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OCDE y Argentina, cuatro con Chile y Paraguay, tres con Jamaica, uno con Perú y uno con

Venezuela (UNCTAD, 1993, anexo 5). Por otra parte, existen acuerdos o 48 EL REGIONALISMO
ABIERTO EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE cláusulas sobre doble tributación, derivados
fundamentalmente de los compromisos asumidos al respecto por los miembros del Acuerdo de
Cartagena, que se hicieron extensivos a países que en el pasado fueron miembros de éste, en
particular a Chile. En los demás acuerdos no se contemplan compromisos de este tipo y, en todo
caso, no siempre se indica claramente cómo se concretan. Finalmente, al parecer los acuerdos
más recientes de integración tienen una institucionalidad más limitada que en el pasado (Lahera,
1993). Tanto en los acuerdos bilaterales como en el MERCOSUR se prevé la existencia de
entidades intergubernamentales que supervisen su aplicación, y que no son secretarías u
organismos como los previstos en otros acuerdos subregionales. También hay diferencias entre los
mecanismos más formales de resolución de controversias de los antiguos acuerdos subregionales,
en especial, el Tribunal de Justicia previsto en el Acuerdo de Cartagena, y las disposiciones menos
detalladas de los nuevos convenios de integración.16 2. Posibles efectos de los acuerdos En el
pasado, se negociaron numerosos acuerdos especiales, sobre todo bilaterales, en virtud de los
cuales sólo se adoptaban medidas de liberalización comercial con respecto a los productos más
competitivos o con menores posibilidades de afectar a los sectores productivos de los países
importadores, con lo que de hecho se evitaba la verdadera creación de comercio a nivel
multilateral. Esta situación puede variar significativamente en la medida en que se vayan
negociando nuevos acuerdos, ya que en éstos se contempla cada vez con mayor frecuencia la
liberalización prácticamente total del comercio, aunque el marcado carácter bilateral o
subregional que han adoptado los nuevos acuerdos podría limitar las posibilidades de
liberalización. Por otra parte, con la excepción de algunas manufacturas, en particular una
proporción importante de las que son objeto de intercambio comercial entre los países más
pequeños de Centroamérica y la CARICOM, la mayor parte de los productos más importantes
incluidos en el comercio intrarregional en el pasado (véase el cuadro II-3) parecen haber contado
con ventajas comparativas a nivel internacional. Un indicador de esto es que, pese a la apertura
comercial en curso, y al consiguiente aumento de la competencia derivada de importaciones de
menor precio provenientes del resto del mundo, la exportación de los 30 productos más
importantes (con la excepción de repuestos para automóviles) satisface al menos una quinta parte
de la demanda regional y en la mitad de los casos cerca del 40% o una proporción aún mayor de
dicha demanda. En dichos casos, a diferencia de lo que ocurre con las nuevas exportaciones no
tradicionales, la incidencia de las preferencias arancelarias como instrumentos que permiten
competir frente a importaciones provenientes de otras regiones no parece haber sido de
fundamental importancia. Los porcentajes de productos negociados en las importaciones
intrazonales tienden a confirmar esta conclusión. La participación de estos productos se elevó
sustancialmente en los años posteriores a la creación de la ALALC, de 77.9% en 1962 a un máximo
de 88.9% en 1966, pero a partir de ese año registró una continua tendencia a la baja, para alcanzar
apenas a poco más del 40% a fines de los años setenta. Pese a los acuerdos suscritos en el marco
de la ALADI después de 1980, la participación relativa de los productos negociados se redujo a un
25% en 1982 (Heirman, 1993; INTAL, 1974 y 1980), para luego remontar lentamente hacia el 40% a
fines de los años ochenta. 16 En el caso del MERCOSUR el Consejo del Mercado Común aprobó el
Protocolo de Brasilia para la solución de controversias, que constituye normas generales que
admiten, en ciertas hipótesis, recurrir al procedimiento arbitral, durante el período de transición,
respecto de discrepancias en la interpretación, aplicación o incumplimiento de las disposiciones
contenidas en el Tratado de Asunción. S BASES DE UN REGIONALISMO ABIERTO EN AMERICA.. 49
Estas proporciones varían notablemente de un país a otro, de acuerdo con el grado de apertura y
de liberalización comercial. En los países más abiertos la incidencia de las preferencias tiende a ser
menor, en tanto que en los países con una protección más alta ocurre exactamente lo contrario.
Históricamente, los países más pequeños han sido los más abiertos, por lo que la incidencia de las
preferencias en sus importaciones ha sido menor. Así es como alrededor de 1990 los productos
importados desde la zona de la A.LADI representaron apenas un 1% del total de las importaciones
en el caso del Paraguay, 4.5% en Bolivia, 10.2% en Ecuador, aproximadamente 20% en los tres
países restantes del Grupo Andino, 33.4% en Chile, 41.9% en Uruguay y 50.6% en Argentina
(Heirman, 1993). Las relaciones bilaterales de Chile ilustran más claramente este fenómeno: en
1989, el 98% de las exportaciones chilenas a Brasil y el 76% de las exportaciones a Argentina eran
objeto de preferencias, pero sólo el 34% de las importaciones chilenas desde Argentina y el 14%
de las efectuadas desde Brasil recibieron un trato equivalente (Mizala, 1990 y 1991). Ahora bien, el
proceso unilateral de reducción de aranceles en Brasil y, particularmente, en Argentina, hace
prever que la incidencia de estas preferencias estaría disminuyendo. El efecto de las preferencias
arancelarias también se ve limitado por otras barreras no arancelarias, que aún parecen tener
cierta importancia. Algunos países siguen aplicando medidas especiales o informales que,
precisamente porque no se dan a conocer de antemano, pueden ejercer una influencia
imprevisible en el comercio. Los nuevos acuerdos parciales sobre preferencias comerciales
también suelen contener disposiciones destinadas a atenuar o eliminar las restricciones no
arancelarias aplicables a la importación de algunos productos considerados sensibles, lo que
estaría indicando que esas medidas siguen afectando a ciertos rubros que podrían ser objeto de
intercambio comercial. Además, la importación de algunos productos sigue estando reservada a
entidades estatales o paraestatales, lo que permite una amplia discrecionalidad. También existe el
peligro de que aumente la aplicación de medidas antidumping, derechos compensatorios, normas
de origen estrictas, cláusulas de salvaguardia, y normas técnicas y fitosanitarias. Las medidas no
arancelarias explícitas se limitan a algunas restricciones cuantitativas aplicadas por Venezuela y en
menor medida por México, a ciertas prohibiciones aplicables a las importaciones en Paraguay y a
precios mínimos o máximos en Chile. Finalmente, existen escollos de tipo infraestructural e
institucional, el financiamiento de las exportaciones es insuficiente y es probable que persista
cierto desconocimiento y desconfianza entre posibles socios comerciales. Actualmente no se
observa

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