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Muchos de ellos quedaron en el olvido con el paso de los años, pero son los que
entretuvieron a varias generaciones antes de la aparición de internet. Cómo se
juegan y cómo organizarlos en el hogar. El consejo de los profesionales para llevar
adelante las horas de aislamiento
“¡Veo, veo”, era la invitación. “¿Qué ves?”, respondía quien aceptaba el desafío.
Sin dudas, el “Veo, Veo” fue uno de los juegos más simples y compartidos en casa,
en las horas de recreos, incluso en las horas libres de quienes vivieron su
adolescencia hasta el inicio de este milenio. Esa propuesta de seguir con
detenimiento el entorno del desafiante hasta lograr descubrir qué vio podía
entretener a grandes y chicos durante horas. Y a ese juego se unían quienes
deseaban ser parte del desafío que terminaría en una respuesta tan simple y
detallista como “el botón verde del saco de ese señor”, por ejemplo. Y las risas
eran el broche de oro.
Esa es una idea. Otra bien distinta es crear nuevos juegos: cortar papeles,
cartones, sacar las temperas y tijeras de las cartucheras escolares y ensuciarte los
dedos mientras se deja correr la imaginación.
Infobae presenta un listado detallado de opciones para que los más chicos jueguen
entre sí, para adolescentes, para que jueguen con sus padres y para compartir entre
toda la familia.
2. Adivinar el personaje: Es un juego ideal para varias personas ya que una será
quien piense en un personaje y el resto deben adivinarlo haciendo preguntas que
se responderán por sí o no.
4. Veo, veo: Otro de los juegos clásicos en el que puede pasarse horas jugándolo.
Consiste en que una persona mira y memoriza un objeto dentro del entorno en el
que están quienes participen. Quien comienza el juego dirá: veo, veo. Quien acepte
el juego preguntará: ¿Qué ves? a lo que se le responderá “una cosa maravillosa” y
llegará la primera consulta: ¿de qué color?... Y allí comenzarán a nombrar cada una
de las cosas de ese color hasta acertar o darse por vencido. En este último caso
quien comenzó el desafío dirá qué vio y tiene derecho a seguir encabezando el
próximo veo veo.
8. Comecocos: Solo hace falta una hoja A4. A esa hoja hay que doblarla por el
extremo superior derecho y juntarlo con el borde izquierdo para que quede un
triángulo. El papel sobrante se corta. Luego se abre el triángulo se vuelve a doblar.
Al abrir el papel se verá cómo quedarán marcadas las diagonales del cuadrado. En
esas líneas se realizan nuevos pliegues para finalmente comenzar a doblarlo una
vez dado vuelta. En cada una de las pestañas se escriben consignas que serán
descubiertas cuando la otra persona diga un número y pida levantarla. En ese juego
hay tantas variantes como la imaginación lo permita y a diferencia de otros es para
divertirse y no para ganar o perder.
10. Las bolitas o canicas: Sin dudas es uno de los grandes entretenimientos de
parques, calles, casas, patios o recreos que seguramente jugaron padres y abuelos.
Participan dos o más jugadores que dispongan de una cantidad de bolas de vidrio
(las clásicas o buscar similar) y un hoyo que puede hacer en un jardín o marcarlo
en el piso. El juego consiste en tratar de golpear la canica rival para conseguir que
termine en el hoyo, previamente construido, para ganarle la esfera.
11. Desafío de Yo-Yo: Fue uno de los juegos que copó bolsillos de niños y
adolescentes de la década del 90. Consiste en sostener el yoyo con la mano no
dominante con el dedo índice a través de éste. Ese hilo se enrolla alrededor del
yoyo y del dedo una vez. Luego, se enrolla la cuerda dos o tres veces “por debajo”
del dedo creando un nudo. Luego se mueve la mano para que el Yoyo suba y baje.
Esa es una de las variedades, otras son hacer formas en el aire con él.
12. El balero: Consiste en una bocha hueca atada con un hilo a una varilla de
madera. El juego implica empujar la bola hacia arriba para embocarla justo sobre el
palito. Es un juego que parece muy simple pero que tiene sus trucos, y que además
requiere de mucha paciencia y concentración. Gana quien logra embocar el balero
en menos intentos.
13. La payana: Lo sencillo hizo de este juego uno de los preferidos de nuestros
abuelos y todavía lo es de quienes aceptan divertirse con él. Para jugarlo solo se
necesitan cinco piedras chicas y habilidad con las manos. Puede jugarse solo o con
amigos. Cómo se juega: hay que tirar una piedra hacia arriba y juntar las restantes
con la misma mano antes de que la primera caiga al piso. También se pueden usar
dados o pelotas para jugar.
14. Construir ciudades: Las cajas de remedios de los abuelos, de lápices, pedazos
de cartulinas o cartones son ideales para darles formas de edificios, plazas, etc. y
hacer una maqueta de la ciudad, del barrio o de nuestra manzana. Simplemente
hay que cortar, dar forma, pegar y pintar.
15. Pescar objetos: se necesitará una fuente, palangana o balde con un poco de
agua en la que se tirarán tapas de gaseosas que serán atrapadas con hilo y en la
punta un gancho de ropa.
16. Arma todo: se trata de un juego de encajar las piezas de diferentes formas y
colores con los que se hará todo lo que la imaginación permita.
18. Títeres con medias: Las medias viejas o aquellas cuya compañera
desapareció son las indicadas para convertirse en otra cosa. Lo único que hay que
hacer es ponerse la media en la mano, buscar botones para convertirlos en ojos,
algún hilo que haga de labios y el resto es imaginación para construir a el personaje.
También se le puede dibujar la cara con fibras.