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EL AGUA COMO GRAN DETONANTE DE LOS DESLIZAMIENTOS

En la actualidad observamos en nuestro entorno severos problemas


ambientales y socio-económicos generados por la constante aparición de
deslizamientos de tierras o rocas, los cuales suceden a causa de la
inestabilidad existente en laderas básicamente se definen como el movimiento
de una masa del suelo a lo largo de una superficie de falla en la cual se ha
rebasado la resistencia al esfuerzo cortante del suelo; este fenómeno natural
puede llegar a causar tragedias en el ser humano incluso ecológicamente,
teniendo en cuenta la gravedad de dicho problema se realiza un análisis sobre
uno de sus principales detonantes “la lluvia” y su procedente infiltración en el
subsuelo.

La lluvia ha sido asociada a la falla de taludes como un detonante, porque se


ha evidenciado la degradación de algunas propiedades mecánicas y físicas de
materiales como suelos y rocas que conforman los taludes. El aumento de
humedad en el suelo, inclusive en pequeñas cantidades, puede inducir cambios
drásticos en su comportamiento mecánico como la resistencia, deformabilidad,
permeabilidad y durabilidad, dependiendo de sus propiedades como textura,
composición, fábrica, estructura y humedad.

La Infiltración se presenta como un proceso por medio del cual el agua penetra
desde la superficie del suelo hacia su interior y dentro de las posibles
abstracciones de agua lluvia en superficie, es considerada como la mayor. Las
propiedades del suelo, la vegetación y las condiciones en la superficie, entre
otros, influyen en la tasa de infiltración.

Chow V. (1994), menciona que, observando la distribución de humedad dentro


del suelo, cerca de la superficie existe una delgada capa de infiltración o
saturación, seguida por una zona parcialmente saturada, vadosa o capilar que
hace la transición hacia la zona saturada o freática. El contenido de agua altera
la tasa de infiltración, un suelo húmedo tiene una tasa más baja de infiltración
que un suelo seco; de esta forma, frente a la lluvia un suelo húmedo tendrá
mayor escorrentía, sin embargo, el mismo suelo en condiciones secas tendrá
mayor tasa de infiltración.
El agua producto de las lluvias se infiltra en el suelo y produce cambios en el
estado de presiones de poros. Estos cambios corresponden a una respuesta
del sistema hidrogeológico del suelo a la ocurrencia de las precipitaciones. La
forma y tiempo de esta respuesta dependen de las condiciones hidro-
geológicas del sitio y/o del área circundante y a las características de los
eventos lluviosos. Esta respuesta hidrogeológica puede conducir a la activación
de deslizamientos de tierra.

La ocurrencia de deslizamientos, su cantidad y su magnitud depende de la


susceptibilidad del terreno a los deslizamientos y de la intensidad tiempo y
distribución del evento de lluvias. La respuesta del terreno puede ser rápida o
puede tomar varios días o semanas. En los sistemas de respuesta rápida los
niveles freáticos son difíciles de medir utilizando piezómetros con medición en
visitas periódicas debido a que los picos de los niveles de agua son muy
transitorios.

El estado actual del conocimiento sobre la respuesta hidrogeológica de los


taludes permite entender algunos de los fenómenos y mecanismos de
respuesta, lo cual facilita el análisis general de casos específicos. Se debe
partir del conocimiento lo más completo posible de la meteorología, hidrología,
geología y geotecnia de la zona a analizar.

Para prevenir este fenómeno en taludes naturales es necesario encauzar


correctamente el agua de lluvia por medio de drenes en la parte superior del
talud y contracunetas que conduzcan el agua hacia la parte baja, minimizando
la infiltración al cuerpo del talud. En casos críticos resulta necesario combinar
esta solución con el uso de una membrana impermeable que puede ser
plástica o a base de una malla metálica y concreto lanzado. En estos casos es
necesario implementar un sistema de drenes en la cara protegida. También es
recomendable reforzar el talud por medio de la colocación de vegetación de
raíces profundas, debido a que dichas raíces pueden atravesar la zona
potencial de falla y así contribuir a su estabilización. En cuanto a estructuras se
pueden construir zanjas de drenaje, drenes horizontales, posos de alivio,
pantallas drenantes y/o galerías filtrantes, según el problema existente.
Antes de realizar alguna acción para estabilizar un talud se debe conocer las
causas que han provocado el deslizamiento solo así se puede encontrar la
técnica correcta de estabilización.

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