3 Saussuee

También podría gustarte

Está en la página 1de 3

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/330981639

Saussure Ferdinand – Curso de Lingüística General. Comentarios.

Conference Paper · May 2016

CITATIONS READS
0 5,476

1 author:

Pawo Wróbel
University of Copenhagen
127 PUBLICATIONS   79 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

CRISPR/Cas9 patent dispute View project

Auto-diplomacy (Indigenous International Relations) View project

All content following this page was uploaded by Pawo Wróbel on 09 February 2019.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Saussure Ferdinand – “Curso de Lingüística General”, Losada, España, 2002.

El fenómeno lingüístico comunicativo es dual, es decir, posee dos ámbitos o caras: el


lenguaje y la lengua.
En ambos, la unidad1 secundaria en el proceso comunicativo es la sílaba. Éstas se son
reacciones acústicas percibidas por el oído. Empero, esos sonidos no existirían sin los
órganos vocales. No se puede, pues, reducir la comunicación al sonido, ni separar el
sonido de la articulación bucal, ambos son complementarios y fundamentales
características biológicas que permiten la formación de la lengua y el lenguaje. Así, el
sonido no es más que una herramienta del pensamiento y no existe por sí mismo; el
sonido, unidad acústico-vocal, forma con la interacción de la idea, una unidad fisiológica y
mental.
Ahora, abordando los ámbitos del proceso comunicativo, el lenguaje es multiforme y
heteróclito; a la vez físico (ondas sonoras), fisiológico (fonación y audición) y psíquico
(imágenes verbales y conceptos), perteneciente tanto al dominio individual como al social;
no es apto para clasificarlo en algunas de las categorías de los hechos humanos, porque
no se sabe cómo desembrollar su unidad. A su vez, posee un carácter individual y uno
social, siendo imposible concebir uno sin la existencia del otro.
Así mismo, por su primigenio carácter social, éste es histórico, lo cual significa que es a la
vez un sistema establecido, en evolución; en cada momento es una institución actual y un
producto del pasado; atrapado en un círculo sin comienzo del cual no es posible
experimentar. Pero, si caracterizar. Así, una de las formas de hacerlo es a través del
adjetivo de “articulado”, el cual hace alusión tanto a la subdivisión de la cadena hablada
en sílabas, como a la subdivisión de la cadena de significaciones en unidades
significativas. Con ésta, se afirmar entonces que no es el lenguaje hablado el natural al
hombre, sino la facultad de constituir una lengua, es decir, un sistema de signos 2 distintos
que corresponden a ideas diferentes.
En esa misma línea, la lengua es una parte esencial del lenguaje, producto de un
conjunto de convenciones sociales. Su extensión es infinita, dado que es una totalidad en
sí. Es homogénea, sistema único susceptible de definición autónoma; norma de todas las
manifestaciones del lenguaje.
Ésta posee dos elementos básicos, fundamentales y contradictorios: el carácter de
mutabilidad e inmutabilidad. El primero estriba en que el tiempo altera rápidamente (pero
de forma constante) los signos lingüísticos, debido a la interacción de distintas hablas y
mutaciones sociales. Esto es posible puesto que el signo está en condiciones de alterarse
porque se continúa, con base en el principio de alteración, que se funda en el principio de
continuidad. Esto es una de las consecuencias de la arbitrariedad del signo.

1
La unidad lingüística es una cosa doble hecha con la unión de dos términos. Los términos implicados en el
signo son ambos psíquicos y están unidos en nuestro cerebro por un vínculo de asociación.
2
Lo une el signo no es una cosa y un nombre (como popularmente se piensa), sino un concepto y una
imagen acústica. La imagen acústica no es el sonido material sino su huella psíquica. El signo es una entidad
psíquica de dos caras. Concepto e imagen acústica están íntimamente unidos y se reclaman recíprocamente.
En síntesis, es posible entender la lengua como la resta del lenguaje, menos el habla.
Para que exista ésta, es necesaria una masa parlante. Justamente dicha masa parlante
es la que produce la mutabilidad en la lengua, al actuar sobre ella la fuerza social a través
del tiempo.
Posteriormente, la inmutabilidad hace referencia al hecho de que a la masa social no se le
consulta respecto a la elección del el significante impuesto por la lengua. Un individuo es
incapaz de modificar la elección hecha, más aún, la masa está atada a la lengua,
entendida ésta como una herencia del pasado, que sin embargo no es producto de un
contrato social entendido desde la teoría hobbesiana del Estado.
Finalmente, las razones que explican la inmutabilidad de la lengua son: la arbitrariedad
del signo, la característica infinita de los elementos que la componen, la complejidad del
sistema, y la resistencia colectiva a toda innovación lingüística.

View publication stats

También podría gustarte