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Territorios

fotográficos:
espacios naturales
Javier Puertas Blázquez
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Índice

1. El territorio como motivo fotográfico......................................... 5


1.1. Fotografía de territorios y paisajes .............................................. 5
1.2. Técnicas fotográficas básicas ....................................................... 7
1.2.1. Profundidad de campo .................................................. 7
1.2.2. Composición paisajística ............................................... 10
1.2.3. Elementos visuales: líneas y mucho más ....................... 12
1.2.4. Luz y color ..................................................................... 14

2. Recursos patrimoniales fotográficos............................................ 16


2.1. Altas latitudes .............................................................................. 18
2.2. Montañas ..................................................................................... 20
2.3. Los bosques ................................................................................. 22
2.4. Paisajes del agua .......................................................................... 24
2.5. Llanuras y espacios abiertos ........................................................ 27
2.6. Desiertos ...................................................................................... 29

3. La fotografía, herramienta de promoción territorial............. 32


3.1. Por una cultura fotográfica en la era digital ............................... 32
3.2. La fotografía en los materiales promocionales ........................... 33
3.3. Exposiciones artísticas y divulgativas ......................................... 34
3.4. Visionados, conferencias, jornadas... .......................................... 36
3.5. Concursos fotográficos ................................................................ 37
3.6. Cursos de fotografía .................................................................... 39

Resumen....................................................................................................... 42

Bibliografía................................................................................................. 43
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1. El territorio como motivo fotográfico

El paisaje es un lugar, un territorio, y su imagen. Desde sus orígenes la foto-


grafía se ha interesado en la exploración del territorio cámara en mano en
su dimensión más amplia, retratando tanto parajes naturales como entornos
culturales, e incluyendo asimismo en sus reportajes, el formato por excelencia
en la aproximación fotográfica a los territorios y geografías del mundo, a las
personas, a los habitantes de lugares remotos y cotidianos. Seguramente en
el acervo colectivo la referencia más extendida son los trabajos desarrollados
desde hace décadas impulsados por National Geographic, en buena medida
inspirados en la concepción de proyecto fotográfico de uno de los padres de
la fotografía moderna de paisajes y territorios: Ansel Adams.

En esta parte se presentan los considerandos fundamentales que cualquier ini-


ciativa o proyecto fotográfico centrado en el territorio y sus paisajes, sus faces
vivas, debería considerar. Se abordan temas fundamentales desde la concre-
ción de los objetivos últimos del trabajo fotográfico a la identificación de las
técnicas y destrezas precisas.

1.1. Fotografía de territorios y paisajes

Abordar fotográficamente un territorio, por reducido que sea, puede resultar


una tarea poco menos que inalcanzable. Y es que son muchas las escenas in-
teresantes que cualquier territorio, incluso el más modesto y aparentemente
carente de interés desde la óptica fotográfica, nos brinda. Son muchas, casi
infinitas, sus facetas y, además, son también muchas las posibilidades técnicas
con las que encarar la exploración del territorio cámara en mano.

Un mismo paisaje, la faz viva del territorio, podría abordarse fotográficamente


apostando por las amplias panorámicas, centrarse en los planos medios que
tanta personalidad de los lugares permiten captar, o fundamentarse en los ele-
mentos clave del paisaje –los árboles de un bosque o los bolos graníticos so-
bresalientes en un berrocal, por ejemplo. Ya se centre el estudio en las vistas
más o menos amplias, los planos medios o se opte por primar el detalle de los
paisajes, los resultados podrían ser radicalmente distintos si, simplemente, se
trabaja con focales angulares o teleobjetivos.

Es necesario, pues, centrar el trabajo en la captura fotográfica de las estampas


más representativas del territorio y su paisaje, por un lado, y, en el extremo
opuesto, en las escenas más excepcionales, singulares, raras e incluso extrañas,
que resulten indispensables en la prospección fisionómica del territorio. Se
trata por consiguiente de retratar lo característico y singular de cada lugar,
comarca o región, articulando un discurso y reportaje completo.
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Aunque más adelante se aborda en detalle, ya en esta parte introductoria debe


ponerse el acento en la visión integral del territorio en la que se cimientan
conceptualmente estos materiales.

El territorio es suma, sinergia, y mucho más, de naturaleza y cultura. Es,


por tanto, espacio natural pero también territorio cultural, donde según
los casos, determinados lugares y escenas podrán estar preferentemente
"dominadas" por lo natural o lo cultural. Muchas veces los límites serán
difusos, prácticamente invisibles en el fotograma.

Picos de Europa

Fuente: Javier Puertas

El primer espacio natural protegido español, cuya declaración se llevó a cabo en 1918, es
un espacio natural de montaña donde dominan las estampas de naturaleza prácticamente
inalterada, pero también es un espacio históricamente intervenido en el que los pequeños
pueblos y aldeas se integran armónicamente en el paisaje aportando identidad geográfica
a los mismos.

En otro orden de cosas, en fotografía de paisajes cobra una trascendencia fun-


damental la luz� disponible. Según señalan la práctica totalidad de los ma-
nuales y guías en el mercado, las primeras y las últimas horas del día son las
mejores para tener una buena iluminación, una luz que no sólo ilumine sino
que aporte valor estético a la escena. En este sentido muchos otros fotógrafos,
serán acaso los que no escriben ni publican guías –los más, lógicamente–, de-
fienden una verdad seguramente irrefutable: no existe luz mala, sea cual sea
el motivo, hora del día o estación del año. Lo que sí puede ocurrir, quizás con
más frecuencia en fotografía de paisaje que en otras modalidades, es que la
luz disponible no sea acorde a nuestros intereses e intenciones fotográficas.
Aunque está bien planificar las salidas de campo fotográficas en las primeras
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y últimas horas del día, no conviene desestimar otros momentos de la jorna-


da... si bien tampoco es menos cierto que, a mediodía y en pleno verano no
realizaremos seguramente las mejores tomas panorámicas por la luz.

1.2. Técnicas fotográficas básicas

En estos materiales se centra la atención en los espacios naturales y rurales


como motivo fotográfico, incluyendo en tan amplia acepción geográfica los
pueblos, entornos y elementos arquitectónicos rurales que tanto aportan, en
muchos casos, a estos paisajes. Aún asumiendo como punto de partida la enor-
me diversidad de espacios naturales y territorios rurales, desde las altas mon-
tañas a la línea de costa litoral, existen algunas técnicas básicas que podrían
aglutinarse bajo el epígrafe generalista comúnmente conocido como fotogra-
fía�de�paisaje.

En esta modalidad fotográfica centrada en el paisaje, resulta fundamen-


tal dominar la profundidad de campo y es clave asimismo cuidar la com-
posición –incluyendo puntos, líneas y demás elementos visuales– para
obtener imágenes que transmitan. También la luz y el color pueden ju-
gar un papel sobresaliente en esta disciplina.

1.2.1. Profundidad de campo

Si existe una disciplina en la que resulta fundamental controlar la profundidad


de campo, esa es la fotografía de paisajes, particularmente en el caso de las
grandes vistas en las que se incluyen varios planos en el horizonte, e incluso
elementos en el primer plano, ya se trate de una formación vegetal, un singular
roquedo o incluso alguna especie animal.

Particularmente en este último caso, cuando se incluyen tanto primeros pla-


nos como amplios paisajes, se entiende que como elementos complementa-
rios en la escena, conseguir una imagen suficientemente nítida en su conjunto
puede llegar a complicarse. Se debe, pues, maximizar la profundidad de cam-
po, es decir, asegurar una amplia zona de la imagen aceptablemente nítida por
delante y por detrás del plano de enfoque.

En este sentido el fotógrafo debe saber, con carácter general y siendo


eminentemente prácticos, que los tres parámetros fundamentales que
controlan y condicionan la profundidad de campo de una imagen son
la focal empleada –el objetivo que se está empleando–, el diafragma
seleccionado y la distancia entre el observador y el motivo. Así, jugando
con estos tres parámetros se podrá maximizar la profundidad de campo
de la fotografía.
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Litoral sexitano: Almuñécar

Fuente: Javier Puertas

Muchas escenas de paisaje, frecuentemente en la costa, juegan con la profundidad de


campo como técnica clave para registrar tanto el primer plano como el fondo suficien-
temente nítidos. En este caso se trató de realizar una toma distinta y singular de los Pe-
ñones del Santo, al fondo, seña de identidad del municipio, incluyendo en el primer
plano parte del roquedo que salpica la playa. Además, utilizando velocidades lentas se
ha conseguido un efecto sedoso del agua en primer término, efecto que tanto gusta por
lo general al espectador, lo que debe contribuir a la estética general de la fotografía.

A continuación examinaremos con más detalle estos parámetros.

• Tipo�de�objetivo. Los objetivos angulares, es decir, aquellos objetivos con


distancias focales inferiores a 35 mm, tienen la particularidad de maximi-
zar la profundidad de campo de la escena fotografiada. A mayor angular,
mayor profundidad de campo. Además, los objetivos angulares reducen
aparentemente –visualmente– la distancia entre los distintos planos de la
escena: tanto el primer plano como los restantes planos de la escena, par-
ticularmente el fondo que puede llegar incluso a desdibujarse, parecen es-
tar más alejados entre sí.
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• Diafragama. El diafragma es, junto con los objetivos, la principal variable


óptica que contibuye a maximizar –o minimizar– la profundidad de cam-
po, cuestión clave, como se viene exponiendo, en fotografía de paisaje. Los
diafragmas más cerrados, los que dejan pasar menos luz, son los que ma-
yor profundidad de campo aportan a la instantánea, y por tanto la primera
opción a considerar cuando se persiguen estos efectos. Frecuentemente se
recurre a la distancia hiperfocal: para una focal y diafragma seleccionados,
la distancia a la que vamos situar el plano de enfoque que asegura una
nitidez suficiente desde la mitad de esa distancia, hasta infinito.

• Distancia�con�el�motivo�fotográfico�–en�primer�plano. Cuanto más ale-


jado esté el primer plano más sencillo resultará conseguir la máxima pro-
fundidad de campo desde el motivo o elemento situado en el referido pri-
mer plano y el fondo de la escena. Si el primer plano se sitúa realmente
cerca, será preciso, con casi toda seguridad, trabajar con el objetivo y el dia-
fragma para conseguir una escena razonablemente nítida en su conjunto.

Junto a los tres parámetros analizados, también es preciso señalar que los en-
cuadres verticales pueden contribuir a incrementar la sensación de profundi-
dad y perspectiva de una fotografía.

• Encuadre:�vertical�o�apaisado. Se admite normalmente que los encuadres


apaisados transmiten paz y calma, mientras que por el contrario los encua-
dres y formatos verticales transmiten fuerza y vigor. Aunque es probable
que no cueste demasiado trabajo encontrar imágenes que no cumplan a
la perfección con este principio universalmente reconocido, es interesante
tenerlo presente a la hora de abordar fotográficamente el territorio y su
paisaje. Seguramente la sensación de sosiego que caracteriza a una gran
parte de las imágenes horizontales se explique porque coincide con el án-
gulo visual normal de los seres humanos. El encuadre vertical, que intro-
duce inherentemente un cierto equilibrio dinámico o tensión dinámica
en la escena, puede ser la mejor opción cuando el observador se sitúa en
un emplazamiento realmente elevado con respecto a la vista fotográfica,
potenciando la perspectiva más que en los encuadres apaisados.

Formatos: dos tercios y tres cuartos

En función del equipo fotográfico, con independencia de su capacidad de almacenamien-


to (megapíxeles), el sensor, y por tanto el negativo digital, tendrá unas proporciones 2/3
ó 3/4. El formato 3/4, más alargado, es característico de los equipos reflex, mientras los
formatos 2/3, más cuadrados, son propios de las cámaras compactas incluyendo las de
gama alta. El formato cuadrado, que todavía se usa en varios equipos analógicos y que
proporciona escenas de paisaje distintas y originales, cuando se trabaja en digital es re-
sultado de un recorte del formato rectangular 2/3 ó 3/4. Los paisajes verticales, en los que
dominan los motivos verticales, van a funcionar mejor con formatos 3/4 cuando se usan
también encuadres verticales: se "verticaliza" la imagen y su presentación.
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1.2.2. Composición paisajística

Los manuales y tutoriales en Internet están repletos de definiciones sobre el


concepto de composición en fotografía, más o menos sofisticadas.

En la práctica se puede decir que componer una fotografía es "organi-


zar armónicamente los distintos elementos que articulan la escena", en
nuestro caso, el territorio y paisaje objeto de estudio.

El principal reto de los paisajes en este sentido es la nula capacidad del fotó-
grafo de organizar físicamente la escena –como se procedería en un bodegón o
cuando se realiza una foto grupal colocando estratégicamente a las personas.
Así, resulta fundamental la localización del fotógrafo y el punto de vista, pará-
metros íntimamente relacionados, para materializar el objetivo de aprehender
el territorio que se está trabajando.

En relación con lo anterior, se consiente en admitir que uno de los principales


errores del fotógrafo principiante es que se intenta captar toda la extensión
del territorio en cada toma, de tal suerte que todas las fotografías incluyen
numerosísimos elementos, planos, etcétera, que poco contribuyen conjunta-
mente a que la imagen funcione. La experiencia permite afirmar que sólo ex-
cepcionalmente se incluirá en la fotografía la mayor parte del área geográfica
contemplada desde nuestro mirador, atalaya u oteadero. Una de las máximas
del fotógrafo de paisaje debería ser la de obtener instantáneas sencillas, que no
simplonas, en las que lejos de querer plasmar la inmensidad de los territorios,
se centre la atención en determinadas partes –del todo– que sean representa-
tivas o singulares, de manera que se obtengan fotografías que funcionen.

Una directriz fundamental para lograr imágenes sencillas sería incluir


siempre un único centro de interés perfectamente destacado. Si se in-
cluyen varios debe jugarse con el protagonismo de los mismos en la
escena: en ocasiones puede ser mejor que todos los centros de interés
tengan la misma importancia visual, mientras que en otros casos pue-
den diferenciarse elementos de interés principales y secundarios. En es-
te último caso es mejor que las jerarquías visuales sean evidentes.

Junto con los planteamientos generales expuestos, existen varias reglas de


composición descritas profusamente en todo tipo de materiales didácticos y
pedagógicos sobre fotografía. En este curso sólo se presentarán sucintamente
las directrices más comúnmente asentadas y de mayor interés para el fotógrafo
interesado en los paisajes naturales.

• Regla�de�los�horizontes. Las fotografías de territorios y paisajes incluyen


usualmente el cielo en la escena, cuyo emplazamiento y papel en la com-
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posición no deberían en ningún caso quedar al margen de la planificación


de la toma. La regla dice que los cielos debería ocupan el tercio superior
de la escena cuando no aporten demasiado, o los dos tercios superiores si
el cielo juega un papel sobresaliente o incluso protagonista. En cualquie-
ra de los dos casos se debe procurar que la línea del horizonte se retrate
perfectamente horizontal.

• Regla�de�los�tercios. Esta regla es una derivación o simplificación de la


proporción áurea considerada en todas las artes plásticas predecesoras de la
fotografía, principalmente en la pintura pero también en la escultura. De
acuerdo con esta regla los puntos o centros de interés de la fotografía deben
situarse en torno a las crucetas entre dos líneas imaginarias verticales y
horizontales en las que se puede dividir la escena. Son los puntos de cruce
entre las referidas líneas imaginarias las zonas en las que, teóricamente, se
centra la atención del espectador.

Paraje Natural Acantilados de Maro. Cerro Gordo

Fuente: Javier Puertas

Este espacio protegido andaluz incluye, además del espacio terrestre, una zona marina
con el argumento de contribuir a la protección de las praderas submarinas de Posidonia
oceanica, y otras especies de fanerógamas mediterráneas. La composición de esta escena
ha tenido perfectamente presente la regla de los tercios, ubicando el principal elemento
visual de referencia constituido por las rocas que emergen de las azuladas aguas descen-
trado aproximadamente en una de las zonas visuales de referencia: la zona de cruce entre
las líneas imaginarias de la regla de los tercios.

Una norma complementaria a la de los tercios sería la de evitar por norma


general las composiciones paisajísticas en ojo de buey, es decir, aquellas en la
que el elemento protagonista se ubica exactamente en el centro geométrico
de la imagen. Es conveniente descentrar mínimamente el centro de interés,
considerando la regla de los tercios en la definición del encuadre.
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Sólo en algunas escenas que incluyan grandes superficies de agua en las que
quede reflejado el centro de interés, generándose de esta manera una simetría
visual– normalmente horizontal–, se recomienda romper la regla de los tercios
y los horizontes y se puede incentivar la referida simetría de manera que la
escena se repita exactamente en la mitad superior e inferior de la toma.

1.2.3. Elementos visuales: líneas y mucho más

Junto con las nociones básicas sobre composición expuestas, hay que dedicar
unas líneas a los diferentes elementos visuales que articulan cualquier esce-
na, y que deben tenerse perfectamente presentes a la hora de componer una
fotografía que se espera funcione. En este apartado se presentan los puntos,
las líneas y las formas y volúmenes como los elementos básicos de cualquier
imagen.

Los puntos son el elemento visual básico de cualquier imagen. Los centros
de interés de las fotografías pueden ser puntos concretos perfectamente defi-
nidos, más o menos grandes o pequeños, como el sol en un amanecer o atar-
decer, o un solitario árbol en una amplia panorámica de una llanura agrícola
–que a efectos prácticos, por la escala, sería un elemento puntual.

Las líneas son un recurso compositivo fundamental que permite guiar la vis-
ta del espectador por la instantánea, marcando el recorrido natural que debe
hacerse para ver la imagen, para leer la fotografía. Gracias a las líneas se puede
dar a la imagen mayor perspectiva, sensación de profundidad y escala. Las lí-
neas pueden ser, en sí mismas, centro de interés de la toma. Pueden ser reales
o imaginarias, trazadas de manera subconsciente por nuestro cerebro hilando
visualmente una serie o secuencia de puntos, o cruzando la mirada de anima-
les o personas en la escena.

Las curvas�en�S, las curvas sinuosas, son un elemento recurrente en fotografía


de paisajes: una carretera sinuosa, la línea de costa o el curso de un río son
elementos visuales potentes en una imagen. Se puede afirmar que transmiten
movimiento, y ayudan a conducir la mirada como todas las curvas. El interés
que despiertan está relacionado, según algunos autores, con la sensualidad que
evocan.
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Garganta Jaranda

Fuente: Javier Puertas

Las imágenes de paisaje en blanco y negro tienen aún hoy día un atractivo especial. En
esta toma de la Garganta Jaranda, en la vertiente meridional de la Sierra de Gredos, la
ausencia de color ha otorgado un mayor protagonismo a las líneas sinuosas que guían
la lectura de la imagen. La línea del camino que arranca en el primer plano converge en
el fondo con la curva de la empedrada ribera del río. También converge hacia la esquina
superior derecha de la imagen, donde termina el recorrido visual por la fotografía, la
irregular curva que conforma el límite inferior de las nubes.

Determinadas porciones del paisaje pueden aparecer como formas�más�o�me-


nos�definidas. Esto es así cuando dichas partes de la escena son homogéneas
por la textura de las mismas, por su color... Si visualmente se perciben con cier-
ta perspectiva estaríamos hablando entonces de volúmenes, de formas con
apariencia tridimensional. Ambas, formas y volúmenes, articulan normalmen-
te los diferentes planos del paisaje, que pueden ser dos, tres, o muchos más
como en las denominadas perspectivas aéreas, sucesión de distintos planos
que pueden ser consecutivamente más claros ú oscuros, generando así un gra-
diente visual.

Marcos, naturales y artificiales

Existen elementos naturales y artificiales –culturales– que pueden ayudar a enmarcar el


centro de interés. Algunos de estos elementos serán muy evidentes, tapando completa-
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mente parte de la fotografía como vegetación, árboles, puentes... Otros actúan de una
forma menos evidente, simplemente orientando la mirada y ayudando al ojo a navegar
en la imagen. Sea como fuere, cualquier elemento que "encierre" el centro de interés per-
mitirá enmarcar la fotografía, dirigiendo la atención del observador al elemento protago-
nista. A veces el marco puede quedar perfectamente iluminado, ya sea con iluminación
natural o haciendo uso del flash, mientras que en otras ocasiones puede representarse
como una silueta, esto es, como densas sombras prácticamente negras.

1.2.4. Luz y color

Ya se abordó la luz en la introducción de este tema, donde se adelantaba una


reflexión sobre el hecho objetivo de que no existe luz mala; si acaso, podrá
haber una luz inadecuada a nuestros propósitos creativos.

Un ejemplo puede seguramente contribuir a ilustrar este planteamiento. Mientras que la


luz intensa de un amanecer despejado sobre un bosque caducifolio en otoño en Picos de
Europa puede ser la más adecuada para captar todo su color y su esplendor, si queremos
realizar una serie en el interior de la masa forestal, será preferible hacerlo un día nublado,
cuando la luz tamizada por los encapotados cielos se filtra mucho más suave entre el
follaje, y la escena estará, pues, mucho más compensada en términos de luminosidad.

Interesa, más allá del debate sobre su calidad "intrínseca", estudiar y analizar
la luz considerando su dirección, la posición�del�fotógrafo y el motivo�pai-
sajístico propiamente dicho. Las escenas más sencillas de fotografiar son, sin
duda, aquellas en las que el paisaje queda iluminado frontalmente y por tanto
la fuente de luz, el sol, está a la espalda del fotógrafo, más o menos rasante
o inclinada. En estas condiciones, la luz es homogénea en el conjunto de la
escena y puede resultar razonablemente sencillo tanto su medición como la
asignación de los valores de exposición trabajando con el obturador y el dia-
fragma.

Las escenas iluminadas frontalmente ofrecen sin embargo, muy frecuente-


mente, instantáneas planas, que apenas transmiten sensación de profundidad
o tridimensionalidad. Mucho más interesantes suelen ser las tomas realizadas
con el sol a unos 45° grados a la espalda del fotógrafo, de manera que la luz,
más o menos rasante, se proyecta diagonalmente sobre el territorio intensifi-
cando los contrastes entre las zonas iluminadas y las zonas de sombra más o
menos densas que, como es bien conocido, aportan tridimensionalidad a la
fotografía.

Junto con la luz, y derivado de la misma, el color puede ser un elemento fun-
damental en la fotografía de paisajes, excepción hecha, claro está, de la foto-
grafía en blanco y negro. Muchas estampas paisajísticas deben gran parte de
su atractivo a los intensos azules celestes, independientemente de la época del
año en que se haya realizado la toma.

En los atardeceres y amaneceres, con sus intensos tonos rojizos y azulados algo después
de la salida y puesta del sol, el color es o puede ser el elemento clave de la escena, robando
incluso protagonismo al paisaje propiamente dicho. En las escenas costeras y litorales,
por poner otro ejemplo, los mil y un tonos azules y verdosos que tiznan los mares y
océanos pueden adquirir también un protagonismo fundamental en la fotografía.
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Atlas

Fuente: Javier Puertas

En esta fotografía del sistema montañoso del Atlas, en el norte de Marruecos, el color
adquiere un protagonismo inusual en la escena. Contribuye el color, y mucho, a la pro-
fundidad de campo y perspectiva de la fotografía: en primer plano, los colores ocres cla-
ros dan paso a los tonos rojizos de las laderas que conforman el segundo plano, algo más
intensos, y el fondo es la zona de color más intenso: los saturados y limpios cielos azules.
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2. Recursos patrimoniales fotográficos

Normalmente recibe la consideración de recurso�territorial todo aquel


elemento, o suma de elementos, de un determinado espacio geográfico
que es susceptible de su puesta en valor. Dicho en otros términos, cual-
quier elemento o extensión territorial que podría llegar a convertirse en
un valor patrimonial compartido del lugar, desde un árbol singular a
históricas edificaciones pasando por prácticas culturales ancestrales con
elevada repercusión en el espacio físico, natural y cultural.

En el caso de recursos territoriales capaces de generar movimientos turísticos,


normalmente previa planificación y puesta en explotación –ya se promuevan
desde las administraciones o desde la iniciativa privada–, se estaría hablando
de recursos�territoriales�turísticos.

Sobre el turismo en espacios naturales y la fotografía de naturaleza

Entre las actividades características del ecoturismo están las visitas guiadas, la observación
e interpretación de la naturaleza –una de las actividades más vinculadas a los espacios
naturales protegidos–, la observación de fauna en la que tienen un gran protagonismo
las aves y cetáceos, el denominado ecoturismo científico y la fotografía de naturaleza
centrada como motivo fotográfico en la fauna, la flora y los paisajes.

Entre las modalidades del esparcimiento generalista que pone el acento en la contem-
plación de la naturaleza puede diferenciarse una actividad que, cada vez más, gana más
adeptos: la fotografía de naturaleza. En muchos casos la práctica de la fotografía se con-
centra en las áreas más o menos accesibles –miradores paisajísticos, casetas de observa-
ción de fauna– que exigen un esfuerzo relativo para el logro de bellas instantáneas. Las
fotografías más exclusivas –las que no se traen la mayoría de los turistas– exigen despla-
zamientos y recorridos por el espacio natural, por lo que podrían también considerarse
una modalidad del senderismo con un objetivo añadido que sería el fotográfico. Sobre
todo cuando el objeto de atención fotográfico es la fauna, que exige usualmente ímpro-
bos esfuerzos para la obtención de buenas imágenes, el turismo fotográfico escaparía ní-
tidamente del ocio generalista de contemplación de la naturaleza y se debería hablar de
ecoturismo propiamente dicho.

Desde el punto de vista de los impactos ambientales de la práctica de la fotografía, sólo


cabría referir el estrés derivado del acecho y persecución a las especies cuando la activi-
dad se desarrolla del todo irrespetuosamente, cuando parece que el fin, la instantánea,
justifica los medios, y las maneras.

Javier Puertas (2011). Turismo en espacios naturales. UOC.

Hasta la fecha poco se ha escrito, y por lo tanto, cabe suponer que poco se
ha reflexionado, sobre las potencialidades y virtudes del territorio, en su con-
junto y a través de sus distintos elementos patrimoniales, desde su considera-
ción como motivo fotográfico capaz de generar flujos de profesionales, y sobre
todo aficionados, interesados en abordar estos ámbitos cámara en mano. De
esta manera se puede afirmar con carácter general que, en los estudios de va-
loración integral del territorio, y particularmente desde la perspectiva de sus
potencialidades turísticas, no suelen tenerse en cuenta sus virtudes o poten-
cialidades desde el punto de vista fotográfico. En este sentido sería interesante
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analizar el factor fotográfico del territorio como una medida de las posibilida-
des que ofrece para la práctica de la fotografía –particularmente paisajística
y pensando específicamente en paisajes naturales– y, en último término, de-
terminar hasta que punto podría este factor fotográfico contribuir a generar
flujos locales, regionales, nacionales e incluso internacionales.

En el marco de las reflexiones realizadas, en esta parte de los materiales del


curso se presentarán, a grandes rasgos, las peculiaridades y particularidades
de muy distintos espacios naturales y territorios rurales desde la óptica de la
práctica de la fotografía. Se centra la atención, por consiguiente, en las prin-
cipales técnicas fotográficas, compositivas y artísticas que han de tenerse en
consideración a la hora de realizar un reportaje fotográfico de los distintos te-
rritorios. Se puede entender que, lógicamente, los planteamientos y también
las técnicas y conocimientos necesarios para realizar fotografía de paisaje en
el litoral pueden llegar a ser bien distintas a las que se precisan para abordar
fotográficamente las altas montañas nevadas.

Más allá de las singularidades de los distintos territorios fotográficos conside-


rados, debe realizarse una reflexión sobre el trabajo del fotógrafo en los espa-
cios naturales, y por extensión también en los espacios rurales, desde el punto
de vista del potencial impacto de nuestra actividad en estos medios, a veces
frágiles, y las molestias y afecciones que pueden padecer las especies animales
cuando se convierten en motivo fotográfico principal. En este sentido el plan-
teamiento de base se podría resumir con la máxima con la que arranca el có-
digo ético del fotógrafo de naturaleza elaborado por la Asociación Española de
Fotógrafos de Naturaleza (AEFONA): la seguridad del sujeto y la conservación
de su entorno son siempre más importantes que la obtención de la fotografía.
Aunque este código esté formulado pensando en gran medida en especies ani-
males y vegetales, las consideraciones que recoge bien podrían extrapolarse a
los espacios naturales y territorios rurales.

Código ético del fotógrafo de naturaleza

La seguridad del sujeto y la conservación de su entorno son siempre más importantes


que la obtención de su fotografía.

Hay que documentarse ampliamente sobre la biología y el comportamiento de las espe-


cies a fotografiar, con el fin de prevenir actuaciones improcedentes. Asimismo, adquirir
también los conocimientos técnicos necesarios para abordar con seguridad la fotografía
de seres vivos en cada situación que se presente.

Solicitar los permisos necesarios a las autoridades competentes para fotografiar especies
y enclaves que lo requieran por ley, y si los terrenos son privados, también a sus propie-
tarios. Hay que ser respetuoso con el modo de vida de las personas que viven y trabajan
en el medio natural.

Para fotografiar fauna, se debe trabajar preferentemente con ejemplares libres y salvajes
en su medio natural, sin alterar su normal comportamiento. Hay que evitar las situacio-
nes delicadas como animales incubando o con crías recién nacidas, especialmente en
condiciones meteorológicas desfavorables (frío, lluvia, sol directo...). Si las condiciones
permiten el trabajo fotográfico habrá que tomar las máximas precauciones, desistiendo
si las crías corren algún peligro.

Se evitará en lo posible el traslado de especies para su fotografía en estudio. Se retornarán


a su lugar de origen, sin daño alguno, y en el plazo más breve posible, aquellos especí-
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menes que, excepcionalmente, hayan sido tomados de su hábitat, quedando excluidos


aquellos que están protegidos por la ley si no se dispone del permiso de las autoridades
competentes.

Para fotografiar flora, hay que trabajar preferentemente en el campo, evitando arrancar
total o parcialmente las especies, quedando excluidas de esta consideración las especies
protegidas.

No debemos rehuir informar que una fotografía ha sido realizada en condiciones contro-
ladas. Las fotos en zoológicos, centros de fauna y similares, pueden suponer una mayor
tranquilidad para las especies más escasas y vulnerables.

Evitar el corte de ramas y vegetación para camuflar los escondites (hide) que se emplean
para la fotografía de fauna salvaje, utilizando preferentemente redes de hojas artificiales
o en su defecto, ramas muertas y vegetación seca.

El camuflaje natural de un nido, manipulado para una sesión fotográfica, debe ser res-
taurado a su término. Las ramas se atarán mejor que cortarán y, por supuesto, nunca se
dejará expuesto el nido a depredadores, a otras personas o a las inclemencias del tiempo.

Evitar manipular cualquier elemento mineral o arqueológico de modo que pudiera alte-
rarse irremediablemente la integridad de una formación geológica o paleontológica.

Pasar desapercibidos siempre durante nuestro trabajo de campo, no atrayendo la atención


del público o de un depredador. No revelar la localización de especies raras o amenazadas,
salvo a investigadores acreditados y administraciones competentes que contribuyan a su
protección.

Hay que mantener siempre limpio el lugar de nuestro trabajo de campo, eliminando
también cualquier huella de nuestra actividad.

El fotógrafo de naturaleza que trabaje fuera de su país debe actuar con el mismo cuidado
y responsabilidad que si estuviera en el suyo propio.

Informar a las autoridades de cualquier infracción que observemos contra la Naturaleza,


incluidas las actuaciones al margen de la ley que pudieran realizar otros fotógrafos.

Colaborar con otros compañeros para mejorar las condiciones de trabajo en la Natura-
leza, divulgando al mismo tiempo el presente código ético entre todos aquellos que lo
desconozcan.

2.1. Altas latitudes

Las altas latitudes, los polos y las regiones circumpolares se están convirtiendo,
cada vez más, en un destino turístico entre cuyos demandantes se encuentra,
también, el fotógrafo de territorios y naturaleza.

Son los paisajes del frío, paisajes helados con algunos motivos verdaderamente
espectaculares como los frentes de los grandes glaciares o los extensos hielos
antárticos, aunque en muchas ocasiones el motivo turístico –y también foto-
gráfico– es la fauna que se concentra en el litoral de estas inhóspitas tierras
donde las condiciones son menos extremas que tierra adentro.
© FUOC • PID_00179376 19 Territorios fotográficos: espacios naturales

Perito Moreno

Fuente: Javier Puertas

El frente glaciar del Perito Moreno es la imagen mas conocida del Parque Nacional de Los
Glaciares, en la provincia de El Calafate, en Argentina, y por lo tanto, uno de los retos
al que se enfrentará el fotógrafo será obtener una imagen distinta, peculiar, singular...
de un lugar cuya imagen está perfectamente representada en el acervo colectivo. En esta
instantánea de cuidada composición, los hielos parecen estar tintados de azul, pero no
se trata de una dominante de color, sino del color verdadero del hielo que, eso así, se ve
incrementado por el día nubloso en el que se realizó la fotografía.

Técnicamente uno de los principales problemas de los paisajes en los que do-
minan el hielo y la nieve es que el equipo tenderá a subexponer la imagen,
máxime en días soleados mucho más luminosos aún, por lo que es importan-
te asegurar la exposición correcta de la fotografía: de lo contrario es posible
que un reportaje completo quede oscuro. Por esta tendencia de las cámaras a
subexponer las estampas nevadas es posible que el blanco más o menos puro
de la nieve no quede correctamente recogido en la fotografía, y que la nieve,
los hielos y otras partes blancas de la escena se reproduzcan grises en nuestra
imagen. Es importante, pues, asegurar la correcta exposición de las fotografías
en estos ámbitos donde los blancos pueden ser dominantes en la escena.

Por otro lado, y de manera particular durante los días nublados, hay que ser
cuidadosos con el color. El problema puede ser la aparición de una dominante
azul, más acusada en la sombras, desde las más tenues a las más profundas, que
quizás sea preciso corregir, aunque no siempre, ya que puede aportar también
sensaciones de frío a la instantánea.

Tanto en las altas latitudes septentrionales y meridionales como en las altas


altitudes nivales, es preciso extremar el cuidado del equipo ante las inclemen-
cias del tiempo y también ante las bajas temperaturas. En relación con esto
último, algunos de los problemas que pueden aparecer son un consumo mu-
cho mayor de lo normal de las baterías y, a temperaturas bajo cero, es posible
que el obturador puede dispararse más lentamente de la cuenta afectando a
las tomas que se estén realizando.
© FUOC • PID_00179376 20 Territorios fotográficos: espacios naturales

2.2. Montañas

Las montañas son, seguramente, el territorio que más interés despierta para
la práctica de la fotografía, tanto de los profesionales como de los fotógrafos
aficionados, y prueba de ello son los numerosos libros de fotografía centrados
en las montañas de todo el mundo. Además de los relieves y desniveles en
sí mismos, tan atractivos como a veces complicados de abordar cámara en
mano, los espacios montañosos albergan numerosos motivos paisajísticos con
personalidad propia e interés para el fotógrafo, como los bosques de altura o
los lagos de montaña.

Interesa destacar también la gran variedad de espacios y sistemas montaño-


sos, desde las grandes cordilleras hasta, en el otro extremo, los relieves y es-
tribaciones menores que, no obstante, también pueden resultar del máximo
interés para la práctica fotográfica. Las sensaciones que transmiten los romos
relieves de las antiguas montañas gallegas y los verticales y escarpados picos
de buena parte del Pirineo son muy distintas, y deben abordarse también fo-
tográficamente de diferente manera.

Lectura recomendada

Art�Wolfe (2001). The High Himalaya. Hong Kong: The Mountaineers.

Se trata de un libro de gran formato que contiene unas 150 fotografías de los paisajes y
las gentes del Himalaya, el sistema montañoso más importante del mundo. En su viaje a
través de Pakistán, India, Nepal, Tíbet y China, el autor, Art Wolfe, presenta un Himalaya
lleno de belleza y grandiosidad, no solamente por sus grandes espacios naturales, sino
también por las miradas de las gentes que lo habitan. Cada fotografía está explicada con
todo detalle, tanto lo que es como su técnica a la hora de realizarla y las circunstancias en
que hizo cada toma. Un bello libro que refleja la belleza de un mundo casi por descubrir.

Las tomas generales y amplias panorámicas de las montañas en su conjunto,


desde la orientación y emplazamiento adecuado, son muy agradecidas y téc-
nicamente son relativamente sencillas, sobre todo en condiciones de ilumina-
ción frontal o lateral del motivo, esto es, el núcleo montañoso.

Sin embargo, dentro de la montaña, desde el punto de vista estrictamente téc-


nico, existen ciertas dificultades, retos mejor dicho, para la práctica de la fo-
tografía. Los impresionantes paisajes montañosos, cuya grandiosidad deriva
de sus dimensiones y sobre todo de su esencial verticalidad, constituyen el
paraíso de las luces y las sombras. Así, frecuentemente, no es sencillo obtener
fotografías interesantes en las que no haya que sacrificar profundas zonas os-
curas en sombra a favor de las partes iluminadas de la escena.

Seguramente son los menos los valles y gargantas que, en función particular-
mente de su orientación, ofrecen una iluminación parecida en ambas vertien-
tes –sobre todo en las horas centrales, condenadas en todos los manuales como
las peores para la práctica de la fotografía de paisajes– de manera que pueden
© FUOC • PID_00179376 21 Territorios fotográficos: espacios naturales

captarse en todo su esplendor en el sensor digital o en la película analógica. El


fotógrafo debe ser consciente en todo momento de las limitaciones del equipo
en este sentido, que no resuelven ni los equipos profesionales más sofisticados.

Así, de acuerdo con lo expuesto, en los momentos con esa luz especial que
aportan el amanecer y el atardecer, que permiten destacar aún más si cabe el
imponente carácter de las montañas según muchos autores, es muchas veces
difícil obtener una fotografía uniformemente iluminada lo que, por otro lado,
no tiene porque quitarle esencia y valor a la instantánea.

Los contrastes entre luz y sombra contribuyen a representación del volumen y


de la tridimensionalidad de la imagen plana que es una fotografía. Tratadas de
manera apropiada las sombras puede contribuir y mucho a las imágenes, por
ejemplo, cuando las sombras se emplazan en la parte inferior pueden jugar en
papel de "soporte" sobre el que se asienta la fotografía.

Farallones calizos en Ordesa

Fuente: Javier Puertas

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo Oscense, ofrece estampas


verdaderamente espectaculares de naturaleza prácticamente inalterada. En esta instantá-
nea, que sin duda se benefició de la fría y limpia atmósfera reinante en la zona en las
últimas semanas del otoño, se ha jugado con las sombras de la parte inferior de la imagen
procurando integrarlas en la escena como base sobre la que se asienta la fotografía. Junto
con los cielos, las sombras inferiores enmarcan perfectamente los farallones pirenaicos,
el centro de interés de la imagen.

En otro orden de cosas, el aire limpio, denso y frío –frío en términos absolutos
y en comparación con las zonas menos elevadas circundantes– de la mayoría
de las montañas es, por el contrario, un aliado del fotógrafo que contribuye,
sin duda, a la realización de imágenes de extraordinaria claridad y nitidez. Son
las siempre agradecidas atmósferas montanas.

Aunque no es objeto específico de estos materiales el análisis o recomenda-


ción del equipo fotográfico necesario para la práctica de la fotografía en los
diferentes territorios objeto de consideración, en el caso de la montaña deben
© FUOC • PID_00179376 22 Territorios fotográficos: espacios naturales

destacarse dos filtros, cuyo uso es poco menos que inexcusable: el filtro UV
que, además de su función protectora del objetivo, contribuye a eliminar la
componente azulada de la luz característica de las altas altitudes –y latitudes–,
y los filtros degradados grises, imprescindibles en no pocas situaciones en las
que las diferencias de luminosidad entre los cielos y las estribaciones monta-
ñosas son insalvables.

Teide, nuestro gran volcán

Fuente: Javier Puertas

La montaña más elevada del Estado español es el Teide, en la isla de Tenerife. No sólo es la
más elevada sino también la más singular y diferente por su origen volcánico, y caracte-
rísticas geomorfológicas, con respecto a los sistemas montañosos peninsulares. Fotográ-
ficamente brinda mucho juego ofreciendo tomas espectaculares relativamente sencillas
de realizar, eso sí, exigentes en la composición, en este caso, asumiendo el protagonismo
visual nuestro gran volcán. Finalmente, señalar la importancia que adquiere el sustrato,
lo geológico, en una toma en la que la presencia vegetal se reduce a algunas matas de
vegetación subarbustiva.

2.3. Los bosques

A veces, como ocurre en otros muchos territorios fotográficos, la realización


de buenas composiciones cuando se abordan los bosques como motivo foto-
gráfico puede resultar complicada, principalmente por la aparente ausencia de
puntos de interés. Una exploración detallada del motivo, los bosques, pronto
nos mostrará no pocos puntos de interés, desde troncos o ejemplares de ár-
boles sobresalientes por sus dimensiones hasta otros quizás menos evidentes,
como cambios más o menos sutiles en las tonalidades de color de las masas
arbóreas en una empinada ladera.

Año internacional de los Bosques 2011

La Organización de las Naciones Unidas ha auspiciado 2011 como el Año Internacional


de los Bosques, celebración a la que se han sumado prácticamente todos los países del
mundo con múltiples eventos que incluyen, entre otros, concursos de fotografía de bos-
ques, exposiciones fotográficas permanentes e itinerantes... que han puesto en marcha
desde las administraciones públicas estatales a las locales pasando por las regionales, así
como organizaciones no gubernamentales e incluso la iniciativa privada se ha sumado
a la celebración de esta efeméride.
© FUOC • PID_00179376 23 Territorios fotográficos: espacios naturales

También el color puede adquirir un peso fundamental en las imágenes de las


formaciones forestales y los bosques. En las latitudes medias a lo largo de todo
el globo las diferentes formaciones forestales –hayedos, robledales...– agluti-
nadas en un todo conocido comúnmente como bosque termófilo caducifolio
ofrecen durante el otoño un singular espectáculo del máximo interés para la
práctica fotográfica: la maduración y caída de las hojas. Los mil y un tonos
de los paisaje forestales –amarillos, ocres, marrones, rojizos...– en su tránsito a
su faz invernal ofrecen antes de apagarse por unos meses un verdadero espec-
táculo natural y fotográfico.

Un buen consejo a la hora de tratar los colores en general y los colores del
otoño en particular sería el de no abusar de la saturación. El exceso de satu-
ración poco o nada contribuirá a los paisajes ya que pueden quedar sobresa-
turados un tanto surrealistas. Hay que saber y tener siempre presente que en
la naturaleza sólo excepcionalmente pueden encontrarse colores puros, por lo
que, a pesar de lo atractivo que en un principio pueda resultar la posibilidad
de intensificar los colores, es conveniente moderar su saturación si se quieren
conseguir fotografías más realistas.

Trabajar fotográficamente las formaciones y masas boscosas desde dentro, re-


corriendo sus entrañas que tanto ofrecen normalmente al fotógrafo, exigirá
adecuar los valores de sensibilidad –ISO– a las sombras y penumbras caracte-
rísticas de estos entornos, más o menos profundas según las situaciones, esta-
ción del año, momento del día, etcétera. La selección debe realizarse, pues,
considerando la calidad final de las fotografías que, a mayor sensibilidad pro-
ducen mayores niveles de ruido –interferencias en la señal registrada en las
imágenes–, por un lado, y las notoriamente superiores posibilidades de mane-
jo de los parámetros de velocidad de obturación y diafragmado que propor-
cionan valores mayores de ISO.

Dentro del bosque cabe explorar los efectos y posibilidades que nos brindan
los distintos tipos de objetivos de nuestro equipo. Enfocando las copas de los
árboles desde abajo con un gran angular se consigue alejar visualmente el te-
cho forestal, alejar virtualmente las copas. En el extremo focal opuesto, un te-
leobjetivo corto o medio conseguirá un interesante efecto visual de compren-
sión de los planos de una hilera de troncos, cuyos distintos planos parecen
más próximos, creando así una imagen gráfica de gran fuerza.
© FUOC • PID_00179376 24 Territorios fotográficos: espacios naturales

Hayedo otoñal

Fuente: Javier Puertas

El Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, en Girona, tiene espacios poco


menos que idílicos, francamente motivadores para el artista plástico, como La Fajeda
d'en Jordà. Desde siempre, el numeroso colectivo de pintores de la comarca, a los que se
suman los fotógrafos cada vez más, tratan de reflejar en sus obras el misterio y belleza de
este bosque encantado, de ensueño en muchos de sus rincones.

En lo que se refiere a las condiciones atmosféricas, los días nublados crean


una atmósfera especial dentro del bosque, además de reducir la gran diferencia
de luminosidad entre las zonas iluminadas y las zonas de sombra. En los días
más soleados la diferencia de luminosidad será, muchas veces, insalvable por
el sensor digital, lo que no quiere decir en modo alguno que sea imposible
obtener imágenes interesantes: trabajar especialmente a contraluz las siluetas
puede ser en estas situaciones una de las mejores elecciones.

Aunque en este apartado el análisis realizado se ha circunscrito a los bosques


y formaciones arbóreas naturales, todo lo expuesto debería servir igualmente
para los paisajes forestales cultivados como olivares, cerezales, higueras... En
estos últimos, que podrían denominarse paisajes rurales forestales, a diferen-
cia de lo que ocurre con carácter general en los bosques y formaciones fores-
tales naturales, son frecuentes los elementos lineales como bancales, muros
limítrofes de las explotaciones, etcétera, que constituyen un elemento visual
diferencial de primer orden y que pueden contribuir a la lectura de la imagen
captada.

2.4. Paisajes del agua

Bajo el título genérico de los paisajes de agua quedarían englobados numerosos


territorios fotográficos, desde los lagos de montaña a los humedales interiores
pasando por los espacios litorales, geografías de ecotono entre los mares y
océanos y el sustrato emergido en las que quedarían también incluidas las
zonas húmedas costeras y desembocaduras de ríos y cursos fluviales grandes
© FUOC • PID_00179376 25 Territorios fotográficos: espacios naturales

y pequeños. También se englobarían en este epígrafe los saltos de agua como


cascadas y cataratas, que tanto juego han ofrecido, ofrecen y ofrecerán a los
fotógrafos, u otros como hoces y cañones fluviales.

Damiel

Fuente: Javier Puertas

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, ofrece es-
cenas como la captada en esta imagen en la que se ha incluido en el primer plano la
vegetación subacuática aprovechando la transparencia de las aguas. Hubo que utilizar un
filtro polarizador para eliminar los reflejos del agua. Por otro lado, también en el primer
plano, la pequeña barca característica de la zona aporta escala y dimensión humana a
este paisaje.

Más allá de las posibles categorías de los paisajes del agua que podrían estable-
cerse, cuestión que no puede ser objeto de estos materiales, el denominador
común de los territorios aquí considerados es la presencia del agua como el
principal elemento distintivo de los mismos.

Independientemente del paisaje del agua concreto, existen varios condicio-


nantes técnicos que deben tenerse presentes, relativos a los brillos y reflejos
de las superficies y láminas de agua. En primer lugar, las mediciones de luz
deben ser cuidadosas evitando particularmente los denominados brillos espe-
culares, los blancos puros. En segundo lugar, no siempre los reflejos aportan
a la imagen valor añadido, sino que puede ocurrir todo lo contrario, por lo
que en estos casos resulta fundamental hacer uso de un filtro polarizador que
elimine o cuanto menos minimice los reflejos indeseados en la escena.

Las costas y litorales son, desde la perspectiva fotográfica, espacios abiertos –a


excepción de los acantilados que pueden exigir encuadres mucho más cerra-
dos– donde dominan visualmente a partes iguales la superficie terrestre emer-
gida y el mar, sin duda este último el verdadero protagonista de la escena en la
mayor parte de las ocasiones. Las aguas marinas aportan a la escena dinamis-
mo por su constante movimiento y, según varios autores, contribuyen tam-
bién aportando cierto misterio.
© FUOC • PID_00179376 26 Territorios fotográficos: espacios naturales

Proyecto SOS Paisajes del Mar

Se trata de un proyecto de autor comprometido impulsado por el reconocido fotógrafo


José Benito Ruiz, que tiene como objetivo último, a través del arte fotográfico, analizar
el estado actual de la costa española, identificar el estado de las diferentes áreas y reivin-
dicar la urgente protección de los lugares de mayor valor paisajístico. Se han sumado al
proyecto numerosos profesionales de naturaleza cuyo trabajo y obra fotográfica se desa-
rrolla en nuestro entorno litoral.

Se cuenta con un apoyo social muy importante con más de 50 organizaciones, asociacio-
nes, fundaciones, empresas... incluso a nivel internacional. Miles de personas visitan el
blog SOS Paisajes del Mar a diario, en castellano y en inglés, desde 35 países.

En las escenas litorales, como norma general, la inclusión de elementos antró-


picos puede ser interesante, sobre todo si aportan esencia de lugar. Entre otros
muchos posibles elementos que podrían incluirse están las embarcaciones de
todo tipo y otros elementos indefectiblemente ligados a los paisajes costeros
como los faros. En ambos casos, además de sumar identidad territorial, pueden
contribuir a la imagen aportando escala, una referencia a las dimensiones del
paraje fotografiado. Además contribuyen a la creación de escenarios reales y
no meros decorados.

Trabajando con velocidades lentas puede emborronarse creativamente en la


toma el movimiento de las olas en la playa, lo que puede contribuir a suavizar
el paisaje. En el caso de un acantilado, quizás sea mejor opción detener el
movimiento del embate del mar contra las rocas, retratando así toda la esencia
de la fuerza de los mares y océanos.

Cascadas, cataratas, chorreras... son distintas denominaciones –que no se dis-


tinguen necesariamente por la dimensión o altura del salto de agua– para uno
de los paisajes del agua que mayor interés ha despertado en el colectivo de
los practicantes de la fotografía. En muchos casos son elementos de identidad
de un territorio, referencia visual en la memoria colectiva, como sería el caso
de la Cola de Caballo de Ordesa mientras que en otros casos, los menos cier-
tamente, conforman territorios propiamente dichos, como en el caso de las
Cataratas del Río Iguazú en la frontera argentino–brasileña.

Son básicamente dos las técnicas fotográficas, y efectos creativos consecuen-


tes, para la realización de fotografías de cascadas. Se puede optar por congelar
el movimiento, trabajando con velocidades de obturación elevadas, con la in-
tención de inmortalizar toda la fuerza de la caída del agua.

También se puede apostar, por el contrario, por forzar un efecto sedoso de las
aguas, usando velocidades lentas que exigirán usar un trípode o monopié en la
toma y logrando así un efecto artificial, pero harto agradable para el gran pú-
blico y muy valorado estéticamente tanto por fotógrafos aficionados como por
profesionales, que consigue transmitir serenidad y paz. Se trata seguramente
de uno de los efectos que mayor interés despierta, a pesar de que se trata de
una técnica profusamente ensayada, por lo que el reto será obtener imágenes
originales y distintas.
© FUOC • PID_00179376 27 Territorios fotográficos: espacios naturales

Iguazú

Fuente: Javier Puertas

El Parque Nacional de Iguazú, en Argentina y Brasil, es un territorio fotográfico cuya


esencia son las cataratas del río que da nombre al área protegida. En esta instantánea
se optó por el formato apaisado ya que el motivo así lo requería –cascadas mas anchas
que altas– y por velocidades entre lentas y rápidas, logrando un efecto general de detener
las aguas que, en algunas zonas, sin embargo, ofrecen el característico efecto sedoso de
las largas exposiciones. El pequeño arco iris que apenas se insinúa contribuye también
a la escena.

2.5. Llanuras y espacios abiertos

En esta parte de los materiales son objeto de atención los paisajes, y territorios
fotográficos, de las grandes extensiones superficiales en las que domina la lla-
nura, donde la planitud del paisaje es el denominador común, caracterizados
por tanto por la ausencia de relieves significativos. En algunos casos ni siquiera
podrán encontrarse suaves lomas o pequeñas colinas en grandes extensiones.

Incluirían desde las sabanas tropicales, donde el referente en el acervo colec-


tivo son los safaris fotográficos en los que, sin embargo, más que por el paisaje
destacan por la posibilidad de fotografiar fauna salvaje en libertad, a las gran-
des praderas europeas y americanas, la tundra ártica o las extensas llanuras,
praderías, pastizales y estepas naturales y seminaturales del centro y norte de
Europa.
© FUOC • PID_00179376 28 Territorios fotográficos: espacios naturales

Turberas europeas

Fuente: Javier Puertas

El Parque Nacional Gauja, en Letonia, acoge entre otros muchos valores patrimoniales
sobresalientes la extensión de turberas más grande del país. Las turberas, humedales sub-
superficiales, son cuencas lacustres repletas de materiales vegetales –sobre todo ácidos–
en descomposición. Son paisajes eminentemente planos, amplias llanuras inundadas,
que fotográficamente deben estudiarse muy bien para obtener buenas imágenes. En esta
toma, además de realizarse en un lugar mínimamente elevado, se ha trabajado conscien-
temente con el fondo de la imagen, conformado por las formaciones de pináceas que
cierran el horizonte y permiten delimitar geográficamente de alguna manera la escena.

Desde la óptica fotográfica todos estos espacios, y otros que cabría sumar al
listado, destacan por los amplios horizontes, en muchos casos con interesan-
tes planos medios, así como por la aparente ausencia de puntos de interés, de
elementos clave sobre los que armar la fotografía. Uno de los principales pro-
blemas a los que se enfrentará en estos espacios el fotógrafo de territorios va
a ser encontrar algún punto suficientemente elevado –promontorios, suaves
colinas...– desde el que captar la escena con suficiente perspectiva.

Desde el punto de vista de la composición de la escena fotográfica, los cielos


jugarán en prácticamente todos los casos un papel importante, incluso tras-
cendental, para que la imagen sea capaz de transmitir. Es clave decidir en fun-
ción de lo que se pretenda transmitir con la escena qué protagonismo y em-
plazamiento tendrá en la misma la línea del horizonte y la bóveda celeste: si no
aporta demasiado a la composición debería quedar restringido al tercio supe-
rior, mientras que si es interesante, bien sea un cielo azul limpio o un cielo tor-
mentoso, podría ser incluso protagonista ocupando los dos tercios superiores.

También se incluirían en esta parte los espacios agrarios, como las praderías
o las llanuras cerealistas, siendo de aplicación para los mismos las directrices
señaladas para los espacios más naturales. En estos espacios agrarios se pueden
© FUOC • PID_00179376 29 Territorios fotográficos: espacios naturales

encontrar elementos visuales de origen antrópico como líneas rectas y curvas


(parcelas, lindes, caminos, canalizaciones....) que pueden contribuir a la esté-
tica de la fotografía.

Paisajes cerealistas

Fuente: Javier Puertas

La conocida como Comarca de la Jara, en Toledo, es en buena parte de su extensión un


paisaje dominado por los cultivos de cereal. En esta sencilla imagen se ha jugado con
las variadas tonalidades y texturas que tamizan las suaves colinas cultivadas en su faz
primaveral, incluyendo un elemento y forma singular y hasta cierto punto discordante
en la escena como es el árbol situado en la parte izquierda, con la intención de aportar
cierto dinamismo a una imagen tan "calma".

Koldo Badillo

El fotógrafo vasco Koldo Badillo, biólogo de formación, es un excelente fotógrafo de


naturaleza con una extensa obra fotográfica de paisajes rurales y agrarios. Ha trabajado
profusamente los campos de cultivos y otros espacios agrícolas en busca de los ritmos y
geometrías visuales, entre otras aproximaciones.

Podéis ver su página web Visión natural. Fotografías de Koldo Badillo.

2.6. Desiertos

Los desiertos fríos y cálidos, aunque particularmente los segundos, son espa-
cios que despiertan un gran interés, evocando muchas veces paisajes exóticos
para el mundo occidental. Así se explica el hecho de que los desiertos se están
convirtiendo, cada vez más, en destinos fotográficos propiamente dichos, o,
cuanto menos, en destinos preferentes en alguna ocasión para el aficionado
a la fotografía de territorios.

Son los desiertos espacios muy luminosos, donde precisamente este "exceso"
de luz puede llegar a ser el problema, o cuanto menos un factor a considerar.
En fotografía de desiertos es frecuente el uso de filtros grises que contribuyen a
© FUOC • PID_00179376 30 Territorios fotográficos: espacios naturales

reducir en su conjunto la luminosidad de la escena. De esta manera se pueden


reducir las velocidades de obturación y/o usar diafragmas más abiertos para
trabajar técnicas que permiten aislar el primer plano con respecto del fondo.

Desde el punto de vista de la práctica fotográfica, los desiertos son territorios


con personalidad paisajística propia. Se trata de espacios abiertos diversos, que
incluirían los arquetípicos paisajes dunares y otros muchos más como los de-
siertos de roca y las zonas desérticas montañosas. En muchas ocasiones el reto
compositivo, ante un vasto territorio que incita al fotógrafo inexperto a reali-
zar principalmente grandes panorámicas, consiste en la identificación y ade-
cuada representación en la instantánea de elementos de interés, que deberían,
además, aportar escala y esencia e identidad territorial.

Los intensos colores pueden tener un gran peso visual en la fotografía de de-
siertos. Los espectaculares amaneceres y atardeceres contribuyen sin duda a
maximizar la fuerza de los colores, si bien deben trabajarse cuidadosamente:
en la fotografía amateur de los desiertos uno de los fallos más evidentes suele
ser la excesiva saturación de los colores, que puede llegar a producir efectos
artificiales.

Porfolio de Michael Martin

El geógrafo y fotógrafo Michael Martin ofrece en su web Deserts of the Earth una intere-
sante recopilación de fotografías de desiertos de todo el mundo. Estas y muchas más
imágenes componen las casi 400 páginas de su libro: Michael�Martin (2004). Desiertos.
Barcelona: Galaxia Gutenberg.

Sahara marroquí

Fuente: Javier Puertas

En esta escena del Sahara marroquí, muy cerca de la frontera con Argelia, la estampa ar-
quetípica de los paisajes desérticos dunares del segundo plano, principal ámbito de inte-
rés de la fotografía, se complementa con un primer plano de arenas más oscuras salpica-
das de vegetación subarbustiva. La silueta del dromedario contribuye a la imagen en un
doble sentido: aporta escala e identidad territorial. También juegan un papel destacado
los saturados cielos, intenso telón de fondo de esta fotografía.
© FUOC • PID_00179376 31 Territorios fotográficos: espacios naturales

El cuidado del equipo debe incrementarse en los extremos ambientes desérti-


cos en los que, además de las altas temperaturas diurnas e increíblemente gé-
lidas temperaturas nocturnas, el polvo y la arena están presentes permanen-
temente en el ambiente. Aunque normalmente la climatología estará de parte
del fotógrafo, siendo excepcionales los episodios de lluvia, la amenaza de las
tormentas de arena en casi cualquier época del año debe tenerse presente a la
hora de planificar cada jornada fotográfica. Es preciso poner mucho cuidado y
verificar frecuentemente que no ha entrado polvo en el sensor, lo que podría
incrementar notablemente los tiempos de postproducción digital.
© FUOC • PID_00179376 32 Territorios fotográficos: espacios naturales

3. La fotografía, herramienta de promoción


territorial

¿Puede ser la fotografía un elemento para la promoción de los territorios en un


sentido amplio, y, para el desarrollo local y rural? Esta es la principal cuestión
de partida cuya contestación, que muchos profesionales respondemos positi-
vamente, fundamenta este tercer bloque de contenidos del curso.

En el contexto de la era digital y audiovisual –centrándonos en la componente


visual– la fotografía se ha generalizado, entre otras cuestiones por la inmedia-
tez que ha traído consigo la fotografía digital, de manera que casi todos somos
ya propietarios de cámaras aunque sólo sea la que incorpora nuestro teléfono
móvil.

De esta manera, la práctica de la fotografía se está generalizando cada vez más,


como ciudadanos es algo cada vez más cercano y familiar. Y en este sentido,
también la fotografía puede considerarse, y así se está haciendo en muchos
casos como se defenderá, un elemento más para la promoción del territorio,
particularmente en contextos locales, rurales y naturales. Así la fotografía se
ha convertido en algo cercano, atractivo e interesante y, por consiguiente, sus-
ceptible de ser objeto de consideración en la política y práctica del desarrollo
rural y local, en su dimensión más social y cultural particularmente.

3.1. Por una cultura fotográfica en la era digital

Todos los años se venden millones de cámaras digitales en todo el mundo,


principalmente modelos de máquinas compactas pero cada vez más también
equipos reflex de gama media, y alta. Si se incluyen en el paquete las cámaras
incorporadas en la práctica totalidad de los teléfonos móviles del mercado, ca-
da vez más potentes desde el punto de vista del tamaño del archivo informá-
tico generado, se puede afirmar que la mayoría de los ciudadanos de los países
en desarrollo desarrollan su vida cotidiana con un equipo fotográfico en el
bolsillo. Y se usan con mucha frecuencia, sobre todo los usuarios más jóvenes.

A pesar de lo expuesto, seguramente no exista todavía cultura fotográfica po- Referencia bibliográfica
pular, en el sentido que la fotografía cotidiana, denominada documentalmen-
Podéis consultar el artículo
te como "mera fotografía", adolece todavía, con carácter general, de unos mí- "De los dispositivos fotográ-
nimos criterios de calidad estética, lo que no les resta mérito por otro lado. Así ficos a la cultura fotográfica"
en línea.
se puede afirmar que los propietarios y usuarios de cámaras fotográficas –que
los ciudadanos en general se podría decir– aún no han adquirido un mínimo
lenguaje fotográfico que se traduzca en sus fotografías –no cabría hablar de
obra fotográfica en el sentido más artístico.
© FUOC • PID_00179376 33 Territorios fotográficos: espacios naturales

"...el conocimiento de la fotografía es tan importante como el del alfabeto; los analfabetos
del futuro serán aquellos que ignoren el uso de la cámara y de la pluma"

Molí-Nagy

Iniciativas como el máster Photoespaña en fotografía: Teorías y proyectos ar-


tísticos, de la Universidad Europea de Madrid persiguen contribuir a crear esa
cultura a través del lenguaje fotográfico.

Además de ofrecer directrices y criterios para mejorar las fotografías, para ha-
cer mejor cada instantánea, en este tema se analiza el papel que la fotografía
de territorios y paisajes puede jugar o juega como herramienta para la dinami-
zación y promoción de su principal motivo fotográfico: los espacios naturales,
y territorios rurales.

3.2. La fotografía en los materiales promocionales

En plena era audiovisual la promoción de pueblos, regiones y hasta países,


principalmente desde el punto de vista turístico pero no exclusivamente, se
fundamenta sobre todo en materiales gráficos y fotográficos (folletos, sitios
web, revistas locales y comarcales, etcétera), asumiéndose con carácter general
la máxima tan manida de que una imagen vale más que mil palabras. Es más
que probable que un fotógrafo con suficiente experiencia defienda más bien
el axioma de que solamente algunas imágenes, únicamente unas pocas, valen
más que mil palabras. Otros muchos profesionales defendemos la complemen-
tariedad entre la comunicación fundamentada en la fotografía y la palabra.

Sea como fuere, el hecho es que los materiales para la promoción territorial
suelen apoyarse, cuando no fundamentarse, en abundante información gráfi-
ca entre la que la fotografía tiene un evidente protagonismo. Una revisión no
exhaustiva de los materiales promocionales elaborados por entidades locales y
también en muchos casos por empresas privadas, podría poner en entredicho
la calidad fotográfica que ilustra estos materiales, lo que resulta contradictorio
por el peso que la fotografía tiene en los mismos.

Se podría afirmar, pues, que la calidad de los trabajos fotográficos que ilustran
muchos materiales promocionales de nuestros espacios naturales y territorios
rurales, sobre todo cuando se producen por entes y administraciones locales
de reducido tamaño, deja mucho que desear. Tampoco los materiales genera-
dos por otros agentes locales, como pueden ser agrupaciones de desarrollo ru-
ral o asociaciones profesionales y organizaciones, destacan en general por los
materiales fotográficos utilizados. Incluso no son pocos los materiales promo-
cionales editados por la iniciativa privada –alojamientos rurales, empresas de
actividades de naturaleza...– que adolecen de unos mínimos de calidad de sus
fotografías.
© FUOC • PID_00179376 34 Territorios fotográficos: espacios naturales

En esta tesitura, en plena era audiovisual que nos malacostumbra a leer menos
y nos predispone a ser conquistados casi exclusivamente por la vista, resulta
poco menos que imprescindible mejorar visualmente los materiales promo-
cionales por medio de una base fotográfica de los mismos de suficiente cali-
dad. Las directrices y criterios presentados anteriormente para la realización
de fotografía de paisaje en muy distintas geografías pueden servir igualmente
para analizar y evaluar los trabajos fotográficos que ilustran todo tipo de ma-
teriales promocionales.

3.3. Exposiciones artísticas y divulgativas

En los últimos años ha crecido notablemente la oferta de exposiciones foto-


gráficas, tanto artísticas como divulgativas y tanto individuales como colecti-
vas, en áreas urbanas y metropolitanas y en zonas rurales.

En esta tesitura es preciso reflexionar sobre los lugares y emplazamientos don-


de normalmente se exponen las colecciones. Sobre todo cuando el fotógra-
fo goza de un determinado reconocimiento profesional, sus trabajos se ex-
pondrán preferentemente en ciudades medias y grandes urbes, recalando só-
lo puntualmente en localidades y núcleos rurales. Esto se explica, entre otros
factores, porque las posibilidades de visita son notablemente superiores en las
grandes ciudades, donde el público potencial es mucho más numeroso, y tam-
bién porque frecuentemente es difícil encontrar espacios expositivos adecua-
dos en el medio rural. Desde la óptica del desarrollo local, las exposiciones de
fotografía de espacios naturales y territorios rurales pueden contribuir a com-
partir y difundir entre el gran público de las ciudades los valores patrimoniales
de estas zonas.

Un ejemplo singular sería la iniciativa impulsada desde el Área de Espacios Naturales de


la Consellería de Medio ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda de la Generalitat Valen-
ciana titulada "I Muestra Fotográfica de los Paisajes Protegidos de la Comunidad Valen-
ciana". En noviembre de 2010 se inauguró en Alicante la muestra, que se ha puesto en
marcha con el objetivo de sensibilizar a los ciudadanos de la importancia de preservar
y cuidar estos espacios naturales como garantía de una mayor calidad de vida para las
generaciones presentes y futuras. Para dotar de contenidos la muestra, se organizó un
concurso fotográfico en cada uno de los paisajes protegidos al que se presentaron 86 par-
ticipantes con un total de 280 fotografías, de las que se preseleccionaron las 36 imágenes
que componen la muestra. Las imágenes presentadas tocaban una variada temática como
el paisaje, la biodiversidad o el patrimonio cultural. La muestra ha estado a disposición
de los ayuntamientos interesados, con preferencia para aquellos que están dentro del
ámbito de cada paisaje protegido.

Otro ejemplo sería la exposición "Espacios naturales: guardianes de la biodiversidad",


organizada por la Asociación de Fotógrafos de Naturaleza de Madrid, expuesta entre otros
lugares en Pamplona y que sigue su itinerancia en el primer trimestre de 2011 en el
área metropolitana de Madrid. La colección puede visitarse virtualmente en la página de
Fonamad. Fotógrafos de Naturaleza de Madrid.
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Fuente: Javier Puertas

En el caso de las exposiciones fotográficas en el medio rural, éstas se incluyen


como una actividad más en la oferta cultural local, las más de las veces paupé-
rrima, lo que debería valorarse y ponerse en valor por parte de las administra-
ciones y entes locales promotores y potencialmente promotores. Los a veces
atípicos espacios expositivos del medio rural acogen frecuentemente la obra
fotográfica de profesionales y aficionados locales o vinculados de alguna ma-
nera a la región, comarca o pueblo, y sólo excepcionalmente pueden ofertar,
si alguna vez se hace, colecciones de artistas reconocidos a escala regional o
nacional.

Una de las experiencias más consolidadas de apuesta por la dinamización cul-


tural en territorios rurales y ciudades medias, a través de la fotografía y otras
artes plásticas, es la iniciativa de la Asociación de Universidades Populares de
Extremadura "Circuito cultural". En su edición 2011, entre otras colecciones,
se apoya la itinerancia por toda la geografía extremeña de la exposición foto-
gráfica "El agua y sus paisajes".

El agua y sus paisajes: presentación

El paisaje es un lugar y su imagen. El agua y sus paisajes, elementos territoriales con sin-
gular personalidad, nos aportan las más de las veces armonía y sosiego; son los paisajes
calmos de Daimiel o las reposadas aguas del Menor de nuestros mares. También a veces
nos transmiten, por contra, fuerza y vigor; son los verticales patrimonios de las casca-
das del Iguazú y las mucho más modestas chorreras veratas, o las estampas litorales de
acantilados fluviales y litorales. Son también paisajes y escenas culturales, dominados
por puentes y otros elementos antrópicos como en Alcántara.

La colección se articula en una veintena de obras sobre el agua y sus paisajes, tanto en
España como en otras latitudes. Es una muestra que trata de reflejar, transmitir y com-
partir el casi infinito elenco de paisajes naturales, rurales y culturales en los que el agua es
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protagonista indiscutible, y seña de identidad del territorio. Aun sin rastro alguno suyo
en las estampas, son muchos los paisajes cuya esencia –líquida, sólida o gaseosa– es el
agua. He aquí una muestra, sinfonía inabarcable, de los mismos.

3.4. Visionados, conferencias, jornadas...

Los visionados fotográficos proliferan hoy por hoy aún más si cabe que las
exposiciones, lo que se explica, entre otros factores, por las menores exigencias
en cuanto a infraestructuras y equipamientos que requieren los visionados
que, normalmente, pueden realizarse si se dispone simplemente de una sala
adecuada, un ordenador y un cañón de luz.

Normalmente los visionados se complementan con una explicación del autor,


o autores en el caso de tratarse de visionados colectivos. Si tiene más impor-
tancia la ponencia en sí misma que el visionado de fotografías se trataría de
una conferencia en la que el autor puede centrar su intervención en su ma-
nera de entender la fotografía, en la presentación de su método de trabajo
y complementarla en su caso –prácticamente siempre– con una selección de
instantáneas.

Paisajes del Agua. Daimiel y mucho más

A finales de abril del 2011 tuvo lugar en el Centro del Agua y los Humedales Manche-
gos, dependiente del Ayuntamiento de Daimiel, en la entrada del Parque Nacional de las
Tablas de Daimiel, el visionado fotográfico anunciado con el título "Paisajes del Agua.
Daimiel y mucho más", que presentó el fotógrafo Javier Puertas. En el visionado, activi-
dad que congregó a más de 40 vecinos y visitantes interesados, se presentó un elenco
de instantáneas que recogen muy distintos paisajes en los que el agua es protagonista:
cataratas, litorales, ríos, humedales, lagos de montaña...

Podéis ver la agenda de 30 de abril de 2011 en la pàgina web del Ayuntamiento de Dai-
miel.

También se incluirían en este apartado de eventos las jornadas fotográficas que


aglutinan durante uno o más días a expertos y aficionados a la fotografía, que
tienen ocasión de compartir su trabajo, experiencias e inquietudes. Aunque
pueden realizarse en localidades pequeñas, lo normal es que tengan lugar en
ciudades y pueblos de cierto tamaño. En este sentido su posible contribución
a la dinamización local se interpreta reducida, aunque cuando se desarrollan
en pueblos pequeños pueden constituir un elemento de dinamización social,
cultural y económica relevante, aunque normalmente puntual en el tiempo.

Entre otras jornadas que vienen repitiéndose durante varios años están las Jornadas Fo-
tográficas de la Asociación Aragonesa de Fotógrafos de Naturaleza (ASAFONA), que en
2010 celebraron su quinta edición.

En este apartado debe dedicarse un epígrafe a los conocidos safaris fotográfi-


cos, esto es, sesiones de campo con el objetivo último de realizar fotografía de
fauna, y también flora, paisaje... Tienen su origen en la reconversión de los
safaris de caza africanos, en los que se han sustituido las armas de fuego por
cámaras y potentes objetivos fotográficos.
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En la mayoría de los espacios más emblemáticos, como en el hoy Parque Na-


cional del Serengeti (Tanzania), se puede encontrar en una amplia oferta de
safaris fotográficos que puede contratarse sobre el terreno o, como suele ser
más frecuente, en origen. También los viajes fotográficos a otras culturas, y
paisajes, empiezan a ofertarse por algunas empresas especializadas.

XIV Safari fotográfico Sierra de Baza

También empiezan a organizarse safaris fuera del ámbito subtropical de las sabanas afri-
canas. A escala del Estado español, el safari con más proyección es el denominado "Safari
fotográfico Sierra de Baza" (Granada), impulsado por la asociación para el desarrollo rural
y el Parque Natural Sierra de Baza de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía, que en el año 2010 celebró su 14.ª edición.

Con motivo de la última edición del safari, se publicaba un artículo en que se pretende
incidir en las peculiaridades y características de esta interesante práctica, aclarar dudas
y, sobre todo, ayudar a los participantes, patrocinadores y organizadores a conocer sus
singularidades y correcta organización. La experiencia adquirida en la organización de
esta actividad durante catorce años consecutivos, los cinco últimos en edición digital,
con un importante éxito de participación y organización, nos anima a efectuar estas con-
sideraciones, esperando que sean útiles a quienes se sientan atraídos por esta modalidad
deportiva y quieran conjugar la afición con la fotografía con el conocimiento y salidas
a la naturaleza.

Proyecto Sierra de Baza. ¿Qué es un safari fotográfico?

3.5. Concursos fotográficos

También los concursos fotográficos se han generalizado, incluyendo desde cer-


támenes internacionales a los cada vez más frecuentes concursos promovidos
por la administración local, bien se trate de ayuntamientos, mancomunida-
des, grupos de desarrollo rural u otros entes locales. También las administra-
ciones regionales y autonómicas, aquellas cuya actividad se materializa princi-
palmente a escalas locales como sería el caso de las administraciones ambien-
tales –en el desarrollo de sus competencias de gestión del medio natural–, se
han sumado a la apuesta por los concursos fotográficos.

Son numerosos los concursos de fotografía convocados con el objetivo último


de incentivar la práctica de la fotografía centrada en los valores patrimonia-
les locales: espacios y elementos naturales, patrimonio etnográfico y cultural,
modos y estilo de vida... En estos casos se podría afirmar que se está apostando
por la fotografía como un instrumento para reconocer, acercar y poner en va-
lor el patrimonio local, tanto para los vecinos como para visitantes y turistas,
y por supuesto para los participantes.
© FUOC • PID_00179376 38 Territorios fotográficos: espacios naturales

Concursos locales: V Concurso de Fotografía de Cuacos de Yuste

El Ayuntamiento de Cuacos de Yuste ha convocado la quinta edición del concurso foto-


gráfico local. Las bases del certamen indican que pueden participar personas de cualquier
edad, pero debiendo haber sido realizados dentro del término municipal los trabajos que
presenten.

El primer teniente de alcalde y concejal de Cultura, Juventud y Deportes, José María


Hernández, señaló que el plazo para hacer entrega de las fotografías concluirá el próximo
día 20 de junio. Los premios se concederán "a aquellos autores que hayan sabido captar
mejor la idiosincrasia y poder turístico de Cuacos".

Habrá un único premio de 300 euros en metálico, y un accésit de 150.

Podéis leer la noticia en El Periódico de Extremadura

Concursos nacionales: IV Concurso de Fotografía Rural

Con el objetivo de impulsar el conocimiento de la realidad del espacio rural, con espe-
cial atención hacia aquellas situaciones directamente vinculadas con el trabajo de los
agricultores y los ganaderos, la Fundación de Estudios Rurales y Eumedia, S.A., con la
colaboración de Red Eléctrica Española, han organizado el cuarto Concurso de Fotografía
Rural, sirviéndose de las posibilidades de divulgación, documentación y emoción de un
medio tan democrático y accesible como la fotografía. Las tres anteriores ediciones del
concurso suman ya más de 2.600 participantes. Se seleccionarán 20 fotografías finalistas,
3 ganadoras y una fotografía premiada con el "Premio FADEMUR a la fotografía de las
Mujeres Rurales". La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) colabora
por primera vez patrocinando este nuevo galardón destinado a las mujeres fotógrafas que
presenten imágenes que destaquen la situación, la vida y el trabajo de las mujeres rurales.

Concurso de Fotografía del Mundo Rural

Los gestores de los parques naturales y nacionales, y otras figuras de protección


de la naturaleza ciertamente menos conocidas, como podrían ser las reservas
de la biosfera, llevan muchos años en algunos casos apostando por la fotografía
como canal para la sensibilización e implicación ciudadana y vecinal en los
objetivos últimos de conservación del patrimonio, que constituyen la razón
de ser de los espacios protegidos.

Sería el caso de los parques naturales catalanes, donde cabe destacar el caso del Parque
Natural del Cadí-Moixeró, en el Prepirineo catalán, que en el 2011 ha convocado el que
será su XIX Concurso de Fotografía, este año dedicado a los ríos y fuentes del parque.
Además cabe destacar que, como en las ediciones anteriores, con los materiales presenta-
dos a concurso se organiza una exposición en el centro de gestión del espacio protegido
que se exhibe durante un par de meses.

XIX Concurso de Fotografía del Parque Natural del Cadí-Moixeró

También los concursos fotográficos pueden enmarcarse en otros programas de


actividades más amplios, lo que debe valorarse positivamente, ya que se genera
un mayor efecto multiplicador, al menos en términos de público destinatario
al que se llega.

Uno de los ejemplos recientes que podría citarse es el de la 1.ª Semana de la Reserva de la
Biosfera de Monfragüe, promovida por el Organismo Autónomo para el Desarrollo Local
de la Diputación de Cáceres, que incluyó, entre otras muchas actividades, un concurso
de fotografía sobre los valores de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe. Las fotografías
ganadoras y seleccionadas se pueden visualizar en la web del evento.
© FUOC • PID_00179376 39 Territorios fotográficos: espacios naturales

Mucho menos extendidos hoy por hoy están otros eventos como las travesías
fotográficas, que seguramente tienen un mayor interés desde el punto de vista
de su contribución al desarrollo local.

Todos los años desde hace cinco el Parque Regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar,
en la costa murciana, ha apostado por esta modalidad de actividad fotográfica, que se
extiende durante varios fines de semana, y por lo tanto tiene una mayor repercusión
sobre el territorio que otras con carácter puntual como los maratones fotográficos.

FOTOCAM 2010

El certamen de fotografía sobre naturaleza FOTOCAM de Caja Mediterráneo cumplió en


el 2010 su decimosexta edición. Han participado en esta edición más de 1.800 fotógrafos
de 28 países de todo el mundo, que han remitido al concurso una 13.000 instantáneas.
Incluye las siguientes categorías:

Categoría�1.�Paisaje. Paisaje natural inalterado.

Categoría�2.�Fauna. Animales vertebrados e invertebrados en cualquier faceta.

Categoría�3.�Vegetación. Especies vegetales en su lugar de origen y hábitat.

Categoría�4.�Submarinas. El mundo sumergido, aguas dulces o saladas.

Categoría�5.�Creativa. Composición, textura, color. Valores creativos.

Categoría�6.�Hombre�y�naturaleza. La relación del ser humano con su entorno, de forma


tanto positiva como negativa.

Categoría�7.�Macrofotografía. Imágenes realizadas con las técnicas de macrofotografía.


Tanto animales invertebrados como vegetales mostrados en detalle.

Categoría�8.�Biodiversidad. La relación entre especies, tanto animales como vegetales,


mostrando su dependencia entre sí y con el hábitat. Se valora que aparezcan diversas
especies en la imagen.

Ganador�absoluto�FOTOCAM�2010. Se elige la mejor imagen de las ganadoras de cada


categoría.

Podéis ver más información en la página web de la edición del 2010.

Este concurso se consolidado año tras año hasta ser reconocido como el segundo con-
curso de fotografía de estas características más importante del mundo, sólo por detrás del
prestigioso Wildlife Photographer of the Year.

3.6. Cursos de fotografía

En un momento en el que el número de propietarios de equipos fotográficos


de gama media –incluyendo equipos reflex y máquinas compactas de gama
media y alta– no para de crecer, no es de extrañar que proliferen en el mercado
numerosos cursos de fotografía. Una parte muy importante de la creciente
oferta formativa se centra en las modalidades de paisajes y espacios naturales,
una de las disciplinas fotográficas con más historia.

Desde la perspectiva del desarrollo local a través de la fotografía, la prolifera-


ción de estos cursos debe valorarse positivamente, ya que, por la naturaleza
del motivo objeto de interés, la naturaleza y los paisajes se desarrollan normal-
mente en espacios naturales; cuanto menos, la práctica fotográfica de campo
se realiza en estas áreas. En muchos casos los participantes son vecinos aficio-
nados a la fotografía, por lo que estos cursos contribuyen en gran medida a
© FUOC • PID_00179376 40 Territorios fotográficos: espacios naturales

la construcción de una cultura fotográfica en la zona además de a su dinami-


zación. También pueden participar en los cursos aficionados procedentes de
otras regiones y ciudades, en cuyo caso su participación se traduce también en
un input económico local: alojamiento, comidas... Otro factor a considerar es
que los cursos se realizan frecuentemente fuera de la temporada turística, lo
contribuye a la dinamización del pueblo y su entorno en esas fechas de menor
actividad.

PrimaVERA fotográfica: curso básico de fotografía digital en La Vera

Tal y como reza el título del curso, el Ayuntamiento de Cuacos, en la Comarca de La Vera
(Cáceres), a través de su Concejalía de Cultura, Juventud y Deportes convocó para la pri-
mavera del 2011 el curso Primavera fotográfica, que se imparte los tres primeros viernes de
los meses de la estación (abril, mayo y junio) y que se complementa con tres actividades
complementarias varios sábados que incluyen salidas de campo y visita a exposiciones
fotográfica en pueblos de la comarca. Los alumnos del curso son vecinos de la localidad
y otros lugares más o menos cercanos como Plasencia, Malpartida o Navalmoral de La
Mata. Al final del curso se ha previsto una exposición colectiva con los trabajos fotográ-
ficos de los participantes.

Entre otras ofertas formativas, La Casa Encendida, Obra Social de Caja Madrid,
ha consolidado en los últimos años el curso titulado "Fotografía digital en la
naturaleza" que imparten reconocidos profesionales y que se oferta con dos
niveles, iniciación y avanzado. En estos cursos se abordan aspectos técnicos
como los principios fundamentales sobre la fotografía digital, equipo (cáma-
ras, ópticas, accesorios) y procesado de imágenes digitales, y fotográficos pro-
piamente dichos como composición, fotografía de paisaje, fauna y flora. Las
clases en el aula se completan con un trabajo de campo fotográfico que se
realiza en la madrileña Sierra de Guadarrama.

En el mejor escenario posible, los cursos se complementan con otras activida-


des, como pueden ser el visionado público de las fotografías tomadas por los
participantes o la organización de una exposición colectiva, que se realizan
después del curso, de manera que se cuenta con una nueva actividad cultural
en la zona en un segundo momento.

Las universidades populares, iniciativas de formación y divulgación cultural


para todos los vecinos y vecinas, van incluyendo paulatinamente en sus pro-
gramas y proyectos formativos la fotografía, quizás no tanto en los munici-
pios más pequeños pero sí con carácter general en las grandes ciudades y sus
áreas metropolitanas, ciudades medias y pueblos grandes. En el primer caso
especialmente, en las zonas rurales además de los objetivos de formación fo-
tográfica, se contribuye directamente e indirectamente a la creación de una
cultura fotográfica local y son muchos los casos en los que, una vez finalizadas
las clases, los antiguos alumnos se han organizado y han llegado a constituirse
en asociaciones fotográficas.
© FUOC • PID_00179376 41 Territorios fotográficos: espacios naturales

Asociación Fotográfica La Paz

Después de varias promociones de los cursos de la Universidad Popular de Fuenlabrada


(Madrid), se generó la masa crítica suficiente para poner en marcha este proyecto asocia-
tivo que nació del impulso de varios antiguos alumnos. A finales de 1999, lo que arroja un
bagaje de 13 años, se constituyó la Asociación Fotográfica La Paz de Fuenlabrada. Entre
sus numerosas actividades convoca mensualmente un concurso entre sus socios, publica
anualmente una revista (con tres entregas hasta la fecha), organiza salidas fotográficas
para socios y aficionados y, en colaboración con el ayuntamiento, organiza desde hace
más de una década las Jornadas Fotográficas de Fuenlabrada en las que han participado
fotógrafos de la talla de José María Mellado, entre otros.

Asociación Fotográfica La Paz (Fuenlabrada)

En cualquier caso, ya se trate de universidades populares urbanas o rurales,


entre las actividades complementarias que ofertan se incluyen las salidas de
campo que, muy frecuentemente, se desarrollan en espacios naturales y terri-
torios rurales.

Siguiendo con el ejemplo citado de la Universidad Popular de Fuenlabrada (Madrid), cu-


ya oferta de formación en fotografía lleva impartiéndose más de 20 años, ha programado
en su curso 2010–2011 dos salidas de campo en la Sierra de Madrid y Atapuerca, respec-
tivamente. En el primer caso la salida se realizó en la zona de La Pedriza de Manzanares
(Manzanares El Real), tratándose de una salida de un día en la que participaron más de
una treintena de alumnos matriculados que, en su mayoría, desayunó y comió en los es-
tablecimientos de restauración de la zona, contribuyendo de esta manera a la economía
local. En el caso del viaje a Atapuerca, participaron también en torno a una treintena de
alumnos, que realizaron diferentes gastos en la zona incluyendo el alojamiento y restau-
ración, y, por consiguiente, contribuyeron así a los negocios locales.
© FUOC • PID_00179376 42 Territorios fotográficos: espacios naturales

Resumen

A partir de un análisis de las claves del proyecto de fotografía de territorios


y sus principales técnicas, considerando las peculiaridades exigencias de los
muy distintos medios geográficos y escenarios naturales en los que se desarro-
lla esta disciplina fotográfica, se sientan las bases para una reflexión abierta
sobre la fotografía como instrumento para la dinamización social y cultural
de los ámbitos rurales. Se trata, por tanto, de manejar los parámetros claves
para la realización y análisis de proyectos fotográficos de calidad de los cuasi
infinitos territorios fotográficos, particularmente espacios naturales, como re-
quisito para su consideración como herramienta de dinamización de los refe-
ridos territorios.
© FUOC • PID_00179376 43 Territorios fotográficos: espacios naturales

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Sitios web

Andoni Canela

Ansel Andams

Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza

Beni Trutmann

Fotonatura

Mirada Natural
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La Mirada Salvaje

Jose María Mellado

Juan Carlos Muñoz

Koldo Badillo

National Geographic

National Geographic. Landscape Photography Tips

Hugo Rodríguez

SOS Paisajes del mar

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