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Derechos Humanos A
Derechos Humanos A
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna
de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los
derechos humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a
esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre
otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna.
Los derechos humanos son universales, lo que permite que todo ser humano sin
excepción alguna tenga acceso a ellos.
Los derechos humanos son normas jurídicas que deben ser protegidas y respetadas por
los Estados. Y si los Estados no los reconocen, se les puede exigir que lo hagan porque los
derechos son innatos al individuo desde el momento de su nacimiento.
Los derechos humanos son indivisibles. Cada uno de ellos va unido al resto de tal modo
que negarse a reconocer uno o privarnos de él, pondría en peligro el mantenimiento del
resto de derechos humanos que nos corresponde.
Los derechos humanos hacen iguales y libres a todo ser humano desde el momento de su
nacimiento.
Los derechos humanos no se pueden violar: ir contra ellos supone atacar la dignidad
humana.
Son irrenunciables e inalienables, dado que ningún ser humano puede renunciar a ellos ni
transferirlos
1. Es una fuente de recursos éticos, cívicos y políticos, de los que se apropia la sociedad
para poner límites, desafiar y resistir a las distintas formas de imposición y abuso de poder en
contra de las personas, grupos y sectores;
2. Genera nuevas relaciones con los poderes públicos y mecanismos para ejercer una genuina
soberanía democrática y hacer valer la voluntad de los ciudadanos como el sustento de la
legitimidad del Estado y asiento permanente de las decisiones públicas;
3. Desarrolla una capacidad social actora, que contribuye a resolver problemas sociales
relevantes y a propiciar cambios en modelos y la eficacia del desarrollo económico, social y
político, en diálogo y debate con gobiernos, sectores privados e instancias internacionales.
Estos derechos, además, son esenciales para la labor de defensa de los derechos humanos. En 1998, la
Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración sobre Defensores y Defensoras de los Derechos
Humanos, en la que se reconoce y protege a toda persona en el ejercicio legítimo de la defensa de los
derechos humanos, de forma individual, en grupo o a través de organizaciones; como ocupación o de manera
ocasional; sin importar la profesión, edad, género, nacionalidad o cualquier otra condición sin de las personas;
y sin ningún límite de fronteras geográficas, en la comunidad, en regiones, en todo el país o fuera de éste.
En las materias vinculadas con su trabajo en derechos humanos, son derechos de los defensores y
defensoras:
Es así como, entre los años 2013 y 2014, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU -órgano de la
Asamblea General- aprobó varias Resoluciones sobre la responsabilidad de los Estados y de
la Comunidad Internacional en la protección del espacio de sociedad civil. Estas Resoluciones exhortan a
los Estados, tomar las medidas necesarias para garantizar un espacio seguro y propicio, tanto en
la legislación como en la práctica, para que la sociedad civil -concebida de manera amplia y pluralista–
pueda funcionar sin trabas ni inseguridad y desempeñar su legítima función en la promoción de los
derechos humanos, la democracia y el estado de derecho, en los planos local, nacional, regional e
internacional (El Espacio de la Sociedad Civil y el Sistema de Derechos Humanos de las Naciones Unidas).