Está en la página 1de 20

Primera prueba Derecho Internacional

Clase Nº1 (17/03/2014)

Quiénes son sujetos de Derecho Internacional:

Antes se pensaba que los únicos sujetos de Derecho Internacional eran los Estados. Actualmente éstos son los principales, pero hay
otros como los particulares (pueden invocar DDII o ser responsables de crímenes de DDHH), el Vaticano (no es un Estado), el pueblo
Palestino (son nación y no Estado), los organismos internacionales como ONU o la OEA, entre otros.

Cómo se solucionan los conflictos internacionales:

Por medios judiciales en la Corte Internacional de Justicia o La Haya, diplomáticos como la mediación por la Santa Sede, o políticos
como recurriendo a la OEA.
El uso de la fuerza en las relaciones internacionales es tratado similarmente que en el derecho interno: sólo puede ser ejercida como
legítima defensa, en los otros casos está prohibida.

Clase Nº2 (19/03/2014)

Ahora veremos la noción y presupuestos de derecho internacional:

La expresión ius Gentium nació del derecho romano, aunque en aquellos tiempos no tenía el significado de la actualidad. El concepto
“International Law” fue acuñado por el jurista británico Jeremias Bentham en 1780. En español se conocía como “derecho de las
gentes” hasta siglo 19, y ahora es derecho internacional. El primer texto de América Latina lo publicó Bello y se tituló “derecho de
gentes”.

La definición clásica de DI es “El conjunto de normas que regulan las relaciones entre Estados”. Luego se agregó “…y a otros sujetos
de derecho” pues existían otros aparte de los Estados, como la Santa Sede.
Para definir al DI hay que recurrir a las fuentes del derecho, hecho que nos ha llevado a una definición más actualizada de aquél, y
que es la siguiente: “Derecho Internacional es el conjunto de normas que creadas por procedimientos adecuados, por dos o más
Estados o por la comunidad internacional en su conjunto, tienen un carácter vinculante para sus destinatarios”. Esa norma puede
ser un tratado, costumbre o PGDI, y todas estas constituyen derecho.

Ahora el DI ha asumido poder sobre algunos asuntos que antes eran sólo regulados –en algunos casos, no estaban regulados en
ninguna parte- por los ordenamientos jurídicos internos, como el medioambiente (cuotas de CO2), tortura, discriminación, etc.

Ahora veremos las clasificaciones de Derecho Internacional:

a) Derecho internacional público y privado: ambos difieren en contenido, fuentes y métodos.


El derecho internacional público es un derecho material que regula situaciones substantivas.
El derecho internacional privado es un derecho formal para solucionar conflictos de leyes cuando se enfrentan las
legislaciones entre sí, por ejemplo, para determinar cuál es la ley aplicable cuando hay un conflicto en leyes patrimoniales
entre dos Estados.

b) Derecho internacional general (universal), particular o regional:


El derecho internacional general es aquel que rige a todos los Estados del mundo. Está compuesto por normas válidas para
todos los Estados del mundo, o que pueden llegar a serlo. Generalmente son normas consuetudinarias o PGDI, pero la Carta
de las Naciones Unidas que rige casi en todo el mundo –porque casi todos los países están suscritos- podría considerársele,
o bien tratados firmados en consenso internacional como las Convenciones de Viena de 1961 (sobre relaciones
diplomáticas) y 1965 (sobre relaciones consulares).
El derecho internacional particular es aquel que rige sólo entre países subscritos al tratado, ya sea bilateral o multilateral.
El derecho internacional regional es aquel derecho que rige para una región geográfica, como por ejemplo “derecho
americano”. Está en discusión.
Ahora veremos el carácter jurídico del derecho internacional:

El derecho internacional es derecho, tiene un carácter jurídico, es un derecho vinculante y es obligatorio. No es “cortesía
internacional” –que no es vinculante-, ni moral ni política. Las normas de cortesía de los diplomáticos o las normas de protocolo no
son obligatorias. Algunas normas de cortesía se convirtieron en costumbre y por ende se volvieron obligatorias (como ocurrió con la
inmunidad diplomática), pero las que siguen como tal no lo son.
El derecho internacional es derecho en cuanto a su contenido, fuentes y sanciones.
El derecho internacional tiene un carácter jurídico porque reúne los elementos para ser considerado un sistema normativo
autónomo, posee autoridad para crear normas jurídicas –aunque en general por quienes serán los mismos imperados por sus
normas-, sus normas son acatadas –los Estados modifican su legislación propia para no transgredir sus normas, los tribunales la
aplican, y algunos lo reconocen en su CPR-.

Ahora veremos las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales en el derecho internacional:

a) Función legislativa: en el derecho interno las normas son creadas en órganos centralizados y los destinatarios de estas
normas no son necesariamente los que las crean –con excepciones-, mientras que en el derecho internacional la función
legislativa es descentralizada –los únicos órganos centralizados son la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero la
mayoría de sus resoluciones son meras recomendaciones; y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero es más
reciente-, por lo tanto en el derecho internacional la situación es inversa, en cuanto la función legislativa la tienen los
mismos Estados a través de los tratados, siendo ellos mismos son los “sujetos imperados”.
Las normas tienen un carácter en general más voluntario pero con excepciones:
a. Que los Estados hayan concurrido con voluntad a la formación de ella.
b. Hay ciertos tratados que se imponen a los terceros, como el art. 2 Nº6 de la Carta de las Naciones Unidas, que
dice que la organización tiene poderes respecto a todos los Estados incluso a los que no son miembros, en asuntos
de mantención de paz y seguridad internacional (bajo el principio de indivisibilidad de la paz).
c. La costumbre internacional que suele obligar a todos los Estados, incluso a los nuevos
d. Ciertas resoluciones de algunas organizaciones internacionales, al ser aprobado por un quorum determinado,
pasar a ser obligatorios a los Estados que componen la organización pero que no hayan participado o se hayan
opuesto a la votación, como el art. 25 de la Carta de las Naciones Unidas que establece que las resoluciones del
Consejo de Seguridad Nacional son obligatorios a todos los Estados miembros de la ONU.

b) Función ejecutiva: en el derecho interno, la función ejecutiva se entrega a un órgano central encargado de hacer cumplir las
normas legales o en su defecto, hacer cumplir las sanciones. Tiene pocas excepciones, como la legítima defensa. En cambio,
el orden internacional no cuenta con un órgano central, por lo que en general es el mismo Estado lesionado el que debe
obtener que se respeten. Existen sanciones para hacer respetar los derechos: romper relaciones diplomáticas con el
infractor, suspender el cumplimiento de un tratado, el no reconocimiento de una situación surgida en relación a la violación
de un derecho internacional. En derecho internacional sólo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas puede usar la
fuerza (este sería un medio de centralizar la función ejecutiva), al cual puede recurrir la Corte Internacional de Justicia para
hacer cumplir sus sentencias.
Han surgido instituciones similares al poder ejecutivo, como los “tratados de garantía”, en los que se designa un Estado
tercero para vigilar la observancia del tratado, como el Protocolo de Río de Janeiro de 1942.

c) Función judicial: en el derecho interno, corresponde a los tribunales permanentes establecidos por ley, las cuales cuentan
con dos características: la obligatoriedad de la jurisdicción y la jerarquización de los tribunales. En el derecho internacional,
el elemento de jerarquía no existe. Los fallos son generalmente de única instancia, y la Corte Internacional de Justicia sólo
admite los recursos de interpretación y de revisión. Con respecto a la jurisdicción, en derecho internacional ésta es
obligatoria sólo cuando los Estados la aceptan expresamente. Los Estados pueden aceptar la jurisdicción de un tribunal a
través de:
a. Un tratado que establezca el órgano judicial, que puede pactarse antes o después de que surja el litigio.
b. A través de una “cláusula facultativa de jurisdicción obligatoria”, en la cual un Estado reconoce ipso facto y sin
necesidad de convenio especial, la jurisdicción de un tribunal, como ocurre con la Corte Internacional de Justicia o
la Corte Interamericana de los DDHH.
Clase Nº3 (21/03/2014)

Hoy veremos el fundamento del derecho internacional:

El fundamento del derecho internacional puede ser explicado desde el punto de vista de su existencia (¿por qué existe?) y de su
obligatoriedad (¿por qué obliga?).

Sobre su existencia, el problema es de orden sociológico y la respuesta es que el derecho internacional existe en cuanto la
comunidad internacional existe. No pueden concebirse Estado aislados autosuficientes, y se requiere un medio para solucionar
disputas, comerciar, etc.

Sobre su obligatoriedad, algunos sugieren que es el derecho natural (internacionalistas clásicos), en cuanto era natural que los
Estados aceptaran un orden normativo superior al cual debían ajustar su conducta, esta postura se fue volviendo insuficiente con el
tiempo; luego teorías más modernas como las teorías voluntaristas (el fundamento es la voluntad de los Estados, los cuales se auto
someten libremente a sus normas) en las que cabe señalar a) la teoría de la autolimitación, b) la teoría de la delegación del derecho
interno, c) de teoría de la voluntad común de los Estados, y d) la teoría de la voluntad de la comunidad internacional; o como las
teorías objetivas (trascienden la voluntad del Estado= en las que cabe señalar a) teorías basadas en la norma pacta sunt servanda, b)
sociología jurídica, c) normativista, y d) iusnaturalista.

Buscar el fundamento de la obligatoriedad del derecho internacional hoy no representa una necesidad, pues el derecho internacional
es acatado y eso es lo más importante. Esa es además la mejor prueba de que el derecho internacional existe. De hecho, tiene menos
transgresiones que el derecho nacional, en cuanto lo cumplimos diariamente al cruzar fronteras, encender la TV, usar internet o
bajarse del avión.
Hay trasgresiones al derecho internacional, pero cada vez son menos; y tiene sanciones. Bush padre comenzó con la empresa de
derrotar a Hussein, pero fue penalizado internacionalmente cuando quiso invadir; Bush hijo completó la empresa de su padre de
invadir Iraq a pesar de las negativas internacionales (luego se descubrió que no tenías las armas químicas/biológicas). Esta fue la gran
transgresión del siglo XXI (2003).

El derecho internacional es obligatorio, generalmente se cumple, se cumple más comúnmente que el derecho interno, y los países
que no lo cumplen les van mal. Hay una sentencia de la CIJ que no se cumplió, y fue porque nacieron otras normas de derecho
internacional que permitieron que no se cumpla: Portugal tenía soberanía sobre dos enclaves de la India, y la India prohibió la pasada
de Portugal por los enclaves; Portugal demandó a la India y la CIJ aceptó la demanda, pero luego la comunidad internación dijo que el
colonialismo ya no existe, y por lo tanto se deja sin efecto la sentencia de la CIJ.

El Consejo de Seguridad de la ONU (CSO), según el capítulo 7mo de la Carta de las Naciones Unidas, tiene permitido usar la fuerza
tomando prestado contingente militar de ciertos países, y dice que “deben usarse todos los medios necesarios para restablecer la
paz”, como ocurrió cuando Iraq invadió a Kuwait.

Ahora veremos algo de historia de derecho internacional:

Comienza desde el siglo XVI, cuando se dividen las unidades políticas en Europa, se definen los Estados, y por lo tanto deben resolver
problemas comunes, como:
a) Qué hacer con el mar: a quién le pertenece, cómo se navega, cómo se administra. Algunos dijeron que sea libre.
b) A quién le pertenece América: la conquista, la colonización, etc. Los teólogos lo resuelven, el más importante fue Francisco
de Vitoria.
Luego, ocurrieron ciertos sucesos que crearon ciertas instituciones:
 En la guerra de los 30 años nace la igualdad jurídica de los Estados.
 El Congreso de Viena se configuró como un sindicato de las monarquías contra la corrupción de ¿Francia? Establece los
principios de DDII.
 Versalles: se crea la Sociedad de las Naciones
 La Carta de las Naciones Unidas (1945): es como la CPR del derecho internacional. Su origen es la unión de los Estados
victoriosos de la Segunda Guerra Mundial, es decir: Reino Unido, Estados Unidos, URSS y Francia.
 La alineación del mundo por las dos superpotencias (USA y URSS): no existían ideologías independientes. Acordaron las
armas que pueden usarse y cuáles no.
 Nacen de Sudamérica: el derecho de mar y el principio de la no intervención, entre otros.
 Derribamiento del muro de Berlín (9 de noviembre 1989): marca el fin de la guerra fría pues repercutió en todo el mundo: la
URSS desaparece y se divide, comienza el entendimiento, desaparece el Pacto de Varsovia y nace la OTAN, nace la EU,
emergen otros países (como China).

Clase Nº4 (24/03/2014)

Ahora veremos las fuentes del derecho internacional:

Las fuentes de derecho internacional deben entenderse en su acepción como “fuentes formales” (manifestación externa,
constatación de derecho internacional), como “los modos formales de verificación del derecho internacional”, y no como fuentes
materiales.

El texto que enumera las fuentes de derecho internacional es el art. 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, que señala
que “la CIJ utilizará para resolver”:
a. Las convenciones internacionales: ya sean generales o particulares
b. La costumbre internacional: como práctica generalmente aceptada como derecho
c. Los principios generales de derecho reconocida por las naciones civilizadas: algo desactualizado
d. Jurisprudencia y doctrina: jurisprudencia como “decisiones judiciales”, y doctrina “de los publicistas de mayor competencia”.
e. Equidad: (ex aequo et bono) si las partes así lo convienen

A las anteriores deben agregarse las siguientes, que han cobrado importancia actualmente, pero que no fueron consideradas cuando
se redactó el estatuto (pero ahora sí):
f. Los actos unilaterales de los Estados:
g. Las resoluciones de ciertas organizaciones internacionales

Además, las fuentes de derecho internacional pueden clasificarse en:


I. Autónomas: tienen vigencia propia, es decir, pueden ser aplicadas por sí mismas para resolver un asunto de derecho
internacional. Estas son: convenciones internacionales, costumbre internacional, PGDI, equidad, y actos unilaterales de los
Estados.
Las fuentes autónomas pueden a la vez clasificarse en:
a. Principales: Tratados internaciones y costumbre.
b. Subsidiarias: PGDI y equidad (sólo se aplican cuando faltan fuentes principales). En las clases no estaba
contemplada la equidad como una fuente subsidiaria.
II. Auxiliares: ayudan a precisar el sentido y los alcances de las fuentes autónomas. Estas son: la jurisprudencia, doctrina, y las
resoluciones de organizaciones internaciones declarativas de derecho.

Según a quiénes aplican, las fuentes de derecho internacional pueden clasificarse también en:
I. Generales: aplicables a la generalidad de los Estados, como las convenciones generales, costumbre general, PGDI,
jurisprudencia (que puede tener aplicación general), doctrina, resoluciones generales de las organizaciones internacionales.
II. Particulares: aplicables a un número limitados de Estados, como los tratados particulares, costumbres regionales, acto
jurisdiccional del tribunal (sólo aplicable a las partes litigantes), resoluciones internacionales (que se refieren a
determinados Estados, y actos unilaterales.

La Corte Internacional de Justicia además aplica una jerarquía: primero están las convenciones generales o particulares (tratados). A
la falta de éstos se aplica la costumbre internacional. A falta de ésta, se aplican los Principios Generales de Derecho reconocidos por
las diferentes naciones. Las otras fuentes auxiliares no tienen valor propio, y no se pueden aplicar ni subsidiariamente.

No siempre es posible aplicar este orden rígido e inflexible, y ello ocurre en tales costumbres de derecho internacional o PGDI que
expresan una norma imperativa de derecho internacional general, las que pueden primar sobre un tratado e incluso dejarlo sin
efecto.
Los actos unilaterales de los Estados, al ser una expresión formal del consentimiento del Estado, tienen para este un valor similar al
del tratado en el caso de que el Estado no haya comprometido su voluntad mediante otro tratado.
Las resoluciones de las organizaciones internaciones podrán ser obligatorias para los Estados si así fue dispuesto por un tratado –el
que pasaría a ser la fuente primaria-, o si el objeto de la resolución es declarar la existencia de un derecho –el valor de la resolución
será el de la norma consuetudinaria o PGDI expresada en la resolución-.

Ahora veremos someramente la primera fuente: los tratados internacionales.

Los tratados se definen en el art. 38 como “convenciones internacionales, sean generales o particulares, que establecen reglas
expresamente reconocidas por los Estados litigantes”. No existe un órgano centralizado dotado de poderes legislativos, por lo tanto
la función ha tenido que suplirse por los mismos destinatarios de las normas. Esla fuente más importante, junto con la costumbre. En
general se aplica sobre esta última, pero hay casos donde eso no es así.

Ahora veremos la segunda fuente: la costumbre internacional.

La tendencia actual es ir cristalizando la costumbre en convenciones internacionales, pero sigue siendo importante. La desventaja de
la costumbre es la imprecisión, y la ventaja la flexibilidad de ir evolucionando.
La costumbre internacional se define como “prueba de una práctica generalmente aceptada como derecho”, si cae en desuso ya no
existe esta costumbre internacional.

La costumbre internacional requiere la concurrencia de dos elementos:


a) Un elemento material: se define como “la repetición de hechos”, por parte del Estado. Prácticas en un mismo sentido, de
manera continua y generalizada, generándose costumbre internacional. Es un uso constante durante un cierto lapso de
tiempo, que en general comprende un tiempo largo, pero en algunos casos el período es relativamente corto (ejemplo:
plataforma continental, la zona económica exclusiva, las normas relativas a la exploración ultraterrestre). Además el
elemento material incluye la suposición de que la norma sea aplicada por una generalidad de Estados, que dependerá de la
amplitud territorial (universal, regional o local) que se le atribuya a la norma consuetudinaria.
b) Un elemento psicológico: (o elemento subjetivo) la repetición de hechos no basta para establecer costumbre, también
importa que “los Estados estén convencidos de que al realizar un determinado acto o abstención, ejercen un derecho o se
conforman a una obligación, esto es, que se encuentren ante una norma jurídicamente obligatoria”. Este elemento
psicológico, conocido también como opinio juris es lo que distingue el derecho internacional de la cortesía internacional.

El fundamento de la costumbre no depende del consentimiento de los Estados, sino de la existencia de una práctica que responda a
una general aceptación por parte de la comunidad internacional, independiente de la voluntad de los Estados. Incluso los Estados
que no han participado a la formación de una costumbre, generalmente la aceptan y acatan.

Existen diversas clases de costumbre, según la amplitud territorial, la costumbre suele clasificarse en costumbres universales y
regionales.
a) Costumbres generales (universales): son aplicables a todos los Estados, y requiere una aceptación generalizada de la
comunidad internacional en su conjunto.
b) Costumbres regionales (particulares): aplicables a un grupo de Estados con características propias que generalmente
pertenecen a una misma región geográfica. Sudamérica es una de las regiones donde se ha desarrollado en mayor medida
la costumbre regional, ejemplo: asilo diplomático, la cual consiste en que una persona puede recurrir a protección o ayuda
en una embajada si su vida o bienestar están amenazados.
c) Costumbres bilaterales: en discusión, pero podrían existir, y fueron reconocidos por ejemplo, por la CIJ en asuntos de
derecho de paso por territorio indio, donde la CIJ “no vio porque no pueda existir una costumbre entre dos Estados” (en el
conflicto entre India y Portugal).

No es común que la costumbre derogue un tratado o una sentencia, pero ha ocurrido: por ejemplo en el caso de Portugal vs India,
cuando el Consejo de Seguridad se negó a apoyar la resolución de la CIJ que favoreció a Portugal, bajo el fundamento que el
colonialismo se había acabado.
La formación de la costumbre: “la norma consuetudinaria se forma por los precedentes sentados por los actos de órganos estatales
e interestatales que tienen injerencia en las relaciones nacionales”.
a) Los órganos estatales: se refieren tanto a los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales, aunque el ejecutivo es el más
importante ya que tiene la conducción de las relaciones exteriores.
a. Ejecutivo: las declaraciones del Presidente de la república o del Ministro de RREE pueden ir formando costumbre.
Contestar los cuestionarios (por parte de los Estados) sobre cómo proceden ante determinadas situaciones si hay
concordancia se va haciendo costumbre.
b. Legislativo: cuando varios Estados forman leyes similares, por ejemplo las 200 millas de soberanía marítima en
América Latina.
c. Judicial: no se puede extraditar (entregar) a delincuentes políticos no comunes por delitos políticos. Eso nació en
el Poder Judicial.
b) Los órganos interestatales: por tratados, jurisprudencia, resoluciones de órganos internacionales, y decisiones de tribunales
internacionales, entre otros.
a. Tratados: valen como tratado para los Estados subscritos, pero pueden valer como costumbre para Estados que
no subscribieron.
b. Jurisprudencia: los fallos de las cortes van creando precedente, por ejemplo el fallo entre Chile y Perú.

La costumbre no sólo se forma de los precedentes sentados por los actos de órganos estatales, también puede originarse por las
leyes concordantes de diversos Estados (ejemplo: la norma consagra en la convención sobre el derecho del mar que establece una
jurisdicción de 200 millas marinas comenzó a formarse como una norma consuetudinaria, luego de la promulgación de leyes
nacionales similares de varios países latinoamericanos).
También las sentencias de tribunales que interpretan derecho pueden convertirse en norma consuetudinaria.
Puede formarse también por actos emanados de varios Estados o de órganos interestatales, tratados internacionales (según art. 38
de la Convención de Viena, un tratado puede constituir una costumbre para un tercer Estado que no pertenezca al tratado
directamente), resoluciones de órganos internacionales, y decisiones de tribunales internacionales.

Los tratados generales pueden ser considerados como derecho consuetudinario respecto a terceros Estados. La CIJ ha declarado que
algunas de las decisiones de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados constituyen una codificación del derecho
consuetudinario existente. La norma consuetudinaria debe ser avalada por otros antecedentes y no ser contradicha por otras
prácticas. También, ciertos tratados particulares pueden establecer precedente para conformación de costumbre internacional,
como que la extradición no pueda ser sobre delitos políticos. Ciertas resoluciones de organizaciones internacionales como de la
Asamblea General de las Naciones Unidas pueden establecer una costumbre internacional. Las decisiones de los tribunales
internacionales (especialmente sentencias de la CIJ) pueden incidir en la formación de derecho consuetudinario.

La prueba de la costumbre es cómo se demuestra la existencia de una costumbre. Para ello hay que demostrar la existencia del
elemento material (que sea una práctica generalmente aceptada de derecho), y el elemento psicológico (o sea, que con sus actos u
omisiones se ha demostrado la aquiescencia con respecto a dicha norma, o lo contrario si niega la dicha norma). La parte que invoca
la norma consuetudinaria es la que debe probarla, tal como dice la CIJ.

Sobre la codificación del derecho consuetudinario, en el art. 15 del Estatuto de la Comisión de Derecho Internacional de 1947,
organismo creado para “favorecer el desarrollo progresivo y la codificación del derecho internacional” se establecen dos formas:
a) Desarrollo progresivo del derecho internacional: expresión utilizada para designar la elaboración de proyectos de
convenciones sobre temas que no hayan sido regulados todavía por el derecho internacional o respecto a los cuales los
Estados no hayan aplicado, en la práctica, normas suficientemente desarrolladas.
b) Codificación del derecho consuetudinario: expresión usada para designar la más precisa formulación y sistematización de
las normas de derecho internacional en materias en las que ya existía práctica de los Estados, así como precedentes y
doctrinas. (Recoger por escrito normas que ya existían previamente. No implica ninguna innovación en el ordenamiento
jurídico).

Para contrarrestar la falta de precisión del derecho consuetudinario, se comenzó a dejar por escrito (codificar) y de manera
sistemática las normas consuetudinarias. Las primeras codificaciones fueron privadas (por lo tanto no oficiales) y su valor fue sólo de
opinión (doctrina), por ejemplo: la codificación del International Law Association, o de la escuela de derecho de Harvard. La primera
codificación oficial, realizada por los propios Estados se encuentra en la reglamentación del rango de los agentes diplomáticos
efectuada por el congreso de Viena de 1815. Otros posteriores: Declaración de París de 1856 sobre la fuerza marítima, Convenios de
la Haya sobre derecho de guerra y solución pacífica de controversias internacionales (1899-1907).

En América, las conferencias panamericanas se lograron varias convenciones, especialmente en la 6ta (La Habana, 1928), y 7ma
(Montevideo, 1933), también la de Lima, Bogotá y Caracas, sobre las condiciones de los extranjeros, el derecho internacional privado
(Código de Bustamante), los agentes diplomáticos, los cónsules, los tratados, el asilo, los deberes y derechos de los Estados en caso
de guerra civil, la neutralidad marítima, y la extradición. El sistema interamericano ha seguido con la labor de codificar derecho
internacional, y también de desarrollar progresivamente el derecho, a través del Comité Jurídico Interamericano, con sede en Rio de
Janeiro.

La ONU también, según el art. 13 de la Carta de las Naciones Unidas, la asamblea debe promover estudios o hacer recomendaciones
para el desarrollo progresivo y codificación para servir de base a otras convenciones, a través de ella misma (la Asamblea), o a través
de la Comisión de Derecho Internacional (CDI), órgano subsidiario de la Asamblea, y ambos los actuales órganos internacionales más
importantes sobre codificación y desarrollo progresivo del derecho internacional. También la Asamblea General de las naciones
Unidas puede confiar la codificación y desarrollo progresivo de determinadas materias de derecho internacional a un órgano creado
específicamente para tal propósito, como ocurrió con la “tercera conferencia de las naciones Unidas sobre el derecho del mar”.

La Comisión de Derecho Internacional, creada en 1947, es la organización encargada de codificar y desarrollar progresivamente el
DDII. Si no existen las reglas, las crean progresivamente. Está compuesto por 34 juristas elegidos por la Asamblea General. De esos 34
juristas, 6 a 7 son de América Latina (se intercambian alternativamente con Asia).
Cómo trabaja la Comisión: la Comisión decide tomar un tema (por iniciativa propia o porque la Asamblea General se lo pide), y
designa un “relator especial” que debe preparar un informe sobre algún tema (ejemplo: derecho del mar), el cual puede llegar a
durar algunos años. La Comisión presenta su opinión, luego se genera un comité de redacción que redactan artículos que son
enviados a los Estados, hasta que está listo el proyecto (aproximadamente 10 años hasta acá). Se aprueba el proyecto y se envía a la
Asamblea General, la que podrá convocar a una “Conferencia Codificadora” para que adoptaran una convención, como por ejemplo
la Convención del Derecho del Mar de 1958, que quedó obsoleta por el uso de 200 millas marinas.

Clase Nº5 (26/03/2014)

Ahora veremos la tercera fuente de derecho internacional: los principios generales de derecho.

El art. 38 del Estatuto de la CIJ reconoce los “Principios Generales de Derecho reconocidos por las naciones civilizadas” (de 1920,
reiterado 1945) como fuente de derecho internacional. Sobre esta definición, cabe recalcar que estos principios deben ser
reconocidos por los Estados, y que “naciones civilizadas” es una tautología, pues hoy se considera que todo Estado que pertenece a
la comunidad internacional se entiende una nación civilizada, por lo que es mejor tan sólo “…reconocidos por los Estados”.

Estos PGD se utilizan para resolver casos en que ni los TTII ni la costumbre proporcionaron los criterios para resolver una
determinada situación jurídica, como en las lagunas. Si bien es subsidiaria, tienen un carácter autónomo al ser reconocidos en el art.
38 del Estatuto.

El contenido de los PGD es sobre: los principios jurídicos que son comunes a diferentes legislaciones nacionales, y principios propios
del derecho internacional:
a) Principios generales provenientes del derecho interno: pueden constituirse en derecho internacional cuando sean comunes
a los Estados adscritos. Estos principios provendrían del derecho civil o derecho procesal civil. Como por ejemplo: la
obligación de reparar el daño causado, el principio del abuso del derecho, la eximente de fuerza mayor, el rechazo al
enriquecimiento sin causa, la autoridad de la cosa juzgada, la excepción de Litis pendencia, etc. El estudio comparado
permitirían saber si estos principios tienen la generalidad necesaria para convertirse en fuente de derecho internacional.
b) Principios generales de derecho internacional: son principios inherentes a la comunidad internacional, o de relaciones entre
Estados. Son similares al derecho consuetudinario internacional, pero éste debe ser demostrado. Ejemplos de PGDI: que los
tratados prevalezcan sobre las leyes internas, que el Estado no pueda invocar su propia legislación para dejar de cumplir
una obligación internacional, que los cambios de un Estado no alteran las obligaciones internacionales de éste, el de la
libertad de comunicaciones marítimas, el de autodeterminación de los pueblos, el de la no intervención de un Estado en los
asuntos de otros, el de que todo Estado deba respetar los derechos humanos fundamentales, el de que los Estados no
pueden ser obligados a recurrir a un arbitraje, etc. Estos principios han sido reconocidos por la antigua “Corte Permanente
de Justicia Internacional”, también la actual CIJ la ha invocado en numerosas oportunidades, como en el asunto del “Canal
de Corfú”, u otros en relación a los DDFF.

La gran mayoría de los principios básicos de derecho internacional han sido reconocidos, ya sea en: la Carta de las Naciones Unidas,
la OEA, en resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en especial su resolución Nº2625 de 1970 titulada
“Declaración sobre los Principios de Derecho Internacional referente a las relaciones de amistad y a la cooperación entre Estados de
conformidad de la Carta de las Naciones Unidas”, en la que se recogen los Principios Básicos de Derecho Internacional”.

Ahora veremos la cuarta y quinta fuente de derecho internacional: las fuentes auxiliares (jurisprudencia y doctrina):

Las fuentes auxiliares no son fuentes autónomas, sino que existen para ayudar y auxiliar. Son la jurisprudencia y la doctrina:
a) Jurisprudencia: el art. 38 del Estatuto de la CIJ establece que “las decisiones judiciales son un medio auxiliar para la
determinación de las reglas de derecho”. Y en relación al art. 59, se lee que “la decisión de la Corte no es obligatoria sino
para las partes en litigio, y respecto al caso que ha sido decidido”.
Así, la jurisprudencia en derecho internacional tiene un rol intermedio entre el common law y un derecho escrito (como
Europa continental y América Latina), en cuanto si bien en derecho internacional los países no están obligados a seguir las
decisiones judiciales anteriores, la jurisprudencia sí cumple con una igual función en la formación y prueba de la costumbre
(que sí es importante).
La jurisprudencia en derecho internacional está constituido por las decisiones judiciales de los tribunales internaciones,
siendo el más importante la CIJ (reconocido como tal por el art. 92 de la Carta de las Naciones Unidas), también deben
considerarse las decisiones de su predecesora Corte Permanente de Justicia Internacional, y las sentencias pronunciadas
por los tribunales especiales (como los órganos jurisdiccionales de DDHH).
También, en un plano menor, las decisiones judiciales de tribunales nacionales en que frente a un tema de derecho
internacional se hayan pronunciado varias sobre la misma materia.
Así, la jurisprudencia es importante ya que: 1) es un medio de prueba de costumbre internacional y de PGD, 2) es utilizado
para interpretar el derecho positivo, y 3) permite la formación de derecho consuetudinario que a futuro podrá ser objeto de
codificación.
b) Doctrina: según el art. 38 del Estatuto de la CIJ, la doctrina es un “medio auxiliar para la determinación de las reglas del
derecho”. Se trata de las doctrinas de “los publicistas de mayor competencia de las distintas naciones”. En principio la
doctrina fue importante, pero luego fue pasado de autores a instituciones, por lo cual ya más se citan organismos como el
Instituto de Derecho Internacional o International Law Association, más que autores.

Ahora veremos la sexta fuente de derecho internacional: la equidad.

El concepto de equidad es la “aplicación de la justicia a un caso concreto”, y un sentido más estricto, se suele emplear el término
para contraponerlo al derecho positivo para indicar asuntos que deban ser resueltos con prescindencia de las fuentes formales de
derecho y sobre la base exclusiva de las consideraciones de justicia.
El art. 38 del Estatuto de la CIJ menciona a la equidad, al permitir a la Corte “decidir un litigio ex aequo et bono (de acuerdo con lo
correcto y lo bueno) si las partes así lo convienen”.

Es una fuente débil, los Estados tienen que estar de acuerdo. Es subsidiaria. La equidad no puede ser considerada como una fuente
autónoma. Es sólo fuente de derecho si las dos partes están de acuerdo de que se aplique equidad en vez de un tratado.

Clase Nº6 (28/03/2014)

Ahora veremos la séptima fuente de derecho internacional: las resoluciones de las organizaciones internacionales:

Existen dos tipos de resoluciones de organizaciones internacionales:


I) Las resoluciones que obligan los Estados en virtud de un poder conferido a la organización internacional por su tratado
constitutivo: son las más importantes, pues las resoluciones obligan en virtud de un tratado, confiriéndole
obligatoriedad a dichas resoluciones en función del tratado.
II) Aquellas normas dictadas por una organización internacional que declaran la vigencia o existencia de una norma
jurídica.

Además, las resoluciones de las organizaciones internacionales pueden ser de dos tipos:
I) Resoluciones de las organizaciones internacionales constitutivas de derecho (crean normas): ciertas resoluciones de
organismos internaciones que tienen peso como fuente de derecho son las de la OACI (Organización de la Aviación
Civil), la OMS (Organización Mundial de la Salud) que puede promulgar reglamentaciones sanitarias que pueden pasar
a ser obligatorias a los Estados miembros como reglas de epidemias y vacunación (excepto que los Estados se opongan
dentro de un determinado plazo), MERCOSUR, y las del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (las más
importantes) que según el art. 25 de la Carta de las Naciones Unidas son obligatorias para todos los miembros de la
organización. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha adquirido facultades legislativas, y ha dictado
resoluciones obligatorias contra el terrorismo (resolución Nº1373 y Nº1540 de los años 2001 y 2004 respectivamente),
la prohibición de comercio con países racistas, contra armas químicas y biológicas, etc.
II) Resoluciones de las organizaciones internaciones declarativas de derecho (confirman normas): como las de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, las resoluciones Nº1514 y Nº2625 sobre el derecho de la autodeterminación
de los pueblos, y Nº2131 y N2625 sobre el principio de la no intervención.

Ahora veremos la octava y última fuente de derecho internacional: los actos jurídicos unilaterales:

Son “actos jurídicos de un Estado que pueden tener efectos jurídicos sobre terceros además del Estado mismo”. El informe de la
Comisión de Derecho Internacional del año 2006 reconoce el acto unilateral del Estado como “una declaración unilateral, formulada
con la intención de producir determinados efectos jurídicos en virtud del derecho internacional”. El acto unilateral se dirige a un
Estado o a la comunidad internacional. El reconocimiento, protesta, notificación, promesa, renuncia (…etc.) son actos unilaterales.

Los tres elementos de los actos unilaterales:


I) Deben ser actos inequívocos de voluntad.
II) Debe tratarse de la expresión de 1 sólo Estado.
III) No debe estar subordinado a otro acto jurídico.

Clase Nº7 (31/03/2014)

Ahora veremos a profundidad la primera fuente del derecho internacional: los tratados internacionales.

Sobre la fuente del derecho de los tratados, en la actualidad su régimen se rige principalmente por la “Convención de Viena (capital
de Austria) sobre el Derecho de los Tratados” celebrada en 1969, y la “Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre
Estados y organizaciones internacionales, o entre organizaciones internacionales” entre sí, celebrada en 1986.

La Convención de Viena de 1986 definió al tratado como “Un acuerdo internacional regido por el derecho internacional y celebrado
por escrito: I) entre uno o varios Estados y una o varias organizaciones internacionales, o II) entre organizaciones internacionales, ya
conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular”.

Los elementos de los tratados internacionales:


 Es un acuerdo de voluntades expresado libremente.
 Debe ser celebrado por escrito
 Que sean sujetos de derecho internacional (Estados, organizaciones internacionales, etc.)
 Deben estar regidos por el derecho internacional (si están regidos por derecho interno, no son tratados, como por ejemplo
que un Estado venda un territorio a una embajada).
 Deberán crear efectos jurídicos (crear derechos y obligaciones, esto permite diferenciarlos de las declaraciones).
Las clasificaciones de los tratados internacionales:

a) De acuerdo al número de partes que intervienen:


a. Multilaterales: entre varios Estados.
b. Bilaterales: entre dos sujetos de derecho internacional, como OTAN.
b) De acuerdo a si permiten o no la incorporación de otros Estados:
a. Abiertos: permite la adhesión de otros miembros, ya sea en una forma amplia (a todos) o en forma restringida
(ejemplo: a una zona geográfica)
b. Cerrados: sólo entre los contratantes originales
c) De acuerdo a la función jurídica que desempeñan los tratados:
a. Tratados contrato: son aquellos que establecen prestaciones recíprocas a cargo de las partes contratantes, como
el “tratados de complementación económica”.
b. Tratados leyes: son aquellos que establecen una norma objetiva de derecho válida para todas las partes del
tratado, como la “Carta de las Naciones Unidas”.
d) De acuerdo al procedimiento de conclusión:
a. Tratados formales (procedimiento tradicional o clásico): requieren todos los trámites, es decir, negociación, firma,
ratificación, canje o depósito de los instrumentos de ratificación.
b. Acuerdos en forma simplificada (procedimiento simplificado o abreviado): no tienen todas las características de
los formales.

La capacidad para celebrar contratos (ius tractatum) es inherente a todo Estado independiente. Esa capacidad también la tienen las
otras personas de derecho internacional, como las organizaciones intergubernamentales, la Santa Sede, y en ciertos casos, los grupos
insurgentes reconocidos como beligerantes. Por ejemplo Puerto Rico no puede hacer acuerdos internacionales con otros Estados
porque depende de Estados Unidos.
Si son reconocidos por la comunidad internacional como capaces, pueden hacer tratados los cantones, provincias y Estados que
forman parte de un Estado compuesto o federal, mientras lo permita la Constitución, “Y siempre que no se opongan a las políticas
exteriores del Estado” (según Argentina). En Chile sólo puede el presidente. Ocurrió que un alcalde de Chile fue a Beijing e hicieron
“acuerdos” de buena fe o amabilidad, lo cual no generó problemas (de hecho, se hace), aunque tales acuerdos no pueden ir contra la
ley y su efecto es dudoso.

El procedimiento de conclusión (elaboración) de tratados internacionales está revestido de cierto grado de formalidad, pero el
derecho internacional no ha previsto un procedimiento único al cual los Estados rígidamente deben someterse para celebrar un
tratado.
Se pueden destacar tres procedimientos de conclusión:
a) Procedimiento tradicional o clásico (formales):
Constituido por el cumplimiento de las siguientes etapas para que el tratado quede perfeccionado: a) negociación y
adopción del texto del tratado, b) firma del tratado, c) ratificación, d) canje o depósito de los instrumentos de ratificación.
I. Negociación: corresponde a los trámites y negociaciones previas a la adopción del tratado. La negociación si es
bilateral se hace en algunas sede, y está compuesto por los ministros de RREE o funcionarios de RREE, con un
representante o comitiva de la otra parte, y técnicos sobre la materia si corresponde. No existe una forma rígida
durante esta etapa.
Para negociar un tratado se requiere de “plenos poderes”, el cual está definido en el art. 2 letra “c” como
“documento que emana de la autoridad de una o varias personas para representar al Estado en la negociación, la
adopción o la autenticación del texto de un tratado, para expresar el consentimiento del Estado en obligarse por
un tratado, o para ejecutar cualquier otro acto con respecto a un tratado. No requieren de plenos poderes: el Jefe
de Estado, el Jefe de Gobierno, los Ministros de RREE, y el Representante permanente del país, ya que ellos se
entienden tienen el poder. Los plenos poderes se piden para negociar y firmar un a todos los demás que no fueron
mencionados.
Ordinariamente el tratado consta de un preámbulo (motivos para celebrar el tratado), una parte dispositiva (la
materia del tratado redactado en artículos), y cláusulas finales (posibilidad de adhesión o de reserva, la ratificación,
la entrada en vigor, etc.).
II. Firma del tratado: requiere de los plenos poderes excepto por parte de las personas mencionadas anteriormente.
La firma por sí mismo no obliga a los Estados, excepto cuando quede estipulado lo contrario, pero sí general
ciertos efectos jurídicos como la obligación de no desarrollar una conducta incompatible con lo firmado, o de no
frustrar el objeto del tratado antes de que este entre en vigencia.
III. Ratificación: el Estado hace constar en el ámbito internacional su voluntad de obligarse por el tratado. En Chile
quien debe ratificar los tratados es el Presidente previa aprobación del congreso, lo que permite además que este
último participe. La ratificación es discrecional.
IV. Canje o depósito de los instrumentos de ratificación: en los tratados bilaterales, el perfeccionamiento del mismo
se logra luego del canje (intercambio) de los instrumentos de ratificación, momento en el cual el tratado entra en
vigencia.
En los tratados multilaterales, el perfeccionamiento se logra luego del depósito del instrumento de ratificación
ante un depositario que se designa en el propio tratado, generalmente el Gobierno de una de las partes
contratantes o la Secretaría General de una organización internacional bajo cuyos auspicios se ha negociado el
tratado. El tratado entra en vigencia para las partes que han depositado el instrumento, o bien desde que un
cierto número de depósitos, según lo establecido en el mismo tratado, hayan sido realizados.

b) Procedimiento simplificado o abreviado:


Se suprime la ratificación, canje/depósito; y el tratado entra en vigor a contar de I) su firma, o II) un intercambio de los
textos que constituyen el tratado, quedando el tratado perfeccionado con un mero cambio de notas (como una carta de un
ministro de RREE a otro que demuestre su aceptación al tratado).
Que sea un procedimiento simplificado o formal depende más que del contenido o de la naturaleza del tratado, de las
exigencias constitucionales internas de los Estados que los celebran.

c) Adhesión:
La adhesión o accesión es el acto jurídico por el cual un Estado que no es parte de un tratado se incorpora a él mediante
una declaración formulada de conformidad con una cláusula del mencionado tratado que lo autoriza para hacerlo. La
adhesión significa que no se realizarán las primeras etapas, pero sí se necesitan la firma y el depósito.

Sobre la adopción de los tratados multilaterales, estos pueden ser adoptados en conferencias internacionales convocados con ese
preciso propósito (no se exige una unanimidad, pero sí un quórum determinado que en general es de 2/3, según lo contempla el
Reglamento de la Asamblea General de las Naciones Unidas), o pueden ser adoptados también por organizaciones internacionales
(como la Asamblea General de las Naciones Unidas, o la OEA, o en el seno de la Conferencia Internacional del Trabajo que es el
órgano planetario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que tiene competencia para elaborar y adoptar convenios en
materia laboral).

Sobre el registro y publicidad del tratado, en el art. 102 de la Carta de las Naciones Unidas, para que tengan publicidad los tratados y
no sean secretos, estos deben ser registrados en la Secretaría General de las Naciones Unidas y publicada por ésta. Si no se publican,
no son nulos, pero no pueden ser invocados.

Clase Nº8 (02/04/2014)

Sobre la entrada en vigor de los tratados, en el art. 24 de la Convención de Viena, el tratado entra en vigor de la manera y en la fecha
que en él se disponga o que acuerden los Estados negociadores. En los tratados bilaterales generalmente entran en vigor cuando se
intercambian los instrumentos de ratificación, en cambio en los tratados multilaterales, cuando se deposita un número significativo
de instrumentos de ratificación.
La misma Convención de Viena, en el art. 25, dice que la entrada en vigor puede ser provisionalmente, antes de la entrada en vigor
definitiva, si así lo dispone el tratado.

Ahora veremos la conclusión de los tratados en el derecho constitucional chileno.

La CPR chilena actual, del año 1980 modificada el 2005 por Lagos, dice en el art. 32 Nº15 que quien tiene la función de negociar,
ratificar y conducir las RREE es el Presidente de la República, en general a través del Ministro de Relaciones Exteriores. En Chile
también participa el Congreso Nacional que, según el art. 54 Nº1, tiene la facultad de aprobar los tratados antes de su ratificación por
el Presidente. El Congreso puede aprobar o desechar, pero no modificar el contenido del tratado, fuera de eso los trámites de
aprobación de un tratado son iguales al de la ley. Diferentes tratados requieren un diferente quorum parlamentario, según la materia.

Además, en el mismo art. 54 se señalan ciertas facultades extras del Congreso en materia de tratados, como la posibilidad de sugerir
la formulación de reservas y declaraciones interpretativas (54 Nº1.3), manifestar su opinión respecto a la denuncia o el retiro de un
tratado que el Presidente de la república efectúe en el caso de que el tratado haya sido aprobado por el Congreso (54 Nº1.6), etc.

La Constitución establece dos excepciones que permiten que un tratado entre en vigor sin aprobación del Congreso, estas son:
1. Los acuerdos que se celebren para el cumplimiento de un tratado en vigor, a menos de que se trate de materias propias de
ley: por ejemplo, el tratado de Montevideo que estableció la ALADI, Chile no tuvo que recurrir a la aprobación del Congreso
para tratar con otros países miembros de la ALADI (México, Argentina Bolivia, Venezuela, Colombia y Ecuador; o el Tratado
sobre la Solución de Controversias; Tratado sobre Paz y Amistad entre Chile y Argentina; tratados “marco” comerciales, etc.
2. Los tratados celebrados por el Presidente de la República en ejercicio de su potestad reglamentaria: mientras no sea de
materia de ley, por ejemplo el tratado para que el cónyuge del diplomático pueda trabajar.

Sobre la vigencia interna de los tratados, en Chile los tratados son vigentes desde que son promulgados por decreto supremo y
publicado en el diario oficial, incluso en tratados que no son aprobados en el congreso. Esto a diferencia de los tratados
internacionales, que son vigentes desde que se canjean o depositan los instrumentos de ratificación.

Ahora veremos las reservas de los tratados:

Según el art. 2 “D” de la Convención de Viena de 1969, una reserva es “Una declaración unilateral, cualquiera que sea su enunciado
o denominación, hecha por un Estado al firmar, ratificar, aceptar o aprobar un tratado o adherirse a él, con objeto de excluir o
modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado en su aplicación a ese Estado”.

La finalidad práctica de la reserva, es lograr una mayor difusión de los tratados multilaterales, haciendo posible que un Estado que no
esté de acuerdo con algún punto secundario, o bien que no pueda ratificar el tratado en función de su derecho interno, pueda ser
parte del tratado. El Estado podrá no estar de acuerdo con un punto de un tratado siempre que no sea incompatible para el objeto y
fin del tratado. La reserva sólo existe en tratados multilaterales, siempre que no esté prohibido por el mismo tratado, y antes de que
entrara en vigor.

Al principio, la reserva requería de la aceptación unánime de las otras partes para que esta pueda ser aceptada, pero luego tras un
cierto tratado sobre el genocidio, muchos Estados hicieron reservas, así tras consultárselo a la CIJ, este órgano respondió que no era
necesaria la aceptación unánime, lo que fue codificado en la Convención de Viena.

Sobre la procedencia de las reservas, éstas sólo proceden de los tratados multilaterales, y según el art. 19 de la Convención de Viena,
existen ciertas situaciones en que no es posible formular reservas:
a) Cuando la reserva está prohibida por el tratado
b) Cuando el tratado dispone que únicamente pueden hacerse determinadas reservas
c) Cuando la reserva sea incompatible con el objeto y el fin del tratado.

Sobre los efectos de las reservas, existen tres actitudes que puede asumir un Estado ante la reserva de otro Estado:
a) Aceptarla: si acepta, no hay problema. Se excluyen o modifican las disposiciones del tratado objeto de la reserva.
b) Objetarla: no basta con manifestarla, hay que también manifestar positivamente (inequívocamente) su intención de no
querer llegar a ser parte del tratado con respecto al Estado autor de la reserva. En este caso no existirá ninguna vinculación
respecto a la totalidad del tratado entre el reservante y el Estado que ha objetado la reserva. Ejemplo: tratado de Bogotá
(Tratado Americano sobre Soluciones Pacíficas, de 1948) en que Chile ratificó el tratado con la reservas, al igual que Bolivia,
Argentina, Estados Unidos, etc.
c) No expresar nada: según el art. 20.5 de la Convención de Viena, si un Estado no dice nada en 12 meses luego de la
notificación de la reserva, se entiende que la acepta.
Aora veremos la aplicación y los efectos de los tratados:

Sobre la aplicación de los tratados en el tiempo y el espacio, los tratados se aplican respecto a actos o hechos posteriores a la fecha
de su entrada en vigor (irretroactividad de los tratados, art. 28 de la Convención de Viena), excepto si el tratado lo permite; y su
validez espacial se encuentra limitada al territorio de cada una de las partes del tratado (art. 29 de la Convención de Viena), excepto
en casos excepcionales que limitan el tratado a una parte del territorio como ocurría con las “cláusulas coloniales” por las cuales un
tratado no tenía valor para las colonias del Estado o sus territorios en ultramar.

Sobre los efectos de los tratados para las partes y para terceros Estados: para las partes el tratado es obligatorio en base a la norma
pacta sunt servanda, recogida en el art. 26 de la Convención de Viena.
Sobre los terceros Estados, en principio no obligan a los terceros sin su consentimiento (art. 34 de la Convención de Viena).
Excepciones: la Carta de las Naciones Unidas; o bien, cuando el tratado afecta a un tercero beneficiándole, como la libertad de
navegación por el Estrecho de Magallanes por todos los Estados del mundo, por parte de Chile.

Sobre la cláusula de la nación más favorecida, esta establece que “dos o más Estados se comprometen a beneficiarse
recíprocamente del trato más favorable que hubiesen acordado o que en el futuro acuerden a terceros Estados”, es decir, que
habrán reglas parejas para todos los Estados, o sea, que los beneficios que se aplican a dos Estados, deben ser al menos tan buenas
para un tercer Estado.
Por ejemplo, si el país A y B son parte de un tratado sobre rebaja arancelaria de un 20%, y se agrega un tercer Estado C con el que el
Estado A acuerda una rebaja arancelaria de 30%, se entenderá tácitamente que esa rebaja de 30% también correrá para el Estado B.
Es más comúnmente utilizado en acuerdos comerciales, aduaneros y de integración económica.

Clase Nº9 (04/04/2014)

Ahora veremos la interpretación de los tratados:

La interpretación de un tratado consiste en precisar el sentido y alcance de sus términos. Interpretarán los tratados los propios
Estados a través de sus órganos estatales: Poder Ejecutivo (generalmente el Ministerio de RREE a través de su dirección o Asesoría
Jurídica), Legislativo (en el caso que mediante una ley se precise el sentido y alcance jurídico del tratado), y Judicial (cuando los
tribunales interpretan un tratado como parte del orden jurídico del Estado).
También pueden interpretar los órganos interestatales, de cuales emanan la única interpretación jurídico-internacional, como
aquellas que provienen de un tribunal internacional (que tiene fuerza sólo para las partes litigantes).

Existen dos métodos de interpretación:


a) Objetivo: analizar el texto objetivamente, utilizando los elementos gramatical y lógico.
b) Subjetivo: intentar averiguar cuál fue la intención de las partes, a través de los antecedentes históricos y la conducta
posterior de las partes

Sobre las reglas de interpretación, estas están contenidas en los art. 31 y 32 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados. En ellas se existe una evidente preferencia por el método objetivo. Existen 6 reglas fundamentales contenidos en estos dos
artículos (no tienen jerarquía, pero el 1ro es el más importante):
1. La del sentido corriente de los términos del tratado: significa recurrir al sentido corriente, natural y obvio, del tratado.
2. La de utilización del contexto: el preámbulo, los acuerdos de las partes sobre el tratado, partes interrelacionados del
tratado, etc.
3. La de compatibilidad con el objeto y fin del tratado: qué sentido y fin tienen el tratado.
4. La de la conducta ulterior de las partes: cómo las partes han aplicado el tratado, cómo ha sido la conducta de las partes en
la controversia. Este punto es tomado fuertemente en consideración por la CIJ (por ejemplo: la conducta de los Estados de
Honduras y Nicaragua).
5. La de aplicación de normas pertinentes del tratado y las circunstancias de su celebración: estas normas deben ser tomadas
en cuenta para interpretar tratados. Corresponden a la utilización de otras fuentes de derecho internacional en la
interpretación de un tratado, como otro tratado, una costumbre o un PGDI adoptados por las partes del tratado.
6. La de la utilización de los trabajos preparatorios del tratado y las circunstancias de su celebración: es similar a la “historia
fidedigna de su establecimiento”, y esta es la única de carácter subjetivo.
Sobre la interpretación de un tratado redactado en dos o más idiomas, en los tratados bilaterales, éstos son redactados por los dos
países en ambos idiomas, y ambos tienen el mismo valor. Ante controversias, se ve qué versión es la correcta. En multilaterales hay
idiomas oficiales: inglés, francés, español, chino mandarín, ruso y árabe.
Sobre la interpretación de los tratados ante controversias, la Convención de Viena establece que “se adoptará el sentido que mejor
concilie estos textos, habida cuenta del objeto y fin del tratado”.

Sobre la interpretación de los tratados de DDHH, las normas sobre interpretación de tratados también se aplican a éstas. Sin
embargo, se han agregado normas adicionales para la interpretación de dichos tratados, como el art. 29 de la Convención
Americana sobre los Derechos Humanos bajo el título “Normas de Interpretación”, estableciendo que las normas de los tratados de
DDHH no pueden interpretarse en el sentido de que se limiten o suprimen el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas
en dicha Convención o por los Estados, entre otras.
Existen estas reglas especiales en interpretación de tratados de DDHH, pues las obligaciones de los tratados de DDHH no son para
con otros Estados, sino para las personas del país.

Clase Nº10 (07/04/2014)

Ahora veremos la enmienda y modificación de los tratados:

Un tratado bilateral sólo puede enmendarse por acuerdo de ambas partes, bajo la norma pacta sunt servanda. Pero en tratados
multilaterales, la enmienda requiere la aceptación de 2/3 partes para la enmienda del tratado.

Según el art. 40 Convención de Viena, la enmienda de un tratado multilateral se rige por lo que el mismo tratado disponga, pero de
forma supletoria, señala que las partes deben ser debidamente informadas de las propuestas de enmienda, y que las enmiendas no
obligan a los Estados que no la acepten.

Sobre los acuerdos para modificar tratados multilaterales sólo entre algunas de las partes (y no entre todas), el art.41 Convención
de Viena establece que sí se puede mientras el tratado lo contemple o al menos que no esté prohibida, y que no afecte el disfrute de
derecho de las demás partes ni el objeto y fin del tratado. Además de la debida notificación a las otras partes.

Sobre la modificación de un tratado por la práctica ulterior de las partes, actualmente las prácticas ulteriores no constituyen más
que un elemento interpretativo del contrato, pero no tienen la fuerza de modificarlo, a diferencia de lo que la Comisión de Derecho
Internacional planteó en su momento. Esto fue regulado en la Convención de Viena.

Ahora veremos la validez y nulidad de los tratados:

En los sistemas jurídicos de derecho interno por lo general se hace deprender la validez de un acto jurídico del cumplimiento de los
siguientes requisitos:
a) Capacidad de las partes
b) Consentimiento exento de vicios
c) Objeto lícito

En la Parte V de la Convención de Viena, se incluyen disposiciones que hacen referencia a la validez de los tratados, pero estos no se
conceptualizan enteramente.

Con respecto a la capacidad, el art. 5 de la Convención de Viena señala que “Todo Estado tiene capacidad para celebrar tratados”. En
el art. 6 reconoce tal capacidad también a las organizaciones internacionales.

Sobre objeto lícito, la Convención no señala nada al respecto, pues la licitud de objeto se desprende de otras normas, relativas al ius
cogens y a la aplicación de tratados sucesivos incompatibles.

Sobre los vicios de consentimiento, la Convención las ha incluido junto a otras causales de nulidad.
Sobre las restricciones para impugnar la validez de un tratado, la Convención ha incorporado ciertas limitaciones en pos de la
estabilidad de los tratados, estableciendo “disposiciones generales sobre la nulidad, terminación y suspensión de la aplicación de los
tratados” (art. 42-45 Convención de Viena): que la validez u obligaciones no puedan ser impugnadas sino por la aplicación de la
Convención de Viena; que no pueda anularse, terminarse o suspenderse un tratado sino por la aplicación de la Convención; que la
nulidad, terminación, retiro o suspensión de un tratado no menoscaben los deberes del Estado a someterse al derecho internacional;
que la denuncia, retiro o suspensión no puedan hacerse sino de la totalidad del tratado salvo ante violación grave o que el tratado lo
señale; se pierde el derecho a alegar ciertas causales de nulidad (nulidad relativa) si el Estado, luego de haber tenido conocimiento
de los hechos, ha convenido expresamente que el tratado es válido.

Sobre la nulidad de los tratados, esta es la sanción mediante la cual se le priva de sus efectos jurídicos.
La distinción entre nulidad absoluta y relativa están implícitas en la Convención de Viena.

a) Nulidad relativa: sólo se le autoriza a la parte interesada alegar, por lo que si ello no ocurre, el tratado sigue produciendo
todos sus efectos.

Son causales de nulidad relativa:


a. Violación del derecho interno concerniente a la competencia para celebrar tratados: por ejemplo que el
Presidente de la República ratifique un tratado sin haber sido aprobado por el Congreso (“ratificaciones
imperfectas”). El art. 46 de la Convención de Viena señaló que un Estado no puede alegar como vicio de
consentimiento que el tratado haya sido concluido en violación a una disposición de su derecho interno
concerniente a la capacidad para celebrar tratados, a menos que “esa violación sea manifiesta y afecte a una
norma de importancia fundamental de su derecho interno” (como la CPR).

b. Inobservancia de una restricción específica de los poderes para manifestar el consentimiento de un Estado:
según el art. 47 de la Convención de Viena, un Estado sólo podrá alegar la nulidad de un tratado en los casos en
que un representante cuyos poderes se encuentran sometidos a determinadas condiciones o limitaciones para
manifestar el consentimiento de su Estado en obligarse por un tratado, se excedan de sus atribuciones y no
observe las restricciones que le han impuesto y que, además, tales limitaciones hayan sido notificadas con
anterioridad a los demás Estados negociadores.

c. Error: el error es la ignorancia o equivocación que se tiene sobre una situación de hecho o una materia de derecho.
El error de derecho no se puede aducir jamás en el derecho internacional. El error de hecho está considerado en
una sola causal, contenida en el art. 48, y es cuando “el hecho o situación se diera por supuesta por ese Estado en
el momento de la celebración del tratado, y constituyera una base esencial en su consentimiento en obligarse”

d. Dolo: definido en art. 49, el dolo ocurre cuando “un Estado ha sido inducido a celebrar un tratado por la conducta
fraudulenta de otro Estado negociador, podrá alegar el dolo como vicio de consentimiento en obligarse por el
tratado”.

e. Corrupción del representante del Estado: definido en el art. 50, la corrupción del representante ocurre cuando “el
consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se obtiene mediante la corrupción de su representante,
efectuada de forma directa o indirecta por otro Estado negociador, aquel Estado podrá alegar corrupción como
vicio de consentimiento en obligarse por el tratado”.

b) Nulidad absoluta: no pueden ser saneados por el consentimiento o comportamiento del Estado afectado.

a. Coacción sobre el representante de un Estado: reconocida como tal en el art. 51 de la Convención. Uno de los
casos más emblemáticos fue la coacción contra la persona del Presidente de Checoslovaquia, Email Hácha, por
parte del Tercer Reich (Alemania). Ese tratado fue considerado nulo por el Tribunal Militar de Nuremberg.

b. Coacción sobre un Estado para la amenaza o el uso de la fuerza: reconocida como tal en el art. 52 de la
Convención. Se verifica en tratados concluidos mediante el uso o la amenaza de la fuerza contra el Estado mismo,
como más habitualmente ocurre en los tratados de paz impuestos por el vencedor sobre el vencido al cabo de una
guerra. La fuerza debe ser física o militar. Sobre la temporalidad, los tratados celebrados con anterioridad a 1919
(o sea, anteriores al Pacto de la Sociedad de las Naciones) que hayan sido realizados por la fuerza no serán nulos
pues en aquellos tiempos la fuerza no estaba prescrita; posteriores a 1945 sí serán nulos; y entre 1919 y 1945 será
relativo (dependerá del caso particular).

c. La oposición a normas de ius cogens: el art. 53 de la Convención señala serán nulos los tratados que, en el
momento de su celebración, estén en oposición con una norma imperativa de derecho internacional general (ius
cogens). Una norma imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la
comunidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario (ejemplo:
piratería, tráfico de esclavos) y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional
general que tenga el mismo carácter. Antes del ius cogens, los Estados podían obligarse sobre cualquier materia

Sobre las consecuencias de la nulidad, el art. 69 se refiere a éstas exceptuando la oposición a la norma de ius cogens, y el art. 71 de
la Convención de Viena se refiere exclusivamente a la oposición a una norma de ius cogens.
En conformidad al art. 69, las disposiciones de todo tratado cuya nulidad ha sido determinado por la Convención carecen de fuerza
jurídica (no pueden ser invocados como derecho), excepto “aquellos actos que fueron ejecutados de buena fe, estos no resultan por
sí ilícitos”, salvo que se trate de tratados nulos por dolo, corrupción y fuerza. Sobre los tratados que se opongan a la ius cogens, estos
serán nulos, y además las partes deberán eliminar en lo posible las consecuencias de tales actos y ajustar sus relaciones mutuas a la
norma imperativa de derecho internacional general.

Clase Nº11 (09/04/2014)

Ahora veremos la terminación y suspensión de los tratados:

La terminación de un tratado es la cesación de sus efectos. En otras palabras, dejan de ser exigibles sus derechos, obligaciones y
situaciones jurídicas que de él emanan.

Existen dos tipos de causales:


a) Intrínsecas: (Convención de Viena art. 54 “A”) la causa consta en el mismo tratado, que son:
I. El cumplimiento de un plazo: el tratado regirá hasta que se cumpla un plazo, excepto si existen cláusulas
automáticas de prórroga.
II. Una condición resolutoria: ante el cumplimiento de una condición resolutoria, el tratado expira. Ejemplo: el Pacto
de Varsovia, entre los países del bloque este para contrarrestar la OTAN, contenía la condición resolutoria que
decía “si se establece un tratado de seguridad colectiva con todos los países de Europa, el Pacto de Varsovia
cesará”.
III. La denuncia de un tratado: la manifestación unilateral de una de las partes a no seguir obligado al tratado. Como
regla general, no se autoriza a las partes denunciar el tratado, excepto si la posibilidad está contenida en él o
puede deducirse de su naturaleza. Las denuncias pueden ser en tratados bilaterales (ponen fin al tratado) o
multilaterales (se retira del tratado el denunciante, pero sigue vigente para el resto, a menos que la naturaleza o la
intención del tratado hace que no se pueda.

b) Extrínsecas: la causa surge del derecho internacional general, que son:


I. El mutuo consentimiento u “abrogación expresa”: las partes, por mutuo consentimiento, deciden dar por
terminado el tratado, celebrando a tal objeto otro tratado con esa específica finalidad.
II. La celebración de un tratado posterior sobre la misma materia u “abrogación tácita”: cuando todas las partes
celebran posteriormente otro tratado sobre la misma materia, dando entender que el nuevo tratado regirá sobre
el antiguo, o bien cuando las disposiciones del nuevo tratado son incompatibles con las del tratado anterior.
III. La violación de un tratado: debe ser una violación grave de un tratado. Puede ser una violación grave de un
tratado bilateral o unilateral; en bilateral permitirá a la otra parte alegar su terminación o suspensión; en tratados
multilaterales facultará a las otras partes de dar terminado o suspender su aplicación para con la parte que violó el
tratado, o para con todas las partes, extinguiéndose el tratado. Las causales de violación “grave” están definidas
en el art. 60.3 de la Convención de Viena, como a) Un rechazo del tratado no admitido por la presente Convención,
b) La violación de una disposición esencial para la consecución del objeto y fin del tratado.
IV. La imposibilidad subsiguiente de cumplimiento: un tratado puede terminar si resulta imposible ejecutarlo en
razón de la desaparición o destrucción definitiva de un objeto indispensable para su cumplimiento, como por
ejemplo la desaparición de una isla o la desecación de un río que constituía el objeto regulado por el tratado. La
CIJ ha señalado que esta causal de terminación de un tratado no procede si la imposibilidad de cumplimiento es
consecuencia de la conducta del Estado que invoca la causal. Es similar al tratamiento que da el CC sobre la
desaparición del objeto o cuerpo cierto en contratos.
V. El cambio fundamental de las circunstancias (rebus sic standibus): la variación de las circunstancias en
consideración a las cuales se celebró el tratado puede conducir a su terminación. Similar a la teoría de la
imprevisión del derecho civil. Este está regulado en art. 62 de la Convención de Viena, admite dos circunstancias:
i. Que la existencia de esas circunstancias constituyera una base esencial del consentimiento en obligarse
por el tratado
ii. Ese cambio tenga por efecto modificar radicalmente el alcance de las obligaciones que todavía deban
cumplirse en virtud del tratado.
Tiene poca aplicación, incluso la misma Convención estableció que el cambio fundamental de las circunstancias no
podrá ser alegado si el tratado establece una frontera o si el cambio de la circunstancia resulta de una violación
por parte de quien lo alega.
El caso del proyecto Gabcikovo-Nagymaros en el Danubio, entre Hungría y Eslovaquia, Hungría sostuvo que el
tratado para la construcción y operación conjunta en el río Danubio debía terminar a causa de los cambios
circunstanciales fundamentales, debido al cambio político y a las nuevas consideraciones medioambientalistas. La
CIJ rechazó esas argumentaciones pues tales circunstancias debieron ser imprevistas, y las circunstancias al
momento de la celebración del tratado debieron ser la base esencial del mismo.
VI. La aparición de una nueva norma imperativa de derecho internacional general (ius cogens emergente): dispuesto
en el art. 64 de la Convención de Viena, el nacimiento de un ius cogens (una norma imperativa de derecho
internacional general) puede anular el tratado si éste se encuentra en oposición a dicha norma.

Clase Nº12 (11/04/2014)

Sobre las consecuencias de la terminación de un tratado, estas están contenidas en el art. 70 de la Convención de Viena, y la
principal es que las partes quedan eximidas de la obligación de seguir cumpliendo el tratado, pero a diferencia de la nulidad, no
afectan las obligaciones y derechos vigentes anteriores al tratado (el tratado no se retrotrae en la terminación, en la nulidad sí).

Sobre la suspensión de los tratados, esta significa que el tratado dejará de producir efectos jurídicos durante un cierto lapso de
tiempo. La suspensión puede entenderse, por ende, como una terminación temporal. En algunos tratados multilaterales, la infracción
de un tratado da suspensión o terminación del tratado, o la suspensión por mutuo acuerdo.

Sobre el procedimiento respecto de la nulidad, terminación y suspensión de los tratados, estas están contenidas en los art. 65, 66,
67 y 68 de la Convención, que señalan que las partes que aleguen la nulidad, terminación o suspensión de un tratado, deberán
notificarlo por escrito a las demás de su pretensión adjuntando las medidas propuestas respecto del tratado y las razones en que ésta
se funda. Si dentro de tres meses ninguna parte formula objeciones, la parte que haya hecho la notificación podrá adoptar las
medidas por ella propuesta. Si cualquiera de las demás partes ha formulado objeción, las partes deben convenir en buscar un arreglo
pacífico. Si han transcurrido 12 sin arreglo desde la fecha de la objeción, se procederá a la conciliación. Esta conciliación no es
vinculante (obligatoria) para los Estados.
Ver reserva de Bolivia del Pacto de Bogotá, en cuanto dicho país señaló en su reserva que "se considera que los procedimientos
pacíficos pueden también aplicarse a las controversias emergentes de asuntos resueltos por arreglo de las Partes, cuando dicho
arreglo afecta intereses vitales de un Estado". La reserva fue aceptada
Clase Nº13 (14/04/2014)

Ahora veremos las relaciones entre el derecho internacional y el derecho interno:

Históricamente, existieron dos corrientes que intentaban explicar la relación entre derecho internacional y derecho interno:
a) Dualistas: señalaban que el derecho interno y el derecho internacional son ambos independientes, pues el derecho interno
rige dentro del Estado, y el derecho internacional sólo rige el derecho entre los Estados.
b) Monistas: señalaban que el derecho interno y el derecho internacional no son más que parte de un mismo derecho que se
relaciona. Esta corriente es la más aceptada actualmente.

Ante tales debates, surgieron tres interrogantes:


1. ¿Cuál es el campo del derecho internacional y del derecho interno?:
El derecho internacional tiene su propio campo, y si el derecho interno quiere pasar a regular asuntos de derecho
internacional, pasa a prevalecer el derecho internacional. Por ejemplo: los límites territoriales de soberanía, los Estados que
quisieron regirlos por su derecho interno finalmente fueron ellos los que salieron perdiendo.
El derecho internacional tiene a su vez su campo propio. La misma Carta de las Naciones Unidas en su art. 2 Nº7 señala que
ninguna de las disposiciones de la Carta podrá autorizar a la ONU a intervenir en asuntos internos; la OEA plantea algo
similar. La verdad, según Kelsen, es que “ningún asunto por su naturaleza puede ser únicamente regulado por el derecho
interno”.
Los DDHH solían ser un tema de derecho interno, pero ahora es fuertemente regido por el derecho internacional, ambos
regulan los DDHH.
No existen normas internaciones que regulen la entrada de extranjeros en un país, pero existen normas que se le
relacionan: la no discriminación de extranjeros, etc. También la corrupción, que antes era materia de derecho interno,
ahora hay convenciones internacionales sobre ello.

2. ¿Cómo se incorpora el derecho internacional?


Existen dos grandes doctrinas:
a. Dualistas: sus más grandes exponentes fueron el alemán Heinrich Triepel, y el italiano Dionisio Anzilotti. De acuerdo
con esta teoría, el derecho internacional y el derecho interno constituyen dos sistemas jurídicos independientes y
separados, que regulan diferentes materias, los que nunca llegan a confundirse por lo cual no puede plantearse un
conflicto entre ellos. Así el derecho interno regula los asuntos internos, y el derecho internacional regula las
relaciones entre Estados. Dicen que los países deben incorporar el derecho internacional a través de una ley, así éste
debe ser transformado en derecho propio.
Un caso ocurrido en Chile, el de los barcos daneses versus el Fisco, desestimó esta teoría, en cuanto nuestra Corte
Suprema decidió que “el derecho internacional debía regir también para el derecho interno”.
b. Monistas: su más grande expositor el Hans Kelsen. La tendencia actual confirma esta teoría, aunque algunos pocos la
confirman. Incluso algunas Constituciones reconocen que el derecho internacional rige en el derecho interno.
En esta concepción, el derecho internacional no sólo rige las relaciones entre los Estados, sino también es parte
integrante del ordenamiento jurídico de estos, sin que sea necesario transformarlo en derecho interno.

3. ¿Cómo coexisten en jerarquía y cuál prevalece ante un conflicto entre ambos?


Ante conflictos entre derecho interno y derecho internacional (problema que sólo puede suscitarse en definiciones monistas),
prevalece el derecho internacional, según lo estipulado en el art. 27 de la Convención de Viena: “Un Estado no puede invocar
sus normas de derecho interno para dejar sin efecto el derecho internacional”. O sea, siempre va a prevalecer el derecho
internacional
Qué soluciones existen:
a. El valor supraconstitucional de los tratados internacionales: no es muy utilizada. Ejemplos de Estados que la aceptan:
Holanda, Perú, Honduras. “Si existe tratado, estos países modificarán su Constitución”.
b. El valor constitucional: la Constitución y los tratados internacionales valen lo mismo. En general, estos aplican para
los tratados de DDHH y no para otros tratados, ejemplo: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay.
c. El valor supralegal: e infraconstitucional, como España, Francia y Argentina (este último sólo a tratados que no versen
sobre DDHH).
d. El valor legal: el mismo valor que las leyes, predominando el posterior de los dos.
Clase Nº14 (16/04/2014)

Ahora veremos las relaciones entre el derecho internacional y el derecho interno en el sistema jurídico chileno.

Si bien no existe ninguna disposición general que se refiera a la incorporación del derecho internacional al orden jurídico chileno y el
valor jerárquico que se le atribuye. El más cercano es el art. 5.2 de la CPR.
A la falta de legislación, han sido la jurisprudencia y la doctrina quienes se han encargado de precisar las relaciones entre el derecho
internacional y el derecho interno. Estas dicen que el derecho internacional sí rige en Chile. Además, que existen normas de derecho
internacional que rigen no sólo las relaciones entre Estados, sino también el derecho interno.
El caso más emblemático es la de Lauritzen contra el Fisco (1955), más conocido como el de “los barcos daneses”. Chile realizó la
requisición de 5 naves de propiedad de la empresa danesa (lo que no es discutible), pero el problema surgió a la hora de la
indemnización. Los demandantes cobraron al Fisco una elevada suma de dinero, sustentándose en el derecho internacional
consuetudinario. Por otro lado, el Fisco invocó dos leyes chilenas aduciendo que tal conflicto debía resolverse por el derecho interno
porque “sólo los Estados son los verdaderos sujetos de derecho internacional”. La Corte Suprema falló a favor de los barcos daneses,
en cuanto “aún en el supuesto de que pudieran tener aplicación las leyes internas, los principios de derecho internacional tienen
prevalencia en estos casos”.
También se citó el caso de Cuba.
Los tratados bilaterales serán vigentes según lo establecido en el mismo tratado, pero lo común es que sea desde el momento del
canje o intercambio de los instrumentos de ratificación. En tratados multilaterales también depende del texto del tratado, pero lo
común es que sea vigente luego de ciertos días después de que se haya realizado un cierto número de depósitos de instrumento de
ratificación.
En Chile es vigente luego de la promulgación por Decreto Supremo y publicación en el diario oficial, lo que es peligroso si se deposita
pero luego internamente se deja sin efecto, lo que puede ir contra Chile. Esto es válido sólo en tratados que no sean de DDHH, ya
que éstos no crean derecho para con otros Estados, sino para con su gente.

Sobre la jerarquía, es importante saber qué prima en un conflicto entre CPR, TTII y ley. El art. 54 habla sobre la ratificación de los
tratados. Actualmente, tras la reforma constitucional, una ley no puede derogar el tratado, por lo tanto estos son suprealegales,
excepto (según art. 5.2 CPR) ante tratados de DDHH ratificados por Chile y vigentes, que tienen rango constitucional. En el art. 93
CPR Nº1 y Nº2, el Tribunal Constitucional es quien decide sobre la legalidad de los tratados.

Apéndice:

Organización de las Naciones Unidas (ONU): es la mayor organización internacional existente. Se define como una asociación de
gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo
económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos.
La ONU fue fundada el 24 de octubre de 1945 en San Francisco (California), por 51 países, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, con
la firma de la Carta de las Naciones Unidas.

Comisión de Derecho Internacional (CDI): creado en 1947, es un organismo creado para “favorecer el desarrollo progresivo y la
codificación del derecho internacional”. La Comisión de Derecho Internacional prepara proyectos relacionados con el Derecho
internacional que pueden ser incorporados a las convenciones y abiertos para su ratificación por los Estados. Algunas de esas
convenciones forman la base de las normas que rigen las relaciones entre los Estados; entre ellas, la convención sobre relaciones
diplomáticas o la convención sobre el uso de los cursos de agua internacionales.

Corte Internacional de Justicia (CIJ): también llamada Tribunal Internacional de Justicia) es el principal órgano judicial de las Naciones
Unidas. Fue establecida en 1945, en La Haya, Países Bajos siendo la continuadora, a partir de 1946, de la Corte Permanente de
Justicia Internacional.
Sus funciones principales son resolver por medio de sentencias las disputas que le sometan los Estados (procedimiento contencioso)
y emitir dictámenes u opiniones consultivas para dar respuesta a cualquier cuestión jurídica que le sea planteada por la Asamblea
General o el Consejo de Seguridad, o por las agencias especializadas que hayan sido autorizadas por la Asamblea General de acuerdo
con la Carta de las Naciones Unidas (procedimiento consultivo).
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: creado en 1946, es el organismo de las Naciones Unidas encargado de mantener la paz y
seguridad entre las naciones. A diferencia de otras reparticiones de la ONU que únicamente pueden realizar recomendaciones a los
gobiernos, el Consejo de Seguridad puede tomar decisiones (conocidas como "resoluciones") y obligar a los miembros a cumplirlas,
de acuerdo a lo establecido por la Carta de las Naciones Unidas.

Asilo político: es una institución de derecho internacional público nacido en Sudamérica. Consiste en que el país de la embajada da
asilo a una persona por lo que no pueden entrar a arrestarle. Puede recibir salvoconducto para que no le ataquen.

El “instrumento” de la última etapa de la formación de un tratado puede ser un instrumento de ratificación o las notas.

Sobre interpretación de los tratados, la “conducta ulterior de las partes” se denomina “interpretación auténtica”.

Los primeros mandatarios cuentan con inmunidad según el derecho consuetudinario internacional, excepto para graves crímenes de
lesa humanidad.

Cristián A. (2014)

También podría gustarte