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El apego y la figura materna

La pérdida de la figura materna durante los primeros años de vida, genera en el


infante un apego inseguro. El apego es el vínculo emocional y afectivo que se
desarrolla en la primera infancia, generalmente se establece en la relación madre
e hijo y determina el desarrollo afectivo futuro. Según Sánchez (2018), el apego le
permite al infante sentirse seguro, saber lo que siente y le otorga una sensación
de bienestar y apoyo emocional que le facilitan la exploración de su entorno social
y físico. Es bien sabido y la mayoría de los psicólogos está de acuerdo en que la
primera infancia es la etapa más importante en el desarrollo de los vínculos
emocionales y afectivos por lo que la presencia de la figura materna es un factor
fundamental.

Los niños que tienen apego inseguro generalmente se les dificulta establecer
vínculos cercanos, esto afectará la forma de relacionarse en su vida adulta. Los
seres humanos somos seres sociales, por tanto, establecemos vínculos afectivos
y emocionales con los demás, por lo que es indispensable aprender a crear estos
lazos y mantenerlos en el tiempo. Moneta (2014) postula:

La teoría del apego en un enfoque actual nos permite asegurar que un


apego seguro con un cuidador estable y continuo, puede asegurar un
adecuado desarrollo cognitivo y mental del niño que llegará a ser adulto,
aún tomando en cuenta riesgos genéticos.

La figura materna juega entonces un rol fundamental para el niño, sobre todo
durante su primera infancia, ya que además de ser la fuente de gratificación
alimenticia también es el principal modelo a seguir en cuanto a la forma de
establecer relaciones con los demás.

Por último, la reacción de un infante a estímulos externos estará basada en una


mezcla de conductas, tanto instintivas como sistemáticas creadas a partir de su
interacción con el medio. Instintivamente el niño buscará las formas de cubrir sus
necesidades biológicas aferrándose al pecho de la madre para alimentarse u
obtener protección, a su vez algunas conductas estarán asociadas al vínculo que
ha creado con otras fuentes de contacto primario. Comúnmente podemos
observar que, al separar un bebé de su madre, activaremos una serie de
conductas aprendidas que le ayudan a conservar la cercanía materna. Bowlby
(2014) afirma: “El vínculo que une al niño con su madre es producto de la actividad
de una serie de sistemas de conducta, cuya consecuencia previsible es
aproximarse a la madre” (p.249). Por tanto, la presencia de la figura materna es
primordial en esta etapa evolutiva y su ausencia afectaría el desarrollo de
sistemas de conducta sólidos.

Referencias Bibliográficas

Bowlby, J. (2014). EL APEGO. Barcelona. Paidós.

Moneta, M. (2014). Apego y pérdida: redescubriendo a John Bowlby. Chil Pediatr,


85, 265-267. Recuperado de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/rcp/v85n3/art01.pdf

Sanchez, E. (2018). El apego inseguro, una cárcel sin rejas. La mente es


maravillosa. Obtenido de: https://lamenteesmaravillosa.com/el-apego-inseguro-
una-carcel-sin-rejas/

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