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CONVULSIONES

Introducción
Las convulsiones son síntomas de un problema
cerebral. Ocurren por la aparición súbita de una
actividad eléctrica anormal en el cerebro. Cuando las
personas piensan en convulsiones, suelen imaginarse el
cuerpo de una persona que se sacude rápida y sin
control. No todas las convulsiones provocan estas
sacudidas. Existen muchos tipos de convulsiones y
algunos tienen síntomas leves. Las convulsiones se
dividen en dos grupos principales. Las convulsiones
focales, también llamadas convulsiones parciales,
ocurren en una parte del cerebro. Las convulsiones
generalizadas son el resultado de actividades anormales
en ambos lados del cerebro.

La mayoría de las convulsiones duran de 30 segundos a


dos minutos y no causan daños duraderos. Sin
embargo, es una emergencia médica si las convulsiones
duran más de cinco minutos o si una persona tiene
muchas convulsiones y no se despierta entre éstas. Las
convulsiones pueden tener muchas causas, entre las
que se incluyen medicinas, fiebre alta, lesiones en la
cabeza y ciertas enfermedades. Las personas que
tienen convulsiones recurrentes debido a un trastorno
cerebral tienen epilepsia.
Una convulsión corresponde a los hallazgos físicos o
cambios en el comportamiento que ocurren después de
un episodio de actividad eléctrica anormal en el cerebro.
El término "convulsión" se utiliza a menudo
indistintamente con "ataque". Durante las convulsiones,
una persona tiene temblor incontrolable que es rápido y
rítmico, con los músculos contrayéndose y relajándose
en forma repetitiva. Hay muchos diferentes tipos de
convulsiones. Algunos tienen síntomas leves y sin
temblores.

Consideraciones
Puede ser difícil determinar si alguien está teniendo una convulsión. Algunas de ellas solo
hacen que una persona tenga períodos de mirada fija. Estos pueden pasar inadvertidos.
Los síntomas específicos dependen de qué parte del cerebro esté comprometida. Los
síntomas ocurren súbitamente y pueden incluir:

 Desvanecimiento breve, seguido de un período de confusión (la


persona no puede recordar un corto tiempo)

 Cambios en el comportamiento, como jugar con la ropa

 Babeo o espuma en la boca

 Movimientos de los ojos

 Gruñir y resoplar

 Pérdida del control de esfínteres

 Cambio en el estado de ánimo, como ira repentina, miedo, pánico,


alegría o risa inexplicables

 Estremecimiento de todo el cuerpo

 Caída repentina

 Sabor amargo o metálico

 Rechinar los dientes

 Detención temporal de la respiración

 Espasmos musculares incontrolables con fasciculaciones y


movimientos espasmódicos en las extremidades
Los síntomas pueden detenerse después de unos cuantos segundos o minutos o continuar
hasta por 15 minutos. Pocas veces se prolongan por más tiempo.

La persona puede presentar síntomas de advertencia antes de la convulsión, tales como:

 Miedo o ansiedad

 Náuseas

 Vértigo (la persona siente que está dando vueltas o está


moviéndose)

 Síntomas visuales (como luces brillantes y centelleantes, manchas


o líneas onduladas frente a los ojos)

La forma, intensidad y duración de las


convulsiones están relacionados con el número y
tipo de células cerebrales afectadas. Hay dos
tipos generales de convulsiones: generalizadas y
focales. Éstos van desde convulsiones a lapsos
momentáneos de atención.

Cuando ambos hemisferios (lados) del cerebro


están involucrados, las convulsiones se
denominan “generalizada” y afectan la conciencia
y la función motora desde el inicio. Cuando sólo
un hemisferio del cerebro se ve afectado, las
convulsiones se llaman “focal” y en un principio
tener efectos específicos en función de la parte
del cerebro involucrada. Las personas pueden
tener ambos tipos de convulsiones.

 
Tipos de Convulsiones
 

CONVULSIONES GENERALIZADAS –
involucran ambos hemisferios del
cerebro
Convulsión Tónica-Clónica (antes conocida
como “Gran Mal”)
Caracterizada como convulsión en la que el
cuerpo se pone rígido, los brazos flexionan, las
piernas, la cabeza y el cuello se extienden, y las
mandíbulas se cierran de una manera fijada; esta
es la fase “tónica”. La persona cae al suelo, a
veces profiriendo un grito ronco, y pierde
temporalmente la conciencia durante unos
minutos. Durante este tiempo, la respiración
parece difícil o se detiene, el cuerpo sacude,
saliva pueden acumularse en la boca, y la vejiga
puede vaciar. Esta es la fase “clónica”.
Eventualmente, los movimientos espasmódicos
disminuyen y la persona recupera la conciencia,
algo desorientada y fatigada de la actividad
muscular intensa.
Convulsión Ausencia (antes conocida como
“Petit Mal”)
La convulsión ausencia parece más leve que la
tónico-clónica y, de hecho, a menudo pasa por
soñar despierto. Es más frecuente en niños de
tres a catorce años de edad, por eso es común
que el maestro de escuela se de cuenta del
trastorno antes que ninguna otra persona.

Un breve lapso de conciencia con la mirada fija,


parpadeo de los ojos, o si los ojos ruedan hacia
arriba, comúnmente caracteriza la convulsión. No
es raro que un niño tenga de 50 a 100
convulsiones ausencia al día. La mayoría de los
niños superan esta epilepsia en la pubertad.

Convulsión Mioclónica
Convulsiones mioclónicas pueden ser descritas
como sacudidas o espasmos del cuerpo en un
músculo o un grupo de músculos, y suelen ser
breves en duración, por lo general duran sólo un
par de segundos. Mientras que las personas que
no tienen la epilepsia pueden tener mioclonías,
convulsiones mioclónicas, en la epilepsia, suelen
provocar movimientos anormales en ambos lados
del cuerpo al mismo tiempo.

 Epilepsia Mioclónica Juvenil: Estas


convulsiones suelen comenzar alrededor de la
época de la pubertad, y con frecuencia se
producen poco después de despertarse.
 Epilepsia Mioclónica Progresiva: Esta forma
de epilepsia se caracteriza por una
combinación de convulsiones mioclónicas y
tónico-clónicas. Estos síntomas por lo general
empeoran con el tiempo y son difíciles de
controlar.

Convulsión Tónica
Convulsiones tónicas se caracterizan por la
contracción súbita y la rigidez de los músculos.
La persona puede tener los ojos en blanco, y
como los músculos del pecho se tensan y
contraen, puede ser más difícil respirar. Estas
convulsiones son de corta duración, en general
duran menos de 20 segundos.

Convulsíon Clónica
Con convulsiones clónicas, los músculos del
individuo entran en espasmos, y es importante
tener en cuenta que restringir o reposicionar a la
persona no puede controlar estos movimientos
convulsivos. Convulsiones clónicas son
consideradas raras.
Convulsión Atónica
Durante una convulsión atónica, los músculos
pierden tono (o “fuerza”), debido a los cambios
temporales en la función cerebral. Estas
convulsiones son breves, y generalmente duran
15 segundos o menos. Convulsiones atónicas
usualmente comienzan en la infancia y duran
hasta la edad adulta. Aunque el individuo suele
permanecer consciente y las convulsiones
mismas no causan ningún daño físico, lesiones
indirectas pueden ocurrir si se cae debido a la
falta de control muscular. Convulsiones atónicas
también se conoce como “convulsiones de gota”
o “ataques de la caída”.

CONVULSIONES FOCALES –
involucran un área localizada del
cerebro
Convulsiones focales (también conocidas como
“convulsiones parciales” o “convulsiones
localizadas”) se describen generalmente por
cómo se ven y se sienten, como por ejemplo:

 Sin alteración o pérdida del conocimiento


 Incluyen fenómenos sensoriales o psíquicas
subjetivas
 Con alteración o pérdida del conocimiento,
(“dyscognitive”)
 Convirtiéndose en una convulsión bilateral

Los diferentes tipos de convulsiones focales


están clasificadas/descritas por sus síntomas
principales.

Convulsión Parcial Sencilla


Pueden preceder a una convulsión parcial
compleja, y en tales casos se refiere como una
“aura convulsión”. Auras pueden caracterizarse
por una breve sensación en el estómago o  la
cabeza, como si hundiéndose o elevándose,
zumbidos, olor desagradable o ver manchas. Las
personas que se entrenan a reconocer el inicio de
la actividad de una convulsión antes de que se
extienda a otras partes del cerebro pueden
utilizarlo como una advertencia para protegerse y
posiblemente evitar lesiones durante la propia
convulsión.

Convulsión Parcial Compleja (también


conocida como “Lóbulo Temporal” o
“Psicomotricidad”)
La convulsión parcial más común, hoy en día se
conocen como parcial compleja, anteriormente
llamada lóbulo temporal o psicomotor. Esta
consiste de tres breves fases: La persona para la
actividad ya en marcha y asume una expresión
aturdida con mirada fija. Le sigue un patrón de
conducta automática y sin propósito,
normalmente durando unos minutos. Tal
comportamiento puede incluir relamerse los
labios, tocarse la ropa, abotonarse y
desabotonarse la ropa o halarse los dedos. Al
recuperar el conocimiento hay un corto período
de desorientación y confusión.

CLASIFICACIONES REVISADAS DE
CONVULSIONES
(Informe de la ILAE Comisión 2005-2009)

 Convulsiones Generalizadas
o Tónica-Clónica (de cualquier tipo)
o Ausencia
 Típica
 Atípica
 Ausencia con características
especiales
 Ausencia Mioclónica
 Mioclonías del Párpado
o Mioclónica
 Mioclónica
 Mioclónica Atónica
 Mioclónica Tónica
o Clónica
o Tónica
o Atónica
 Convulsión Focal
 Desconocida
o Los espasmos epilépticos
o Los eventos que no están claramente
diagnosticados en una de las categorías
anteriores

Primeros auxilios para todos los tipos de


convulsiones

Permanezca con la persona hasta que la


convulsión haya pasado y esté completamente
consciente.
Existen muchos tipos de convulsiones. La
mayoría de las convulsiones terminan en unos
pocos minutos. Las siguientes son medidas
generales para ayudar a alguien que esté
teniendo algún tipo de convulsión:
 Permanezca con la persona hasta que la
convulsión haya pasado y esté
completamente consciente. Después de que
pase, ayude a la persona a sentarse en un
lugar seguro. Una vez que esté consciente y
se pueda comunicar, cuéntele lo ocurrido en
términos sencillos.
 Conforte a la persona y hable de manera
calmada.
 Fíjese si la persona lleva un brazalete
médico u otra información de emergencia.
 Manténgase calmado y mantenga a los
demás calmados.
 Ofrezca llamar un taxi o a alguien más para
asegurarse de que la persona llegue a casa
segura.
Primeros auxilios para las convulsiones
tonicoclónicas generalizadas (gran mal)
Al pensar en una convulsión, la mayoría de las
personas se imagina una convulsión
tonicoclónica generalizada, también llamada
epilepsia mayor o gran mal. En este tipo de
convulsión, es posible que la persona grite, se
caiga, tiemble o tenga espasmos y no se dé
cuenta de lo que sucede a su alrededor.

A continuación indicamos algunas cosas que


usted puede hacer para ayudar a una persona
que presente ese tipo de convulsión:
 Con cuidado recueste a la persona en el
piso.
 Voltee a la persona suavemente hacia un
lado. Esto la ayudará a respirar.
 Retire del área alrededor de la persona los
objetos duros o filosos para prevenir lesiones.
 Ponga la cabeza de la persona sobre algo
suave y plano, como una chaqueta doblada.
 Si tiene anteojos, quíteselos.
 Suéltele la corbata o cualquier cosa que
tenga alrededor del cuello que pueda
dificultar su respiración.
 Tome el tiempo que dure la convulsión.
Llame al 911 si la convulsión dura más de 5
minutos.
Lo que NO se debe hacer
Es importante saber lo que NO se debe hacer
para mantener a la persona segura durante o
después de una convulsión.

Nunca haga nada de lo siguiente:


 No trate de sujetar a la persona o evitar
que se mueva.
 No ponga nada en la boca de la persona
porque podría lesionarle los dientes o la
mandíbula. Una persona con una convulsión
no se puede tragar la lengua.
 No intente darle respiración boca a boca
(como RCP). Por lo general, las personas
comienzan a respirar de nuevo por su cuenta
después de una convulsión.
 No le ofrezca agua ni alimentos a la
persona hasta que no esté completamente
alerta.
1. ¿Qué es la epilepsia? ¿Qué es una
convulsión?
La epilepsia, en ocasiones conocida
como trastorno de convulsiones, es un
trastorno cerebral. Se le diagnostica
epilepsia a una persona cuando ha tenido
dos o más convulsiones.
Una convulsión es un cambio breve en la
actividad normal del cerebro.

Las convulsiones son el principal signo de


la epilepsia. Algunas convulsiones pueden
parecer episodios catatónicos. Otras
convulsiones pueden hacer que la
persona se caiga, tiemble y no se dé
cuenta de lo que sucede a su alrededor.

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2. ¿Por lo general, cuánto duran las
convulsiones?
Típicamente, una convulsión dura entre
unos segundos hasta unos pocos
minutos. Depende del tipo de convulsión.

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3. ¿Cuáles con los principales tipos de
convulsiones?
A veces es difícil saber si una persona está
teniendo una convulsión, porque quien
tiene una convulsión puede parecer
confundido o verse como que tiene la
vista fija en algo inexistente. Otras
convulsiones pueden hacer que la
persona se caiga, tiemble y no se dé
cuenta de lo que sucede a su alrededor.
Las convulsiones se clasifican en dos
grupos:
1.
1.
1. Las convulsiones
generalizadas afectan a ambos
lados del cerebro.
2. Las convulsiones focales afectan
solo a un área del cerebro. Estas
convulsiones también se conocen
como convulsiones parciales.
Una persona con epilepsia puede tener
más de un tipo de convulsiones. Lea más
acerca de los tipos de convulsiones y
cómo se ven.

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4. Si tengo una convulsión, ¿eso significa
que tengo epilepsia?
No siempre. Las convulsiones también
pueden ocurrir debido a otros problemas
médicos como los siguientes:



 Fiebre alta.
 Nivel bajo de azúcar en la sangre.
 Abstinencia de alcohol o drogas.
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5. ¿Qué causa la epilepsia?


La epilepsia puede ser causada por
condiciones distintas que afectan el
cerebro de la persona. Entre las causas
conocidas se incluyen:


 Accidentes cerebrovasculares.
 Tumores cerebralesExternal.
 Infestaciones cerebrales,
como neurocisticercosis.
 Lesiones cerebrales
traumáticasExternal u otras lesiones
en la cabezaExternal.
 Falta de oxígeno en el
cerebroExternal (por ejemplo,
durante el nacimiento).
 Algunos trastornos genéticos
(como el síndrome de Down).
 Otras enfermedades neurológicas
(como la enfermedad de
AlzheimerExternal).

Se desconoce la causa de la epilepsia en 2


de cada 3 personas que tienen este
trastorno. Este tipo de epilepsia se conoce
como criptogénica o idiopática.

Lea más acerca de las causas de la


epilepsia en la Biblioteca Nacional de
Medicina de los EE.UU.: Generalidades
sobre la epilepsiaExternal.
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6. ¿Es común la epilepsia?

La epilepsia es una de las condiciones


más comunes que afectan al cerebro.

Incluidos los niños y adultos en los


Estados Unidos:



 Alrededor de 5.1 millones de
personas en los Estados Unidos
tienen antecedentes de epilepsia.
 Alrededor de 3.4 millones de
personas en los Estados Unidos
tienen epilepsia activa.
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Prevenció n y control de la epilepsia

7. ¿Cómo puedo prevenir la epilepsia?

A veces se puede prevenir la epilepsia. Lea


más acerca de las maneras de reducir su
riesgo de presentar epilepsia.
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8. ¿Cómo se diagnostica la epilepsia?


Las personas que tengan una convulsión
por primera vez deben hablar con un
proveedor de servicios de salud, como un
médico o personal de enfermería
especializado. Él o ella hablará con la
persona acerca de lo que pasó y tratará
de encontrar la causa de la convulsión. A
muchas personas que tienen convulsiones
se les hacen pruebas como exploraciones
cerebrales para tener una mejor visión de
lo que ocurre. Estas pruebas no causan
dolor.
Obtenga más información en la Biblioteca
Nacional de Medicina de los
EE.UU.: Generalidades sobre la
epilepsiaExternal.
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9. ¿Cómo se trata la epilepsia?

Hay muchas cosas que el proveedor de


atención médica y la persona con
epilepsia pueden hacer para detener o
reducir las  convulsiones.

       Los siguientes son los tratamientos más


comunes para la epilepsia:



 Medicamentos.  Los
medicamentos anticonvulsionantes
limitan la propagación de
convulsiones en el cerebro. Un
proveedor de atención médica
cambiará la cantidad de
medicamentos o recetará uno
nuevo si es necesario para
encontrar el mejor plan de
tratamiento. Los medicamentos
funcionan para unas 2 de cada 3
personas con epilepsia.
 Cirugía.  Cuando las convulsiones
provienen de una sola área del
cerebro (convulsiones focales), una
operación para extirpar esa área
puede evitar convulsiones futuras o
hacer que sean más fáciles de
controlar con medicamentos. La
cirugía para la epilepsia se utiliza
con más frecuencia si el foco de la
convulsión está ubicado dentro del
lóbulo temporal del cerebro.
 Otros tratamientos. Cuando los
medicamentos no funcionan y no
es posible operar, puede que otros
tratamientos ayuden. Estos incluyen
la estimulación del nervio vago, en
la cual se coloca un dispositivo
eléctrico debajo de la piel en la
parte superior del pecho para
enviar señales a un nervio grande
en el cuello. Otra opción es la dieta
cetógena, que es rica en grasas,
baja en carbohidratos y contiene
una cantidad limitada de calorías.
Lea más acerca de las opciones de
tratamiento de la epilepsia en la
publicación del Instituto Nacional
de Trastornos Neurológicos y
Accidentes Cerebrovasculares
(National Institute of Neurological
Disorders and Stroke): Crisis
epilépticas: Esperanza en la
investigaciónExternal.
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10. ¿Quién trata la epilepsia?


Muchas clases de proveedores de
atención médica tratan a las personas con
epilepsia. Los proveedores de atención
médica primaria, como médicos de
familia, pediatras y enfermeros
especializados, son con frecuencia los
primeros que ven a una persona con
epilepsia cuando presenta convulsiones
por primera vez. Estos proveedores
pueden hacer el diagnóstico de la
epilepsia o puede que hablen con un
neurólogo o epileptólogo.
El neurólogo es un médico especializado
en el cerebro y el sistema nervioso. El
epileptólogo es un neurólogo
especializado en la epilepsia. Cuando hay
problemas, como convulsiones o efectos
secundarios de los medicamentos, el
proveedor de atención médica primaria
puede remitir al paciente a un neurólogo
o epileptólogo para que reciba atención
especializada.

Las personas que tienen convulsiones


difíciles de controlar o que necesitan
atención médica avanzada para la
epilepsia pueden ser remitidas a centros
de epilepsia. Estos centros tienen personal
especializado en la atención de la
epilepsia:



 Epileptólogos y neurólogos.
 Personal de enfermería.
 Sicólogos.
 Técnicos.
Muchos centros de epilepsia trabajan con
hospitales universitarios y con científicos
investigadores.

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11. ¿Cómo encuentro a un especialista en
epilepsia?
Hay varias maneras en que puede
encontrar a un neurólogo o un
epileptólogo cercano. Su proveedor de
atención médica primaria o médico de
familia puede darle información sobre los
tipos de especialistas. La Sociedad
Americana de la EpilepsiaExternal (en
inglés) proporciona una lista de sus
neurólogos y especialistas en la epilepsia,
incluidos los epileptólogos. La Asociación
Nacional de Centros de
EpilepsiaExternal (en inglés) también
proporciona una lista de los centros
miembros, organizados por estado.
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12. ¿Qué puedo hacer para controlar mi
epilepsia?
El autocontrol es lo que usted hace para
cuidarse a sí mismo. Usted puede
aprender a manejar las convulsiones y
llevar una vida plena y activa. Comience
con estos consejos:



 Tómese sus medicamentos.
 Hable con su médico o
enfermero cuando tenga
preguntas.
 Reconozca los desencadenantes
de las convulsiones (como las
luces intermitentes o brillantes).
 Lleve un registro de sus
convulsiones.
 Duerma lo suficiente.
 Disminuya el estrés.
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13. ¿Qué son los estudios clínicos?


Aunque existen muchas definiciones de
estudios clínicos, por lo general, son
estudios de investigación biomédica o
relacionada con la salud en personas, que
siguen un protocolo definido con
anterioridad.
Lea más acerca de las opciones de
tratamiento de la epilepsia en el sitio web
de los Institutos Nacionales de la Salud
(National Institutes of Health): Estudios
clínicos sobre epilepsiaExternal (en inglés).
Preocupaciones sobre salud y seguridad

14. ¿Hay preocupaciones especiales para


las mujeres que tienen epilepsia?

Las mujeres que tienen epilepsia


enfrentan retos especiales. Los cambios
hormonales pueden hacer que algunas
mujeres con epilepsia tengan más
convulsiones durante la menstruación.
Para las mujeres con epilepsia, también
hay preocupaciones especiales respecto al
embarazo, porque tener una convulsión y
tomar ciertos medicamentos durante el
embarazo puede aumentar el riesgo de
daños en el bebé.
Si usted tiene epilepsia y planea quedar
embarazada, hable con su equipo de
salud sobre la mejor manera de cuidarse y
cuidar a su bebé en gestación.
 

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15. ¿Puede una persona morir de
epilepsia?
La mayoría de las personas con epilepsia
viven por muchos años. Sin embargo, el
riesgo de muerte prematura es más alto
para algunas. Sabemos que el mejor
control posible de las convulsiones y una
vida segura pueden reducir el riesgo de
muertes relacionadas con la epilepsia.

Los factores que aumentan el riesgo de


una muerte prematura incluyen




 Problemas de salud más graves
como un accidente
cerebrovascular o un tumor.
Estas afecciones conllevan un
mayor riesgo de muerte y
pueden causar convulsiones.
 Caídas u otras lesiones que
ocurran debido a las
convulsiones. Estas lesiones
pueden ser mortales.
 Convulsiones que duren más de
5 minutos. Esta afección se
llama estado epiléptico. El
estado epiléptico puede
presentarse algunas veces
cuando la persona de repente
deja de tomar los
medicamentos.
Con muy poca frecuencia, las personas
con epilepsia pueden presentar muerte
súbita en epilepsia (SUDEP, por sus siglas
en inglés). No hay mucha información
acerca de la SUDEP y los expertos no
saben lo que la causa, pero suponen que
a veces se debe a cambios en los latidos
cardiacos (el ritmo) durante una
convulsión. La muerte súbita debido a los
cambios en el ritmo cardiaco también se
da en las personas que no tienen
convulsiones.
El riesgo de muerte súbita es mayor para
las personas con convulsiones no
controladas graves.

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16. Si tengo epilepsia, ¿puedo de todos
modos manejar un auto?
La mayoría de los estados y el Distrito de
Columbia no emitirán una licencia de
conducción a alguien que tenga epilepsia,
a menos que esa persona proporcione
documentación que certifique que no ha
tenido convulsiones por cierto tiempo. El
periodo sin convulsiones exigido oscila
entre unos cuantos meses hasta más de
un año, dependiendo del estado.

Algunos estados necesitan una carta de


su proveedor de atención médica para
emitir la licencia cuando la persona tiene
convulsiones con las siguientes
características:



 No distraen a la persona de
manejar.
 Solamente le ocurren mientras
duerme. Estas se llaman
convulsiones nocturnas.
 Presentan signos de
advertencia que alertan a la
persona de que podría tener
una convulsión. A veces la
persona se siente rara antes de
una convulsión. Esto se conoce
como aura.
Conozca información específica de los
estadosExternal (en inglés)  acerca de las
leyes de conducción proporcionada por
Epilepsy Foundation.
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17. Si tengo epilepsia, ¿puedo hacer
ejercicio y practicar deportes?

A las personas con epilepsia a veces les


preocupa que el ejercicio o los deportes
puedan empeorar sus convulsiones.
Sin embargo, es muy poco frecuente que
el ejercicio sea un “desencadenante” de
convulsiones. De hecho, el ejercicio
regular puede mejorar el control de las
convulsiones. Practicar deportes de
manera segura también puede ser muy
bueno para su bienestar físico, mental y
emocional.
Siempre es importante evitar lesiones
relacionadas con deportes que puedan
aumentar el riesgo de tener convulsiones.
Medicamentos para tratar
convulsiones en niñ os y
adolescentes

Hay muchos medicamentos que tratan las


crisis convulsivas. Sin embargo, los medicamentos
anticonvulsivos no curan las convulsiones, sino que las
controlan. Algunos medicamentos solo sirven para
controlar ciertos tipos de convulsiones. Otros
medicamentos sirven para controlar diversos tipos de
convulsiones.

Cómo elegir el medicamento


correcto
La elección del medicamento correcto depende de
diversos factores, entre ellos:
 El tipo de convulsión que tiene un niño
 La edad del niño
 Otros problemas médicos que tenga el niño
 Otros medicamentos que tome el niño
 Los efectos secundarios del medicamento

Seguridad de los medicamentos


 

anticonvulsivos
Es importante entender cómo se toma correctamente un medicamento anticonvulsivo.
Algunos medicamentos se toman una vez al día, mientras que otros se toman dos o tres
veces al día. En casos poco comunes, los medicamentos anticonvulsivos se pueden tomar
hasta cuatro veces al día. Es muy importante conocer tanto el nombre de la marca
como el nombre genérico, la dosis y cuándo tomar el medicamento. Además, resulta útil
estar familiarizado con los posibles efectos secundarios del medicamento y los análisis
de sangre necesarios mientras se usa ese medicamento.

Solo algunos de los medicamentos más utilizados para tratar las crisis convulsivas
están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por
sus siglas en inglés) para su uso en niños. Su médico le puede indicar los detalles del
medicamento específico de su hijo, tales como las indicaciones de uso y su perfil de
seguridad.

Tipos de medicamentos
anticonvulsivos
Hay muchos tipos diferentes de convulsiones y
algunos medicamentos funcionan mejor para ciertos
tipos de crisis convulsivas. Algunos tipos de crisis
convulsivas comunes son las focales, las tónico-
clónicas generalizadas y las de ausencia. También hay
un número creciente de nuevos medicamentos que se
pueden usar para tratar ciertos tipos de crisis
convulsivas.

Crisis convulsivas tó nico-cló nicas


Los medicamentos comunes utilizados para las
convulsiones tonicoclónicas generalizadas son, entre
otros:

 Clobazam
 Lamotrigina
 Levetiracetam
 Rufinamida
 Topiramato
 Valproato
 Zonisamida

Nota: muchos de estos medicamentos también se usan


para tratar las crisis convulsivas focales.

Crisis convulsivas focales


Los medicamentos comunes utilizados para las crisis
convulsivas focales son, entre otros:

 Carbamazepina
 Oxcarbazepina
 Lacosamida

Crisis convulsivas de ausencia


El más clásico de los medicamentos utilizados para las
crisis convulsivas de ausencia es la etosuximida, pero
el valproato también se receta habitualmente.

Efectos secundarios de los


medicamentos anticonvulsivos
Todos los medicamentos, incluso los medicamentos de
venta libre, tienen el riesgo de producir efectos
secundarios. Por lo tanto, todos los medicamentos
anticonvulsivos tienen algún riesgo de producir efectos
secundarios. La mayoría de los niños tienen pocos
problemas o ninguno con los efectos secundarios de
los medicamentos anticonvulsivos. Los efectos
secundarios varían según el medicamento, pero pueden
ser, entre otros:

 Somnolencia
 Sarpullido
 Cambios en el estado de ánimo
 Irritabilidad
 Problemas estomacales
Algunos efectos secundarios menos comunes son difíciles de detectar y pueden
afectar el hígado, los riñones o las células sanguíneas. Para controlar estos efectos
secundarios, se pueden hacer análisis de sangre. Algunos efectos secundarios
ocurren con más frecuencia cuando se administran dosis más altas y pueden
evitarse si es posible reducir la dosis del medicamento.

Cuando un niño muestra signos de un posible efecto


secundario de un medicamento anticonvulsivo, es
importante considerar otras causas posibles de ese
efecto secundario. Por ejemplo, un sarpullido se puede
deber a una enfermedad viral o una exposición y quizá
no se relacione con un medicamento anti convulsivo.
Sin embargo, debido a que pueden producirse casos
poco frecuentes de sarpullidos graves producidos por
medicamentos anticonvulsivos, es importante vigilar
atentamente si se produce un sarpullido y
comunicárselo al médico de cabecera de su hijo y al
médico especialista en epilepsia.

Salud ó sea
Algunos medicamentos anticonvulsivos afectan el
fortalecimiento óseo de los en los niños. Este problema
es especialmente importante para los niños que deben
tomar ciertos medicamentos anti-convulsivos durante
muchos años. Si su hijo necesita medicamentos
anticonvulsivos durante más de un año o dos,
pregúntele a su médico si es necesario controlar la
salud ósea.
Interacciones con métodos
anticonceptivos
Los pacientes adolescentes y jóvenes adultos con
epilepsia deben ser conscientes de que algunos
medicamentos anticonvulsivos pueden
interaccionar con determinados
métodos anticonceptivos. Esto puede producir niveles
anormalmente altos o bajos del medicamento anti-
convulsivo, la ineficacia del anticonceptivo,  un
control inadecuado de las crisis convulsivas o
un embarazo imprevisto.

Medicamentos anticonvulsivos
durante el embarazo
Las mujeres que están tomando ciertos medicamentos
anti-convulsivos cuando quedan embarazadas corren
un riesgo mayor de tener un bebé con defectos de
nacimiento. Algunos medicamentos son más seguros
que otros durante el embarazo. El embarazo también
cambia la manera en que el cuerpo de una mujer
metaboliza el medicamento anti convulsivo, por lo que
los médicos controlan muy de cerca a las pacientes
embarazadas. Es importante hablar con su médico
sobre las opciones de medicamentos anti convulsivos
antes de quedar embarazada, si fuera posible.
Medicamentos anticonvulsivos
a largo plazo
Los padres suelen preocuparse por tener que darle a su hijo un medicamento todos los
días para prevenir las crisis convulsivas. Es importante saber que los medicamentos anti-
convulsivos generalmente son eficaces para evitar las crisis convulsivas y, con un control
adecuado, son bastante seguros. Un niño que tiene convulsiones incontrolables corre
varios peligros como lesiones por caídas, accidentes, ahogamiento o incluso la
muerte. Consulte: Crisis convulsivas: consejos de seguridad para los padres.

Medicamentos de rescate
Si su hijo tiene epilepsia, también debe hablar con su
médico acerca de los medicamentos de rescate. Los
medicamentos de rescate se utilizan cuando un niño
tiene una crisis convulsiva muy prolongada
(generalmente durante 5 minutos o más) o tiene una
serie de varias convulsiones en un día. Hay diversas
opciones de medicamentos de rescate. Estas son, entre
otras, medicamentos que se administran como un
comprimido soluble, un gel rectal o un aerosol nasal.
Algunos de los medicamentos de rescate que se
recetan habitualmente son diazepam, clonazepam y
midazolam.

Información adicional:
 Los niños con epilepsia en la escuela
 Los niños con epilepsia en la escuela
 Epilepsia infantil: diagnóstico y tratamiento
Última actualización

 
2/25/2020
Fuente

 
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© 2016 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y
cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento
que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.

Síntomas

En las convulsiones, los signos y


síntomas pueden oscilar entre leves y
graves, y variar según el tipo de
convulsión. Algunos de los signos y
síntomas de convulsiones son:

Confusión temporal
Episodios de ausencias

Movimientos espasmódicos
incontrolables de brazos y piernas

Pérdida del conocimiento o


conciencia

Síntomas cognitivos o emocionales,


como miedo, ansiedad o déjà vu

Generalmente, los médicos clasifican


las convulsiones como focales o
generalizadas, en función de cómo y
dónde comienza la actividad cerebral
anormal. Las convulsiones también
pueden clasificarse como de comienzo
desconocido si no se sabe cómo se
produjeron.

Convulsiones focales

Las convulsiones focales se producen a


causa de actividad eléctrica anormal en
una parte del cerebro. Las convulsiones
focales pueden ocurrir con pérdida del
conocimiento o sin ella:

Convulsiones focales con alteración


de la conciencia. Estas
convulsiones involucran un cambio
o la pérdida del conocimiento o
conciencia. Puedes mirar fijamente
en el espacio y no responder con
normalidad a tu entorno o realizar
movimientos repetitivos, como
frotarte las manos, mascar, tragar o
caminar en círculos.

Convulsiones focales sin pérdida del


conocimiento. Estas convulsiones
pueden alterar las emociones o
cambiar la manera de ver, oler,
sentir, saborear o escuchar, pero
sin perder el conocimiento.
También pueden provocar
movimientos espasmódicos
involuntarios de una parte del
cuerpo, como un brazo o una
pierna, y síntomas sensoriales
espontáneos, como hormigueo,
mareos y luces parpadeantes.

Los síntomas de las convulsiones


focales pueden confundirse con otros
trastornos neurológicos, como migraña,
narcolepsia o enfermedades mentales.

Convulsiones generalizadas

Las convulsiones que aparentemente se


producen en todas las áreas del cerebro
se denominan «convulsiones
generalizadas». Los diferentes tipos de
convulsiones generalizadas
comprenden:

Crisis de ausencia. Las crisis de


ausencia, previamente conocidas
como «convulsiones petit mal»
(epilepsia menor), a menudo
ocurren en niños y se caracterizan
por episodios de mirada fija en el
espacio o movimientos corporales
sutiles como parpadeo o chasquido
de labios. Pueden ocurrir en grupo y
causar una pérdida breve de
conocimiento.

Crisis tónicas. Las crisis tónicas


causan rigidez muscular.
Generalmente, afectan los
músculos de la espalda, brazos y
piernas, y pueden provocar caídas.

Crisis atónicas. Las crisis atónicas,


también conocidas como
«convulsiones de caída», causan la
pérdida del control muscular, que
puede provocar un colapso
repentino o caídas.

Crisis clónicas. Las crisis clónicas


se asocian con movimientos
musculares espasmódicos
repetitivos o rítmicos.
Generalmente afectan el cuello, la
cara y los brazos.
Crisis mioclónicas. Las crisis
mioclónicas generalmente
aparecen como movimientos
espasmódicos breves repentinos o
sacudidas de brazos y piernas.

Crisis tonicoclónicas. Las crisis


tonicoclónicas, previamente
conocidas como «convulsiones de
gran mal» (epilepsia mayor), son el
tipo de crisis epiléptica más
intenso y pueden causar pérdida
abrupta del conocimiento, rigidez y
sacudidas del cuerpo y, en
ocasiones, pérdida del control de la
vejiga o mordedura de la lengua.
Cuándo consultar al médico

Busca ayuda médica inmediata en los


siguientes casos:

La convulsión dura más de cinco


minutos.
La respiración o el conocimiento no
retornan una vez que finaliza la
convulsión.

Se produce una segunda convulsión


de inmediato.

Tienes fiebre alta.

Sufres agotamiento por calor.

Estás embarazada.

Tienes diabetes.

Sufriste una lesión durante la


convulsión.

Si tienes una convulsión por primera


vez, busca asesoramiento médico.

Solicite una Consulta en Mayo Clinic

Causas

Las células nerviosas del cerebro


(neuronas) crean, envían y reciben
impulsos eléctricos que les permiten
comunicarse entre ellas. Cualquier
factor que altere estas vías de
comunicación puede provocar una
convulsión.

La causa más frecuente de las


convulsiones es la epilepsia. Sin
embargo, no todas las personas que
tienen convulsiones tienen epilepsia. A
veces, las convulsiones se producen
por:

Fiebre alta, que puede estar


asociada a una infección, como la
meningitis

Falta de sueño

Bajo sodio en sangre (hiponatremia)


que puede ocurrir con la terapia
diurética

Medicamentos, como ciertos


analgésicos, antidepresivos o
terapias para dejar de fumar, que
disminuyen el umbral de las
convulsiones

Traumatismo craneal que provoca


sangrado en una zona del cerebro

Accidente cerebrovascular

Tumor cerebral

Drogas ilegales o recreativas, como


las anfetaminas o la cocaína

Consumo excesivo de alcohol en


momentos de abstinencia o
intoxicación extrema
Complicaciones

Tener convulsiones en momentos


determinados puede provocar
circunstancias peligrosas para ti o para
otras personas. Podrías correr el riesgo
de tener:

Caídas. Si sufres alguna caída


durante una convulsión, puedes
lastimarte la cabeza o romperte un
hueso.

Ahogo. Si tienes una convulsión


mientras nadas o tomas un baño,
corres riesgo de ahogarte por
accidente.

Accidentes automovilísticos. Una
convulsión que causa la pérdida del
conocimiento o del control puede
ser peligrosa si estás conduciendo
un automóvil u operando
maquinaria.

Complicaciones en el
embarazo. Las convulsiones
durante el embarazo pueden ser
peligrosas tanto para la madre
como para el bebé, y ciertos
medicamentos antiepilépticos
aumentan el riesgo de defectos al
nacer. Si tienes epilepsia y planeas
quedar embarazada, trabaja con tu
médico para que pueda ajustar tus
medicamentos y controlar tu
embarazo según sea necesario.

Problemas de salud emocional. Las


personas que padecen convulsiones
son más propensas a tener
problemas psicológicos, como
depresión y ansiedad. Los
problemas pueden ser resultado de
dificultades para lidiar con la
enfermedad y de los efectos
secundarios de los medicamentos.

¿Cuáles son las causas de una


convulsión?
Un niño puede experimentar uno o muchos tipos
diferentes de convulsiones. Aunque se desconoce
la causa exacta de las convulsiones, las más
comunes se producen debido a los siguientes
factores:

 En los recién nacidos y lactantes:


o Trastornos perinatales (inmediatamente
antes o después del nacimiento) 
o Problemas congénitos (presentes al
nacer)
o Prematurez (bebé nacido antes de
tiempo)
o Fiebre/Infección
o Desequilibrios químicos o metabólicos del
cuerpo
o Factores genéticos
 En niños, adolescentes y adultos jóvenes:
o Alcohol y drogas
o Traumatismo en la cabeza o lesión
cerebral
o Infecciones
o Trastornos congénitos
o Factores genéticos
o Razones desconocidas
 Otras causas posibles de las convulsiones
pueden ser:
o Tumor cerebral
o Problemas neurológicos
o Abstinencia de drogas
o Medicamentos
o Uso de drogas ilegales
Primeros auxilios:
¿qué hacer ante los
desmayos y
convulsiones?
El desmayo es la pérdida de conciencia breve,
superficial y transitoria, debido a una disminución
inmediata del flujo sanguíneo cerebral.

El desmayo es la pérdida de conciencia breve,


superficial y transitoria, debido a una disminución
inmediata del flujo sanguíneo cerebral. 

La pérdida de la conciencia puede ser corta o larga y es


causada por emociones fuertes, aire viciado en sitio
cerrado, ayuno prolongado, presión arterial baja, y otros.

Un ataque o crisis convulsiva es un trastorno masivo de


la comunicación eléctrica entre las neuronas. Si
participan suficientes neuronas, la descarga de impulsos
eléctricos causará síntomas. 

El desmayo es la pérdida de conciencia breve,


superficial y transitoria, debido a una disminución
inmediata del flujo sanguíneo cerebral. 
TAMBIÉN VEA: ¿Por qué la sábila es legendaria para la
salud?

La pérdida de la conciencia puede ser corta o larga y es


causada por emociones fuertes, aire viciado en sitio
cerrado, ayuno prolongado, presión arterial baja, y otros.

Un ataque o crisis convulsiva es un trastorno masivo de


la comunicación eléctrica entre las neuronas. Si
participan suficientes neuronas, la descarga de impulsos
eléctricos causará síntomas. 

Tratamiento de la epilepsia

El principal tratamiento para la epilepsia se
basa en la utilización de fármacos
antiepilépticos. 
Desde la primera crisis epiléptica se debe
tratar de buscar su causa, porque el
tratamiento de dicha causa tiene prioridad
sobre el tratamiento de los síntomas de la
crisis. En función del tipo de epilepsia de que
se trate y las posibles enfermedades que ya
padezca el paciente, el tratamiento va a variar.
La medicación suele tener importante efectos
secundarios que pueden ir desde el
decaimiento y la irritabilidad, hasta la euforia o
la dificultad para gestionar las emociones.
Por este motivo, a veces se utilizan otro
medicamento (terapia combinada) que
contrarresta la acción desmesurada del
primero con el fin de encontrar el mejor
estado físico y emocional para la persona.
Durante este periodo hay que tener paciencia
por qué la regulación de las dosis se lleva a
cabo durante meses y cada cuerpo la
metaboliza de formas diferentes.
No hay una fórmula única, sino que hay que
encontrar la mejor para cada persona. Existen
otras opciones para los que cada paciente
deberá valorar si es candidato por su tipo de
epilepsia.
Cirugía, cuando la medicación no funciona 
Si la parte afectada por la epilepsia y
desencadenante de las crisis es solo una
pequeña área de células cerebrales, definida
con precisión, se puede considerar una
intervención quirúrgica. En especial, en
aquellas personas en las que la medicación no
funciona. 
La cirugía para tratar la epilepsia es un
procedimiento en el que se extrae el área del
cerebro donde se originan las crisis. Y funciona
mejor en las personas que siempre tienen las
crisis en la misma zona del cerebro. Se puede
considerar una intervención quirúrgica entre
el 10% y el 15% de los pacientes
Dieta cetogénica,  dieta rica en grasa y baja en
hidratos
Los neurólogos infantiles señalan que al
disminuir los hidratos de carbono, el
organismo recurre a los lípidos como fuente
primaria de energía.  Esto genera una
sensación similar a la del ayuno y el
metabolismo actúa de una forma diferente,
generando acidosis y partículas cetónicas que
permiten que los pacientes con la enfermedad
mejoren.
Amplía la información en este enlace. 
Estimulación del nervio vago 
El estimulador es un dispositivo que se
implanta en el cuerpo del paciente mediante
una intervención. Electroestimula
periódicamente el nervio vago pudiendo
reducir el número y la intensidad de las crisis.  
Amplía la información en este  enlace.
Dieta cetogénica

Se trata de una dieta estricta basada en


alimentos ricos en grasas y bajos en
carbohidratos, proteínas y calorías. Su
objetivo es reducir el número de crisis. En
algunos tipos de epilepsia, especialmente en
niños, esta dieta específica ha demostrado su
utilidad. Este tipo de dieta debe realizarse en
centros especializados y bajo supervisión
estricta de nutricionistas.

En circunstancias normales, los alimentos que


ingerimos nos aportan hidratos de carbono,
grasas y proteínas, que son las principales
fuentes de energía del organismo. Los
carbohidratos son utilizados de manera
preferencial al encontrarse fácilmente
disponibles y al poder ser metabolizados
rápidamente. El papel de la grasa, sin
embargo, es el de almacenar energía de forma
que el cuerpo solo la emplea cuando ha
agotado los carbohidratos. Cuando se da esta
situación, el cuerpo convierte las grasas
almacenadas y las aprovecha como energía.

En la dieta cetogénica, el consumo de grasas


se incrementa de manera significativa
mientras que la de carbohidratos disminuye
de forma exponencial. Cuando el organismo
recurre a los lípidos, al metabolizarlos, se
produce acitosis y cuerpos cetónicos como si
de una situación de ayuno se tratase. Aunque
no se sabe por qué motivo la dieta cetogénica
es capaz de disminuir el número de crisis en
pacientes con epilepsia, lo cierto es que una
gran parte de las personas que la inician,
mejoran muy significativamente.
Diagnóstico diferencial de la crisis convulsiva febril
 El síncope febril: corresponde a un trastorno
cardiovascular secundario al descenso violento de
la fiebre; es similar a una lipotimia, por caída
brusca de la fiebre.
 El delirio febril: es una agitación psicomotora que
sucede a una temperatura precisa en cada uno de
los afectados; así, cada vez que se supera cierta
temperatura, el niño comienza con un estado de
delirio agitado que puede ser muy espectacular.
 Los calofríos: ocurren durante la subida de la
fiebre.
 Las mioclonías: se ven en pacientes enfermos,
“les salta el cuerpo” mientras duermen.
 Las distonías, que son, habitualmente, reacciones
a los fármacos con que son tratados los niños
enfermos.

Diagnóstico de la convulsión febril simple (CFS)

El diagnóstico de la convulsión febril simple se hace


mediante la anamnesis y el examen físico, que
habitualmente permiten determinar la etiología de la
fiebre; no se indica en forma rutinaria ningún examen
de sangre, electroencefalograma ni estudio
neurorradiológico.

La punción lumbar está indicada:

 En presencia o sospecha de signos meníngeos.


 En forma absoluta, cuando el niño es menor
de 12 meses.
 En pacientes de 12 a 18 meses, según el caso,
pero probablemente está justificada.
 En niños que llegan en estado postcrítico y con
fiebre, pero que han recibido antibióticos, lo que
puede estar ocultando los síntomas.
 En la literatura hay evidencias de que los niños
menores de seis años que son portadores de
implantes cocleares tienen un riesgo 30 veces
mayor de meningitis bacteriana aguda, por lo que
se recomienda hacer en ellos un manejo distinto.

Convulsión febril compleja

El diagnóstico se basa en la anamnesis y el examen


físico, que la mayoría de las veces permite determinar
la etiología de la fiebre, aunque en este caso siempre
se deben hacer exámenes de sangre, porque son
crisis más largas, focales o que pueden dejar un
fenómeno deficitario.

Por la misma razón, dado el riesgo de recaída y de


epilepsia que existe en estos casos, siempre está
indicado el electroencefalograma y el estudio
neurorradiológico, ya que las estadísticas de
malformaciones y causas sintomáticas asociadas a
convulsiones febriles de este tipo son muy claras. La
punción lumbar tiene la misma indicación que en el
caso anterior.
Necesidad de hospitalización

Se entiende por hospitalización el tener en


observación al niño por lo menos 6 a 8 horas.
 En el primer episodio de CFS, en un menor de 12
meses, siempre se debe hospitalizar, porque se
debe hacer punción lumbar y esperar su
resultado.
 En una CFS, en un niño de 12 a 18 meses, si el
diagnóstico no está claro y/o el cuadro clínico
sugiere que es necesario efectuar punción
lumbar, también se debe hospitalizar.
 En una CFS que se presenta en un paciente
mayor de 18 meses, que está estable y no tiene
elementos de gravedad en el examen físico, no es
necesario hospitalizar.
 En caso de recurrencia de una convulsión febril
simple no es necesario hospitalizar, pero siempre
se debe descartar meningitis, aunque no es
obligatorio hacer punción lumbar, pero por lo
menos se debe esperar a que el niño se recupere
para darlo de alta.
 En caso de convulsión febril compleja, primera
crisis, siempre hospitalizar para estudio y manejo,
porque puede haber muchas cosas debajo de ella.
 También se puede hospitalizar en casos
especiales, como deprivación económica o
sociocultural o excesiva distancia al centro de
salud, con riesgo de demora en caso de
necesitarse una nueva atención.

Tratamiento de la convulsión febril prolongada

Todo niño que llegue con convulsión activa al servicio


de urgencia debe ser tratado como
un status epiléptico, ya que desde que comienza la
convulsión hasta que el niño llega a manos del
médico, generalmente pasan muchos minutos. El
manejo del status consiste en:

 Efectuar el ABC: vía aérea permeable, O2, vía


venosa.
 Monitorizar signos vitales.
 Administrar diazepam (0,5 mg/kg), o lorazepam
(0,1 mg/kg) intravenoso, que se puede repetir a
los 10 minutos, si es necesario, por una sola vez.
 Si no están disponibles los elementos necesarios
o no se puede usar la vía intravenosa, existen
varias opciones; se puede usar diazepam rectal,
lorazepam intramuscular o midazolam intranasal.
 Además se debe bajar la temperatura.
 En el niño que llega en condiciones de status se
debe hacer estudio de laboratorio para establecer
la magnitud del fenómeno hipóxico y determinar
los trastornos metabólicos y las etiologías del
cuadro.

Se calcula que alrededor de 75 a 80 % de las


convulsiones febriles son simples, lo que significa que
en 3 de 4, ó 4 de 5 niños que llegan a un servicio de
urgencia con una convulsión, no se debe hacer nada
más que buscar la etiología de la fiebre, controlar
ésta, observarlo un rato y luego darlo de alta a su
domicilio.
Riesgo de recurrencia

El riesgo global de recurrencia es del orden del 30 a


40 %, lo que significa que, en el mejor de los casos, un
niño que no tiene ningún factor de riesgo, tiene una
probabilidad de recaída de un 30 %, con una curva de
tiempo conocida.

El pico para la convulsión febril son los 18 meses, la


mitad de las recaídas se producen en el primer año y
el 25 % de las restantes recaídas se producen en el
segundo año, por lo tanto, a los 24 meses de
observación, al menos el 75 a 80 % del riesgo de
recaída está cubierto.

Si se ha efectuado tratamiento, la recaída baja a 15


%, de modo que existe 95% de probabilidad de que no
haya recaída después de 24 meses, por lo que no se
justifica prolongar el tratamiento por más de los 2
años.

El riesgo de recaída es de 30 % en los primeros 12


meses, 15% después de ese lapso y menos de 5%
después de 24 meses, es decir, la curva de recaída es
muy rápida. A los tres meses ha recaído la gran
mayoría de los niños.

Los factores de riesgo para presentar una recaída son:

 La edad: un niño entre 6 y 15 meses tiene mayor


riesgo.
 El antecedente de epilepsia o convulsiones
febriles en los parientes de primer grado.
 Presencia de episodios febriles frecuentes.
 Convulsión febril con fiebre baja.
 Convulsión febril que debuta sin que los padres se
hayan dado cuenta de que el niño tenía fiebre ni
de que estaba enfermo antes de la convulsión; en
este niño no se alcanza a bajar la fiebre o a tratar
su causa, porque la crisis es el primer síntoma.

El porcentaje de recaídas se incrementa mucho en


presencia de factores de riesgo; con 3 o más factores,
el riesgo de recaída oscila entre 50 y 100%, y un
lactante de 9 meses con antecedentes familiares de
epilepsia y antecedente de episodios febriles agudos
frecuentes, tiene un 70 % de probabilidades de
recaer, por lo que en estos casos se deben usar
criterios diferentes.
Riesgo de epilepsia en la convulsión febril

No existe un estudio epidemiológico actual en la


población general, pero en los países desarrollados el
porcentaje de epilepsia está entre 0,5 a 1 %, y en los
países en desarrollo, la cifra es el doble. La CFS
multiplica este riesgo por 3, lo que significa que si el
riesgo en la población general es de 1%, sube a 3%;
con la convulsión febril compleja, dependiendo del
número de factores que existan, el riesgo de epilepsia
puede llegar a 15, 20%, o más.

Una convulsión febril compleja, en un terreno


neurológico anormal, origina la disyuntiva de
catalogarlo como convulsión febril compleja o como
epilepsia sintomática a la fiebre, que es lo más
probable.

No existe evidencia de que tratar la convulsión febril


disminuya el riesgo de epilepsia, ya que si se toman
dos grupos y se trata sólo a uno, el porcentaje de
epilepsia a diez años plazo es igual en ambos grupos,
la diferencia está en que unos hicieron solamente
recaídas febriles.

Por otra parte, la probabilidad de que la epilepsia


parcial compleja por esclerosis mesial temporal
refractaria del adulto sea consecuencia de
convulsiones febriles repetidas, es una situación
discutible; muchos autores creen que se trata de una
condición genética y que tanto la convulsión febril
como la esclerosis temporal, a largo plazo, son
expresión de una condición de base genética.
Conducta frente a la convulsión febril

Existe un riesgo de recaída, que es mayor en la


convulsión febril compleja, más aún si se suman
factores de riesgo, y también existe un riesgo de
epilepsia, distinto y no modificable, aunque se trate la
convulsión febril; por eso, no se recomienda tratarlos
a todos, como se hacía antes, pero sí tratar algunos
casos.

Las normas técnicas de epilepsia que lanzó el


Ministerio, que quedaron como guías clínicas,
establecen cuándo se debe tratar, colocando a los
pacientes de 1 a 2 años en una opción intermedia. O
sea, el tratar o no tratar a un niño con CFS depende
de su edad.

Se recomienda no tratar a aquellos pacientes que


presentan una o dos CFS y que no tienen factores de
riesgo.

El tratamiento intermitente está indicado en


pacientes con factores de riesgo para recaídas, o con
antecedente de haber tenido una crisis prolongada.
Este manejo consiste en tratar cuando se presenta la
fiebre, porque se ha demostrado que atacar sólo la
fiebre no modifica las estadísticas de recaída, sea por
el tiempo que se demora en bajar la temperatura o
porque no se logra bajar, de modo que como método
aislado no es suficiente.

En este caso, se utiliza diazepam oral, en dosis de 1


mg/kg, o rectal, en dosis de 0,4 a 0,5 mg/kg, al inicio
del episodio febril agudo. El diazepam rectal se
presenta en forma de gel de 5 ó 10 mg, se administra
fácilmente con una cánula rectal y controla la crisis en
60 a 180 segundos; se puede repetir hasta dos veces,
cada 8 a 12 horas, hasta 36 horas desde el inicio del
episodio febril agudo. Esta formulación es muy útil y
sería recomendable tenerla siempre en el botiquín de
urgencia.

Se aconseja iniciar el tratamiento intermitente cada


vez que la temperatura supere los 38,5° axilar,
aunque también se puede hacer solamente el manejo
de la fiebre, pero teniendo el diazepam a mano y listo
para ser administrado en caso de que se produzca la
crisis, con lo que se evita que ésta se prolongue y se
puede garantizar que se va a detener rápidamente.

El tratamiento continuo disminuye el riesgo de


recaída, lo que está claramente demostrado. Para este
efecto se utiliza ácido valproico, 20 a 30 mg/kg/día,
divididos en 2 a 3 dosis o, como segunda opción,
fenobarbital, 3 a 5 mg/kg/día, dividido en dos dosis,
siempre que sea bien tolerado por el niño.
La duración del tratamiento es de 2 años o hasta los 4
años de edad, cumplidos; yo prefiero la segunda
opción. Después se deja con tratamiento intermitente
con diazepam rectal, durante 1 año, y posteriormente
se da de alta, una vez que se ha verificado que no se
producen nuevas recaídas. El tratamiento continuo se
indica en caso de:

 Dos o más crisis prolongadas.


 Fracaso de tratamiento intermitente
 En aquellos casos, que no son pocos, en los
cuales el episodio agudo se diagnostica por la
crisis, porque antes de ésta no hubo fiebre, de
modo que es imposible prevenir la crisis.
 Convulsión febril compleja, especialmente si
existen factores de riesgo.
 Situaciones especiales, como el caso de una
madre que trabaja y que debe dejar su hijo en
sala cuna o con una persona que no es de su
confianza, o por razones personales en que se
piense que se debe tratar al niño.

En resumen, frente a una crisis febril se debe


clasificar, determinar la presencia de factores de
riesgo, saber qué hacer cuando llega, qué exámenes
pedir, cuándo dejar internado al paciente, cuándo
tratar la emergencia y con qué tratarla, qué se debe
hacer cuando el paciente supere la edad de riesgo y si
las cosas van mal, qué alternativa se va a ofrecer.
Dieta cetogénica (DC)

La DC fue introducida por Geyelin, en los Estados


Unidos, en 1921, en una época en que los únicos
medicamentos antiepilépticos disponibles eran el
bromuro y el fenobarbital, por lo que quedaban fuera
de tratamiento varias formas de epilepsia, y además,
eran muy frecuentes la diarrea con deshidratación y
acidosis.

Geyelin observó que cuando aquellos individuos, que


presentaban convulsiones subintrantes, presentaban
durante su evolución una acidosis metabólica
importante, las crisis se detenían, por lo que planteó
la idea de que cierto grado de acidosis podía frenar las
crisis en los pacientes con status epiléptico.

Posteriormente, Wilder planteó que, en vez de esperar


a que la persona entrara en ayuno patológico por una
condición grave, se podría someter a un ayuno
voluntario para luego someterse a una dieta rica en
contenidos grasos, lo que produciría en forma artificial
una acidosis metabólica, comprobándose que este
sistema permitía frenar, disminuir o controlar las crisis
en cierto número de pacientes.

Este tipo de dieta se utilizó durante unos 30 años; a


fines de la década de los 30 se comenzó a usar la
fenitoína, y en la de los 50, la carbamazepina, a partir
de lo cual el cuerpo médico dio por hecho que la
epilepsia podía ser controlada con fármacos y que ya
no era necesario recurrir a la dieta, cayendo ésta en
descrédito.

Finalmente, en la década de los 90, Freeman,


considerado el padre moderno de la DC, planteó que
en los casos refractarios la politerapia era tan ineficaz
y tóxica, que era mejor utilizar la DC, y la introdujo
otra vez.

Existen pocos estudios acerca de la DC en el adulto, y


las cifras que se describen en niños demuestran que
los porcentajes de remisión y control de las crisis son
superiores a lo que se logra con la introducción de
nuevos fármacos.
Indicaciones de la DC
 La DC está indicada en la epilepsia refractaria.
 También se utiliza cuando la politerapia ha
resultado tóxica.
 En caso de familias que son reacias al uso de
polifarmacia.
 En defectos metabólicos específicos, en los cuales
el cambio de la vía metabólica de la glucosa a la
de los ácidos grasos es dañino, aunque son los
casos menos frecuentes.

La indicación más importante son los casos


refractarios; las demás son indicaciones relativas, y
dependen de la relación médico paciente, que se ha
vuelto muy compleja debido a la cantidad de
información disponible en Internet.

En la epilepsia refractaria se han abreviado mucho los


plazos. Se define esta condición cuando han fracasado
dos monoterapias y una combinación de fármacos,
dándole unos 2 meses a cada esquema, lo que evita
que los pacientes pasen dos años o más, soportando
hasta 10 combinaciones distintas de medicamentos.

Actualmente existen alrededor de 15 fármacos


disponibles, y si se consideran las combinaciones
posibles, pueden pasar años hasta establecer que un
enfermo es refractario; en cambio, con esta definición,
antes de un año de evolución ya se puede establecer
la refractariedad de las crisis; de hecho, uno de los
mayores avances es la detección temprana de los
casos refractarios, para ir a DC o a cirugía.

La DC implica quemar los depósitos de glucosa y


glucógeno y utilizar una vía alternativa ubicada en las
mitocondrias, que es la metabolización de los ácidos
grasos, produciendo energía a través de la
combustión de los cuerpos cetónicos. O sea, en vez de
ir al ciclo de Krebs aeróbico o bien, a la glicólisis
anaeróbica, se utiliza el ciclo de los ácidos grasos, que
genera una gran cantidad de energía a través del
metabolismo de las grasas, que son transportadas por
la carnitina al interior de las mitocondrias. Para lograr
esto se requiere un cambio absoluto en la
composición de la alimentación.

En la práctica se utiliza la fórmula 4:1:1, o sea, que


contiene 4 partes de lípidos, (lo que se consigue
agregando a las comidas un aceite animal o vegetal
especialmente preparado, como el MCT), 1 parte de
proteínas, que son necesarias para el crecimiento, y 1
parte de hidratos de carbono, lo que implica que el
90% del aporte calórico proviene de las grasas.

Además se hace una restricción calórica, reduciendo


el aporte de calorías a alrededor del 76% de los
requerimientos normales, dependiendo del
crecimiento y desarrollo, con lo que la curva de peso
queda estacionaria, y una restricción hídrica, según la
cual, se permite la ingesta de 1 ml por caloría.
Finalmente, se agregan los suplementos de vitaminas
B, C y D, calcio y minerales y se programa un control
estricto para verificar que el crecimiento y desarrollo
cumpla las normas establecidas y hacer
modificaciones cuando sea necesario. El uso rutinario
de carnitina es discutible.

El mecanismo de acción de la dieta es desconocido.


Se han medido los cuerpos cetónicos, el ácido
hidroxibutírico y los otros compuestos intermediarios
para establecer cuál es el factor que determina que la
DC detenga las crisis, pero la verdad es que todavía
no se sabe. Las hipótesis suponen que se producen
cambios en el balance de la excitabilidad neuronal,
pero no se sabe si esto ocurre por un efecto
gabaérgico o por cambios en otro tipo de
neurotransmisor.

Lo importante es que los medicamentos


antiepilépticos producen cambios en la polaridad de la
membrana, disminuyendo su excitabilidad, que tiene
un inicio químico y un final eléctrico a través de la
entrada y salida de iones, mientras que la DC podría
involucrar un modelo diferente al de los fármacos, con
cambios persistentes a largo plazo.

En cuanto a los factores que influyen en la eficacia de


la DC, se mencionan el tipo de crisis, la edad, siendo
más eficaz en el niño y menos en el adolescente,
aunque se usa desde el lactante hasta la edad adulta,
y el tipo de epilepsia, describiéndose una mejor
respuesta en las generalizadas, particularmente en las
mioclónicas.

Para iniciar esta dieta es necesario hospitalizar al


paciente por 5 días, porque se debe inducir ayuno,
que tiene riesgo de hipoglicemia; por lo tanto, se
ingresa a las 18:00 horas de la tarde anterior y se
inicia el ayuno, que se completa en la mañana del día
subsiguiente, produciéndose una cetosis que se puede
medir determinando los niveles de ácido
hidroxibutírico en la sangre o de cuerpos cetónicos en
la orina.

Una vez que se logra la cetosis, se administran


líquidos sin calorías y, con el apoyo de una
nutricionista, se comienza a introducir una
formulación con un tercio, dos tercios y finalmente, el
total de la DC. En forma simultánea, se le enseña a la
madre cómo pesar y preparar el alimento.

El efecto de la dieta puede ser mágico, deteniendo las


crisis en 24 horas, o bien, puede demorar un mes. Se
ha establecido un plazo de 2 meses para definir si la
dieta es exitosa, aunque puede partir bien y perder su
efecto a los 6 meses, aunque no se abandone. Se dice
que la dieta debe durar 3 años, pero esto no se ha
determinado en forma exacta, y existe un grupo que
tiene riesgo de recaer al finalizar la DC, sin que exista
forma de predecir en qué paciente va a ocurrir esto.

Para hacer esta dieta se necesita tener acceso al


laboratorio, un grado de colaboración suficiente a
nivel familiar, responsabilidad por parte de la persona
que prepara los alimentos y además, el caso índice
debe adherir al tratamiento.
Resultados de la DC

Las estadísticas muestran que, a un año plazo, la


mitad de los pacientes abandona la dieta, porque no
resulta, porque es difícil o porque se aburren, pero, de
la mitad que no abandona, un 30% puede lograr un
control total de las crisis. Las cifras del estudio
prospectivo de Freeman y Hemingway hablan de un
13% de casos libres de crisis a los 6 años de
seguimiento, mientras que la probabilidad de un
nuevo fármaco de lograr el control de las crisis es de
3%. Ellos encontraron, en 150 casos:

 20 (13%) libres de crisis.


 21 (14%) con reducción de más del 90% de las
crisis.
 71 (50%) con reducción de más del 50% de las
crisis (29 sin fármacos y 28 en monoterapia).
 Al año de seguimiento, 82 casos seguían con DC y
67 (45%) la habían abandonado, por considerarla
ineficaz o muy restrictiva, o por enfermedades
intercurrentes.

La disminución de las crisis en más de un 50 ó 90%


significa que si se logra adhesividad, se puede lograr
un buen resultado. De hecho, de los 71 casos que
seguían en tratamiento, 29 habían dejado de tomar
fármacos antiepilépticos y 28 pacientes estaban en
monoterapia, es decir, 57 de 71 estaban en una de
estas situaciones.
En el estudio de Shinnar se ve lo mismo, e insiste que
lo más importante es educar a los padres para que
sigan la dieta.
Complicaciones de la DC
 Puede haber alteraciones del crecimiento y
desarrollo, debido a la reducción del aporte
calórico.
 Puede producirse litiasis renal, por la acidosis.
 Está descrita la probabilidad de que se presente
una cardiopatía.
 Existe una hiperlipidemia mantenida, cuyas
consecuencias a largo plazo se desconocen.
 Puede desarrollarse anorexia por mala tolerancia
de la ingesta permanente de grasas.
 Puede haber estitiquez, por la misma razón.

Se han comunicado estudios en pacientes con


síndrome de West que preconizan usar esta dieta
como primera o segunda alternativa, y esto se está
haciendo en el Roberto del Río, en el Calvo Mackenna
y en el INTA, y en menos cantidad en el San Borja
Arriarán, en el San Juan de Dios, en la Clínica Santa
María y en la Clínica Alemana.
Interrogantes
 No está claro si esta dieta tan estricta puede ser
tan eficaz como los fármacos, evitando la
toxicidad de éstos.
 No está claro su mecanismo de acción.
 Tampoco es posible predecir en quién va a
funcionar.
 No está claro cuándo debe terminar la dieta, o si
debe prolongarse indefinidamente.
 No se sabe qué pasa con la salud general en el
futuro, en cuanto a la dislipidemia y al
crecimiento y desarrollo.
 No se sabe qué pasa al terminar la dieta.
 No está claro qué pasa con los alimentos
envasados, en cuanto a su composición.
 En cuanto a los medicamentos, no se sabe qué
habría que hacer.
 Tampoco se sabe porqué hay que disminuir las
calorías y la ingesta de líquidos para que la dieta
funcione.
 Los sistemas de salud no están preparados para
atender a estos pacientes cuando llegan al
servicio de urgencia ni está establecido qué
medicamentos se les puede administrar.

A pesar de esto, se puede decir que en aquellos casos


que no son quirúrgicos y que no responden a los
medicamentos, o a combinaciones de ellos, no cabe
duda que la DC no es una opción despreciable, pero
su aplicación requiere de un equipo compuesto de
nutricionista, neurólogo y pediatra que entiendan su
complejidad y sean capaces de entregar la educación
necesaria a la familia y al caso índice, sobre todo
cuando se trata de adolescentes.

De las epilepsias refractarias, la mitad es quirúrgica y


la otra mitad requiere un tratamiento con fármacos,
cuyo costo oscila entre $60.000 y $200.000
mensuales, que es muy alto comparado con el costo
que tiene la alimentación cetogénica.

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