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Revista Facultad de Derecho. Ratio Juris Vol. 5 No. 10 / p.

77-97
Medellín - Colombia. Enero-Junio de 2010, ISSN: 1794-6638

Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada*


Para-states in Colombia. Concerning a culminated investigation

William Ortiz Jiménez**

Resumen
El presente artículo trata de ofrecer un panorama general de la investigación “Los paraestados en Colombia”, reali-
zada en la Facultad de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, España. La investigación realiza
una apuesta teórica que precise el término paraestado, ya utilizado por otros teóricos e investigadores, pero poco
desarrollado en el contexto académico. Para tal efecto, el término tiene que ver con la fuerza de choque en que se han
constituido los grupos armados en Colombia, específicamente las guerrillas, representadas por las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia —FARC— y el Ejército de Liberación Nacional —ELN—. Al igual que los paramilitares, am-
bas fuerzas están transversalizadas por el narcotráfico. El sello de Estado paralelo o paraestado significa que son grupos
que han logrado consolidar un poder económico, político y social de tal significancia que poseen un control casi que
absoluto sobre una gran parte del territorio y en éste imponen sus leyes y normas, como lo haría cualquier Estado. La
investigación se centró, entonces, en clarificar teóricamente ambos conceptos y la incidencia que tienen en el conflicto
colombiano.
Palabras clave: territorialización, lucha por soberanías, conflicto, empresarios de la guerra, desinstitucionalización,
parapoder, paraestado

Abstract
This article attempts to provide an overview of “A para-state in Colombia”, a research conducted by the Sociology and
Political Science department, at the University of Granada, Spain. This paper makes a theoretical bet to clearly define
the term para-state, already used by other theorists and researchers, but not much developed in academic arenas.
In order to do this, the term relates to the shock drive armed groups in Colombia have turned into —specifically gue-
rrilla, represented by the Revolutionary Armed Forces of Colombia —FARC—, and —ELN— National Liberation Army.
Similar to paramilitaries, those forces are crossed by drug trafficking. The label parallel State or para-state means they
are groups who have managed to consolidate such a significant economic, political and social power that they have a

Fecha recepción: mayo 04


Fecha aceptación: mayo 21
*
El presente ensayo hace parte de la investigación “Los paraestados en Colombia”, realizada por el autor para obtener el título de
Doctor en Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad de Granada, España. La investigación fue publicada por la Universidad
Autónoma Latinoamericana.
**
Doctor en Sociología y Ciencias Políticas, Universidad de Granada, España. Magíster en Ciencias Sociales: Cultura y Vida Urbana,
Universidad de Antioquia. Docente-investigador Unaula, Facultad de Derecho. Docente asociado, Facultad de Ciencias Humanas,
Universidad Nacional de Colombia. wortiz@unal.edu.co

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nearly absolute control on a large part of the territory, and they impose their laws and regulations in that territory, as
any Government would do. Research focused, then, on theoretically clarifying both concepts as well as the impact that
have on Colombian conflict.
Keywords: territorialization, fight for sovereignty, conflict, war entrepreneurs, desinstitucionalization, para-power,
para-state

Introducción del país”, llevado a cabo en Cartagena los días 24 y


25 de enero de 2008. Allí se argumentó de manera
El presente ensayo se centra en tratar de explicar incisiva por parte de los expositores, que lo ubican
qué son los paraestados, basado en fundamentacio-
dentro del conflicto en Colombia. Daniel Pécaut,
nes teóricas de varios autores nacionales y extran-
por ejemplo, hizo la observación de que
jeros. Así mismo, enfatiza que de acuerdo con las
investigaciones realizadas por expertos en el tema, […] ningún grupo armado tiene un monopolio,
se pueden considerar como paraestados los actores sino que hay un fenómeno de desterritorializa-
del conflicto en el país, esto es, las guerrillas repre- ción, lo cual lleva a que la gente acepte el orden
sentadas en las Fuerzas Armadas Revolucionarias paramilitar, pero no se atreven a discutir de polí-
de Colombia —FARC— y el Ejército de Liberación tica. Agrega que la guerrilla no tiene ninguna fun-
damentación teórica, sólo controlan la población
Nacional —ELN—; los paramilitares o autodefen-
y los recursos. Así, entonces, pueden aparecer
sas y el narcotráfico. A su vez, las guerrillas también muchos poderes locales y territoriales, pero no de
adquieren el rótulo de Estado paralelo, según los la territorialidad, entendida ésta, como la relación
elementos que la identifican. Los paraestados, en- que se entabla entre los habitantes y los actores
tonces, constituyen la fuerza de choque en el actual del conflicto.1
conflicto colombiano.
En este mismo orden de ideas, María Isabel Ocam-
Las consideraciones sobre los paraestados po concluye que
El vocablo ‘paraestado’, referenciado por expertos […] la relación de la sociedad con los grupos arma-
en el conflicto colombiano o analistas de aspectos dos es compleja. Piensa en situaciones de presencia
relacionados con la guerra y las confrontaciones ar- o incluso de control paraestatal, donde la sociedad
madas, volvió a la palestra en los últimos años, pre- tiene margen de negociación con el paraestado, de
cisamente a raíz de la fuerza que tuvieron los grupos ahí depende la capacidad del paraestado para legi-
armados en Colombia, en este caso, las FARC, el ELN timarse y la utiliza para la inserción local. El parami-
y las Autodefensas Unidas de Colombia —AUC—, litarismo, por ejemplo, llegó a funcionar como un
paraestado en varias regiones del país.
más conocidas como paramilitares.
En primera instancia, el uso del concepto contro- Ingrid Bolívar considera que hay una multiplicidad
vierte un poco la tesis según la cual estamos en un de competencias entre las élites regionales y los ac-
‘Estado de violencia’, o de que se implementó en el tores, entre otros, la llamada “ampliación del cam-
país la ‘cultura de la violencia’, lo cual distorsiona, po político”. Fernando Escalante comenta que
en grado sumo, la realidad de la confrontación Esta-
do-guerrilla o paramilitares. Con ese fin se empezó
1. Estas observaciones y las demás que se anexen en este aná-
a auscultar el término paraestado o estado paralelo,
lisis están sustentadas en las notas y referencias que hicieron
sustentado en postulados de los tratadistas que ha- los expositores en el Seminario Internacional “Hacia la re-
cen de él un uso permanente o cotidiano. construcción del conflicto”, realizado en Cartagena de Indias,
los días 24 y 25 de enero de 2008. Se tuvieron en cuenta las
El término fue ampliamente contextualizado en el conferencias de Daniel Pécaut, María Isabel Ocampo, Íngrid
Seminario Internacional “Hacia la reconstrucción Bolívar y Fernando Escalante.

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

[…] el Estado fuerte es el Estado de Derecho, no mizan los poderes, las funciones y la sociedad civil.
hay Estados que sirvan a este tipo de comporta- Igualmente, es el resultado de una crisis no resuel-
mientos. Por su parte, el Estado débil es el que ta, prolongada, así como de la disminución del es-
pierde el control de lo público, la inversión posee pacio público, en contraposición a un orden público
una gran debilidad fiscal…hay en nuestros Estados
representado en el estado de sitio, espectro bajo el
una franja fronteriza, criminal, donde se encuen-
cual vivió el país por más de cuarenta años consecu-
tra el poder fáctico, el cual no es capaz de contro-
lar el Estado de Derecho. En ese espacio criminal tivos, conocido hoy como ‘estado de conmoción in-
pueden llevarse a cabo formas cuasiestatales, hay terior’. Ambas figuras han creado el desgaste de ins-
una gran multiplicidad de prácticas predadoras y trumentos para manejar situaciones de excepción y
un parasitismo político. Por lo tanto, la debilidad de conflicto; aceleran y profundizan cada vez más
del Estado permite que haya una gran acumula- la confrontación entre los actores que lo producen.
ción de poder por medio de otros, como los cri-
minales o los grupos armados. En síntesis: la for- Los paraestados se fortalecen básicamente cuan-
mación del Estado requiere de autoridad política. do hay una emancipación paulatina de las Fuerzas
Armadas, la desconexión y la confrontación con el
Con base en las anteriores reflexiones, se obser- poder civil, pues ellas fueron creadas para la pro-
va entonces que el surgimiento de los llamados tección del Estado ante la evidencia de un conflic-
paraestados en Colombia obedece, entre muchas to externo y no para enfrentar a la población civil
otras razones, a que las prácticas de contrainsur- cuando ésta reclama lo que por Estado de Derecho
gencia llevadas a cabo en el país por algo más de le corresponde. La conversión de las Fuerzas Arma-
cuarenta años han fortalecido el ritmo y el creci- das en elemento exclusivamente militar, desvirtúa
miento del conflicto en lugar de fortalecer al Estado el mandato constitucional, desplaza los centros de
como principio de autoridad. Son notorias las crisis poder y las posibilidades de dirección de la vida so-
y las fracturas, tanto en sus fuerzas represivas como cial del país. Situación que crea acciones de doble
en el sistema judicial. poder en el Estado, civiles y militares, lo cual pre-
El uso de la fuerza pública como mecanismo de cipita su escisión. Aunque también se fortalecen
control del orden y el cumplimiento de la ley tie- los paraestados cuando la insurgencia y la contra-
ne algunos umbrales de eficiencia en ciertos mo- insurgencia hacen que la guerra desarrollada en el
mentos, pero cuando los límites se desbordan el contexto territorial y político del país, aceleren la
control del orden termina por convertirse en fac- desinstitucionalización. Tal estado de cosas condu-
tor de desorden y violencia, situación que lleva al ce a que gran parte de la inversión para solucionar
aparato estatal a la crisis que se ha referenciado, problemas como el desempleo, la educación, la vi-
con proporciones más vastas y significativas que vienda y la salud, se tenga que emplear en el forta-
las producidas por los mismos paraestados. A este lecimiento del aparato militar, lo que prolonga más
hecho se le conoce como la desinstitucionaliza-
el conflicto, descoordina las instituciones, produce
ción, consistente en que las instituciones del Es-
tado, visto en sus tres aspectos, Estado tout-court, ineficacia e impunidad.
Estado de Derecho y Estado Democrático, no sólo La utilización de los recursos para la guerra agota
dejan de responder a las funciones para las que
la pronta solución a las necesidades básicas de la
fueron pensadas, sino que pierden su eficiencia,
población, origina la desprotección, el desamparo y
se desnaturalizan y se pervierten, actuando en
contravía de sus objetivos iniciales (Uribe de Hin- la nulidad del derecho de gentes. Además, cuando
capié, 2001: 74). las fuerzas militares y el mismo Estado adoptaron y
buscaron apoyo en la propuesta paramilitar, acre-
La desinstitucionalización hace que los lazos de centaron el paralelismo dentro del mismo Estado2.
unión o la organicidad del Estado se pierdan entre
las instancias y aparatos del poder público. Se ato-
2. Se considera que el país no ha podido superar la situación

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La propuesta paramilitar significó ni más ni menos dividuo se la proporciona con sus propias manos, es
que el paso de la seguridad ciudadana, bien públi- una forma de garantizar su vida.
co por excelencia y fundamento ético del Estado de
Lo anterior muestra que el Estado institucional es
Derecho al control privado y la renuncia por parte
reemplazado por un paraestado en una vasta zona
del Estado al monopolio de la fuerza legítima (Uri-
del territorio nacional. Allí el paraestado impone su
be de Hincapié, 2001: 75), no porque un contrapo-
ley, sus normas, su control y ejerce la fuerza en vir-
der se lo arrebatase en el escenario de una guerra
tud de que el Estado no la ejecuta o no la ejerce. En
abierta, sino por la cesión gratuita de este monopo- este caso la desinstitucionalización da vía a la para-
lio a un paraestado, cuyos mecanismos de control institucionalización; y en tanto que el Estado pierde
se escaparon a las posibilidades de un Gobierno dé- legitimidad el paraestado se fortalece, recibe más
bil. Los paraestados empiezan a actuar por cuenta apoyo social, se muestra más eficaz en el control
propia, bien sea, en defensa del Estado, como es el del orden privado, no del público, impuesto a través
caso de los paramilitares, o en contra de éste, como de la violencia. La relación establecida hace que el
lo hace la guerrilla. poder y el parapoder lleguen a compartir muchas
La estructura paramilitar que operó en Colombia en veces el mismo territorio.
años anteriores y que de nuevo volvió a configurar- Los paraestados surgen bien sea porque el Estado
se en los últimos años —es decir, no desapareció legalmente constituido cede poder a un grupo in-
del esquema nacional—, es hoy uno de puntos dé- surgente o, simplemente, porque establece acuer-
biles del Estado colombiano y factor desligitimante dos para el control ante el embate de un opositor
de reconocidas proporciones en la sociedad colom- que le quiere arrebatar a través de la violencia los
biana. Esta afirmación se basa en el hecho de que derechos que por Constitución le pertenecen. Dice
hacen parte de una fuerza privada, esto es, comple- Román Ortiz que los rebeldes construyen un apa-
mentan la espiral de la privatización de lo público, rato paraestatal alternativo que oponen a la admi-
colapsan el orden institucional, postulan normas de nistración oficial, y que dentro de un tiempo, dos o
convivencia e incrementan la impunidad. más autoridades se solapan hasta que una destruye
a la otra y monopoliza el control sobre la población
Ahora la seguridad no es exclusiva del Estado, no es y el territorio3. Este control puede durar un tiempo
parte de la Constitución Nacional, no es de la esfe- más o menos prolongado o quizá sea momentáneo,
ra pública, porque el patrimonio del Estado le puso hasta que aparezca otro paraestado (Román, 2001:
límites y la entregó a manos privadas con intereses 11). Así ha sucedido infinidad de veces en el territo-
particulares. Lo mismo pasa con la justicia: cada in- rio colombiano con la guerrilla y los paramilitares.
Por ser la única fuente legítima de poder y de vio-
de inseguridad, crisis y violencia en más de treinta años de lencia cuando así se requiera, en estos casos el Es-
lucha, porque en los orígenes de los primeros síntomas de tado tiene como papel clave fragmentarse en una
violencia política se pensó en soluciones de fuerza, pensando miríada de grupos y facciones que se arrogan fun-
que el poder del Estado era tal frente a los focos de resisten-
cia armada, que estos serían reducidos fácil y rápidamente.
ciones paraestatales sobre la población, la econo-
No fue así: antes que encontrar solución por vías coercitivas, mía y el territorio. El conflicto se generaliza e irradia
el problema se propagó por todo el territorio. También se ha hasta cubrir la totalidad del país.
persistido en combatir los grupos en armas, con armas, “so-
lución” que se ha dejado en manos de las Fuerzas Armadas,
olvidando que un conflicto de naturaleza social, económica, 3. ORTIZ, R.D. (2001). “Guerra civil y descentralización de la
política e ideológica, no puede solucionarse por el uso solita- violencia: el caso de Colombia”. Bogotá: Papeles de Cuestio-
rio de la fuerza, dadas las connotaciones tan complejas que nes Internacionales. Allí se presenta un estudio detallado so-
presenta. Esta situación la percibió el expresidente López Mi- bre la violencia en Colombia y la consolidación de los parapo-
chelsen, pero es obvio que no hizo nada para solucionarla. deres.

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

También es de tener en cuenta que dada la políti- o las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá
ca de descentralización o desinstitucionalización, —ACCU—, que organizadas como parapoder con el
se crean una serie de vacíos en la implantación de apoyo económico del narcotráfico, la emprendie-
las políticas estatales, situación que genera condi- ron contra supuestos simpatizantes de la guerrilla,
ciones para el surgimiento de los poderes alterna- sindicalistas, grupos y partidos de izquierda y todo
tivos. De hecho las operaciones de los grupos con- aquél que representase un peligro real o imaginario
trainsurgentes se desarrollan principalmente en las contra el status quo político o económico de las zo-
áreas al margen de la influencia del Estado o donde nas donde operaban.
éste sólo hace presencia a través de la fuerza militar
y no en los ámbitos sociales, culturales y económi- Los estados paralelos se fortalecieron con el accio-
cos. Ejemplo de lo anterior, es la implantación de nar de organizaciones de terratenientes o de em-
las guerrillas izquierdistas a partir de los años se- presarios que estimularon el establecimiento de
senta, que siguió el patrón de las áreas más fuer- servicios sanitarios o educativos para atraer a sus
tes en consolidación de los grupos de autodefensa propias clientelas sociales, estrategias calcadas de
liberales, surgidos durante la época de la Violencia. la guerrilla cuando éstas se iniciaron como movi-
Estas regiones fueron el Tolima, Santander, Antio- miento contrainsurgente.
quia y Meta. De acuerdo con la tesis propuesta por En el plano político, el paralelismo puede ser enten-
Timothy y Wickham, dido como aquello que es más o menos clandestino
[…] se puede decir que el éxito de los movimien- y cuyas actividades o propuestas coinciden en gran
tos revolucionarios colombianos a la hora de con- parte con lo planteado por el Estado oficial. Política-
solidar una base de apoyo social se derivó, en mente es clara la existencia de puntos divergentes
gran medida, de su capacidad para desarrollar al momento de plantear lo paralelo. De un lado, es-
todo tipo de funciones estatales (orden público, tará el Estado constitucionalmente establecido con
prestaciones sanitarias, educación, entre otras, todas sus instituciones revestidas de poder legíti-
en aquellas regiones donde las autoridades de mo; por otro, aquellas instituciones que pretenden
Bogotá eran incapaces de cumplirlas. (Timothy y robarle legitimidad y/o poder al Estado.
Wickham, 1995: 12)
Tratando de hacer cada vez más claros los términos,
En realidad la proliferación de los grupos paramilita- analicemos lo que puede entenderse como paraes-
res, la guerrilla y el narcotráfico tiene sus raíces en tatal. Según el Diccionario de la Lengua Española,
la debilidad del Estado.4 Las acciones guerrilleras, dicho vocablo hace referencia a instituciones, or-
que desconocen el poder económico de los ganade- ganismos y centros que por delegación del Estado,
ros, industriales y empresarios del país mediante la cooperan a los fines de éste sin formar parte de la
aplicación de ‘vacunas’ y el cobro de impuestos, es- administración pública. De acuerdo con esta defi-
timularon la aceleración y la formación del parapo- nición, la paraestatalidad, en sentido estricto, la
der paramilitar o grupos de autodefensa privados, tienen las ONG y las instituciones u organizaciones
como surgieron inicialmente. Estos grupos fueron que —aunque sean de carácter privado—, comple-
apoyado por oficiales del ejército que recibían par- mentan o suplen la acción del Estado con el total
tidas civiles para llevar a cabo las llamadas “opera- reconocimiento de éste, el cual ajusta las normas y
ciones de guerra sucia”. Se crearon organizaciones leyes para regular o controlar sus operaciones, res-
siniestras como Muerte a Secuestradores —MAS— ponsabilizándolos de eventuales abusos. Ejemplos
de lo anterior, podrían ser las cooperativas u otras
4. Un excelente informe sobre la formación de grupos para-
formas de economía solidaria, de educación priva-
militares en las regiones del Magdalena y Urabá, se puede da, de servicios privados para la seguridad social y
encontrar y profundizar en Pearce, J. (1990). “The dirty war”. la salud, de vigilancia privada, entre otros.
ANCLA Report on the Americas. Vol XXIII, Nº 6.

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Es de anotar que lo paraestatal ha de ser analiza- Nacional hace la aclaración refiriéndose a los “mal
do libre de todo contexto negativo, contradictorio llamados paramilitares”. De ahí que pueda hablarse
o contestatario a las políticas estatales; antes bien, de legalidad e ilegalidad cuando se hace referencia a
la paraestatalidad ha de ser vista como un comple- lo paramilitar, a las actividades paramilitares que no
mento del Estado. Colombia constitucionalmente son avaladas por el Estado y que de alguna manera
es definida como Estado Social de Derecho (Manri- (que puede ser contrainsurgente) están prestando
que, 1991: 5-6)5, lo cual significa que éste debe ga- una ayuda al aparato militar en el cumplimiento de
rantizar a sus ciudadanos un marco legal de justicia sus funciones. En este sentido pueden ser conside-
y un ambiente de bienestar social. Pero ante la crisis radas “fuerzas paraestatales”. En cierto momento
generalizada de gobernabilidad, legitimidad e inca- debe entenderse que las relaciones entre Estado y
pacidad para procesar las demandas de la socie- paraestado no son muy armónicas, ya que es en la
dad, se nota fácilmente la presencia de un Estado idea de justicia que cada una de las partes tiene,
anormal, inmerso en la corrupción y la politiquería, donde se pueden encontrar grandes diferencias.
donde se enmarcan de una manera difusa y confusa
los límites de lo legal y lo legítimo de unas y otras Los paraestados ilegales —los llamados paramili-
organizaciones, que se entrecruzan con facilidad, y tares— aunque tengan características o elementos
que producen actos aparentemente legales pero no para ejercer a manera de Estado paralelo, no pue-
del todo lícitos y mucho menos ajustados a los más den ser entendidos como tal, debido a que se en-
elementales requerimientos de la justicia legal. En cuentran inscritos dentro de las ideas de derecha;
Colombia la expresión ‘paraestatal’ se asocia rápi- es decir, su función siempre será la de velar por el
damente con algo ilegal o ilícito, sin permitir enten- buen funcionamiento del Estado y defender motu
der que en lo legal, pueden existir espacios para la proprio, sus intereses. Por lo tanto no pretende en
paraestatalidad. ningún momento estar en contra de éste, como lo
pretende hacer el Estado paralelo. La ideología de
Abordando el concepto de paraestado en el plano los paraestados es unánime al Estado, ya sea desde
de lo político, no son más que todos aquellos or- lo legal o no, el fin es mantener el “status quo”.
ganismos que colaboran con las funciones del Es-
tado. En el país dicha función se cumple tanto des- Por último, y tratando de hacer claridad para no
de la legalidad como desde la ilegalidad, caso del confundir los términos, el Estado paralelo debe
fenómeno paramilitar, el cual es mirado con recelo entenderse como una organización política con ca-
y desaprobación, sin contar o tener en cuenta que pacidad logística y operativa para disputarle el po-
dentro de lo castrense existen elementos o funcio- der al Estado legal. Los Estados paralelos se hallan
nes paramilitares que son legales. El caso más co- inscritos en el ámbito de la ilegalidad, aunque en
nocido es el que tiene que ver con la inteligencia algunos momentos pueden ser legitimados por una
militar —la desaparecida Brigada XX del Ejército Na- parte de la población que se encuentre recibiendo
cional—, que puede considerarse una función para- beneficios de ellos y no del Estado legal. Los Estados
militar legal, además de los organismos de apoyo, paralelos buscan establecer un reconocimiento le-
como de intendencia y enfermería, entre otros. Co- gal beligerante6, tanto nacional como internacional-
múnmente, al hablar de paramilitarismo el Ejército mente, convirtiendo su función o reconocimiento
en el primer paso para buscar no sólo la legitimidad
sino también la legalidad en un determinado terri-
5. El concepto de Estado Social surgió como reacción a la des-
igualdad creada en las relaciones capitalistas del siglo XIX. El
intervencionismo, introducido a comienzos del siglo XX, dotó 6. Entendida la beligerancia como el estatuto que se le reco-
al Estado de instrumentos para orientar la economía hacia el noce a una organización armada. Es un asunto del Derecho
logro de fines sociales y con ello garantizar el bienestar gene- Internacional Público, que analizadas las condiciones, deter-
ral y la justicia social. mina los requisitos previos.

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

torio: adquieren el reconocimiento de un microes- po de personas que se oponen o se rebelan contra


tado. un orden legal y se organizan con el fin de deses-
tabilizar el Estado. Sus objetivos son, en lo esen-
El estado paralelo está fundamentado en una or-
cial, políticos y militares y busca por este medio un
ganización o entidad que actúa en iguales circuns-
reconocimiento legal, aunque a la vez sustituye al
tancias que el Estado. Ejerce un control territorial,
Estado y llena los vacíos que éste deja. Pretende
posee normas y leyes de convivencia y crea los
también debilitar su poder, desligitimándolo y com-
espacios de concertación con la población. De nin-
batiéndolo, al mismo tiempo que se ofrece como
guna manera es reconocido oficialmente, sino que
alternativa para legitimarse nacional e internacio-
se convierte en un opositor del Estado legitimado
mediante el voto popular o de acuerdo con la vía nalmente. Presiona una “redistribución del poder”
constitucional. De hecho, se podría decir que dadas mediante la derrota o la negociación con el Estado.
las circunstancias de las organizaciones guerrilleras En general, la guerrilla actúa con cierta autonomía,
y los paramilitares en Colombia, éstas tienen por aprovechando el factor geográfico y el apoyo que
reconocidas características grandes dosis de para- en muchas ocasiones le brinda la población civil, si-
lelismo. tuación que le da la posibilidad de convertirse en
un enemigo difícil de vencer por cualquier tipo de
Según el anterior análisis, sólo la guerrilla cumple ejército (Castro, 1987: 35-37).
en Colombia funciones de Estado paralelo, porque
hechas las observaciones anteriores, su visión, su Parece no existir divergencias entre los tratadistas
norte y su fin, es combatir y derrotar al Estado legal del tema, en que la razón por la cual concurren los
como una de las posibilidades para encontrar reco- estados paralelos está en la debilidad del Estado,
nocimiento y alcanzar el poder, por eso se ofrece lo cual permite lanzar la hipótesis ya considerada
como alternativa política, militar y hasta social. La por los analistas políticos a nivel nacional respecto a
guerrilla negocia, pero no en términos de reinser- que en Colombia dicha debilidad se aviene a coexis-
ción, sino con miras a compartir el poder. Su pre- tir con los males endémicos antes que combatirlos
tensión es clara: hacer parte del poder en todos los frontalmente. Lo anterior se puede resumir en lo si-
ámbitos. En resumen, lo que los Estados paralelos guiente: se pretende implementar la democracia en
pretenden es conseguir el poder para llegar a ser Colombia en medio de la violencia, la desigualdad y
Estados legales, o en última instancia, cogobernar. la pobreza crónicas.
Claro está que las funciones de cogobierno las cum-
plen también los paramilitares, pero apoyados en Ahora bien, por eludir el problema de la democracia
gran medida por un reducto del Ejército Nacional, los “procesos de paz” terminaron incorporados al
que posee ciertas simpatías y llegan a entablar cier- proceso normal de la vida política colombiana, aun-
tos acuerdos para no combatirse mutuamente y en- que es claro que ningún Gobierno ha conseguido
trar en choque con las políticas del Estado. Es decir, adelantar una política de paz que sea consensual,
al tener un enemigo común como lo es la guerrilla, eficaz y continua. Aún así, los medios de comuni-
sus intereses también son comunes. cación y la literatura al respecto tienden a respon-
sabilizar más el zigzagueo de la guerrilla y su falta
Y al hablar de guerrilla7, se hace referencia a un gru- de voluntad política. Es más, la guerrilla colombia-
na viene sentándose intermitentemente a negociar
7. Es de anotar, que los objetivos de la subversión o guerri-
lla son políticos. Fundamentalmente busca tomarse el poder
para hacer la revolución. Y para el logro de sus propósitos procedimientos y métodos utilizados son contrarios a la ley,
pretende movilizar al país, o al menos, a vastos sectores de pero los delitos que comete en su mayoría son políticos: re-
opinión contra el régimen vigente. Por eso trata de agregarle a belión y asonada, o conexos con estos. Desde este punto de
la actividad militar su inyección de simpatía social, para atraer vista, se podría decir que se está frente a un fenómeno de
simpatizantes ideológicos y políticos de sus pretensiones. Los naturaleza política.

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con el Estado desde 1982, pero su estrategia consis- centros urbanos, lo que debilitó sus capacidades de
te en jugar “al gato y al ratón”, y de esta manera ha movilización hacia las ciudades.
empezado a leer los signos de confusión y las frac-
turas internas del poder. El último factor se enmarca en el momento en que
las FARC quisieron participar en la esfera guberna-
El Estado, por su parte, trunca las reformas subs- mental a través del partido político Unión Patrió-
tanciales y, por supuesto, la negociación que las tica, por medio del cual había logrado adeptos y
promueva. Las experiencias de negociación Estado- simpatizantes sin precedentes en la historia. El Go-
insurgencia, ponen de relieve una faceta adicional a bierno creó una campaña de liquidación sistemática
la debilidad del Estado colombiano: su dependencia de sus miembros, utilizando para tal fin los grupos
intelectual e ideológica (no necesariamente diplo- paramilitares y fuerzas de ultraderecha. Aniquilaron
mática o económica) de los Estados Unidos. unos 4.000 seguidores e impidieron que como gru-
po político se anclara en los centros urbanos. Así,
El escenario de los paraestados tuvo que retroceder en su esquema y volver a su
No se puede obviar que el escenario que nos pre- reducto, el campo, y desde allí confrontar al Estado
senta las FARC es muy diferente a otros movimien- con una base organizacional que asume todas las
tos revolucionarios que se han consolidado no sólo características de un paraestado.
en América latina, sino a nivel mundial: consiste en En otro plano, se podría argumentar que la guerri-
los pocos nexos que ha tenido con los intelectuales lla ha redefinido sus objetivos: la revolución socia-
y académicos del país. Por tratarse de una guerrilla lista latinoamericana y la construcción del Hombre
de procedencia casi que en su totalidad campesina, Nuevo, han cedido el paso al dominio político de los
arraigada en el ámbito rural, hace que continúen municipios de Colombia y la creación de clientelas a
como movimiento netamente campesino. Entre las través de la acción armada (Rangel, 1998: 74). Den-
razones o factores (Nazih, 2003: 113-114) se pue- tro de esta nueva concepción no tiene como pre-
den señalar los siguientes: lo primero tiene que ver tensión final la toma del poder nacional, como bien
con las condiciones históricas en las cuales surge, se pensaba en sus inicios. Ahora la propuesta de los
así como la condición social de los fundadores. He- planes quinquenales, la internacionalización del so-
chos los cálculos, no procede de una capital o de las cialismo y la puesta en marcha de las ideas marxis-
grandes ciudades del país, sino de pequeños pobla- tas-leninistas, ha cedido el turno a la imposición de
dos. Esto ayudó a cimentar las raíces campesinas y los planes de desarrollo municipal que orientan los
lograr un gran respaldo de la población donde se recursos de inversión pública hacia cierta clientela,
asientan. Y, en términos generales, su composición hecho que le garantiza recibir un porcentaje del cos-
social es de estrato campesino, desclasados muchos to de la inversión. También pretenden llevar a cabo
de ellos y sin oportunidades en términos de ejercer cambios más profundos en cuanto al manejo políti-
el poder. El segundo factor es la división ocurrida co, sin caer en el socialismo radical, lo que equivale
entre el Partido Comunista —anteriormente brazo a decir que propugnan por una izquierda modera-
político legal del movimiento— y las FARC, debido da. En este sentido, la guerrilla ha redefinido sus
a la incorporación de intelectuales de ascendencia objetivos políticos e ideológicos, además porque ya
urbana, estudiantes y miembros de la clase trabaja- no existe el referente soviético a través del cual se
dora, mientras las FARC seguían pensando en atraer trazaban los ideales y metas a seguir.
a la población cercana al campo, de extracción cam-
pesina. Un tercer aspecto consiste en la pérdida Ese espejo o brújula ideológica cayó en los noven-
de contactos internacionales, pues desaparecida ta y también hizo que se repensaran sus fines y su
la Unión Soviética, las FARC quedan sin piso ideo- visión frente al poder, pues ahora la guerrilla no
lógico-político para continuar desarrollando propa- sueña con la derrota militar del Ejército Nacional
ganda política y ampliar su radio de acción hacia los ni con tomarse el poder central del país, sólo a las

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

fuerzas estatales del mayor número posible de po- pasado fue mejor”, porque en las mismas zonas
blaciones para controlar muchos poderes locales y donde opera este grupo en la actualidad están mu-
así ampliar su dominio territorial con el fin de tener chas veces los paramilitares y las FARC, al igual que
más capacidad de negociación (Rangel: 74) a la hora otros colectivos, los llamados bandoleros comunes,
de los diálogos u obligar al Estado a negociar bajo que utilizan muchas de las tácticas de la guerrilla y
sus propias condiciones. Lo anterior demuestra el los paramilitares, a tal punto que el ELN se inmiscu-
parapoder local y regional que ha venido logrando. ye muchas veces dentro de la misma población civil
Por eso no es un error considerar que los objetivos y allí desarrolla sus actividades con el fin de prote-
internacionales o ideales de lucha internacional, se gerse, porque existen miembros de la organización
volvieron municipales. Entendieron que la mejor que a su vez lo son de las comunidades en las cuales
forma de derrotar al enemigo es quitándole el po- ejercen influencia. Por tal motivo es que gran parte
der por pedazos. de las masacres cometidas por los paramilitares los
afecta de manera directa, situación que no sucede
Es utópico creer que la guerrilla piensa en este si-
glo en una revolución latinoamericana y prolongar con las FARC, por tratarse de una organización con
el conflicto por medio de la recuperación de armas. una base militar netamente campesina y asentada
Esta última es una estrategia de segundo plano. En en zonas de tradición del movimiento.
primer plano, aparece el dominio territorial y polí- Parece ser que tanto los golpes de los paramilitares,
tico de las zonas arrebatadas al Ejército Nacional a inclusive en su propio territorio, y los propiciados
fin de imponer allí su propia ley. En los lugares en por el Ejército, diezmaron a la organización y la lle-
donde está ausente el Estado, aparece el paraesta- varon a la mesa de negociación. También, porque el
do de la guerrilla. Y así, se ha ganado en muchas único de los ideólogos de tradición que permane-
ocasiones el apoyo de la población por la seguridad ce en batalla es Nicolás Rodríguez, Gabino. Por su
que crea, el orden y la norma, aunque también en parte, Antonio García hace las veces de mediador
diversas regiones y municipios se la desconoce y re- internacional y los demás están presos. A este paso
chaza por sus acciones violentas y terroristas. No es los pocos reductos de la organización se encuentran
un error considerar que durante los enfrentamien- en Arauca, Norte de Santander, el Catatumbo, sur
tos los rebeldes construyen un aparato estatal alter- del departamento de Bolívar y otras zonas, pero con
nativo, opuesto a la administración oficial. Aunque escasa representación.
en algunos casos se pueden solapar las dos autori-
dades, la del Estado y la de guerrilla, hasta que una Por tanto, reconocer al ELN como un paraestado
se sobrepone a la otra y logra ejercer el control so- es bastante complicado e incierto, pues al no po-
bre la población y el territorio. seer las características de lo que el término signifi-
ca, es sólo una organización guerrillera de tradición
El análisis anterior permite considerar que hoy las
histórica, política y militar en el país. Y el que haya
guerrillas de las FARC, a nivel político, ideológico
incrementado su poder económico con base en lo
y militar, tienen unos orígenes, una historia y una
anteriormente descrito, agregándole a esto los be-
composición que no facilitan un arreglo de cúpulas
neficios obtenidos por el cobro de impuestos a los
y, en su lugar, exigen una redistribución del poder,
narcotraficantes y por el llamado ‘gramaje’ a los cul-
muy en contraste con las guerrillas liberales de los
tivadores de las zonas donde se asientan, no signifi-
años cincuenta. La de hoy cuenta con una sólida or-
ca que pueda catalogársele como paraestado.
ganización militar y una larga experiencia en la lu-
cha armada, pero no es muy sólida en su estructura Han obtenido el estatus político concedido por el
ideológica y tal vez política. Gobierno para los diálogos, lo cual no implica que
en la actualidad tenga la misma fuerza de confron-
En cambio, para el ELN, las cosas parecen no ser
tación política que las FARC, sino que se le recono-
muy favorables. Reza el adagio que “todo tiempo

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Ortiz W.

ce su capacidad de colación al Estado mediante la fuerza pública y su compromiso se orienta al auxilio


fuerza militar, sus ingresos económicos y la proyec- de la organización institucional, esto es, al Ejército
ción hacia zonas marginales. Su capacidad militar, y a la Policía Nacional en su lucha contrainsurgente.
política y económica no trasciende hasta donde han En este punto es donde se puede apreciar la aproxi-
llegado las FARC, porque nunca ha logrado consoli- mación entre la organización militar al interior del
dar un territorio definido que los identifique y le dé Estado, como medio de coacción física, y lo para-
la autoridad ante los ciudadanos. Más bien se po- militar.
dría catalogar a la guerrilla del ELN como parte de la
prolongación de los grupos armados en Colombia y Se debe distinguir entre los organismos que cum-
quizá haría parte del parapoder de la guerrilla, pero plen funciones paralelas al Estado en forma legal y
en sintonía con las FARC, no aisladamente. los organismos “paraestatales” ilegales. Los organis-
mos legales son los que en línea de seguridad e in-
Lo anterior se explica por la pérdida de terreno con tegridad procuran defender, conservar y mantener
las AUC, organización que le ha propinado golpes los bienes, bien sea del Estado o de sus asociados.
letales a la estructura del movimiento al que lo- Entre ellos se pueden destacar las compañías de
graron desplazar de las zonas tradicionales o apo- vigilancia privada y las organizaciones autorizadas
sentos ideológico-militares, como las regiones del por el Estado, como las Convivir, pero estas últimas
Catatumbo, el Nudo de Paramillo y la ciudad de se convirtieron en organizaciones paraestatales no
Barrancabermeja, considerada por mucho tiempo, reconocidas por el Estado, en la medida en que se
como la escuela de formación política de la orga- constituyeron en grupos u organizaciones violado-
nización. De todas formas, considerar a este grupo ras de los derechos humanos, tomaron la iniciativa
insurgente como un paraestado, es ponerlo en igua- de la expropiación territorial del Estado, fueron y
les condiciones de negociación que su similar en la aún algunos reductos de las mismas son las causan-
lucha, esto es, las FARC. tes de la mayoría de los desplazamientos que ocu-
rren en el país, y se fortalecen económicamente a
Tal vez la consolidación más significativa la tuvieron través del narcotráfico. Las anteriores acciones de
en la época en la cual la estructura militar estaba los paramilitares han contribuido a deformar la es-
bajo el mando de los hermanos Vásquez Castaño y tructura del Estado en su accionar político, econó-
del sacerdote Manuel Pérez en los años setenta. A mico, social y cultural.
partir de la muerte de estos y a consecuencia de
la poca fortaleza ideológica —fruto del derrumbe Este marco de referencia permite hacer la aproxi-
del socialismo chino y cubano, del cual nacieron mación a los conceptos de paramilitarismo y auto-
sus ideales políticos y que fueron su fuente de ins- defensa. Veamos: las guerrillas consideran que “las
piración ideológica—, quedaron desarmados y sin autodefensas de hoy son oficiales, creadas por el
visión en ninguno de los anteriores planos. Gobierno y el Ejército, por eso reciben el nombre
de paramilitares (Medina, 1990: 210), apreciación
Para ser un grupo tan pequeño en número de in- que pone en evidencia la distinción que existe entre
tegrantes o militantes, se podría decir que la capa- grupos paraestatales no oficiales. En consecuencia,
cidad de desestabilización social es bastante sig- la guerrilla en Colombia nace como grupo de auto-
nificativa; mantuvo en jaque por muchos años al defensa en protección de la violencia ejercida por el
Gobierno y lo obligó a darle concesiones que mejo- Estado y las organizaciones paraestatales oficiales
raron su capacidad económica y militar. hacia los años sesenta, los paramilitares de la épo-
Los paramilitares ca. En cambio, los paramilitares actuales, también
surgen como grupos de autodefensa, pero en de-
El análisis permite establecer que lo paramilitar se fensa de la arremetida de la guerrilla, e igualmente
da en la medida en que es afín a los objetivos de la son aceptados por el Estado. Ésa es la gran diferen-

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

cia: ambas organizaciones son paraestatales por nómeno paramilitar un proceso político-militar de
asumir funciones que les corresponde netamen- ideología anticomunista, llevado a cabo por un ejér-
te al Estado, en lo relativo al control territorial, la cito privado dividido en frentes de combate. Lo pa-
aplicación de normas de convivencia, la defensa y ramilitar está caracterizado por una estructura mili-
la protección de la población civil bajo su mando, tar con organización de ejércitos móviles con amplia
y la aplicación de justicia cuando los hechos lo re- cobertura territorial. Su fin, concluye un confeso
quieran, pero sus orígenes son diferentes, al menos paramilitar, era cambiar la sociedad por medio de
en la creación, porque los llamados paramilitares una revolución “realista”. Este proceso autárquico
tienen reconocimiento del Estado y algunos de los aproxima al paramilitar (en su propio sistema de re-
decretos y leyes que permitieron la creación de las ferencia) al procedimiento de su enemigo. Su causa
autodefensas, desembocaron en la formación para- es revolucionaria. Es, verbigracia, transformadora,
militar. gestora de un nuevo orden a partir del caos. Las evi-
dencias indican una fuerte participación de las clases
En razón de lo anterior, Guillermo Tarazona o Luis medias rurales en zonas fuertemente influenciadas
Ramírez, jefe de las Autodefensas del Magdalena por el control guerrillero, constreñidas entre el mi-
Medio en los primeros años de fundación, afirmaba: cropoder (muchas veces bandoleril) de la izquierda
“Nosotros lo que hicimos fue unirnos a las Fuerzas armada y la ausencia efectiva de protección estatal.
Armadas de Colombia...” (Medina, 1990:210) ante La revolución paramilitar es más que una manifes-
la arremetida de la guerrilla. Este contexto permite tación de la derecha armada o que un simple apén-
vislumbrar la connivencia de los paramilitares con dice a la salvaguarda del establecimiento. Sostiene
el Ejército regular. un profundo discurso de transformación cultural, un
Una vez realizada esta primera ubicación contextual retorno a ese “sentido común” de la sociedad, de
respecto al surgimiento y fortalecimiento de los pa- matices muy similares a aquéllos postulados por el
ramilitares, se tratará de identificar el significado fascismo. Apunta a la creación de un ejército propio
del término. Según Fernando Cubides, en su escrito y a una fuerza no convencional de soldados y espe-
“Los paramilitares y su estrategia de reconocer la cialistas de guerra, que es lo que comúnmente se
guerra para construir la paz”, los paramilitares son: conoce como organismos paramilitares.

[...] grupos armados que al margen de las normas En lo concerniente al fenómeno paramilitar, las an-
y convenciones del derecho de la guerra, comba- teriores aproximaciones ponen en evidencia que la
ten a la insurgencia persuadidos de que las armas ideología es propia del Estado y que en consonancia
y los recursos del Estado no lo pueden hacer con con el estudio ofrecido por distintos sectores polí-
eficacia. Del Estado nacieron como lo reflejan las ticos, las autodefensas pretenden una revolución
disposiciones que crearon y pusieron en marcha armada, estilo guerrilla, pero la diferencia radica en
esa estructura, según sus directrices. Se desarro-
que la guerrilla busca un cambio en el status quo
llaron en su ideología de seguridad nacional, y re-
del Estado y dar un giro hacia un estilo de Gobierno
cibieron armas y ayuda para la redacción de los
estatutos y la contratación de los mercenarios. Las más democrático, justo, de carácter social; en cam-
Fuerzas Armadas y gran parte de las autoridades bio, los paramilitares se consolidan como el grupo
civiles protegen su avance en las regiones, avalan de ultraderecha, defensor acérrimo del Estado, del
su proyección política y garantizan la impunidad status quo de la ideología capitalista o neoliberal. El
de sus crímenes; el Estado depende de la vitalidad poder no les interesa, sólo hacer parte de él, man-
de esas organizaciones que no son como se sugie- teniendo el orden social y económico que lo define.
re, una rueda suelta. (Cubides, 1999: 194-197) En este margen de apreciaciones, siempre quedará
la duda de reconocer en el fenómeno paramilitar
Por su parte, para otros investigadores del fenóme-
un paraestado o, simplemente, una fuerza de ultra-
no paramilitar en Colombia, se entiende como fe-
derecha.

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Ortiz W.

Siguiendo la tesis de Alfredo Rangel Suárez (Rangel, militarismo un proyecto nacional contrainsurgente
1998: 57-62) en su texto Colombia: guerra del fin de de franca naturaleza política. (Rangel, 1998: 43-44)
siglo,
En consecuencia, los grupos paramilitares en prime-
[…] el paramilitarismo se ha asentado como un ra instancia son de autodefensa, y de retaliación en
tercero en discordia en el conflicto armado in- segundo término, lo que significa que el fenómeno
terno en Colombia. Paramilitares siempre habían paramilitar es la prolongación de la justicia armada
existido, pero sus nuevas expresiones y su diná- por vías ajenas al Estado, impuesta por organizacio-
mica reciente hacen pensar que, para mal o para
nes que buscan el paraestado como alternativa; en
peor, esos grupos van a influir de manera noto-
cambio, la autodefensa es una fuerza democrática
ria en el curso futuro del conflicto. La impotencia
del Estado para garantizar la seguridad en las re- compuesta principalmente por aquellas personas
giones; la ineficacia de las fuerzas Militares para que de una u otra forma han sido víctimas en todo
contener a la guerrilla; el desbordamiento de los el país de la subversión totalitaria y que en legítima
grupos insurgentes en el uso de la violencia contra defensa de su libertad, vida, honra y bienes, se han
la población; los continuos y duros golpes que la visto obligadas a organizarse en los grupos conoci-
guerrilla le ha propinado al ejército; la inagotable dos como de “autodefensa”, que tratan de defender
prosperidad del negocio ilícito y voraz inclinación lo que han logrado con base en el trabajo, aunque
hacia la inversión en tierras para asegurar sus ga- algunos han incluido en sus bienes lo que les ha
nancias; en fin, la creciente percepción de muchos proporcionado el narcotráfico. Por lo tanto, las au-
sectores sociales, dentro y al margen de la ley, da
todefensas surgieron para proteger sus bienes, pero
a entender de que el conflicto va para largo y que
algunas de ellas continuaron acumulando riquezas
el Estado no pudo con él.
apoyadas en su poder militar e hicieron nexos con
Los grupos paramilitares cuentan de manera cre- las mafias, lo que desvirtuó su origen y filosofía.
ciente con el apoyo social del que antes carecían.
La Procuraduría General de la Nación, llegó a consi-
Político, porque internamente la fragmentación del
derar que:
país y el involucramiento de la población civil en el
conflicto se aceleran de manera creciente, y por- […] la autodefensa en grupo, convocada y organi-
que externamente podríamos estar a un solo paso zada por sus propios integrantes, no está autori-
del aislamiento internacional. Institucional, porque zada ni por Constitución ni por la ley. En nuestra
parecería que la actitud complaciente con los para- Constitución y Leyes de la República, está permi-
militares e indiferente con la guerrilla estuviera re- tida la autodefensa en grupo, siempre que estos
legando al Estado a un papel cada vez menos prota- sean convocados y autorizados por el Gobierno
nacional dentro de un marco legal y vigilados y
gónico y más contemplativo y expectante. Más aún:
controlados por éste. Si los llamados o autode-
porque la falta de eficacia del Estado como factor
nominados grupos de autodefensa no han sido
de orden y de civilización parece legitimar a los gru- convocados por el Gobierno Nacional (Presidente
pos ilegales que por doquier imponen su ley y en y ministros), no pueden funcionar, no pueden ac-
muchas regiones del país actúan como redes de po- tuar. (Medina, 1990: 206)
der que imponen por encima del Estado sus propias
reglas de juego a la población, de manera similar a Lo anterior ilustra cómo los grupos de autodefensa
como lo hace la guerrilla en sus zonas de control. creados por el Estado a través de la ley se convirtie-
Estos factores han hecho de la retaliación ciega la ron en paramilitares en cuanto que desviaron sus
medida de lo justo y de la violencia indiscriminada objetivos de autoprotección y defensa. En la actua-
la base del Derecho. Al Estado no sólo se le ha esca- lidad son un parapoder que actúa sin compromiso
pado el monopolio de la fuerza, también se le está directo del Estado, aunque sí de manera indirecta,
escapando el de la justicia y del tributo. Por lo que como lo demuestran los nexos que existen entre
cada vez será menos viable de reconocer en el para- los militares activos y los líderes de estos grupos en

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

vastas zonas del país. También queda claro que en pronto se ha alejado el peligro. Su accionar no es
palabras de Weber, la incapacidad institucional del coordinado, ni tampoco hay planeación en sus ac-
Estado para ejercer el monopolio de la fuerza y ga- tos de defensa, aunque pueden llegar a dar lugar
rantizar por esta vía la seguridad de sus asociados, a la formalización de grupos de otra índole, como
legaliza e institucionaliza los grupos de autodefensa los paramilitares o la guerrilla. Claro está que regu-
y paramilitares. El respaldo que reciben por parte larmente a ciertos grupos de autodefensa espon-
del Estado pone en evidencia que cada vez es más tánea se les reconoce como de “resistencia civil”,
difícil su erradicación. porque buscan rechazar o forzar el retiro de grupos
armados que actúan contra la población inerme.
A manera de definición de ambos términos, auto- En contraposición, se encuentran las autodefensas
defensa y paramilitarismo, el primero se refiere, organizadas o legales, que surgen de la necesidad
entonces, a las organizaciones sociales alternativas de organizarse la comunidad para protegerse de la
que buscan el común interés de una comunidad, la agresión y el peligro de sus vidas y bienes en un te-
protección de sus vidas y bienes, atendiendo a la rritorio determinado donde la incapacidad del Esta-
necesidad innata del ser humano de la conserva- do, la desprotección y el abandono, son sus caracte-
ción de la vida; asociación alternativa resultante y rísticas. Surgen por iniciativa de la comunidad o por
motivada por el incumplimiento del “Contrato So- iniciativa del propio Estado, que decide organizar a
cial” que da origen al Estado colombiano. La defen- la comunidad para que coadyuve con la fuerza pú-
sa es uno de los principios inquebrantables de estas blica en su deber constitucional de proteger vida y
organizaciones, no el ataque. Generalmente no po- bienes.
see un enemigo ni defiende una ideología; no bus-
ca poder militar ni político, ni pretende conquistar En consecuencia, las Autodefensas Unidas de Co-
nuevos territorios. En síntesis: sólo aspiran cubrir lombia, se consideran como un movimiento de
una necesidad de conservación y protección de su resistencia armada contra la guerrilla marxista, in-
vida y la de sus allegados, así como la protección de dependiente del Gobierno nacional. Para lograr
sus bienes, utilizando para ello la fuerza de la uni- su objetivo ejecutan una estrategia paramilitar, es
dad y la asociación, mediante el empleo de armas decir, lucha clandestina, lo que se constituye en
rudimentarias o de defensa personal, localizadas en un complemento funcional, estratégico y militar
un territorio donde han ejercido tradicionalmente para las Fuerzas Armadas del país. Tampoco pare-
sus derechos naturales e inalienables. Consiguien- ce haber duda, dado el carácter independiente de
temente, la autodefensa es inherente a la naturale- la organización, sobre el actuar mancomunado con
za humana, ésta no es delegable, y por lo tanto, es las Fuerzas Armadas. Aplicando una ecuación a lo
asumida en forma personal y/o en comunidad; no Clausewitz, son un complemento para la tarea an-
defiende intereses diferentes a la seguridad y a la tiguerrillera de las AUC: ambos tienen un enemigo
propiedad que garanticen su supervivencia, como común, por lo tanto, las acciones son también co-
tampoco se conforma para la defensa de intereses munes.
ajenos a la persona o a la comunidad.
Las autodefensas argumentan que a pesar de haber
Las diferencias están centradas en lo siguiente: exis- nacido como un embrión del Estado que buscaba
ten las autodefensas espontáneas, que surgen de la la protección de la propiedad privada y que preten-
necesidad apremiante de defensa personal y/o co- día ser una prolongación de las Fuerzas Armadas, es
lectiva ante el peligro de su vida y de sus bienes, decir, una evolución político-militar, ahora son una
provocados por un ataque imprevisto y llevado a agrupación independiente de éste, sin excluir que
cabo por grupos armados irregulares o delincuencia reciben cierto apoyo de algunas organizaciones es-
común organizada. Esta modalidad de autodefensa tatales. Según esto, al ser un actor independiente
no perdura en el tiempo, sino que desaparece tan del Estado, no se les puede desmantelar por decre-

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Ortiz W.

to sino que se tiene que entrar a negociar con ellas nas, tanto a nivel nacional como internacional, pero
y darles el carácter de status político. básicamente con un nivel de ingerencia en todos los
campos de la sociedad, que modifica culturalmente
En cambio, los paramilitares, con el empleo de mé- de manera significativa (Angarita, 2003: 18)8.
todos similares a los de la guerrilla, esto es, la extor-
sión, el boleteo, el chantaje, la vacuna, la amenaza, El mercado del narcotráfico posibilitó la vinculación
el terror sobre la población, la violación a los de- de miles de campesinos de manera permanente al
rechos humanos, el secuestro y el narcotráfico, se cultivo de marihuana, coca y amapola, convirtién-
han convertido en grupos que sólo buscan el poder dose en el cultivo principal y dejando los produc-
económico, político y hasta cultural, por diferen- tos de consumo tradicional como cultivos alternos,
tes medios. La expansión territorial es vital para el lo cual alteró los costos de vida en las zonas donde
desarrollo de sus actividades, para preservar así la ocurre este hecho. Simultáneamente, también fue
vida de sus asociados. En este sentido el paramilita- el gestor de grandes monopolios y poderosos oligo-
rismo no defiende al Estado, pero lo suplanta y se polios, los llamados carteles de la droga, encargados
enfrenta a su más enconado enemigo, la guerrilla. del procesamiento, la exportación y la distribución
El paramilitarismo ejerce dominio territorial, políti- a través de grandes redes, no sólo en Estados Uni-
co y militar en zonas determinadas, algunas expro- dos, sino también en el mercado europeo y asiático.
piadas por la fuerza y otras cedidas por el Estado,
para sus pretensiones de frenar a la guerrilla. El dinero que entra a los carteles de la droga es
invertido de manera ‘legal’ en el régimen de pro-
Hoy en Colombia el paramilitarismo se ha conso- piedad de la tierra, en la propiedad horizontal, en
lidado como un proyecto nacional de naturaleza el sector bancario, industrial, educativo y en el de-
contrasubversiva, con una unidad política y militar porte. El sector macroeconómico del país está sus-
centralizada, y su misma expansión fragmentó al Es- tentado en el auge del negocio de la droga e incide
tado en parapoderes definidos: el de la guerrilla, el directamente en el Producto Interno Bruto del país,
de los paramilitares y el del narcotráfico. Al llenar el lo cual se demuestra en lo poco afectada que se vio
vacío dejado por el Estado, es que se convierte en la nación a nivel económico con la crisis que se ex-
un paraestado. tendió por todo el continente latinoamericano en
los años ochenta.
El narcotráfico
Lo anterior indica que el narcotráfico ha tenido la
Analizado en estas argumentaciones teóricas, el capacidad de penetrar todas las capas sociales del
narcotráfico en Colombia es el tercero de los pa- país con la introducción de la ganancia fácil y que
raestados, no porque dadas sus características co- esta ambición se extendió a muchísimos ciudada-
rresponda a este rango, sino porque estudiadas sus nos que comenzaron a traficar. Es por eso que la
condiciones socioeconómicas, su fortaleza política y actividad del narcotráfico instauró un poder enor-
su proyección en la historia del país, es de manera me que se mueve dentro de la lógica de la mafia
indiscutible el paraestado que transversaliza a los
dos anteriores, esto es, a las guerrillas y a los para-
militares. Además, está inmerso en todas las esferas 8. El análisis de Angarita Sarmiento, considera que el narcotrá-
fico ha penetrado hasta en los últimos resquicios de la política,
de la nación colombiana.
de la economía e incluso de la cultura y el deporte. Cientos de
El contexto histórico puede ubicarse en la década miles de millones de dólares provenientes del negocio de la
cocaína han pasado por las manos de industriales, obispos,
de los ochenta cuando se consolida su poder y logra colonos, militares, congresistas, guerrilleros y mercenarios.
desarrollarse como un sistema de mercado, con sus Han posibilitado el auge de una nueva burguesía, rica, pode-
propios recursos y mecanismos de expansión, con rosa y violenta. Han potenciado todos los conflictos políticos,
un complejo mapa organizativo y redes clandesti- económicos y sociales acumulados en largas y tortuosas déca-
das de historia republicana.

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

(Angarita, 2003: 99), que de ninguna manera acep- de la contratación de sicarios o asesinos a sueldo:
ta contradictores u opositores para la realización de éste fue el origen de las bandas de sicarios al ser-
sus fines, lo cual conduce a que si se tiene que usar vicio de la mafia; por otro, montaron en el área ru-
la violencia, pues se usa, y si deben participar fami- ral los grupos privados —que en este caso son las
liares, amigos, militares, políticos o cualquier otro llamadas autodefensas—, que poseedores de todo
actor social, se admite. Las tácticas empleadas van un emporio agrícola, ganadero y cocainero, usan
desde el soborno a empleados estatales, la consti- la violencia como arma principal para desplazar a
tución de grupos de poder político para que defien- pequeños propietarios de tierras y luego utilizarlas
da leyes en el Senado o en la Cámara, sancionen para los cultivos ilícitos y dejarlas a merced de los
normas y decretos que fortalezcan su oligopolio, carteles de la droga.
como ocurrió con el Grupo Santodomingo, que me-
diante presiones políticas logró revocar una sanción El narcotráfico también se ha mostrado como un pa-
de la Superintendencia de Control de Cambios por raestado a través de la fuerza, a tal punto que ésta
manejo ilegal de divisas en 1982. Pero también lo le dio suficiente poder para forzar los diálogos con
hacen ilegalmente por medio del contrabando, el el Estado. La conocida era de los diálogos va desde
comercio de esmeraldas, oro y productos tropica- 1977 hasta 1991, cuando se realizó el plebiscito que
les, que se expanden a otros países. dio paso a la Asamblea Nacional Constituyente, y la
última que se gestó en el primer mandato del ac-
Es un hecho: el poder de la mafia permeó el funcio- tual Gobierno, esto es, en el 2003 hasta los acuerdos
namiento político y económico de las élites colom- de Ralito. La historia de las negociaciones implícitas
bianas: hoy no se toman decisiones en este orden con el narcotráfico se sitúa en la administración de
si no se tienen en cuenta las apreciaciones que las López Michelsen (1974-1978). En 1977 empezaron
organizaciones mafiosas puedan tener al respecto. promovidos por la ANIF (Asociación Nacional de Ins-
Todo se demuestra con la entrada de los llamados tituciones Financieras), cuando era presidente de la
“dineros calientes”, que han penetrado en las diver- organización Ernesto Samper Pizano, encargado de
sas campañas presidenciales, siendo la más conoci- suscitar grandes debates sobre la legalización de la
da en el ámbito nacional e internacional la del ex- marihuana y sobre la economía subterránea. La pro-
presidente Ernesto Samper Pizano, por el llamado puesta inaugural de la legalización de la marihuana
“Proceso ocho mil”, en el cual resultaron involucra- auspiciada por la ANIF trascendía la simple discusión
dos reconocidos personajes del país, y que trascen- sobre la legalización de los capitales y se orientaba,
dió de manera inmediata a la organización de poder con muy buen sentido, a posibilitar la consolidación
conocida como “parapolítica”, que inmiscuyó gran de la posición social de esa nueva burguesía que re-
parte de congresistas elegidos por voto popular en presentaban los señores de la ‘marimba’.
zonas donde tienen dominio los paramilitares en
las elecciones de 2002 y 2006, con la reelección del Las discusiones sobre la economía subterránea es-
presidente Uribe. tuvieron lideradas, en general, por los gremios de
la producción, cuyos representantes utilizaban to-
Pero el narcotráfico no sólo permeó las capas so- davía por lo menos en torno al tema de la droga, el
ciales y penetró la vida política sino que también lenguaje pragmático y utilitario de los economistas,
consolidó los grupos de poder y protección militar no el moralizante y exaltado de otros sectores de
como las autodefensas o los paramilitares, que opinión. Se hablaba en aquellos días del enorme in-
nacieron en la época de gloria de reconocidos nar- cremento de los ingresos registrados por conceptos
cotraficantes (Gonzalo Rodríguez Gacha y Pablo Es- de la Cuenta de Servicios del Banco de la República,
cobar Gaviria), situación que extendió el fenómeno con la llamada ‘ventanilla siniestra’9 y de los peli-
de la violencia e intensificó el conflicto bélico en el
país. De un lado, proliferó la justicia privada a través
9. La ‘ventanilla siniestra’, consistió en la amnistía que dio el

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gros de desestabilización que representaba para el foros a los nuevos advenedizos de la política, y a la
conjunto de la economía colombiana la existencia corrupción política motivada por la presencia de
de una economía clandestina, paralela a la econo- los dineros del narcotráfico en general.
mía formal.
El proyecto de consolidación y reposicionamiento
Los narcos forzaron los diálogos con la única estra- de la nueva burguesía, representada por los empre-
tegia de constituirse en un refuerzo del modelo eco- sarios de la droga en el seno del sistema sociopolíti-
nómico, social y político vigente, proponerse como co colombiano a través de su participación activa e
alternativa de paraestado en toda la dimensión eco- independiente en la vida política nacional, terminó
nómica, consolidar su posición social a través de la en un gran fiasco. El ensayo le dejó al narcotráfico
legalización de sus dineros por medio de una parti- una terrible lección: la burguesía tradicional estaba,
cipación activa en la vida política, orientada a ganar en buena medida, dispuesta a recibir sus dineros y
legitimidad hasta conseguir la abolición del tratado aún a reconocerles un lugar precario y subordina-
de extradición, y acaso también la legalización de do en el esquema social vigente, pero no estaba en
la droga, de manera que pudieran disfrutar plena- ningún caso dispuesta a aceptar su participación y
mente de su condición de burgueses y de ciudada- representación autónomas en la vida política na-
nos de bien, basados en que su poder económico cional. La estrategia de inserción del narcotráfico
los libraría de toda estigmatización social. Esos pro- debió cambiarse, por lo menos en lo que toca su
pósitos parecían coincidir plenamente con la aper- participación activa en la vida política, a partir de
tura democrática y con la autonomía de la política entonces. Pero dentro de este marco de rechazo
exterior de la administración Betancur. generalizado también se abrieron las puertas para
que el entonces procurador Carlos Jiménez Gómez
Los grandes protagonistas de esa gesta política frus- iniciara el primer intento de diálogo, ya que mucho
trada fueron en ese entonces, Carlos Lehder y su antes había tildado el tratado de inconstitucional.
Movimiento Latino Nacional, y Pablo Escobar, quien En desarrollo de varias entrevistas Jiménez Gómez
al frente del movimiento Civismo en Marcha, habría logró una especie de “paz pactada” mediante la
de llegar luego de superar mil dificultades y de ser cual se acordó el retiro de los narcotraficantes de la
expulsado del Nuevo Liberalismo, a ocupar la posi- vida política y el desmonte de los movimientos de
ción de suplente del parlamentario Jairo Ortega en Lehder y Pablo Escobar.
la Cámara de Representantes.
De acuerdo con el análisis propuesto por Pécaut, las
Las élites sociales y políticas entraron en páni- redes del narcotráfico nunca fueron demasiado am-
co frente a la arremetida política del narcotráfico, plias, muestra de ello es que el ejército que tenía
porque no habían hecho los cálculos de que el po- el cartel de Medellín no llegó a sobrepasar los dos-
der económico que tenían los narcotraficantes po- cientos sicarios a su servicio, muchos de los cuales
dría arrasar con el poder político y social que por recibían beneficios en contraprestación, como pri-
muchos años monopolizaron. Sin lugar a dudas le mas, casas y zonas de recreación. Por tal motivo, Pa-
temían a que las políticas del narcotráfico se con- blo Escobar tuvo fama de ser benefactor del pueblo,
virtieran en un proyecto de toma y sustitución del porque no sólo hizo construir algunos barrios, sino
poder. La reacción fue tremenda. El pánico se trocó que brindó apoyo en otros para la construcción de
en moralismo, y empezaron a fustigar de manera casas y a algunos de los habitantes les otorgó la cuo-
sistemática desde la gran prensa y desde todos los ta inicial para que la adquirieran. También financió
la construcción, la iluminación de canchas de fútbol
Estado para que se legalizaran los dólares en el Banco de la o, como lo relata Salazar, arrojó billetes desde un
República, lo cual hizo que muchos narcotraficantes quedaran helicóptero en los barrios pobres. La red del narco-
a paz y salvo y con grandes cantidades de dinero “legal”, a tal
tráfico tuvo influencia en algunas capas sociales que
punto que iniciaron inversiones en la economía nacional.

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

gozaron de reconocida legitimidad, pero aún así, no partido político Unión Patriótica, brazo político de
había una protección directa de la organización ha- las FARC. Por otra parte, Pablo Escobar se sometió
cia la población ni una posesión territorial. Si logra- a la justicia, previa aprobación de la no extradición.
ron algo parecido a esto en la ciudad de Medellín, Le fue acondicionada una cárcel, costeada con sus
no ocurrió lo mismo en ciudades como Cali o Bogo- propios dineros, y se escapó de la misma cuando le
tá. Tuvieron poderes locales —nadie pone en duda fueron violadas ciertas condiciones. Con su muerte
el control absoluto que tuvo Pablo Escobar sobre el se debilitó el cartel de Medellín, y los jefes secunda-
municipio de Envigado y, en parte, sobre Bello e Ita- rios quedaron al mando de la organización.
güí, o en regiones como Puerto Boyacá—, pero las
zonas de cultivo no estaban sometidas a sus leyes Lo que antes se consideraba como una red, con una
sino que operaban de acuerdo con el control ejerci- estructura organizacional y cabezas de mando des-
do por la guerrilla y las recién creadas autodefensas, aparece, y se postulan los llamados núcleos de or-
situación que le ahorraba costos políticos, imagen, ganización criminal, más modestos, pero con mayor
riesgos y demás aspectos que comprometieran a la efectividad ante las acciones de la Policía y el Ejér-
organización (Pécaut, 2001: 168). cito, pues son bandas de ‘fantasmas’ sin territorio
fijo, con laboratorios móviles y con rutas de expor-
El escenario se hizo más complejo cuando algunos tación propias (Pécaut, 2001: 169).
de los Gobiernos tomaron la decisión de reprimir,
perseguir y desatar un ataque frontal contra las or- Al transformarse las redes de dominio en la estruc-
ganizaciones de narcotraficantes. Ellos fueron, por tura de la organización también se transforman
ejemplo, los de Virgilio Barco, César Gaviria y Ernes- las redes de dominio sobre la sociedad. Ahora las
to Samper, que combinaron la lucha frontal con las actividades de los narcotraficantes se diversifican,
negociaciones o acuerdos discretos, a tal punto que porque no importa sólo el tráfico de la droga sino
la Iglesia fue mediadora para que se acordara un la posesión de las mejores tierras del país para el
cese de hostilidades, y participó en diálogos con los cultivo de la coca y, a la vez, para combinarlo con
capos de la droga. El padre García Herreros, director la ganadería. En el año 1998 se calcula que habían
del programa “El minuto de Dios”, con transmisión adquirido cuatro millones de hectáreas y ejercieron
diaria por los canales oficiales, fue uno de ellos. Esa su influencia sobre otros grupos sociales dedicados
doble moral, la guerra frontal y las puertas abier- a la agricultura, y con nuevos actores sociales: la
tas, creó más fortaleza en los carteles, que pusieron guerrilla y los paramilitares. Ahora no es el Estado
condiciones de negociación. Famoso fue el artículo el que cobra el impuesto sino los nuevos grupos de
35 de la Constitución Nacional, el cual enuncia la no protección.
extradición de colombianos a los Estados Unidos.
Cuando se ha tratado de demostrar que el narco-
Los carteles se reacomodaron, estructuraron nue- tráfico es un nuevo paraestado, aún más, que es el
vos ejércitos y fragmentaron las redes para tener paraestado que transversaliza a los otros —guerrilla
mayor capacidad de respuesta ante el Gobierno. Las y paramilitares—, es porque sus redes de dominio y
exigencias del imperio norteamericano en cuanto a nuevas estrategias frente a las instituciones del Es-
mostrar resultados frente a los capos de la droga y la tado se fortalecen en la corrupción. El narcotráfico,
participación de la CIA en la lucha y planeación de la sin lugar a dudas, penetra todas las instancias socia-
confrontación, dio mejores resultados al Estado. Así les y está activo en sus diversas capas. Como organi-
se logró la muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha en zación delincuencial carece de un proyecto político
1989, no sólo por la capacidad gubernamental, sino o un ideal de transformación del Estado que cumpla
por los continuos conflictos internos, producto de la
con las normas del Estado de bienestar, pero posee
fragmentación de la organización. Bien se sabe que
estrategias que lo consolidan como un cartel de re-
Rodríguez Gacha fue casi que el exterminador del
conocimiento nacional que con base en el terror, las

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amenazas, el saboteo y el exterminio, “recibe apoyo bia como un país en guerra, en manos de los narco-
de los diferentes grupos sociales”. traficantes y de la guerrilla.
La corrupción es de tal magnitud que invadió las Los carteles de la droga han tenido que cambiar las
campañas políticas, las organizaciones económicas estrategias del mercado y la comercialización de la
y culturales, y abrió paso a una nueva estrategia droga de acuerdo con los nuevos esquemas sociales
política: la creación oficial de partidos políticos. Es y políticos que presenta el país. Una de ellas, como
sabido que el cartel de Medellín tuvo como repre- se ha mencionado anteriormente, es a través del
sentante político a Pablo Escobar en el Senado y fortalecimiento de los grupos paramilitares; la otra,
que Carlos Ledher dirigió desde Armenia, Quindío, es por medio de la disposición de las clases sociales.
una red de narcotraficantes y que a su vez fue el Bien se sabe que históricamente las guerrillas tuvie-
creador de un movimiento político regional, y que ron pactos con los carteles y que una vez declarada
también Gonzalo Rodríguez Gacha fundó en Puerto la guerra contra ellas por Rodríguez Gacha, la luna
Boyacá el reconocido grupo político Morena (Mo- de miel entre ambas organizaciones llegó a su fin.
vimiento de Renovación Nacional) con el fin de dar Hoy las guerrillas garantizan la protección de los cul-
status político a su siniestra organización. El Estado tivos, mientras que los carteles se encargan del trá-
únicamente se atrevió a reconocer su influencia en fico y de las operaciones de comercialización. Claro
la política cuando el ex ministro Lara Bonilla los de- está que el impuesto cobrado por las FARC y el ELN
nunció ante el Congreso y no se dejó chantajear por depende del grado de producción. Hay dos cosas en
los dineros calientes. común que tienen los guerrilleros y los narcotrafi-
cantes: establecieron una ruptura con las jerarquías
La respuesta de los carteles de la droga fue a través sociales y una relación de desconfianza en el status
del narcoterrorismo que se desplegó a gran escala quo; la otra es que el poder económico de mayor
a partir de 1987. Se trató de una arremetida con- envergadura depende de la droga, bien sea produc-
tra políticos de todas las corrientes, las diferentes to del tráfico, al mejor estilo de los narcotrafican-
clases sociales, grandes industriales, gobernadores, tes, o bien por el cobro de impuesto, como lo hace
alcaldes, directivos, entre otros. No sólo ocurrió la la guerrilla. Esto hace que los contactos personales
muerte de miles de civiles inocentes, sino también nunca falten entre las dos organizaciones (Pécaut,
de reconocidos personajes de la vida política del 2001: 174).
país como los candidatos de izquierda, Jaime Pardo
Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro, Luis La retaliación del narcotráfico y los grupos de de-
Carlos Galán. La decisión del Gobierno condujo a recha no se hace sólo contra la guerrilla, sino que
multiplicar sus acciones contra estos grupos. también afecta a los sindicalistas, a los defensores
de los derechos humanos y a todos los ámbitos
Tal vez la extradición, que aún no se había aproba- de la esfera social que procuren formas de organi-
do, calmó un poco los ánimos y a la vez aceleró la zación que vayan en contra de las políticas de los
presión para que la situación no tuviera más tras- grupos de extrema derecha. Lo que viene es la con-
cendencia: la Corte Suprema de Justicia invalidó quista de las zonas de mayor producción del país en
el tratado firmado con los Estados Unidos, hecho cuanto a minería, emporios agrícolas, las banane-
que se consolida con la Constitución del 91, previos ras, las minas de esmeraldas, las zonas petrolíferas
acuerdos de sometimiento a la justicia de los capos y, en menor grado, la zona cafetera, la disputa de
de los carteles. los corredores de salida y entrada a Colombia. De
La precariedad del aparato de justicia, la corrup- esta manera las regiones de Urabá, el Magdalena
ción, el poder económico y militar de los carteles, Medio, el sur de Bolívar, así como varias zonas del
aceleraron la crisis de las instituciones y del Estado. sur de la nación, se convierten en territorios de lu-
Se deslegitimó el Estado y se estigmatizó a Colom- cha por la consolidación de los paraestados, que se

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

manifiestan por medio de la creación de los frentes patrocinarlos económicamente. De esta manera los
en las guerrillas y de los bloques en los paramilita- papeles se invirtieron: antes la vacuna la pagaban
res y sicarios, por el lado de los narcotraficantes, a a la guerrilla; ahora la misma dosis se la dan a los
tal punto que el ejército de estos últimos se inter- paramilitares para su protección personal. Esta po-
nacionalizó con la traída al país de expertos israe- larización gestada entre guerrilla, narcotraficantes y
líes en terrorismo para que entrenaran a los grupos paramilitares, crea simpatías en uno u otro sector.
de matanza del cartel. Un experimento que inicia Actualmente su participación política y el manejo
Acdegam (Asociación de Campesinos del Magdale- corrupto de gran parte de la sociedad ha fortaleci-
na Medio, creada en la región de Puerto Boyacá), do su posición económica y política en el país. Pero
(Medina, 1990: 176), la cual se presentó en primera también ha transformado vastas regiones en zonas
instancia como una asociación de ganaderos encar- productoras de coca, dando al traste con el desarro-
gada de la protección cívica, la educación, el coo- llo agrícola y originando una profunda transforma-
perativismo y la ayuda al campesino, que en la vida ción cultural, política y moral, en las costumbres y
práctica mantuvo un ejército de vigilancia armada tradiciones de las diferentes clases sociales.
sobre la zona y, para tal fin estructuró un partido
político, el ya mencionado Morena, que causó gran El contexto en el que surge el narcotráfico es el caldo
impacto en la región (Buitrago y Zamos, 1990: 176). de cultivo creado por la guerrilla y el propio Estado.
Desde la creación de estos grupos se tomó como Los paraestados, que le han arrebatado gran parte
política central de los carteles, “quitarle el agua al de las funciones al Estado y lo han deslegitimado
pez”, lo que llevó a la desaparición de la gran ma- en vastas regiones del territorio, son los que impo-
yoría de los cuadros de apoyo de la guerrilla y los nen la ley y la norma por medio del crimen organi-
simpatizantes de ésta. Ésta es considerada como la zado. En este sentido, reconocer las acciones de los
primera etapa de la cruenta lucha entre paraesta- paraestados es señalar la imposibilidad de llegar a
dos. Lucha que le costó al país unos tres mil muer- acuerdos por la vía del diálogo, como se ha demos-
tos en primera instancia y una cifra incalculable en trado cada vez que se intenta. Se impuso la lógica
la actualidad. de la violencia. Aunque algunos analistas de la ac-
tual situación consideran que ninguna de las organi-
La segunda etapa, según Pécaut, es la que aún sub- zaciones está en capacidad de estremecer al país a
siste: la construcción de verdaderos ejércitos pa- tal punto que logren arrebatarle el poder, la verdad
ralelos en connivencia con el ejército regular del es que esta apreciación requiere de más análisis:
Estado. Las AUC tienen la misión de consolidar las posiblemente el Estado caiga por su propio peso.
regiones del narcotráfico y de defender a los gana- Además, porque el poder del narcotráfico no sólo
deros, industriales y terratenientes del acoso de la ha transversalizado a la guerrilla y a los paramilita-
guerrilla. Carlos Castaño, el otrora líder de la orga- res, sino a altas capas de la sociedad: es el estado de
nización paramilitar, una vez muerto Pablo Escobar, la corrupción. Lo que significa que de continuar así
implementó la modalidad de las masacres en todo la coyuntura, el Senado de la República tendrá que
el país, lo cual originó una nueva problemática por ser revisado en su esquema y proponer cambios de
la que es reconocida hoy Colombia a nivel interna- fondo que impidan la penetración de las mafias en
cional: es uno de los países más violadores de los las decisiones trascendentales de la nación.
derechos humanos a escala mundial y el segundo
en número de desplazados sin estar en una guerra Hoy se habla de “un sistema de interacción com-
civil. plejo” para indicar que la cooperación y el enfren-
tamiento, la colusión y la defensa de intereses de
Los paramilitares tienen a su haber el contar con el particulares, las transacciones y la lucha a muerte
apoyo de los industriales y la clase burguesa del país, van a la par. Las colusiones se manifiestan en la
que al no poder disfrutar de sus bienes optan por cantidad de masacres colectivas que llevan el sello

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paramilitar y la connivencia militar. Y los políticos perdió credibilidad ante el embate de los otros pa-
se mezclan con los intereses de las clases altas para raestados y está señalado por los medios de comuni-
aniquilar a sus opositores a cualquier precio: de ahí cación como un actor de igual calaña que sus dos en-
la desaparición de los partidos de izquierda. La con- conados rivales: los paramilitares y el narcotráfico.
solidación y proliferación de los actores armados no
tiene reversa en una situación como ésta, porque la Atendiendo a la sentencia weberiana, el monopolio
economía de la droga ha mostrado qué tan frágil es y el uso de las armas como soporte del ejercicio del
el Estado ante los parapoderes y, en este contexto, poder son atributos exclusivos del Estado colombia-
son obviamente los narcotraficantes los protagonis- no y deben ser empleados en forma racional y legal
tas principales del caos actual. para buscar así el reconocimiento y la legitimidad
de sus asociados. Es innegable el surgimiento de
Lo que parece extraño es que la sociedad misma agrupaciones al margen del Estado, que mediante
se ha encargado de patrocinar muchas veces estas el uso de la fuerza pretenden servirle a éste o a sus
actuaciones y de promover la continuidad de los asociados como soporte, aduciendo su falta de ca-
actores desestabilizadores, apoyando de manera pacidad para cumplir sus obligaciones esenciales,
inconsciente uno u otro bando, sin mirar las con- expresadas en el artículo segundo de la Constitu-
secuencias posteriores. Protegen narcotraficantes, ción Política10 y en el artículo 13 de la misma11. En
paramilitares o guerrilleros en su accionar cotidiano consecuencia, se confirma que los colombianos nos
y comulgan con sus actos. Los líderes de las organi- encontramos ante un paraestado.
zaciones paraestatales viven sin secretos, no es difí-
cil conocer su territorio o sus propiedades. Y es tal el Si se acude a la concepción de Max Weber en cuanto
temor que inspiran que nunca los acusan y hasta los que el Estado moderno se define a partir del medio
medios de comunicación y reconocidos personajes coactivo como fundamento de control social, lo que
de la sociedad los entrevistan cotidianamente. cierra el paso a la anarquía, entonces la ‘coacción
física’ pasa a ser el medio específico del Estado. En
Los actores políticos o parapolíticos son fáciles de relación con la propuesta paraestatal, busca cubrir
reconocer en un sistema que, carente de un orden los espacios y llenar el vacío del Estado en el cumpli-
moral, no los discrimina sino que los endiosa. Por miento de las garantías, los derechos, el bienestar,
eso, el único de los paraestados que se ha conver- la protección, así como la vida y los bienes de los
tido en un interlocutor político, esto es, la guerrilla, asociados.

10. “Las autoridades de la República están instituidas para


proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su
vida, honra y bienes...”.
11. “El Estado protege especialmente a aquellas personas que
por su condición económica, física o mental, se encuentran en
circunstancias de debilidad manifiesta...”.

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Los paraestados en Colombia. A propósito de una investigación culminada

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