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La independencia de Hispanoamérica

Fundamentos del proceso independentista

Al ser un proceso tan largo, complejo y amplio el proceso independizador está lleno de particularidades, en muchos casos con causas diferentes. Algunas causas
de influencia mundial reconocida como la Revolución francesa o la Independencia de los Estados Unidos de América actuaron mas bien como patrón que como
causa directa. Las causas se suelen dividir en internas, que son las que se produjeron dentro de las colonias hispanoaméricanas y externas que son las que se
produjeron en España y países del exterior.

Causas internas
 El deseo de los criollos de independizarse, que querían tener poder político y mayor libertad económica para poder desarrollar libremente sus
actividades económicas cuya productividad estaba frenada por el control del comercio por parte de la metrópolis y el establecimiento de un régimen
de monopolios, de impuestos sobre los productos de consumo general y trabas. Insistían en tomar el control de los cabildos y de la administración
de las colonias.
 El descontento de los criollos, que querían la independencia para cambiar un sistema colonial que consideraban injusto estar excluidos de la política
y de las decisiones económicas, y encontrarse, en los casos de las castas, explotados.
 La idea de que la Corona española era un patrimonio de la Familia Real hizo que cuando Fernando VII fue retenido en Francia las colonias no fueran
leales a las cortes de Cádiz ni a la Junta Suprema Central, sino que formasen una Junta de gobierno en cada país cuyo objetivo fue primero gobernar
y posteriormente sustituir al estado español.
 Las enseñanzas impartidas por las universidades, las academias literarias y las sociedades económicas, difundían los ideales liberales y
revolucionarios (propios de la Ilustración) contrarios a la actuación de España en sus colonias y que tuvieron gran influencia en los líderes
revolucionarios, tales como el principio de soberanía nacional, el contrato social de Rousseau y los derechos individuales.
 Las ideas liberales difundidas en América, y por todo el mundo gracias a la ilustración.
 Los encuentros de los máximos dirigentes hispanoamericanos de la revolución en el exterior y la participación de algunos de ellos en las
revoluciones liberales europeas, así como sus contactos con los gobiernos exteriores.

Causas externas
 El fundamento español de la revolución independentista hispanoamericana está en la pérdida del estatus especial de los reinos castellanos de Indias
como patrimonio de la monarquía española en América, y que ya había sido redefinida en 1768 a una condición colonial por las reformas borbónicas
del imperio español, y que se consideraba disminuir o desaparecer, tal como se pretendía integrarla a España en las disposiciones del estatuto de
Bayona (1808) primero, y de la Constitución española (1812) después. El vacío de gobierno en España causado sucesivamente por Napoleón y el
constitucionalismo español, abrió la oportunidad para que la clase dominante hispanoamericana, formada por criollos europeos, dieran impulso, y
sostuvieran el movimiento, y la guerra por la independencia como medio definitivo de conservar y mejorar su estatus, disminuido o en riesgo de
perderse, cambiando la estructura social americana (eliminación de mayorazgos 1,etc). La nueva Patria fue el carácter esencial del movimiento, y que
finalmente predominó en todos los lugares de América por encima de otros movimientos independentistas, que como el fallido de Hidalgo en
México, se acompañaban también de una verdadera revolución social.
 La debilidad de España y Portugal durante este periodo, que habían perdido su protagonismo en Europa. Esto quedó todavía más claro cuando
Napoleón invadió la Península Ibérica.
 El ejemplo de Estados Unidos de América, que se habían independizado de Inglaterra (aunque aún distaba mucho de haberse convertido en una
potencia mundial, como ocurrió un siglo más tarde), así como el ejemplo de Francia, cuya revolución proclamó la igualdad de todas las personas, y
sus derechos fundamentales.
 El apoyo con el que contaban por parte de Gran Bretaña y Estados Unidos, interesados en que las colonias se independizaran para poder comerciar
libremente con Iberoamérica, proporcionándoles apoyo material exterior y fuentes de financiación necesarias para sus proyectos independentistas.

En 1776 las colonias británicas de la America del Norte iniciaron un proceso político innovador: dejan de reconocer la autoridad de la monarquía británica
declarando su independencia de la metrópoli europea e instaurando una república que se iba a dirigir por una constitución escrita. A partir de ahora serían los
Estados Unidos de América.

A partir de 1808, durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), provocada por la la invasión napoleónica, los criollos2, al igual que los
peninsulares en España, establecieron juntas para gobernar las tierras en nombre del rey de España. Esta experiencia de autogobierno, el antecedente de la
independencia de EE.UU. y la influencia del liberalismo y de las ideas de la Revolución francesa y estadounidense llevaron a la Guerra de Independencia
Hispanoamericana (1809-1824), de la que emergieron la mayoría de las repúblicas hispanoamericanas de la actualidad.
Las primeras juntas criollas [las establecidas en La Paz, Virreinato del Río de la Plata (1809), Chile (1810), Nueva Granada (1810) y Quito (1809)] fueron
violentamente reprimidas por las autoridades metropolitanas españolas, causando la derrota de todas ellas.
La Primera Junta de Buenos Aires (1810) fue el único gobierno patrio que pudo permanecer, estableciendo una continuidad histórica con los gobiernos
posteriores de la Argentina. Desde Buenos Aires se comenzó la campaña de liberación del sur del Continente: dos grandes ejércitos libertadores se formaron y
atacaron a las tropas realistas desde el sur y el norte, dirigidos por José de San Martín y Simón Bolívar, para confluir en Guayaquil (Ecuador), donde el mando
general de las tropas independentistas sudamericanas quedó en manos de Bolívar. La guerra por la independencia de Sudamérica se extendió hasta 1824. Este
último año, los realistas, arrinconados en el Alto Perú fueron finalmente derrotados en Ayacucho (el departamento de Ayacucho es una región administrativa del
Perú situada en la sierra sur del país, en ambas vertientes –oriental y occidental de los Andes. Su capital es la ciudad de Ayacucho) por un ejército sudamericano
al mando del Mariscal Antonio José de Sucre

Una vez que los pueblos de la América de Sur se independizaron de España, a través de complejos procesos, se crearon las siguientes naciones independientes
de la actualidad: Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Las guerras de independencia hispanoamericana fueron los conflictos armados que se desarrollaron en el continente y que enfrentaron a los partidarios de
establecer nuevas naciones independientes donde se encontraban las colonias españolas en América, enfrentando al rey de España, a las autoridades virreinales y
los partidarios de la monarquía española. Las guerras de independencia tuvieron tanto el carácter de guerra civil como de guerra internacional.
Entre los líderes independentistas, también llamados libertadores, se encuentran la mayor parte de los “padres de la patria” de los países hispanoamericanos,
como Simón Bolívar, José de San Martín, José Artigas, Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, José Miguel Carrera, Bernardo O’Higgins, Antonio José
de Sucre, Miguel Hidalgo, Manuel Belgrano, Martin Guemes, Joaquín Olmedo, Francisco de Miranda, Fulgencio Yegros y José María Morelos, entre otros.

José Francisco de San Martín (Argentina, 1778 - Francia, 1850) fue un militar argentino cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de la
Argentina, Chile y el Perú.

A los siete años viajó a España y con el tiempo se unió a los ejércitos españoles que combatían contra la dominación napoleónica de la Península, participando en
las batallas de Bailén y La Albuera. En 1812, tras una escala en Londres, partió a Buenos Aires, en donde se le encomendó la creación del Regimiento de
Granaderos a caballo, que resistió un ataque realista durante el combate de San Lorenzo (1813 en la localidad de San Lorenzo de la provincia de Santa Fe de la
Argentina, entre las fuerzas independentistas argentinas y las realistas españolas). Luego reforzó el Ejército del Norte.
Desde la ciudad de Mendoza inició su plan para la liberación definitiva de Sudamérica: tras crear al Ejército de los Andes cruzó con el mismo la cordillera de los
Andes y liberó Chile, en las batallas de Maipú y Chacabuco. Tomando bajo su control los barcos chilenos, atacó el centro del poder español en Sudamérica, la

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Universidad de Bucarest, 2009-2010, 1er año, Cultura y civilización españolas


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ciudad de Lima, que declaró su independencia en 1821. Se encontró en Guayaquil con Simón Bolívar, y tras dicha entrevista le cedió su ejército y la meta de
finalizar la liberación del Perú. San Martín partió a Europa, y murió el 17 de agosto de 1850.
Junto con Bolívar es considerado el libertador más importante de Sudamérica. En la Argentina se lo reconoce como el Padre de la Patria y se lo considera un
héroe y prócer nacional. En el Perú, se lo reconoce como libertador de aquel país, con los títulos de «Fundador de la Libertad del Perú», «Fundador de la
República» y «Generalísimo de las Armas». En Chile su ejército le reconoce el grado de Capitán General.
Vuelto a Mendoza en enero de 1823, pidió autorización para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con su esposa que estaba gravemente enferma. Bernardino
Rivadavia, ministro de gobierno del gobernador Martín Rodríguez, se lo negó argumentando que no sería seguro para San Martín volver a la ciudad. Su apoyo a
los caudillos del Interior y la desobediencia a una orden que había recibido del gobierno de reprimir a los federales, le valió que los unitarios quisieran someterlo
a juicio.
No obstante, como la salud de su esposa empeoraba, decidió viajar a Buenos Aires, donde a su llegada ya ella había fallecido. La lápida de su sepultura, que aún
puede leerse en el Cementerio de la Recoleta, reza: «Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín».

Al llegar a Buenos Aires se lo acusó de haberse convertido en un conspirador. Desalentado por las luchas internas entre unitarios y federales decidió marcharse
del país con su hija, Mercedes. El 10 de febrero de 1824 partió hacia el puerto de El Havre (Francia). Tenía 45 años y era generalísimo del Perú, capitán general
de la República de Chile y general de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Luego de un breve período en Escocia, se instalaron en Bruselas y poco después
en París. Su única obsesión era la educación de su hija Mercedes. En 1825 redactó las Máximas para Merceditas, donde sintetizaba sus ideales educativos.
Sus restos fueron trasladados a Buenos Aires en 1880.

La figura de San Martín tiene el primer lugar dentro de la versión de la historia que ha circulado en las escuelas argentinas, a través de las cuales se ha
conformado la identidad de muchos de los ciudadanos y ciudadanas de este Estado latinoamericano. Ciertos historiadores sostienen que tenía a lo sumo un ideal
americanista y no una identidad argentina ya que no podía ser parte de algo que aún no existía.

Universidad de Bucarest, 2009-2010, 1er año, Cultura y civilización españolas

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