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LAS UNIVERSIDADES
Organización de Bolonia:
A inicios del siglo XI, aparecen referencias sobre enseñanzas jurídicas en Italia,
singularmente en Pisa y en Bolonia. Las escuelas catedralicias anteriores se
dedicaban a la enseñanza de teología, gramática y filosofía. A comienzos del siglo
XII, Irnerio, maestro en artes o filosofía, empieza a enseñar los textos romanos con un
sentido jurídico. Hacia 1140, allí mismo, un monje, Graciano, concluía la redacción del
Derecho o colección de cánones de los concilios de la iglesia (primer texto del "Corpus
iuris canonici"). En 1154 se entrevistan los estudiantes con el emperador Federico I
Barbarroja, quejándose del trato de la Comuna o gobierno boloñés; así, el emperador
decreta la auténtica Habita, protegiendo el estudio y sujetando a los escolares a la
jurisdicción de sus maestros, o del obispo, si son clérigos. Sus concesiones
pretenden crear una ciudad de su partido, gibelina y evitar abusos sobre los
estudiantes. La ciudad, interesada en que acudan estudiantes, creará cátedras
pagadas con sus fondos, aunque tiende a vejarlos y tratarlos de extranjeros (poco
protegidos en derecho medieval).
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frente al emperador. Bolonia se vería cercada por Enzo, hijo del emperador y rey de
Sicilia, pero la Comuna le vence. La participación estudiantil produce su buen
entendimiento con la Comuna, que les concede derecho de ciudadanía, exención de
algunas tasas o impuestos, etc. La lucha de bandos seguirá, pero la universidad se
consolida.
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Por tanto, la Bolonia medieval, gozó de amplio poder a través de sus
rectores y naciones. Fue la más importante de las universidades jurídicas, que
logró equilibrar sus poderes siendo modelo para otras.
La enseñanza universitaria:
Sus cátedras se distribuían según los diversos libros del Corpus romano o
canónico. El rector y los escolares determinaban las materias a explicar, que luego
quedan fijadas por las constituciones y estatutos en la época moderna. El lector o
maestro lee el texto y explica sus dificultades y cuestiones, que los escolares siguen
con apuntes. Al no haber tiempo para explicar todo el libro, se recibe distinta
explicación según los años, pero no importa, pues no había que memorizar las
cuestiones, sino saber manejarse y argumentar sobre ello. Junto a los profesores
ordinarios, enseñan otros extraordinarios, como complemento de otros doctores o
legentes. El curso dura un año, con vacaciones y cada día se imparte una o dos
horas por la mañana y otras tantas por la tarde; sólo se asiste a una cátedra por
curso.
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A través de ellas, los doctores comprobaban los conocimientos del
candidato a la "licentia docendi" (grado más importante, el doctorado),
consistente en la solemne colación del grado por el canciller o maestrescuela,
dándole el anillo y la borla. Anteriormente, tras solicitar el grado de canciller, se
le hacía una examen privado o "tentamen" por los doctores designados y
depués podía pasar al examen público ante el colegio de doctores. En el acto,
con la presencia del tribunal, se picaba o abría un libro, en tres puntos, de los
que el candidato elegía uno. Se le daban 24 horas para que, cerrado y con libros
y apuntes, desarrollase unas tesis o conclusiones sobre el mismo pasaje, que
luego defendería con argumentos hechos por los doctores. El acto era solemne
y costaba bastante dinero, no sólo en propinas a los miembros del tribunal, sino por
los convites que, con ocasión del grado, se celebraban.
Sin duda, surgieron pronto para facilitar el estudio sin necesidad de salir a tierras
lejanas. Los monarcas tendrían interés en su fundación. La primera fue Palencia, en
Castilla, a inicios del XIII, mientras en León aparecía Salamanca. La unión de ambas
coronas en 1230, con Fernando III, quizás explica la desaparición de Palencia, aunque
se conserva todo el siglo. Portugal funda Coimbra a finales de la centuria y Aragón, en
1300, Lleida. Les seguirían otras, Valladolid, Huesca, Perpiñán....
- Los profesores, elegidos por votación de los estudiantes para explicar las
diversas materias, pueden ser temporales, al comienzo de su carrera; luego, en las
cátedras superiores, son perpetuos. Va creciendo el número de cátedras en las
diversas facultades, en leyes y cánones, mientras teología, por reservarla a París no
se establece hasta el siglo XV.
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poderes: presidido por el rector y el maestrescuela, más los diez catedráticos
perpetuos o de propiedad y diez escolares elegidos por la asamblea de estudiantes.
Por fin, existía con el máximo poder, un claustro pleno, por la reunión de los doctores,
los diputados y consiliarios, con el rector y maestrescuela.
A finales del siglo XIII se fundaría, en Coimbra, la universidad por el rey Dionís,
con alta participación de la Iglesia. Se concedía protección real a los estudiantes, se
vigilaban alojamientos y la jurisdicción al obispo canciller. El rey, no obstante,
nombraría conservadores, que con el tiempo adquieren la jurisdicción universitaria
(peso decisivo de su poder a diferencia de otras). El monarca nombraba a catedráticos
y rectores; por ese fuerte poder, cambiarán a veces la sede de la universidad, de
Coimbra a Lisboa y viceversa. No se quería a los estudiantes cerca de la corte;
tampoco participaba el municipio, ni poseía la universidad la jurisdicción sobre
sus integrantes. Atrajo preferentemente a estudiantes de su reino, más a algunos
gallegos. Tampoco acudieron muchos portugueses a Salamanca, de lo que se deduce
que las universidades peninsulares, en general, no intercambiaron entre sí alumnos.
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una de las naciones establecidas en el "liber constitutionum". Los escolares ilerdenses
formaban parte de su municipio, y la universidad se constituía para quienes no tenían
la protección de sus autoridades municipales. Se establecían doce naciones, pero la
realidad impondría que fuera un año catalán y otro aragonés, después en el siglo XV,
entró en el turno un valenciano. Tenía el poder del estudio, tanto en cuestiones
disciplinarias como jurisdiccionales y ejercía su potestad durante un año.
Conjuntamente, se nombran los consiliarios de las naciones.
En primer lugar, algunas precisiones sobre los juristas que estudiaban en las
universidades. Aparte de los conocidos, existía un amplio grupo de juristas anónimos e
imprescindibles en esta extensión del derecho común.
En las universidades hispanas estudian sobre todo los clérigos, pues las letras y
la cultura estaban unidas a la iglesia. Las universidades son organismos eclesiásticos
y, hasta el siglo XIV, los estudiantes han de ser en su mayoría clérigos. Pero, el
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estudiar tonsurados no es óbice para dejar luego los hábitos. En Bolonia, es distinto,
pues la vida ciudadana en Italia tiene un desarrollo mayor. Con todo, serán poco a
poco laicos los que estudien, al menos una parte.
Tanto clérigos como laicos, cumplirán una importante función en la recepción del
derecho común. En los ámbitos eclesiásticos, los clérigos alcanzan posiciones si
tienen estudios, y ya en los concilios se manifiesta ese interés por la apertura de
escuelas en las catedrales. En la corona, también logran puestos en la cancillería o
como jueces en la curia, en la audiencia y en el consejo. La nobleza ejerce las
funciones judiciales aunque muchas veces asesorada por éllos. Entre los siglos XIV y
XV la presencia de juristas laicos es ya notoria.
Los notarios utilizaban algunos libros, formularios como mdelos para la redacción
de los diversos tipos de actos.
Los juristas manejan libros en su estudio y en la práctica posterior. Los libros son
caros, no están al alcance de muchos estudiantes. Por ello, existen copistas o
estacionarios que reproducen pecias o cuadernillos de los textos jurídicos.
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de los reyes del iius commune, revela su fuerte impacto y su decisión de frenar una
aplicación generalizada del nuevo derecho.
- Los príncipes y los monarcas, cuyo mayor poder les lleva a legislar sobre las
relaciones con sus súbditos.
Italia:
No estaba todavía unida en la edad media, por lo que conviene dar una idea de
sus ciudades y estados; las del norte, eran ya florecientes antes del siglo XII, bajo la
dependencia lejana del imperio. En el siglo XIII, el emperador Federico II trató de
dominarlas mediante cónsules en las comunas o municipios. Separó sus funciones
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judiciales y ejecutivas en manos de un "podestà", que también presidía las asambleas
ciudadanas. Los comerciantes y mercaderes comenzaron a intervenir en el gobierno a
través de asambleas más amplias. Ya desde el siglo anterior, los juristas y notarios
participan en tribunales y en la vida jurídica. Las ciudades comienzan a perder su
equilibrio político, y son gobernadas por familias nobles, que nombran a las
autoridades; al extenderse sobre varias ciudades creaban señoríos o pequeños
estados. El emperador, por dinero, les nombraba señores de determinadas ciudades,
territorios o estados. Milán, es quizá el más importante, Venecia la que goce de mayor
independencia, etc. Una compleja organización que, en definitiva, concedía el poder a
unas cuantas familias nobles.
En el sur estaban los estados pontificios, gobernados por los papas y el colegio
de cardenales. El pontífice cumplía las funciones de las señorías, con delegados en
las zonas de cada territorio. Entre el norte imperial y el sur pontificio o
dependiente de Aragón, existía una serie de ciudades estado, como Florencia o
Bolonia, con mayor autonomía, si bien a veces desgarradas por luchas internas.
Toda Italia bebió y aprovechó las normas del derecho común. Numerosas
universidades se fundan a semejanza de aquella primera, como Padua, Nápoles, etc.
er constitutionum de Federico II, con las leyes y el saber de los grandes juristas).
Francia:
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legislativo, con su consejo secreto o gran consejo, como judicial, a través de la
jurisdicción del monarca, que delega en un alto tribunal o parlamento, aunque retiene
algunas competencias.
Inglaterra:
Ya desde el XII se forma un derecho propio inglés, el common law, que conocen y
aplican juristas, que lo aprenden en la curia del monarca. Los nobles expresarán su
rechazo. Los jueces se forman en la curia o en los tribunales (desde 1295), por
disposición de Eduardo I y aun cuando se enseña el derecho romano, no rompe el
sistema del common law existente. Sólo recibe fuertes influencias romanas en época
tardía (siglos XVI y XVII).
Esta organización judicial, tan compleja, hará posible con sus sentencias y su
vigilancia del derecho, el mantenimiento de vías jurídicas o normas propias que han
llegado hasta nuestros días...Pero sus soluciones, su sistema, distintos al continental,
con un fondo del common law tradicional, que se completa por los acts del parlamento
y, sobre todo, por el case law o jurisprudencia de los tribunales.
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Escocia se mantuvo separada, también con sus parlamentos divididos en tres
brazos, aunque no la alta nobleza. Hasta el siglo XV jugaron aimismo los pleitos del
rey; después, por su número y coste, se estableció un alto tribunal, del que podía
apelarse al rey. La influencia del derecho romano fue mayor por la influencia de la
iglesia; sus universidades son tardías, del XV. Sin embargo, sus textos, que recogen
costumbres escocesas muestran mayor presencia del derecho común, lo que resulta
sorprendente si comparamos con la vecina Inglaterra.
Portugal:
Cataluña:
La recepción se hará en un nivel local o comarcal, en los textos del XIII. Las
ciudades tienen gran interés en ese nuevo derecho que afirma la propiedad libre o que
desconoce las relaciones feudales (mundo que sigue estructurando aquella sociedad).
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No sólo en Usatges, sino en las Costumas de Catalunya y en las Commemoracions de
Pere Albert, se refleja la práctica feudal, interpretando y ampliando el núcleo de
Usatges.
1. Derecho local, con sus especiales textos, en los que se recoge el derecho
común. Algunos hacen referencia a su orden de prelación (costum).
- Usatges.
Aragón y Navarra:
Navarra en su Fuero general del siglo XIII muestra huellas indudables del romano.
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El Fuero Real supone un indudable fortalecimiento de su poder, al reservarse
el nombramiento de alcaldes y jueces y establecerse una justica real y pública.
Respecto a sus concesiones, en su mayoría responden a ciudades de frontera con
grandes exenciones, pero no cumplen ya, por las conquistas del sur, su función los
siglos XII y comienzos del XIII. Es por tanto, la continuación del Fuero Juzgo,
debidamente adaptado en determinadas zonas, una pieza importante en su política
legislativa y, en la que durante el siglo XIII y primera mitad del XIV tuvo mayor
éxito, pese a las dificultades, en contraste con el fracaso de sus Partidas.
- La modificación de los fueros por el rey, con cambios que favorecen intereses
propios.
- Ciudades posiblemente a disgusto con esa actividad legislativa, que sustituía los
viejos fueros y sus exenciones de tributos, así como referidas a la vida cotidiana y a
los usos poblacionales.
- Algo que fue esencial, el nombramiento de las autoridades por el monarca. Los
caballeros villanos de la frontera o incluso la nobleza de aquellas ciudades, preferían
reservarse para sí la autoridad municipal. El rey, en la zona de frontera, aun cuando
con algunas facultades de nombramiento (alcaldes o juez) había dejado siempre el
gobierno y la justicia en manos de éllos.
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procedimientos romanocanónicos, aconsejados por juristas y clérigos. Ahora, la figura
de los jueces reales aparece más fuerte, con mecanismos de mayor poder para obligar
a las partes. Si en los viejos textos forales, los juicios se resolvían con conjuradores o
vecinos firmantes de las demandas y, en último término se llegaba al riepto, en el
procedimiento romanocanónico del Fuero Real aparece ya un proceso más próximo a
nosotros, con la demando y las excepciones, los documentos y testigos, con sentencia
de juez. Y aún cuando parezcan más arcaicos y brutales los viejos procedimientos,
esa justicia se ejercía a la vista de todo el pueblo, que participaba en ella y la
dominaba. La introducción del derecho común, la existencia de jueces técnicos, o
asesorados por expertos, significa la extracción de la comunidad de la solución
jurídica; o mejor precisado, las oligarquías ciudadanas pierden el control del poder y la
justicia. Cuando en el siglo XIV los nuevos procedimientos se generalicen, solicitarán
que el rey les conceda el Fuero Real, aunque manteniendo la elección de autoridades
por parte del municipio.
Por todo ello, no debe extrañarnos que en 1272, los pueblos insistan en querer
volver a los buenos fueros de tiempos de Alfonso VIII y Fernando III. En 1274, en un
ordenamiento de Zamora, se llega a una solución para los pleitos que lleguen ante el
tribunal del rey: los pleitos reales se regirán por sus normas, mientras los pleitos
foreros, cuando llevan en alzada ante el monarca serán juzgados por el respectivo
fuero de la ciudad o población en que se vio por primera vez.
Estos pleitos se veían tradicionalmente ante la curia regia o reunión del rey y
sus familiares con nobles de elevada alcurnia y prelados. A principios del siglo
XIII, aparecen como jueces o asesores en la curia, gentes que conocen el derecho
común, en su mayoría clérigos formados en las universidades. Alfonso X reorganiza
sus tribunales o corte: para los pleitos más importantes, sigue la presencia real y de
los grandes. Para los demás, establece alcaldes de casa y corte, que atienden a los
casos de corte y las alzadas.
La redacción de Partidas deja un tanto sin sentido al Espéculo, que aun así
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seguirá manejándose: contiene derecho común o real y por ello, sirve a los juristas
igual que los textos de Justiniano o su glosa y postglosa. Sin embargo, se utilizó más
el Fuero Real en la corte, tal vez por su mayor sencillez o su conexión con el
derecho godo anterior y algunos preceptos de los fueros castellanos.
- No existe una edición crítica que permita conocer su estado en cada momento.
Sólo a partir de 1555, por encargo de las cortes aparece un texto definitivo aunque
tardío. Existen diferentes versiones en los códices conservados. No conocemos el
desenvolvimiento de su texto hasta el siglo XVI.
- Su sentido es de difícil precisión, por el nivel de los estudios sobre este texto
legal.
Para terminar, cabe citar el orden de prelación en Castilla que se recoge explícito
en el Ordenamiento de Alcalá de Henares , que después pasa a la primera ley de
Toro (1505).
Tanto aquél como éstos son incompletos, dejan numerosos pleitos y litigios sin
resolver. Por ello, dispone el siguiente orden de prelación (preferencia).
Partidas estará vigente en Castilla desde 1348 hasta el siglo XIX en que se irá
derogando a medida que aparecen los códigos liberales (el último, el civil de 1888-
1889). Se extenderá como derecho supletorio, en algún momento, a Navarra y
Vascongadas. En el siglo XVIII se aplicará, junto al derecho castellano en general, en
Valencia y, más limitadamente, en Aragón, Cataluña y Mallorca.
(Los dos primeros epígrafes los he dejado por el libro, pues no me parecen de gran
relevancia para el tema).
Aunque se aprovechan elementos de la Costum de Lleida, sobre todo son textos del
derecho común, nuevos y diferentes de los existentes en los reinos del norte de la
corona. La Costum de Valencia, por desgracia, no ha perdurado, si bien se inserta en
los Furs posteriores. La política del monarca es, al principio, limitada: se concede
a la ciudad y a otras cercanas como Sagunto o Denia, pero no afecta del norte de
Castellón, que continúa con sus propios fueros o derechos. Supone el nombramiento
de autoridades, el curia o juez y el bayle general.
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Furs de València:
Hacia 1260 el rey tiene graves dificultades en torno al gobierno de los reinos. Su
primogénito, el infante don Alfonso, alcanza la gobernación general de Aragón y
Valencia, apoyado en los señores aragoneses, lo que amenaza romper la idea de un
reino nuevo, pero muerto el infante, Jaime I publica el texto de los Furs en todo el
reino (1261), a cambio de un sustancioso donativo. La Costum, adicionada a éllos, se
convertirá en norma general, en una reunión de cortes: el nacimiento del reino de
Valencia culmina en este acto. Los señores aragoneses se apartan del acuerdo al
querer conservar su propio derecho. La oposición en las cortes de Aragón hace
referencia a este agravio, pues tras la conquista de la ciudad usaron el Fuero de
Aragón , después el rey, sin consejo de los ricoshombres, ordenó fuero nuevo y
peculiar, lo que no consentían al ser conquista de Aragón. El rey cambió de política.
No quería organizar Valencia desde esquemas de jerarquia feudal, como recinto
donde los clérigos y nobles pudiesen adquirir tierras.
Se trató de extenderlos a los señoríos, para permitir a los nobles que los
aceptasen, pero no fue suficiente, y en tiempos de su sucesor Pedro III se enfrentará a
la nobleza y los caballeros. Los aragoneses que no lo acceptaron se retiraron a Quart,
mientras a los ricoshombres pudieron seguir usando su Fuero de Aragón. No admiten
los impuestos reales exigidos (sal, hornos, molinos, etc); ni la intervención real en el
nombramiento de justicias en villas de infanzones; el procedimiento debía ser, como
en Aragón, a instancia de parte, no inquisitorial o de oficio. Pedro III tuvo grandes
dificultades para sortear todas las demandas y, su sucesor Alfonso III tuvo que otorgar
los privilegios de la Unión a los nobles de Aragón, quienes siguieron reivindicando su
derecho sobre Valencia.
Una nueva solución real se intentó en las cortes de 1329 por el monarca
Alfonso VI, que pese a la existencia de ambas zonas, ofreció ventajas a quienes se
pasasen al derecho valenciano; concede generosamente la baja jurisdicción o imperio
mixto, sobre las causas civiles y criminales sin pena de muerte o mutilación, así como
la mitad de las penas pecuniarias del rey o titular del mero imperio. Al confiscarse
bienes se mantendrían sus derechos directos sobre las tierras en enfiteusis; para ello,
bastaba un determinado número de cristianos o moros. Sobre todo, esa facultad de
poblar y obtener jurisdicción alfonsina, que reconocía a los nobles esta forma de
poblamiento, era una posibilidad de lograr señoríos, tomando tierras de realengo de
otro señor.
Aún cuando muchos aceptaron la norma de los Furs, quedaron tierras pobladas a
Fueros de Aragón hasta época moderna. En ellas, durante el siglo XIV, se
desarrollaron luchas entre ambos tipos de fueros, entre dos sociedades que, en un
principio, fueron diferentes. Pero, a pesar de haberse encauzado, seguían
produciéndose enfrentamientos entre dichas poblaciones.
La segunda
Una parte de los Furs, procede del texto municipal, de 1238, de la Costum,
aunque resulta difícil saber si ya poseía determinados preceptos. En algunos, se
mencionan instituciones propias de Valencia, pero en otros queda la duda.
- Son muchos los privilegios o normas dadas aparte a la ciudad, por autoridad
real, que se insertan (anteriores y posteriores a la Costum).
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- Muy numerosos son asimismo los préstamos de las Costums de Leida (1228).
Todavía está en estudio el origen de los materiales que componen los Furs. De
momento, se caracteriza como un texto de la recepción.
Vigencia y prelación:
Nacen, sin duda, con una vocación de generalidad para todo el reino. Algunos de
sus preceptos, tienen un claro sentido unificador del derecho, de la moneda, los pesos
y medidas.....
1. En primer lugar, se aplicaría el derecho local: esas cartas de población que son
el Fuero de Valencia, aunque tienen algunos preceptos particulares, después se
regirán por los Furs, por expreso mandato de la carta.
2. Fueros dados en las diferentes cortes, aceptados por los tres brazos y, con
menor valor, los actes de Cort, disposiciones aceptadas por uno o dos. A continuación,
los Furs del rey Jaime I, que son los más antiguos y, por ello, ceden ante otros más
modernos.
3. Privilegios y otra legislación real, como las pragmáticas; así como normas de
los virreyes y otras autoridades: crides, edictos...
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de la mano mayor, la mediana y la menor; que no se alegaran decretos, decretales y
otras leyes por los abogados, sino que a falta de ley se determinase por los hombres
buenos de la ciudad y de los lugares del reino. En 1358 Pedro IV el ceremonioso,
señalaba que a falta de ley aplicable, se acudiera al sentido natural de los prohombres
de cada ciudad, villa o lugar, de los pleitos y cuestiones. En todo caso, la perfección
del derecho común se impondría.
(La primera página está por el libro, pues me parece que repite mucho lo mismo).
1. Área cantábrica o del mar del norte (norte de Europa), iniciada en las
ciudades flamencas, Brujas y Gante, y en las ciudades alemanas que forman, desde
mediados del siglo XIII, la Hansa o agrupación para facilitar el tráfico mercantil.
Desarrollan usos propios que cristalizan en las llamadas Roles d'Olleron (pequeña
colección de usos judiciales de aquella isla francesa). Su difusión será amplia por toda
el área. Presentes en el mediterráneo mediante su traducción catalana, con el nombre
Costum d'España y mantenidos en la época medieval y moderna (imitados en
Burgos, Bilbao...).
Nos limitaremos a los "consulados del mar", pues en otros contextos aparecen
cónsules con un sentido distinto.
1. Hay sin duda precentes o referencias en textos más antiguos, como los
Fueros de Valencia (1271), con preceptos sobre el corso o naves armadas para
atacar a los enemigos y despojarlos. Cuestiones reguladas por los monarcas, que
encomendaron al bayle real, como administrador de su hacienda, su vigilancia,
armadas y concesión de patentes de corso.
La crisis del siglo XIV y sus consecuencias, hizo apiñarse a los mercaderes,
para buscar fuerza y ayuda en la institucion consular. En estas fechas, además, se
incorporaban los otros mercaderes de tierra, acordando el monarca que los cónsules
representarían cada uno un tipo de comercio, asi como el juez de apelación, alternaría
pr años entre un mercader del mar y otro de tierra. Martín el Humano (1401) determinó
la jurisdicción de estos tribunales sobre todos los actos mercantiles. Los consulados,
además, se convirtieron en instituciones de defensa de los comerciantes . Se les
condeció a los cónsules normbrar un consell de la Llotja, para crear defensores de la
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mercadería y establecer impuestos.
4. Los Capítols del rei En Pere, promulgados por Pedro IV (1340), sobre
obligaciones y derechos de los marineros, ballesteros, patrones, cuestiones con la
armada real, etc.
A) Los consulados bajo los Austrias. Son análogos a los existentes, pero ahora
surgen bajo los auspicios de la corona castellana. El primero en crearse fue el de
Burgos (1494), centro lanero de importancia, que consigue la primacía frente a las
aspiraciones de Bilbao. Antes de su creación existía una universidad de mercaderes
dirigida por dos cónsules y un prior. Luego siguieron: Bilbao, Sevilla, Madrid, etc;
pasando incluso a América: México (1593), Lima, etc.
Los consulados castellanos sufren mayor intervención del poder real, pues
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aunque en la primera instancia los cónsules sigan un procedimiento sumario, en la
segunda han de recurrir al corregidor. Además, la potestad de sus ordenanzas, se
verá mediatizada en tanto requieren aprobación por la corona. En las ordenanzas
consulares, numerosas, se regulan las instituciones del derecho mercantil; son
bastante homogéneas, aunque no siempre en la solución de los problemas que
regulan. Pero también las disposiciones reales van modificando o integrando el
derecho mercantil, como corolario lógico de su intervención en esta materia (Nueva y
Novísima Recopilación).
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