Gonzalo de Berceo: "Milagros de Nuestra Señora: Introducción alegórica"
Amigos y vasallos de Dios 55 estaba siempre verde toda su
5 omnipotente, integridad, si escucharme quisierais de grado no ajaba su verdura ninguna atentamente tempestad. yo os querría contar un suceso […] excelente: Los hombres y las aves cuantas allí 10 al cabo lo veréis tal, verdaderamente. 60 acaecían llevaban de las flores cuantas llevar Yo, el maestro Gonzalo de Berceo querían, hoy llamado, mas de ellas en el prado ninguna yendo en romería acaecí en un mengua hacían: prado 65 por una que llevaban, tres o cuatro 15 verde, y bien sencillo, de flores bien nacían. poblado, lugar apetecible para el hombre Igual al paraíso me parece que este cansado. prado, por Dios con tanta gracia y Daban color soberbio las flores bien 70 bendición sembrado: 20 olientes, el que creó tal cosa fue maestro refrescaban al par las caras y las avisado; mentes; no perderá su vida quien haya allí manaban cada canto fuentes claras, morado. corrientes, 25 en verano bien frías, en invierno 75 Amigos y señores: lo que dicho calientes. tenemos […] es oscura palabra: exponerla La verdura del prado, el olor de las queremos. flores, Quitemos la corteza, en el meollo las sombras de los árboles de 80 entramos, 30 templados sabores tomemos lo de dentro, los de fuera refrescáronme todo, y perdí los dejemos. sudores: podría vivir el hombre con aquellos Todos cuantos vivimos y sobre pies olores. andamos 85 -aunque acaso en prisión o en un 35 Nunca encontré en el siglo lugar tan lecho yazgamos- deleitoso, todos somos romeros que en un ni sombra tan templada, ni un olor camino andamos: tan sabroso. esto dice San Pedro, por él os lo Me quite mi ropilla para estar más 90 probamos. 40 vicioso y me tendí a la sombra de un árbol Mientras aquí vivimos, en ajeno hermoso. moramos; la morada durable arriba la A la sombra yaciendo perdí todos esperamos, cuidados, 95 y nuestra romería solamente 45 y oí sones de aves dulces y acabamos modulados: cuando hacia el paraíso nuestras nunca oyó ningún hombre órganos almas enviamos. más templados ni que formar pudiesen sones más En esta romería tenemos un buen 50 acordados. 100 prado […] en que encuentra refugio el romero El prado que yo os digo tenía otra cansado: bondad: es la Virgen Gloriosa, madre del por calor ni por frío perdía su buen criado beldad, 105 del cual otro ninguno igual no fue que lo hacen hermoso, apuesto y encontrado. tan templado: las flores son los nombres que dan Este prado fue siempre verde en 160 en el dictado honestidad, a la Virgo María, madre del buen porque nunca hubo mácula en su criado. 110 virginidad; post partum et in partu fue Virgen de verdad, ilesa e incorrupta toda su integridad.
115 Las cuatro fuentes claras que del
prado manaban nuestros cuatro evangelios eso significaban: que los evangelistas, los que los 120 redactaban, cuando los escribían con la Virgen hablaban. […] La sombra de los árboles, buena, dulce y sanía, 125 donde encuentra refugio toda la romería, muestra las oraciones que hace Santa María, que por los pecadores ruega noche 130 y día.
Cuántos son en el mundo, justos y
pecadores, coronados y legos, reyes y emperadores, 135 allí corremos todos, vasallos y señores, y todos a su sombra vamos a coger flores.
Los árboles que hacen sombra dulce
140 y donosa son los santos milagros que hace la Gloriosa, que son mucho más dulce que la azúcar sabrosa, 145 la que dan al enfermo en la cuita rabiosa.
Y las aves que organan entre esos
frutales, que tienen dulces voces, dicen 150 cantos leales, esos son Agustín, Gregorio y otros tales, todos los que escribieron de sus hechos reales. […] 155 Volvamos a las flores que componen el prado,