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Capitulo II.

Físico-Química de las arcillas


Generalidades
En los granos gruesos de los suelos, las fuerzas de gravitación predominan
fuertemente sobre cualesquiera otras fuerzas; por ello, todas las partículas
gruesas tienen un comportamiento similar. El comportamiento mecánico e
hidráulico de tales suelos está definido por características circunstanciales,
tales como la compacidad del depósito y la orientación de sus partículas
individuales. En general, se estima que esta actividad en la superficie de la
partícula individual es fundamental para tamaños menores de 0.002 mm. La
superficie de cada partícula de suelo posee carga eléctrica negativa, según se
desprende de la estructura iónica.
Terzaghi y Peck estiman que la capa sólida y viscosa puede tener un espesor
de 0.005 micras, si bien indican que el agua no presenta sus propiedades
normales por completo hasta un alejamiento de 0.1 micras aproximadamente,
a partir de la superficie del cristal.
Intercambio canónico
Los cristales de arcilla pueden cambiar los cationes adsorbidos en su película
superficial; por ejemplo, una arcilla hidrogena (con cationes H+ puede
transformarse en sádica, si se hace que circule a través de su masa, agua con
sales de sodio en disolución. En realidad, lo que ocurre es un intercambio de
cationes entre el agua y las películas adsorbidas por las partículas minerales,
algunas veces en reacción rápida. Los cationes intercambiables más usuales
son: Na+, K+, Mg++, H+ y NH+.
Las propiedades mecánicas de una arcilla pueden cambiar al variar los
cationes contenidos en sus complejos de adsorción, pues a diferentes cationes
ligados corresponden distintos espesores de la película adsorbida, lo que se
refleja sobre todo en las propiedades de plasticidad y resistencia del suelo

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