocer y aceptar las muchas identidades que hay
en mi país. Implica que todos los ciudadanos reconozcamos la diversidad, y que
esta aceptación se convierta en nuevas acciones y políticas públicas que nada
tienen que ver con las viejas políticas integracionistas o asimilacionistas, sino con
el respeto a todos los derechos de los pueblos indígenas y sus integrantes. La
acción pública de las instituciones federales, estatales y municipales debe tomar

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en cuenta a las autoridades e instituciones indígenas. Sí asumimos que México


tiene más de 60 rostros indígenas aceptaremos el carácter multicultural de
nuestra Nación.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce a México


como una Nación pluricultural. Pero, ¿realmente los mexicanos queremos ser
parte de una Nación multicultural? ¿Quiénes desean una Nación así? ¿El
gobierno, los diputados, los senadores, los políticos, los empresarios, los
comerciantes, los industriales, los campesinos, los indígenas? ¿Quiénes
apuestan sus recursos al desarrollo de una Nación multicultural? quizá todos, de
distintas maneras. Pero hay quienes sí ponen todo para lograrlo: me refiero a los
pueblos indígenas.

La pluralidad de la Nación la dan los pueblos indígenas, la diversidad también.


Ellos nunca han dejado este país. Sus patrimonios naturales, sus propiedades,
sus conocimientos y sabidurías, sus esfuerzos en el trabajo, el dinero que ganan,
está a disposición de sus familias, de sus comunidades, de México.

Reconocer que hoy tenemos más de 12 millones de personas que son indígenas
quienes poseen alrededor de la quinta parte del territorio nacional, que sus
recursos naturales son uno de los orgullos de México. Nos habla de su decisión
de ser mexicanos y de permanecer con sus propias identidades y culturas. Pero
son mexicanos iguales, son mexicanos kikapús, mayas, tzeltales, tzotziles,
mixtecos; viven en pequeñas localidades y en las ciudades. Están en casi toda la
República, pero muchos no los ven.

¿Hasta dónde llegamos cuando decimos que tenemos 62 pueblos indígenas y


que cada uno tiene su propia cultura? además, ¿hay otras culturas que debemos
tomar en cuenta? ¿La de los negros, los inmigrantes, los menonitas, los judíos,
los libaneses, los chinos, u otros indígenas que nacieron fuera de nuestras
fronteras? ¿Qué consecuencias tiene reconocer a estas otras culturas distintas y
que reclaman sus derechos sin perder sus propias identidades?

Sin duda, cada una de las muchas culturas aportará distintas soluciones a los
diversos problemas de la Nación. Con esto quizá estemos en posibilidades de ser

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

más democráticos o de dar pasos adelante en la construcción de una democracia


que reconozca la diversidad cultural.

Los pueblos indígenas han participado, de muy diferentes formas, en


comunidades políticas más amplias o en sectores de población que los han
amparado como parte de un cuerpo social mayor. Estas distintas maneras de
participación han afectado, modificado y adaptado sus propias concepciones
culturales, sus usos y costumbres, sus formas de gobierno y el tipo de relaciones
que han establecido con la sociedad nacional.

Para lograr ser reconocidos, en ocasiones se ha recurrido a la violencia. Pero, la


mayoría de las veces el apego a la ley y el diálogo han sido los instrumentos de
la lucha por el acceso a espacios de poder en los estados y los municipios; o por
la instauración de autogobiernos basados en sus tradiciones políticas; o en su
reconstrucción cultural; o en el hecho de creer que esa forma es mejor que la que
han vivido.

Cada una de estas luchas ha tenido sus propios líderes, sus mártires, sus
esfuerzos, y no han dudado en incorporar lo que a otros grupos sociales les ha
dado resultado. Bajo todas estas acciones construyen el nuevo espacio de la
democracia, en el que los pueblos indígenas no son ya más menores de edad, ni
razas inferiores necesitadas del paternalismo, de un buen padre, o un buen dios.

Los pueblos indígenas se gobiernan desde hace mucho tiempo. Y lo hacen


aprovechando las formas que les permiten leyes y autoridades civiles. Muchos
municipios indígenas son gobernados por indígenas y sus cabildos, y tienen al
frente sus propias autoridades tradicionales que asumen formas modernas de
gobierno.

Además, hoy, la constitución política mandata que se tomen en cuenta a los


pueblos indígenas en la división distrital uninominal para las elecciones de
diputados federales.

Estas son formas de representación que posibilitarán una mayor participación


política y que, creemos, permitirán construir formas de gobierno indígena que
sean reconocidas por las autoridades no indias y sus leyes. También posibilitará

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

reconocer, legal o formalmente, aquellas expresiones tradicionales ligadas a


formas culturales o religiosas que, por lo general, se asumen en el ámbito de la
vida interna de las comunidades.

Los gobiernos tienen que reconocer los derechos de los pueblos indígenas a la
propiedad, control y la protección de su patrimonio cultural, artístico, espiritual,
natural, tecnológico y científico, y a la protección legal de su propiedad intelectual
y de la biodiversidad de los espacios que habitan. Han sido creaciones propias,
son sus maneras de relacionarse con la naturaleza y de resolver su pertenencia
ancestral a este mundo.

Hoy nadie puede negar la presencia viva de los pueblos indígenas, sus aportes y
soluciones a los problemas del mundo moderno. Nadie debe aceptar hoy el
dominio de un pueblo sobre otro. Quien lo hace no reconoce al otro como igual.
Por esta razón cada uno de los pueblos indígenas busca la igualdad de
oportunidades, exige el derecho a administrar sus propios asuntos, comunitarios,
regionales o nacionales. Cada integrante de un pueblo indígena espera ser
tomado en cuenta en el diseño de las políticas públicas que le atañen.

Los pueblos indígenas creen en el reconocimiento de la diversidad cultural como


un derecho público; en que el Estado tiene la obligación de hacer que coexistan
sus formas de gobierno, sus lenguas, valores, identidad cultural, derechos
plenos. Tienen la certeza de que, en el futuro, su permanencia como pueblos
está garantizada en condiciones de mayor equidad socio-política y con mejores
niveles de salud, educación, vivienda, ingresos, empleo.

Si los países del mundo, o, si la Nación mexicana no acepta a sus pueblos


indígenas de manera plena, si cada uno de sus funcionarios, los ciudadanos y
sus familias no reconocemos a los pueblos indígenas en cada momento de
nuestra vida como mexicanos, no solucionaremos los problemas que
actualmente vivimos. Las decisiones de los indígenas y sus gobiernos deben ser
acatadas por los no indígenas con base en el diálogo y el respeto pero, sobre
todo, con la firme convicción que somos iguales a los tarahumaras, a los triquis, a
los choles, a los coras, nahuas, mayas o cualquier otro mexicano indígena.

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Y siguen de pie: de la educación indígena a la imposición.

Lograr esto será aplicar, en los hechos y en nuestra vida cotidiana, el concepto
de Multiculturalidad que tanto nos enorgullece como Nación.

Por estas razones, en México estamos luchando por reconocer los derechos
colectivos, culturales y de identidad de los pueblos indígenas, como una de las
garantías de nuestra constitución política y en las leyes que se aplican dentro de
nuestros marcos jurídicos vigentes. Trabajamos para que se vayan satisfaciendo
las demandas históricas de los pueblos y comunidades indígenas. Estas son sus
demandas actuales y se traducen en una lucha por la restitución de sus bienes y
patrimonios, es decir por la recuperación de sus tierras ancestrales con dominio
pleno, incluidas la administración, acceso y disfrute de los beneficios por la
explotación de los recursos naturales. Igualmente, exigen el reconocimiento de
sus derechos económicos, sociales, culturales y políticos.

Esto se traduce en que sean reconocidas las autoridades que nombran de


acuerdo con su costumbre y en que sean aceptadas como cualquier otra
autoridad del Estado mexicano. Asimismo, que las formas en que son electos
también sean válidas ante los sistemas electorales de los estados de la
Federación. Por ello es importante que existan Instituciones que den validez y
fortaleza a las decisiones de los pueblos indígenas. Lograrlo será, sin duda, un
paso más en el fortalecimiento de los Derechos Humanos de los pueblos
indígenas.

Desde 1992, México se reconoció como una Nación pluricultural y, en el año de


2001, la Reforma Constitucional llevó a la aceptación de Derechos de los pueblos
indígenas.

Este es un hecho de una gran importancia pues, sobre la base de esta


autonomía, los pueblos determinarán libremente su condición política, su
desarrollo económico, social y cultural, así como el derecho a conservar y
reforzar sus propias identidades, sus sistemas jurídicos, manteniendo, a la vez,
sus derechos a participar plenamente, si lo desean, en la vida política,
económica, social y cultural del Estado mexicano. Las entidades federativas

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deben garantizar su cabal cumplimiento y asegurar la participación de los


pueblos indígenas.

Existen todavía asuntos pendientes, como el reconocimiento pleno de los


pueblos indígenas como sujetos de derecho y un gran diálogo sobre el
reconocimiento a sus territorios. Se acompañan de reclamos por servicios que
otros mexicanos ya tienen resueltos como lo son el derecho a la salud, a la
educación, al desarrollo, a la preservación de su patrimonio cultural y la
propiedad intelectual de sus sabidurías y conocimiento ancestral. Esperan de los
no indígenas la igualdad en las oportunidades y que realmente no exista
discriminación.

Los pueblos indígenas de México quieren sobrevivir como nahuas, tzeltales,


zapotecos, mazahuas, yaquis, mixtecos, mayas, chatinos, en sus tierras
originales, o en cualquier estado de la República, con dignidad y en armonía con
los demás mexicanos. Los indígenas quieren mantener su identidad espiritual,
conservar sus dioses y templos, sus maneras de hablar y de pensar, su forma de
ser mexicanos; quieren hacer realidad la posibilidad de vivir en una Nación que
los respeta.

Por eso la resolución de innumerables conflictos que existen en las regiones


indígenas son asuntos prioritarios. Los pueblos reclaman que la dignidad y
diversidad de sus culturas, tradiciones, historias y aspiraciones, se reflejen
debidamente en todas las formas de educación e información pública. Al mismo
tiempo, exigen a los Gobiernos Federal, Estatales y Municipales que los
consulten y que obtengan su consentimiento, con libertad y conocimiento, antes
de aprobar cualquier proyecto que afecte sus tierras, territorios y otros
patrimonios naturales.

En la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Institución


del Gobierno Federal, no podemos dejar de atender las demandas de los pueblos
y de buscar cómo solucionarlos. La Comisión, tiene como una de sus prioridades
promover y respetar los Derechos de los pueblos indígenas e impulsar su
desarrollo integral. Esta tarea, por sus dimensiones, necesita del concurso de

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todos los mexicanos. No es únicamente una tarea del gobierno, ni de los pueblos
indígenas, sino de todos los integrantes de la Nación mexicana. Creemos que
este camino es una manera de contribuir a la Reforma del Estado mexicano, de
un Estado que reconozca la diversidad de los pueblos en su interior y garantice, a
todos sus ciudadanos, la igualdad, el respeto a la diversidad y a la diferencia en
el mundo de lo civil, social, político y pluricultural. Con ello esperamos acercarnos
a una mejor y mayor democracia para todas y todos los mexicanos.

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


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Fuentes consultadas.

Bibliográficas:

 Aguirre Beltrán, Gonzalo. Teoría y práctica de la educación indígena,

Secretaría de Educación Pública (Sep.-Setentas, 64), México, 1973.

 Castañeda Ramírez, Elisa, La educación Indígena en México. UNAM, 2006.

 Konopka Gisela, Trabajo de grupo en la institución: un desafío moderno.

Caritas Española, 1973.

 Latapí, Pablo. “Multiculturalidad: ¿Qué es eso?”, Proceso, 25 de agosto de

2001.

 Lineamientos generales para la educación intercultural bilingüe para las

niñas y los niños indígenas, SEP Subsecretaría de Educación Básica y

Normal/Dirección General de Educación Indígena, México, 1999.

 Sandoval Forero, Eduardo. Familia indígena y unidad doméstica: los

otomíes del Estado de México. Universidad Autónoma del Estado de

México, Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, 1994.

 Schmelkes, Silvia (coord.) et Al. El enfoque intercultural en educación.

México, Editorial Coordinación General de Educación intercultural y

Bilingüe, 2006

Sitios web:

 Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos Indígenas en México.

Los Pueblos Indígenas de México http://www.cdi.gob.mx/

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.


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 Cortés Vargas, Daniel. La educación indígena en México: inconsistencias y

retos.

http://www.observatorio.org/comunicados/EducDebate15_EducacionIndigen

a.html

 Instituto Nacional de Geografía y Estadística, México en cifras. II Conteo de

Población y Vivienda 2005.

http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx.

 Santacruz Carrillo, Luz Adriana. México: la población indígena marginada y

sin escuelas. http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=240

 Sánchez Shippiba, Ketty. Interculturalidad e identidades indígenas.

http://www.aulaintercultural.org/&%/article.01

 Úbeda Ibáñez, Javier. La educación, pilares básicos.

http://pilaresbasicos.blogspot.com/2010/01/la-educacion-significado-y-

objetivos.html

Arenas López, Laura. Miguel Ortiz, Víctor. Palomares Rentería, Belén.

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