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GUILLERMINA TORRES CORONEL

Mujer de mirada penetrante, sonrisa encantadora, caminar presuroso, con un carisma que derrochaba
sencillez y humildad…mujer de principios que supo infundirlos en todos sus descendientes. Madre
ejemplar que con sus 89 años vividos en este transitar terrenal, dejó huellas imborrables en el corazón de
quienes tuvimos el privilegio de conocerla.
Una mujer valiente que tuvo que ver partir a su hija a los brazos de Dios y con esfuerzo supo sobrellevar el
más infortunado suceso que puede tener una madre. Mujer valerosa que años después vió nuevamente la
partida, esta vez la de su compañero de vida, con quien compartió momentos de regocijo pero también
momentos de desolación…demostrando que a pesar de quedarse viuda fue una mujer con determinación y
salió adelante.
Doña Guille fue aquella señora que se mostraba siempre dispuesta a colaborar con quien lo necesitaba y lo
hacía de todo corazón… a quienes iban a visitarla ella trataba de brindarles la mejor atención que podía.
Doña Guillermina era mujer muy entusiasta que valoraba cada momento que compartía con sus familiares
y amigos, en cada reunión era la que más disfrutaba pero siempre con respeto brindando toda su
cordialidad a todos.
La cualidad más bonita que puede tener un ser humano es sonreír y ella lo hizo parte de su vida, desde su
saludo hasta cuando entraba en confianza y ponía de manifiesto su sentido del humor, dibujando en más
de uno aquella sonrisa que nos hacía olvidar por un instante de los inconvenientes por los que muchas
veces estábamos atravesando.
Doña Guille era una mujer trabajadora que conservaba la costumbre de criar animalitos como toda mujer
de campo, pero la diferencia es que, ella le ponía toda su dedicación y cariño… Doña Guillermina dejó un
legado muy importante para todos lo que estamos aquí, familiares y amigos…Dios le dio a esta mujer la
oportunidad de ser madre de 10 hijos, cada uno con sus virtudes y defectos, ella disfrutaba de cada logro,
de cada éxito, de cada buena noticia…ella era feliz si sus hijos eran felices…para ella todos sus hijos eran
importantes sin excepción alguna, ella se preocupó siempre por el bienestar de cada uno de ellos, y
buscaba la manera de ayudarlos con tal de verlos bien, si por alguna circunstancia uno de sus hijos de
equivocaba en su caminar, ella le ofrecía su apoyo total…pero esto no termina aquí, la lección más
importante que nos dejó doña Guille es su amor incondicional por aquella hija que Dios le regaló para que
sea su compañera de viaje terrenal…la Chayo, que nunca estuvo sola, a pesar de su limitación sintió
siempre el cariño y la atención que doña Guille supo darle, estuvieron juntas hasta su último suspiro…tal
vez nuestra querida Chayo tenga en este momento pensamientos y sentimientos de preocupación por
saber que la persona que fue su otra mitad ya no estará…pero Chayo quiero decirte que tal vez tu mami ya
no esté pero queda el amor de toda una familia unida, así como le gustaba a doña Guille.
Mamita, abuelita, bisabuelita, amiga Guillermina gracias por habernos dejado estas enseñanzas que serán
la estrella que ilumine nuestro cielo de ahora en adelante.

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