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Lo primero: EL FMI, como todo organismo social y dentro de los objetivos que se traza para

cumplir con su misión, elabora planes de índole económicos y sociales para colaborar en el mundo
con la solución de los diferentes problemas que en cada país aparecen. Estos problemas se tornan
comunes a varias naciones y por ello las sugerencias “DEBEN” ser estudiadas en cada nación y
mirar si es viable el camino que se les sugiere.

Las críticas que se aducen, no creo que sean tales, sino más bien otros caminos que quieren
sugerir, porque de políticas seguras nadie puede hablar. Recordemos que los dirigentes de dichos
organismos son “pesos pesados” en sus áreas, y por tanto no son aparecidos ni novatos para
sugerir vías descabelladas. Si todos pensásemos igual, pensaríamos que no hay sino un solo
camino para conseguir objetivos.

Hoy son unos los dirigentes y mañana vendrán otros con nuevas ideas, que igualmente serán
controvertidas, pero que de todos modos no dejan de ser políticas coyunturales

Mi posición, por tanto, es, que las sugerencias dadas por el FMI, pueden ser buenas en la medida
en que quien las debe aplicar se comprometa con ellas a salir adelante, de lo contrario, sino
gustan, nadie va a trabajar sobre medidas que no son del amaño del dirigente regional. Y si a esto
le sumamos incapacidad de muchos directivos regionales cuyas posiciones son “pagos electoreros”
sí que menos se preocuparán por la aplicaciones de dichas recomendaciones.

Los tratados internacionales en el orden económico, siempre tendrán opiniones encontradas a


favor o en contra, cada voz que habla, escribe….lo hace desde una orilla. Pero pensemos que al
frente hay otro dispuesto a opinar distinto.

El hecho es que los tratados deben partir de la base en la que se tiene conciencia de que se puede
aparejar con el otro. Muy ciertas las criticas aquellas que dicen que para nosotros son
descompensadas porque nuestra economía será absorbida por otra de mayor y mejor
competitividad. Cierto. Entonces, qué hacer, quedarnos solos? NO!

Dentro de tantas sugerencias que se pueden hacer, es que los tratados sirven para que cada país
lo tome como acicate para mejorar inicialmente en su interior. Esto se logra con dirigentes con
“vocación”, de “convicción” y no políticos electoreros que les dan una palomita y que andan en su
trabajo como sonámbulos y salen sin dejar huella, no ajustan la brecha con los países mas
adelantados y claro, cómo vamos a competir si no mejoramos lo interno.

Los tratados siempre serán buenos en la medida en que sepamos mejorar

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