En el desván de Hiawyn Oram y Satoshi Kitamura es un buen ejemplo de cómo a
través de la ilustración se pueden abrir múltiples relaciones y conducir la narración hacia la construcción de nuevos sentidos. La historia comienza con niño que dice: “Yo tenía un millón de juguetes y me aburría”. Aquí se sobreponen dos ideas contrarias en donde la ilustración nos muestra una habitación repleta de juguetes y la imagen de un niño aburrido en un rincón. A continuación, el niño descubre la entrada al desván y por medio de la escalera de un pequeño camión de bomberos, que se hace larguísima para poder ascender, llega hasta él. Esta escalera es un indicio para los lectores de que el plano entre lo real y lo fantástico ya no es tan nítido. Vale preguntarse: ese lugar al que se está dirigiendo el niño, ¿a cuál de los dos mundos pertenece? El desván se presenta como un semicírculo gris y vacío para luego dar lugar a una serie de escenarios mágicos: una familia de ratones, una colonia de escarabajos en un lugar lleno de insectos y flores, una araña con la cual tejer una telaraña, flotar en el cielo sobre la ciudad, etc. “Abrí una ventana que abría otras ventanas”, continúa el texto y detrás de ventanas flotantes se abren mundos imaginarios a los que ingresa el niño en busca de un amigo para jugar. Será el dibujo y no la palabra el que nos informará que ese amigo es un tigre. El niño y el tigre juegan un juego infinito en el semicírculo-tablero poblado de extrañas formas. El cuento culmina cuando el niño desciende y le cuenta a su madre sobre el lugar que descubrió en su casa, a lo que su madre le responde: “Pero nosotros no tenemos un desván”. Esta frase posiciona nuevamente al lector (primero con la escalera y ahora con la afirmación de la madre) a cuestionarse sobre la realidad y la ficción de ese lugar. Los dos mundos se entrelazan, se mezclan, esto se hace visible también en la última ilustración cuando en la ventana descubrimos al tigre escondido entre los pastizales. En el desván es un texto que nos invita a “un juego que puede durar siempre porque cambia todo el tiempo”.
(Reseña extraída de: Parodi, P. y Saravia, C. (2018) “Leer y ver: El libro-álbum” en