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Los niños, niñas y adolescentes necesitan padres que miren la

vida con optimismo y esperanza

MARÍA STELLA RODRÍGUEZ ARENAS1


Abril 14-15-16 de 2015
Colegio Liceo de Cervantes- Bogotá

RESILIENCIA FAMILIAR

Son inevitables las situaciones dolorosas, algunas de gran magnitud otras


cotidianas, la mayoría irrumpen en la existencia sin dar aviso, esta realidad toca a todos
los seres humanos. Sin embargo la cultura moderna ha construido un paradigma del
anti-sufrimiento como camino de realización y felicidad, que ha traído como
consecuencia que ante las muchas situaciones difíciles o de adversidad seres humanos
se experimenten devastados e incapaces de seguir con sus vidas.

La resiliencia debe entenderse como un proceso dinámico que permite un desarrollo


positivo, aun en contextos de gran adversidad a partir de un conjunto de habilidades que
constituyen esta capacidad compleja y cambiante. “Esta capacidad como muchas de las
facultades humanas no es totalmente innata, ni totalmente adquirida, más bien requiere
de unas condiciones particulares que permita que las personas puedan responder con
esta fortaleza a las dificultades de la vida. Siendo una capacidad que debe ser
desarrollada, es entonces educable en cuanto que la persona debe generar unas
habilidades que le permitan hacer uso de esta capacidad2

1
Psicóloga, Teóloga, Magíster en Psicología Comunitaria de la Pontificia Universidad
Javeriana, Doctor en Ciencias Pedagógicas en el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de la
Habana – Cuba. Profesora de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana.
Bogotá- Colombia. E-mail: msrodri@javeriana.edu.co
2
Rodríguez Arenas, María Stella, Resiliencia: Otra manera de ver la adversidad, Facultad de
Teología, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2004. pág. 78.
1
El término Resiliencia, tiene su origen en la física, se deriva del verbo latino resilio,
el cual se refiere a la capacidad de un material de recobrar su forma original después
de haber estado sometido a altas presiones. Es, en cierto sentido, asimilable a la
elasticidad. Por analogía, en las ciencias humanas y particularmente en la Psicología
se utilizó este concepto para dar cuenta de la capacidad humana que permite a las
personas, que a pesar de atravesar situaciones adversas, dolorosas o difíciles puedan
salir de ellas no solamente a salvo, sino aún enriquecidas por la experiencia. 3

Mensajes para tener en cuenta:

1. El optimismo de los padres frente a la vida y al futuro permitirá que sus hijos e
hijas superen las situaciones difíciles propias de la vida y el crecimiento.
2. Los padres deben estar siempre atentos frente a los cambios en el
comportamiento de sus hijos e hijas, pues ningún sufrimiento o dificultad por
pequeña que parezca debe ignorarse, con una buena orientación se logrará que
sea una muy importante oportunidad de crecimiento familiar.
3. Los padres que hablan con sus hijos de su propia historia con optimismo
propiciaran un ambiente desarrollador de la resiliencia en los niños, en donde
descubrirán que la vida es un tejido de situaciones inolvidables porque está
llenas de alegría y de tristeza, de retos, logros y perdidas, pero que básicamente
todos somos capaces de superar las dificultades, aprendiendo y siendo mejores
personas.
4. La espiritualidad vivida en familia será el mayor regalo de los padres a sus hijos
e hijas. Una práctica sencilla de una oración familiar acompañada de la lectura
del Evangelio será el lazo más fuerte para sostenerse en la adversidad.
5. Los niños y las niñas en general son muy sensibles a los gestos y las palabras de
los adultos, una mirada de angustia o una sonrisa permite a los niños saber si
algo está bien o mal. Por esto es necesario usar lenguajes claros y sencillos para
incluir a toda la familia cuando se pasa por una realidad difícil, por muy
dolorosa que sea, es más doloroso quedar excluido. Ocultar realidades como la
muerte de un ser querido, la separación de los padres, la enfermedad de
familiares cercanos, solo llevará a que los niños se aíslen o experimenten

3
Ibid. Pag. 79.
2
sentimientos de culpa que pueden llevar a graves problemas en su proceso de
crecimiento integral.
6. Recibir explicaciones o comentarios de personas ajenas o mal informadas acerca
de situaciones difíciles por las que puede atravesar una familia no hace sino
crear mayor temor, tristeza y confusión. Además de recibir el mensaje de que es
mejor callarse los problemas, lo cual puede traer consecuencias muy negativas a
la hora de enfrentar futuras situaciones adversas.
7. Temas como la enfermedad, la muerte, las separaciones familiares generar
muchos interrogantes en los hijos e hijas sobre todo en los más pequeños, un
dialogo cercano y sencillo sin fantasías ni excesivas explicaciones va a permitir
que el niño y la niña se sientan tranquilos, y acompañados.
8. Participar en la búsqueda de soluciones enseñará a los hijos e hijas que hablar
acerca de los problemas cotidianos es la manera más apropiada de solución de
los conflictos.
9. Ver que los padres no pierden el sentido del humor, la amabilidad y el respeto
por los otros, aún en situaciones difíciles, les enseñará que los problemas
encierran oportunidades de crecimiento y unión familiar.
10. Los padres no deben pensar que los sufrimientos de los niños y las niñas son de
poca importancia y que se les pasará pronto, perder un juguete, una mascota
incluso la caída de un diente, o en los adolescentes romper con la novia o el
novio, lleva a un proceso complejo que se ha denominado duelo, este está
acompañado de sentimiento profundos como la culpa, la tristeza y hasta la
depresión.
11. Los padres deben estar atentos a señales como la dificultad para conciliar el
sueño, el cambio de hábitos en el juego, trastornos en el apetito, agresividad
contra personas o cosas, autoagresión, mojar la cama cuando ya había logrado
el control de esfínteres, temor o aislamiento, entre otros. Todas estos son avisos
de que algo está mal y que los hijos e hijas requieren atención o explicación
frente a las situaciones que lo afectan o afectan la familia.
12. Cuando se han construido vínculos afectivos suficientemente buenos con los
padres o con sus cuidadores las manifestaciones de estos choques se hacen
menos fuertes, lo cual no quiere decir que se deba dejar de hablar sobre las
situaciones difíciles por las que toda familia atraviesa.

3
13. Contarle a los hijos e hijas que los padres también pasaron por momentos
difíciles, como tener que ir al jardín infantil, o al colegio “grande”, o la llegada
de un hermanito, la muerte de algún familiar, la perdida de los dientes y que a
veces también sintieron miedo en la noche, ayuda a superar con optimismo las
dificultades y a expresar libremente sus temores y tristezas.
14. Los niños y niñas suelen preguntar a los padres o cuidadores por qué están
tristes, por qué se fue el papá, por qué no pueden ir a un entierro, por qué se
tienen que quedar solos en la guardería o con los abuelos... A los niños se les
deben dar respuestas simples y claras, respondiendo a su verdadera necesidad,
de acuerdo con su edad y desarrollo.
15. Propiciar a los niños, niñas y adolescentes situaciones que impliquen retos y
esfuerzo personal permitirá una sana autoestima y el convencimiento de poseer la
capacidad de buscar soluciones a problemas cotidianos.

La espiritualidad vivida en familia será el mayor regalo de los padres a sus hijos e
hijas.

 Hay una estrecha relación entre resiliencia y espiritualidad


 Nunca es demasiado temprano para comenzar con la educación espiritual del
niño y de la niña. Desde los primeros momentos los niños son sensibles a su
entorno, saben si se les levanta con ternura o con los brazos tensos y mucho antes
de aprender el lenguaje saben responder a los gestos de sus padres o cuidadores.
 La opción de educar espiritualmente al niño y a la niña es una tarea fascinante
para los padres, pues permitirá mayor capacidad de admiración ante los
acontecimientos sencillos de la vida y dará fundamento a los valores familiares de
unión y respeto por los otros y por la naturaleza.
 El desarrollo espiritual es un proceso natural que ocurre espontáneamente si el
niño encuentra apoyo y circunstancias apropiadas y, por el contrario, cuando este
desarrollo se suprime o se obstaculiza, privará al niño de los recursos para el
disfrute pleno de su existencia como persona.
 Algunos padres piensan que no deben influir en la orientación espiritual o
religiosa de sus hijos, esperando a que ellos decidan por sí mismos. Esto es
considerado por muchos autores como una actitud equivocada.

4
 Si la orientación espiritual no está presente durante el proceso de crianza
incluyendo la fase educativa, el niño cuando la conozca la considerará extraña al
proceso y tendrá el concepto de que no es indispensable.
 Los padres pueden y deben promover en sus hijos el crecimiento espiritual al
igual que se cultiva el crecimiento físico, el emocional, el intelectual y el social.
 Al igual que siempre resulta importante comunicar verbalmente el amor que
experimentamos por los niños y por la pareja, expresar los sentimientos religiosos
como gratitud, admiración, suplica o petición ayuda a fortalecer el sentimiento
religioso a la vez que nos hacemos concientes de nuestra vulnerabilidad y nuestra
necesidad de ayuda mutua.

Uno de los teóricos que más ha ahondado en los vínculos entre resiliencia y
espiritualidad es Vanistandael, quien señala que existe una sorprendente coherencia
entre los descubrimientos teóricos y prácticos en materia de resiliencia por una parte y
los textos del evangelio por la otra. Resalta sobre todo el vínculo entre resiliencia y
Resurrección. La vida que ha sido herida y se transforma en nueva vida, a veces
inesperada, es el centro mismo del mensaje cristiano, pero también es la dinámica en el
corazón de la resiliencia. ¿Puede la resiliencia iluminar al mensaje cristiano? Y el
mensaje cristiano ¿puede iluminar a la resiliencia? 4 La respuesta a este interrogante es
afirmativa. Sin duda.5

4
Vanistendael Stefan, Resiliencia y Espiritualidad, El Realismo De La Fe, Oficina Internacional
Católica de la Infancia, Ginebra, 2003
5
Rodríguez Arenas, María Stella. La resiliencia como vivencia del Reino de Dios [Recurso
electrónico] lectura teológica de la resiliencia. Visitar nueva URL:
http://hdl.handle.net/10554/12579

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