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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
ANTROPOLOG lA RESERAS
tica explícita sobre los criterios que U no de los valores más positivos las tradicionales de inicio y de termina-
se siguieron para llegar a dicha clasi- del libro elaborado por el antropó- ción; reiteraciones, efectos, sonidos).
ficación. Esto habría sido muy útil, logo Pardo es su fidelidad al lenguaje Además, los relatos contenidos en
no sólo para el estudioso de las cultu- original del relato, y al modo en que el este volumen ofrecen variados ejem-
ras indígenas y de sus literaturas, sino relator efectuaba, en cada caso, su plos para estudios temáticos, sobre
también para el lector neófito. repetición oral. El compilador explica las imágenes predominantes, y para
No obstante, algunas categorías que la mayoría de los relatos fueron estudios de las estructuras narrativas
parecen transgredir las convenciones trans<;ritos directamente de la graba- y discursivas del texto oral.
literarias (si las miráramos desde el ción efectuada en castellano; con res-
pensamiento occidental) y nos hacen pecto a los demás, cinco relatos fue-
pensar que la clasificación obedece a ron dictados por el indígena y copiados
una conceptualización emberá para textualmente, y uno de los relatos, El
la división de las temáticas narrativas. tigre, fue grabado en idioma emberá y
Las más notables son "Historias de luego traducido por el compilador.
Trueno" e "Historias de cuñados". En Aunque las posibles diferencias "de
las primeras actúa Ba, el Trueno, estilo" de un relato a otro tal vez no
transformándose, engañando a otros, sean evidentes para el lector no espe-
iniciando largos diálogos lúdicos, cialista, sí se destaca para todos el
revelando sus poderes sobrenaturales indudable carácter oral de los relatos,
a quienes se muestren dignos de tal aun a veces con riesgo de pertenecer a
experiencia. En las otras vemos que un sistema "hermético". Las limitaciones obvias de espacio
en cada relato el "cuñado" es un ani- Pardo no ha pretendido "reescri- no permiten entrar en este momento
mal (nutria, garza, cuervo) que se bir"los textos, ni hacerlos más ''acce- a analizar los relatos. Sólo tal vez
transforma en hombre temporalmente sibles" para el lector no especialista. pueden mencionarse algunos de los
para casarse con una muJer; o es un No ha buscado la manera de darles relatos de especial interés, como los
hombre que entra en contacto espe- un "toque artístico", ni de imponerles de Carabí (El agua y La hermana de
cial con el mundo animal (El rey cierta homogeneidad de "estilo" para Carabí), los del Trueno, los de jaiba-
gallinazo, Los puercos de monte) y que fueran "más literarios". nás, El tigre, El trueno jaibaná, Auka
aprende secretos importantes. Estos Los objetivos expresos del compi- y el Tigre mojano, y de las "Historias
contactos inesperados con el mundo lador no parecen ser pretensiosos. de cuñados", La nutria. Ojalá en otro
de lo sobrenatural caracterizan la Presenta el texto como homenaje a la momento se pueda hacer un análisis
particularidad de "cuñado" en los memoria de Floresmiro. Es también detallado de los relatos, porque en
relatos emberás. El análisis de estos "un documento sobre el castellano los textos se despliega gran riqueza
conceptos emberás nos pueden pro- local" (pág. 9) y una labor de "recu- imaginística, se presentan compleji-
porcionar un material muy rico en peración y de reivindicación de la dades en la estructura narrativa, y a
cuanto a la lógica cultural inherente a expresión literaria y lingüística de la . través de ese proceso de contar la
los temas, y la importancia del cono- etnia emberá" (pág. 17). historia se revelan elementos esencia-
cimiento cultural compartido que cada Pero creo que sus alcances irán les a la comprensión del pensamiento
texto presupone. más allá de esos propósitos modes- emberá, a la tradición oral y a los
También hay una ordenación en el tos. A partir de las colecciones de este modos en que se transmite.
libro de acuerdo con los temas seña- tipo, dedicadas a las tradiciones ora- U nas palabras con respecto a la
lados que parece jerarquizar los tex- les, se pueden realizar también estu- organización formal del libro. El
tos, desde los más antiguos y sagrados dios a fondo de la especificidad de las Preámbulo de Mauricio Pardo se
que tratan los asuntos que tuvieron literaturas orales de los diversos gru- inicia con un recuento muy personal
lugar en el tiempo primordial y mítico pos culturales en Colombia, tomando de su experiencia y luego da material
(las secciones 1 a 4). Las secciones en cuenta los sistemas de pensamiento biográfico sobre Floresmiro Dogi-
siguientes (5 y 6) abarcan los tiempos de cada grupo. Así nos podemos ramá. La Introducción, breve (seis
más recientes e involucran ya el tiempo acercar a sus textos y descubrir los páginas), cubre algunos aspectos etno-
histórico, y al final, los relatos menos elementos de su coherencia interna, gráficos e históricos, pero hay poca
sagrados y más cotidianos o "profa- sin imponer, desde afuera, estructu- referencia a los relatos en si y a su
nos" (que parece ser el caso de las ras foráneas a ellas. valor para la vida de la comunidad.
"Historias de animales", sección 7). Precisamente Zroara Nebura me Las ilustraciones de César Landazá-
¿Vemos, entonces, un proceso gra- parece un valioso documento que bal son lindas y útiles para poder
dual que lleva desde el mito a la puede servir como base para futuras relacionar la fauna real con los per-
leyenda, y finalmente al cuento oral? investigaciones y estudios: sobre texto sonajes míticos y fantásticos~ en el
¿Tenemos un material narrativo que y delivery; sobre performance, con- mismo sel)tido las notas de pie de
nos puede ayudar a entender los pro- texto y significado; sobre marcado- página y el glosario al final del libro,
cesos de la sacralización y desacrali- res verbales de códigos de perfor- son elementos valiosos para la com-
zación de Jos textos? mance (indicadores gestuales; fórmu- prensión del contexto cultural. Sin
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RESENAS ANTROPOLOOIA
embargo, aparecen como accesorios nido: el intento de registrar la memo- dinámica de la historia social y eco-
y un poco lejanos a la lectura de los ria colectiva de un pueblo para resca- nómica del negro en el ámbito de la
textos; no se recogen como un con- tar sus raíces culturales. Asf textualmen- minería en esa región. Quiebralomo,
junto global, por ejemplo en la te lo declaran sus seis compiladores. que era un real de minas de oro con
Introducción. Haría falta tal vez esa La publicación refleja cierta angustia dueños blancos y trabajadores negros
prese.ntación sintetizada para darle en tomo a la carencia de explicacio- y mulatos, y La Montaña, que consti-
más cohesión al trabajo realizado. nes satisfact.o rias sobre el ciclo de tuía una parcialidad con indios y
Se nota cierto descuido en la edición. leyendas del diablo como figura que mestizos, son el origen de Riosucio.
Varia el útulo. Varia la colocación del con el tiempo se ha tomado estelar en Si bien en La Montaña los indios
nombre del compilador (o se omite las fiestas de Riosucio. La angustia es ejecutaban el Baile de la Chicha y se
éste), al igual que el del narrador o enmascaraban para sus juegos, no
apenas natural en una sociedad como
relator. La lista de ilustraciones aparece sabemos con precisión cu,les eran las
la caldense, donde la práctica católica
antes de la Tabla de Contenido. Faltan
ha denunciado al demonio como ente expresiones de los negros y de los
entradas en el Contenido y a veces falta
maligno. mulatos en Quiebralomo.
la paginación. El mapa y la bibliografia
En 1974 Otto Morales Benitez se De cualquier modo, el diablo de
están repetidos. Pero lo más desespe-
encargó de reclamar para su pueblo Riosucio no es el Satán católico. Es
rante es la pobreza de la encuaderna-
ción. Se desbarata el libro la primera el derecho de conocer, como diria él, cierto que los navios europeos llega-
vez que se abre. Es una lástima que la de dónde diablos es que viene su ron con conquistadores, esclavos afri-
gran riqueza del contenido narrativo no Diablo, a quien él intuye "metido en canos, inquisidores y también con
haya tenido eco en el formato editorial. la rafz de nuestras vidas". Con acierto demonios de perflles medievales y
Ojalá en futuras ediciones se puedan aunque dando tumbos, Morales Beni- rancios acentos del viejo mundo.
mejorar esos detalles de presentación. tez, en su llamado, que constituye Pero también de las naves españolas
Mauricio Pardo rindió homenaje una de las numerosas contribuciones se apearon deidades provenientes de
al extraordinario jaiban' y narrador en el libro, bien dice que ese diablo culturas africanas que, habiéndose
Floresmiro Dogiram•. Ahora queda "no es el diablo católico, destructor y incrustado inicialmente en las cofra-
abierto un nuevo camino: el análisis y poco inteligente, que se disfraza de días sevillanas a raíz de su esclavitud
estudio de estas Historias de los anti- perra para entrar en los conventos". temprana en España, habían logrado
guos para que se conozcan más amplia- Y tiene razón, porque ese diablo, al entrar desde el siglo XV 1 en las fiestas
mente, y "para que los jóvenes no cual él mismo sefiala como el centro del Corpus Christi. Y con éstas viaja-
olviden", porque el olvido es la muerte. •
del mundo emocional de la gente de ron a América, no sólo como expre-
Riosucio, emergió del grupo de dia- sión teatral y festiva, sino como parte
LAURA LEE CRUMLEY blitos danzantes, divertidos y simp•- del equipaje religioso oculto que tra-
ticos que repartfan vejigazos a diestra jeron los africanos.
y siniestra en las fiestas antiguas del En las cofradías de negros en Sevi-
carnaval riosucefío, muy semejantes lla, los esclavos y sus dioses en exilio
a los diablitos que se han encontrado celebraban los ritos de hablar los
en diversos lugares de América a unos con los otros, como en Africa.
donde llegaron los africanos como Además, lo hadan por intermedio
esclavos. No obstante, al. escritor del tambor. Allá también se rendía
Javier Ocampo López, en su libro de culto a los antepasados muertos. Y
1983 El folclor y los bailes tlpicos con esas representaciones fantasma-
colombianos, le pareció que los de les que lucian como negros o con
Riosucio ten.fan antecedentes indíge- carátulas litúrgicas de su propia reli-
- nas. En el libro Cantares al diablo,
fugazmente se menciona el origen
gión, salieron a danzar en la fiesta
El diablo mestizo de la fiesta, mientras que en
eucarística católica. A esas represen-
taciones empezó a conocérselas co mo
de Riosucio no es el canto del poeta José Trejos, ento-
las de los diablitos negros.
nado en 1925, se define al diablo de
el demonio católico Riosucio como el demonio católico.
Pues bien: en el ámbito de los estu-
dios afroamericanos, serias pesqui-
Para el autor de ese canto, es Sat,n,
memoria cultural de deidades tem- sas sobre diablos en América los han
Cutara al Diablo. Aprod. .dóa bbtórica al descubierto metidos en el disfraz de
c:arunJ de Rlolado pranas de la mítica occidental como
Hlctor Jaim1 Montoya Hoyo4 y o1ros Neptuno, Vulcano, Eros, Cupido y los demonios católicos, pero con su
(compi/adoru) Apolo. propia pantomi ma y mimo ritual.
Consejo de Gobierno Departamental y otros, Aparecen en muchos de los lugares, a
Manizalet, 1985, 131 P'P· Aqu!, hay que reconoce~ que tanto
al mencionado poeta como muchos donde fueron llevados los esclavos
de quienes se han interesado en las africanos y sus descendientes, pri-
Este libro se presenta.como un empeño fiestas de Riosucio seguramente no mero en fiestas de Corpus Christi, en
gubernamental con uri objetivo defi- conocieron o han desconocido la las del 6 de enero y en muchas otras.
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