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fotográficos:
espacios naturales
Javier Puertas Blázquez
PID_00179376
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Índice
Resumen....................................................................................................... 42
Bibliografía................................................................................................. 43
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Picos de Europa
El primer espacio natural protegido español, cuya declaración se llevó a cabo en 1918, es
un espacio natural de montaña donde dominan las estampas de naturaleza prácticamente
inalterada, pero también es un espacio históricamente intervenido en el que los pequeños
pueblos y aldeas se integran armónicamente en el paisaje aportando identidad geográfica
a los mismos.
Junto a los tres parámetros analizados, también es preciso señalar que los en-
cuadres verticales pueden contribuir a incrementar la sensación de profundi-
dad y perspectiva de una fotografía.
El principal reto de los paisajes en este sentido es la nula capacidad del fotó-
grafo de organizar físicamente la escena –como se procedería en un bodegón o
cuando se realiza una foto grupal colocando estratégicamente a las personas.
Así, resulta fundamental la localización del fotógrafo y el punto de vista, pará-
metros íntimamente relacionados, para materializar el objetivo de aprehender
el territorio que se está trabajando.
Este espacio protegido andaluz incluye, además del espacio terrestre, una zona marina
con el argumento de contribuir a la protección de las praderas submarinas de Posidonia
oceanica, y otras especies de fanerógamas mediterráneas. La composición de esta escena
ha tenido perfectamente presente la regla de los tercios, ubicando el principal elemento
visual de referencia constituido por las rocas que emergen de las azuladas aguas descen-
trado aproximadamente en una de las zonas visuales de referencia: la zona de cruce entre
las líneas imaginarias de la regla de los tercios.
Sólo en algunas escenas que incluyan grandes superficies de agua en las que
quede reflejado el centro de interés, generándose de esta manera una simetría
visual– normalmente horizontal–, se recomienda romper la regla de los tercios
y los horizontes y se puede incentivar la referida simetría de manera que la
escena se repita exactamente en la mitad superior e inferior de la toma.
Junto con las nociones básicas sobre composición expuestas, hay que dedicar
unas líneas a los diferentes elementos visuales que articulan cualquier esce-
na, y que deben tenerse perfectamente presentes a la hora de componer una
fotografía que se espera funcione. En este apartado se presentan los puntos,
las líneas y las formas y volúmenes como los elementos básicos de cualquier
imagen.
Los puntos son el elemento visual básico de cualquier imagen. Los centros
de interés de las fotografías pueden ser puntos concretos perfectamente defi-
nidos, más o menos grandes o pequeños, como el sol en un amanecer o atar-
decer, o un solitario árbol en una amplia panorámica de una llanura agrícola
–que a efectos prácticos, por la escala, sería un elemento puntual.
Las líneas son un recurso compositivo fundamental que permite guiar la vis-
ta del espectador por la instantánea, marcando el recorrido natural que debe
hacerse para ver la imagen, para leer la fotografía. Gracias a las líneas se puede
dar a la imagen mayor perspectiva, sensación de profundidad y escala. Las lí-
neas pueden ser, en sí mismas, centro de interés de la toma. Pueden ser reales
o imaginarias, trazadas de manera subconsciente por nuestro cerebro hilando
visualmente una serie o secuencia de puntos, o cruzando la mirada de anima-
les o personas en la escena.
Garganta Jaranda
Las imágenes de paisaje en blanco y negro tienen aún hoy día un atractivo especial. En
esta toma de la Garganta Jaranda, en la vertiente meridional de la Sierra de Gredos, la
ausencia de color ha otorgado un mayor protagonismo a las líneas sinuosas que guían
la lectura de la imagen. La línea del camino que arranca en el primer plano converge en
el fondo con la curva de la empedrada ribera del río. También converge hacia la esquina
superior derecha de la imagen, donde termina el recorrido visual por la fotografía, la
irregular curva que conforma el límite inferior de las nubes.
mente parte de la fotografía como vegetación, árboles, puentes... Otros actúan de una
forma menos evidente, simplemente orientando la mirada y ayudando al ojo a navegar
en la imagen. Sea como fuere, cualquier elemento que "encierre" el centro de interés per-
mitirá enmarcar la fotografía, dirigiendo la atención del observador al elemento protago-
nista. A veces el marco puede quedar perfectamente iluminado, ya sea con iluminación
natural o haciendo uso del flash, mientras que en otras ocasiones puede representarse
como una silueta, esto es, como densas sombras prácticamente negras.
Interesa, más allá del debate sobre su calidad "intrínseca", estudiar y analizar
la luz considerando su dirección, la posición�del�fotógrafo y el motivo�pai-
sajístico propiamente dicho. Las escenas más sencillas de fotografiar son, sin
duda, aquellas en las que el paisaje queda iluminado frontalmente y por tanto
la fuente de luz, el sol, está a la espalda del fotógrafo, más o menos rasante
o inclinada. En estas condiciones, la luz es homogénea en el conjunto de la
escena y puede resultar razonablemente sencillo tanto su medición como la
asignación de los valores de exposición trabajando con el obturador y el dia-
fragma.
Junto con la luz, y derivado de la misma, el color puede ser un elemento fun-
damental en la fotografía de paisajes, excepción hecha, claro está, de la foto-
grafía en blanco y negro. Muchas estampas paisajísticas deben gran parte de
su atractivo a los intensos azules celestes, independientemente de la época del
año en que se haya realizado la toma.
En los atardeceres y amaneceres, con sus intensos tonos rojizos y azulados algo después
de la salida y puesta del sol, el color es o puede ser el elemento clave de la escena, robando
incluso protagonismo al paisaje propiamente dicho. En las escenas costeras y litorales,
por poner otro ejemplo, los mil y un tonos azules y verdosos que tiznan los mares y
océanos pueden adquirir también un protagonismo fundamental en la fotografía.
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Atlas
En esta fotografía del sistema montañoso del Atlas, en el norte de Marruecos, el color
adquiere un protagonismo inusual en la escena. Contribuye el color, y mucho, a la pro-
fundidad de campo y perspectiva de la fotografía: en primer plano, los colores ocres cla-
ros dan paso a los tonos rojizos de las laderas que conforman el segundo plano, algo más
intensos, y el fondo es la zona de color más intenso: los saturados y limpios cielos azules.
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Entre las actividades características del ecoturismo están las visitas guiadas, la observación
e interpretación de la naturaleza –una de las actividades más vinculadas a los espacios
naturales protegidos–, la observación de fauna en la que tienen un gran protagonismo
las aves y cetáceos, el denominado ecoturismo científico y la fotografía de naturaleza
centrada como motivo fotográfico en la fauna, la flora y los paisajes.
Entre las modalidades del esparcimiento generalista que pone el acento en la contem-
plación de la naturaleza puede diferenciarse una actividad que, cada vez más, gana más
adeptos: la fotografía de naturaleza. En muchos casos la práctica de la fotografía se con-
centra en las áreas más o menos accesibles –miradores paisajísticos, casetas de observa-
ción de fauna– que exigen un esfuerzo relativo para el logro de bellas instantáneas. Las
fotografías más exclusivas –las que no se traen la mayoría de los turistas– exigen despla-
zamientos y recorridos por el espacio natural, por lo que podrían también considerarse
una modalidad del senderismo con un objetivo añadido que sería el fotográfico. Sobre
todo cuando el objeto de atención fotográfico es la fauna, que exige usualmente ímpro-
bos esfuerzos para la obtención de buenas imágenes, el turismo fotográfico escaparía ní-
tidamente del ocio generalista de contemplación de la naturaleza y se debería hablar de
ecoturismo propiamente dicho.
Hasta la fecha poco se ha escrito, y por lo tanto, cabe suponer que poco se
ha reflexionado, sobre las potencialidades y virtudes del territorio, en su con-
junto y a través de sus distintos elementos patrimoniales, desde su considera-
ción como motivo fotográfico capaz de generar flujos de profesionales, y sobre
todo aficionados, interesados en abordar estos ámbitos cámara en mano. De
esta manera se puede afirmar con carácter general que, en los estudios de va-
loración integral del territorio, y particularmente desde la perspectiva de sus
potencialidades turísticas, no suelen tenerse en cuenta sus virtudes o poten-
cialidades desde el punto de vista fotográfico. En este sentido sería interesante
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analizar el factor fotográfico del territorio como una medida de las posibilida-
des que ofrece para la práctica de la fotografía –particularmente paisajística
y pensando específicamente en paisajes naturales– y, en último término, de-
terminar hasta que punto podría este factor fotográfico contribuir a generar
flujos locales, regionales, nacionales e incluso internacionales.
Solicitar los permisos necesarios a las autoridades competentes para fotografiar especies
y enclaves que lo requieran por ley, y si los terrenos son privados, también a sus propie-
tarios. Hay que ser respetuoso con el modo de vida de las personas que viven y trabajan
en el medio natural.
Para fotografiar fauna, se debe trabajar preferentemente con ejemplares libres y salvajes
en su medio natural, sin alterar su normal comportamiento. Hay que evitar las situacio-
nes delicadas como animales incubando o con crías recién nacidas, especialmente en
condiciones meteorológicas desfavorables (frío, lluvia, sol directo...). Si las condiciones
permiten el trabajo fotográfico habrá que tomar las máximas precauciones, desistiendo
si las crías corren algún peligro.
Para fotografiar flora, hay que trabajar preferentemente en el campo, evitando arrancar
total o parcialmente las especies, quedando excluidas de esta consideración las especies
protegidas.
No debemos rehuir informar que una fotografía ha sido realizada en condiciones contro-
ladas. Las fotos en zoológicos, centros de fauna y similares, pueden suponer una mayor
tranquilidad para las especies más escasas y vulnerables.
Evitar el corte de ramas y vegetación para camuflar los escondites (hide) que se emplean
para la fotografía de fauna salvaje, utilizando preferentemente redes de hojas artificiales
o en su defecto, ramas muertas y vegetación seca.
El camuflaje natural de un nido, manipulado para una sesión fotográfica, debe ser res-
taurado a su término. Las ramas se atarán mejor que cortarán y, por supuesto, nunca se
dejará expuesto el nido a depredadores, a otras personas o a las inclemencias del tiempo.
Evitar manipular cualquier elemento mineral o arqueológico de modo que pudiera alte-
rarse irremediablemente la integridad de una formación geológica o paleontológica.
Hay que mantener siempre limpio el lugar de nuestro trabajo de campo, eliminando
también cualquier huella de nuestra actividad.
El fotógrafo de naturaleza que trabaje fuera de su país debe actuar con el mismo cuidado
y responsabilidad que si estuviera en el suyo propio.
Colaborar con otros compañeros para mejorar las condiciones de trabajo en la Natura-
leza, divulgando al mismo tiempo el presente código ético entre todos aquellos que lo
desconozcan.
Las altas latitudes, los polos y las regiones circumpolares se están convirtiendo,
cada vez más, en un destino turístico entre cuyos demandantes se encuentra,
también, el fotógrafo de territorios y naturaleza.
Son los paisajes del frío, paisajes helados con algunos motivos verdaderamente
espectaculares como los frentes de los grandes glaciares o los extensos hielos
antárticos, aunque en muchas ocasiones el motivo turístico –y también foto-
gráfico– es la fauna que se concentra en el litoral de estas inhóspitas tierras
donde las condiciones son menos extremas que tierra adentro.
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Perito Moreno
El frente glaciar del Perito Moreno es la imagen mas conocida del Parque Nacional de Los
Glaciares, en la provincia de El Calafate, en Argentina, y por lo tanto, uno de los retos
al que se enfrentará el fotógrafo será obtener una imagen distinta, peculiar, singular...
de un lugar cuya imagen está perfectamente representada en el acervo colectivo. En esta
instantánea de cuidada composición, los hielos parecen estar tintados de azul, pero no
se trata de una dominante de color, sino del color verdadero del hielo que, eso así, se ve
incrementado por el día nubloso en el que se realizó la fotografía.
Técnicamente uno de los principales problemas de los paisajes en los que do-
minan el hielo y la nieve es que el equipo tenderá a subexponer la imagen,
máxime en días soleados mucho más luminosos aún, por lo que es importan-
te asegurar la exposición correcta de la fotografía: de lo contrario es posible
que un reportaje completo quede oscuro. Por esta tendencia de las cámaras a
subexponer las estampas nevadas es posible que el blanco más o menos puro
de la nieve no quede correctamente recogido en la fotografía, y que la nieve,
los hielos y otras partes blancas de la escena se reproduzcan grises en nuestra
imagen. Es importante, pues, asegurar la correcta exposición de las fotografías
en estos ámbitos donde los blancos pueden ser dominantes en la escena.
Por otro lado, y de manera particular durante los días nublados, hay que ser
cuidadosos con el color. El problema puede ser la aparición de una dominante
azul, más acusada en la sombras, desde las más tenues a las más profundas, que
quizás sea preciso corregir, aunque no siempre, ya que puede aportar también
sensaciones de frío a la instantánea.
2.2. Montañas
Las montañas son, seguramente, el territorio que más interés despierta para
la práctica de la fotografía, tanto de los profesionales como de los fotógrafos
aficionados, y prueba de ello son los numerosos libros de fotografía centrados
en las montañas de todo el mundo. Además de los relieves y desniveles en
sí mismos, tan atractivos como a veces complicados de abordar cámara en
mano, los espacios montañosos albergan numerosos motivos paisajísticos con
personalidad propia e interés para el fotógrafo, como los bosques de altura o
los lagos de montaña.
Lectura recomendada
Se trata de un libro de gran formato que contiene unas 150 fotografías de los paisajes y
las gentes del Himalaya, el sistema montañoso más importante del mundo. En su viaje a
través de Pakistán, India, Nepal, Tíbet y China, el autor, Art Wolfe, presenta un Himalaya
lleno de belleza y grandiosidad, no solamente por sus grandes espacios naturales, sino
también por las miradas de las gentes que lo habitan. Cada fotografía está explicada con
todo detalle, tanto lo que es como su técnica a la hora de realizarla y las circunstancias en
que hizo cada toma. Un bello libro que refleja la belleza de un mundo casi por descubrir.
Seguramente son los menos los valles y gargantas que, en función particular-
mente de su orientación, ofrecen una iluminación parecida en ambas vertien-
tes –sobre todo en las horas centrales, condenadas en todos los manuales como
las peores para la práctica de la fotografía de paisajes– de manera que pueden
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Así, de acuerdo con lo expuesto, en los momentos con esa luz especial que
aportan el amanecer y el atardecer, que permiten destacar aún más si cabe el
imponente carácter de las montañas según muchos autores, es muchas veces
difícil obtener una fotografía uniformemente iluminada lo que, por otro lado,
no tiene porque quitarle esencia y valor a la instantánea.
En otro orden de cosas, el aire limpio, denso y frío –frío en términos absolutos
y en comparación con las zonas menos elevadas circundantes– de la mayoría
de las montañas es, por el contrario, un aliado del fotógrafo que contribuye,
sin duda, a la realización de imágenes de extraordinaria claridad y nitidez. Son
las siempre agradecidas atmósferas montanas.
destacarse dos filtros, cuyo uso es poco menos que inexcusable: el filtro UV
que, además de su función protectora del objetivo, contribuye a eliminar la
componente azulada de la luz característica de las altas altitudes –y latitudes–,
y los filtros degradados grises, imprescindibles en no pocas situaciones en las
que las diferencias de luminosidad entre los cielos y las estribaciones monta-
ñosas son insalvables.
La montaña más elevada del Estado español es el Teide, en la isla de Tenerife. No sólo es la
más elevada sino también la más singular y diferente por su origen volcánico, y caracte-
rísticas geomorfológicas, con respecto a los sistemas montañosos peninsulares. Fotográ-
ficamente brinda mucho juego ofreciendo tomas espectaculares relativamente sencillas
de realizar, eso sí, exigentes en la composición, en este caso, asumiendo el protagonismo
visual nuestro gran volcán. Finalmente, señalar la importancia que adquiere el sustrato,
lo geológico, en una toma en la que la presencia vegetal se reduce a algunas matas de
vegetación subarbustiva.
Un buen consejo a la hora de tratar los colores en general y los colores del
otoño en particular sería el de no abusar de la saturación. El exceso de satu-
ración poco o nada contribuirá a los paisajes ya que pueden quedar sobresa-
turados un tanto surrealistas. Hay que saber y tener siempre presente que en
la naturaleza sólo excepcionalmente pueden encontrarse colores puros, por lo
que, a pesar de lo atractivo que en un principio pueda resultar la posibilidad
de intensificar los colores, es conveniente moderar su saturación si se quieren
conseguir fotografías más realistas.
Dentro del bosque cabe explorar los efectos y posibilidades que nos brindan
los distintos tipos de objetivos de nuestro equipo. Enfocando las copas de los
árboles desde abajo con un gran angular se consigue alejar visualmente el te-
cho forestal, alejar virtualmente las copas. En el extremo focal opuesto, un te-
leobjetivo corto o medio conseguirá un interesante efecto visual de compren-
sión de los planos de una hilera de troncos, cuyos distintos planos parecen
más próximos, creando así una imagen gráfica de gran fuerza.
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Hayedo otoñal
Damiel
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, ofrece es-
cenas como la captada en esta imagen en la que se ha incluido en el primer plano la
vegetación subacuática aprovechando la transparencia de las aguas. Hubo que utilizar un
filtro polarizador para eliminar los reflejos del agua. Por otro lado, también en el primer
plano, la pequeña barca característica de la zona aporta escala y dimensión humana a
este paisaje.
Más allá de las posibles categorías de los paisajes del agua que podrían estable-
cerse, cuestión que no puede ser objeto de estos materiales, el denominador
común de los territorios aquí considerados es la presencia del agua como el
principal elemento distintivo de los mismos.
Se cuenta con un apoyo social muy importante con más de 50 organizaciones, asociacio-
nes, fundaciones, empresas... incluso a nivel internacional. Miles de personas visitan el
blog SOS Paisajes del Mar a diario, en castellano y en inglés, desde 35 países.
También se puede apostar, por el contrario, por forzar un efecto sedoso de las
aguas, usando velocidades lentas que exigirán usar un trípode o monopié en la
toma y logrando así un efecto artificial, pero harto agradable para el gran pú-
blico y muy valorado estéticamente tanto por fotógrafos aficionados como por
profesionales, que consigue transmitir serenidad y paz. Se trata seguramente
de uno de los efectos que mayor interés despierta, a pesar de que se trata de
una técnica profusamente ensayada, por lo que el reto será obtener imágenes
originales y distintas.
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Iguazú
En esta parte de los materiales son objeto de atención los paisajes, y territorios
fotográficos, de las grandes extensiones superficiales en las que domina la lla-
nura, donde la planitud del paisaje es el denominador común, caracterizados
por tanto por la ausencia de relieves significativos. En algunos casos ni siquiera
podrán encontrarse suaves lomas o pequeñas colinas en grandes extensiones.
Turberas europeas
El Parque Nacional Gauja, en Letonia, acoge entre otros muchos valores patrimoniales
sobresalientes la extensión de turberas más grande del país. Las turberas, humedales sub-
superficiales, son cuencas lacustres repletas de materiales vegetales –sobre todo ácidos–
en descomposición. Son paisajes eminentemente planos, amplias llanuras inundadas,
que fotográficamente deben estudiarse muy bien para obtener buenas imágenes. En esta
toma, además de realizarse en un lugar mínimamente elevado, se ha trabajado conscien-
temente con el fondo de la imagen, conformado por las formaciones de pináceas que
cierran el horizonte y permiten delimitar geográficamente de alguna manera la escena.
Desde la óptica fotográfica todos estos espacios, y otros que cabría sumar al
listado, destacan por los amplios horizontes, en muchos casos con interesan-
tes planos medios, así como por la aparente ausencia de puntos de interés, de
elementos clave sobre los que armar la fotografía. Uno de los principales pro-
blemas a los que se enfrentará en estos espacios el fotógrafo de territorios va
a ser encontrar algún punto suficientemente elevado –promontorios, suaves
colinas...– desde el que captar la escena con suficiente perspectiva.
También se incluirían en esta parte los espacios agrarios, como las praderías
o las llanuras cerealistas, siendo de aplicación para los mismos las directrices
señaladas para los espacios más naturales. En estos espacios agrarios se pueden
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Paisajes cerealistas
Koldo Badillo
2.6. Desiertos
Los desiertos fríos y cálidos, aunque particularmente los segundos, son espa-
cios que despiertan un gran interés, evocando muchas veces paisajes exóticos
para el mundo occidental. Así se explica el hecho de que los desiertos se están
convirtiendo, cada vez más, en destinos fotográficos propiamente dichos, o,
cuanto menos, en destinos preferentes en alguna ocasión para el aficionado
a la fotografía de territorios.
Son los desiertos espacios muy luminosos, donde precisamente este "exceso"
de luz puede llegar a ser el problema, o cuanto menos un factor a considerar.
En fotografía de desiertos es frecuente el uso de filtros grises que contribuyen a
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Los intensos colores pueden tener un gran peso visual en la fotografía de de-
siertos. Los espectaculares amaneceres y atardeceres contribuyen sin duda a
maximizar la fuerza de los colores, si bien deben trabajarse cuidadosamente:
en la fotografía amateur de los desiertos uno de los fallos más evidentes suele
ser la excesiva saturación de los colores, que puede llegar a producir efectos
artificiales.
El geógrafo y fotógrafo Michael Martin ofrece en su web Deserts of the Earth una intere-
sante recopilación de fotografías de desiertos de todo el mundo. Estas y muchas más
imágenes componen las casi 400 páginas de su libro: Michael�Martin (2004). Desiertos.
Barcelona: Galaxia Gutenberg.
Sahara marroquí
En esta escena del Sahara marroquí, muy cerca de la frontera con Argelia, la estampa ar-
quetípica de los paisajes desérticos dunares del segundo plano, principal ámbito de inte-
rés de la fotografía, se complementa con un primer plano de arenas más oscuras salpica-
das de vegetación subarbustiva. La silueta del dromedario contribuye a la imagen en un
doble sentido: aporta escala e identidad territorial. También juegan un papel destacado
los saturados cielos, intenso telón de fondo de esta fotografía.
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A pesar de lo expuesto, seguramente no exista todavía cultura fotográfica po- Referencia bibliográfica
pular, en el sentido que la fotografía cotidiana, denominada documentalmen-
Podéis consultar el artículo
te como "mera fotografía", adolece todavía, con carácter general, de unos mí- "De los dispositivos fotográ-
nimos criterios de calidad estética, lo que no les resta mérito por otro lado. Así ficos a la cultura fotográfica"
en línea.
se puede afirmar que los propietarios y usuarios de cámaras fotográficas –que
los ciudadanos en general se podría decir– aún no han adquirido un mínimo
lenguaje fotográfico que se traduzca en sus fotografías –no cabría hablar de
obra fotográfica en el sentido más artístico.
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"...el conocimiento de la fotografía es tan importante como el del alfabeto; los analfabetos
del futuro serán aquellos que ignoren el uso de la cámara y de la pluma"
Molí-Nagy
Además de ofrecer directrices y criterios para mejorar las fotografías, para ha-
cer mejor cada instantánea, en este tema se analiza el papel que la fotografía
de territorios y paisajes puede jugar o juega como herramienta para la dinami-
zación y promoción de su principal motivo fotográfico: los espacios naturales,
y territorios rurales.
Sea como fuere, el hecho es que los materiales para la promoción territorial
suelen apoyarse, cuando no fundamentarse, en abundante información gráfi-
ca entre la que la fotografía tiene un evidente protagonismo. Una revisión no
exhaustiva de los materiales promocionales elaborados por entidades locales y
también en muchos casos por empresas privadas, podría poner en entredicho
la calidad fotográfica que ilustra estos materiales, lo que resulta contradictorio
por el peso que la fotografía tiene en los mismos.
Se podría afirmar, pues, que la calidad de los trabajos fotográficos que ilustran
muchos materiales promocionales de nuestros espacios naturales y territorios
rurales, sobre todo cuando se producen por entes y administraciones locales
de reducido tamaño, deja mucho que desear. Tampoco los materiales genera-
dos por otros agentes locales, como pueden ser agrupaciones de desarrollo ru-
ral o asociaciones profesionales y organizaciones, destacan en general por los
materiales fotográficos utilizados. Incluso no son pocos los materiales promo-
cionales editados por la iniciativa privada –alojamientos rurales, empresas de
actividades de naturaleza...– que adolecen de unos mínimos de calidad de sus
fotografías.
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En esta tesitura, en plena era audiovisual que nos malacostumbra a leer menos
y nos predispone a ser conquistados casi exclusivamente por la vista, resulta
poco menos que imprescindible mejorar visualmente los materiales promo-
cionales por medio de una base fotográfica de los mismos de suficiente cali-
dad. Las directrices y criterios presentados anteriormente para la realización
de fotografía de paisaje en muy distintas geografías pueden servir igualmente
para analizar y evaluar los trabajos fotográficos que ilustran todo tipo de ma-
teriales promocionales.
El paisaje es un lugar y su imagen. El agua y sus paisajes, elementos territoriales con sin-
gular personalidad, nos aportan las más de las veces armonía y sosiego; son los paisajes
calmos de Daimiel o las reposadas aguas del Menor de nuestros mares. También a veces
nos transmiten, por contra, fuerza y vigor; son los verticales patrimonios de las casca-
das del Iguazú y las mucho más modestas chorreras veratas, o las estampas litorales de
acantilados fluviales y litorales. Son también paisajes y escenas culturales, dominados
por puentes y otros elementos antrópicos como en Alcántara.
La colección se articula en una veintena de obras sobre el agua y sus paisajes, tanto en
España como en otras latitudes. Es una muestra que trata de reflejar, transmitir y com-
partir el casi infinito elenco de paisajes naturales, rurales y culturales en los que el agua es
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protagonista indiscutible, y seña de identidad del territorio. Aun sin rastro alguno suyo
en las estampas, son muchos los paisajes cuya esencia –líquida, sólida o gaseosa– es el
agua. He aquí una muestra, sinfonía inabarcable, de los mismos.
Los visionados fotográficos proliferan hoy por hoy aún más si cabe que las
exposiciones, lo que se explica, entre otros factores, por las menores exigencias
en cuanto a infraestructuras y equipamientos que requieren los visionados
que, normalmente, pueden realizarse si se dispone simplemente de una sala
adecuada, un ordenador y un cañón de luz.
A finales de abril del 2011 tuvo lugar en el Centro del Agua y los Humedales Manche-
gos, dependiente del Ayuntamiento de Daimiel, en la entrada del Parque Nacional de las
Tablas de Daimiel, el visionado fotográfico anunciado con el título "Paisajes del Agua.
Daimiel y mucho más", que presentó el fotógrafo Javier Puertas. En el visionado, activi-
dad que congregó a más de 40 vecinos y visitantes interesados, se presentó un elenco
de instantáneas que recogen muy distintos paisajes en los que el agua es protagonista:
cataratas, litorales, ríos, humedales, lagos de montaña...
Podéis ver la agenda de 30 de abril de 2011 en la pàgina web del Ayuntamiento de Dai-
miel.
Entre otras jornadas que vienen repitiéndose durante varios años están las Jornadas Fo-
tográficas de la Asociación Aragonesa de Fotógrafos de Naturaleza (ASAFONA), que en
2010 celebraron su quinta edición.
También empiezan a organizarse safaris fuera del ámbito subtropical de las sabanas afri-
canas. A escala del Estado español, el safari con más proyección es el denominado "Safari
fotográfico Sierra de Baza" (Granada), impulsado por la asociación para el desarrollo rural
y el Parque Natural Sierra de Baza de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía, que en el año 2010 celebró su 14.ª edición.
Con motivo de la última edición del safari, se publicaba un artículo en que se pretende
incidir en las peculiaridades y características de esta interesante práctica, aclarar dudas
y, sobre todo, ayudar a los participantes, patrocinadores y organizadores a conocer sus
singularidades y correcta organización. La experiencia adquirida en la organización de
esta actividad durante catorce años consecutivos, los cinco últimos en edición digital,
con un importante éxito de participación y organización, nos anima a efectuar estas con-
sideraciones, esperando que sean útiles a quienes se sientan atraídos por esta modalidad
deportiva y quieran conjugar la afición con la fotografía con el conocimiento y salidas
a la naturaleza.
Con el objetivo de impulsar el conocimiento de la realidad del espacio rural, con espe-
cial atención hacia aquellas situaciones directamente vinculadas con el trabajo de los
agricultores y los ganaderos, la Fundación de Estudios Rurales y Eumedia, S.A., con la
colaboración de Red Eléctrica Española, han organizado el cuarto Concurso de Fotografía
Rural, sirviéndose de las posibilidades de divulgación, documentación y emoción de un
medio tan democrático y accesible como la fotografía. Las tres anteriores ediciones del
concurso suman ya más de 2.600 participantes. Se seleccionarán 20 fotografías finalistas,
3 ganadoras y una fotografía premiada con el "Premio FADEMUR a la fotografía de las
Mujeres Rurales". La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) colabora
por primera vez patrocinando este nuevo galardón destinado a las mujeres fotógrafas que
presenten imágenes que destaquen la situación, la vida y el trabajo de las mujeres rurales.
Sería el caso de los parques naturales catalanes, donde cabe destacar el caso del Parque
Natural del Cadí-Moixeró, en el Prepirineo catalán, que en el 2011 ha convocado el que
será su XIX Concurso de Fotografía, este año dedicado a los ríos y fuentes del parque.
Además cabe destacar que, como en las ediciones anteriores, con los materiales presenta-
dos a concurso se organiza una exposición en el centro de gestión del espacio protegido
que se exhibe durante un par de meses.
Uno de los ejemplos recientes que podría citarse es el de la 1.ª Semana de la Reserva de la
Biosfera de Monfragüe, promovida por el Organismo Autónomo para el Desarrollo Local
de la Diputación de Cáceres, que incluyó, entre otras muchas actividades, un concurso
de fotografía sobre los valores de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe. Las fotografías
ganadoras y seleccionadas se pueden visualizar en la web del evento.
© FUOC • PID_00179376 39 Territorios fotográficos: espacios naturales
Mucho menos extendidos hoy por hoy están otros eventos como las travesías
fotográficas, que seguramente tienen un mayor interés desde el punto de vista
de su contribución al desarrollo local.
Todos los años desde hace cinco el Parque Regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar,
en la costa murciana, ha apostado por esta modalidad de actividad fotográfica, que se
extiende durante varios fines de semana, y por lo tanto tiene una mayor repercusión
sobre el territorio que otras con carácter puntual como los maratones fotográficos.
FOTOCAM 2010
Este concurso se consolidado año tras año hasta ser reconocido como el segundo con-
curso de fotografía de estas características más importante del mundo, sólo por detrás del
prestigioso Wildlife Photographer of the Year.
Tal y como reza el título del curso, el Ayuntamiento de Cuacos, en la Comarca de La Vera
(Cáceres), a través de su Concejalía de Cultura, Juventud y Deportes convocó para la pri-
mavera del 2011 el curso Primavera fotográfica, que se imparte los tres primeros viernes de
los meses de la estación (abril, mayo y junio) y que se complementa con tres actividades
complementarias varios sábados que incluyen salidas de campo y visita a exposiciones
fotográfica en pueblos de la comarca. Los alumnos del curso son vecinos de la localidad
y otros lugares más o menos cercanos como Plasencia, Malpartida o Navalmoral de La
Mata. Al final del curso se ha previsto una exposición colectiva con los trabajos fotográ-
ficos de los participantes.
Entre otras ofertas formativas, La Casa Encendida, Obra Social de Caja Madrid,
ha consolidado en los últimos años el curso titulado "Fotografía digital en la
naturaleza" que imparten reconocidos profesionales y que se oferta con dos
niveles, iniciación y avanzado. En estos cursos se abordan aspectos técnicos
como los principios fundamentales sobre la fotografía digital, equipo (cáma-
ras, ópticas, accesorios) y procesado de imágenes digitales, y fotográficos pro-
piamente dichos como composición, fotografía de paisaje, fauna y flora. Las
clases en el aula se completan con un trabajo de campo fotográfico que se
realiza en la madrileña Sierra de Guadarrama.
Resumen
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Sitios web
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