Características y estructuración de partículas minerales
En los suelos gruesos la forma característica es la equidimensional, en la cual las tres dimensiones de la partícula son de magnitud comparable. Se origina por la acción de los agentes mecánicos desintegradores y sólo excepcionalmente corresponde a partículas que hayan sufrido algún ataque químico. Según la intensidad y lapso con que estos agentes mecánicos hayan actuado, se producen variedades en la forma equidimensional, de las cuales pueden considerarse la redonda, la subredondeada, la subangulosa y la angulosa, en escala decreciente de los efectos del ataque de los agentes desintegradores. La forma redonda es prácticamente la esférica, mientras la angulosa es la que presenta aristas y vértices aguzados (por ejemplo, la piedra triturada). Cuando estos vértices y aristas están redondeados por el efecto del rodado y la abrasión mecánica, se tiene la forma subangulosa, la que por un proceso más intenso de la erosión puede devenir a la forma subredondeada final. Las formas angulosas son típicas de arenas residuales, y las arenas volcánicas contienen esas formas en partículas cristalizadas. Las arenas marinas son a menudo también angulosas. Las formas redondeadas son frecuentes en las arenas de rio y en algunas formaciones de playa, si bien, en el primer caso, abundan formas subredondeadas y subangulosas, pues las partículas que no se arrastran, no sufren el efecto de la abrasión o el rodamiento; naturalmente que lo anterior es más cierto en partículas de pequeño tamaño, por su mayor facilidad para mantenerse en suspensión. Las arenas eólicas suelen ser de grano fino y redondeado. En los suelos finos, a causa de su génesis especial, la forma de las partículas tiende a ser aplastada, por lo que los minerales de arcilla, en su mayor parte adoptan la forma laminar; como excepción algunos minerales poseen forma acicular. En estos materiales la influencia de la forma es muy importante, pues a cada una de las dos mencionadas corresponde una diferente relación área a volumen de la partícula y, por lo tanto, una muy distinta actividad superficial, en lo que se refiere absorción. La partícula de forma laminar tiene dos dimensiones mucho mayores que la tercera; en la forma acicular, una dimensión de la partícula es mucho mayor que las otras dos. La forma laminar es, con mucho, la más frecuente en los minerales de arcilla. La forma acicular es mucho más rara. Durante muchos años se creyó que el tamaño de las partículas era el factor determinante en algunas propiedades mecánicas importantes, concretamente en la compresibilidad. Hoy se estima que la forma de las partículas juega un papel mucho más preponderante en esa propiedad. Se ha realizado un experimento clásico como prueba del anterior aserto, consistente en llenar dos probetas de 1,000 cm, una con arena y la otra con escamas de mica, de tamaño análogo; aplicando presión a la arena con un pistón, la compresión es tan pequeña, que difícilmente es apreciable; sin embargo, las mismas presiones aplicadas a la mica pueden producir reducciones volumétricas hasta de 80%. La reducción de volúmenes de un suelo puede lograrse por aplicación de presión estática, por medio de vibración o por combinación de ambos métodos. Aunque la muestra de arena no fue afectada por la presión estática en forma apreciable, si se le aplica vibración se nota una compresión volumétrica que puede llegar a un 10%. La vibración afecta también a las escamas de mica, aunque menos que la presión estática. Una pequeña cantidad de escamas de mica añadida a la arena, da a ésta características de compresibilidad bajo carga estática notablemente incrementadas. Terzaghi fue el primero en emitir la opinión de que la proporción de partículas laminares contenidas en el suelo, es la causa fundamental de la variación tan grande observada en el comportamiento de los mismos, en lo referente a compresibilidad. G. Gilboy realizó a sugerencia del propio Terzaghi, los primeros experimentos para comprobar esa idea. Las curvas de compresibilidad obtenidas por Gilboy para mezclas de arena y mica, se revelaron sumamente parecidas a las tradicionalmente obtenidas para diferentes arcillas. La compresibilidad de las muestras de arena y mica no se ve afectada si las muestras están totalmente saturadas, con un tirante de agua sobre ellas; sin embargo, si las muestras están solamente húmedas y con parte de sus vacíos llenos de aire, la vibración se torna mucho menos efectiva; vibraciones bruscas pueden incluso hacer que el volumen de las arenas aumente ("dilatación por vibración")