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15 enero, 2004
Por Galo Muñoz Arce
Para que el desarrollo local sostenible sea una realidad, la comunidad debe fijar
sus propios objetivos y metas, tener confianza en la fuerza de la misma
comunidad, valorar y afirmar la cultura junto con el conocimiento tradicional
propios y las formas autónomas de convivencia.
Autogestión y asociatividad
El protagonismo real de las personas y las comunidades en los distintos espacios
y ámbitos, es indipensable para impulsar procesos de desarrollo con efectos
amplificados en la satisfacción de las necesidades. En este sentido, la
autodependencia es una forma de interdependencia equitativa que fomenta la
participación en las decisiones, la creatividad social, la autonomía política, la justa
distribución de la riqueza y la tolerancia frente a la diversidad de identidades.
Los recursos para el desarrollo local son los del suelo, la vegetación,
infraestructura, industrias, instituciones, organizaciones locales, actividades
económicas del lugar y los cuadros profesionales con que cuenta o tiene acceso la
comunidad. Otros recursos importantes son las experiencias en gestión
comunitaria, así como la capacidad para desarrollar una cultura de poder local.
Los agentes que intervienen en el proceso son las instituciones públicas existentes
en la comunidad, las alcaldías, los comités comarcales, los maestros, los líderes
naturales comunitarios, los escolares. Además las organizaciones sindicales,
gremiales, religiosas, las ONG’s existentes en la zona, cuya orientación sea afin
con el desarrollo comunitario sostenible.
Desarrollo y agroecología
No puede haber desarrollo a escala humana local en medio de sistemas agrícolas,
sociales y económicos depredados o de recursos naturales fundamentales en
procesos de extinción. La comunidad debe tener muy claro lo que es positivo y lo
que es negativo para el medio natural. Por tanto, se deben promover tecnologías
que se ajusten a las características de cada ecosistema, de manera tal que
garanticen la sostenibilidad de los recursos naturales para el futuro.
Una comunidad que no defiende sus recursos, ni vela por el medio natural no tiene
capacidad para conducir y mejorar su economía y su vida en el corto, mediano y
largo plazo. En este sentido las prácticas agroecológicas son un elemento
sustancial en el mantenimiento de las condiciones ambientales de vida de la
comunidad, ya que permite la sostenibilidad de las fuentes de agua, suelos, flora y
fauna; indispensables para la sobrevivencia de las cuencas y de los territorios
comunitarios.
Se puede llamar desarrollo sostenible, aquél desarrollo que es capaz
de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos
y posibilidades de las futuras generaciones. Instintivamente una
actividad sostenible es aquélla que se puede conservar. Por ejemplo,
cortar árboles de un bosque asegurando la repoblación es una
actividad sostenible. Por contra, consumir petróleo no es sostenible
con los conocimientos actuales, ya que no se conoce ningún sistema
para crear petróleo a partir de la biomasa. Hoy estar al corriente que
una buena parte de las actividades humanas no son sostenibles a
medio y largo plazo tal y como hoy está planteado.
Características de un desarrollo sostenible.
https://www.eoi.es/blogs/mtelcon/2013/04/16/¿que-es-el-desarrollo-sostenible/
“Hoy por hoy es posible agrupar las diferentes expresiones en tres grandes
Corrientes:
1. Sustentabilidad débil, esta corriente apuesta a la reforma técnica (mejores y
más eficientes usos de la energía, mitigación de la contaminación, etc.)
2. Sustentabilidad fuerte advierte que no toda la Naturaleza puede ser reducida a
un Capital Natural, ni que todas las valoraciones son económicas.
3. Sustentabilidad súper-fuerte sostiene que el ambiente es valorado de muy
diferentes maneras además de la económica: también existen valores culturales,
ecológicos, religiosos o estéticos, que son tanto o más importantes”
Comenta Enrique Leff (2005) “Lo que sabemos, son los efectos equivocados del
desarrollo sostenible: la injusticia, los saqueos, la apropiación indebida de
nuestros recursos naturales y conocimientos ancestrales y el desequilibrio del
medio ambiente. Situación que ha sido justificada por el binomio de desarrollo y
sostenibilidad”
La realidad que viven nuestros pueblos indígenas es muy dura, debido a que en
casi todas las ocasiones se habla de un desarrollo para todo un país, cuando en la
realidad son ciertos gremios o lugares, ya que ellos no alcanzan muchas veces los
beneficios que según el gobierno otorga a todo su pueblo. La calidad de vida es
muy baja, no cuentan con servicios básicos como el agua, electricidad, drenajes,
escuelas, centros de salud, etc.