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Grupos subalternos en el pos-acuerdo colombiano.

Categorización estratégica en la
construcción de un sujeto contrahegemónico.

Gerardo Parra Picón.


Junio 2018.

Universidad Nacional de Colombia


Facultad de Ciencias Humanas y Económicas
Departamento de Ciencia Política
Medellín, Colombia
Grupos subalternos en el pos-acuerdo colombiano. Categorización estratégica en la
construcción de un sujeto contrahegemónico

Trabajo presentado para optar por el título de politólogo

Gerardo Parra Picón.


Junio 2018.

Director:
Miguel Ángel Ruiz

Universidad Nacional de Colombia


Facultad de Ciencias Humanas y Económicas
Departamento de Ciencia Política
Medellín, Colombia
Dedicatoria

A la chispa que inició mi vida,


A la pequeña Eli,
A la pasión de un amor,
A los no contados en la historia del país,
Y a la revolución social.
Agradecimientos

A mi familia, que a pesar de mis fallas abrieron una oportunidad diferente con la cual pude
concluir mis estudios superiores.

A Miguel Ángel Ruiz director de mi trabajo de grado siempre dispuesto a contribuir desde
la inscripción a la culminación en este corto tiempo, pero largo camino. Por las
conversaciones que fueron una reflexión para sintetizar las ideas que en el transcurso
surgieron.

A Luza, mujer que estuvo en los momentos de angustia con una sonrisa, habló en la calma
y me leyó en mi indecisión. Sin ella, gran parte de este trabajo no hubiese terminado. Mi
agradecimiento a la paciencia, incondicionalidad y habla que la caracteriza.

A la primavera, organización política que forjó en mí otra manera de ver el mundo a través
de la praxis y, con la que pude conocer compañeros y amigos que posibilitaron diálogos
para comprender, ampliar y renovar lo que soy ahora.
Tabla de Contenido

Introduction 7
1. Estado del Arte 12
1.1 Debate clásico en los autores: reforma vs. revolución 12
1.2 Referentes históricos, políticos, culturales y económicos que consolidaron el
16
debate reforma vs. revolución
1.2.1 La Unión soviética 16
1.2.2 La revolución cubana y las insurgencias en América Latina… 18
1.2.3 Cierre de ciclo de la insurgencia en América Latina … 21
1.3 Referentes históricos, políticos, culturales y económicos contemporáneos 25
1.3.1 Foro de Sao Paulo (FSP) y Foro Social Mundial (FSM) 25
1.3.2 Avances y retrocesos 30
1.4 El caso colombiano en la literatura del tema 33
2. Marco teórico 43
2.1 Hegemonía 43
2.2 Sujeto 48
2.3 Estrategia 53
3. Análisis categorial de los subalternos 57
3.1 Descripción de los actores sociales (UP, PDA, CP, MAPA, FARC) 57
3.2 Categorías de análisis político de los actores caracterizados 60
3.3 Sujetos y vision de unidad polítca 62
3.4 Propuestas de los actors sociales 64
4. Conclusiones 66
Referencias 71
Lista de tablas

Tabla 1: Situación de la insurgencia latinoamericana 1960-2018 22


Tabla 2: Propuestas de los sujetos políticos analizados en Colombia 63
Tabla 3: Propuestas de corto plazo de los actores analizados 65
Introducción

El nuevo siglo latinoamericano se empezó a escribir con los manifiestos cambios políticos,
sociales, económicos y hasta culturales por el ascenso de ciclos progresistas y/o de
izquierda en Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Nicaragua y El Salvador; en
algunos con retrocesos en Argentina, Brasil y Paraguay y Venezuela.

En Nicaragua, Guatemala y el Salvador tuvieron, respectivamente, procesos sociales e


insurgentes similares, pero unidos como fuerza contrahegemónica a consolidar acuerdos
para la terminación de sus conflictos armados, la inclusión de propuestas de los actores
sociales e individuos y, algunos alcanzan instancias ejecutivas en el pos acuerdo con sujetos
contrahegemónicos específicos como el Frente Farabundo Martí por la Liberación Nacional
en Salvador, el Frente Sandinista de Liberación en Nicaragua y en Guatemala Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca; a partir de un juego de alianzas de las clases
subalternas.

El caso colombiano no está aislado, la atención actual está centrada por el giro coyuntural,
de guerra (política con armas) a la política sin armas o más conocida como “apertura
democrática” producto del “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la
construcción de una paz estable y duradera” con las FARC-EP 1 y su reincorporación a la
sociedad colombiana. Sin embargo, ubicar el Acuerdo final para esta investigación tiene
significado más allá de la terminación del conflicto armado: “la apertura de un nuevo
capítulo de nuestra historia” para la integración de territorios, la inclusión social y el
fortalecimiento de la democracia; que son ideas fuerza impulsadas por organizaciones
sociales e individuos a través del portal web mesadeconversaciones.com.co, el cual señala
que entre diciembre de 2012 hasta marzo de 2013 se enviaron un total de 210 propuestas,
además, (El Tiempo, 2012) informa que con la instalación de nueve mesas regionales se
registró una participación de “2.290 personas de 1.333 organizaciones sociales [ CITATION
Red12 \l 3082 ]” sistematizadas y entregadas por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD).

1
En este trabajo se referencia “FARC-EP” a la insurgencia y “FARC” al partido político surgido tras la firma
del acuerdo de la Habana.

7
Sin embargo, el nuevo momento colombiano paradójicamente a los casos de Centroamérica
se presenta en un ambiente de dispersión y fragmentación de las fuerzas insurgentes (ELN
y EPL) y las plataformas sociales y políticas (Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos,
la Unión Patriótica y el Polo Democrático Alternativo) que conforman las clases
subalternas.

En ese orden de ideas, es imperativo definir qué se entiende por grupos subalternos o
clases subalternas. Gramsci plantea la categoría y, nos permite un acercamiento desde tres
esferas: la mirada historiográfica, la interpretación política relacional y la propuesta
emancipadora.

En la primera, la mirada historiográfica, que permite reflexionar acerca de las causas de la


dispersión de las clases subalternas antes de la firma del Acuerdo final para la terminación
del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, se plantea que “La historia de
las clases subalternas es necesariamente disgregada y episódica: hay en la actividad de estas
clases una tendencia a la unificación”[CITATION Gra811 \p 27 \l 3082 ]. Los avances y
retrocesos del proceso colombiano mantiene algunas reflexiones apresuradas a considerar
como son los vanguardismos y estrategismos2 o la disputa de egos de individuos y
“dirigentes” en las organizaciones políticas que terminan lesionando la construcción
contrahegemónica; por otro lado, y no consideradas por la abstracción de la dinámica social
en el marco de la guerra, es el uso del lenguaje que fisuró los niveles de solidaridad que
históricamente han reivindicado como valor social a practicar. Esta idea no parte de un
determinismo homogenizante a dicha clase, sino que recupera el sentido de la pluralidad en
estos.

En segundo lugar, la política como relación de fuerza en Gramsci, ayuda a delimitar la


unidad de análisis en tanto que “Las clases subalternas sufren la iniciativa de la clase
dominante” (pág. 27) cabe resaltar que la enunciación se concatena con el párrafo anterior
por su especificidad: la clase dominante está unificada y es singular en tanto que ostenta
dominación, pero contrario en las subalternas. Retomando el prisma de análisis político de
Gramsci como relación de fuerza, que es la brújula política para caracterizar los conceptos

2
Se refiere a una usanza despectiva o menospreciativa del valor de la estrategia entre las diferentes
organizaciones e individuos.

8
y categorías comunes y estratégicas en los discursos, documentos, entrevistas y
elaboraciones teóricas de los subalternos en el pos-acuerdo.

Finalmente, en la definición de clases subalternas de Gramsci, cuando se refiere a que


“cualquier brote de iniciativa autónoma es de instable valor” (pág. 27) señala su valor
emancipador, que en palabras de Rancière (1996) se des-identifica del orden natural, pero
resalta la discontinuidad relacional de las clases subalternas en la construcción
contrahegemónica, esto es, en términos gramscianos es dialectico, es política.

La “política es asuntos de sujetos, o más bien de modos de subjetivación” [CITATION


Ran96 \l 3082 ], y “un modo de subjetivación no crea sujetos ex nihilo. Los crea al
transformar unas identidades definidas en el orden natural (…) en instancias de experiencia
de un litigio” (pág. 52) En este sentido, hablar de sujeto, en un nuevo momento político,
como lo es el acuerdo suscrito entre el gobierno nacional y las FARC-EP, consciente en
identificar a los diversos en su particular desarrollo de los modos de subjetivación, pero que
integran o conforman esas clases subalternas manteniendo las tres esferas de análisis
propuestas por Gramsci en clave de proponer un planteamiento estratégico a los grupos
subalternos en Colombia en la construcción contrahegemónica hacia la transformación
política, social, económica y cultural. Lo anterior, es hablar en proyección del sujeto
contrahegemónico, pero que indudablemente no emergerá de esta investigación, sino
reconociendo que “la constitución de sujetos específicos”, la toma de “sus nuevos nombres
(…) y (…) su tratamiento en un montaje específico” (pág. 57) depende del desarrollo
histórico de los mismos y su mirada común y estratégica.

Es así como esta investigación tuvo como pregunta central los elementos categóricos
comunes y estratégicos de los grupos subalternos en Colombia, hacia la construcción de un
sujeto contrahegemónico en el marco del posacuerdo para la transformación política, social,
económica y cultural. Para lo cuál se procedió metodológicamente a su resolución a partir
de cuatro partes, en la primera parte se realizó la revisión de las investigaciones sobre la
construcción estratégica de las clases subalternas en Colombia; la segunda parte, se
construyó una estructura teórica como lente de análisis central de investigación; la tercera
parte, consiste de una matriz categorial como propuesta metodológica para abstraer las

9
voces de los dispersos y la cuarta parte una aproximación de las principales dificultades que
los grupos subalternos.

La primera parte comprende el estado del arte de esta investigación, el cual explora las
investigaciones académicas y de los grupos subalternos para dar cuenta de las causas que
han originado la dispersión. Esto condujo al debate entre reforma y revolución que los
diversos grupos han tomado posición y determinado su horizonte estratégico y practicas
realizadas, así mismo, el proceso de identificación en los referentes político sociales
clásicos y contemporáneos que influyeron en la praxis en Colombia.

La segunda parte se centró en construir una estructura teórica que sirvió como enfoque para
el análisis de esta investigación. Para ello, se trabajaron cuatro categorías hegemonía,
sujeto y estrategia reconociendo su movilidad en el ejercicio práctico de fuerzas en
contienda.

El primer término que introdujo en esta investigación fue hegemonía, no como referencia
para el poder político sino como proceso de las clases subalternas. El acercamiento al
término se complejizó por las condiciones en que se elaboró y desarrolló la obra Cuadernos
de Cárcel de Antonio Gramsci; en esta investigación se utilizó la versión de Valentino
Gerratana. Así mismo, se afrontarán la categoría y subcategorías intervinientes que buscan
resaltar la importancia de este autor para la Ciencia Política.

Posteriormente, se abordó un debate teórico sobre el sujeto, ya que un epíteto recurrente en


la cotidianidad de las fuerzas sociales es la incapacidad de las clases subalternas a
unificarse, como bien se señala en el planteamiento de Gramsci, aunque discursivamente
sea enunciado. Para abordar el debate se tendrá tres teóricos influyentes Ernesto Laclau,
Chantal Mouffe y Jacques Rancière. La abstracción de los planteamientos de los tres
autores tuvo relevancia para el acercamiento practico que se sintetizó en la cuarta parte de
la investigación.

Finalmente, un sujeto sin estrategia, metafóricamente, sería un barco sin capitán, la


categoría ha estado relacionada a la guerra o doctrinas militares. Sin embargo, lo político
tiende a construirse como un tablero de operaciones donde se toman posiciones y se desatan

10
movimientos (según Gramsci) para la construcción de una hegemonía, sea de las clases
subalternas o la clase dominante. En este ejercicio se condensó el planteamiento de T. E.
Lawrence resaltando la ubicación desde el punto de vista de proceso social por fuerzas
contrahegemónicas.

La tercera parte buscó construir una matriz categorial como propuesta metodológica para
abstraer las voces de los dispersos. Para realizarla delimitó los grupos subalternos objeto de
estudio Unión Patriótica, Polo Democrático Alternativo, Congreso de los Pueblos, Marcha
Patriótica y Fuerza Alternativa del Común, de estos los presupuestos políticos que han
elaborado para afrontar lo que se ha denominado en Colombia como posacuerdo.

Al analizas las proyecciones se condensaron en cuatro ejes a saber, la descripción de los


grupos, sus categorías de análisis, las propuestas de sujetos y su visión de unidad y por
último las propuestas que condensan las ideas fuerza con que inciden en el escenario
político colombiano.

Finalmente, la cuarta parte de la investigación realizó una aproximación de las principales


dificultades que los grupos subalternos tienen desde el marco teórico construido en la
segunda parte. En esta se resalta, la identificación con respecto a sus representaciones, el
corto proceso que representan frente a la noción de sujeto político y los modos de
subjetivación, por último el marco de propuestas se relaciones a los enfoques de la
redistribución, el reconocimiento y la participación política.

11
1. ESTADO DEL ARTE

La revisión bibliográfica acerca de los grupos subalternos, que al final se referencia,


permite afirmar que los debates clásicos se desarrollaron en extenso textos sobre los que se
halla una amplia documentación, muy diferente de los debates contemporáneos que son
presentados, fundamentalmente, en revistas y compilaciones, pero que no buscan crear una
distancia sino converger cada vez con más procesos de transformación social. Además, el
examen permite mantener una mirada al pasado en la dicotomía reforma o revolución, la
cual se va matizando con nuevos conceptos, pero que evidencian un claro sentido de
radicalidad entre unos y otros.

El Estado del Arte construido se inicia con este debate remontando la mirada hasta el siglo
XIX y avanza con los referentes de los procesos revolucionarios para los subalternos: la
Revolución de Octubre y la Revolución Cubana. Conociendo estos procesos se explora el
proceso y contexto de la insurgencia con el cierre de lo que los académicos han
denominado la “segunda ola revolucionaria”. Posteriormente, se trabaja con los referentes
contemporáneos encarnados en el Foro de Sao Paulo (Brasil) y el Foro Social Mundial
como un proceso de renovación y activación de nuevos sujetos que se distancian de la
tradicional izquierda, pero que guardan el viejo debate entre reformistas y revolucionarios.
El contexto que este recorrido permite ubicar es cuales han sido los elementos que han
consolidado la dispersión en el caso colombiano al cual se dedican las últimas páginas de
este capítulo.

1.1 Debate clásico en los autores: Reforma vs. Revolución

12
El debate es clásico porque logra un diálogo permanente en nuestro presente, de Sousa Santos
(2014) nos introduce el tema planteando que: “las divisiones históricas entre las izquierdas se
justificaron por una construcción ideológica imponente” (p.145), Olmedas y Aceves (2011) precisa,
en “América Latina el debate entre reforma o revolución fue verdaderamente intenso durante la
década de los sesenta del pasado siglo” (p.279). Pero ¿cuál es el origen del debate y cómo se ha
conceptualizado? es un eje central para entender el hoy.

Un texto que describe el debate clásico de la izquierda es la compilación realizada por German
Rodas en 2009, en el que participan Beatriz Stolowicz, Amílcar Figueroa, Jaime Caycedo, Hugo
Moldiz, Roberto Regalado. Stolowicz (2009) en El debate actual: posliberalismo o anticapitalismo
nos propone, como punto de partida, la réplica de Rosa Luxemburgo a Eduard Berstein en su obra
Reforma o revolución publicada en 1899 para afirmar que no hay un antagonismo irreconciliable
sino la necesidad del horizonte donde se quiere llegar como movimiento para no plegarse a un juego
democrático liberal. Sin embargo, como veremos, la dualidad de origen histórico con medio siglo
antes, surgido por las interpretaciones y traducciones del Manifiesto del Partido Comunista y el
Mensaje del Comité Central a la Liga de los Comunistas escritos por Marx y Engels e incrementado
por este último con el libro La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850 de lo cual Regalado nos
brinda una narrativa pedagógica para la comprensión.

Con la intención de ubicar el punto de partido sobre este debate antes enunciado e introducir a
Roberto Regalado, es importante resaltar el contexto de la lucha por la hegemonía expuesto en el
trabajo de Wallerstein (1998) luego de un barrido muy amplio de la literatura sobre la competencia
por la economía-mundo entre Francia e Inglaterra en el siglo XVIII, Francia quedó subsumida en un
enfriamiento del proceso de modernización económico, técnico y tecnológico, mientras que Gran
Bretaña lo había consolidado mediante un proceso de, aproximadamente, dos siglos. El autor nos
plantea una comprensión relacional de la Revolución Francesa, más allá del acto o la burguesía
como único sujeto político, señalando que “desde el punto de vista de la economía-mundo
capitalista, [es] el momento en que la superestructura ideológica se puso por fin en el mismo nivel
de la base económica” (p.72), es decir, Francia caminaba hacia el fracaso si el pensamiento feudal
dirigía el modo de producción que incorporó la revolución industrial. Razón por la cual, la
Revolución Francesa fue un proceso para contener el rezago económico frente a Inglaterra e
impulsar para el país una renovación del proyecto productivo, para restaurar la hegemonía de la
economía-mundo capitalistas. Lo expuesto para comprender a partir del texto de Engels ¿por qué
Francia no tuvo las condiciones para una revolución socialista?, a la vez que saludó los avances del
Partido Socialdemócrata Alemán (PSD) con la incorporación procedimental del sufragio Universal

13
en 1886. Engels, subraya Regalado (2009), “valora la lucha electoral y parlamentaria como un
nuevo camino hacia la revolución, no hacia la reforma”(p.6)

La separación de la vía violenta a la electoral tomó forma en el PSD. El escrito de Marx y Engels,
Critica del programa de Gotha, la quinta ciudad de Alemania, trabaja en cinco capítulos críticos
sobre conceptos (trabajo, riqueza, medios de trabajo) y principios (internacional) del programa de
unificación de dos partidos liderados por Ferdinand Lasalle y Carl Marx. Frente a la asimetría de las
vías, Regalado (2009) ilustra que:

“una notable diferencia entre el concepto de revolución insurreccional […] y el nuevo


concepto de revolución electoral y parlamentaria que se instala en la escena hacia las
postrimerías del siglo XIX: la revolución ocurriría el día en que, mediante el sufragio
universal, el partido proletario alcanzara la mayoría absoluta en el parlamento, y allí
decretase la abolición del capitalismo y el inicio de la construcción socialista.” (p.8)

El debate tuvo su epicentro en Alemania , no obstante, éste tiene tres antecedentes desde 1884. El
pobibilismo en Francia fue una corriente que declinó de sus ideas y se caracterizó por impulsar
reformas principalmente desde los espacios locales de gobierno; el fabianismo en Inglaterra,
concibió el socialismo de forma gradualistas o etapista; el revisionismo se ha desarrollado desde la
formulación teórica, no como creación sino como capitulación al marco de inteligibilidad de los
sujetos políticos que buscan sitúan lo político de la revolución, es decir una contracción teorética
que no modifica el statu quo sino que lo concilia las posiciones de los grupos subalternos desde la
teoría (Regalado, 2009).

El reformismo fue planteado por uno de los tres discípulos de Engels, Eduard Berstein, luego del
acercamiento con el fabianista Sydney Webb (Regalado, 2009). La difusión de su pensamiento se
dio en artículos del periódico Neue Zeit titulado Problemas del socialismo, en 1888
Socialdemocracia y revolución en la sociedad y en 1899 en el libro Socialismo evolutivo
(Stolowicz, 2009); formulando “que la sociedad se encontraba en una constante evolución que
conduciría a la transformación gradual del capitalismo en socialismo” (Regalado, 2009, p. 12).

Stolowicz (2009) plantea que Berstein formuló el “reformismo pragmático”, en su síntesis la autora
señala una de las principales críticas que Rosa Luxemburgo planteó en Reforma o revolución, está
consistió en identificar las reformas sociales como un fin, he aquí que la discusión de no tener
horizonte se complejiza cuando Berstein reconoce no tener interés en la “meta del socialismo”

14
(estrategia) y para el cual el “movimiento lo es todo” (táctica). En palabras de otro crítico es: “una
forma de moderacionismo político, que establece como único método de acción política aquel en el
que el progreso, el desarrollo histórico, resulta de la dialéctica de conservación e innovación. En
lenguaje moderno este concepto se llama reformismo.” (Gramsci, 1981, p. 205)

Regalado (2009) señala la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Octubre como los
acontecimientos que perpetuaron esta distinción cuando los reformistas definen vincularse a la
primera gran guerra, sin reconocer que esta fue una lucha por el reacomodamiento geopolítico para
la extracción de recursos naturales y la actualización del aparato estatal, librada por los
empobrecidos para la burguesía, a la vez que, el reformismo mostrado como socialdemocracia ancló
su fin dentro del capitalismo logrando avanzar al Estado de Bienestar en Europa occidental en la
posguerra. Borón (2004) señalaría que “Un siglo de reformismo socialdemócrata en Occidente
demostró irrefutablemente que las reformas no son suficientes para “superar” el capitalismo”; o, en
palabras de Sousa Santos (2014), “[...] en la Europa más desarrollada el llamado “capitalismo
democrático”, un sistema de economía política basado en la idea de que, para ser compatible con la
democracia, el capitalismo debería ser fuertemente regulado” (p.159).

En América Latina, afirma Stolowicz (2009) “se convirtió en un debate táctico de una trágica
esterilidad. Pletórico de reduccionismo y falsas dicotomías, tuvo efectos perdurables en las
dificultades analíticas de la izquierda, que fueron convenientemente explotadas por la derecha” y
aseguran los editores de La nueva izquierda en América Latina Chávez, Rodríguez y Barretl (2008)
que “la tendencia dominante en la izquierda latinoamericana giró de la revolución armada a la
reforma por vía electoral y la protesta popular” (p.32)

Finalmente, el debate clásico sigue cuestionando nuestro presente y las proyecciones de cara al
mañana. Borón (2004) quiere resaltar la importancia de abrir o repensar las tácticas, mecanismos o
medios del actual ciclo progresista en América Latina. Con un tono entre pesimismo y conformismo
de la cual invita a recordar:

“que en nuestros países los desafíos que las reformas plantean a los “señores del dinero”
dieron lugar a feroces contrarrevoluciones que ahogaron en un baño de sangre a las
tentativas reformistas. De modo que nadie crea que al hablar de reformas se piensa en un
debate cortesano y caballeresco acerca de los bienes públicos” (p.50)

15
1.2 Referentes históricos, políticos, culturales y económicos que consolidaron el debate
reforma vs. revolución.

Los procesos de transformación social, como se observó, vienen relacionados entre


reformas y revoluciones, que han, como diría el periodista John Reed, estremecido el
mundo que vivimos por los efectos internos y externos. Estos a su vez se han convertido en
símbolos (Wallerstein, 2003), referentes (Monedero, 2007; Holloway, 2002), modelos
(Monedero, 2007) que han dado impulso a proyectos de transformación social como lo
fueron la Unión de Repúblicas Soviéticas y la Revolución Cubana.

1.2.1 La Unión Soviética

Erick Hobsbawn llamó de “corto” el siglo XX en la obra “Historia del siglo XX”, la temporalidad
que usó inició en 1917 con la Revolución de Octubre y lo concluyó con el derrumbe de la Unión de
Repúblicas Soviéticas en 1991. Sin embargo, podemos referenciar, sin temor a equívocos, que el
proyecto ruso tuvo su antesala práctica, aún muy discutido (Wallerstein, 1998), con la Revolución
Francesa de 1789. Acontecimiento objeto de investigación por Marx y Lenin en El dieciocho
brumario de Luis Bonaparte y Estado y Revolución, respectivamente, dando bases analíticas y
conceptuales sobre cual sería la estrategia y táctica del proyecto revolucionario que se debía cursar.

En la Rusia zarista predominó el feudalismo y fue uno de los temas de estudio, desde el marco
teórico construido por Carl Marx en el Capital, emprendido por Lenin en la obra El desarrollo
capitalista en Rusia, que le ayudó a identificar para la praxis, el sujeto revolucionario, las alianzas y
los puntos débiles de la monarquía. No obstante, las opiniones sobre la Revolución de Octubre han
sido variopintas, García (2017) plantea dos reducciones recurrentes sobre el proceso de la
Revolución de Octubre entre defensores y detractores: una es la ocupación de instalaciones de
gobierno por parte de la sujeto revolucionario (campesinos y obreros) que antes gobernaban en los
Soviets; la otra es la insurrección armada de las masas que imponen un nuevo gobierno, muy
criticada por la decisión de la dirigencia, causando rupturas internas partidarias entre los que
comulgan frente al método en su momento y la apologética reducción instrumentalizada del
concepto de violencia por sus detractores que hacen parte del movimiento y los que defienden el
statu quo. Sin embargo, lo que nos interesa referenciar para este apartado son los debates que la
Revolución ha suscitado para entender un pasado que marca nuestro presente desde la existencia del
llamado socialismo real, de cual se ha trabajado por académicos como: Hobsbawn, Adolfo Sánchez

16
Vázquez, Rudolf Bahro, Enrique Dussel, Claudio Katz para demostrar su existencia o no, como
afirman algunos de ellos que se mueven entre lo radical y lo pragmático.

El primer punto que construye un quiebre paradigmático en la construcción de los procesos de


transformación, es el distanciamiento entre el estilo soviético y el chino. Escárzaga (2001) analiza
que esta ruptura tiene origen en 1956 en el XX Congreso de Partido Comunista de la Unión
Soviética que oficializa el proceso de desestalinización (iniciado en 1953), pero en el fondo era una
lucha por la dirección política del movimiento revolucionario internacional, siendo que la estrategia
China partía y reconocía el proceso de colonización de los Estados capitalistas hegemónicos. Lo
anterior, en América Latina tiene su cúspide entre mediados de la década de los 50 y 60.

El segundo se refiere a los programas impulsados por Mijaíl Gorbachov: la perestroika y el


glásnost, ambos proyectos de reforma que impulsaron una reestructuración económica y el otro al
sistema político, respectivamente, con la idea de perfeccionar el proceso que había iniciado en
1917. Sin embargo, se hallan posiciones como la de Regalado (2009), el cual sostiene que esto fue
el desmonte de dicho proyecto. Sobre la base de lo anterior, se desprende el tercero de este quiebre,
la caída del Muro de Berlín en 1989 y la celebración de elecciones para la unificación de las dos
alemanias3 que fue el inicio del efecto dominó separatista de la URSS en los países agrupados en la
Europa oriental (Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Albania, Yugoeslavia y Rumania).
Acontecimientos presentados por la vía violenta principalmente (Bonilla-Molina; El Troudi, 2004)
y, que contrastado a la crítica que realiza García Linera (2017) se hace evidente la reducción
instrumentalizada del concepto de violencia que depende inexorablemente de la posición ideológica
o de principios que tiene cada observador en la interpretación de un proceso.

En la serie de maniobras políticas realizadas por la Unión Soviética para existir, se desarrolló el
Encuentro de Partidos y Organizaciones de Izquierda de América Latina y el Caribe (del cual se
hablará más adelante). Evidenciando la dispersión por las decisiones y acontecimientos de la URSS
y un fuerte debate sobre la crisis del socialismo, el modelo de construcción y las políticas aplicadas
(Regalado, 2008). En palabras de Monedero (2007) la “falta de modelos políticos hace que el
impulso político esté más guiado por lo que no se quiere que por lo que se quiere” (p.29), y frente a
lo que se quiere también se expresan sus dificultades, que servirán de enganche a los diferentes

3
Habrá de hacer una claridad a lo que se conoce como “dos alemanias” para no tener una lectura histórica
lineal. Alemania en la posguerra estaba dividida ideológicamente en la disyuntiva: capitalismo-comunismo,
no obstante, estaba ocupada por soviéticos (al oriente) y por estadounidenses, ingleses y franceses al
(occidente). Esta representación fue lo que se denominó mundo bipolar, la cual tuvo implicaciones políticas,
económicas y culturales a escala global.

17
grupos subalternos para realizar su crítica, que termina distanciando la voluntad política para
construir proyectos convergentes de objetivos claros, entre esas dificultades se resalta que:

“El socialismo del siglo XX, antes que heroico y terrible, fue ingenuo. De ahí que todas
ellas señalen problemas similares: el vanguardismo (sólo la cúpula sabe); el verticalismo y
el autoritarismo (un centralismo democrático que era centralista y nada democrático); la
copia de modelos foráneos; el teoricismo (la teoría como realidad incontrovertible); el
dogmatismo (aplicar la ideología como catecismo); el estrategismo (sacrificar la realidad
concreta al gran plan); el subjetivismo (confundir los deseos y la situación personal con la
realidad social); la concepción de la revolución como asalto al poder; la insuficiente
valoración de la democracia; la consideración de los movimientos sociales como simples
correas de transmisión; el desprecio a los valores religiosos; el machismo o la
gerontocracia.” (Monedero, 2007. p. 48)

1.2.2 La Revolución cubana y las insurgencias en América Latina

El primero de enero de 1959 el Movimiento 26 de julio (M-26-7) llegó al poder político,


económico, social y cultural en la isla caribeña de Cuba y creó un referente latinoamericano
para la historia continental (Salazar Navarro, 2015; Careaga, 1997; Salazar, 2011; Rey,
2016). Hace parte de lo que se ha denominado la segunda “ola revolucionaria” constituida
por insurgencias (Regalado, 2008, 2009; Chávez, 2008; Salazar Navarro, 2015), la cual se
incubó no en un contexto económico como la primera ola, sino en una acumulación cultural
de los países del “tercer mundo” (Salazar Navarro, 2015), o la cristalización de un
pensamiento avanzado, diría el cineasta cubano Julio García Espinosa, que detonó en la
década de los 60.

Rey (2016) presenta en su artículo la tesis del cambio en la concepción de revolución, a


través de un análisis histórico en el que sitúa, a su vez, los debates sobre las vías que
polarizaron la izquierda latinoamericana. No obstante, es pertinente resaltar cuatro
planteamientos sobre la trascendencia de la Revolución cubana en el texto Del etapismo a
la inmediatez. Debates en torno a la idea de revolución en América Latina a partir de 1959
del autor. Uno, la importancia de haber creado y recreado un acontecimiento que ha logrado
ser una representación espacial e iconográfica para la región, que no logró impregnar, con
la misma contundencia, la Revolución de Octubre. Dos, la concreción de proyectos

18
frustrados por el colonialismo español y estadounidense, ubicando en el sentido común
cubano la vigencia del pensamiento de José Martí. Tres, la ruptura de la tradición francesa
y soviética, que la ilustra más concretamente Salazar (2011) cuando afirma que “eligió
primero la guerra”, antes que la organización de masas. Y cuatro, la posición político-
ideológica frente a Estados Unidos.

Al observar la trascendencia para el movimiento socialista latinoamericano habrá de


resaltar el debate que consolidó otra línea de la dispersión. El triunfo del M-26-7 se
configura en el referente para las guerrillas que coexistían en el continente, el Movimiento
de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T) afirmó en un comunicado 4 de 1968 que “los
principios básicos de una Revolución Socialista están dados y experimentados en países
como Cuba y no hay más que discutir”, un fenómeno que para Salazar (2011) prevalecería
“varias décadas [esa estrategia revolucionaria] asociada al triunfo de la Revolución Cubana
dominó la política insurreccional en América Latina” (p. 175), con una complejidad al
totalizar el carácter de la revolución y al crear un debate procedimental para llegar al poder.
La controversia uruguaya se observa en la obra de Rodney Arismendi Lenin, la Revolución
y América Latina, dedicada al movimiento socialista en Latinoamérica, a Fidel, al “Che”
Guevara y a lo jóvenes militantes uruguayos.

La estrategia que vino a impulsar la Revolución Cubana se identifica en dos niveles, el


primero, discursivo con un cambio de eje al pasar de la contradicción socialismo-
capitalismo a sur-norte, es decir, la visión entre imperialismo y pueblos oprimidos,
tomando un significado épico que un pequeño (Cuba) estuviese libre del dominio político
imperial (EEUU). Segundo, priorizar la insurrección armada en los pueblos donde
existieron insurgencias para acelerar la revolución y no estancarse en las etapas; luego del
triunfo se inició un proceso de inspiración en cabeza de Ernesto Guevara en la práctica y
con textos como Guerra de guerrillas que esboza el planteamiento de focos, la cual
desarrolla el filósofo francés althuseriano Régis Debray, sobre este es lo que se conoce en
los códigos de la izquierda como teoría de focos o grupo de vanguardia (Salazar, 2011).
En algunos casos este planteamiento es nombrado despectivamente como foquismo o

4
Disponible en http://www.cedema.org/ver.php?id=1722

19
vanguardismo, que consistió en una lógica de tres esferas priorizadas así: lo armado – la
vanguardia – la conciencia.

La experiencia cubana transmitió a Latinoamérica, con gran trascendencia, “el rumbo


revolucionario [y la originalidad de la noción de] “hombre nuevo”, arquetipo de una nueva
moral (Salazar Navarro, 2015, p. 115), que además se circunscribió en un contexto
internacional de contra-cultura, muy variopinto en el campo artístico, simbólico, político,
literario y en el cine, donde los intelectuales y artistas tomaron un papel relevante.

De otro modo, el remozamiento político de Cuba en el contexto mundial bipolar entre


EEUU versus. URSS (capitalismo versus “Socialismo”) y el asesinato de John F. Kennedy,
estremeció las medidas políticas, militares, económicas, sociales y culturales de Estados
Unidos con:

la Doctrina Johnson, la cual proclama abiertamente que los Estados Unidos


prefieren contar con aliados seguros a tener vecinos democráticos. La Doctrina
Johnson fue la plataforma de lanzamiento de las dictaduras militares de «seguridad
nacional», que ejercieron, con brutalidad sin precedentes, la capacidad represiva de
las fuerzas armadas. (Regalado, 2008, p. 17)

Paralelamente, donde fueron incubadas las dictaduras y gobierno civiles de corte


autoritario, surgieron movimientos insurgentes de influencia soviética y china e
incorporaron un referente, Vietnam, por su triunfo ante la invasión de Estados Unidos.
Regalado ofrece un recuento de ese proceso:

en Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional; en Argentina, los


Montoneros, las Fuerzas Armadas Peronistas, Fuerzas Armadas Revolucionarias, el
Partido Revolucionario del Trabajo y el Ejército Revolucionario del Pueblo; en
Uruguay, el Movimiento Nacional de Liberación Tupamaros; en Brasil, el
Movimiento Revolucionario 8 de Octubre, Vanguardia Popular Revolucionaria y
Acción Liberadora Nacional, esta última encabezada por Carlos Mariguela; en
Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el Ejército de
Liberación Nacional y el Ejército Popular de Liberación; en México, el Movimiento

20
de Acción Revolucionaria y el Frente Urbano Zapatista; y en Puerto Rico, los
Comandos Armados de Liberación y el Movimiento Independentista
Revolucionario. (Regalado, 2008, p. 18)

La segunda ola revolucionaria inspirada en la estrategia cubana insurreccional armada dejó


un clima de favorabilidad para la isla y Nicaragua con el ascenso del Frente Sandinista de
Liberación al poder político (Regalado, 2008, 2009; Chávez, 2008; Salazar Navarro, 2015),
las demás insurgencias sufrieron un variado proceso entre la disolución, la desarticulación y
transformación de los sujetos que representaron.

1.2.3. Cierre de ciclo de la insurgencia en América Latina

El desgaste producido en treinta años de lucha armada en el continente, donde no se


favoreció el triunfo militar de las guerrillas o de los gobiernos, se cerró entre dos
perspectivas. La primera, ligada al hegemón mundial de Estados Unidos en la necesidad de
sostener geopolíticamente países para el desarrollo del capital, que Arendt (1998) lo planteó
como “El proceso ilimitado de acumulación de capital [que] necesita la estructura política
de un «Poder tan ilimitado» que pueda proteger a la propiedad creciente, tornándose
constantemente cada vez más poderoso. (p.131)”. Para el caso continental se aplicó el
proceso de democratización, que “consistió en el restablecimiento de la institucionalidad
democrático-burguesa pactado entre los gobernantes militares salientes y los partidos
políticos tradicionales. El objetivo del pacto era sustituir las dictaduras militares por
democracias restringidas” (Regalado, 2008, p.19).

La segunda corresponde a los procesos que buscaron una salida política a los conflictos
político-armados presentes en la región, con contenidos muy variados, pero sin cambios
notorios (tendiendo a nulos) en la estructura de poder político y económico, sino dando vía
a la movilización social y a la lucha electoral, treinta años relegada que causó nudos en los
pueblos para agrupar los matices que conformaron a los subalternos. Esta fase se cierra
“oficialmente” con los acuerdos de paz en Salvador en 1992 (Chávez, 2008; Regalado,
2008). En la siguiente tabla se relaciona la situación de las insurgencias del continente:

Tabla 1: Situación de la insurgencia latinoamericana 1960-2018

21
América del Sur
País Nombre Estado Comentario
Argentina Alianza Anticomunista Argentina Desarticulada en 1975
Argentina Ejército Guerrillero del Pueblo Disuelta en 1964
Argentina Ejército Revolucionario del Pueblo Desarticulada en 1976
Argentina Fuerzas Armadas Peronistas Desarticulada en 1973
Argentina Fuerzas Armadas Revolucionarias Fusionada Con Montoneros en 1973
Argentina Montoneros Disuelta en 1980
Argentina Movimiento Nacionalista Tacuara Disuelta en 1965
Argentina Movimiento Todos por la Patria Disuelta en 1989
Argentina Uturuncos Disuelto
Bolivia Fuerzas Armadas de Liberación Zárate Disuelta en 1991 Casi todo los miembros asesinados
Willka
Bolivia Ejército de Liberación Nacional (ELN) Disuelto en 1967
Bolivia Comisión de Néstor Paz Zamora Disuelta
Bolivia Ejército Guerrillero Túpac Disuelto en 1992
Katari (EGTK)
Bolivia Partido Obrero Revolucionario Transformado para Durante la dictadura militar se
1947 diluyo/absorbió por el movimiento obrero.
Brasil Movimiento Revolucionario 8 de Transformado en 1985 a
Outubro (MR-8) partido político
Brasil Ação Libertadora Nacional (ALN) Disuelto en 1985
Colombia Ejército de Liberación Nacional (ELN) Activo Se encuentra en negociaciones para
alcanzar acuerdo de paz
Colombia Fuerzas Armadas Revolucionarias de Transformado en 2016 a
Colombia (FARC) partido Político
Colombia Movimiento 19 de abril (M19) Transformado en 1990 a
partido Político
Colombia Ejército de Popular de Liberación (EPL) Se desmovilizó en 1991 Disidencias activas
Colombia Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) Desarticulada en 2007
Colombia Movimiento Armado Quintín Disuelta en 1991 Su estado fue decisión de la comunidad
Lame (MAQL) indígena
Colombia Movimiento Jaime Bateman Fusionó en 1997 Con Ejército de Liberación Nacional (ELN)
Cayón (Bateman Cayon)
Colombia Ejército Revolucionario Desarticulada en 2008
Guevarista (ERG)
Chile Ejército de Liberación Nacional (ELN) Disuelta en 1973 Algunos miembro fueron a parar al ELN de
Bolivia.
Chile Frente Patriótico Manuel Transformado en 2003 a
Rodríguez (FPMR) partido político
Chile Movimiento de Izquierda Partido político 1980- Las divisiones y el éxodo lo dejo sin
Revolucionaria (MIR) 1990 militancia
Chile Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) Disuelta en 1994
Chile Vanguardia Organizada del Disuelta en 1971
Pueblo (VOP)
Ecuador Alfaro Vive ¡Carajo! (AVC) Movimiento social Realizó entrega de armas en 1991
Guyana Frente Nacional de Liberación de Partido político en1985
Guayana
Perú Partido Comunista del Perú - Sendero Derrotado militarmente Disidencias activas en la zona de Hullagana
Luminoso (PCP-SL) en 1993
Perú Movimiento Revolucionario Túpac Inactivo desde 1997
Amaru (MRTA)
Perú Movimiento de Izquierda Desarticulada en 1965 Una fracción hizo parte del MRTA
Revolucionaria (MIR)
Perú Ejército de Liberación Nacional (ELN) Desarticulada en 1965
Perú Partido obrero revolucionario - Brigada Inactivo a finales de la
Remigio Huamán (POR) década del 60
Surinam "Jungle Commando" o Ejército de En 1991 negocia tregua

22
Liberación Nacional de Surinam
Uruguay Movimiento de Liberación Nacional - A partido político en Integrando el Frente Amplio
Tupamaros (MLN-T) 1989
Paraguay Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) Activo
Paraguay Ejército Paraguayo Revolucionario (EPR) Inactivo
Paraguay Movimiento Paraguayo de Inactivo
Liberación (Mopal)
Paraguay Frente Unido de Liberación Nacional Inactivo
(Paraguay) (Fulna)
Venezuela Bandera Roja (BR) Partido Político en 1993 Algunas fracciones conformaron el
Movimiento V República (MVR)
Venezuela Fuerzas Armadas de Liberación Disuelto en 1969
Nacional (FALN)
Venezuela Fuerzas Bolivarianas de Liberación- Activo
Ejército Libertador (FBL-EL)

América Central y el Caribe


País Nombre Estado Comentario
Costa Rica La Familia Disuelto en 1981 tras Esta insurgencia no tuvo nombre, “La
operativo policial familia” fue una clave popularizada
Cuba Movimiento 26 de Julio (M-26-7) Disuelto tras el triunfo Revolución cubana
de la Revolución
cubana
El Salvador Frente Farabundo Martí para la Transformado en 1992 a Compuesto por: Fuerzas Populares de
Liberación Nacional(FMLN) partido político Liberación "Farabundo Martí" (FPL), el
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP),
la Resistencia Nacional (RN), el Partido
Revolucionario de los Trabajadores
Centroamericanos (PRTC) y el Partido
Comunista Salvadoreño (PCS). El primero
optó por disolverse en 1995 dentro del
FMLN
Archipiélago de Alianza Caribeña Revolucionaria Disuelta en 1989 Su centro de acción fue el archipiélago,
Guadalupe pero buscó la independencia colonial de
Francia en Martinica, Guyana y Guadalupe
Guatemala Unidad Revolucionaria Nacional Transformado entre Compuesto por: Ejército Guerrillero de los
Guatemalteca 1996 a 1998  a partido Pobres (EGP), la Organización del Pueblo
político en Armas (ORPA), las Fuerzas Armadas
Rebeldes (FAR), y el Partido Guatemalteco
del Trabajo (PGT).
Honduras Movimiento Popular de Liberación 1990 Solo se toma en consideración la fecha
Cinchonero - MPLC porque marca la descomposición interna del
grupo lo que termina dejando sin
importancia al movimiento.
México Ejército Zapatista de Liberación Activo
Nacional (EZLN)
México Ejército Popular Revolucionario (EPR) Activo
México Ejército Revolucionario del Pueblo Activo
Insurgente(ERPI)
México Fuerzas Armadas Revolucionarias del Activo
Pueblo(FARP)
México Tendencia Democrática Revolucionaria- Activo
Ejército del Pueblo (TDR-EP)
Nicaragua Frente Sandinista de Liberación Partido Político Triunfa por la vía insurreccional en 1979.
Nacional (FSLN)
Puerto Rico Fuerzas Armadas de Liberación Disuelto en 1983

23
Nacional (FALN)
Puerto Rico EPB-Macheteros (EPB-M) Activo
República Movimiento Revolucionario 14 de Disuelto en 1968
Dominicana Junio (14J)
Fuente: Elaboración propia. 2018.

En síntesis, la anterior tabla nos muestra un total de 61 guerrillas en el continente desde


México hasta la Patagonia (Argentina), incluyendo las islas del caribe. El proceso se
encuentra de la siguiente manera al año 2018: 20 disueltas, 13 se transformaron a partidos
políticos o movimientos sociales, 9 se hallan activas, 7 fueron desarticuladas, 5 inactivas, 2
se fusionaron y derrotadas, tregua o desmovilizadas cada una respectivamente.

De este modo, podemos concluir que prevalece una voluntad por parte de los actores
armados de superar la situación del conflicto militar para ingresar a la lucha del poder
político en el escenario de la democracia liberal, de la mano de otros actores sociales que
amplían el horizonte de sus reivindicaciones y los métodos o caminos para hacer efectivo el
goce de derechos que las dictaduras y los gobiernos autoritarios constituyeron en los
distintos países relacionados en la Tabla 1, además, permite soslayar la imposibilidad de un
triunfo militar entre los gobiernos y las insurgencias en los países latinoamericanos.

1.3 Referentes históricos, políticos, culturales y económicos contemporáneos

El punto 1.2 de este estado del arte analizó aquellos referentes clásicos, de ellos se resaltó
los debates que siguen vigentes, en esta parte al decir contemporáneos se entiende en
alguna medida por haber o superado, renovado, o consensuado los debates que marcaron
esa historia de los clásicos que proyectaron la revolución social en el Mundo. Pero es
también contemporáneo para establecer una noción temporal de cercanía o experiencia a las
generación que empiezan a tomar el liderazgo de estos procesos. Por ello se analiza el Foro
de Sao Paulo y el Foro Social Mundial resaltando sus avances y retrocesos.

1.3.1 Foro de Sao Paulo (FSP) y Foro Social Mundial (FSM)

24
El ocaso de la “segunda ola revolucionaria” es, a su vez, el crepúsculo de la “tercera ola” (solo para
continuar con etiquetas temporales antes nominada) o como nombraría Chávez (2008) “la nueva
izquierda” la cual está directamente relacionada al negativo proceso de democratización del
continente, o, en palabras de Borón (2004), “se relaciona íntimamente con el fracaso de los
capitalismos democráticos en la región” (p. 46).

La fase de la nueva izquierda tiene como punto de partida el llamado Consenso de


Washington de 1989, término acuñado por el economista John Williamson, el cual proponía
una serie de reformas macroeconómicas como “disciplina fiscal, reordenación de las
prioridades del gasto público, reforma tributaria, liberalización de las tasas de interés, tipo
de cambio competitivo, liberalización del comercio y la inversión extranjera directa,
privatización, desregularización y derechos de propiedad” (Williamson, 2003), que
operaron en Latinoamérica.

Lo anterior dio lugar a pensar un nuevo escenario de diálogo para el reacomodamiento


estratégico que tomaría el nombre de “ciclo progresista” (García, 2017, Castañeda, 1993).
El evento fue impulsado por Fidel Castro Ruz y el Partido de los Trabajadores (PT) de
Brasil bajo el nombre de Encuentro de Partidos y Organizaciones de Izquierda de América
Latina y el Caribe o mejor conocido como el Foro de Sao Paulo, no obstante, luego de un
amplio barrido bibliográfico, se puede aseverar que poco se ha escrito sobre este tema de
magnitudes socio-políticas de gran trascendencia, una de ellas la reconfiguración de la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible impulsando la discusión del desarrollo no desde
la productividad, sino del ser humano sobre la base del concepto de Amrthya Sen: enfoque
de oportunidades.

La interpretación más detallada del Foro la brinda Roberto Regalado con su obra
Encuentros y desencuentros de la izquierda latinoamericana: Una mirada desde el Foro de
São Paulo, siendo tal vez, diría Walter Pomar en el prólogo de la misma, “el primer intento
de presentar la historia del Foro de São Paulo” y, por haber sido una persona desde el inicio
de este proceso, que junto a Nani Stuarts, permite discurrir entre lo formal (documentos y
declaraciones), lo real (la praxis) y los acuerdos para su consolidación. Sin embargo, las
criticas saltan de izquierda a derecha, los primeros desempolvando el clásico debate de

25
reforma o revolución lo tildan de vacilante e inútil; los segundos, de ser un espacio que
incita al terrorismo.

El Foro latinoamericano fue celebrado en junio de 1990 en la ciudad de São Paulo en el


Hotel Danubio, en el contexto de un evento internacional-cultural de magnitud que solapó –
mediáticamente– dicho encuentro, la Copa Mundial de Futbol Italia ’90. Pertinente esta
referencia para destacar tres sucesos dentro del mismo, primero, la delegación anfitriona
participó activamente cuando la selección de futbol de Brasil quedó eliminada del torneo;
segundo, se suspendió la lectura, contribuciones y aprobación de la declaración política del
Foro porque se jugaba la semifinal del torneo de futbol entre Italia y Argentina y, tercero,
efecto de lo segundo, no se presentó el análisis de los comicios electorales de Perú cuando
ascendió Alberto Fujimori al ejecutivo de gobierno de ese país.

El Foro de Sao Paulo por su composición: socialistas, socialdemócratas y progresistas, daba la


impresión de un ajuste de cuentas necesario para hallar la verdad, siendo que los referentes clásicos,
la URSS y Cuba, venían en descomposición y estancamiento, respectivamente, cabe resaltar que
Cuba pronto entraría al conocido periodo especial 5. Superado el debate, los temas discutidos fueron:

“primero, «Las alteraciones en el orden internacional y su significado para América Latina


y el Caribe», subdividido para tratar, por una parte, «Los cambios en el sistema capitalista
mundial» y «El impacto de la ofensiva neoliberal» y, por otra, «La crisis del llamado
socialismo real»; segundo, «Balance de las luchas por la democracia y el socialismo en el
continente»; y, tercero, «Los problemas estratégicos de la lucha por el socialismo». Cada
uno de esos asuntos contó con ponencias introductorias a los debates, que reflejaban la
diversidad de puntos de vista de los participantes.” (Regalado, 2008, p.37-38)

Sobre lo anterior, los 48 sujetos políticos entre partidos, movimientos y organizaciones acogen por
unanimidad su declaración política con los siguientes ejes centrales: continuar con el espacio del
Foro en diferentes países, crear una agenda para analizar y estudiar temas específicos, el
compromiso de los asistentes a la construcción de un socialismo que reconozca las raíces de sus
pueblos corrigiendo las deficiencias de otras experiencias y renovar las relaciones internacionales

5
Llamado aquel tiempo de crisis económica por de doble incidencia: una la disolución de la Unión Soviética
y el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), es decir, cierre de las relaciones comerciales y; dos la
tensión económica de embargo por EEUU.

26
continentales desde el concepto de la soberanía y la autodeterminación a cambio de sepultar el
intervencionismo del sistema mundo capitalista.

El Foro se ha seguido desarrollando, el último de los encuentros fue en Managua (Nicaragua) el 10


de enero de 2017 y proclamó el Consenso de Nuestra América. Proyecciones para un programa
político de acuerdos de la izquierda, los partidos y movimientos populares de América Latina y el
Caribe6. Hay que resaltar los avances y retrocesos en la dialéctica del movimiento histórico, para lo
cuál se ilustra en los siguientes mapas, las particularidades señalando en rojo los países que son
dirigidos por partidos o movimientos adscritos al Foro de Sao Paulo:

Mapa comparado del avance de partidos, movimientos adscritos al Foro de Sao Paulo desde el 2011
al 2018

Partidos adscritos al FSP que gobernaron en Partidos adscritos al FSP que gobiernan en
2011 2018
Fuente: elaboración propia.

Chávez (2008) brinda cinco características de la nueva izquierda Latinoamericana, luego de una
exposición de siete casos (Brasil, Venezuela, Uruguay, Colombia, Argentina, México y Bolivia),
que constan de una pluralidad de estratégicas y articulación de formas organizativas
6
Disponible en: https://elsudamericano.wordpress.com/2016/01/11/1o-declaracion-del-foro-de-sao-paulo/

27
descentralizadas, multiplicidad de bases sociales y agendas políticas, relieve de la sociedad civil,
reformismo y la profundización de la democracia. La cual nos permite observar una maduración de
los grupos subalternos que buscan construir un proyecto contrahegemónico.

A nivel mundial, se halla el Foro Social Mundial (FSM), sobre este aún no se ha consensuado sus
antecedentes, para unos inicia en 1988 y para otros en 1999; una idea sobre éste debate lo presenta
el economista Jordi Calvo Rufanges en El Foro Social Mundial: Nuevas formas de hacer política,
expone un barrido histórico sobre este debate académico. No obstante, el primer FSM se realizó en
la ciudad de Porto Alegre, Brasil en enero de 2001 con tres apoyos el Partido de los Trabajadores
(PT), Attac Francia y Le Monde Diplomatique (de Sousa Santos, 2008; Calvo, 2008 y Santana,
2014)

Siguiendo a Jordi Calvo, quien presenta el FSM como un “sujeto emancipatorio que ha
universalizado a escala planetaria los derechos sociales, que propone una justicia global que
incorpora dimensiones ecológicas, económicas, sociales, políticas y de derechos humanos y que
propugna una globalización con justicia que erradique la pobreza del mundo” (p. 16). Esta
concepción de universalización es lo que constituye el movimiento altermundista con cuatro
características, la primera, “la utilización de las redes de internet para las convocatorias, para la
intercomunicación, para el intercambio de ideas y propuestas [… segunda] el carácter diverso y
plural de las movilizaciones. [… tercera] las formas de expresión de estos movimientos son en su
mayoría movilizaciones pacifistas, que reclaman una profundización de la democracia. [… y cuarta]
los nuevos movimientos reivindican la horizontalidad” (Santana, 2014, p. 274) de Sousa Santos
(2008) sostiene que la herencia clásica de la modernidad occidental queda contraída por lo
variopinto de las expresiones del FSM y sus repertorios de movilización (p.3)

Por otro lado, el FSM no está exento de discusiones, sobre estas de Sousa Santos hace una síntesis
en El Foro Social Mundial y la izquierda global. Los debates se articulan, se discriminan con las
siguientes preguntas ¿Cuáles son los objetivos concretos y principios? ¿Qué conforma su base
ideológica y su composición orgánica? ¿Cuál es su autonomía financiera? ¿la transparencia
decisional de su estructura, que no lo es, pero decide? Y ¿los límites y alcances globales que tiene?
No obstante, lo anterior no lo es todo, otro tema trascendental para el Foro y que ha tomado fuerza
es sobre la continuidad del mismo ya que se arguye un agotamiento de su potencial y por tanto se
cuestiona su existencia.

28
El autor, de Sousa Santos (2008), expone dos argumentos para demostrar porque la afirmación de
agotamiento y existencia carece de sustento. El primer argumento consta de dos categorías, la
novedad que este representa frente a lo clásico lo cual recoge las tres primeras preguntas del párrafo
anterior y las dos siguientes por el horizonte o punto de llegada del mismo. Segundo, su capacidad
de corrección y autorreforma, que el autor no halla en el amplio espectro de la izquierda clásica y
hasta contemporánea. Y tercero, versa sobre la transformación o extinción del FSM, para el autor es
poco viable que esta no alcanza a crear un debate dentro del Foro más allá de calificativos pero sin
consecuencias y por tanto nulas.

Analizando la información entregada por Calvo y de Sousa Santos, se puede ubicar que la novedad
del Foro radica en la corrección y autoreforma sin desconocer la versatilidad de la estructura
carecida en lo clásico. Los niveles de jerarquía y egos consolidados en el pasado no pueden
justificarse, pero tampoco es ajustar cuentas teniendo como referente las condiciones del presente
cuando la historia ha transitado de un ejercicio del poder y la acumulación basado en la dominación
a la hegemonía, el primero coercitivo; el segundo un equilibrio entre lo factico y la persuasión; que
sin lugar a dudas cambia las condiciones de la acción política. El primer y tercer argumento es un
retorno al pasado, en uno es revivir el espectro que recorre la unidad: reforma o revolución; el otro
recuerda la discusión de Lenin en su texto La liquidación del liquidacionismo de 1909 pero esta vez
en suprimir un sujeto político que no es el proletariado sino un actor que amplía las dimensiones de
la justo, relaciona conocimientos y contiene la globalización, tarea nada despreciable para el gigante
que estos afrontan.

1.3.2 Avances y Retrocesos

El capitalismo estadounidense ha tenido una ágil readaptación política, económica, social y


cultural para mantener a América Latina, entre dictaduras militares y gobiernos autoritarios
a democracias restringidas (o “democracia de derechos”), este último es “un esquema único
de gobernabilidad democrática para la región, sujeto a mecanismos de dominación
transnacional” (Regalado, 2008, p. 21), por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional
FMI.

El modelo de gobernabilidad democrática tuvo un giro velado el 11 de septiembre de 2001,


en este se incuba “el esquema único de democracia neoliberal” (Regalado, 2008, p.22), que
envuelve un cambio electoral del líder ejecutivo atados al proyecto económico, pero con la

29
incorporación de la izquierda en el establecimiento (Zemelman 1999). Lo que implica un
cambio de forma radical, la cual no persigue al distinto sino que lo copta. Es decir, el
sistema capitalista y el modelo neoliberal absorbe la tesis la cuál sustenta que “el Estado no
es pura y simplemente una relación, o la condensación de una relación; es la condensación
material y específica de una relación de fuerzas entre clases y facciones de clase”
(Poulantzas, 2005, p. 155) reagrupando el campo de lo político dentro del seno del Estado
logrando alienar la política de todos los ciudadanos. No obstante, las luchas populares
abren una nueva etapa de tipo electoral en aquellos países donde se desarrollaron las
dictaduras, logrando copar el establecimiento con una táctica constitucional.

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera escribió ¿Fin de ciclo progresista o


proceso por oleadas revolucionarias?, en la compilación Las vías abiertas de América
Latina realizada por Emir Sader, sobre la base de la conferencia Restauración
conservadora y nuevas resistencias en Latinoamérica. En el texto señala algunos avances
que a escala global tienen profundidad y horizonte para vislumbrar posiciones coherentes a
un pensamiento contrahegemónico: en primer lugar, se expandieron las fronteras de la
democracia y se fortaleció la sociedad civil, luego de la fase de angostamiento
posdictatorial que no influía en las esferas decisional del Estado; en segundo lugar, un
cambio en la distribución de la riqueza, no esa abstracta sino la “común”, es decir, los
países con gobiernos dirigidos por revolucionarios y progresistas maniobran su
macroeconomía desde la justicia social o distributiva, lo cual, ha permitido una disminución
de los niveles históricos de desigualdad para el continente; en tercer lugar, una fase que
empieza a transformar la idea neoliberal basada en el valor de cambio a otras más variadas,
pero que interactúan entre los individuos y la naturaleza, ergo no es algo definitivo
posneoliberal (término usado por el autor, que ha cobrado especial relevancia en los países
de izquierda), podría decirse que es un laboratorio que incuba otras formas económicas de
creación y distribución; finalmente, las relaciones internacionales se desarrollan no bajo la
idea del réspice polum que constituye un paternalismo que ha abierto históricamente el
camino a la intervención, sino bajo los conceptos de la autodeterminación y la solidaridad,
esta última no como un saludo a la bandera, bajo una idea del diálogo entre actores para
disuadir las tensiones que todo momento de cambio genera.

30
Siguiendo con el autor, él identifica cinco pendientes de los procesos: 1) la economía pilar
de la justicia y la política, es la consolidación en el tiempo de un proyecto posneoliberal
sobre el cual la performatividad del discurso de la justicia social tenga un sustento o base
material en el cual se vehiculice advirtiendo la contracción de la pugna política dentro de la
democracia. 2) un cambio cultural entendido dialécticamente en tres fases, es decir, la
primera posicionar significados en la sociedad y subvertir la moral de la clase dirigente;
segundo, un triunfo político-militar (discurso y coerción de masas) que abonen la
resignificación de los nuevos valores morales creados en una nueva fase cultural. 3) una
transformación de la moral, los países con gobiernos progresistas tienen débil dicho
proceso, esto lo demuestra un fenómeno histórico de los sistemas políticos
latinoamericanos, la corrupción, saliendo implicados consciente o inconscientemente. 4) los
liderazgos, algunos muy largos, terminan señalados de populistas y disminuyen la acción
colectiva de los sujetos políticos, para superarlo plantea García (2017) “depende de cómo
las clases subalternas internalicen su experiencia de lucha y representen los logros de su
acción revolucionaria. Tal vez la importancia esté en promover y trabajar liderazgos
colectivos” (p. 42). 5) Latinoamérica como estado continental, Bolivia ha sido el primer
país del continente en soslayar en su constitución ser un Estado plurinacional. El
vicepresidente, plantea el pendiente desde la cosmovisión constituida en su país, pero
reconociendo la diversidad continental, se puede afirmar que es un concepto renovador y
concreto de la propuesta de Simón Bolívar, Beluche (2006) recuerda el respecto al analizar
la Declaración de los derechos del pueblo de Chile de 1811 en La unidad latinoamericana
hoy, en la cual el libertador plantea la integridad continental en defensa de la soberanía;
retomando a García, el Estado continental tendría como móvil inicial lo económico, que es
para el autor y político un pilar de la justicia y la política, del cual habrá que analizar los
mercados, los espacios geográficos y las economías nacionales.

En el texto, En donde está el peligro… La crisis de la representación y la construcción de


alternativas en América Latina Monedero (2007) problematiza, desde el estudio del caso
Venezolano, el señala que mantener como eje del proyecto la vieja experiencia ligada a los
socialismos del siglo XX tiende a no desbordar el statu quo, para eso, este autor soporta su
proyecto de cambio en tres ejes; el Estado, el capitalismo y la modernidad, creando una
ruptura con el retro-etapismo que deje ese statu quo a una especie de keynesianismo

31
radical. En ese sentido, para él, el Estado debe trascender del ejercicio de dominación al
Estado social constitucional, pero con un “servicio civil de carrera democrático” (p. 53)
dialogante con la ciudadanía. Además, sostener la división lockeana hasta una nueva forma
más allá del Estado, podría decirse de una transición disolutoría del aparato estatal por la
ciudadanía.

Anteponiendo la idea de aportar reflexivamente Gandásegui (2007) recoge dos comentarios


sobre los “gobiernos “progresistas” elegidos en la región [que] están cumpliendo con
agendas ajenas (neoliberales) a los intereses de los sectores populares que los llevaron al
poder. Hay quienes plantean, incluso, que los nuevos gobernantes son “neoliberales”
enmascarados detrás de una aureola popular” (p.5), vislumbrando la incomprensión de un
proceso, que llamaría Monedero (2007) “flexibilidad como necesidad” (p.52).

1.4 El caso colombiano en la literatura del tema

Analizar los debates de la dispersión o fragmentación de los grupos subalternos en


Colombia en la literatura se constituye en un reto; angosto es lo que se ha escrito desde la
academia para lograr interpretar con buen detalle lo que ha producido esa separación. Sin
embargo, con lo sistematizado hasta el momento se crea en sí mismo una estructura para
hilvanar los debates que tienden a ser inamovibles.

Miriam (2008) en El avance de la izquierda en Colombia presenta una síntesis evolutiva de


la izquierda desde el siglo XX hasta los primeros años del siglo XXI, afirmando que ha sido
un periodo en el cual estuvo relegada del panorama electoral. Los primeros brotes de
transformación socio-política en Colombia tienen inspiración en la revolución francesa y la
promulgación de la Declaración de los derechos del hombre, la cual llega al país,
clandestinamente, por el neogranadino Antonio Nariño, aproximadamente en 1793, quien
realizó la primera traducción y por la que duró 16 años prisionero, y sirvieron a la idea de
independencia frente a la colonia española. Una segunda fuente de inspiración asegura
Moncayo (2017) proviene de la revolución mexicana (de 1910), sobre todo en los países de
la cuenca del caribe y la Segunda Internacional que proclamó el 1º de Mayo como día

32
internacional de la clase obrera. Esta influencia y las luchas de ese periodo, especialmente
del movimiento obrero que convocó el Segundo Congreso Obrero creando la
Confederación Obrera Nacional (COIN) y luego formalizaron la conformación en 1926 del
Partido Socialista Revolucionario (PSR) agrupando a obreros portuarios y bananeros
(Miriam, 2008; Rubio, 2008). El PSR impulsó un variado repertorio de movilización que
dejó un referente nacional negativo con la acaecida masacre de las bananeras de 1928 en
manos de militares bajo el gobierno de Miguel Abadía Méndez; hecho sobre el cual
escriben para la memoria el nobel de literatura Gabriel García Márquez en Cien años de
soledad y el escritor Álvaro Cepeda Samudio en su novela La casa grande. La vida política
del PSR concluye en tres años con su dirección política encarcelada y el Partido Liberal
adscrito a la Segunda Internacional (esta vinculación la mantiene). Complementariamente,
plantea Tirado (1978) en Colombia siglo y medio de bipartidismo la terminación del PSR,
la cual cierra con una división entre corrientes liberales-putchistas 7 y otra que luego crearía
el Partido Comunista de Colombia (PC) en 1930. Lo anterior, permite afirmar primero, que
entre la consolidación del Estado-nación Colombia y 1926 existió un variopinto proceso de
movilización social con sujetos políticos sectoriales, especialmente agrupados bajo la
categoría de obreros. Segundo, 1926 y la disolución del PSR marcará el punto de partida
para el análisis de los factores que influyeron en la dispersión de los subalternos en el país.

Señala Harnecker (1988) en Colombia: Combinación de todas las formas de lucha en una
entrevista a Gilberto Viera (Secretario del PC) que en el dominio liberal-conservador fue un
incesante esfuerzo para constituir un partido político para fisurar el bipartidismo
colombiano. Ejemplo de esa dificultad la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria
(UNIR), fundada por Jorge Eliécer Gaitán, intelectuales, estudiantes y clase media en 1933
(Tirado, 1978; Harnecker, 1988; Rubio, 2008) la cual tuvo influencia del priismo mexicano
y compartió ideas antimperialistas y socializantes. Los debates se dieron con el PC en dos
aspectos: lo agrario y lo obrero; en el primero, dice Medina Gallego (1980) por compartir
su influencia en regiones y defenderse de la violencia impulsada por los terratenientes,
cobrando la vida de las dos agrupaciones; el segundo, por dirigir la lucha sindical desde el
legalismo, es decir, la defensa de sus derechos, garantías y peticiones en el marco del

7
El putchismo es una corriente que señala Mao Zedong que combina el lumpenproletario y la pequeña
burguesía.

33
derecho (Tirado, 1978; Medina Gallego, 1980). La UNIR tuvo poca trayectoria luego de
dos grandes derrotas electorales (presidencia y asambleas departamentales). Gaitán regresa
al Partido Liberal con una curul del Senado y emprende su batalla dentro del seno de esa
organización partidaria ayudando a la disolución de la UNIR (Tirado, 1978; Rubio, 2008).

Un segundo momento que cambió el campo de las fuerzas subalternas y sus debates, se
incuba desde el periodo conocido como La Violencia, del cual Alfredo Molano en Los años
del Tropel brinda desde los relatos de los sobrevivientes un testimonio sobre la sevicia en la
eliminación del contrario por causas políticas en el bipartidismo; y el Frente Nacional, un
periodo de alternancia política entre liberales y conservadores para pacificar la cultura
política anterior a su instauración (Palacios & Safford, 2002; Leal y Dávila, 1991; Harnecker,
1988; Rubio, 2008; Cepeda, 2006). No obstante, esto estuvo delimitado con un panorama
internacional: la bipolaridad entre comunistas vs. capitalistas de la posguerra y, el reajuste
estratégico de Estados Unidos para América Latina con su proyecto de Seguridad Nacional,
que propició el establecimiento de dictaduras o gobiernos autoritarios para mantener el
control; regionalmente, el ascenso del Movimiento 26 de julio en Cuba al poder por vía
armada. Lo anterior una situación política favorable para el agrupamiento y conformación
de guerrillas en Colombia, creadas bajo la estrategia política de asalto armado del poder
para construir el socialismo, pero con tres influencias ideológicas que las identifica: Las
Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) con afinidad a la URSS, el Ejército de
Liberación Nacional (ELN) incluyen la teología de la liberación y el Ejército de Liberación
Popular (EPL) por la corriente albanesa 8. Además, a este momento hay que incluir el
Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) fundado por Alfonso López Michelsen (luego
presidente) también denunciantes del Frente Nacional, compuesto por las víctimas de La
violencia partidista, el MRL presentó dos grandes tendencias una institucionalista y otra
abstencionista cercana a las ideas de la Revolución Cubana, la primera acuerda con el
Partido Liberal y luego se unifica, la segunda termina incorporada en el ELN.

Similar a la identidad ideológica o de pensamientos, asumida por las insurgencias, se


observa la influencia de lo internacional a los sujetos político del campo social que tienen

8
La vertiente surgió de la división maoístas entre el Partido Comunista de China y el Partido del Trabajo de
Albania inspirados por Enver Hoxha.

34
inspiración en los referentes clásicos, así en 1965 se creó el Partido Comunista de
Colombia – Marxista Leninista (PCdeC-ML) marcado en sus primeros años por escisiones
con el Partido Comunista de Colombia – ML (Línea proletaria), la Liga Marxista Leninista,
los Comandos Pedro León Arboleda y la Tendencia Marxista Leninista Maoísta; se
proclamaba abstencionista y un aguerrido luchador frente al revisionismo de las demás
corrientes del movimiento comunista, la vía que asumida para construir el socialismo fue la
guerra popular prolongada,9 hay que resaltar que en 1975 se reformuló adscribiéndose al
Partido del Trabajo de Albania. En 1970 nace el Movimiento Obrero Independiente
Revolucionario (MOIR), su base ideológica el Marxismo-Leninismo-Pensamiento de Mao
Zedong, se diferencia del PCdeC-ML entorno a la vía pues este asume la nueva
democracia10 y de las otras tendencias del socialismo/comunismo es crítico a la posición de
insurrección armada, estuvo adscrito hasta la década de los 80 al Partido Comunista Chino,
dos años después de su fundación incorpora en su táctica la lucha electoral. En 1977 se
funda el Partido Socialista de los Trabajadores (PST-Colombia), su base ideológica es el
pensamiento de Trostky, con influencia del dirigente argentino Nahuel Moreno; hace parte
de la IV Internacional; asume una doble estrategia: la movilización permanente y construir
un Partido Mundial que dirija la revolución socialista; diverge de la lucha guerrillera,
paradójicamente se incorporó a los contingentes internacionales de apoyo en Nicaragua al
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

A la par del acomodamiento de sujetos políticos de carácter socialista y del pacto entre
liberales y conservadores por 16 años (Frente Nacional), León (2012) presenta el artículo
La ambivalente relación entre el M-19 y la ANAPO en un análisis imbricado soportado en
el archivo histórico del Movimiento 19 de abril (M-19), que sirve para explicar ambas
agrupaciones en un periodo de la historia política. La Alianza Nacional Popular (ANAPO)
surge en 1961 definida inicialmente como movimiento compuesto entre liberales y
conservadores en torno al conservador Gustavo Rojas Pinilla, un personaje controversial
entre la opinión pública por su trayectoria, fue presidente, comandante general y dio golpe
de estado (Gomes, 2010; León Palacios 2012). No obstante, un grupo de jóvenes formados
y expulsados de la Juventud Comunista y luego integrantes de las FARC-EP construían una

9
Una estrategia político-militar desarrollada por Mao Tse Tung en China prerevolucionaria.
10
Estrategia política de Mao Tse Tung en la China postrevolucionaria

35
red urbana de esta insurgencia de la cual también son expulsados, pero continuaron
impulsando un proyecto de “guerrilla urbana con el nombre de Comuneros” (León
Palacios, 2012, p. 241) que posteriormente junto a núcleos anapistas se darían a conocer
como Movimiento 19 de abril (M-19). Al interior de la ANAPO existió el periodo
Mayorías dirigido por integrantes del M-19 y fungía como órgano orientador de la política
del partido, fue respaldado por Rojas Pinilla, sobre el cual expresa que el nacionalismo es
un método para llegar al socialismo, además señala León (2012) “coqueteó con la
combinación de formas de lucha […] y reconoció en Mayorías un motor de la renovación y
recuperación del Partido” (p. 251), reconocimiento de gran calado para mantener la unidad
de la ANAPO, pero que bajo objetivo del M-19 de tomarse la misma resultaba riesgoso
para la corriente oficialista, sin embargo, el testamento de Rojas era claro al señalar la
“democratización del partido”. Posteriormente por las acciones públicas del M-19, en
especial el secuestro y asesinato de José Raquel Mercado, María Eugenia “la Capitana”
(hija de Rojas Pinilla) condenó todo acto y puso a luz pública el objetivo del Movimiento, y
devino un proceso de purga al interior de la ANAPO. Los documentos oficiales del M-19
reivindican el pensamiento del padre Camilo Torres y los valores que representó, a su vez,
que decanta la tesis central que consistía, a diferencia de los modelos clásicos provenientes
de la URSS y sus rupturas, en el copamiento del enemigo; con esta haría giro radical frente
a las expresiones foquistas que impulsó la Revolución Cubana.

La década de los 70 estuvo marcada por una variedad de sujetos políticos a nivel nacional,
como internacionalmente por la discusión chino-soviética. Una situación que llamó la
atención del sector intelectual de izquierda que se agrupó inicialmente bajo la revista
Alternativa1112 con el lema Atreverse a pensar es empezar a luchar, fundada en 1974 para
hablar de las problemáticas socio-políticas con un lenguaje “profano”, su equipo de
redacción contó con personajes como: Gabriel García Márquez, Daniel Samper Pizano,
Jorge Restrepo, Enrique Santos Calderón, Antonio Caballero, Roberto Pombo, Carlos
Duplat, Roberto Araújo, Orlando Fals Borda. Paradójicamente al objetivo de la revista de
unir la izquierda, y a un año de circulación, se dividió en torno a la orientación política de
la revista, conocidos como “la primera generación” y la “”la Rosca”, el primero de corte
11
Información tomada de https://www.elespectador.com/noticias/cultura/los-40-de-alternativa-articulo-
484328
12
Información tomada de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-4832446

36
periodístico encabezado por Márquez, el segundo por Fals Borda. No obstante, sin perder
de vista uno de sus objetivos impulsó la idea de una consulta como herramienta, la cual no
se llevó a cabo, pero si la recopilación de 430.000 firmas y la conclusión de construir un
movimiento aglutinador. La innovación, la caricatura y la rigurosidad investigativa llevaron
la revista a un prestigio y reconocimiento singular, hasta 1980 que publicó su último tiraje
con 257 números; de su culminación surgió la agrupación política FIRMES en 1978,
liderado por Gerardo Molina, ex-rector de la Universidad Nacional de Colombia y de la
Universidad Libre –miembro del MRL por quien fue representante a la Cámara de
Representantes–.

El cierre de esta década queda ilustrada en el artículo Colombia: Elecciones y crisis


política de la revista Nueva Sociedad escrita por Morales (1978) en el presenta la
consolidación dividida de la izquierda que participa en elecciones de la siguiente manera:

tres bloques, que en orden de posibilidades electorales, serían los siguientes: la


Unión Nacional de Oposición (UNO) que agrupa al P.C., a un sector de la ANAPO
y al Movimiento de Izquierda Liberal (MIL), que lleva como candidato a la
presidencia al abogado santandereano de extracción anapista, Julio César Pernía. El
Frente por la Unidad del Pueblo (FUP), que reúne al MOIR, otro sector de la
ANAPO, al Movimiento Independiente Liberal, al Movimiento Nacional
Democrático Popular (MNDP), los Comités Democráticos Populares
Revolucionarios (CDPR) algunos otros grupos pro-chinos y que lleva como
candidato a otro anapista. Jaime Piedrahita Cardona. El tercer frente lleva como
candidata a la presidencia a la joven maestra Socorro Ramírez, secretaria de la
Federación Colombiana de Educadores y militante del Partido Socialista de los
Trabajadores. Este partido, la Unión Revolucionaria Socialista (URS), el grupo
Ruptura y un sector de la Liga Comunista Revolucionaria (ICR), conforman la
Unión Nacional Obrera y Socialista (UNIOS). (Morales, 1978)

De otro modo, Mauricio Archila en Idas y venidas, vueltas y revueltas: protestas sociales
en Colombia 1958-1990 sintetiza la década de años excepcionales, o mejor, momentos de
expansión de la acción política de los sujetos, en los que resalta al sector agrario frente a la

37
contrareforma del Chicoral, el sector estudiantil (universitario) frente a los rectores
autoritarios y el Paro Cívico Nacional de 1977.

La incorporación de la salida política al conflicto armado desde el discurso de posesión de


Belisario Betancourt llamando al dialogo y a la consecución de la paz, que trascendió de los
discursos a las acciones reales demostrativas de contenido artístico y cultural; relacionó el
gabinete nacional con la Comisión de Paz de El Salvador, contrarió la política internacional
de trato a los grupos insurgentes de Ronald Reagan; asumió y propuso un valor prioritario
al gobierno y el Estado como gestores y pilares de la paz y; avanzó en gestos como la
amnistía con la Ley 35 de 1982, esta perspectiva de lo realizado por el Estado la registra
Villarrraga (2015) en Biblioteca de la Paz. Los procesos de paz en Colombia, 1982-2014
(documento resumen). Sin embargo, el ascenso de las luchas comprendidas en este período
y sus exigencias, más el agrupamiento del movimiento guerrillero abrieron un nuevo
momento político, surgieron nuevos sujetos bajo la modalidad de frentes políticos, pero de
cada tendencia político-ideológico: el Frente Popular, la Unión Patriótica (UP) y ¡A
Luchar!, en el marco de las conversaciones aceptadas por Betancourt.

Sobre el surgimiento del Frente Popular, la tesis para optar por el titulo de Magister de
Nubia Fernanda Espinosa (2013), resalta que estuvo influenciado por el pensamiento
maoísta, el cual para esta fase de reacomodamiento socio-político y la critica al
pensamiento de Mao Tsé-Tung ha de concluir con la marcada ruptura de ese pensamiento.
Su corta vida socio-política se debió al asesinato de sus militantes. Migró, luego de la
negociación del 89, a Esperanza, Paz y Libertad, la cual actuó dentro de Alternativa
Democrática M-19. Un segundo frente político es la UP, surgió como espacio de transición
política de las FARC-EP para desarrollar la “política sin armas”, no obstante, ésta la integró
el Movimiento de Autodefensa Obrera (ADO), los frentes Simón Bolívar y Antonio Nariño
del ELN y el Partido Comunista Colombiano, dando un carácter de amplitud; la segunda
ola de violencia desarrollada por el fenómeno del paramilitarismo, el terrorismo de Estado
y el narcotráfico, más la reestructuración interna de la UP para obtener independencia de
las FARC-EP constituyeron la separación en 1987 de este frente político. El tercer frente
tiene como nombre ¡A Luchar!, la autora relata la metamorfosis de este sujeto político en
tres fases: el sindicalismo por el sector que le dio vida, el abstencionismo como táctica y

38
constituyente como voz dentro del proceso de refundación. ¡A Luchar!, reconoció la
autonomía desde sus inicios con las insurgencias, aunque hicieran parte el ELN, el PRT y el
Movimiento de Integración Revolucionaria – Patria Libre (MIR-Patria Libre).

Paralelamente, el movimiento insurgente colombiano con su variedad ideológica empezó a


unificarse en 1985, año en el que se consolidó la Coordinadora Nacional Guerrillera por el
M-19, ELN, EPL, PRT y el Movimiento Armado Quintín Lame (MAQT) y el MIR-Patria
Libre para intensificar sus acciones en el país, sin embargo, una de las prioridades del
espacio de unidad fue el acercamiento de las FARC-EP, lo consiguieron dos años mas
tarde, en cabeza del M-19, lanzado la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB). La
Coordinadora se encontraba en una fase de ascenso en sus acciones político-militares, a la
vez que anunciaba su disposición de conversar con el gobierno nacional. La unidad del
movimiento insurgente se fracturó por varias razones: una fue desarrollar una negociación
en tres periodos presidenciales, acuerdos con guerrillas y no con la CGSM y el fenómeno
del paramilitarismo que cobraba día a día la vida de personas guerrilleras o no, que hacía la
lucha política en la legalidad dentro del marco político-legal de cada proceso.

El tercer momento lo marca el quiebre político de la Asamblea Nacional Constituyente y la


Constitución Política de 1991, retomando a Miriam (2008) se reincorporan a la legalidad
grupos insurgentes de la antigua Coordinadora Nacional Guerrillera el M-19, EPL, PRT, y
MAQL, a través de la modernización del sistema electoral que inauguró el multipartidismo
del sistema de partidos e incorporó mecanismos de participación ciudadana. Nuevas
agrupaciones surgieron desde lo regional en una década (los noventa) impulsados por la
implementación del modelo neoliberal que acentuaron la acción política y el
marchitamiento de la salida política y negociada al conflicto armado (Becerra, 2013).

No obstante, el espectro de análisis se cierra a la vez que transitamos por la historia de los
grupos subalternos, este periodo tiene un punto de encuentro con el Polo Democrático
Alternativo (PDA) creando otros debates, como se observará, que acompañaron el nuevo
momento político (Miriam, 2008; Becerra, 2013; Basset, 2008). Este proceso de
reagrupamiento surge desde la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) con Angelino
Garzón, con el nombre de Frente Social y Político (FSP) en 1999, con sujetos políticos

39
como el “Partido Comunista Colombiano, la Unión Patriótica, Presentes por el Socialismo,
Dignidad Obrera, Colectivo Sindical Guillermo Marín, el Movimiento por la Defensa de los
Derechos del Pueblo, el Partido Socialista Democrático y Unidad Democrática” (Miriam,
2008, p. 92) para el escenario electoral, fueron los resultados y la voluntad de aportar a esa
fuerza transformadora que se incorporan la “ANAPO, Alianza Social Indígena, Vía
Alternativa y Partido Socialdemócrata Colombiano” (Miriam, 2008, p. 93) en la coalición
Polo Democrático (PD) que postergó los debates ideológicos y organizativos por la
contienda electoral de 2003, como señala el autor en el análisis realizado por Cesar
Rodríguez en La nueva izquierda colombiana: orígenes, características y perspectivas en
la compilación titulada La nueva izquierda en América Latina, a la vez que se adelantó la
reforma política que incluyó, por un lado, el voto preferente y listas únicas y, por el otro, lo
que la Mesa de Observación Electoral ha diagnosticado como “barrera electoral” el umbral,
conteniendo la participación en los cuerpos decisionales legislativos del país.

La reforma impulsada fue observada por sectores de los subalternos e individuos como
Antonio Navarro13 Wolf de positiva para presionar el agrupamiento de la izquierda. Sin
embargo, la reforma surtió sus efectos y consolidó dos centros de gravedad de la izquierda:
el Polo Democrático Independiente (PDI) y Alternativa Democrática (AD) aseguran
Miriam14 (2008) y Basset (2008) a contrapelo de Becerra (2013) que afirma ser la reforma
el origen del PDA. Basset (2008) en La izquierda colombiana en tiempo de Uribe sostiene
que existe dificultad para distinguir las diferencias, empero, plantea haber una de tipo
programático desde el PDI y otra radical por AD, retomando a Miriam (2008) el sostiene la
diferencia, pero advierte que esta envolvió la discusión del carácter que debería tener el
espacio de unidad. Pese al distanciamiento, los acuerdos se constituyeron a favor de lo que
se denominó “Ideario de Unidad”, el cual fue vehículo para lanzar el Polo Democrático
Alternativo (PDA), no obstante, el debate circundó entre “aperturistas” que buscaron una
unidad amplia no solo en torno a la izquierda tradicional liderado por el PDI, y los

13
Antonio Navarro fue un miembro del M-19, luego amnistiado, fue precandidato presidencial en el PDA
compitiendo con el exmagistrado Carlos Gaviria, quien lo derrota. Posteriormente, gobernador del
departamento de Nariño.
14
El texto que presenta el autor deja una confusión, Alianza Democrática fue producto de los acuerdos
firmados entre el M-19 y el gobierno de momento, luego se fractura y miembros pasan al Polo Democrático
Alternativo y otros a Opción Centro posteriormente Alianza Verde y actualmente Partido Verde. Lo que
realmente quiso señalar fue Alternativa Democrática que la lideró el exmagistrado Carlos Gaviria Díaz.

40
“cohesionistas” que apostaban a lo contrario, es decir, solidificar el núcleo tradicional de la
izquierda, estos bajo la dirección de AD, sentando las bases del debate estratégico aseguran
Miriam (2008) y Basset (2008), siendo una de tres dificultades que observan, las otras
corresponden a lo ideológico especialmente a la propuesta económica el PDI que se debate
entre apertura con integración latinoamericana o proteccionismo versus los “moderados
[destaca Miriam (2008) que] “aceptan las reformas de primera generación del Consenso de
Washington” (p. 97) y; los personalismo con reconocimiento publico obstaculizan una
discusión mas fluida al interior de sus espacios. De otro modo, plantea Becerra (2013) las
causas del debate con “la crisis política derivada de la cuestionada administración de
Bogotá y las definiciones políticas aprobadas […], que redefinieron la correlación de
fuerzas internas [que] se agudizó en el 2012 con […] la exclusión del PDA de varias
corrientes” (p. 70).

Lo anterior, es un debate que superó la vía armada para llegar a ejercer el poder político
impregnado por la Revolución Cubana sobre la base de un consenso: buscar la salida
política y negociada al conflicto, siendo el dialogo la herramienta procesal para la
terminación (Miriam, 2008; Basset, 2008); mantener la relación partido-movimiento en el
cual se impulse un desarrollo dual entre lucha electoral y procesos de acción política que
dependan y no del proceso del PDA. Pero esto, a su vez, significó un retorno en lo
ideológico entre los reformistas y revolucionarios, hilvanando el último como radicales,
resignificando el contenido en torno a no capitular con el modelo y el sistema capitalista,
basados en un marco de justica redistributiva como se analizó antes en los avances y
retrocesos de los procesos latinoamericanos.

41
2. Marco teórico

Teniendo en cuenta lo identificado en el estado del arte se hallaron vacíos en la bibliografía


frente a los propósitos estratégicos de los subalternos, al proceso de la construcción de
hegemonía y su noción. A continuación se presentan las categorías de análisis que hacen
parte de la propuesta teórica bajo la cual entender el objeto de estudio aquí propuesto y
aportar a la construcción académica sobre este tema.

Dado que la presente investigación se pregunta por los elementos comunes y estratégicos
de los subalternos en Colombia en la construcción de un sujeto contrahegemónico, en el
marco del posacuerdo para la transformación política, social, económica y cultural, este
capítulo se centra en la construcción de una estructura teórica que sirva como enfoque para
el análisis de esta investigación. Para ello, se trabajarán tres categorías: la primera,
hegemonía desde la construcción teórica de Antonio Gramsci; la segunda, sujeto que
discute la noción desde tres autores; Ernesto Laclau, Chantal Mouffe y Jacques Rancière y;
la tercera, estrategia desde la propuesta de T. E. Lawrence.

2.1 Hegemonía

El primer término a introducir en esta investigación es hegemonía, con una doble


condición, desde el poder político y desde el proceso emancipatorio. El acercamiento a la
categoría en esta investigación se analiza a partir de la compilación realizada por Valentino
Gerratana de 1981, no obstante, es pertinente resaltar el trabajo de un notable grupo de
académicos contemporáneos con mayor trayectoria que fueron fuente de consulta para
intentar tener una visión amplia de la categoría y de la obra; como lo son, Manuel Sacristan
(1970 o 1974), Ernesto Laclau y Chantal Mouffe (1985), Buci-Glucksman (1978),

42
Fernandez-Buey (1977) o desde otras disciplinas como las relaciones internacionales, la
teoría del Estado, movimientos sociales y partidos políticos, siendo Sassoon (1987), Cox,
Hall (1996), Öncu (2003), Karriem (2009), Motta (2008) entre otros, que tienen su mérito
por aportar una perspectiva que permite un examen teórico de acuerdo al caso empírico
propuesto para esta indagación.

No lejos del primer capítulo de esta investigación, la categoría hegemonía, se presenta en


una fuerte confrontación teórica y práctica de la II Internacional Comunista (IC) entre la
superestructura y la estructura económica, este debate lo evidencia Laclau y Mouffe en la
primera y segunda parte de Hegemonía y Estrategia socialista (1985), según los autores,
este debate se circunscribió a tres aspectos: el primero impulsado por Kautsky y su
determinismo mecánico, en el sentido de que la estructura determina la superestructura,
conocido como economicismo ufanándose de una posición objetiva; el segundo, orientado
por Bernstein, es conocido como revisionismo, en el cual su interés es el movimiento por el
movimiento sin tener un objetivo especifico, aprovechando los espacios que brinda el
capitalismo para transformarlo; y tercero, defendido por Georg Sorel, es conocido por
sindicalismo espontaneísta, el cual construía un carácter pasivo en los obreros, por su
negación a la política y no permitir la transición a una fase de lucha por la hegemonía.

El anterior debate se puede caracterizar en una demostración de quien tiene la última razón
e intenta postular una fórmula para los objetivos positivos de la clase obrera de ese
momento. No obstante, previo a la revolución de octubre (acontecimiento) los rusos
Plejanov y Axelrod habían tenido un acercamiento muy superfluo sobre la categoría, quien
lo desarrolló como parte de una estrategia para la toma del poder es Lenin, en el libro Dos
tácticas de la socialdemocracia escrito en 1905. Portelli (1979) sintetiza la categoría en
Lenin, señalando que:

“insiste sobre el aspecto puramente político de la hegemonía; en ellos, el problema


esencial es el desplazamiento, por la violencia, del aparato del Estado: la sociedad
política es el objetivo y, para alcanzarlo, es necesaria una hegemonía política previa.
Hegemonía política, puesto que la sociedad política tiene prioridad sobre la sociedad
civil en sus preocupaciones estratégicas, y sólo retiene de éstas, por lo tanto, el

43
aspecto político, tanto más porque, como hemos visto, la sociedad civil era muy
débil en Rusia” (p. 70)

En este contexto de discusiones y aplicaciones, el pensador italiano Antonio Gramsci


vendrá a incorporar un significado y relevancia a la categoría como la conocemos en la
actualidad. Sin embargo, la dificultad en comprender la obra del autor y la categoría
hegemonía tiene dos motivos, el primero, el carácter fragmentario de los Cuadernos de la
cárcel, y el segundo, porque utiliza la categoría en dos momentos, puede ser sinónimo de
Sociedad civil o dirección política, como veremos en esta indagación, que es la que nos
interesa desarrollar y utilizar.

La categoría “hegemonía” de Gramsci se eleva en una discusión de tipo filosófico, de modo


similar como fue dada por Marx y Engels condensadas en las XI Tesis sobre Feuerbach y
La ideología alemana. En su argumentación, Gramsci, develó el carácter economicista,
etapista y mecanicista que estancó el marxismo de su momento representado por Bujarin,
Berstein y Sorel, rescatando del pensamiento de Marx la categoría: praxis, siendo tal vez, la
categoría fundamental. Cabe resaltar que en sus escritos, Gramsci, llamó al materialismo
histórico a la filosofía de la praxis. No obstante, existen dos interpretaciones sobre esto: una
que bajo las condiciones en las cuales desarrolló sus escritos era una necesidad ese nuevo
nombrar; la otra, plantea que se trató de una forma para reposicionar el potencial
transformador desarrollado por Marx desde una categoría unificadora la “praxis”.

En esta elaboración y previo a los Cuadernos de la cárcel Gramsci advierte dos precisiones
sobre la hegemonía en la Carta al Comité Central escrita en 1926, la primera condensa
dificultades de contexto para construirla, y la segunda, sobre la necesidad de universalizar o
dimitir de los intereses inmediatos para poder constituirse.

“los problemas inherentes a la hegemonía del proletariado se nos presentarán de


forma manifiestamente más compleja y aguda que en la propia Rusia, porque la
densidad de la población rural en Italia es enormemente más grande, porque
nuestros campesinos cuentan con una riquísima tradición organizativa y han
conseguido siempre hacer sentir muy sensiblemente su peso específico de masa en
la vida política nacional, porque en nuestro país el aparato organizativo eclesiástico

44
tiene dos mil años de tradición y se ha especializado en la propaganda y en la
organización de los campesinos, de modo inigualado en cualquier otro país. Si bien
es verdad que nuestra industria está más desarrollada y que el proletariado tiene una
notable base material, también es cierto que esta industria no cuenta con materias
primas en el país y se halla, en consecuencia, más expuesta a las crisis; por ello el
proletariado sólo podrá desempeñar su función dirigente si muestra gran espíritu de
sacrificio y se libera plenamente de todo residuo de corporativismo reformista o
sindicalista. […] el proletariado no puede convertirse en clase dominante si no
supera con el sacrificio de los intereses corporativos esta contradicción, no puede
mantener su hegemonía y su dictadura si, pese a haberse transformado en clase
dominante, no sacrifica sus intereses inmediatos a los intereses generales y
permanentes de la clase” (Gramsci, 2000)

El autor circunscribe la categoría de hegemonía al régimen parlamentario, con dos


características:

“El ejercicio “normal” de la hegemonía en el terreno que ya se ha hecho clásico del


régimen parlamentario, está caracterizado por una combinación de fuerza y del
consenso que se equilibran, sin que la fuerza supere demasiado el consenso, sino
que más bien aparezca apoyada por el consenso de la mayoría expresado por los
llamados órganos de la opinión pública (los cuales por esto, en ciertas ocasiones,
son multiplicados artificiosamente)” (Gramsci, 1981, Vol. 1, p.124)

Lo anterior, Gramsci ilustra de otro modo la hegemonía, al trasladar el ejercicio de esta al


plano de la teoría, afirmando que “mientras el materialismo histórico no sufre hegemonías,
comienza él mismo a ejercer una hegemonía sobre el viejo mundo intelectual” (Gramsci,
1981, Vol. 2, p.148). Sobre esto es posible señalar un concepto que va a ser transversal en
su obra, sin nombrarse, y es el de “punto de quiebre”, que se expresa cuando el nuevo
pensamiento confronta al viejo mundo intelectual con quienes difunden y recrean, mientras
que la persuasión adquiere nuevo sentido común entre los grupos subalternos e individuos.
Complementariamente, Gramsci trabajó como otro campo de disputa para la construcción
de la hegemonía, siendo el

45
“(…) “sentido común” (…) la concepción de vida y la moral más difundida. (…) no
es algo rígido e inmóvil, sino que se transforma continuamente, enriqueciéndose con
nociones científicas y opiniones filosóficas introducidas en las costumbres. El
“sentido común” es el folklore de la filosofía y constituye el punto medio entre el
“folklore” autentico (tal como es entendido) y la filosofía, la ciencia, la economía de
los científicos. El “sentido común” crea el futuro folklore, o sea una fase más o
menos rígida de un cierto tiempo y lugar” (Gramsci, 1981, Vol. 1, p. 140)

Reconociendo que el sentido común se refiere a aquellas concepciones morales y


filosóficas que se apropian los individuos a través de propios ejercicios de interiorización,
el autor da el carácter a “toda relación de "hegemonía" […como] necesariamente una
relación pedagógica” (Gramsci, 1981, Vol. 4, p. 210) y “lo que se llama "opinión pública"
está estrechamente vinculada con la hegemonía política, o sea, que es el punto de contacto
entre la "sociedad civil" y la "sociedad política", entre el consenso y la fuerza” (Gramsci,
1981, Vol. 3, p. 196). La distinción entre sociedad civil y sociedad política, es para Gramsci
de tipo metodológico y no orgánico como se ha atribuido a este pensador, para ello aquí la
fuente:

“(…) la distinción entre sociedad política y sociedad civil, y se afirma que la


actividad económica es propia de la sociedad civil y la sociedad política no debe
intervenir en su reglamentación. Pero en realidad esta distinción es puramente
metodológica, no orgánica, y en la vida histórica concreta sociedad política y
sociedad civil son una misma cosa.” (Gramsci, 1981, Vol. 2, p. 172)

Hasta aquí la categoría se ha descrito de manera exógena, no obstante, la hegemonía vista


endógenamente se expresa cuando los subalternos ascienden de la “fase corporativa a la
fase de hegemonía en la sociedad civil” (Gramsci, 1981, Vol. 2, p. 185) ese desarrollo para
el autor se consolida en la construcción de un bloque histórico, y es que

“Entre los grupos subalternos uno ejercerá o tenderá a ejercer una cierta hegemonía
a través de un partido, y esto hay que establecerlo estudiando incluso los
desarrollos de todos los demás partidos en cuanto que incluyen elementos del grupo
hegemónico o de los otros grupos subalternos que sufren tal hegemonía” (Gramsci,

46
1981, Vol. 6, p. 182)

La revisión de esta noción en Antonio Gramsci permite, ahora, deducir los aspectos por los
cuales se desarrolla aquí. La hegemonía es una apuesta disruptiva de la política que
confronta los lugares políticos y sus valores morales actuantes. Los lugares políticos en la
construcción de la hegemonía se presentan en dos esferas: la endógena y la exógena.
Pertenece al sujeto político cuando es endógena, o a la sociedad civil si es exógena. Ahora
bien, independientemente del litigio en una u otra esfera, la disrupción se profundiza
cuando se constituyen rupturas en los valores morales actuantes que son aquellas
características morales, culturales y filosóficas normalizadas que rigen la conducta,
estructuran los discursos con sus posiciones e identifican colectividades e individuos. Por
ello, la hegemonía ontológicamente es pedagógica, porque busca superar la normalidad del
lugar político en clave de mantener la dirección política y moral, buscando el equilibrio
entre la persuasión y la coerción. No obstante, para considerarse contrahegemónico se debe
gozar de autonomía, donde los nuevos valores actuantes constituyan para sí móviles no
influenciados por otra fuerza que puede, o no, ser hegemónica.

Otro aspecto importante de la hegemonía es su capacidad articuladora en tanto que unifica,


por un lado, a la clase dirigente, que hasta el momento se ha mantenido con la dirección
administrativa del Estado; y por el otro, reorganiza los subalternos hacia la consecución de
sus objetivos. Empero, este proceso no es ficticio o ideal sino que responde a una
perspectiva histórico-sociológica de sus pueblos para no importar u homologar referentes o
proyectos exitosos, sino que es teórico y reconoce lo fragmentario y singular de las
sociedades con sus complejidades, pero superando dificultades.

2.2 Sujeto político

La categoría de sujeto político es considerada por los autores que conforman este marco
teórico de polisémica o una recurrente discursiva por los grupos al intentar un espacio de

47
unidad como se expuso en la primera parte de la investigación. Este debate se aborda desde
tres teóricos influyentes: Ernesto Laclau, Chantal Mouffe y Jacques Rancière.

La categoría ha sido trabajada por dos corrientes de las ciencias sociales: el


posestructuralismo y el psicoanálisis. A modo de síntesis, el primero destaca la
maleabilidad en la constitución del sujeto frente a la relación entre la práctica y el discurso
como sus determinantes, negando al sujeto como fuente de propia de creación; el segundo,
plantea que el otro es quien lo realiza, es decir, la relación de los otros determinan o
influyen en su constitución.

El debate que se consigna en este punto de la investigación se propone, por un lado, con la
concepción de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe el cual tiene tres momentos que se
desarrollarán a partir de sus obras: el primero consignado en Hegemonía y estrategia
socialista; el segundo, en Nuevas reflexiones sobre la revolución en nuestro tiempo, hasta
este punto de la construcción teórica escribieron juntos sobre la noción de sujeto; y tercero,
en La razón populista de Ernesto Laclau.

Los autores guardan una distancia con la tradición marxista sobre el sujeto, para ellos, los
sujetos no son una clase y no están “determinados por su posición en las relaciones de
producción” (Laclau & Mouffe, 1987, p.202). Frente a esto aseguran que la categoría es, en
sí misma, “polisémica, ambigua e incompleto que la sobredeterminación 15 acuerda a toda
identidad discursiva” (Laclau & Mouffe, 1987, p.207-208) queriendo señalar lo multiple
sobre lo único y que la multiplicidad esta en lo discursivo que pertenece a los distintos
sujetos.

Definen la noción de sujeto como “«posiciones de sujeto» en el interior de una estructura


discursiva. […] ya que toda «experiencia» depende de condiciones discursivas de [133]
posibilidad precisas” (Laclau & Mouffe, 1987, p.196) y agregan que esta posicion es “una
posicicon discursiva, [que] participa del carácter abierto de todo discurso y no logra fijar

15
El concepto “sobredeterminación” usado por los autores para ubicar la categoría “sujeto” resalta la fuente
psicoanalítica de Sigmund Freud formulada en La interpretación de los sueños y la estructuralista de
Althusser en La revolución teórica de Marx.

48
totalmente dichas posiciones en un sistema cerrado de diferencias” (Laclau & Mouffe,
1987, p.197) como es el caso del marxismo, que según ellos, es un sistema cerrado.

En un segundo momento de su elaboración teorica, pasa de ser una posicion de sujeto a ser
“tan solo la distancia entre la estructura indecidible y la decisión. Esto significa que cuanto
más dislocada sea la estructura, tanto más se expandirá el campo de las decisiones no
determinadas por ella” (Laclau, 1993, p.56), en este punto se observa, sin negación, un
cambio en la noción ya que no se categoriza como posición de sujeto y no reduce su
existencia a la estructura discursiva sino que “el lugar del sujeto es el lugar de la
dislocación. Por lo tanto, lejos de ser el sujeto un momento de la estructura, él es la
resultante de la imposibilidad de constituir la estructura como tal —es decir, como
objetividad” (Laclau, 1993, p.57), más especificamente, Laclau afirma que “la posición que
[… está] tratando de defender […] es que las estructuras nunca pueden alcanzar la plenitud
de un sistema cerrado porque el sujeto es constitutivamente falta” (Laclau, 1993, p.220)

En esta elaboración influye la noción psicoanalítica desde el otro, al afirmar que la estructura (el
otro) transforma al “sujeto, y esto requiere actos de identificación.” (Laclau, 1993, p.221), en esta
evolución se introduce el concepto de identificación, que con respecto a la identidad serán
decisorios para la elaboración posterior.

En La razón populista y Lógicas de la construcción política e identidades populares, Laclau (2005;


2014), plantea al pueblo como sujeto político a través de un proceso de identificación 16 ante la
existencia de lógicas equivalenciales. Estas últimas se construyen por “la incapacidad de absorber
[…] demandas por parte del sistema institucional existente, lo que conduce a la fosilización de este
último y a una acumulación de demandas insatisfechas” (Laclau, 2014, p.254). Es decir, el sujeto
político en este momento de la elaboración laclaudiana se denomina “pueblo” y lo constituye la
categoría “demanda” frente a las demandas insatisfechas, pero que el encadenamiento de las
mismas, dispersas por los diferentes sujetos, constituye lo que denomina lógica o cadena
equivalencial y es donde necesariamente se necesita de un “alguien” que las represente. La
dependencia entre necesidad de “alguien” y la “demanda” terminan denominando la propuesta en
16
“la cadena equivalencial entre demandas es representada por un significante que encarna a la cadena como
un todo. Hemos dicho “significante”. Y es importante ver por qué. Si tuviéramos “identidad” en lugar de
“identificación”, lo que contaría sería el significado, en tanto que el significante se reduciría a ser su
envoltorio, externo e indiferente. El proceso de representación sería automático; el orden del significante sería
una reduplicación, quizás necesaria, pero que carecería de toda relevancia en lo que al proceso de la
significación se refiere. El pueblo sería un populus, nunca una plebs” (Laclau, 2014, p.255)

49
un “populismo de mercado”, sobre esto el caso de Podemos en España es muy representativo a tal
punto que ganó posiciones significativas en el parlamento del país en las elecciones, pero llega al
punto que un planteamiento basado en la identidad y la identificación se quiebra o ¿qué pasó con las
demandas de los distintos pueblos con el referendo proindependentista? La cadena equivalencial se
rompió al corresponder a demandas con distintas consmovisiones, que no se unificarían en la
practica y terminaron creando una reducción paulatina. La próxima propuesta dará mas
herramientas para ubicar este caso.

Por otro lado, la propuesta de Jacques Rancière es tomada de cuatros referencias El


desacuerdo, política y filosofía (1996), Política, identificación y subjetivación (2000), En
los bordes de lo político (2007) y Momentos políticos (2010). El autor articula dos
conceptos para definir el sujeto ubicado en un “ente” la política y los modos de
subjetivación, para ello Rancière (1996) plantea por subjetivación como

la producción mediante una serie de actos de una instancia y una capacidad de enunciación
que no eran identificables en un campo de experiencia dado, cuya identificación, por lo
tanto, corre pareja con la nueva representación del campo de la experiencia. [… esta]
produce una multiplicidad que no estaba dada en la constitución policial de la comunidad,
una multiplicidad cuya cuenta se postula como contradictoria con la lógica policial. (p.52)

y agrega que:

“Toda subjetivación es una desidentificación, el arrancamiento a la naturalidad de un lugar,


la apertura de un espacio de sujeto donde cualquiera puede contarse porque es el espacio de
una cuenta de los incontados, de una puesta en relación de una parte y una ausencia de
parte. […] Deshace y recompone las relaciones entre los modos del hacer, los modos del
ser y los modos del decir que definen la organización sensible de la comunidad las
relaciones entre los espacios donde se hace tal cosa y aquellos donde se hace tal otra, las
capacidades vinculadas a ese hacer y las que son exigidas por otro.” (Rancière, 1996, p.54-
58)

Abordado lo anterior, el autor propone la creación del sujeto desde esos procesos de subjetivación
en contienda que transforman lo normal, siendo así

50
“Un sujeto político no es un grupo que "toma conciencia" de sí mismo, se da una voz,
impone su peso en la sociedad. Es un operador que une y desune las regiones, las
identidades, las funciones, las capacidades existentes en la configuración de la experiencia
dada, es decir en el nudo entre los repartos del orden policial y lo que ya está inscrito allí de
igualdad, por más frágiles y fugaces que sean esas inscripciones.” (Rancière, 1996, p.58)

El autor añade que el sujeto político democrático contiene dos características “la ausencia
de coerción y la ausencia de sospecha” (Rancière, 2007, p.33). Visto integralmente la
categoría la define como:

“un operador de división del arjé17, puesto que es un operador de desidentificación. Su


nombre no es la manifestación de su identidad, es un nombre singular de la operación que
vuelve a dividir al arjé mediante un nuevo modo de recuento de los no contados o de
inclusión al excluído. Un sujeto político es un modo de subjetivación que mantiene una
brecha entre dos identidades: entre un sujeto de un dispositivo de enunciación (el "nosotros"
de la declaración política) y el nombre de un universal singularizado. Este sujeto se ha dado
en llamar "pueblo", "ciudadano", "patriota", "proletario", "mujer", etc. O ha sido un sujeto
más singularizado, imposible de separar de su enunciado ("condenados de la tierra" o
"judíos alemanes"). (Rancière, 2010, p.48)

La anterior revisión, permite entender al sujeto político como negación de lo objetivo, de las
condiciones materiales (sociales, políticas, económicas y culturales) hegemónicas existentes. El
sujeto político es la transición de lo simple a lo complejo entre una identificación material de
existencia y la concienciación dialéctica entre lo personal-colectivo.

El sujeto político es colectividad construída no por agrupamiento, sino por la subjetivación concreta
de los que construyen, es decir una desidentificación del sentido común y prácticas de los grupos
que interacción para universalizar nuevos sentidos comunes, es un desbordamiento personal-
colectivo. Personal, en tanto que las interacciones de lo social (normales o anormales) es un proceso
de cuestionamiento propio, y colectivo, por la exteriorización de las personas a espacios comunes
para nuevamente ser retroalimentado irradiando permanentes nuevos sentidos comunes.

17
El autor hace referencia al vocablo griego de arjé, para denominar “principio” u “origen”. Por ello, cuando
él invita a la subjetivación hace referencia a desprenderse de todo principio identificador con los valores,
discursos y practicas que no permiten emancipar al sujeto.

51
La resignificación es en sí un ejercicio de análisis filosofico concreto-abstracto-concreto, es decir, la
persona (concreto) en su autonomía y ejercicio se abstrae para desmarcar, desclasificar y
comprender su papel en la relación social existente, incorporando al nuevo concreto los
cuestionamientos o cambios de la resignificación. Es, a su vez, disrupción de valores, ideas,
principios y prácticas hacia la institucionalidad y el sentido común hegemónico. Por ello, la
disrupción de un sujeto político es para lo hegemónico una tensión que posibilita quebrantar el
confort de la universalidad instituida siendo, de este modo, creador de los lugares políticos a
transformar.

En sintesis, el sujeto político se refiere a colectividades que desarrollan distintos modos de


subjetivación política propios de su praxis, que subvierten los valores morales actuantes del statu
quo, tomando la dislocación presente de las estructuras (sociales, políticas, económicas y culturales)
tangibles e intangibles para traducirlas en demandas. El sujeto politico se refiere a los procesos
polémicos por los cuales la identidad y la identificación se renuevan de acuerdo a los desarrollos en
determinada sociedad civil y/o política.

2.3 Estrategia

La categoría estrategia para esta investigación se construye, a partir de la formulación del


ingles Thomas Edward Lawrence que hizo parte de la guerra entre árabes y turcos de 1916
a 1918. Luego de su experiencia el autor cambió su nombre por T. E. Shaw. En este
ejercicio se condensará el planteamiento de estrategia en Thomas Edward Lawrence en dos
obras Guerrilla y Los siete pilares de la sabiduría.

Los libros presentan un giro al planteamiento militar, desde los clásicos como Sun Tzu,
Clausewitz o Napoleón, especialmente en dos teoremas, el primero, que “la guerra moderna
consiste en buscar al ejército enemigo, identificar su centro de poder y destruirlo en batalla”
y; el segundo, “las guerras irregulares son tan incapaces de tomar una posición como lo son
de defenderla” (Lawrence, 2007, p.18)

Para formular la estrategia el autor considera tres factores o “elementos de la guerra: el


elemento algebraico, o de las cosas; el biológico o de las vidas, y el psicológico, o de las

52
ideas” (Lawrence, siete palabras) con estas, Lawrence se propuso saldar la falsa dicotomía
entre estrategia y objetivo de guerra. Para ampliar lo enunciado, el primero se refiere a lo
que se puede inventariar o contar con disponibilidad para las batallas; el segundo, muy de la
mano con el anterior, Lawrence cuenta a los hombres pero que al “ser irregulares, no eran
unidades sino individuos, y una pérdida individual es como un guijarro que cae al agua”
(Lawrence, 2007, p. 24) exaltando de esta manera el segundo elemento; y el tercero, las
ideas, conciernen a la moral con la cual actúa esa guerrilla, en palabras de él y ampliando
este factor lo ejemplifica de la siguiente manera: “el ejército árabe era físicamente tan débil
que no podía permitirse que el arma metafísica se oxidara en un rincón.” (Lawrence, 2007,
p. 26)

Frente a lo anterior, la noción de estrategia de Lawrence incluye un sentido sociológico en


su construcción y lo resalta al considerar las dificultades de agrupamiento o
desterritorialización de las tribus en el territorio, afirmando que

“Era imposible mezclar o combinar tribus, ya que no se gustaban o desconfiaban


entre ellas. De la misma manera los hombres de una tribu no podían ser utilizados
en el territorio de otra. En consecuencia, otro canon de la estrategia ortodoxa se
rompía aquí, al seguirse el principio de máxima amplitud en la distribución de la
fuerza, con el fin de tener a mano el mayor número posible de incursiones a la vez”
(Lawrence, 2007, p.30-31)

En la anterior referencia se enuncia otro giro a la tradición militar, específicamente a lo que


el denominó “humanidad alistada” cuestionando no solo la vinculación forzada, sino
también la adaptación forzada sufrida por los individuos en los ejércitos regulares, por ser
métodos que sacrifican la capacidad del individuo, ya que en la escuela tradicional militar
la disciplina es un factor esencial para el mando y la subordinación, a lo que Lawrence
(2007) señala:

“el ejército árabe carecía de disciplina, en la medida en que ésta restringe y asfixia
la individualidad para obtener el mínimo común denominador de los hombres. […]
en los ejércitos regulares la disciplina impone el límite de energía alcanzable por
todos los presentes; es la búsqueda no de un promedio sino de un absoluto” (p. 32)

53
Finalmente, Lawrence ofrece una hipótesis de su modelo en las siguientes líneas:

“Cada hombre que se enrolaba servía en la línea de batalla y se controlaba a sí


mismo. No había líneas de comunicación o tropas de trabajadores. Parecía que en
esta forma articulada de guerra la suma de los rendimientos de los hombres en
solitario era por lo menos igual al de un sistema compuesto del mismo potencial, y
era con toda seguridad más fácil adaptarse a la vida y costumbres tribales, dada la
flexibilidad y el entendimiento por parte de los oficiales al mando.” (p. 32)

En síntesis, para esta investigación, se puede aseverar que la estrategia y sus componentes
que han caracterizado los sujetos políticos en Colombia se ha basado en la idea tradicional
del ejército como factor de mediación entre las problemáticas sociales y las propuestas, con
inclusión de la practica militar en unos grupos subalternos y en otros negada.

La estrategia que plantea Lawrence es la del abandono o sustracción, como factor decisivo
para reconfigurar el tablero de operaciones, es decir, si una posición es tomada por una
fuerza18 y esta realiza esfuerzos para mantenerla, el movimiento de los contradictores no
debe ser el asedio sino la reubicación a las posiciones más débiles donde el poder de
alcance surge mayor efecto que el impacto a tener en el asedio. Ubicando la categoría, el
tablero de operaciones es la hegemonía que se está disputando, una posición es un factor de
la hegemonía o un locus en el cual actúa el sujeto político, que a juicio de quien escribe es
para Lawrence nombrado como guerrilla, ¿por qué el ejército irregular o guerrilla de
Lawrence es el sujeto político? Porque es esa colectividad que integra por propio ejercicio
del pensamiento, no es una imposición para engrosar las filas como sucedió en el ejército
regular turco y, más importante, porque esa colectividad recoge al individuo, no lo anula,
separa o distorsiona sino que en ella potencia su singularidad.

18
El concepto de fuerza en la categorización para estrategia es amplio para abarcar los operadores de la clase
dominante.

54
3. Análisis categorial de los subalternos

En el primer capítulo de esta investigación, se identificaron elementos por los cuales la


historia de los grupos subalternos en Colombia tiende a tomar distancia entre ellos.
Identificación que llevó a un debate de un siglo conocido como reforma y revolución, en el
cual, los actores sociales y políticos tomaron posición para su ejercicio político ¿Qué de ese
pasado perdura? ¿se pueden denominar o categorizar como grupos subalternos? ¿son sus
propuestas proyecciones hegemónicas en la actualidad?

55
Intentando dar cuenta de estos interrogantes, este capítulo abordará cuatro aspectos sobre
los cuales basan su quehacer político: una descripción de los actores sociales, las categorías
de análisis político, la proyección de sujeto y la visión de unidad y, propuestas de los
actores sociales.

En ese sentido, son tres las razones fundamentales para esta elección deliberada, primero,
agrupan aquellas colectividades (no guerrilleras) que se identificaron con los valores,
propuestas y referentes de las dos olas revolucionarias descritas en el primer capítulo;
segundo, sus deliberaciones, constituidas en sus documentos internos, se circunscriben al
periodo del pos-acuerdo en Colombia; tercero, articulan un amplio número (no registrado)
de colectividades que se identifican sectorialmente o que despliegan un quehacer político
diverso.

Por lo anterior, son objeto de estudio los partidos políticos la Unión Patriótica (UP) y el
Polo Democrático Alternativo (PDA), y los actores sociales el Congreso de los Pueblos
(CP), la Marcha Patriótica (MAPA) y la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común
(FARC).

3.1 Descripción de los actores sociales (UP, PDA, CP, MAPA, FARC)

La Unión Patriótica (UP) surgió en el marco de los acuerdos de paz con el presidente
Belisario Betancur en 1984 y el propósito de las FARC-EP de practicar política sin armas.
Se conformó como partido-movimiento con 20 puntos que promovían un paquete de
reformas políticas democráticas, sociales y económicas. Este partido político fue objetivo
militar del narcotráfico, el paramilitarismo y sectores del Estado, lo que implicó para sus
militantes y dirigentes una ola de exiliados, desaparecidos y asesinados, esta historia ha
sido documentada y tiene casos en curso en los archivos judiciales internacionales y
nacionales.

A la UP en el año 2002 el Consejo Nacional Electoral le retira la personería jurídica por


analizar de manera formal (números) su instancia en el marco institucional y no, el contexto

56
como lo aseguró el Consejo de Estado 19 que devolvió dicha figura once años más tarde. No
obstante, la UP en la actualidad aun agrupa colectividades (Partido Comunista Colombiano,
Reiniciar, País plural, etc.), en la institucionalidad legal es reconocido y registrado como
partido político, lo cual circunscribe su quehacer político a las normas vigentes de los
comicios electorales.

El Polo Democrático Alternativo (PDA) es un partido construido en una serie de alianzas,


agrupa colectividades (MOIR, PUP, Vamos por los Derechos, etc.) y en la practica
constituye tendencias en su interior, el primer capítulo resaltó las que más disputaron en la
conducción política. En sus estatutos este partido es de “izquierda democrática, civilista,
pluralista, multicultural y pluriétnico”. Su quehacer político, al igual que la UP, lo marca la
participación electoral para ser gobierno.

El Congreso de los Pueblos (CP) tiene como punto de partido la Minga indígena de 2009,
proceso producto del incumplimiento de acuerdos político-económicos pactados en el 2004,
la Minga tuvo el acompañamiento de sectores, especialmente estudiantes y sindicatos. En
2010 se realizó el congreso constitutivo que tomó nombre como Congreso de los Pueblos;
confluyen en este, la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, el
Coordinador Nacional Agrario, entre otros. Actualmente y, según el seminario político-
ideológico “Carlos Pedraza”, es un movimiento social y político innovador, uno de tantos
sujetos que intervienen en la política colombiana, según sus postulados, práctica la
participación popular directa, es plural, de resistencia y contra-hegemónico. Se caracteriza
por su legislación popular en su acción colectiva, el espíritu de unidad, la diversidad y su
autonomía.

La Marcha Patriótica (MAPA) es, en parte, la síntesis de un propósito “la segunda y


definitiva independencia”, por ello su origen va de la mano con la conmemoración de los
200 años del proceso de independencia detonado en 1810, no obstante, este movimiento
social y político se oficializó dos años más tarde al bicentenario. Este proceso recogió
colectividades que se identificaron con sus propuestas (Asociación Nacional de Zonas de
Reserva Campesina (ANZORC), Asociación de Campesinos del Valle del rio Cimitarra

19

57
(ACVC), Coordinación Nacional Agraria y Popular (CONAP), Federación Nacional
Agraria (Fensuagro), Partido Comunista Colombiano, etc., alcanzó un número de 2000
organizaciones), se constituyo como un “movimiento de movimientos”, sin embargo, los
documentos de discusión “Abriendo caminos hacia un gobierno democrático para la
reconciliación y la paz” de 2017 la presentan como un Frente político y social.

Los cuatro actores sociales descritos tienen una incidencia importante en los sindicatos,
colectivos barriales, redes y sectores. Por ejemplo, la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT), donde confluyen un gran numero sindicatos 20 influyen en las deliberaciones. Por lo
anterior, es necesario resaltar que los dos primeros (UP y PDA) a pesar de ser partidos
reconocidos ante el Consejo Nacional Electoral y tener posiciones en el cuerpo legislativo
central y territorial desarrollan prácticas de movimiento, esto se demuestra con las distintas
acciones colectivas y repertorios de movilización que no están reconocidos por las
instituciones del régimen político.

Las Fuerzas Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) es el partido que dio transito al
grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo
(FARC-EP) a través de un espacio deliberativo, consentido entre ellos y el Estado
colombiano, para solucionar una parte del conflicto interno armado. Los documentos
preparatorios de su primer congreso “por un partido para construir la paz y la perspectiva
democrático-popular” postulan el naciente partido como uno de otros que integran el campo
revolucionario, distanciándose de la idea de ser oposición, reformista o etapista, sino en la
“construcción de un nuevo poder, del poder de las clases subalternas, de la clase
trabajadores en general” (p. 51).

3.2 Categorías de análisis político de los actores caracterizados

Los actores sociales objeto de estudio consideran como un quiebre histórico a la solución
política y negociada del conflicto armado, porque para ellos es un objetivo a cumplir y
constituye un nuevo momento político en el cual los grupos de Estado se reacomodan, a la
vez que, los actores sociales proyectan “nuevos” campos de litigio. Para precisar las

20
Según las cifras de la CUT y la Escuela Nacional Sindical (ENS), esta agrupa a 2015 el 5% de los
trabajadores colombianos formalmente contratados.

58
conflictividades sociales, construyen un marco categorial de análisis y trazan a grandes
rasgos los lineamientos de su acción política.

Para condensar su sentido común, se analizaron los siguiente documentos por actor social:
UP en el marco del sexto congreso nacional: “!La alegría de un nuevo tiempo¡”; el PDA
cuenta con el “Ideario de Unidad” como base programática; el Congreso de los Pueblos
“Memorias seminario político-ideológico ‘Carlos Alberto Pedraza’”; la Marcha Patriótica
las Tesis de discusión “Abriendo caminos hacia un gobierno democrático para la
reconciliación y la paz” y, finalmente, las FARC con las Tesis preparatorias “Por un partido
para construir la paz y la perspectiva democrático-popular”.

A excepción del PDA, los actores sociales construyeron y publicaron los documentos
internos anteriormente mencionados en la fase final del Acuerdo de la Habana. La
información consultada y analizada se sistematizó a través de una matriz categorial, de ella
se condensan cuatro categorías comunes, a saber: sistema capitalista y modelo económico,
régimen y Estado, solidaridad e internacionalismo y grupos sociales y políticos; que
configuran el lente de análisis político por estos actores sociales.

Sistema capitalista y modelo económico

Los actores sociales no buscan crear una teoría sobre el sistema capitalista, toman
diferentes teorías y enfoques (dependencia o desarrollo humano) para decantar una critica
frente a los efectos colaterales materiales que el sistema capitalista genera manteniendo una
mirada internacional y nacional. En este sentido, la crisis la discriminan con
especificidades: económica, ecológica, humanidad, civilizatoria, socioambiental,
energética, alimentaria, sociocultural y de dependencia.

El modelo económico se refiere al cambio histórico y teórico con el que se actualiza o


renueva el sistema capitalista, al contrario del sistema capitalista es concreto. El análisis se
refiere a lo histórico y señalan que el modelo predominante actual es neoliberal que inició
con la apertura económica de los años 90 en Colombia, además, la forma que ha
desarrollado en el último lustro es de financiarización o capital ficticio y lo argumentan con
datos obtenidos de los sitios oficiales.

59
Régimen y Estado

La noción de régimen es analizada como la forma en la que se ejerce el poder. Para los
actores sociales, este presenta unas características para ese ejercicio de poder entre los
gobernantes y la sociedad civil. En ese sentido el régimen actúa con una democracia
restringida, corrupción, violencia social y política, es mafioso, ese ejercicio por la
cooptación y permisividad a individuos y grupos ligados al narcotráfico; además de,
reproductor y garante del patriarcado y de la acumulación de capitales ligados al capital
trasnacional. Complementariamente, la noción de Estado es la condensación de la clase
dirigente que cuida sus intereses, la cual es tomada de la conceptualización de Poulantzas.

Solidaridad e internacionalismo

Un aspecto importante del análisis es el cambio histórico en lo social, político, económico y


cultural, con avances y retrocesos, que ha tenido Latinoamérica y pueblos afines fuera del
subcontinente. Sus elaboraciones resaltan la solidaridad frente a esos gobiernos con
variopinta adjetivación (progresistas, democráticos, alternativos, moderados) que son
vehículos para esos cambios, no obstante, esta categoría no se expresa inercialmente por el
movimiento político y social que vive América Latina, es también critica frente a las
contracciones o regresiones socio-políticas acaecidas en los últimos 5 años.

Ejemplo practico de esta categoría se presenta con Rafael Correa en Ecuador, el cual se
presentó de manera conservadora frente a las demandas sociales de la población LGBTI,
pero defendido frente a la negación del proceso que Lenin Moreno, actual presidente del
país, ha emprendido; o la dependencia venezolana al petróleo.

En un sentido más nacional, la solidaridad tiene como móvil la verdad, la memoria histórica
se disputa entre la memoria hegemónica y la alternativa. La primera, para reproducir
significados y representaciones que sostienen el sistema capitalista, el modelo neoliberal y
el régimen político a través del Estado; la segunda aquella que cuenta esa historia no
nombrada, no relatada y olvidada que busca reparar las víctimas o subalternos a las
practicas de poder en la sociedad civil.

60
Grupos sociales y políticos (hegemónicos o no hegemónicos)

El análisis no puede perder de vista los actores que están en la política, ese proceso entre la
emancipación y la dominación. No obstante, habrá que resaltar que los actores sociales,
objeto de estudio, tienen una variada manera de nombrar las agrupaciones de un bando o
del otro. Motivo por el cual y, a juicio de quien escribe, al detallar esa diversidad de
categorías llama “grupos sociales y políticos” quienes están desarrollando un ejercicio
político en abstracto y para diferenciarlos adjetiva “hegemónico” a: las clases dominantes,
sectores del poder tradicional, sectores del poder dominante, bloque dominante de poder,
bloque hegemónico de poder, élites, oligarquías, bloque de poder económico y político,
burguesía; y “no hegemónicos” a: pueblo, bloque contrahegemónico, movimiento popular,
campo pulular, sujetos sociales y políticos, sujeto constituyente, bloque popular, bloque
emergente, clase trabajadora, sujeto social, clases subalternas, víctimas, aliados de clase,
sectores sociales organizados, oposición política, movimientos socio-territoriales, sectores
sociales y populares, movimiento popular, sectores subalternos, sectores sociales
desposeídos, vanguardia colectiva, organizaciones populares, fuerzas democráticas, campo
de fuerzas democráticas; tratando de sintetizar el ¿cómo nombrarlos?

3.3 Sujeto y visión de unidad política

El segundo capítulo se afirmó, con las palabras de Rancière (1996), que “la política es
cuestión de sujetos o modos de subjetivación” (p. 52) y, considerando que esta
investigación busca hallar luces sobre la construcción de un sujeto contrahegemónico, la
matriz de análisis dedicó un espacio para comprender que tipo y cuales factores son los que
proponen los actores sociales objeto de estudio. Para ello, abajo se presenta la Tabla 2,
síntesis de lo que cada uno formula en sus documentos, sin embargo, se registró una
concomitancia entre sujeto y visión de unidad política. Es decir, la construcción de un
sujeto depende de la/s concepción de unidad que gravita sobre el sentido común construido
teóricamente o del ejercicio practico en cada uno de ellos.

Tabla 2: Propuestas de los sujetos políticos analizados en Colombia

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Propuesta UP PDA CP MAPA FARC
Bloque: alternativo, histórico X X X
democrático o alternativo popular
Convergencia nacional X X
Frente amplio X X
Coalición democrática X X X
Movimiento por la Paz X
Pueblo X
Fuente: elaboración propia. 2018.

Previo al análisis y el desarrollo de la tabla anterior, la visión de unidad política que


expresan los actores sociales estudiados está concatenada directamente al factor temporal.
Para ellos, la experiencia señala tres momentos: uno de respuesta o acción política, es
puntual y para acuerdos específicos sobre eventualidades y acontecimientos, no tiene un
carácter nacional sin que este sea negado y, tiende a desaparecer; otro corresponde al corto
plazo ligado a transiciones o cambios de mediano alcance, no tiende a desaparecer luego de
una acción sino que agrupa un número de operaciones y proyecta expansión, en la que se
dan cambios de sentido común y; finalmente, de largo de plazo que se caracteriza por una
estrategia común y se ubica en la lucha ideológica. Cabe aclarar que este discernimiento no
responde al producto de ciertas etapas, dicho de otro modo, los momentos de la unidad no
corresponde a un parámetro; el estado de ánimo, el análisis y sus conclusiones definen los
alcances a direccionar política y orgánicamente sus colectividades.

El análisis de la Tabla 2 se propone a partir de la temporalidad, para ayudar a comprender y


condensar el planteamiento desde la pregunta de análisis. Para ello, se utilizará el corto y
largo plazo. En las proyecciones de corto plazo figuran: el Frente amplio, la Coalición
democrática, el Movimiento por la paz y la Convergencia; importante nombrar que el
Congreso de los Pueblos agrupa el frente, la coalición y la convergencia en un movimiento
político; FARC entiende la convergencia como un movimiento de movimientos que, a
diferencia de la propuesta inicial de MAPA, es de estructura flexible. Sin embargo, una
característica de las propuestas de corto plazo es la amplitud con la que conciben el espacio
y su finalidad, la cual se desarrollará en el próximo apartado.

El largo plazo gravita en la propuesta de bloque: alternativo, histórico democrático o


alternativo popular; según el actor, no obstante, el bloque histórico es un concepto

62
gramsciano para comprender e interpretar el ejercicio de la clase dirigente sin la separación
estructuralista entre supraestructura e infraestructura. La noción plateada por la UP, MAPA
y FARC, a pesar tener un adjetivo que lo distingue entre los actores sociales y del concepto
gramsciano –entendiendo que no son clase dirigente–, no es el resultado de una
construcción política, social, económica y cultural que puede describirse con los criterios
del estructuralismo y, que esté en ejercicio dentro de la sociedad civil, sino como un
significante para agrupar las tendencias comunistas existentes en el país, al menos para la
UP y FARC, contrario a estos, MAPA, lo concibe como un espacio amplio de confluencia
sin distinción de radicalidad.

No obstante, la Marcha no se aísla de la noción organizativa de la unidad política a través


de anillos o esferas concéntricas. La unidad propuesta de la Marcha Patriótica tiene tres
niveles determinados por la afinidad política-ideológica en este sentido una “unidad política
de las izquierdas […], unidad con sectores políticos y sociales democráticos y progresistas
[…], [y con otros] que logre configurar un bloque alternativo con vocación de poder”
(MAPA, 2017, p. 55).

3.4 Propuestas de los actores sociales

La siguiente matriz organiza las propuestas de los actores sociales objeto de estudio,
teniendo en cuenta la proyección general por cada uno para condensar un grupo de ideas.

Tabla 3: Propuestas de corto plazo de los actores analizados.


UP PDA CP MAPA FARC

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1. Solución política del 1. Soberanía Nacional; 1. La paz una lucha 1. Defensa y 1. Implementación de
histórico conflicto social. apropiación social de los acuerdos de la
social-armado en 2. Unidad los Acuerdos de La Habana;
Colombia y paz con latinoamericana y 2. La construcción de Habana para una paz
justicia social. política exterior; autonomías y el con Justicia Social; 2. Verdad y reparación
Cumplimiento del fortalecimiento de la para las víctimas;
Acuerdo de Paz; 3. Estado y régimen movilización social. 2. Defensa del Pliego
político; Unificado y la lucha 3. Buen vivir en la vida
2. Reparación Integral a 3. Tierra, territorio y popular en torno a la cotidiana de la
las víctimas, reparación 4. Democracia soberanía: la Cumbre Agraria Étnica población;
política y deber de la económica; construcción de una y popular;
memoria; Reforma Integral 4. Ampliación de la
5. Derechos sociales, Agraria, recuperación 3. Desmonte de las apertura democrática;
3. Democratización económicos, culturales de tierras a sectores medidas neoliberales y
efectiva de todas las y ambientales; sociales, real anti-populares de los 5. Gasto público para
dimensiones de la vida apropiación del gobiernos actuales; las necesidades más
social; territorio de la ciudad, la urgentes;
6. Paz, justicia y defensa de lo publica y
seguridad; 4) Fortalecimiento de la
4. Realización efectiva la nacionalización de las participación social y
mismas; 6. Recuperación de la
de los derechos popular en todas las capacidad productiva
humanos y de los 7. Política nacional de decisiones de políticas
drogas; del país;
derechos de la Madre 4. Economía para el públicas;
Tierra; buen vivir: un modelo
8. Movilización económico que tenga 7. Acuerdo nacional
5) Construcción de un para un ambiente sano;
5. Soberanía, ciudadana democrática; como principio el consenso de las fuerzas
Internacionalismo e bienestar de la sociales y políticas para
Integración población, con desatar un proceso 8. Recuperación de la
latinoamericana; soberanía alimentaria e constituyente, hacia descentralización y
industria nacional, sin reformas estructurales construcción social del
minería a gran escala, ni exigidas para la territorio;
6. Transformación de
las relaciones de poder TLC’s; terminación del
hacia un Estado y conflicto armado 9. Inserción soberana en
gobierno Democrático. 5. Poder para el buen interno. procesos de integración;
vivir;
10. Impulso a un
6. Cultura, identidad y proceso constituyente
ética de lo común: abierto.
transformación cultural;

7. Caminos de vida,
justicia y paz;

8. Defensa de los
derechos y acuerdos;

9. Integración de los
pueblos y de las luchas.
Fuente: Elaboración propia. 2018

Esta información presentada se puede enmarcar en tres enfoques teóricos, la primera, y que
ha sido histórica en los actores es la redistribución, de ella se desprenden nociones como la

64
justicia social, la democracia económica, la reforma rural, economía para el buen vivir, la
recuperación de la capacidad productiva del país, el desmonte de las medidas neoliberales,
gasto público para necesidades urgentes. La segunda, se refiere al reconocimiento que
agrupa la paz, víctimas, verdad, soberanía e integración, las transformaciones culturales, los
derechos de la madre tierra, el ambiente y la legislación popular. El tercero, con la
participación política, confluyen las transformaciones del Estado y sus instituciones, la
construcción del territorio, el poder popular, la movilización ciudadana y los procesos
constituyentes; estos buscando ampliar la democracia restringida, modo con el cual el
régimen político colombiano viene operando.

4. Conclusiones

Luego de un recorrido por la formulaciones y posiciones de actores sociales en Colombia


queda el interrogante de saber si es posible o pertinente, denominar o categorizar al
conjunto de fuerzas políticas de izquierda como grupos sociales subalternos o no. Para ello,
habrá que retomar el concepto de grupos sociales subalternos de Gramsci, el autor los
caracteriza porque su historia es disgregada y episódica con una recurrente intención a la
unificación, que a diferencia de los grupos dominantes estos han logrado consolidar su
historia a partir y desde el Estado sin que ello implique no tener diferencias; en segundo
lugar, las proyección o planes de estos son “provisionales”, es decir, la temporalidad de
ellos, tiende a reducirse y; en tercer lugar, experimentan la iniciativa de los grupos
dominantes, no obstante, una eventual victoria no rompe la subalternidad.

Características descriptoras que posibilita denominar o categorizar estos actores sociales


como grupos subalternos. Lo revisado en la bibliografía del capítulo uno permite evidenciar
lo disgregados que han sido estos actores, no sólo en Colombia, sin importar si estos
corresponden a la primera o segunda ola revolucionaria, además, la provisionalidad de sus
proyecciones tiende a reducirse cada vez más, por ejemplo, la temporalidad de las uniones
políticas para llegar al ejercicio del poder político es más fragmentaria, menos corta en el
tiempo y frágil. Los caracteriza unirse para contestar frente a “x” o “y” política o medida

65
institucional, pero su trascendencia queda en un plano inferior, los estudiantes y el proyecto
de reforma a la ley 30, es una clara expresión de esa abstracción.

El común denominador de los actores sociales y sus colectividades ha sido experimentar la


iniciativa de los grupos de Estado o dominantes (grupos empresariales, trasnacionales,
paramilitares, reformas socio-económicas) de manera sistemática, y se puede discernir que
en esa historia los intervalos de la iniciativa política son mas cortos y mas largos para lo
económico, en otras palabras, los grupos de Estado mantienen el sistema y el modelo, un
cambio al que se aspiraría es del modelo, pero la política está llena de incontables
iniciativas abiertas o soterradas pero con la intención de mantener la hegemonía en la
sociedad civil.

A pesar de lo anterior, los grupos subalternos han logrado obtener victorias, retomar el caso
de los estudiantes es emblemático, no solo por su impacto sino por la inspiración a los
demás grupos sociales subalternos, pero la victoria eventual no logró romper la
subalternidad frente al modelo de educación que impulsó el gobierno nacional de turno, o
en un sentido de lo político más amplio, el Acuerdo de Paz de La Habana, entendido como
victoria de los grupos sociales subalternos que históricamente han defendido la vida, no
logró romper la concepción subalterna frente a la guerra o mejor de la rendición de las
guerrillas, es decir, que las victorias no logran trascender los valores morales de una
determinada sociedad en general, ergo no implica que se logre avanzar en reposicionar
valores.

Aclarado lo anterior, aun queda por evidenciar en los proyectos de los grupos subalternos
cual es la propuesta de sujeto, sin afirmar o no la condición de contrahegemónico, pero ¿es
la noción de contrahegemonía distinta a la hegemonía?

Anteriormente, se dijo que el sujeto se refiere a colectividades que desarrollan distintos


modos de subjetivación política propia de su praxis. La subjetivación se toma de Rancière
en dos planos, como producción construida entre actos y enunciaciones o como
desidentificación de lo normal para ser contado. Por ello, el sujeto no es una colectividad o
colectividades identificadas internamente o externa.

66
En consecuencia se puede decir que la historia de los grupos subalternos en Colombia
objeto de estudio, han construido una identidad en tres aspectos: las practicas, las
posiciones de sujeto y sus representaciones. Frente a la primera, el hallazgo principal es la
inmutabilidad de los repertorios de movilización y la acción política con un dejo de
romanticismo, expresado en el adagio popular “todo pasado fue mejor” algunos de ellos
han sido la huelga, muy característica de los sindicatos a tal punto que la institucionalidad
la cooptó y hasta la reglamentó. Pero un lector o analista desprevenido podría decir que no
es cierto y que las practicas han sido variadas, válido, pero hasta que no llega un relevo
generacional en su interior, no obstante esto es mucho más válido para los subalternos
calificados por su condición etérea de jóvenes, y estos relevos se dan, a menudo, con lustros
de diferencia, ya que no solo juega su idea, sino la experiencia y el nivel de mando al
interior de su grupo respectivo.

El segundo, la posiciones de sujeto, tomado como lo propuso Laclau y Mouffe, con su


factor de identidad y/o identificación (cuando renovó su teoría), es el eterno retorno al viejo
debate entre reforma y revolución, estas posiciones se sustentan con un siglo de evidencia
en la cual posiciones de sujetos identificados consolidaron las grandes pugnas en los
espacios de unidad o abiertos de los grupos subalternos, a tal punto que la agresión física
(riñas) fue recurrente en la historia de los grupos subalternos. O peor aún cuando la
estrategia se basa en la construcción de un populismo, el cual, como está sujeto a la
demanda, las distintas cadenas equivalenciales (propuestas universalizadas) que logran
formarse se solidifican con la identidad y la identificación que encarga “x” o “y” individuo,
que no se logra desprenderse de lo establecido para ser expandido en los escenarios
comunes por las subjetividades existentes.

Y tercero, sus representaciones entre ellos, símbolos, iconos, dirigentes, referentes y


modelos se han construido bajo un criterio de verdad histórica omnímoda que no da campo
a un proceso de subjetivación interna de los grupos subalternos para entenderse en lo
amplio pero también para remover, actualizar y expandir nuevos valores de los grupos
subalternos. Es decir, y para comprender el grado al cual se ha llegado es pertinente usar el
concepto de “fetichización” en Marx pero trasladándolo de las personas a sus líderes,
banderas, grupos, nombres, categorías, valores, etcétera. O para hacer una crítica más

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radical, sus representaciones son tan valiosas como lo son estas para un miembro de las
denominadas barras bravas del fútbol que vive y muere por una insignia desprendiéndose
de la pasión a un juego. Lo anterior, para señalar que la identidad constituida es un factor
inmaterial favorable al modelo neoliberal que ha logrado individualizar el sentido común de
los grupos subalternos y las proyecciones de sujeto político desprendiendo el horizonte
estratégico de una sociedad con nuevos valores sociales, políticos, económicos y culturales.

Estos tres aspectos para decir, que la identidad de los grupos subalternos en Colombia
carece de ideología, teoría y renovación, si es que se quiere tomar a los más notables
representantes de la teoría social o crítica. Se esfuerzan por reproducir taxativamente la
experiencia de la revolución de octubre, la china, vietnamita, cubana, venezolana, boliviana
o la española con Podemos y no en recrear en sus propias condiciones el camino de una
propia.

Pero ¿la subjetivación en que plano? Se puede afirmar que en la mitad del primero,
producción de actos, más concreto, es el cúmulo de un número exponencial de actos para
pugnar por nuevos individuos que se circunscriben para A, B, o C grupo subalterno y no
para ampliar un proceso de desidentificación del sentido común, prácticas económicas o
relaciones socio-personales.

Por lo anterior, se afirma que los grupos subalternos no tienen una proyección de sujeto, en
términos del marco teórico, aunque habrá que hacer la salvedad frente a las colectividades
que estos agrupan, que seguramente existirán salvedades al valor moral que actúa como
propuesta de los subalternos. Lo que se halló en ellos, es nuevamente una propuesta
episódica de sujeto determinado por la demanda, como lo propone Laclau en la razón
populista. Frente a esto, el sentido común actual del pueblo colombiano es el de la certeza y
con ello se pretende señalar que los cambios de gobierno, ética, moral, educación,
constituyen una gran lucha cultural permanente, antes que bosquejarse las condiciones o
estados de ánimo de cambio que no está siendo encarada por aquellos que se identifican
como transformadores, reformistas, revolucionarios, etcétera.

Al incorporar la categoría de estrategia en esta investigación se buscó articular la


hegemonía y sujeto político, planteándola como mediación que proyecta los grupos

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subalternos para el pos-acuerdo. En ese sentido, la estrategia es de gobierno y con ella
poder desarrollar las ideas fuerza que han construido en sus propuestas, para ello, la táctica
reposa en las elecciones. Considerando que la estrategia es la mediación, y que cada una de
las anteriores está descrita dentro de un marco teórico, es posible llegar a otra afirmación,
en la actualidad existe un estancamiento de los grupos subalternos para cambiar su
quehacer político que desborde el marco de acción permitido por la institucionalidad, las
excepciones que se pueden identificar circundan a los repertorios, pero estos no responden
a la noción de estrategia sino de táctica, es decir responde a las batallas que se desarrollan
en el plano de las ideas y la cultura a través de un ejercicio de fuerza (huelga, paro,
marchas, tomas).

69
Referencias

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