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Charango

El charango nace de la modificación de un instrumento de cuerda de origen europeo


en la región de los Andes durante la época virreinal del Perú. Generalmente se
menciona la mandolina como el instrumento en que se basó la confección del
charango, pero también se señala la vihuela como la base para su construcción. El
charanguista boliviano Ariel Villazón propone que el charango se originó como
resultado de una variante directa del timple de las islas Canarias; es decir que el
charango es un timple canario modificado. Las similitudes con la vihuela y
la mandolina no parecen ser tan contundentes como las que tiene con el timple
canario. Su hipótesis se basa en tres puntos clave: primero, la construcción y el
tamaño son idénticos; segundo, las notas son las mismas en algunas de sus
afinaciones; y por último, el propio término "charango" proviene de
las charangas españolas, que son parecidas a las tunas o comparsas. Posiblemente
los emigrantes canarios solían interpretar en sus comparsas (charangas) acompañados
de timples. De ahí el nombre de «charango». Otra coincidencia adicional y clara se
puede observar en la forma abombada de la caja de resonancia del instrumento.
También sugiere que la evolución desde el timple al charango se dio cuando los
materiales para encordar cambiaron de fibras animales a nailon y otros. Seguramente
a algún constructor se le ocurrió, al sustituir las cuerdas de tripa de gato por
las de nailon, duplicar la cantidad de cuerdas para mejorar su sonoridad, siendo la
única novedad la MI octava del centro.
La creación del charango debe haber ocurrido durante los años 1700 y 1750 —etapa
tardía del virreinato español—, es del siglo XVIII (1724) el primer registro que se
tiene de su uso. Es así como en las portadas de varias iglesias del Virreinato del
Peru, aparecen figuras o imágenes del charango. Destacan las portadas de:

Iglesia de San Lorenzo de Carangas - Empezó su reconstrucción en el año 1723 y


culmina con su portada en 1744 del siglo XVIII en el departamento de
Potosí (actual Bolivia)

Catedral basílica de San Carlos Borromeo - Empezó su construcción en el año 1669 y


culmina con su portada en 1757 del siglo XVIII en el departamento de Puno (Perú)

Durante el siglo XIX aparentemente el charango solamente se tocaba en las regiones


rurales, y era muchas veces despreciado por los habitantes de las ciudades,
considerado un «instrumento de indios».
En el Peru siempre estuvo presente desde tiempos del Virreinato del Peru en el
ámbito rural sur del actual territorio de la Republica del
Peru como: Ayacucho,Cusco,Puno, Moquegua y permanece en la manifestación cultural
de sus distritos. Sin embargo, ingresa a las urbes finalizando el siglo XIX (1900).
En Bolivia fue ingresando al ámbito urbano en el siglo XX; en 1944 el
boliviano Mauro Núñez empezó a divulgar la música folclórica con charango y también
a renovar la música de este instrumento. Mauro Núñez también se dedicó a la
fabricación de charangos bolivianos. Posteriormente se fueron creando estilos
propios en la música andina hasta hoy, que llevaron al charango a las salas de
concierto.
El charango ha sido uno de los instrumentos más estudiados en el Perú renombrados
estudiosos, artistas e investigadores como Ricardo Palma (1833-1919), José María
Arguedas (1911-1969), Thomas Turino, Félix Paniagua, Fred Arredondo y Adriel Osorio
Zamalloa le han prestado su atención.[1]. A partir de 1950 Jaime Guardia empezó a
difundir la música de charango de Ayacucho, en el Perú, con mucho éxito.[2]
También para la década de los 50 empezaría a difundirse con éxito la música de
charango en Ecuador. En los años cincuenta y sesenta se empezó a popularizar el
charango en Argentina y Chile, y también en Francia y otros países europeos. A
partir de los años sesenta, músicos y grupos de Argentina y Perú (como Jorge
Milchberg ), y de Bolivia (como Ernesto Cavour)[1] con Los Jairas y los hermanos
Arguedas (Bolivia Manta), William Ernesto Centellas,[3] Eddy Navía, con sus giras
llevaron la música del charango a toda Europa, los Estados Unidos y Japón. En La
Paz (Bolivia), el 6 de abril de 1973, bajo la iniciativa fundamental de William
Ernesto Centellas,[3] contando con la colaboración de Abdón Caméo y Ernesto Cavour
Aramayo,[4] fue constituida la Sociedad Boliviana del Charango, que desde 1997,
cada dos años organiza el Congreso Nacional del Charango, junto al evento Encuentro
Internacional de Charanguistas.
En Bolivia se reconoce a la ciudad de Potosí como lugar de origen "cuna del
Charango", mientras que por su difusión histórica y contemporánea la población
de Aiquile tiene el designio de "capital del Charango". Desde 1984, en Aiquile se
realiza el festival internacional del charango, que reúne a intérpretes y
fabricantes nacionales e internacionales de este instrumento.[5]
En Peru se reconoce a la ciudad de Ayacucho como lugar de origen del Charango,
centro de esparcimiento a todo el Virreinato del Perú. Precisamente en la época
virreinal, más de 14 mil 500 indígenas entre Huamanguinos, Cusqueños, Apurimeños,
Huancavelicanos y Puneños fueron trasladados a los asentamientos mineros de Potosí
para trabajar en dicha zona y como es lógico con ellos llevaron sus tradiciones y
culturas.
En el pasado, el charango era elaborado de madera y caparazón de armadillo
andino Chaetophractus nationi. Actualmente, el armadillo es una especie amenazada
en Perú y Bolivia, existen leyes de protección animal que prohíben el maltrato o
sacrificio de animales. En ese sentido y para no sacrificar estos animales, hoy en
día el charango es elaborado de madera o inclusive de papel.

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