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LIBRO PRIMERO

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pió"qe qus vid
de sus vid_
pu-ede.ó
puede d tll
r la
que, sin 4hl
que haya otra lengua secundaria para nosotros que los rorná!
nos llamaron gramatical.
Esta lenguaiecundaria la tienen también losgriegos y otítis,
pero no todos. En. verdad que pocos llegan a acostum,brarse a
ella, porque no es, sino por espaci
estudio que la podemos aprender.
que la más noble es la vulgar, ya s
emplearse por el génerohumano,lya sea pbrque todo el mundo
y
se sirve de eila a pesar de estar divi'.,Cida en varias modalidades
vocablos, ya sea porque nos es natural, mientras que la otra
existe más bien artificialmente. De esta lengua nuq"stra más
noble, es nuestra intención tratar.en esta obra.l
I En el primer tratado del Conyivio (capítulos v-xur), Dante hace también la

77
las mismas acciones y pasiones y por eso pueden conocer pof
esos actos a los de los.demás animales. En cuanto a los qüé
pertenecen a especies distintas, no sólo no tuvieron necesid'Ad,,i
de lenguaje, sino que para ellos habría sido incluso dañinq¡ii,
porque nunca tüvieron relaciones.amistosas entre sí; Y sll$Hi
objetara con respecto de la serpiente que habló a la pr
mujey' o de la burrá de Balam,s contestaríamos que
primera habló un demonio y'en la segunda un ángel, I 1

movieron de tal forma los órganos vocales de tales an l


que los sonidos resultantes parecieron los de un verdadeio,,
lengúaje, pues la burra sólo rebuznó y la serpiente sólo silbó,'$i,i
además se argumentase lo que dice Ovidio de las urracas en.eil,
quinto
figura
hablan
guaje,

fue concedido hablar.


Nos esforzamos ahora en exlicar por qué el lenguaje le g¡tii
necesario.
r.i rl

(ll
ha
árbol del jardln?"
t En cuanto a la burta de Balaam, éstaempieza di¡iendoa suamo
28): '"¿QUé te he hecho para quc nie pegues por tercGfa vez?" Lo
t'Mas Dios áb¡ió la boca de la bu¡ra. .
sagrado: ." constituye la base
que dá Dante sobre este exttáño fenómeno.
6 Metamorfosis, v,294 y siguientes.

78

rt.
t
\

especulación espiritual, como los ángeles, po.rqul el-espíritp na ala razón que el hombre haya pronunciado cualguier otra
humano está preso. en la materialidad y oscuridad del cuerpo realidad antes que a Dios habiendo sido creado por El y en El.
rnortal. Fue, pues, necesario que e[ género humano tuviese En efecto, como después de la prevaricación del género huma-
algÉn signg a lavez racional y sensible para comunicarse sus no, cualquier inicio de su lenguaje empieza con ay, es razona-
própiosioncoptos, porque como nace en la taz6n, ha de ser ble que antes de esto empezara con el gozo y no habiendo
iacünat y, puésto que n-o se puede comunicar de una razéna alegría alguna fuera de Dios, sino toda en Dios y el mismo
otru siáo pór bs sentidos, debe ser sensible' En conclusign,,¡i Dios todo sea alegría, es lógico que el primer hablante dijera
fuqra sóló se4sible no podría ni nacer ni desarrollarse en la primeramente y ante todo: Dios, De aquí surge esta cuestión:
razón., de si, como dijimos antes, el hombre haya hablado primera-
Esté'signo es, pues, el mismo noble asunto de-quehablamoq; mente por contestación y si tal contestación fue dirigida a
en efecto, es sendible en cuanto es sonido, y racional en cuanto Dios: er-r efecto, si fue a Dios, es claro que Dios habló primero,
a través de él se puede significar algo a voluntad. lo que sería una contradicción con lo que se dijo más arriba.
A lo que podemos argüir que el hombrE bien pudo responder a
IV. De estas premisas aparece manifiesto que solamente al la interrogación de Dios, sin que Dios se sirviera de lo
hombre le fue concedido habl que creo
que llamamos lenguaje. Además, ¿quién duda que'todo loqué
necesario invgstigar gs a quién primerl;
existe se doblega ante la voluntad de Dios? : ,
mentg el lenguaje y bUé se h quién, en
Por El todo se ha hecho, todo se conserva y se gobierna.
.

dónde y culndó én y qué se lee al


Luego por Él s€ mueve el aire en tan grandes alteraciones por la
principi,o del GéneCis, en donde la Sagrada Escritura habla del
primera hablar, naturaleza inferior que es sierva y hechura de Dios, por El
inicio del mundo, la ntujer habría sido la en es
resuenan los truenos, brilla el fuego, gime el agua, se esparce la
decir, la muy pt"su¡tt.tésa Eva, la cual así contesta al diablo
niebla, cae el granizo, ¿no podrá ser movido el aire por la
tentador: "Poáemos comer del fruto de los árboles del jardíq; voluntad de Dios para hacer sonar algunas palabras, diferen-
más del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho ciándolas Él mismo, quien diferenció cosas más grandes? ¿Y
Dios: No comáis de él nilo toquéis, no sea que muráis."7 Perg. por qué nó? Creemos que para esto y'otras cosas más es
aun cuando se descubra en las Escrituras que la mujer habló suficiente lo que dijimos.
'pr[mero, parece, sin embargg, razonable creer que el hombfe
't',uya
ttuUiado con anterioridad. Se cree incluso inconveniente
práru, que acción tan destacada haya procedido no del varón
V. Opinando, pues (basados en lasirazorles expuestis más
arriba y er1 la-s que se expondrán a continuación), que el prinler
sino ¿e la mujer. Creemos, pu.t, tátónable pensar quq se le
hombre haya dirigido prirneramente la palabra a Dios, de-
rimera¡nente al mismo Adán Por
cimos con'razón que el primer hablante habló sin demom
m4[lo. Lo que antq todo Pronunció
alguna, una vez salido de la fuerza creadora: pues creemos que
e no dudo que Para todo hombre
en el hombre es más humano ser oído que oír, con tal que oiga
ra Dios, es decir Él,ya sea en forma
y sea oído como hombre. Luego, si aquel artiftce, principio y
de irtterrogación, yp sea derespuesta.t Parece absurdo y repug-
amante de la perfección, insuflando a nuestro primer ancestro
7 Génesis, lrr, 2-3. lo llenó de toda perfección, nos parece conraz6n que el más
I Al preguntar Dante a Adán en el Pa raíso (xxvt, noble de los animados haya empezado oygndo más bieir que a
la lengua que habló, éste da un eimpl : variación d
ser oído, Y si alguien arguyera que no había necesidadde quo el
ilamó primeramente / y luego E/' La signaciones
nombris hebreos de Yahvé y Eloí. El ner nombre hombre hablara, puesto que todavia rro existía m{s qup un
significa "divinidad". hombre y que Dios puede discernir todos nüestros secretos,
80 8l

L\
1
incluso antes de que nosotros mismos los descubratrnos, con que para nuestro placer y descanso no exista un lugar más.
aquella reverencia que es menester tener cuando juzgamos delicioso que Florencia, revolüendo las ob¡as de los poetas y de
algo de la eterna voluntad, respondemos que aun cuando Dios otros escritores, en las cuales se describe el mundo tanto eri
puede saber e incluso prever (lo que es atributo de Dios) sin conjunto como en detalle y raciocinando para con nosotrcis
lenguaje losconceptos del primer hablante, sin embargo quiso mismos, creemos que de las variadas situaciones de los lugares
que hablara para que tan alta atribución glorificara a Aquel del mundo y sus costurnbres en ambos polos y en el Ecuador;
que se la había dado gratuitamente. Entonces, creemos que hay muchas regiones y ciudades que son más nobles y delicio'
haya algo de divino en nosotros porque nos alegramos de la sas que la Toscana y Florencia en donde nací y de la cual Soy
acción ordenada de nuestros afectos y de ahí podemos inferir ciudadano, y que muchas naciones y pueblos se sirven de
casi el lügar en donde se realizó la primera conversación: si el idiomas más útiles y deleitosos que el de los latinos.Ir
hombre recibió el soplo de vida fuera del paraíso, estamos Regresando, pues, al propósito del tratado, decimos que
convencidos de que ésta se dio afuera; si dentro del paraíso, ahí hay cierta fcrrma de lenguaje que fue creada por Dios junto con
es donde se dejó ott., la primer alma y digo forma en cuanto se refiete a los vocablos
,
de las cosas, a la pronunciación de dicha construcción y tal
VI, Puesto que la condición humana se sirve de muchísimos y forma la usarían los que hablan en toda lengua, si no hubiera
diferentes idiomas, así que mucha gente no se entiende entre sí desaparecido a causa de la presunción hu'mana como se explica
ni con palabras ni sin ellaq, nos es conveniente hablar de aquel más abajo. En tal forma de lenguaje habló Adán, en tal forma
idioma el cual se cree ha'ya empleado el hombre que no tuvo hablaron todos sus descendientes hasta la edificao'ión de la
madre, el hombre que no mamó leche, el que no tuvo edad torre de Babel,t2 que se interpreta como torre de la confusión;
infantil ni adulta. En esto, como en muchas otras cosas, Pie- tal forma de lenguaje la heredaron los hijos de Heber, que de él
dramalae es una ciudad conocidísima y patria parala mayor se llamaron hebreos. Sólo a ellos les quedó después de la'
parte de los hijos de Adán. En efecto, cualquiera que tgnga tan confusión, para que nuestro Redentor, el cual habría de nacer
mal entendimiento como para creer que el lugar de su nación es de ellos según la humanidad, no empleara el lengua;je de la
el más delicioso bajo el sol, considerará también su idioma confusión; sino de la gracia. Hubo, pues, un idioma hebreo, el
vulgar (es decir, su idioma materno) anterior a todos y por cual abrió los labios del primer hablante.
consecuencia creetá que fue el de Adán. Pero nosotros que i

consideramos como patria el mundo,to de la misma manera VII. ¡Ay. áhora es la vergüenza de r€novar la ignominia del
que es el mar para los peces, aun cuando bebiéramos las aguas género humano! Pero ya que no podemos continuar sin pasar
del Arno desde la infancia y querarnos tanto a Florencia que por ahí, la hemos de recorrer aunque las caras se cubran der
por su amor padeoemos tan injusto destierro, ponemos a rubor y sintamos repugnancia. ¡Oh naturaleza nuestra siempre
fundamento de nuestro juicio más la razbn que el sentido. Y tendiente a los pecados, oh perversidad que desde el princiPio
nunca ha dejado de actuar! ¿ 'Io debería haber sido suficiente
e Lo dice Dantc irónicamehte. Piedramala, en efecto, era una pequeña áldea de los para tu corrección que, eliminada por tu primera culpa, hubie-
Apeninos cn Ia región llamada Emilia.
ro Declaración de cosmopolitismo hecha por Dante, pÉro con.tristeza y sarcasmó,
puesto qué su sueño fue siempié el'de regresar a Florci¡cia. El poeta abrigaba la rr Dante llama "latino" al idioma de los italianos por ser el quc Se detivó
espcran¿ dc que por st Camedia pudicra ser perdonado y que se le levantara el directamente de aqÉ|.
dcstbrro. EnelPiralso (xxv, I y siguientes)dice "Si alguna vez sucediera que el poema 12 Génesis, xl,'9: "Por tanto se dio el nombre de Babcl, porque ahl confundió
sacro en cl cual han pucsto mano cielo y tiena / que me ha hechoenflaquecerdurgnte Yahvé la lcngua de toda la ticrra, y de ahi los dispersó Yahvé sobre la faz de todo l¡
años / venciéra la crueldad quc me tiene desterrado / del bello redil cn donde dormí tierr¿." El nómbrc de Babel (contraoción de Balbcl, cn hebreo Bálál) significadgoarl
/
cordcro enemigo de los lobos que lé mueven gucrra..." como confusión. Es una etimología popularen que scexpresa cl dcsprccio a BabilOni¡.

82 83

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ras sido expulsada de la patria de las delicias?¿No era suficien- terior comunicación.15 En efecto, cada lengua quedó para los
te que por la lujuria y atrocidad de toda tu familia, con la que se dedicaban a una ntisma tarea: por ejemplo, una para
excepción de una sola casa, todo lo que te pertenecía de los arquitectos, una para los que transportaban piedras, una
derecho hubiera perecido por un cataclismo? ¿No era suficien- para todos los que se dedicaban a tallarlas y así pasó con cada
grupo de trabajadores. Y asl el género humano se dividió en
tantos idiomas cuantas variedades había de trabajo, y cuanto
más era eicelente el trabajo que realizaban, más rudo y bárba-
ro fue su lenguaje. Pero los que se quedaron con el lenguaje
sagrado, ni estaban presdntes, ni fomentaban tal trabajo, sino
que, despreciándolo con energía,r6 se mofaban de la necesidad
de los trabajadores. Pero fue ésta una parte mínima y, segtin
mis informes, de la descendencia de Sem,r? tercer hüo de Noe;
naurraleza, sino el mismo creador que es Dios, y empezó a de la cual se originó el pueblo de Israel, que usó esté antiquísi+
edificar una torre en Sennaar que posteriormente iue [ámada mo lenguaje hasta su dispetsión. '
Babel, que significa confusión, poi la cual esperaba ascender al
cielo, teniendo la necia intención no sólo de igualar, sino de VIII. A causa de la confusión de las lenguas que reseñamos
superar a su Hacedor. ¡Oh inconmensurable clemencia del más arriba, opinamos, no sin razón,que los hombres se disper-
saron por todas las paites del mundo. Y como la raiz de Ia
estirpe humana se asentó en las regiones orientales y de ahí se
extendió a todos lados como si fueran sarmientos, establecién-
dose luego en los confines occidentales, es probable entonces
que, por vez primera, las gargantas racionales bebieran de los
ríos de toda Europa o al menos en algunos de ellos. , ¡,*
Pero ya sea que hubieran llegado a Europa como extranjfiI
ros, ya sea que hubieran regresado como aptiguos indígengq,
transportarla por mar y por tierra; se dedicaban cada uno a
estos hombres trajeron consigo un idioma de tres ramas y de
ellos unos ocuparon la región meridional de Europa, otros la

15 Leibniz había ya refutado la hipótcsis de los idiomas, común en tiempos


anteriores, que aquí Dante toma sobre la divcrsificación. Dice: "No voy a esgrimir la
trillada observación relativa a la palabrq saco unive¡salmenle usada, sin haberla yo
mismo sometido a examen austero. . ." La palabra queaquíse menciona(latin, s¿cc¡¡s;
griego, sakkosl se tomaba como prueba de que el hebreo era el común origen de las
después
lenguas, ya que trabajadorsehabriallevadosus
personales
pertenencias que el origen de la palaora eó el
vocablo fenicio-hebreo c la importancia oe este objbto,
bueno para la historia del comercio, como bien se pone de relieve por el hecho,de quq
"ya en la Europa antigua, a través del péstamo lingüístico, pasando de pueblo e¡
pueblo, se llegó a hacer del vocablo una denominación comrin a todos".
hablé quedó completamente desrruida antes de que a la obra imposible se entregara la ró Prove¡bios, vrn, 7: "Porque verdad proclama mi boca, y mis labios abominan l¿
te de Nemrod."
¡ente
Sente maldad."
r' Génesis, xl. 2-9. r7 Génesis, x,22 y siguientes.
84 85
septentrional y los terceros, que ahora llamamos griegos, ocu-
paron una parte de Europa y otra de Asia. Del mismo idioma único rnismo idiorna que hubo al principio. Y como,se transita
por los caminos conocidos de una manera más corta y segurai,
dirijámonos solamente a este idiorna que es el nuestro, dejandor
a los dernás. En efecto, lo que se dice de uno se puede tambiÉnl
aplicar a los demás por natu,ral consecuencia.r
El idioma que estamos tratando tiene tres modalidades,'
como se dijo anteriormente, porque,unosdicen oc, otros dicen,'
sí y otros oil. Y que hubiera uno solo desde el principio (lo cual
debe probarse antes que nada) aparece claro por la semejanzq
de muchos vocablos, según lo demuestran los expertos. Y ta,l
semejanza va en contratde la misma confusión que bajó del
cielo en la edificacién de Babel. Los expertos trilingües coinci--
den en muchos vopablos y especialmente en el vocablo Amor.,
Gerardo de Borneill: :

Sim sentis fezels amics, r' ;

per t)er encusera Amor, r I


(Si me oyera un fiel amfgq,
debería acusar al Amor.)

El Rey de Navarra:re j

De Jín Amor si vient semet '',


bonté.
(Del Amor proceden la gracia "

y la bondad).

Micer Guido Guinizelli:20


'''
Né fa Amor, primache gentil core,
né gentil cor, primo che omor, natura.
(La naturaleza ct:e6 al mismo
tiempo el corazón gentil y el
Amor.)

te Es Thibaut IV, a quien Dante cita repetidamente en esta obra. Fue conde de
Cháinpáña, nació en l2Ol y murló en 12J3. ES considerado uno de los más ilustres
poetai de la'liricaÍrancesa durante la Edad Media. , i ,'
11230-1276) constituye en. Ita
It"Intcresante_aplicación que 20 Guido Guinizelli
I una
hace Dante dcl método genealógico iara establecer
parcntesco entre los idiomas. poesía nacional, en sentido.de representar.el pensa e, no
habiendo todavfa alcanzádo su unidad polltica, está de enos,
86
87
,T
ffif
rlll,1

11i

Investiguemos por qué ha adquirido principalmente tres de tiempo y que la vida de los hombres es por su propla
;;
rnodalidades y por qué cada una ha ido adquiriendo en sí naturaleza muy breve. Entonces si el lenguaje cambia en un
misma nuevos aspectos; por ejemplo, la distinta forma de mismo pueblo (como se dijo) sucesivamente en el tiempo, y no'
hablar de la parte derectia e izquierda de ltalia, en ef,ecto, los puede detenerse de ninguna manera, es forzoso que la lengua
aduanos y los pisanos hablan de forma diferente; y por qué aun de los que viven mutuamente separados y alejados varíe mü*
los que viven cercanos entre sí difieren en el lenguaje corno los cho más, así como varían las costumbres y los hábitos, que no
milaneses y los veroneses, como los romanos y los florentinos, pueden quedar inalteradc¡s ni por natvraleza ni por conviven-
y los que tienen el mismo gentilicio como los napolitanos y los cia sino por la voluntad humana y'el acuerdo local. De aquÍ se
gaetanos, los raveneses y los faentinos, y lo que es todavía más motivaron los'inventores de la gramática: puesto que la gtami-
sorprendentg, los'que 'moran en la misma ciudad bomo los tica no es otra cosa sino cierta identidad inalterable del lengua-'
boloñeses del burgo de S. Félix y,los de la Calle Mayor. Todas je en tiempos y lugares diferentes. Ésta, como fue regulada por'
estas diferencias y variedades de lenguaje que se puedan dar, se el consentirniento común de muchos pueblos, no está sujeta al
explicarán por una misma razón. Decimos, pues, que ningún arbitrio particular de fladie Y, Por consecuencia, no puede ser
efecto supera su causa en cuanto es efecto; porque nada puede variable. La inventarón, pues para que, evitando las variacio'
hacer lo que no es. Y como todas nuestras lenguas (excepto la nes del lenguaje en rnano del capricho particular, no se nos
que Dios creó en el primer hombre) han sido renovadas des- cerrase del todo o en parte al menos la posibilidad de aprove-'
pués de aquella confusión por nuestra propia voluntad, que no char la autoridad y los hechos de los antiguos o de aquellos qtle'
fue otra cosa más que el olvftlo'del habla original y, además, como viven muy alejados de nosotros
el hombre es un animal inestable y sujeto a variaciones y
como todas las demás cosas que nos atañen (por ejemplo las X. Existiendo, pues (como se dijo más arriba), nuestro triple
costumbres y los hábitos) varían a 'través del tiempo y del idioma, dividido en tres direcciones segúrt su fonética, lo apre-
espacio, así también las lenguas no pueden ser duraderirs y ciamos con tan grande timidez que no nos atrevemos a tomar
eternas. No estimo ahora qüe se deba dudar de lo que como base ninguna de sus partes en un análisis'comparativo a
dijimos del tiempo, sino por el contrario, opino ^cercaque Se debe no ser la que forman los descubridores de la gramática con-
sostener; puesto que si indagamos nuestras otras acciones, respecto de sic, como adverbio de afirmación, lo que da a lbs
parece qúe nos diferenciamos mucho más de nuestros conciu- italianos una cierta prioridad2r puesto que ellos afirman con el
dadanos más contiguos que de nuestros coetáneos más distan- sí. En efecto, cada una de ellas se defiende con amplio testimo-
tes. Por lo tanto afirmamos sin temor que si los habitantes nio.
antiguos de Pavía resucitasen ahora, hablarían un idioma La lengua de oil alega a su favor22 que, a causa de su
distinto de los modemos y que no aparezca sorprendente lo que vulgarización más fácil y más deleitable, le pertenece todo lo
decimos más de lo que sería percibir a qn joven crecido, al que se ha redactado o descubierto en prosa vulgar; es decir, la
que no vimos crecer. Puesto que las cosas que se mueven poco Biblia junto con las gestas de los troyanos y de los romanos, las
no las podemos apreciar debidamente, y cuanto más largo es el
tiempo requerido para examinar el cambio de una cosa tanto una unidad cultural en el terrenó artístico y filosófico. Para é1, Dante no es avato €n
epítetos laudatorios y lo considera fundador del clolce slil nuovo (escuela del dulce
más estable pensamos que es, no nos sorprendemos, pues, si las
estilo nuevo).
apreciaciones de los hombres poco diferentes de los irraciona- 2rDante,aunreconociendoelvalorpropiodelastreslenguasromances(fiancés,
les creen que una misma ciudad ha tratado siempre sus asuntos lengua de oil; provenzal, lengua de oc; italiano lengua de sí), se inclina a dar cierta
preferencia al idioma italiano.
civiles con la misma lengua; puesto que el cambio de lenguaje 22 Según el análisis dan_lesco, el francés sobresale en la prosa, el provenzal en la
de una misma'ciudad no sucede sino por larguísima sucesión poesía lírica y el italiano eñ ambos géneros.

88 89

hl.
bellísimas aventuras del rey Arruro y muchísimas otras histo-
de los sardos; lo mismo que la de los calabreses con la de
rias y doctrinas. Por otra parte, la lengua de ac exhibe a su
los anconitanos y la de éstos con la de los romañples; la de los
favor otros argumgntos; de que entrp los que se expresan en romañoles con la de los lombardos; la de los lombardos con la
lengua vulgar, han sido los primeros en escribir poesia, puesto de los trevisanos y venecianos; la de éstos con la de los dO
que su habla es más dulce y perfecta, como por ejemplopedro
Apuleya y la de éstos con la de los istrianos; sobre lo cual
de Alvernia23 y otros doctos m s antiguos. i también l" t....- pensamos que nadie de los italianos disienta. Por lo cual parece
ra, que es la de los italianos, atestigua su prioridad con dos haber por lo menos catorce lenguas vulgares en Italia, las que
privilegios: primero,,porque los que se eipresan en poesía varían además en sí mismas, como por ejemplo las de Siena y
dulce y sutil le pertenecen, por Arezzo en Toscana, la de Ferrara y Piacenza en I-ombardíar
su amigo;2a segundo, porque pare- Incluso en una misma ciudad percibimos una cierta variante;
la gramática común,lo que es,un como lo afirmamos en el capítulo anterior. Por lo tanto; si
argumento decisivo para los investigadores. Dejando, pues, querernos calcular las variantes primarias, secundarias y sub-
nuestro juicio sobre el particular y restringiéndonós en nuestro siguientes del vulgar en Italia, es decir, en este pequeñísirno
tratado al italiano vulgal, intentaremos eitudiar sus variantes. rincón del mundo, llegaríamos no sólo a mil diferentes varian-
Ilecimos, pues, que ltalia se dividió en principio en dos partes:
tes, sino a muchas más.
derecha e i¿q,uierda. Y si alguien preguntar¿ ácerca de la línea
divisoria, contestaríamos breveminté que se trata de la cordi-
llera de los Apeninos, la cual, a manerá de tejado, mira hacia
XI. Habiendo, pues, en ltalia muchas formas de vulgar, trata-
remos de encontrar la más digna e ilustre y,para que podamos
dos vertientes y arroja sus aguas por una y otra parte, como lo
tener el camino expedito hay que desalojar en nuestra brlsque,i
describe Lucano en el übro segundo.25 El ladoderecho tiene
da ctralquier obstáculo, cualquier zarza y complicado.espino.
tlryPie.n qoTo desagüe al mar Tirreno y el izquierdo cae en el
Adriático. Las regiones de la parte dérecha son la Apulia, Como los romanos piensan que se les debe preferir a todos en
qsta labof de desarraigo y limpieza, no sin razínlos rnenciona.
aunque no toda, el Ducado, Roma, la Toscana y la comarca
genovesa. Del lado izquierdo está la otra parte de la Apulia,la mos antes que a los demás, puesto que no podemos mencionar-
los de ninguna manera en materia de lengua vulgar. Decimos,
legión de Ancona, la Romaña, la Lombárdía y la comarca'dé pues, que el habla de los romanos no se puede llamar vulgar,
Treviso con venecia. La venecia Julia y la iegión de Istria
sino más bien la expresión más indecente de todos los lenguajes
pertenecen a la parte izquierda de ltalia, lo mismo que las islas
vulgares italianos y no es motivo de asombro, puesto que
del mar Tirreno; es decir, Sicilia y Cerdeña pertenecen a la
derecha de ltalia y hay que adscribirlas a esta región. En ambos
también son los más depravados en costumbres y hábitos y
lados y en los que les siguen, las lenguas varían bastante destacan entre los pueblos de Italia como los más hediondos.
come la de los sicilianos en comparación ón h de los apulenses; Dicen, en efecto: Mezzure, quinto decfl (Señor, ¿qué decís?).
la de éstos con la de los romano$; la de los tromanos óon la de Después de éstos eliminemos a los habitantes de la comarca
los. espoletanos y la de éstos con aquélla de los toscanos; la anconitana que así :se expresan: Chignamente, frate, sctole?)
(¿Estás bien, hermano?), y con éstos, rechazamos también a los
de los toscanos con la de los genoyeses;la de los genoveses con la
de Espoleto. No es de olvidar que para injuriar a estos tres
23 La extraordinaria
dulzura de la llrica provenzal será analizada más ampliamen- pueblos se han hecho muchísimas canciones; entre las que
te en el segundo libro de este tratado.
2a
conocimos una compuesta y adornada con perfección por
_ . cino de Pistoya ( 1270- I 33ó), refinado poeta de la escuela del dulce estilo nuevo, cierto florentino de nombre Castra, la que empezaba así: ¡Una
sintetiza en su lírica los conceptos fundamentales del movimiento. .:su arigo"lr.i
mismq Dante.
25 Farsalia,
fermana scopai da Cascioli cita, cita sen gia 'n grande'aina!
n,196 y siguientes. (¡Una hermana descubría de Cascioli,'hija, hija, se marchaba
90
9l
\

con gran prisa'!). Después de éstos eliminemos a los milaneses


l
y a los de Bérgamo y a sus vecinos, en cuya ofensa recordamos
ii' una canción que dice: ¡Enti I'ora del vesper, Ció fu del mes
lr d'ochiover! (¡En la hora de vísperas, esto fue en el mes de
i;i
octubre!). Después separemos a los de Aquileya e Istria que
con su horrible acentuacién parecen eructar: Ces fastu? (¿Qué
i

l,r
1t:
haces?).Y con ello rechazamos también a todos los dialectos
iir rústicos y montañeses, cuyo acento es tan distinto del de
ii'l. los ciudadanbs medianos, por ejemplo de los casentinenses y los
.,I
pratenses. Se debe también desechar a los sardos, que no son
l
latinos, pero que se suelen relacionar con ellos, pues son los
rlnicos que no tienen lengua vulgar propia e imitan la gramáti-
i

ca'corrto los simios lo hacen con los hombres; en efecto dicen:


:,i
,'l

,t.l
t, Domus nova (casa nueva) y Dominus meus (sefi.or mío).2ó
il
I
|,. XIL AI seleccionar de cierta manera las lenguas vulgares italia-
I
I nas, elijamos, de las que quedaron en el cedazo al cornpararlas
Í entre sí, la que resulte más excelente y más digna de honor.
li
Examinemos ante todo la lengua siciliana, porque parece que
ri
el siciliano se ha ganado más fama que los demás; en efecto, se
llamó siciliana toda la producción poética de los italianos. Ade-
más, muchos eruditos de la región escribieron poesías de mucha
calidad, entre las cuales podemos citar las que empiezan:

Anchor che l'aigua per Io.foco lassi.


(Aunque el agua por el fuego pase.)

Y:

Amor che lungiamenle m'di menato.


(Amor, que mucho tiempo me has llevado.)
Pero esta fama de la tierra siciliana, si vemos bien el resultado a
que lleva, parece haberse convertido en vergüenza de los prínci-
pes italianos, los cuales más buscan enaltecerse a la manera
plebeya que a la manera heroica. En efecto,los ilustres héroes

2ó Los primeros documentos del sa rdo (isla de Cerdeña son la Carta Lugodoresa y
)
la Carta Cagliaritana, ambas del siglo ¡r. [¿ afirmación de Dante es en el sentido de
que este idioma se consideraba románico, pero siempre tomado como lengua subor-
dinada al italiano.

92 93
Apilia, sea por su aspereza, sea por su quedarse
cinos, que son los romanos y loJde las La letrá,á
una manera horrible. Dicen en efecto: esta létr¿i
Vo[z9ra que chiangesse lo quatato (euisieran que cambiara el
cuadrado).
Pero si bien los campesinos de Apulia hablan cbmúnmente
tah mal, hay aliunos de entre'ellos que han hablado muy bien,
insertando en sus canciones términos más elevados, coÍlo
parece a tod sus escri-
o: Madonna, os quiero
amore yo sí no amor,
ando tan contento).

esta lengua todos los que dicen magara,ts es decir, los de,
Gallo de Pisá; Minó Moiáto de Siena; Brunetto florentino,' Brescia, Verona, Vicenza, así como los de Padua, que abreviaq
cuyos versos, si los analizamos, no tienen el estilo c'ürial, sino
tañ sólo el de las ciudades. ajan a los
demás en esta lcica pretens ló. geno-
veses lo que dijimos de los que si los

acogerse al vulgar curial, es decir, Ildebrandino de Padua. Por

ta Deus<'i es un adverbio de afirmación reforzado.


' rs Molaru es también adverbio dc afirmación, en uso
en el territorio loóbardó-
véneto.

94 9s
\
I

consiguiente, al citar a juicio todas las lenguas vulgares del


prespnte capítulo, creemos que ni el romañolo, ni su opuesto,
ni el veneciano pueden ser aquel ilustre vulgar que andamos
buscando.

XV. Ahora tfataremos de'recorrer con cierta prisa lo que El grandisimo


queda de la floresta itálica. Decimos entonces que tal vez no
Maclonno, lo fino antor c'a vui porto.
opinan del todo mal los que piensan que los boloñeses emplean (Señora, el gran amor que os entrego.)
la lengua más elegante, puesto que toman algo de los de Imola,
Ferrara y Módena para embellecer su propio lenguaje, como Guido Ghisleri:
sabemos que los pueblos lo hacen con sus vecinos, y lo demues-
tra Sordello a propósito de Mantua con respecto a las regiones Donno, lo fermo core.
(Señora, el. firme corazón,)
vecinas, Cremona, Brescia y Verona. Ésti¡6 fue hombre de
gran elocuencia y abandonó la lengua materna no sólo al t abrrcro:
dédicarse a la poesía, sino también en otras ocasiones. Los
mencionados ciudadanos toman de los de Imola su suavidad y Lo meo lontano gire.
dulzura, de los de Ferrara y Módena cierta guturalidad, que es (Mi lejano andar,)
muy propia de los lombardos. Creemos que esta guturalidad se
quedó como caractefística de los naturales de esta región al Honqsto:
unirse con los longobardos extranjeros; y ésta es la causa por la Piú non attendo il tuo secorso, Amore.
cual no encontramos a nadie de los de Ferrara, de Módena o de (Ya no espero tu ayuda, Amor.)
Reggio que haya escrito poesías. En efecto, acostumbrados a
su propia guturalidad, no pueden, sin cierta dificultad, acer- Y éstas sonrpalabras muy distintas de las que empleael ciuda-i
carse al vulgar áulico, lo cual acontece con mayor razón a los dano común de Boloña" Y como pensamos que nadie duda con
de Parma: dicen monto en lugar de multo (mucho). Si los respecto de las otras ciudades del extremo sur de ltalia, qucsi-
boloñeses toman lo mejor de unos y de otros, como antes se alguien dudara no lo consideraríarnos digno de contestacidtl,'
dijo, nos parece natural que su habla resulte templada por poco nos queda por añadir a,nuestra disbusión. Queriendo,,
cierta agradable suavidad por la mezcla de estos elementos pues, dejar el cedazo para ver brévemente lo que ha quedado;
opuestos, lo cual, según pensamos, está fuera de toda duda. decimos que las ciudades de Trento, Turín y Alejandrla,'pof'
Por lo tanto, si se les considera como los mejores en la'lengua encontrarse demasiado cerca de los confines de ltalia, rló
vulgar, comparando solamente entre sí a las formas de hablar pueden tener pureza lingüístiia, hasta tal punto que, si en lugar
de los municipios de ltalia, estamos gustosos de acuerdo con de tener un vulgar muy bajo, lo tuvieran muy elegante, negatla
ellos. Pero si simplemente consideran que se debe preferir el que fuera italiano porsu mezclacon otras lenguas.3t Entonces,
vulgar boloñés, entonces discrepamos. La lengua boloñesa no si queremos encontrar una lengua italiana ilustfe, no la pode-
es en efecto aquella que llamamos áulica e ilustre;porque si lo mos hallar entre aquéllas. l

16 Sordello nació cerca de Mantua, en Goito. Fue poeta provenzalfamoso.


En el
nto v¡ del Purgatorio, Da nte Io idealiza para darnos un sí mbolo de amor patrio: "Oh
ca
mantuano, ¡yo soy Sordello!, ¡soy de tu tierra! Y ambos se abrazaron."

96
un& que en otra,, así como la sustancia más simple; quÉ es Dios,,
se rnanifiesta rnás en el hor,Rbre que en el;pnim4l; mds en,el
animal, que en el vegetal; más en éste que en.los mine[.qles;,en
éstos, más que en:los elementos; en el fuego, nlás q$g,en la
tierra.ar Y la cantidad más siniple, eü€,€S €lruno, apar"eo,gimás
ningún lado. Al retomar, pues, los instrumentos',de nuestra en el número impar que:en el par; y el color prás sirnplo, eü9Ésr
e
cacería, decimos que que el blanco, se aprecia rnás en el amarillo euG, €n e[ verde¡For
haya una por mediode slas tant o,. habiend,o alcanzado lo que buscábamos,rdecimos qUF el
otras y recibamos de los vulgar ilustfe; cardinal, áulico ,!:curial es el de ltalia, porgüte
demás. Como en la aritmética todo se mide por la unidad y se pertenece a todas las'ciudadesrde ltalia,y no es e¡rclusiyq.det
habla de lo más o de lo menos según la distancia o la cercanía rringuna y cort él se,miden, se Fstiman )y se cor.nparan todos lp$,
que se tiene con la unidad, también en los color'es todos se vulgares de las,diversas cit¡dades italianas. 1 :^i¡ :,.'
miden por lo blanco y se dicen más o menos visibtes según se : j, , . Ii¡lli'l
acercan o se alejan más o menos de lo blanco. Y cualquier€osa XVII. Vamos ahora a decir la raz6n por la cual llamamos a este
que digamos de lo que tiene cantidad y cualidad, penéamos que vulgar que'hernos ansqnttado con lo's cElifrtcativos de ilu
se puede aplicar a cualquier predicarnento, incluso a la sustan- áulico y curial, y por este medio esclareceremos
cia, es decir, que cada cosa se puede:medir en su género con "uráinui
su definición. Antes eag:.nada'expliquérnos po¡ quó califiqp*'
aquello que es más simple.a0 Por eso, en nuestras acciones, mos de ilusre al,vr¡lgar",y qué queiemos decir cuand.o ft$ff
aunque se dividan en especies, es necesario encontrar este expresamos así. Conr la denominación ilustre afirmarnqs,qllet
mi
s se actuamos algo, br es" iluminado, Pe eqq4,
mbrgs, o la enten- rnanera o,,fips o perque,,ilurniiiag
según n hombre por
dos con justicia y caridad, b
bueno o"fnala. En cuanto actuamos como ciudadanos, t€ne- pprque habiendo sido adoctrinados sxcelentemente, son, a su
mos la ley porla cual se dice si,un ciudadano es bueno o malo. vez, excelentes maestro$, conlo Sóneca12 y Nnrma Pompilioll
En cuanto actuamos cErno italianos, disponernos de algunas Y el vu'lgar del que estamos hablando seeleva por el.podor y
seflales mny sencillas en relación con,las costumbres, los hábi- el ygloriaalos
tes y'el idioma; con.las cuales,se estiman y se miden las 4cciones é1. s ilustre por'
relativas a.la nacionalidad. Y,las acciones más nobles de los cr¡ o, claro y pe
italianoe ,no perteneceh propiarnente' a, ninguna óiudad de entre un tosco
trtalia en particular,,sino que son comunes a todas: entre ellas,se da, de una fon
puede ahora discernir aquel vulgar que veníarnos buscando cofno lo demu
desde el principio,rel,que,se oye en todas las ciudades y no sé
'r{2 Rerninisc€ncia pitagórica en cuartto al fuogo delemplreo o ciudadela de.Zeüqr,
lirnita a nirrgunarde ellas. Sin embargo,, puede destacar rnás en Numa Pornpilio es el segundo de los rbyei etruscoo- que gobernaron a Rotne,
selrln la trádíción. Se supone qúé fue un rey,celoso de las leyes y profundamenE-
religioso,' por tanto, Dafité lo tonlá como ¡inbolode soborano ideál,que ilu¡hinaa'$ul
sribdilos cón los principiios de justicia y eQuiddd: | | ''
13 Luc e acertado
equillbrio y las ideas
cristiart¿s i, $qPuesto
epistola rio con el apóstol Pablo, Los primeros iñtelectuales del.bristianismo decían de
él: Sene<'o soepc noslar, es decir: Séneca, que a menudo comparte nüestras ideop.

98 c99
\

amigo.4l'Es también manifiesto que la lengua vulgar se ensalza de familia de todas ellas"al ¿No desarraiga cada diae,spinosas
por,su poder: en efecto, ¿qué poder más grande puede haber zarzas de la selva itálica? ¿No planta cada día nuevac plantas e
qtre aquel que cambia los corazones humanós de tal manera injerta otras? ¿Qué están haciendo sus agricultores sino,quitar
que loS convierte de obedientes en contrarios yde contrarios en o poner, según se ha dicho? Por eso merece epe se le eonceda el
obedientes corro el vulgar lo.hlzo y lo viene haciendo? Tam- calificativo tan grande que se ha mencionado. Que le llarnomos
o-ién está claro,,que el vulgar se sublima por el honor. Sus tarnbién áulico resulta claro, porque si noso[ros los italiafros
secuaces, ¿no v€ncen acaso en fama a los reyes y a los fnarque-
ses, a los cond€s y a cualquier otro tipo de poderoso?'Esto no
necesita de comprobación alguna. Nosotros sabemos muy
bien ctránta gloria csta lengua conceda a sus secuaces: nos-
otros, qi¡e itara probar la dulzura de su gloria menospreciamos
a nuestro propio destierro.a5 Por esto, con razón, debemos parece ser el vulgar del cual hemos astado hablando; y 4e aqpl
llamar ilustre a este vulgar. procede que todoelos qué hablan eri lacgrte empleqn sipmpng

XVIII. Y no sin ra¿ón añadimos otra denominación al vulgar


üüi$tre, es deoir, la de. cardinal. Porque, así como la entéra
puerta sigue el gozne'de tal manera que hacia donde se mueve
éste, se mueve toda la puefta, ya sea:que se dirija hacia adentro, es otra cosa qu9 la regulación pondera¿ta de lo que tenemos
yasea habia füera, así delmisrno modo el conjunto total de los que hacer, y como labalanzade tal equilibrioSuele enconfrarpe.
vtilgarOs municipales va y viene, se mueve y se detiene de tan sólo en las curias más excelsas, de pquí que se flame cur{iil
acuerdo con esta lengüa, que en realidad,'es el verdadero padre todo lo que hay de bien ponderado en nuestros actos. Pof
consiguiente, en cuanto esta lengua está equilibrada en la
'{ Esto és: tantó Cino de Pistóya como su amigo (Dante) demuestran eh sus obras
insigne curia italiana, merece llamarse curial. Pero decir que se
cuá.les cár¿cte¡ístic¿s debe tener la lengua vulgar para.sbr''tilustre", equilibra en la insigne curia italiana parece una burla, pueito
la diüsióin dcl partido güelfo en blancos y riegros,'Dante tomó los objetivos que carecemos de ella y, sin embargo, se puede soluciohar
" En
dc loq prfu¡erps. enemistad politicadel papa fácilmente esta dificultad. Puesto que si en Italia no existe uná
Bg¡ifacio VI[. a Carlos de Valois, herma- curia (si se.gntiende por ella una curia única como cuando
rto de Felipe el cohdenado al deótierro. El
dccrcto lleva la firrna dcl jcfe.de le ciudad, C¿nte de' Gabrielli da Gabbio y est¡i fechado hablamos de la del rey de Alemania), de todos modos no faltan
entre nosotros miembros de tal curia; y así como los miembrbs
de una corte se juntan alrededor de su príncipe, así los miem-
bros de esta curia se reúnen alrededor de la graciosa luz de la
Dante se encontraba en París, estuliando en la universidad. De ahí habría regresado a. raz6n. Por tanto, es falso decir que ltalia carece de curia
Italia por la venida de Enrique VII de Luxemburgot en el cual Dante cifraba la aunque no tenemos un príncipe, pus poseemos una curia, á
ro¡liáción de sus ideas politicas, En 1313 muere el,ernperadof y entonaes nt¡est¡o
poéta, p€rdidas las csperanzas, se refugia en casa de Uguccigne della Faggiuola, señor pesar de que se halla corporalmente dispersa.
dc Pisa y dc Lucca. La derrota queéste inflige a las armas flotentinas despierta otra vez
en Dante las esperanzas para la realización de su,sueño, pero éstas se desvanepen
dcfinitivamente traízde la calda de este prlncipe. Su último refugio fue la corte de 6 Véase Horacio, Poética, venos 60 y siguientes.
Guido Novello da Polenta, en Ravena, nieto de aquella Francesca da ,Rirnini que tt
Dante recordó en el vcanto del lffierno, También, durante algún tieqpo fuehuésped Aqui Dante insinúa su aspiración a la unidad e indepcndencia de ltalia, dentro
de la suprcma monarqula del imperio. Hay en oste pasaje üna convcrgcncia del idc¡l
de Can Grande della Scala, señor de Verona. A él escribe una extcnsa carta acerca de
politico y del interés lingülstico en una superior intcgración unitaria.
los propósitos de la Comedia.

100 l0l

rI
XIX. Y este vulgar al quo llanr4riros ilustre, cardinal,y áulico,
afirmamos.que es el que,se,denornina vulgar italiano. Porque .:
así corno podernos encontrar un vulgar propio de.Cremona,
.": ,,
asl podernos hall,ar otro que es propÍo de Lornbardía. así
l

,LIBRO SECUNDO *,0';


podotnos,descubrirotro que p€rtenece arl¡t patte izquierda de ,
Italia; y' se encuentra también una lengua
: it';,'ir
vulgar"q oda'Italia. Y co"mo aquél se llama
,' ; . '1r
I. Necesitando otra vez'larapidez de nusstro,ingenio y dolre-
cr€moné o y aquel otró semiitaliaho, asl el
sando a lá, obra frlrctuosa, digamos ante todo que'el vulg&r
vu.l$ar qüe pbttenese.a,toda Italia se llama italiano: De esta
lCñgua se sirvieron los llustres poetas que en Italia compusie- italiano ilüstre'puede usarse thnto en'pro$&,celrho en v€r$o.
ton éanelones en'lengtra vulgar, como los sicilianos, los de
Apüliir; los toscanos,,los'rbmañoles, los lombardos y los de las
dÓsMhrca3. Y como nueska intención, como lo prornetimos al
pr:tñei'piordé esta obra, .leS exponer,la doctrina acerca de la
iengua vulgar, comenz&renos porésta, por ser la más insigne, y
expbndremos en los libros sigr.lierttes qué"temas'oon los qüe
ccinsideramos'dignos'pafarernplear en ellos el vulgar, por qué ra-
zóú,,én qrré man
. dirigirlo. Una vbz
nei el vulgar infér
o aquel que.pertene:: sola familia,
1 :n" ',

I Elfraiado sobre crafse


como un verdadero tr mani-
fiesla preferencia por tudio'
nuestro aut'or habrla e Prosa

r03
t02

I'
lü,it
\

y ciencia, y desprecia a los que no lo son. En efecto, todo lo que inféiicires favorecen a éstas, es verdadera si los elementos
nos conviene, nos conviene o por razón del género, o por razón mezclados no quedan separados unos de otros cor,no, potr
de la especie, o por razón del individuo, como sentir, reír o ejemplo, cuando funditnos el oro con la plata; pefo;, si sb
ejercer el arte militar. Pero esta lengua no nos conviene en m-antiene la separación, las cosas inférlores se retlájang,corrto
razón del género, porque podría convenir también a los anima- cüando se mezclan mujeres hermosas con las fdas. Por eonsi-
les; no por razén de la especie, porque sería conveniente a guiente, iorno el significado de los poctas siempre queda's€pa-
todos los hombrgs, sobre lo cual no hay ni siquiera que discu- rado de las palabras; si no es excelente, al ufiirse'ál vulgar
tir. De hecho,,nadie puede decir que dicho vulgar convenga a iluStre no mejoraría sino que empeofaría, como una mujér fea
los campesinos que tratan cosas:rústicas (puesto que los con- qúe se cubrá de oro y se vista de seda:
gcpto: mejores no se pueden hallar, sino en donde hay ciEnpia e
ingenio, por eso no'les conviene {a lengga más ilustre); se II. Después de haber demostrado que no todcis los poetás, s'i'Ío
predica por tanto por:razón puramente individual. Pero nada tan sólo los mejores, deben emplear el vulgar ilustre; ahdra
convienc al individuo sino por su propia dignidad; por eiemplo debemos démostrar en consecuencia si todos los asuntos deben
el corne¡cio, la guerra y:el gobierno. Por la cual si una convq- o no tiatarse en lengua vulgai; y, si no pueden sef tratbdds
niencia exige una dign[dad correspondiente, eS decir, personas todos, convendrá señalar uno poruno los temas que debett's€r
dignas (y algunos pueden ser dignos, otros más dignos y otros ekpueétos en el vulgar referido. Ló que hay que dreterrninar.'en
más, dignísimos), es claro que lo bueno corresponde a los piimer
dignos, lo mejor a los máE dignos y lo óptimo a los dignísimos. digno.
Y cqmo el lenguaje no es otra,cosa sine, el instrurnentp de noble I
nuostra propia concep-ción, asi como lo eS el caball'o para el uná co
soldado, á los soldados mejores corresponderán los mejores a{uél: la posee, condcida la dignidad,"conocemos también
caballos y a las concepciones mejores el lenguaje más adecua- qüién es digno: ' 'i
do, Fero ,las concepciones mejores no pueden darse sino en De hecho ta dignidad es efecto o térmiño de los méritos;:de
donde hay cieneia e ingenio; por lo tanto, la lengua ilustre no manera que si alguien ha bien merecido, decirnos que;lia
puede ser empleada más gue por aquellos en los cuales hay logrado la dignidad de bueno; pero si ha mal merecido, deci-
oiencia e ingenio,.2 Así que dicho lenguaje no conviene a todos m lo;como,porejemplo,
los poetas, puesto que muchos versifican sin ciencia ni ingenio el ctoria; el que gobierna
j; por consiguiente, tanpoco les conviene el vulgar: más ilustre. bi el mentiroso cargdeóh
Por lo tanto, si no conviene a todos, no todos deben emple4rlo, su Vergüenza y el ladrón con la müerte. Pero; siendo posiblet
ya que nadie debe aqtuar de manera inconveniente. Y, cuando hacercorhparaciones al mérito y en cualquier otró campo;'dó'
afirmamos que,cada, uno debe adornar lo mejor posible sus tal modó'que algunos'merécen bien, btros mejor y otros ópti-
versos, €st4mos en lo cierto; pero no por eso diremos que el mamente; algunós mal, otros pebr y otros'pésirhamentei' y
buey enjaezado está adornado, ni que el,puerco limpio estrá tomando en cuenta que dichas
ataviado, antes bisn ,,roirernos al verlos afeadgs, ya,que el con respecto al criterio meritorio
adoqno consiste en añadir algo convenient€ al sujeto. En cuan= lo hemos dicho, resulta manifie
to a la afirmación de que las cosas superiores mezcladas a las paren entre sí según lo más y lo menos por lo cual algüñá$
cosas son grandes, otras mayores y otras rháximas, consta por
2 Intcrpolación cr¡ el teito original de "...Sed optimae conceptiones non possunt consiguiente que hay algo digno, algo más digno y algo dignísi-
cssc, nisi ubi scicntia et ingcnium est; ergo optima loquela non convenit..," mo. Y como la comparación entre dignidades no se hace en
104 t05

üir
\

relación con el mismo objeto, sino acerca de objetos diferentes, Arnaldo:3


L'auro amoru fal bruol brune'uz c'lairir.
(El aire amargo hace esclarecer a las.florestas.)

Gerar{o:
Per solctz reveillar
c:he s'es trop endormilz.
(Para despertar el, polaz
. que se ha largo tiempo adorm-ecid.o.)

Cino:
Digno sono co cle morte.
(Digno soy de rnuerte,)

Su amigo:
Doglia mi rec'a nello c'ore qrclire,
(Dolor me causa en el qorazón
, ardor,) , ,

Pero no encuentro a
I

servido dél
genero épico. Con uedan bien
claros los temas que más ilustrP-
': tt 'i

vates o la épi . Ql
! Se ve con lrecuencia en las citas poéticas de,Dante una estrecha rglación e¡t¡g,la
l; la rect
poesla italiáña y la poesfa provenzal. Dgntro de la ejemplificación de lhs dos escuelas,
?nol lq;
enila cual nuestro poeta se incfuye a sl inismó. el florentino muesua una pafticular
elram toyayl él' predilección pata la canción, genero en el cual sobresaliójunto con Francescq Pe¡rar-
Dicq, en efecto, Bertrán: ca. Dante y Pet¡arca son,en efecto, los máximos representantes ¡ta¡i¡nosde la cención,
del siglo Íli.En cuarito a Arnaldo Daniel, bs Daniel Arnaut, poeta frovenzal de ta
stgunrla mitad dcl siglo xr. Eñ la C'omullu lFurgatorio.'xxvr) salü<.la a Dantc cn llu
Non posc' mudar dun canlar non expariq, prop.ió idioma:, Ie u suiArnqut,,que plor e vau ¿'anton: / t'onilror vei Iq papsatlqtlor, /'g vei
jusen lo jorn qu'ciper, clenan (Yo soy Arnaldo, que lloro y voy cantando, / pe-nsativo
(No puedo dejar de componer un canto.) /
vcó la pasada locu¡a, y veo con alegrla aquel día que espero, cercano).

r06 t07
las canciones es la más excelente de todas estas formas; nes. Por lo tanto, queda demostrado que los temas que'convie-
por lo tanto, si la más grande excelencia corresponde a nen al más alto vulgar deben expresarse a través de las
la más alta dignidad, como lo probamos anteriormente, lo canciones.
más digno del vulgar excelente requiere también la forma más ,:,
digna y, por consiguiente, se debe tratar en forma de can- IV. Después de haber contestado a la ,cuestión propuesta
ción. Y se puede demostrar con varias razones que la forma haciendo resaltar quiénes son dignos de emplear el vulgar áuli-
de la canción tiene la dignidad requerida. co, los temas y las formas que consideramos dignas del blto
Primeramente porque siendo cánción todo lo que se pro- honor de la lengua vulgar, nos parece oportuno, antes de pásar
duce en verso, solamente las canciones" merecen este nom- a otro asunto, poner bien en claro la forrna de las cancioñes,
bré, lo que nunca se consigue sih uña larga experiencia. que algunos emplean más bien al azat que de acuerdo con las
Además, todo lo que consigue por sí mismo, el fin por el cual reglas del arte, y reseñar el magisterio de aquel arte que se hla
ha sido hecho es más noble que el que necesita ayuda venido ejerciendo por pura casualidad, omitiendo de momen-
exterior; y como las canciones realizan por sí solas lo que to,la forma de las baladas y de los sonetos, pues nos propor,re"
deben, lo cual no consiguen las baladas (pues necesitan de mos explicarlas'en el cuarto libro de esta obra,a al hablar dt¿le
la música para la oual han sido compuestas), entonces lengua vulgar media. Al rovisar lo que ya dijimos, recordamóg
resulta que las canciones son mejores que laq baladas Y, Por que; g€neralrnente, llamarnos poetas a los que cornpusieron
consiguiente, su forrna poética es fnás noble que todas las versos'en vulgar, lo qué presumimos setr razonable sin duda
demái, pero nadie debe dudar de que las baladas superán alguna, porque de veras son poetas, si consideramos rectameR-
pn la foima a los sonetos. Por otra parte, son más nobles las
te lo que es poesla, es decir, una ficción retórica adornada con'
cdsaS que proporciorlán más honor'a su autór, y las cártcio- música, Difieren sin embargo de los grandes poetas, es decir;
nes lo-hacen con sus'autores más que las baladas, por lo los que'se someten a reglas; en'cuanto éstos versifican coti.
tártto sorr más nobles y; en consebuencia, su forma es Ia estilo elegante y arte,.refinado; en cambio aquéllos lo haceñ,
mejor de todas. como ya lo dijimos, de una'manera casual. ::
Además, lo que es más noble se conserva con mayor Poi lo tanto, cuanto más de cerca imitemos a los grandes
cuidado y, entre las bontilosiciones cantadas, las cánciories poetas, tanto mejores versos haremos. Por estó, es necesa,Fio
sofl las qúe se conservan con mayor esmero, lo que pueden (üe nosotros, que buscamos el contenido doctrlna, sigamos las
comprobar los que tienen familiaridad con los libros; enton- doctrinas poéticas de los grandes autores; Decimos entonCés,
ces, las canciones son más nobles y por consiguiente su for- ante todo, que es necesario que cada uno adapte el peso d€ la
ma es la mejor. Finalmente, decimos que en lá pioducción labor a sus propios hombros, ho sea que al cargarlos denrasih-.
ártistica lormás noble és lo que puede abarcar én sí todo do, se vea arrastrado en el lado. Esto es lo que enseña nuestro
ei arte; y coino los versos cantados son óbra artística y todo el maestro Horacio, cuando al principio su Poética dice: "Elegid
arte queda comprendido en las canciones, éstas son las más un argumento."5 Además debemos emplear la discreción en lo
nobles y su forma es la más elegante. Ya que todo el arte de que queremos'decir: si hay que ernplea'r el género trágico;-
las, composiciones poéticas qt eda co,mprendído en las can- cómico o elegiaco.6 Usamos en la tragedia el estilo superior,el
ciones, resulta evidente que todo el arte que se halla en las inferior en la comedia y en la elegía el que corresponde a los
demás formas poética se encuentra también en las cancio- que están sumidos en la desdicha. Por tanto, si hemos de
nes, pero no viceversa, Una señal clara de lo didho la tene-
a Dafite indica el plan general de la obra que no pudo realizar.
mos a la vista, pues todo lo que bajó de las ilustres cabezas a 5 38 y siguientes.
los labios de los poetas, se encqentra tan sólo en las cancio- 6 Horacio, Poético,86 y sigu¡entes.

108 109
poetizaf en el géncro trágico, tendremos que emplear el vulgar V. Creemos haber dicho lo suficiente sobre la importancia de
il¡rstre y, por cónsigtriente,rservirnos de la forma de la canción' lgs temas, o por lo menos todo lo que exige nuestra obra. Por lo
Si tenemós que emplear el cómico, entonces habrá que servirse tanto, apresurémonos a hablar de la excelencia de los versos.
Acerca de ello hay que saber que nuestros predecesores usaron
métricas distintas en sus poesías, lo que hacen también los
modernos. Pero todavía no encontramos a nadie que haya
empleado en sus canciones versos de más de once sílabasg de
menos de tres. Y, aunque los poetas de Italia han empleado el
verso trisílabo, el endecasílabo y todosl los iritermedios,'sin
embargo se han servido más del pentasílaÜo, del heptasllaboy
excelencia.de los vocablos' Si bien recordamos, ya se probó del endecasílabo, siguiéndoles a ellos el trisílabo. De todos
que las cosas sumas han de tratarse con estilo sumo' y ésteque ellos el endecasílabo parece ser el más excelente, tanto polfa
notottot llamamos estilo trágico, es el más alto de todos los medida del tiempo, como por su capacidad témática, consfft¡c-
tiva y lexico gráfica. Én este verso pareie multiplicarse el mode.
lo de todas estas ventajas, pues en donde se multiplican las
cosas pesadas, ahí también aumenta el peso. Y,parece q.ue
todos los grandes poetas han estado de acuerdo en esto, puesto
que empiezan sus canciones con el endecasllabo, como lo hace
Gerardó de Bornello: Ara ausirez enl.cábalitz contars (Ahona
oiréis cantos perfectos). , :-
Este verso, a pesar de parecer decasílabo, de hecho es,ün
endecasílabo; en efecto, las dos últimas consonantes no pe&ttÍr
necen a la sílaba anterior y, aunque no tienen vocal pro.pia¡rdim
embargo no pierden el valor de sílaba, lo cual es señal de qudoü
ritmo ahí se completa con una vocal,lo cual,no podrla ser si,,tub
se aceptara ls realidad de otra sobreentendida. ' .i'¡'ll¡r'r't?

El rey de Navarra:
De.fin Amor si vie¡tt ie:n et bonté.
(Del amor refinado proceden la"
gracia y la bondad.)

En donde, si consideramos el acento y la l,azbn clel rnig¡¡,rttir


estrellas. verer4os,que es endecasílabo. , ,:..ii i
' l ':
'. GuidoGuinizelli: i : I ii1/il::r

7 [ametriforaqueemple,aaquí Dantequiereindicarlonesarioyloimpnscindibleque
Al cor gentil repora sempre Amore.
(El amor defiende siempre el
es la inqpiración Para la Poesía'
* l2ó y sigtricntcs. I corazón gentil.) ,,üjr

lt0 t:! I
tii
I

iüit tl
mente, después de haber preparado la leña y .las cuerdas,
' El juez de Colonna de Messana: mostraremos cómo deba hacerse elhazprometido, es decir, la
: ' '
Amo,r, che lungiamente m'di menqto. canción.
(Amor que largamente me has llevado.)
VI. Y como nuestra intención se concentra en el vulgarilustre,
Rinaldo d.e Aquino:e
Per Jino Amore vo sí leraménie.
' ,(Por un puro amor ando tan alegre.)
.
' Cino de Pistoya: I la construcción. Debe saberse que lo que llamamos construc-
Non spero che giammai per mia salute. ción es un conjunto ordenado de pálabras, como, por ejemplo:
(Ya no espero que por mi salvaci6n.) Aristoteles philosophatus est tentpore Alexandri (Aristóteles
filosofó en tiempo de Alejandro). Aquí hay cineo.palabras orde-
nadas en un conjunto, que forman una proposición. Hablando
Sü amigo: :

de ella debemos considerar antes que hay construcciones pro-


Amqr, che muovi tua virtú dal cielo. pias y construcciones impropias; y como (si recordamos bién el
- (Amor que desde el cielo mueves inicio de nuestra exposición) vamos cazdndo tan sólo las for-
tu virtud.) mas mejores, no habrá ningún'lügar en.nuestra casa para las
construcciones impropias, porqüe ño tienen ni siqulera un
grado bajo de bondad. ¡Avergüéncense por lo tanto, avergüén-
Y si, de acuerdo con lo ,que se acaba de decir,este verso es el
cense los ignorantes que pretenden incluso componer cancio-
más digno de todos, cuando se une en cierto modo al heptasíla-
bo, con'tal que conserve laprimacía,alcanza mayores alturas
deesplendor poético, pero esto lo explicaremos más adelante.
Y decimos queel heptasílabo le sigue al que es más grande que
todos. Después de éste tenemos al pentasílabo y luego al
trisílabo. El eneasílabo, porque se parece a un trisílabo tripli-
cado, o nunca fue muy estimado, o se abandonó por su pesadez.
Los versos parisílabos, por su dureza se usan raramente; con-
servan, en efecto, la naturaleza de su métrica, la cual está Bertam (Pedro ama mucho a doña Berta). Hay también otra
meramente cultan que eq propia de los e$,tudiantes y maetros
sübordinada al dístico como la materia a la forma. Y así pobres d
resumiendo lo que acabarnos de decir, nos parece que el ende-
pieute maíorem quicumque
casílabo es el verso más excelso, y esto es precisamente lo que
in exilio um somniando revisunt (NIe
producen gran dolor los que en el exilio ven, tristes, a su patria
buscábamos. Ahora nos queda por investigar acerca de las
tan sélo en sueños). Hay también la que es culta y elegante,
construcciones sublimes y de los vocablos elegantes y, final-
propia de aquellos que se sirven de la retórica con cierta
superficialidad: Lau qbilis discretio marchionis Estensis et sua
e Rinaldo d'Aquino es un poeta de la escuela siciliana, quien se aparta del estilo m a gnifi c ent ia pra epara t ai, c un c tis i llum fa ct t, e s s e' dí I e c turn (La
áulico para poetizar con naturalidad y sencillez en el decir.

tt2 r13

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5

El rey de Navarra:
Ire d'Amor qui en mon cor repaire.
(El desprecio amoroso quc mi
corazón padece.)

Guido Guinizelli:
Tegno de folle 'mpreso a lo ver dlre.
(Tengo una loc¿ empresa a decir
verdad.)
ejemplo: r-

Gerardo: Guido Cavalcanti:


' Si per mon-Sobrelots non fios. Poi che de doglia cuor conven ch'io porti.
(Si por el Unico mlo no fuese.) (h¡es he de llevar dolor cn mi
corazón.)

Folchetto de Marsella:
El juez de Messana:
Ton m'abellis I'amoros PPnsamen.
Anchor che I'oiguo per lo locho lassi.
(Tanto me agradó el pensamiento amoroso')
(Aunque el agua pase por el fuego.)

Arnaldo Daniel: Cino de Pistoya:


lo nbraffon, chem sorz'
.Sols s¿i che sai Avegna ch'io aggia piú per tempo.
(Yo soy el l¡nico que cohozco el (Aunque tenga todavla por más
gave afán que me atormenta.) tiempo.)

Su amigo:
Américo de Belnui: Amor, che nella mente mi ragiona.
Nuls hom non pot compllr adrechamen. (El amor que razona en mi mente:)
(Nadie puede dar justo cumplimiento.)

No te asombrcs, lector, de tantos autores quc recordamos:


no pdrlamos señalar aquella excelsa construcción si no cítá-
Américo de Peculiano: ramos estos ejcmplos. Y tal vez serla muy útil para conseguirla
Di eom l'albres, per sobre carcar'
che leer a tan eficaces poetas como Virgilio, Ovidio en sus Meto
(Como el árbol que por su excesir¡a carga') morfosis, Estacio y Lucano, como ttmbién a otros quc emPlca-

u4 ll5

l- ül
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il

ron prosa muy alta, es decir, Tito Livio, Plinio, Frontino, virtute (virtud), donare
Paulo Orosio y muchos otros que nuestra amiga soledad nos securitate (seguridad),
invita a visitar. Dejen, pues, los ignorantes de ensalzar a Gui- hirsutos todos aquellos
tón de Arezzog a otros que no han sabido desprenderse de que son necesarios o sirven de adorno al vulgar ilustre.
vocablos y construcciones plebeyos. Designamos como necesarios aquellos que no podemos
evitar, como ciertos monosílabos, tales como sÍ, ,to, me, te, se, a,
VII. La realiztción de nuestro propósito exige ahora que e, i, o, z, las interjecciones y otros muchos. Las que sirven de
adorno son todas las palabras polisilábicas que,'mezcladas cort,
los vocablos refinados, producen una bella armonía de conjun.
to, a pesar de la aspere za de la aspiración, del acento y de las
duplicaciones, de las líquidas y de cierta prolijidad, como:
terra (tierra), honore (honor), speranza (esperanza), gravitate
otras varoniles; y de éstas algunas son rústicas y otras urbanas; (gravedad), al levia to (ligereza), impossibilitrí (imposibilidad),
y de las que llamamos urbanas, algunas son refinadas y suaves' benoven tur a I i s si mo (bienaventuradísimo), inani ma tissimame n.
otras duras e hirsutas; entre las refinadas e hirsutas encontra- te (inanimadlsimamsnte), disaventuratissimamenta (desdicha:
mos a las que llamamos altisonantes; y entre las suaves y duras dísimament e), s ourama gnicent is simomezle (sobremagnif,rcen.
están aquellas que tienen un sonido exagerado. De la misma tísimamente), que es un endecasílabo. :Se podría todavía
manera que en las grandes obras las hay que son en realidad encontrar una palabra o un verbo de más sílabas, pero corno
grandes y otras de puro excede la capacidad de todos nuestros v€rsos¡ no cae dentro de
puede advertir un cierto nuestro discurso, tal es el caso de aquelhonorificabilitudinitaté
quean la limitada línea que,en vulgar consta de doce sílabas y en gramática de tre.cet
aparecen más bien ruin con,dos acentos oblicuos. Más adelante hablaremos de cónro
atentamente, lector, cuán grande es el cuidado que debes tener se deben armoniz¿r las palabras refinadas con las hirsutas en
para seleccionar las palabras mejores; en efecto, si tomas en los versos. Y sea así suficiente lo que dijimos acerca de la
cuenta el vulgar ilustre, del cual deben se(virse los poetas que excelencia de los vocablos para una acertada selección. ,',
usan el estilo trágico en italiano, bomo antes se dijo, y a los que
,

ahora querefnos formar, procurarás retener en tu cedazo tan VIII. Preparada ya la leña y dispuestas las cuerdas para el haz,
solo las palabras más nobles. No podrás emplear de ninguna ha llegado ahora el tiempo de hacerlo. Pero Como en toda
manera las palabras pueriles, por susimplicidad, como mamá obra, el conocimiento debe preceder a la acción, de la misma.
y papá; ui las mujeriles, por su molicie, como dulzura y placen- manera que el blanco debe preceder al disparo de la flecha o del
tero; ni las rústicas, por su aspeteza, como rebaño; ni las venablo, veamos primero en qué consiste elhazque pretende.
urbanas, fáciles y complicadas, como hembra y cuerpo. V_erás mos hacer. Y si comprendimos bien todo,lo que se diJo, este hae
entonce.s que te quedan solamente las urbanaó, qu€ son refina- es la canción. Por lo tanto, veamos lo que es canción y qué en-
das e hirsutas; ellas son las más nobles y parte del vulgar tendemos cuando decimos canción. Hay, en efecto, la canción
ilustre, Llamamos refinadas aqpellas palabras que loq trisíla- según el verdadero significado del nombre, o sea el acto o el
bas o casi., sin aspiración, sin acento agudo ocircunflejor.sifi la efecto del cantar, como la lectura es el acto o el efecto del leer,
duplicación de z o de r, ni de las dos líquidas, o posición Pero tratemos de explicar lo que se ha dicho, es decir, si la
in¡nediata tras una muda, oasi lisas y que dan al hablante cierta canción es en cuanto acto o en cuanto efecto. Con respecto de.
suavidad como Amore (amor), donna (mujer),,ddsio (deseo), esto debemos considerar que el término canción tipne un doble

lló t17
\

significado; en su sentido es lo que el autor ha producido y, en


este caso, es agción. Conforme a esta manera, dice Virgilio en
el primer libro de La Eneida:
Arma virumque cano.
(Canto lhs armas Y el héroe.)ro

En otro sentido es cuando la canción se expresa externa-


mente, ya sea por el autor, ya sea por otra persona cualquiera, Y.decim.os conjunto en estilo trógicoporque si fuera en estilo
va o no acornpañada de música; y conforme a esta manera la .
cómico lo llamaríamos tonadilla, de la cual hablaremos en el
canción es un efecto. En el primer sentido la canción es produ.
cida; en el segundo seritido parece actuar sobre otro; y si alll es
acción de alguien, aquí se nos ptes€nta,,como efecto de alguien.
Y como ésta, antes de actuar es actuada, parece que debe
denominarse'con preferencia por la acción de alguien, antes
que por,el efecto que produce en otros. Y prueba de esto es que
nunca decimos "esta es la canción de Pedro?', por el hecho de
que;éste la recite, sino porque la ha compuesto. Además hay que
discutir si la canción es verdaderamente una producción
de palabras armonizadas o t¡na modulación musical: y al
respecto decimos que la ryrodulación nunca se llama canción,
sino más bien sonido, tonó¡ nota o melodía. En efecto, ningún
flautista, organista o citarista llama canción a su melodía, a no
ser que esté acompañada por alguna canción, pero los que esto que dicho vocablo se formó solamente en relación con e[
armonizan las palabras llaman canciones a sus obras. Y así arte, es
también llamamos canciones a estas composiciones incluso esto se I
cuando están escritas en los lib¡os sin que nadie las recite; por de todo
lo cual la canción no parece ser otra cosa que la acción comple-
ta de quien dicta palabras armonizadas con el canto. For lo
tanto, diremos que son canciones tanto,las que ahora.trata-
mos, como las baladas, los sonetos y cualquier otro tipo de
palabras armonizadas en vulga.r y sujetas a reglas. Pero como
nos ocupamos tan sólode las cuestiones del vulgar, dejando a
un lado las que están sujetas a regla, afirmamos que solamente
es una la suprema de las composiciones poéticas en vulgar, la
que llamamos canción por antonomasia, y que ésta es algo
supremo en su género lo demostrar¡rosen el capítulo tercero de rr
este libro. Pero como lo definido parece a algunos atributo ..- .Con'respe
"Igualmente se
ntoen su carta a Can Grandc dclla Scdl¡
esülo: elevado y sublime." Lo dícc cn
cuanto dicho est ta solemnidad dé ta forma yla altur¿ dCl
re El primcr vc¡:o dc la Eneida. terna.
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y {e las sí.fabas. No hacemos mención del ritmo, porque no es


propio del arte de la canción. En efecto, es llcito cambiai según
el gusto_ el ritmo y repetir el usado; libertad qué no estarla
permitida si el ritmo perteneciera al arte de la canción, como ya
se há dicho. Si algo interesa al arté bonservar el ritmo, lo in-
cluiríamos en el concepto de proporción de las partes. Por lo
tanto, podemos inferir de lo que hemos dicho y definir así la
estancia: es una estructura limitada de versos y de sílabas,
unida a un determinado canto y dentro de una cierta propor-
ción de partes.

X. Sabiendo que el hombre es un animal racional y que un


animal es un compuesto de alma sensible y de cuerpo, no
podemos tener, sin embargo, un perfecto conocimiento del
hombre al ignorar qué sea el alma y qué sea el cuerpo, porque la división del canto en el arte de la canción; pasemós, por lo
el perfecto conocimiento de cualquier cosa se iemonta a sus tanto, ahora; a la proporción de las partes.
últimos elementos, como lo dice el maestro de los sabios al
principio de su Físrc¿.r2 Por lo tanto, para poseer el conoci- XI. Nos parece que la que llamamos proporción de partes es el
micnto de canción queperseguimos, habrá ahora que conside- aspecto más importante del arte; en efecto, ella se relacioná
rar brgvernente aquello que defina lgs elementos de su
definición: primero el canto, luego la proporción de partes y,
por último, los versos y las sílabas" Aftrmamos entonees que
toda estancia estii armonizada para recibir una rnelodía, pero
se diversifica de muchas maneras, porque algunas estancias se
adaptan,a una melodía continua hasta el fin, es decir, sin
cambio alguno en la modulación y sin diesis; y llamamos diesis
al paso de melodía a otra que denominamos vuelta cuando
usarnos la expresión vulgar. Arnaldo Daniel usó este tipo de
estancia en casi todas sus canciones y nosotros lo imitamos
cuando dijimos: Al poco giorno e al gran cerchio d'ombra.\A
la poca luz y en el gran círculo de sombra).
superan a la frente en sílabas y versos, como aquélla en donde
r2 El "maestro dc los sabios" es Aristótcles,del cual_Dante es reverente discipulo y
prgfundo conoccdor. En la Comedio (Infierno, ¡y, 13l) lo llama "maestro de los que
decimos: Traggemi della mente Amor la stiva 1Él amor gula la
sabcn". El filósofo asl dicc al piincipio de su Ffsic¿: |'Puesto que en toda clase de esteva de mi mente)..
invcstigrdioncs cn quc hay principiós, causas o elemchtos, el conocimiénto y la ciencia En este caso la frente está compuesta con cuatro versos: tres
sc consiguen prccisamentc caando !¡no ha penetlhdo o comprendido estos principios,
causas o elcmcntos va quc no crcrmos una cosa sino cuando

:iT:r$itir#ocido
ntb dice en relación con los p
dc F¡ancisco dc P. Samaranch).
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versos Donna me prega, perch'io voglio dire'
oor eiemDlo. si las estrofas fuesen dos y cada una de tres (Dispensadme, señora: os quiero hablar')
cinco versos, dos
á;;tilffi"r, viu irinte, en cambio,luviese los pies superan la
endecasllabos y tres hepiásílabos' A veces Y nosotros también decimos:
canción nuesta" Amor
.ói*n *ttosy sílabas como en aquella tu vrrtuo qer Donne, ch' avete intelletto d' amore.
che muovi tua-viruú dal cielo (Amor, que mueves
(Señoras, que comPrendéis el amor')
en todo Por la sirma, como en
onna Pietosa e di novella etate Así lo han hecho los españoles y llamo españoles a los que
poetizaron en el vulgar de oc.tt
bs dicho que la frente Puede
Américo de Belnui:
superar en
afirmamos Nuls hom non pol complir adrechamen.
supe¡ar en (Ningún hombre puede cumplir rectamente.)
hecho en u
tres estrofas Y dos Pies: no qued Hay otra estancia en la cual sólo se puede intróducir el
porque podemos hacer varias heptasílabo, y esto no se da sino en el caso en que la frente o la
iictrb dé h excedencia de los cola abra la composición, porque (como lo hemos dicho) en lor
a los P: pies y en las vueltas se respeta la igualdad de los versos y de las
osdel sílabas. Por lo tanto, no puede haber un número impar de
sotros aquí considerarnos los pies versos cuando no hay ni frente ni cola; pero donde las hay
hicierón los Poetas académicos' ambas, o al menos una, es lícito usar número par o irnpar en los
sos se forman de los Pies, Y versos, según el criterio de cada quien. Así como hay una
estancia que está formada por un solo heptasílabo, asl también
es posible que quede formada con dos, tres, cuatro o cinco,
siempre y cuando en el género trágico se comience con un
endecasílabo y este tipo de verso lo dominc. Sin embargo, hay
estrofas haY que observar esta algunas composiciones trágicas que empiezan con el hoptaslla-
exigencia. bo como en (Guido Guinizelli), Guido de Chisléri y Fabricio
hemos dicho anteriormente' de Boloña:
s considerar al comPoner los
ue rePetir lo que más arriba De fermo sofferire.
(Por el duro sufrimiento.)
rsos. Entre nosotros haY tres
el Privilegio de ser usados Y
asílabo, el hePtasílabo Y el
el trisílabo, como Ya fo hemos Donna, lo fermo core.
omponer en estilo trágico'.se (Señora, el ñrme corazón.)
En efecto, haY una estancla'
s que con endecasílabos' como rr Dante llama "españoles" A los trou"ior". catalanes de los siglos xlt-xlv.
a:
123
122

,t
Y también de las esfrofas; en efecto,los pies y las estrofas difieren
tan sólo en el lpgar, pues se denominan estancias los pies
Lo meo lonlano gire anteriores a la diesis y las estrofas posteriores a ésta. Y lo que
(Mi lejano andar.)

Y algunos otros. Pero si queremos analizar sutilmente su


sentido, veremos que este estilo de tragedia se parece más bien
a la elegía. Sin embargo, no podemos conceder lo mismo al
verso pentasílabo, porque en un largo conjunto de versos es
suficiente un solo pentasílabo en toda la estancia, o a lo más versos.
dos [en los pies]; y digo en los pies por la necesidad de que se
cante en pies y vueltas. Pero de ninguna manera se debe usar el XIII. Dediquémonos también a la relación de las rimas, sin
trisílabo en el género trágico, de manera que sea por sí subsis- toc4r lo que se refiere a la rima en sl misma, que trataremos
tente, y digo por sí subsislenteporque porcierta repercusión de más adelante cuando nos refiramos a la poesía mediá. Enton-
las rimas con frocue,ncia parece quedar incluido, como se ces al principio de este capítulo hay que eliminár algunas cosas:
puede hallar en la composición aquella de Guido.Florentino: lo primero es la estancia sin rima, en la cual no se atiende
ninguna ordena¿ión de rimas. De este tipo de estancias se
Danna me pregq. sirvió mucho Arnaldo Daniel, como por ejemplo en ésta:
(Perdonadme, señora.)
Sem fos Amor, de ioi donar.
Y en aquella nuestra en que decimos: ,
(Si el Amor me diera gran alegría,)

Poscia ch'Amor del tutto m'ha lascialo. Y nosotros decimos:


(Después de que el ,Amor me ha
del todo abandonado.) Al poco giorno.
, (Al escaso día.)
No hay en este caso un verso, completo, sinotan sólo una
parte del endecasílabo, que responde como eco al ritmo del
verso anterior. Lo que principalmente hay que atender acerca
de la proporción de los versos es que, si el heptasílabo está
inserto en el primer pie, es necesario que ocupe el mismo lugar
en el siguiente: por ejemplo, si un pie de tres metros tiene el
,i
j primero y el último verso endecasílabos, y el de en medio, es campo una grandísima libettad, y lo que se busca qon esto es la
I
I decir el segundo, es heptasílabo, es necesario que también el mayor dulzura etr la armonía. H4y., en efecto, algunos poetas
,ir siguiente tenga versos endecasílabos al principio y al final y el que a veces no riman todas las desinencias de los versos en la
ril heptaúlabo en el medio. En efecto, no hay otra fo¡ma de misma estancia, sino que las repiten o las riman en otras
conseguir la repetición del canto, para la cual, como se ha
i
.t estancias; como
I

I
dicho, están ordenados los pies y, por consiguiente, no podría ha dejado much
:i haber pies. Y lo que decimos de los pies hay que repetirlo irre un verso en
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M,
lícito para un verso, lo es también para dos y tal vez para más. desinencias, este orden que se ha dicho puede quedar cambia-
Hay otros poetas, casi todos compositores de canciones, do. Nos parece conveniente además añadir a este capítulo
que nunca dejan en la estancia un verso que no esté acomiraña- algunas cosas que deben evitarse en materia de rimas, desde el
do de su rima correspondiente, ya sea de uno, ya sea de momento que no pensamos ya tocar nada más acerca de éstas
muchos. Y algunos poetas haqen diferencia'entre las¡imas que en el presente libro. Hay, pues, tres cosas que son inconvenien-
preceden la diesis y las rimas que la siguen; y otros'obran de tes para quien desea poetizar enforma cortesana, con respecto
distinta manera, mezclando las desinencias de la estancia ante- de la ordenación de las rimas: la demasiada repetición de la
rior con los versos de la que sigue. Lo cual se hace, sin embar- misma rima, a no ser que así lo exijan alguna novedad y el
go, con mucha frecuencia en la desinencia del primer verso de la intento artístico, como "el día de la milicia naciente", la cual
estancia posterior, que la mayorla rima con la desinencia no puede pasar sin mostrar alguna prerrogativa;así lo intenta-
última de la estrofa anteriol; y esta técnica noresulta en otra mos hacer nosotros en aquella canción que dice: "Amor, tú
cosa sino en una elegante concatenación de la misma estancia. bien ves que esta dama." La segunda cosa es la misma equivoca-
Por lo qüe se refiere a I ción innecesaria, que siempre merma en algo el contenido de la
frente como en la cola, obra; y la tercera es la aspereza de las rimas, a no ser que se
clase de licencia deseab mezcle con cierta suavidad: en efecto, la misma tragedia ad-
desinencias de los últim quiere cierta brillantez con esta mezcla de rimas ásperas y
que evitarlo en los pies, y sin embargo encontramos que se ob- suaves. Y esto nos parece suficiente en cuanto respecta a la
servó cierta ordenación. Y, haciendo una distinción,'decimos que ordenación artística.
el pie llega a su plenitud tanto con metro par como con el
impar, y en ambos casos la desinencia del verso puede quedar XIV. Habiendo tratado con suficiente amplitud los dos asun-
acompañada de rima o no. Nadie lo duda en lo que se refiere al tos relativos al arte de la canción, ahora se hace necesario tocar
metro par, y si alguien tuviera duda en cianto al otro metro, el tercero, es decir, el número de los versos y de las sílabas. En
recuerde lo que hemos dicho en el capítulo precedente acerca primer lugar habrá que ver algo relativo a toda la estancia, y
del verso trisílabo, cuando, al ser parte de un endecasílabo, después consideraremos sus partes. Entonces, en primer lugar,
responde como un eco de éste. Y si en alguno de los pies nos importa hacer una distinción entre las cosas que pueden
encontramos una desinencia carente de rima, es necesario de cantarse, puesto que ciertas estancias requieren cierta proliji-
todos modos que se repita en el otro. Pero si en cualquiera de dad y otras no. En efecto, todo lo que podemos decir con rima
los pies la desinencia tiene acompañamiento de rimas, es lícito lo cantamos ya sea en sentido favorable, ya sea en sentido
en el otro repetir o renovar las desinencias, ya sea en Parte o en desfavorable, ya que a veces nos toca componer para persuadir,
su totalidad, con tal de que se conserve enteramente la ordena: otras para disuadir, a veces para felicitar, otras para ironizar , a
ción de las rimas precedentes; por ejemplo, si las extremas veces para alabar, otras para despreciar. Las palabras que se
desinencias del trímetro, esto es, la primera y la última, se usan en sentido desfavorable se apresuran siempre hacia un
corresponden en el primer r de fin; y las demás, con decorosa amplitud, se van también poco a
la misma manera las desin si la poco hacia el extremo...ra
desinencia intermedia del que

1' Aqui se queda interrumpido el Trotado sobre la lenguo vulgar.


.
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