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PROYECTO DE LEY DE LAVÍN Y PIÑERA: ¿REFORMA EDUCACIONAL

O REFORMA LABORAL?
El proyecto de Ley de Educación del gobierno de Piñera no es una reforma educativa.
En realidad son medidas que apuntan a perfeccionar y legalizar el mercado de la educación
que la misma clase política-empresarial configuró. Véase la composición del panel de
“expertos” (de tecnócratas, empresarios, ex ministros de la Concertación y afines) que han
asesorado al ministerio del gobierno anterior y actual y recuérdese la votación transversal de
los parlamentarios aprobando la LGE (LOCE) y ahora este proyecto de ley el miércoles 22 en
la Cámara de Diputados con el apoyo de representantes no sólo de la Alianza, sino además de
la Concertación, PRI e independientes.

En otras palabras, no se trata de una Reforma Educativa, que ya en su formulación y


fundamentos constituye una falacia, ya que no contiene un sustento académico y pedagógico
que busque resolver el problema de la calidad de la educación, sino, más bien, se trata de un
reforma laboral que busca con esta Ley, facultar a los directores de colegios despedir a los
profesores que ellos mismos califiquen en su desempeño docente. Es decir, el objetivo
principal es terminar con el Estatuto Docente que es el instrumento legal que resguarda la
estabilidad labora de los profesionales de la educación.

El Colegio de Profesores ha venido exigiendo y proponiendo una Carrera Profesional


Docente para que la Evaluación Docente tenga sentido en su aplicación más global y
fundamentalmente formativa, sin embargo con esta Ley de “reforma” educativa, no sólo no
se considera una Carrera Profesional Docente, sino que se crea otra evaluación
complementaria como instrumento de calificación y despido de docentes a cargo de
directores que, según esta ley, ya no serían líderes “pedagógicos” como lo proponía el
gremio, sino administradores o “gerentes de empresa”, pues esta nueva ley faculta para que
se hagan cargo de la dirección de establecimientos a profesionales no docentes. En todo
caso, ya la LGE, en su artículo 46, letra G, establece que los docentes pueden ser
reemplazados por profesionales que no sean pedagogos, basta con que posean 8 semestres
académicos.

Analizada así esta llamada ley de Reforma Educativa, queda muy claro que apunta a
debilitar nuestra organización gremial, atacando el principal instrumento legal que garantiza
la estabilidad laboral de los profesores, como es el Estatuto Docente. Y si hacemos una
interpretación más político-ideológica, estamos frente a una ley que no es una reforma,
mucho menos revolucionaria, porque modifica reglamentos legales y crea nuevas normas que
mantienen un sistema de educación de mercado que se viene implementando con políticas
educacionales desde los gobiernos de la Concertación y, que ahora con el actual gobierno de
derecha, denota un verticalismo casi dictatorial, que impone con total desenfado, en forma
autoritaria y con el poder mediático de sólo culpar a los maestros del problema educacional.
La misma OCDE ha sido crítica con las políticas educativas neoliberales en Chile, único
modelo en el mundo, que no se puede comparar con otras naciones que como principal
sustento de calidad y equidad en educación es su sistema público-estatal.

Oscar Arancibia Villalba

Movimiento Pedagógico Colegio


de Profesores de Arica y Parinacota
Arica, diciembre – 2010

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