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toセi@ XXXII
Nú!>IE:RO 3
NOTAS CLINICAS

perior en peso a los 243 gr. Por su tamaño, este ginan en esta regiÓJl$ sean o no irradiados a
caso es de los mayores tumores intraventricu- otras zonas.
lares registrados en la bibliografía, y sólo exis- En todos los casos debemos interrogar y ex-
ten otros tres casos comparables. íf;Iorar minuciosamente al enfermo, buscando
La sintomatología clínica correspondía a un otros signos y síntomas que nos permitan com-
pequeño tumor de la región parasagital, con es- pletar el cuadro.
casos síntomas de hipertensión intracraneéll. Vamos a seguir a MARAÑóN en sus líneas ge-
Este caso indica, una vez más, la extraordina- nerales en el estudio etiológico del síntoma que
ria tolerancia del cerebro para tumores de gran nos ocupa, con algunos comentarios y aclara-
tamaño y de crecimiento lento, en jóvenes. Se ciones que creemos de interés. Tendremos ade-
hace una rápida revisión de la bibliografía, cua- más en cuenta en la descripción la frecuencia
dro clínico y ventriculográfico de los meningio- de los procesos, prescindiendo de aquéllos que
mas intraventriculares, que son, en general, merecen casi exclusivamente un interés teórico,
raros, apareciendo solamente 31 casos en la li- y cuyo estudio haría perder relieve a los que de-
teratura. ben llamar la atención del práctico.
l.-Mencionamos en primer lugar los proce-
BIBLIOGRAFIA
sos de bazoJ que en el caso de hipertrofia dan
BuscH, E. Acta Chir. Scandin., 82, 282, 1939. pesadez, y dolor cuando hay periesplenitis, r('-
CUSHING, H. y ElSID.'IIARDT, L. - The meningiomas. Thomas,
Sprlngfield, 1938. mitiéndonos a la patología de ese órgano para
DANDY, W. Benign encapsulated tumors in the lateral ven-
tricles of the brain. Bailliére, Tindall and C'o:-.:. Lon-
evitar una farragosa relación.
don, 1934.
GARDN!lR, W. J. y TURN!lR, 0. A.- Surg. Gynec. and Obst.,
2.-En estómago) las úlceras de cardias y
66. 904, 1938. cuerpo del estómago, sobre todo en curvadura
JEFF'I-lRSON, G. y JAcr<:SON, H .-Pr oc. Roy. Soc. Med., 32 1105,
1939. • menor, así como las neoplasias de estas zonas
TOLOSA, E.-Rev. Esp. Oto-Neuro-Oftalmol. y N eurocir., 1,
8, 1944. y de curvadura mayor, son responsables de es-
tos dolores en buen número de casos, pero en la
mayor parte de ellos son propagados de epi-
gastrio.
Debemos セA。ュイ@ especialmente la atención por
su frecuencia, comprobada por todos los clíni-
」ッセL@ sobre セャ@ dolor localizado en hipocondrio iz-
TRES CASOS DE DOLOR EN HIPOCONDRIO qlllerdo baJo reborde costal en las úlceras gás-
IZQUIERDO tricas . penetrantes en páncreas, ocurriendo lo
rmsmo con algunas úlceras duodenales con esta
E. DE ARZÚA ZULAICA complicación.
Ex Médico Interno.
En la úlcera péptica postoperatoria 6 el dolor
se. localiza con frecuencia en hipocondrio i7.-
Cl!nica de Aparato Digestivo del Hospital de Basurto. Jefe: qlllerdo, con irradiaciones bajas.
Dr. J. L . OBREGÓN !CAZA. Si asienta en el estómago, se presenta con fa.
ses de dolor y calma; si en la boca anastomóti-
ca o yeyuno, el dolor es continuo, sobre todo
DOLORES CRÓNICOS EN HIPOCONDRIO IZQUIEP.-
」セ。ョ、ッ@ hay exteriorización, calmando momen-
doNMZセ・ッイ、ュウ@ que el hipocondrio izquierdo エセョ・。ュ@ c,on. alimentos o alcalinos. En oca-
esta limitado por arriba por el reborde costal ウセッ⦅ョ・@ hay vomitos, con mezcla de alimentos y
por li:bajo por una línea que une los puntos ュ£セ@ 「セィウ[@ el enfermo se caquectiza. Hay hemorra-
ュヲ・イキセ@ de los arcos costales, por dentro por
una vertical que corta la parte media del arco gias .ocultas. A la palpación, el dolor es acusado
crural y •POr fuera por la unión del reborde cos- en hipocond_rio セコアNオゥ・イ、ッ N@ El diagnóstico de cer-
tal y la línea horizontal. teza ・セ@ ,radwgráflco, con nicho de difícil com-
probacwn.
セョ@ esta región se encuentran los órganos si-
ァャ・ョエセZ@ parte más extrema del lóbulo izqmer- Puede haber dolor en los casos de aerogastria
do del h1&'ado; fondo de saco del estómago, bazo. con:o cuando セ・@ colecciona aire en la parte Sl!:
cola de _Pancreas, ー。セエ・@ izquierda de colon trans- penor del estomago en cascada 2 .
verso, angula esplénico y parte superior de co- 3.-En .los pr?cesos de colon atenderemos a
lon 、・セ」ョエL@ polo superior de riñón izquier- las afeccwnes mflamatorias y tumorales d
do Y capsula suprarrenal. transverso, ángulo esplénico y descendente. jッセ@
,N_os encontramos con cierta frecuencia en h NEs, ha demostrado experimentalmente con u
」セュゥc。@ 。ョセ・@ N・ョヲセイュッウ@ que aquejan dolores ・セ@ 「。セッョ@ la localización del dolor en hipocondr· · n
セャーNッ 」ッョ、イキ@ iセアャ・イ、ッL@ crónico (a ellos nos re- アュセイ、ッ@ por lesiones del colon de ese lado IO Iz-
enmdos espec,Ialmente), primitivos 0 propaga- encima del si&"ID;oides セ N@ En algunos ・ョヲイュセエ@
d os e otros organos. col.on espasmodiCo hay dolor en hipocondrio iz
El d'Iagnosbco ' · de estos últimos no es difícil qlllerdo 2 • -

en la mayor .p;:trte de los casos, 、セ「ゥ・ョッ@ fijaL· Un transverso muy caído y el peso de un d
セウイ@ 。セ・ョ」キ@ en el órgano del que proceden 」・ョ、セ@ lleno aumentan la angulación e 1, セウᆳ
Y. ー・イュゥエセョ@ la 。」オ[ョセャゥ￳@ de gases 」ッZーュ・セ@
m eres nos merecen los dolores que se ッイゥセ@
tlas en hipocondriO Izquierdo 2. En general, d:-

202 REVISTA CLINICA ESP AÑ"OLA 15 febrero Q セ
Y@

bemos tener presentes ャッセ@ casos de aerocolia, en Exploración.- Sólo hay que sefialar dolor a la palpa.
ción en epigastrio e hipocondrio izquierdo y fosa lurn.
flexura esplénica. bar del mismo lado, asi como a la percusión en
4.-Para GALLART, no sólo el cólico hopático 8 dorsal.
puede dar crisis con localización exclusiva en Rayos X. Bulbo duodenal en mariposa. Imagen sos.
hipocondrio izquierdo 17 , sobre las que no nos ー・」ィッZセョ@ de nicho !'n curvadura mayor de antro.
Jugo (2-V-48): 3:> gr. de pan y 350 c. c. de agua a
extendemos por tratarse de dolores agudos, sino los tres cuartos de hora. Cantidad, 50 c. c.; ウ・、ゥュセエB@
que en la litiasis biliar nos encontramos en oca- 10 c. c. Acidez libre. 60 U. Combinada, 75 U. Sa.'lgr."
siones con dolores o molestias, menos intensad, negativa. Hemorragias ocultas en heces. b・ョ」ゥ、セ@
pero que persisten localizados exclusivamente (3-V-48), positiva.
Evolución. ·La enferma se ha encontrado bien en
en esta región. meses sucesivos con el tratamiento médico que se le
Por exploración, hay dolor en hipocondrio iZ- puso, habiendo desaparecido todos sus dolor!'s, excepto
quierdo, acompañado o no del mismo signo en a las cinco semanas de iniciado aquél, en que tuvo du.
el cuadrante derecho. rante cinco días un dolor muy fuerte <•n hipocondrio
Para explicar estos hechos hay que admitir costado izquierdo, continuo, que desapan•ció, hasta ィ。セ@
diez días (5-VIII-48), en qu<' tiene 4 deposiciones negra.¡
una particular distribución de las fibras de la como la p!'z, p<'gajosas, acompafiadas de debilidad de
sensibilidad visceral simpática, que, en parte o pi!'rnas, con dolor <'n costado izquierdo, cuatro días der.
totalmente, desde la zona hepatocanalicular, ter- pués, irradiado a <'Spalda, a media mafiana. y de noche,
minan en el asta lateral izquierda de la mé- de duración variablt'. corriéndose a veces a vientre. VJS.
ta quince días más tarde de I'Ste episodio, se aprecia 1a
dula 17 • misma imagen en bulbo, sin que セ^\G@ confirme la sospe.
5.-Pensaremos también en todos los proce- cha de nicho de antro.
sos de cuerpo y cola de páncreas. Intervención (Dr. obrヲZgHiセL@ 29-X-1 J. - Uic!'ra duO<Je.
6.-En las enfermedades de Tiñón izquierd0 nal de cara posterior, simple, en bulbo, y tres pequeflas
erosiones. que apenas dejan señal, cicatrizadas en antro.
nos ceñiremos a citar las más frecuentes, para Gastropilorectomía Billroth I-Haberer.
no ser pesados. En las pielonefritis y pielitis Posteriorm!'nte la enfl•rma no aqueja ninguna mo-
hay dolor sordo permanente en hipocondrio iz- lestia.
quierdo, con crisis agudas de poca intensidad. Este caso nos ゥョエ・イセ。N@ porque la úlcera uuc..
Hay dolorimiento renal a la palpación, con ri- denal que producía dolores exclusi\'OS en hipo-
gidez muscular y piuria. En la litiasis renal, ade- condrio izquierdo, era duodenal y no penetrante
más del cólico, hay dolor sordo, crónico, con o sino simple. Había dolor a la percusión en 8 Ul)i·
sin dolor lumbar. En la ptosis renal, menos fre- sal. Estos dos signos nos pueden hacer pensar
cuente en el lado derecho, el dolor es paroxís- en alguna ocasión en un diagnóstico diferencial
tico, crisis de hidronefrosis, con vómitos o sor- descabellado a primera "1 ta con m 1 Dre
do, que aumenta con el ejercicio y se acomparia de columna que ofrezca estos mismos síntomas
de dispesia gástrica. Pálpase un riñón descendi- destacables.
do y movible. Mencionaremos además, sin en- La úlcera duodenal iba acompañada, proba·
trar en detalles, el absceso perinefrítico, el cán- blemente, de una gastritis erosiva de antro, que
cer de riñón y el riñón poliquístico. curó con tratamiento médico.
· 7.-En la anexitis gonocócioa (la citamos
como curiosidad) puede haber periesplenitis, D. G. V., de treinta y dos años, casado, policla (4·
con el correspondiente dolor 1 R. XII-48).
Un hermano, operado de U. D. Una ictericia catarral
8.-En las afecciones de columna veTtebral, hace un año, dos meses después de dar sangre para una
como el cáncer, puede darse este tipo de moles- transfusión, que duró ocho días, y fué precedida de .dos
tias. Para ALVAREZ, el dolor crónico de hipocon- días de "infección intestinal". Al finalizar la ictencia
drio izquierdo sería debido, en muchas ocasio- tuvo "molestias" en hipocondrio izquierdo, que duraron
quince dias, a ratos de quince minutos una o dos veces
nes, a espondilitis, y en ello tendremos que pen- al día, mañana y tarde. Hace un mes, pesadez en epi·
sar cuando no podemos encontrar una causa lo- gastrio por la tarde a las tres horas de comer, que ce-
cal. Esto nos debe obligar a no prescindir de la dia con bicarbonato y alimento, irradiado a hipocondrio
exploración de columna vertebral. izquierdo y centro de espalda, repitiendo en la mtsma
forma a dias sueltos, hasta el momento actual. Eructos
9.-Citaremos además como posibles causas de siempre, dolor de cabeza de mediana intensidad セ・ウᄋ@
de dolor en hipocondrio izquierdo las neuritis de la mafiana, a dias sueltos. Ha adelgazado 6 kilo·
lumbares o intercostales inferiores y las pleu- gramos en los dos últimos meses.
resías. Exploración.- Enfermo en mal estado de ョオエイゥ」セL@
con ligero dolor epigástrico a la palpación. Soplo SiS·
tólico mitra!; 65 pulsaciones. Tensión 15/10. d
C. de P. A., de veintiún años, soltera, cocinera. Vista Rayos X.- Seudodiverticulo en curvadura mayor e
el 25-IV-48. bulbo, que está alargado. Estómago, normal. b'
Antecedentes sin interés. Hace tres años y medio, do- Jugo.- Pan y agua, a los 45 m ., 50 c. c., tur 10'
lor en hipocondrio y costado izquierdos, irradiados a 15 c. c. Sedimento. Acidez libre, 50 U. Combinada, 65 u.
espalda, a media mafiana; calmaba algo con bicarbo- Sangre. Indicios.
nato, más con ingesta, tres horas después de comer, du- Hemorragias ocultas en heces, negativas. . al
raba dos horas, pasaba con leche. Dolor en ayunas, no Evolución.- Con tratamiento médico, sin molestias
de noche. Dos temporadas más el primer afio; peor en mes.
el último año. Desde hace dos meses el dolor es conti-
nuo, calmando poco con ingesta. También de noche, do- En esta historia registramos dolor en bipo·
lor muy fuerte. Heces caprinas desde hace un afio. Por
entonces, dos deposiciones negras. Hace nueve mest•s, condrio izquierdo después de una hepatitis, Yセイ@
cuatro dias de diarrea. Aguas de boca, que no calman bre cuya etiología no podemos insistir por セ。@ セ@
las molestias. de datos. Más tarde el dolor epigástrico se J!l'3
TOMO XXXII NOTAS CLINICAS
NÚMflRO 3

dia a hipocondrio izquierdo y centro de es;palda, flejos transmitid_g.s-pOfél vago, con consiguien-
demostrándose radiológicamente una úlcera duo- te 」ッョウエイゥセ。@ 7
• Otras veces la irra-

denal, expresada radiológicamente por un seu- 、ゥセウ@ simplemente subesternal, por reflejos
dodivertículo paraulceroso típico. Por la histo- espasmódicos o modificación del tono del esfín-
ria, parece que no se trata de una úlcera com- ter del cardias o esófago inferior 2 •
plicada, pero no podemos demostrarlo. Cuando la úlcera es duodenal y penetrante en
No queremos pasar por alto el hecho de que hígado, epiplón menor o vesícula biliar, hay do-
el diagnóstico radiológico del ulcus duodenal lor en hipocondrio derecho, y en espalda cuando
nos lo da sólo la seriografía con la demostra- la penetración es hacia páncreas.
ción del nicho, ya que deformaciones duodena- Tambié nos interesa separar las localiza-
les nos las ofrecen otros procesos, y de tipo ciones atípicas.
seudoulceroso las encontramos en la tuberculo- En la úlcera duodenal, en ausencia de dolor
sis intestinal, de origen peritoneal o por locali- en epigastrio, podemos encontrarlo en región
zaciones duodenales en la tuberculosis 19- 20 • subescapular, entre 8 ó 10 costillas, en línea
Pero en nuestro caso, creemos que la clínica media de espalda, en últimas vértebras dorsales,
y lo típico de la imagen nos permiten hacer el tratándose casi siempre de úlceras penetrantes
diagnóstico por la simple radioscopia, al no po- en páncreas.
der practicar, como hubiéramos deseado, la se- En otras ocasiones hay dolor en fosa ilíaca
riografía. derecha, con ritmo ulceroso. A provechemos la
ocasión para recordar la insistencia de GALLART
L. G. G., de treinta y dos años, casado, zapatero. Vi:;-
to el 17-VIII-48. al afirmar que en patología digestiva interesa
Apendicectomia hace dieciocho años. Desde entonces, más el ritmo que la localización del dolor. Ese
molestias en vientre, que empezaban en fosa iliaca de- dolor en fosa ilíaca se debería quizá a disfunción
recha y corrlan por todo el vientre, con movimientos y motriz del esfínter íleo-cecal.
ruidos de tripas, a ratos, de duración variable, a las dos
horas de comer, acompañados por dolor epigástrico y Otras veces asienta el dolor en hipocondrio
ardores (también a las dos horas), que calmaba echan- derecho, al que ya hemos hecho referencia al
do aguas. A veces, a media mafi.ana y de madrugada, hablar de las irradiaciones, obligándonos a pen-
que también calmaban con bicarbonato y comiendo. El sar en los cólicos hepáticos. Sobre sus causas
dolor se corre a región precordial y espalda. Por t em-
poradas buenas de dos a tres meses y malas d<' otro ya hemos dicho algo más arriba. '
tanto. Unas tres al año. Hace diez años un esouto de De lo expuesto, sacamos la conclusión de que
sangre negra coagulada. Alguna vez, セイ・ッウN@ Estrefii- los dolores exclusivos en hipocondrio izquierdo
ュゥ セョ エッ@ 、 」ウ セ」@ セオ」@ tiene molestias de tres días, muy duro, en ausencia de penetración son raros en la úlce-
Asr lleva drecrocho afios. Ha adelgazado 10 kiloo-ramos
en el último año. Cabeza atontada. Duerme mal. ra duodenal, pudiendo aparecer en la gástrica,
Exploración.- Disminución del murmullo en hemitó- ウ_セ・@ エッセ@ de curvadura menor, siendo de apa.-
rax derecho. Palidez. Delgadez. Tensión 13/ 8. Pulso, 48. ncwn mas frecuente los irradiados.
No dolor en zona gástrica a la palpación.
Rayos X - Estómago, normal. Duodeno. Escotadura
Por ello, merece atención el primero de los ca.
en curvadura mayor de bulbo con seudodiverticulo en sos que presentamos, ya que se trata de una úl-
seno basal inferior. Irritabilidad marcada. Bulbo irri- cera duodenal simple de cara posterior.
table. ' Los otros dos casos no hacen sino confirmar-
. Tratamiento médico (5-X-48). Está bien. La misma nos el interés que puede tener esta localización
rmagen de bulbo 23-XI-48. Hace dos dias dolor en hi-
P?Con?ri? ゥコアセ ・Z、ッL@ que duró todo el dia, ゥセエ・ョウ、。@ me- ・セ@ el ulcus duodenal, cuya casuística aumenta,
dra, sm rrrad1acroncs ni remisiones. Bulbo lo mismo sm duda, cuando sin conformarnos con la pala-
Jugo gástrico (25-XII-48). - Pan y 。ァセ@ a los エセ・ウ@ bra del enfermo? le invitemos a que señale con
」オセイエッウ@ _de hora, cantidad, 90 c. c.; sedimento, 25 c. c.;
。」イ、セコ@ libre, 55 U.; combinada, 65. Sangre, no. Hemo- ウセL@ dedo las reg¡ones de irradiación y localiza.-
rragras ocultas heces, si. ciセョN@ del dolor, y, :uor otra parte, veamos siste-
ュ。エゥセ・ョ@ a rayos X a todos los enfermos que
Se trata de un caso de úlcera duodenal anti- aqueJen dolor en la expresada región.
gua, セオ・N@ en. su curso presenta dolor en hipo-
セッョ、イキ@ Izqmerdo. La evolución nos dirá si la
ulcera se ha hecho penetrante. RESUMEN.
. Y, para terminar, recordaremos las irradin-
Ciones del dolor en la úlcera gastroduodenal Se ーイセウ・ョ_@ tres casos de dolores en hi o-
pasando por alto las pehetrantes a las que カセ@ condriO Izqmerdo, en tres enfermos con ャ」セイ。@
ィ・セッNウM_@ alusión en su イ・ャ。」ゥ￳セ@ con hipocü'I;- 、オッ・セ。ャL@ comentando los detalles de interés
drw Izqmerdo. despues de hacer un resumen etioló!tico del . .
toma. o sm-
l。セ@ úlceras de curvadura menor penetrante::;
en ー。ョ」セ・ウ@ .se irradian además a escápula , Se señ3;lan las irradiaciones del dolor e 1
hombro Izqmerdos, con dolor en espalda ュ£セ@ オャ」セイ。@ gastricas Y duodenales, así como 1 n as
セイ・」ョ、エ@ que el anterior, sobre todo en su Ja-lo 」。ィコゥセエ[・ウ@ atípicas en estas últimas as 11 lf"
Izqmer o. \4 la atencwn sobre el hecho de u ' amanc o
eセ@ la セャ」イ。@ alta, junto al cardias, uede h· - no se de.scriban las ゥイ。、」セョ]@ ァZセ]ョ・L@
ber Irradiacwnes hacia apéndice xif 'dp
de corazón h 't,
a
OI es, punta
@ ウ ・ セ @ ョ セ hipocondrio izquierdo en las úlceras 、セ@
· ' emi orax Y brazo izquierdo se ena es no penetrantes como un d 1
rneJando cuadros anginoso!!! Se trata , d, - que .se presentan, terminando cono el ・」ッセZ@ セウッ@
· na e re-
que mvite a los ulcerosos ーイ・セオョエッウ@ a セ・￱。、イ@ セZ@
15 febrero 19 19
204 REVISTA OLINIOA ESPANOLA
6. VIDAL COLOMER y rッセオZo@ CALATAYUD.-Estómago Operado,
zonas de irradiación y loco.lización del dolor Y 183 1916 · · Hosp ita 1 B asur t O, 3, 93, 1947
7. ARZÚA• ZULAICA, E.-ArchlV.
se vea sistemáticamente el estó1no.go a rayos X 8. BONORINO, Un,\ONL>O y CASTEX.-Patologla d igestiva, 1'. I:
a los pacientes que aquejen este síntoma. 9
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3· ment. Experimental observatlons, 1938. Ctt. BOCKl セM 18. FIT.l-HUGJ.F:S.-Cit. marセᅮn@ (4).
19. 11AR INA, ALIX y Mt'GI('A.-Hev. C11n . Esp .. 19, :377, 1945.
4 ma raセᅮn@ RIMID<. G -Diagnóstico e t'1016gtco,
. 1n•4
'" . 20. MATHEWS DELANEl)' y DllAGSTmT.-Cit. MARINA Y COls. (19),
5: R IVFJ;s: Á. :8.-Journ. Am. Med. Ass., 101, 169, 1935.

RESUMEN TERAPEUTICO DE ACTUALIDAD


TRATAMIENTO DE LA SIFILIS AORTICA literatura numerosos y discordanles estudios acerca
del problema. Para algunos autores HaョセュGtL@ T\;R·
M. ferセ￁ndz@ PÉREZ y J. LóPEZ BRE::-:Es NER y \VHITE, CHA:'IlBBRLAI::-: y FOLLOWS) no existe
demostración evidente de que durante la espiroque·
Cllnica Médica Universitaria, Director: Profesor temía del período de invasión exista lesión alguna
C . J I!>Itxr:z DL\Z. en el corazón o en los vasos: Otros, como Wn.so:•.
WILE, \VHIS HART y HI:RHMAS, aceptan solamente
como rara la posibilidad, en tanto que de los estu·
La etiología sifilítica de afecciones de la aorta y dios de otros autores {HOFF:'IlAN::-:, KLOTZ y CREE:I>E,
de otros vasos es conocida desde hace mucho tiem- STEIGER y EDElKE::-:) se deduce una invasión cardio-
po, pues AMBROSIO PARÉ ya hacía notar la frecu\!n- vascular precoz, simultánl.'a a la di.' otrns vil-leer ·
cia con que aparecían aneurismas aórticos en 3njc- Así, los últimamente citados encuentr an alteracio-
tos sifilíticos. Observaciones anatómicas similares nes electrocardiográficas valorables, en pleno pe·
fueron hechas por LANCISI, en 1728; MoRGAGNI, en ríodo secundario, que son susceptibles de desapare-
1761; HODGSON, CRUVEILHIER, etc., quedando, sin em- cer después de un intenso tratamiento específic?,
bargo, confundida la sífilis aórtica con otros ti pos que son, por lo tanto, sin duda, causadas por la Sl·
de aortitis, hasta que estudios de la escuela de KIEL filis. Estas alteraciones del electrocardiograma ata·
(HELLER, DOHLE, HEIBERD, WELCH) y de otros nu- ñen especialmente a la onda T y al espacio RS-T, en
merosos autores, como WITGENSTEIN y BRODNITZ, en las derivaciones de miembros y en las precordiales,
la Charité de Berlín; PHILIPPO, SIMON, etc., fueron consistiendo, en resumen, en inversión, aplanamien·
individualizándola, tanto, que desde la memorable to, depresiones por debajo de la línea isoeléctrica.
discusión del Congreso de Cassel, se admite por al- etcétera. Son significativas, teniendo en cuenta que
gunos como tipo especialmente importante, deno- se han considerado y eliminado todas aquellas ッエセ。ウ@
minándosela aortitis de Dohle-Heller. causas de alteración similar, para no valorar smo
La sífilis, como agente etiológico de diversas afec- los casos francamente de aspecto patológico en los
ciones cardiovasculares, juega un papel tan trascen- que los hallazgos son individualmente constantes.
dental, que constituye la etiología de la sexta a la repetidos en diversos momentos, y desaparecen to·
cuarta parte de las defunciones por enfermedades talmente sólo con el tratamiento.
cardiovasculares en los Estados Unidos, según se La afectación de la aorta es mucho más difícil de
desprende de los estudios estadísticos de CONNER en detectar en el período secundario, pero es una loca·
1934. Bien es verdad que hay fundados motivos para lización precoz, y en todo caso de las más ヲセ・」オョᆳ
esperar que en el futuro progrese la trayectoria de tes, entre las localizaciones viscerales. S1 b1en
la evolución de las sífilis viscerales, en declive des- se pueden encontrar enfermos sifilíticos durante セオᄋ@
de hace unos años, gracias a la eficacia de los tra- chos años, que tienen una aortitis inexpresiva, asiÓ·
tamientos específicos y al mejor conocimiento de tomática, hay descritos casos en los que los fen ·
la enfermedad en sus primeros estadios. menos aórticos dominan la sintomatología de una
¿Cuándo tiene lugar la localización cardiovas- invasión sifilítica reciente y virulenta (GRENET, LE·
cular? VENT, PELISSIER, LAUBRY y MARRE, ETIENNE). paulセG^@
Se observa generalmente que la sífilis cardiovas- y MrNNICH, en el libro de STROUD, citan un típl_co
cular suele alcanzar su desarrolló sintomatológico caso de evolución maligna precoz de una lesión 。セイᄋ@
pasados un cierto número de años del comienzo de tica. Por todo ello podemos concluir que, si bien eXJS·
la infección, de ocho a doce, como mínimo, según ten treponemas en la aorta en períodos precoces, Y•
los autores, y por lo tanto se admite que forma por lo tanto, una sífilis aórtica, sensu estricto, セョウ@
parte de las localizaciones viscerales del período ter- manifestaciones clínicas pueden tardar muchos セ@
ciario. Ahora bien, esto no quiere decir que la afec- en aparecer, sea por una especial manera de evo r
tación del aparato circulatorio no tenga lugar basta cionar, por características del germen o del iオァセN@
pasado aquel lapso de tiempo, encontrándose en la donde asienta, o por factores extrainfecciosos xnu

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