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1.

1 REALIDAD PROBLEMÁTICA
Nuestro país se limita a la estructura de nuestros diversos ordenamientos jurídicos, siendo
uno de ellos el penal, que establece determinadas sanciones para todo tipo de conductas que
realizan un delito, es decir pune conductas que se adecúan a los preceptos penales que
describen el delito en su forma consumada, en su realización perfecta, pero no solo, no todo
proyecto criminal llega a concretizarse; muchas veces estos proyectos no alcanzan su
culminación quedando en el mero intento, en algunos casos más cerca y en otros más lejos de
su consumación.
En un modelo ideal de actuación racional, todo comportamiento intencional tiene un conjunto
de pasos claramente diferenciados. En primer lugar, se encuentra el propósito de realizar una
conducta, luego una labor de preparación, de ejecución de los actos para alcanzar el objetivo
planteado, la efectiva obtención de ese resultado y, finalmente, la satisfacción del interés
perseguido. El delito, en tanto se trata de un comportamiento, no es ajeno a este proceso, por
lo que en su realización pueden identificarse el propósito serio de cometer un delito, los actos
preparatorios, los actos de ejecución, la consumación y el agotamiento del delito.
Así mismo los actos preparatorios son aquellos que constituyen un estado previo a la
ejecución del delito y, en tanto se desarrollan al interior de la esfera de organización del
ciudadano, se encuentran fuera del ámbito de lo punible por otra parte al ser actos equívocos
o ineficaces para obtener por sí mismo la consumación delictiva, la regla general es la
impunidad de esta etapa del iter criminis. Producto de no presentarse la comisión delictiva
queda la actitud del sujeto como acto carente de suficiencia tutelado por la ley en vista de no
darse el inicio del hecho punible por lo tanto tal situación se encuadra como acto preparatorio
que se encuentra en la fase externa del delito pero que no es parte de él, siendo por si solo es
incapaz de indicar la voluntad de continuar el intento delictuoso. No obstante, si los actos
preparatorios tienen el sentido de estar claramente dirigidos a una finalidad delictiva podría
sancionarse en algunos casos excepcionales como sería la conspiración, la proposición y la
provocación para delinquir cuando expresamente se castigue por la ley.
Puede decirse, por tanto, que los actos preparatorios no se consideran actos prohibidos por el
ordenamiento jurídico-penal, salvo que decida penalizar algunos de ellos por las razones antes
señaladas. Ya que se mueve en el límite de lo legítimamente posible. Según el código penal
vigente además de limitar el castigo de los actos preparatorios a unos cuantos casos lleva
acabo una punición también limitada al ámbito de la preparación y, así la contrae a ciertas
clases de actos preparatorios, que pudiera, genéricamente, ser caracterizados como intentos
de coautoría y participación futura.
Es necesario delimitar el comienzo de la punibilidad pues “dado que un hecho punible tiene
distintas etapas de realización, es preciso delimitar en que momentos el autor ingresa en el
límite de lo punible, y cuando se ha alcanzado la etapa que permite llegar al máximo de
punibilidad prevista”.
Tiene como factor común una conclusión: resulta imposible distinguir entre actos
preparatorios y ejecutivos, siendo que la ley nada debería legislar al respecto, debiendo
establecer el reproche criminal aún en caso de los actos preparatorios.
La cuestión no resulta para nada ociosa, si tenemos muy presente que solo los actos
ejecutivos son penalizados, mientras que los actos meramente preparatorios resultan exentos
de toda responsabilidad penal, sin embargo, dichos actos podrían sancionarse en algunos
casos excepcionales. No son pocos los antecedentes jurisprudenciales que marcan ello,
cuando, producto de la oscuridad y ambigüedad del límite existente entre la faz preparatoria y
ejecutiva del iter criminis ha arrojado por resultante la declaración judicial de atipicidad de la
conducta encartada al imputado en más de una ocasión.
1.2 ENUNCIADO DEL PROBLEMA
¿Cuáles serían los criterios para que los actos preparatorios se configuren como delitos
independientes con capacidad de punibilidad?
1.3 OBJETIVOS
1.3.1. Objetivos General:
 Determinar cuáles son los criterios o excepciones para que los actos preparatorios se
configuren como delitos independientes y punibles.

1.3.2. Objetivos Específicos:


 Explicar el Iter criminis o caminos del delito en su fase interna y externa.
 Analizar como tendría que considerarse el acto preparatorio para que sea considerado
punible.
 Analizar la delimitación entre los actos preparatorios y los actos ejecutivos.

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