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SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 1 DE SEPTIEMBRE DE 1939.

JAPON EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL estaba aliado con Alemania, Italia con la España
franquista, era un gobierno totalitario el gobierno del sol naciente, Japón en medio de ese
problema bélico decidió atacar a EE UU, entonces fue cuando atacaron la estación de Pearl Harbor
digamos que esa fue la excusa perfecta para que EE UU respondiera al ataque que le había hecho
Japón, entonces fue cuando EE UU les coloco las dos bombas atómicas Hiroshima y Nagasaki y eso
los doblego, trayendo como consecuencia políticas, en Japón en vista del manejo interno que
podía tener el país, perdieron quienes pretendían tomar el poder dejaron el problema con China.
Esto tuvo consecuencia como no tener ejército, no tener presidente como tal, hay es primer
ministro, la monarquía son los emperadores.

JAPON perdió la segunda guerra mundial, el gobierno que subió era proamericano es decir estaba
a favor de las ideas capitalistas de EE UU. ¿Entonces uno se pregunta después de esta segunda
guerra mundial Esto fue bueno o fue malo? Diríamos que si miramos Japón después de esto son
como 60 años está muy bien, en términos de economía es uno de los países que a la actualidad
presentan inflación, tienen un desarrollo tecnológico muy grande, tienen unos de los mejores
sistemas de educación, el desempleo es muy bajo, producen energía nuclear, en términos de
economía hay grandes industrias japonesas alrededor del mundo, la industria automotriz Yamaha
Kawasaki, Zubaru, en producción de su alimentación, es buena comen mucha comida de mar,
verdura, Japón es una sociedad muy cerrada y muy exigente con sus ciudadanos el sistema
académico es bueno porque se les exige hasta los niños de primaria tiene examen de admisión
para entrar a su institución, ellos vienen de costumbres budistas aunque después se impuso el
cristianismo, después de la segunda guerra mundial hubo una industrialización es uno de los
países más fuertes Japón tiene la moneda que es el yen y es una de las pocas monedas que hace
parte de las divisas para comercialización internacional.

De acuerdo con la Constitución Imperial de 1889, o Constitución Meiji, basada en el modelo


prusiano, que rigió en Japón hasta 1947,

"El Imperio del Japón es regido y gobernado hasta el fin de los tiempos, por la línea dinástica de los
emperadores..."

"El Emperador es sagrado e invulnerable..."

"El Emperador tiene el comando del Ejército y de la Marina..."

"El Emperador declara las guerras, hace las paces y concluye los tratados...".

En consecuencia, el Emperador (Tennō) era el Estado, la suprema autoridad temporal y espiritual


en un régimen monárquico absolutista.

"El Emperador es al mismo tiempo el divino descendiente de Amaterasu, la Diosa del Sol, gobierna
sobre la Tierra, es el padre de la familia japonesa y el predestinado salvador del mundo."
El Emperador de Japón tenía pues el derecho a ejercer la autoridad ejecutiva y a nombrar y
destituir a todos los funcionarios del gobierno. El emperador también tenía el derecho exclusivo
para hacer la guerra, hacer la paz, concertar tratados, disolver la Cámara Baja de la Dieta
(parlamento), y dictar ordenanzas imperiales para reemplazar las leyes cuando la Dieta no estaba
en sesión.

Aunque por mandato constitucional el comando del Ejército y de la Armada Imperial estaban
directamente bajo su mando y no de la Dieta, en la práctica era el Primer Ministro el que ejercía el
control sobre las Fuerzas Armadas.

La Constitución Meiji preveía un Gabinete, compuesto por ministros de Estado que respondía al
Emperador en lugar de la Dieta, y establecía el Consejo Privado Imperial.

Existía un poder judicial independiente, pero que no tenía claramente definidas sus funciones y las
hacía en base a mandatos constitucionales que muchas veces resultaban contradictorios.

En la práctica, el Emperador actuaba bajo las recomendaciones de sus asesores, pero siendo
invulnerable no podía ser culpado por los errores que se podían cometer. La responsabilidad de
una orden o edicto imperial recaía en el funcionario que la firmaba conjuntamente con el
Emperador. Las autoridades de gobierno y los políticos usaban su libre interpretación en cuanto a
que la Constitución Meiji podía ser usada para justificar medidas autoritarias o liberalmente
democráticas.

Por ello, ocurrían luchas de poder detrás de bambalinas entre las facciones políticas, no obstante,
los acuerdos finales se presentaban a la nación como decisiones unánimes del gobierno imperial.

Los poderosos eran, el primer ministro, los ministros de la casa imperial, los miembros del consejo
real y del gabinete, los más altos oficiales de las fuerzas armadas, los venerables ancianos ex
funcionarios públicos de alta jerarquía y en menor grado los poderosos capitalistas.

Debajo del Emperador había tres formas sociales de control: religioso, civil y militar. En lo religioso
había un consejo compuesto por los sacerdotes de los templos nacionales y los representantes de
los sacerdotes de los templos locales.

El gobierno civil estaba bajo el mando del gabinete y del primer ministro. El gabinete discutía
todos los Asuntos de Estado en sesiones secretas o de manera conjunta con los ministros de la
casa imperial, cuyos miembros eran nombrados de por vida por el Emperador. Estos dos poderes
eran quienes en realidad gobernaban el Japón. No importaba lo discrepantes que podían ser las
opiniones de los miembros del gabinete, las resoluciones siempre se presentaban como
consensuadas. El Primer Ministro, como cabeza del Gabinete, aceptaba la responsabilidad de las
acciones de gobierno.

Hideki Tojo
Primer Ministro General Hideki Tojo - 1941

El Gabinete estaba compuesto por los ministros de asuntos extranjeros, guerra, marina, asuntos
internos, educación, justicia, finanzas, agricultura y comercio, transporte, posesiones de ultramar,
industria y municiones, bienestar público. Dependían del Ministerio de Asuntos Internos, la Policía
y las cuatro gobernaciones prefecturales. Del Ministerio de Justicia dependían la Corte Suprema y
la Judicatura.

Debajo del Gabinete venía la Dieta, compuesta por la Casa de los Pares y la Casa de los
Representantes (evidente influencia británica) que eran elegidos por los ciudadanos varones
mayores de 25 años. La función principal de la Dieta era pasar las leyes y servir como portavoces
de la opinión pública, pero en ambos casos su poder era limitado.

El Supremo Consejo Militar, que dependía directamente del Emperador, estaba compuesto por el
Consejo de Mariscales de Campo y de los Almirantes de Flota, Generales en Jefe, Inspector
General de Entrenamiento y los Ministros de Guerra y Marina.

La Constitución no hacía ninguna referencia al Genro o Consejo Real, compuesto por un gabinete
con un Presidente, un vicepresidente y 24 consejeros. El Genro era el círculo íntimo de asesores
del Emperador y ejercía una influencia considerable en las decisiones de Estado.

Al Emperador también lo asistían los nobles Ministros de la Casa Real, un Lord Guardián del Sello
Real y el Gran Chambelán o Camarlengo, Ministro de la Casa Imperial, obviamente influencia del
sistema británico.

Una de las razones del poder de los militares en el Japón era el acceso directo que tenían sus
máximos líderes al Emperador, quien era su Comandante en Jefe. Estos altos jefes tenían también
autoridad especial en el gabinete y por medio de su supremo comandante, podía asesorar al
Emperador no sólo en asuntos militares sino también civiles. Debajo de esos grupos de alto nivel,
las funciones de gobierno eran ejecutadas por los servidores públicos de un enorme aparato
estatal. El gobierno nacional desde Edo (Tokio) ejercía una vigilancia estrecha sobre todas las
ciudades y pueblos, sin embargo todos poseían un cierto grado de auto gobierno.

Cada prefectura tenía su propia asamblea, las ciudades tenían sus alcaldes electos por la Asamblea
de la ciudad, los pueblos y villas tenían también sus consejales elegidos por el pueblo. Como la
sociedad japonesa cree en la importancia del bienestar colectivo, por encima del bienestar
personal, las ciudades y pueblos estaban llenos de grupos cooperativos algunas veces compuestos
solamente por vecinos y en otros casos organizados con la asistencia de profesionales. Estos
grupos cooperativos tenían también funciones civiles agrupados en asociaciones, por ejemplo, de
reservistas, de jóvenes voluntarios, de bomberos etc. y los habían también grupos con funciones
de carácter político, como las sociedades patrióticas, tales como la Sociedad del Dragón Negro
(Kokuryukai), asociaciones que eran ultranacionalistas, anticapitalistas y xenófobas.
Entre los deberes ciudadanos consagrados por la carta magna se encontraban el apoyar y
defender a la Constitución, pagar impuestos y servir en las Fuerzas Armadas. Por otro lado
garantizaba la libertad de movimientos, inviolabilidad del domicilio, inviolabilidad de la
correspondencia, derecho a la propiedad privada, derecho de palabra y derecho de reunión y
asociación.

Los ciudadanos también tenían derecho a a ser juzgados ante una corte cuyo juez sentenciaba en
nombre del Emperador. La población gozaba del derecho a la libertad religiosa, pero como el
Sintoísmo (kami-no-michi) era la religión del Estado, obligaba a los ciudadanos cumplir con sus
preceptos.

La Constitución tenía sus contradicciones, que en algunos aspectos eran difíciles de interpretar por
los juristas occidentales, como el artículo 3º contra el articulo 4º. El primero declaraba al
Emperador como sagrado e invulnerable y por tanto tenía la facultad de derogar la Constitución o
de ignorar sus mandatos, mientras que el segundo determinaba que las cláusulas de la
Constitución eran vinculantes para el Emperador. Si se considera la naturaleza divina del
Emperador esto tiene sentido, pero por otro lado, el artículo 55º determinaba que los mandatos
del Emperador no tenían fuerza legal por sí mismos, sino que requerían la firma de un Ministro de
Estado. Sin embargo los Ministros de Estado eran nombrados y destituidos por el Emperador, de
acuerdo con el Primer Ministro, pero sin conocimiento de la Dieta.

Gabinete japonés

Primer Gabinete conformado poco antes de estallar la guerra (18-10-1941).

Pocas semanas antes de comenzar la guerra, cuando las relaciones diplomáticas entre Estados
Unidos y Japón se veía que no podían mejorar y que no habría un acuerdo posible, el 18 de
octubre de 1941, el Emperador nombró al General Eiku Tojo como Primer Ministro, quien
conformó el nuevo Gabinete. El General Tojo tomó desde entonces el nombre de Hideki Tojo y se
asignó las carteras de Asuntos Internos, Municiones y Guerra.

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