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PROBLEMÁTICA LABORAL RESUELTA MEDIANTE LOS CINCO PASOS

PROPUESTOS POR EL AUTOR WILLIAM URY EN SU LIBRO ¡SUPERA EL NO!

Erika Tatiana Peñaranda Cabrera

Cc: 1004913872

Universidad de Pamplona

Licenciatura en Lengua Castellana y Comunicación

Ética grupo: DC

12/05/2020

Cúcuta, Norte de Santander


PROBLEMÁTICA LABORAL RESUELTA MEDIANTE LOS CINCO PASOS
PROPUESTOS POR EL AUTOR WILLIAM URY EN SU LIBRO ¡SUPERA EL NO!

El trabajo laboral en cualquier esfera de la sociedad tiene dentro de él una innumerable


cantidad de problemáticas que posiblemente se presenten, trabajar en compañía de varias
personas que tienen visiones diferentes y que trabajan de distinta forma, es una de las tareas por
las cuales se debe de pasar y tratar de llevar esas diferencias abismales de la mejor forma posible,
tanto para beneficio propio como para la empresa en la que se esté trabajando.

En este caso la problemática a abordar es la apatía y la falta de compromiso por un


compañero dentro del círculo laboral, la esfera en la que se plantea la idea de dicha problemática
es la educación, específicamente una institución Educativa. La apatía es una de las razones por
las cuales se puede llegar a romper lazos emocionales, empresariales y familiares, debido a que
una de las personas inmersas en la relación no logra ponerse y entender al otro individuo, es
decir, el ejercicio de hablar, interpretar y comprender las acciones del otro no se presentan,
simplemente se hacen juicios sin tener en cuenta la situación de nuestros semejantes.

El autor de libro ¡Supera el no!, nos presenta cinco pasos para lograr que las relaciones
tanto laborales como personales puedan darse de la mejor forma posible, nos presenta las
diversas acciones que se pueden realizar para superar las problemáticas que existan. Estos cinco
pasos se presentan y se pueden realizar en nuestra problemática de la siguiente forma:

No reaccione: SUBA AL BALCÓN:

Las diferencias entre compañeros es una situación que se debe manejar y más si nos
encontramos con un caso de apatía y falta de compromiso, puesto que nuestro compañero
evidentemente se opondrá a nuestras propuestas por el simple hecho de sentir apatía y falta de
solidaridad, por ello si una decisión laboral depende de la aprobación de todos los trabajadores
pero uno de ellos (en este caso nuestro compañero apático) se opone rotundamente a ceder ante
nuestra propuesta, lo mejor es actuar con tranquilidad, no reaccionar ante nuestro oponente ni
tampoco ceder o romper relaciones con dicho compañero, ya que de esta forma le estaríamos
dando la razón. William Ury (1993) postula: “Si lo malo de todo esto es que usted está
contribuyendo al círculo vicioso de la acción y la reacción, lo bueno es que ese círculo se puede
romper en cualquier momento, en forma unilateral. ¿Cómo? No reaccionando.” (p. 31).
Cuando no se reacciona ante una oposición le damos la oportunidad a nuestro oponente
de que desista frente a su negativa permitiendo que al final sea él mismo quien ceda ante nuestra
propuesta. Ury (1993) señala: ""Subir al balcón" significa apartarse de los impulsos y las
emociones naturales.” (p. 31). Calmar nuestros impulsos es una tarea difícil y que pocas personas
logran mantenerla, pero si se pretender llegar a una negociación “subir a nuestro balcón
imaginario” es la clave, escuchar a nuestros oponentes sin dejar que este afecte drásticamente
nuestra emocionalidad permite que los demás compañeros perciban nuestra actitud positiva y
decidan mantener su apoyo, al final, será el líder quien tome la decisión definitiva basándose en
los comportamientos de cada uno de nosotros.

No discuta: PÓNGASE DEL LADO DE SU OPONENTE:

Cuando no estamos de acuerdo con alguna postura optada por nuestros compañeros lo
más común es que se lo hagamos saber en forma de reclamo, reproche y esto es lo que se debe de
hacer, puesto que esto le permite a nuestro oponente extender la discusión y no llegar a nada
concreto, dilatar una situación es lo que debilita la posibilidad del SÍ, Ury (1993): “Ponerse del
lado del oponente implica tres cosas: escuchar, reconocer y acceder.” (p. 42). Cuando nos
ponemos de lado de nuestro oponente creamos en él incertidumbre y duda, pues se espera que
tengamos la intención de atacarlo y no la de ponernos de su lado, esto permite que la discusión se
dilate y de esta forma se llegue a una pronta solución, cuando el compañero apático reconoce que
estamos de su lado va a sentirse confundido, pero si lo escuchamos atentamente se va a sentir
mejor, pues reconoce que estamos poniendo de nuestra parte al escuchar y tomar en cuenta su
punto de vista.

Reconocer el punto de vista de nuestro oponente no es estar de acuerdo con él si darle la


importancia que merece, también es necesario reconocer las emociones de dicha persona, poner
en juego nuestra empatía a pesar de que él no lo haga de igual forma con nosotros, esto le otorga
a nuestro oponente satisfacción y se siente valioso permitiéndole ver de forma diferente la
situación y de que así como está su punto de vista también hay otras formas (como la nuestra).

No rechace: REMPLANTEE:

Cuando ya se tiene ciertamente una mejor situación para ejercer una posible solución, no
hay que rechazar la postura de la otra persona, ya que si se realiza esto se volvería al estado
inicial y se convertiría en una discusión sin solución. Ury (1993): “Replantear significa desviar la
atención que la otra persona tiene puesta en las posiciones, y dirigirla hacia el propósito de
identificar intereses, inventar opciones creativas y discutir normas justas para escoger una
opción.” (p. 58). Al no rechazar de forma directa la propuesta dada, se puede ajustar e intentar
reinventarla con la nuestra, con el fin de que tanto se aplique parte de su propuesta y de la
nuestra, esto permite que la postura de nuestro oponente cambie significativamente y nos
empiece a ver de forma distinta, con mayor tolerancia y respeto.

No presione: TIENDA UN PUENTE DE ORO:

En algunas ocasiones cuando se cree que toda va seguro y de que nuestro oponente está
de acuerdo con nuestro plan presionamos más de lo debido y nuestro compañero decide dejar de
lado todo lo logrado hasta el momento, pues tomar decisiones bajo presión es una situación
altamente crítica para alguien que se opone a nuestras ideas, por lo que lo más acertado en esta
situación es llevar las cosas con calma, no dejarse vencer por la impaciencia y despejar las dudas
que puedan surgir en nuestro compañero.

Ponerse en su lugar nunca está de más hay que intentar comprender su situación y sus
dudas, convencerlo sin llegar a presionarlo de forma intensa, reconocer que puede tener dudas y
que no es una situación fácil para él es la clave para mantener en pie las decisiones puestas en la
mesa de trabajo.

No ataque: USE EL PODER PARA EDUCAR:

Cuando no se llega a una decisión definitiva y su rivalidad y apatía siguen a la vista, no


es conveniente que se imponga a mandar sobre él o que la rivalidad por el poder se convierta en
casi que una lucha de cuerpo a cuerpo, lo que se debe de hacer en estos casos es plantearle de
forma serena y concreta las posibles consecuencias de no tomar una decisión, claro está sin llegar
furtivamente a una amenaza declarada. Esto hace que entre razón, relevar la realidad concreta de
la situación y de a solución a la que llegaron, insistir en la pronta solución del problema para el
beneficio de todos. Hay que hacerle entender que tiene una solución de que hay una salida a la
problemática que se está tratando. Con esto nuestro compañero apático y poco conciliador
entenderá que para que exista un buen ambiente laboral es necesario promulgar la empatía y
tener en cuenta los puntos de vista de todos los presentes, la mejor educación es la que se da con
el ejemplo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ury, W. (1993). ¡SUPERE EL NO!, Bogotá, Colombia: NORMA.

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