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ISEgORíA. Revista de Filosofía moral y Política


n.º 56, enero-junio, 2017, 241-261 ISSn: 1130-2097
doi: 10.3989/isegoria.2017.056.12

A propósito de Butler: una fenomenología


del cuerpo vivido, narrado y representado
On Judith Butler: A Phenomenology of Lived,
narrated and Represented Embodiment
OLgA BELmOntE gARCíA*
Iván ORtEgA RODRíguEz**
universidad Pontificia Comillas, madrid

RESumEn. En este artículo partimos del pensa- fenomenología en la que quepa lo que se suele
miento de Butler para adentrarnos en las pro- quedar en los márgenes. Esta fenomenología
puestas de tres autoras que consideramos que permitiría, por un lado, visibilizar a quienes no
complementan su proyecto de ayudar a las per- encajan en los conceptos y categorías estableci-
sonas excluidas en su lucha por una vida más das, y por otro, contribuir a una reformulación de
digna, una vida “vivible”, así como la estrategia los discursos que les permita habitar en ellos. La
de lograrlo mediante resignificaciones perfor- fenomenología de las cosas mismas no naturaliza
mativas de discursos y prácticas. Por un lado, pre- las opresiones, como podría sospecharse, cree-
sentamos los trabajos de Sarah Ahmed y Lanei mos que más bien es una aliada para reconocer-
Rodemeyer, para atender a la espacialidad y tem- las, denunciarlas y repararlas.
poralidad del cuerpo vivido (Ahmed), y a la re-
lación entre el cuerpo y el discurso (Rodemeyer). Palabras clave: Fenomenología; teoría queer;
En ambos casos se aplica la fenomenología pura, estudios de género.
no hermenéutica, a la cuestión de la diversidad
sexual. Por otro lado, nos adentramos en las ABStRACt. In this paper we take Judith Butler’s
obras de Luise Bourgeois, para quien la creación thinking as a basis from which to consider the
artística es un modo de exorcizar el dolor y de li- ideas of three authors. In our view, these au-
berarse de las cárceles socialmente construidas. thors complement Butler’s project of helping
Partiendo de la línea que recorren y abren es- excluded people to fight for a dignified life, a
tas autoras, creemos que se puede elaborar una “liveable life”; and specifically to the idea of
c
*
olgabg2001@yahoo.es ORCID iD: http://orcid.org/0000-0001-9868-6351
**
ivan.ortega79@gmail.com ORCID iD: http://orcid.org//0000-0001-9776-5197

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[Recibido: diciembre 2016 / Aceptado: marzo 2017] 241
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using performative resignifications of dis- sible in which there is place for what does not
courses and practices. On one hand, we present fit into the norm. this phenomenology would
the writings of Sarah Ahmed and Lanei Rode- make it possible, on one side, to rend visibility
meyer; they consider the spatiality and tempo- to those who do not fit into the established
rality of the lived body (Ahmed) and the rela- norms and categories and, on another side, to
tionship between the lived body and discourse contribute to a reformulation of discourse, such
(Rodemeyer). In both cases, “pure phenome- a transformation that allows the excluded to in-
nology” (and not hermeneutics) is applied to habit them. “Pure” phenomenology, that aims
the question of sexual diversity. On the other at going to “the things themselves” do not na-
hand, we delve into the works of Louise Bour- turalise oppressions, but it is rather an ally to
geois, for whom artistic creation is a way of recognise, denounce and provide a reparation
exorcising pain and becoming free of socially for them.
constructed prisons.
Starting from the paths opened by these au- Key words: Phenomenology; Queer theory;
thors, we believe that a phenomenology is pos- gender Studies.

1. Introducción dentro de la interpretación hermenéutica


de la fenomenología, ésa que considera
Judith Butler se ha ganado un lugar des- que no puede haber acceso directo al fe-
tacado en el pensamiento contemporáneo nómeno, sino que debe darse el “rodeo
a pesar de sus numerosos críticos o quizá, por las interpretaciones”.
en parte, gracias a ellos. Su desvelamiento no obstante, aunque pueda caracteri-
del carácter construido de conceptos que zarse como fenomenología hermenéutica,
parecían indicar realidades “naturales” ha la obra de Butler pretende incardinarse en
supuesto un socavamiento de saberes es- los cuerpos concretos y lo vivido en ellos.
tablecidos y la apertura de posibilidades Esta peculiaridad de Butler estimula nues-
emancipadoras para colectivos discrimi- tro trabajo suscitando preguntas como:
nados (mujeres, personas lgtbi, personas ¿es realizable la pretensión de Butler?
no blancas, etc.). ¿Hasta qué punto? ¿Se complementa con
Su principal recurso es el análisis de otros intentos?
los conceptos con los que nos referimos a Para abordarlas recorremos dos cami-
asuntos como el género o la raza. Analiza nos. Por una parte, exploramos la posibi-
cómo son utilizados en obras literarias o lidad de la fenomenología “pura” (atenida
en diversas teorizaciones, especialmente “al fenómeno”) para llegar a los cuerpos y
psicoanalíticas (Freud, Lacan, Kris- alcanzar fines como los de Butler; por otra
teva…). Ciertamente, Butler no cree que parte, presentamos las obras artísticas de
“todo sean conceptos”, pues descarta esa Louise Bourgeois como una auténtica fe-
interpretación en Cuerpos que importan1; nomenología pura en acto, realizada en
sin embargo, a nuestro juicio, el método primera persona. En todo ello, buscaremos
que emplea sí se queda en el plano de los determinar también qué margen hay para
conceptos expresados en lenguaje. En este una performatividad, esto es, para una ac-
sentido, cabe decir que Butler se mueve ción transformadora a partir de la disrup-

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ción de los símbolos mediante prácticas la que se determina qué implicaciones tie-
análogas a las planteadas por Butler. nen estos usos en la vida de las personas y
en la configuración de sus identidades.
2. El pensamiento de Butler como El método que utiliza Butler es el es-
fenomenología hermenéutica tudio de los conceptos relevantes tal y
como se presentan en diferentes discursos.
Como es sabido, la fenomenología surgió Por una parte, analiza el papel que juegan
con voluntad de ser una ciencia estricta, esos conceptos, su sentido y el lugar es-
pero esta pretensión quedó pronto cuestio- tructural que ocupan en el conjunto del
nada desde dentro del movimiento feno- discurso. Por otra parte, repiensa los con-
menológico. Esto originó la distinción entre ceptos y discursos, y plantea nuevas for-
la fenomenología pura y la hermenéutica. mas de articularlos.
La fenomenología pura considera que puede Esto no significa que Butler piense
hacerse un análisis más o menos directo de que “todo” es una construcción simbó-
lo que para ella es el dato primero: la dona- lica. La pensadora comprende que las im-
ción o el mostrarse. Desde ahí, posterior- plicaciones de usar un discurso u otro son
mente cabría edificar otras filosofías parti- bien concretas en las vidas de las personas
culares. De esta manera, podría renovarse el y van más allá de lo “conceptual”, “sim-
proyecto de la filosofía como “ciencia ri- bólico” y “lingüístico”, penetrando hasta
gurosa”2. En todo ello hay una convicción la vida concreta y —sobre todo— en la
fundamental: puede accederse intelectual- carne y los cuerpos concretos. Es decir,
mente al aparecer y estudiarlo. que los procesos descritos actúan directa-
La orientación hermenéutica rechaza mente en lo corporal y carnal.
precisamente esta convicción. no se ad- El argumento que sostiene es que pro-
mite el acceso al “fenómeno puro”: es im- piamente no cabe distinción entre discurso
posible desprenderse de las interpretacio- y cuerpo; que el proceder discursivo está
nes y comprensiones previas, y sólo a ya él inmediatamente presente en la ma-
través del rodeo por las interpretaciones terialidad del cuerpo, en los procesos que
puede hablarse de las realidades referidas lo atraviesan; y al revés: que la materiali-
en dichas comprensiones. Como estas in- dad del cuerpo está ya entreverada de dis-
terpretaciones además se hacen por medio curso. todo ello además no de una manera
del lenguaje, entonces el rodeo pasa por el “armónica”, sino intrínsecamente tensa;
estudio del uso del lenguaje, especial- pues el cuerpo siempre escapa al lenguaje,
mente en el análisis de los discursos. que quiere aprehenderlo y el discurso so-
Éste es el enfoque que emplea en gran bre el cuerpo está siempre interpenetrado
medida Butler, y es el sentido en el que de materialidad3. merece la pena citar es-
puede hablarse de una fenomenología pre- tas palabras de Butler al respecto:
sente en su obra. En su pensamiento no
hay un análisis “directo” de los “objetos” “Las categorías lingüísticas que “de-
referidos. Hay más bien una descripción del notan” la materialidad del cuerpo están
uso de los conceptos en el lenguaje, desde ellas mismas perturbadas por un refe-

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rente que no queda nunca contenido turas de estos conceptos y haciendo ver el
completa o permanentemente por nin- carácter construido del discurso.
gún significado que venga dado. De Dado este paso, a continuación se
hecho, ese referente persiste sólo como busca el potencial liberador de este dis-
una especie de ausencia o pérdida: curso para las minorías oprimidas. Esto se
aquello que el lenguaje no captura sino hace o bien explorando el potencial de los
que, en su lugar, impulsa al lenguaje a discursos para, desde sí mismos, desesta-
intentar repetidamente esta captura, bilizar construcciones opresoras; o bien
esta circunscripción, y lo lleva a fraca- señalando articulaciones alternativas de
sar. Esta pérdida toma su lugar en el estos conceptos. En todo ello, de nuevo, se
lenguaje como una llamada o demanda asume que las articulaciones conceptuales,
que, estando en el lenguaje, nunca está ya presentes o sugeridas por Butler, pue-
hecho completamente de lenguaje (…). den incidir en la materialidad del cuerpo.
Poner una materialidad fuera del len- De este modo se analiza, por ejemplo,
guaje, donde esa materialidad es con- lo afirmado por michel Foucault en su
siderada ontológicamente distinta del obra sobre Pierre Rivière o se estudia la te-
lenguaje, es socavar la posibilidad de oría del lenguaje de Julia Kristeva. tam-
que el lenguaje pueda ser capaz de in- bién en esta línea se estudia el psicoanáli-
dicar o corresponderse con ese ámbito sis de Freud y Lacan. En el caso de Lacan,
de alteridad radical. Por consiguiente, muestra cómo el concepto de falo —clave
la distinción absoluta entre lenguaje y en sus desarrollos psicoanalíticos y que ha
materialidad, que había de asegurar la despertado comprensibles recelos en el
función referencial del lenguaje, so- feminismo, como Butler reconoce—
cava radicalmente esta función”. puede reelaborarse de modo que sirva para
empoderar a las mujeres, al realizarse en
Con esta idea de hablar del cuerpo en- otra parte del cuerpo por “erotogeniza-
trando en su materialidad, mientras se ha- ción” del mismo5; esto conllevaría la des-
bla de lo que se dice en torno a él, Butler estabilización del discurso que había pre-
emprende diversos análisis de piezas dis- tendido fijar la diferencia sexual en torno
cursivas. Así, por ejemplo, si atendemos a a esta noción. Igualmente, también en-
dos de sus obras principales, El género en contramos este manejo de los conceptos
disputa4 y Cuerpos que importan, vere- dentro de discursos al estudiar la obra li-
mos que en ellas se repite un método si- teraria de Willa Cather6 o nella Larsen7,
milar. En primer lugar, se toma un des- mostrando cómo en sus narrativas se pue-
arrollo discursivo y se localizan los den poner en crisis los conceptos relativos
conceptos sobre género o raza, así como a género y raza.
su articulación. Estas nociones y su ope- En todos estos estudios Butler centra
ratividad interna conciernen a los cuer- su interés sobre todo en las nociones de
pos, les afectan en su materialidad. A par- “género” y “sexo”, y posteriormente, en
tir de ahí, se hace un trabajo de crítica y categorías como la de “raza”. Ofrece así
deconstrucción interna, mostrando las jun- un análisis de los conceptos con los que se

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categoriza a la gente, asignándole “esen- menología al estudio de las cuestiones de


cias”: conceptos que prescriben en lugar género. Los dos enfoques reflejan la for-
de describir y que dejan a mucha gente en mación de las autoras: Ahmed es una teó-
situaciones invivibles. El objetivo es sub- rica queer interesada por la fenomenolo-
vertir estos conceptos para abrir espacio y gía, y Rodemeyer es una fenomenóloga
que las personas hasta ahora oprimidas que analiza temas de género y sexuali-
encuentren nuevas posibilidades de en- dad.
carnar “vidas vivibles”.
3.1. Sarah Ahmed y el proyecto de una feno-
3. Dos interlocuciones a la fenome- menología “queer”
nología “hermenéutica” de Judith
Butler: S. Ahmed y L. Rodemeyer El libro de Ahmed10 se propone mostrar lo
que la reflexión sobre el género puede
Partiendo de estas líneas fundamentales de aportar a la fenomenología, introduciendo
la fenomenología hermenéutica butleriana, en ella una perspectiva queer. El libro
nos planteamos si es posible una fenome- tiene los defectos de un trabajo de alguien
nología de las cosas mismas en este ám- que no es especialista en fenomenología,
bito. Queremos mostrar que esta fenome- pero tiene la virtud de abrir un campo de
nología está muy lejos de naturalizar estudio en ella. La diversidad sexual se ha
opresiones y que, al contrario, puede ser abordado normalmente desde el prisma
una potente aliada para elaborar propues- heterosexual, afirmando además que el
tas teóricas que, en el nivel práctico, con- hombre y la mujer aportan dos perspecti-
tribuyan a que más personas vivan “una vas diferentes sobre el mundo. En cambio,
vida vivible”. esta diferencia sexual se ha analizado poco
Para explorar la posibilidad de una fe- en lo que toca a las orientaciones e iden-
nomenología pura “alternativa” o “com- tidades sexuales “minoritarias”.
plementaria” a la fenomenología herme- Sí es cierto que en algunos casos hubo
néutica de Butler, presentamos el libro de reconsideraciones muy interesantes que,
Sarah Ahmed, Queer Phenomenology8, y sin embargo, no tuvieron continuación.
un texto breve, pero muy importante de Baste señalar, por ejemplo, a Levinas. Es
Lanei Rodemeyer: An Application of Hus- sabido que en un primer momento defen-
serlian Phenomenology to Questions of dió unas nociones de feminidad y mascu-
Discourse and Gender9. linidad asociadas al hombre y la mujer
Ambos trabajos realizan un estudio fe- que han sido y serían hoy muy criticadas.
nomenológico de la diversidad sexual Sin embargo, al final de su vida retomó
desde dos aproximaciones diferentes, que este asunto y, manteniendo sus considera-
no son excluyentes sino complementarias. ciones sobre la feminidad y la masculini-
Así, Ahmed va desde los estudios queer a dad, no las asoció sin más a un sexo u otro,
la fenomenología, mientras que Rodeme- sino que los tomó como “polos ontológi-
yer emprende el camino inverso, inten- cos” que se dan allí donde hay humani-
tando mostrar qué puede aportar la feno- dad11. Con todo, creemos que sigue ha-

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biendo mucho por estudiar en cuestiones que les vienen marcadas y que están es-
de género y sexo fuera de los cauces ma- trechamente vinculadas a la corporalidad.
yoritarios. De esta manera, los objetos se sitúan res-
Por todo ello, tiene valor en sí mismo pecto de mi cuerpo, que es en cada mo-
que Ahmed aborde este campo. Lo hace mento el centro de orientación.
empleando el término queer, siguiendo el A este respecto, Ahmed introduce una
uso de la polisemia de este término que se descripción fenomenológica de la expe-
hace en la “teoría queer”. En efecto, queer riencia de estar orientado que aparece en
tiene el significado original de “torcido” o Ideas I, la obra de Husserl más represen-
“desviado”12 respecto de una línea u orien- tativa de la fenomenología trascendental.
tación correctas, que son “rectas“ o “de- Dicho texto se encuentra al comienzo de la
rechas”—cuyo término en inglés, straight, descripción del mundo dado en la “actitud
también significa “heterosexual”—. Por natural”, al inicio de la “meditación feno-
otra parte, queer se refiere a personas ra- menológica fundamental”, en el parágrafo
ras, “retorcidas”, a gente poco clara y más 27. Allí, Husserl describe el mundo tal y
bien sospechosa. Entre ellas, destacaron como nos viene inmediatamente dado en
como receptoras de este apelativo quienes la experiencia, para después “desconectar”
tenían relaciones homosexuales o eran la tesis de su existencia y describirlo en la
transexuales; personas que tenían una se- esfera trascendental.
xualidad “desviada”, apartada de la En esta primera descripción, Husserl
norma, frente a quienes tenían una sexua- parte de la situación en la que se encuen-
lidad normal, “correcta” o “derecha”. tra: sentado frente al escritorio en su
Aprovechando esta polisemia, la au- cuarto de trabajo. Desde esa mesa queda
tora desarrolla su propuesta en tres ejes, referido a otras partes de la habitación:
que se corresponden con los tres capítulos otras estancias de la casa, “el balcón, el
del libro13: primero introduce la perspec- jardín, los niños que juegan en el cenador,
tiva de lo desviado, de lo que no sigue la etc., hasta todos los objetos de los cuales
norma; después, la desviación de los su- justamente ‘sé’ que están acá o allá en el
jetos en el sentido específicamente sexual; contorno inmediato que entra en mi
y finalmente, la desviación respecto de la campo de conciencia”14. Y las remisiones
raza. Además, el punto de partida del aná- no cesan en el “círculo de esta copresen-
lisis es un dato atestable fenomenológica- cia intuitivamente clara u oscura, distinta
mente: la “orientación”, un aspecto im- o indistinta, que constituye un constante
prescindible de la experiencia elemental halo del campo de percepción actual”15.
humana de vivir en el mundo. Desde él, el mundo se va extendiendo in-
Ahmed parte de la constatación de que definidamente, hacia un “horizonte oscu-
en todo momento vivimos de manera ramente consciente de realidad indeter-
orientada, esto es, remitida a unos refe- minada”16.
rentes. Se conforma así el mundo en cada Aunque parece una descripción neutra
momento como un paisaje ordenado en el sobre cómo nos viene dado el mundo, Ah-
que los sujetos viven siguiendo unas líneas med considera que tiene unos presupues-

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tos y unas consecuencias no declaradas, sos más, aplicándola tanto a la orienta-


pues para poder situarme viendo la mesa, ción espacial, como a la dimensión tem-
es necesaria una organización de la casa, poral del mundo actualmente presente.
un “trabajo” previo, que incluye a la mu- En primer lugar, aborda la orientación
jer y los niños, separados del ámbito de sexual desde el punto de vista de la orien-
trabajo. Esta preparación previa queda tación espacial. Para ello, avanza desde la
oculta, según ella, en la descripción inicial. orientación espacial en el mundo entorno
Aquí resulta decisiva para la autora la (Umwelt) a una orientación en sentido am-
aportación de merleau-Ponty17, que des- plio, que se extiende al “mundo de la
cribe el modo en que nuestro estar en el vida”18 y que abarca todo lo referido a la so-
mundo viene marcado por unas líneas que ciedad. Al igual que en el mundo inmedia-
tenemos que seguir para orientarnos. Lo tamente dado nos movemos siguiendo unas
que es más importante para Ahmed: estas líneas que nos “orientan”, también en el
líneas vienen referidas inexcusablemente mundo social dirigimos nuestra vida si-
al cuerpo, de modo que nuestros cuerpos guiendo unas líneas que marcan los cami-
tienen que moverse siguiéndolas; mientras nos transitables. Éstas se expresan en la
que, a su vez, estas líneas abren caminos organización física de los espacios en las
a los cuerpos, los “extienden” en cierta casas y en las ciudades, así como en los ám-
medida, facilitando el transitar por el bitos en los que hay interacción social: en
mundo. reuniones familiares, en restaurantes o al
De nuevo, esto parece ser una des- pasear por la calle. En todo ello, las líneas
cripción neutra, pero Ahmed cree que hay que nos orientan —referidas a nuestra cor-
una normativización de unas orientaciones poralidad— nos abren un mundo organi-
y “líneas” respecto de otras. Hay una zado de tal manera que, si encajamos, nues-
orientación que es dada por obvia y “na- tro vivir se ve facilitado. Sin embargo, si
tural”. Con esta fijación, quienes sigan las nuestra vida no se ajusta a estas líneas, se
líneas ven facilitado su movimiento, pues ve obstaculizada casi a cada paso, también
el espacio resulta transitable. Por el con- en lo que toca a las interacciones con otros.
trario, quienes no encajen en ellas, serán también en el plano del deseo y de las
tenidos por “anormales” o queers, en el relaciones sexuales hay orientaciones. Al
sentido de “torcidos”. referirnos a otros en lo erótico y sexual nos
De esta manera, entiende Ahmed que movemos en el mundo de la vida y segui-
el análisis fenomenológico ha contribuido mos unas líneas que nos llevan a unas per-
a la exclusión de quienes no encajan en sonas o a otras, a unos cuerpos u otros.
una mostración del mundo supuestamente también aquí hay líneas que vienen dadas
“connatural” y “obvia”. Pero este mismo como normativas, como caminos que de-
análisis permite desvelar las dimensiones bemos seguir al desear y relacionarnos ín-
ocultas y desestabilizar las orientaciones timamente. Hay así una orientación se-
normativas. no en vano, el trabajo de Ah- xual ortodoxa19 y “desvíos” de la misma.
med tiene este objetivo. Desde la descrip- En todo ello, la orientación normativa por
ción elemental de la orientación da dos pa- excelencia ha sido la heterosexualidad,

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por la que en nuestro deseo nos vemos esto es, el mundo existente “ahí fuera”, en
orientados hacia otros marcados como de tanto constituido por cosas “reales”, ex-
“otro sexo”: plica cómo es necesario un estrato consti-
tutivo previo donde entran en juego las vi-
“La naturalización de la heterosexuali- vencias corporales y, especialmente, la
dad conlleva la presunción de que hay constitución elemental de la espacialidad en
una línea correcta y derecha [straight] relación con el cuerpo propio como “punto
que lleva a cada sexo hacia el otro, y cero” de orientación y diversas líneas con-
que esta ‘línea de deseo’ está ‘alineada’ formadas de acuerdo a las posibilidades
con el sexo que se tiene. La alineación sentidas de movimientos corporales.
del sexo con la orientación sigue este En este punto, los desarrollos de Ah-
camino: ser un hombre significaría de- med podrían llevar a una fructífera inter-
sear a una mujer y ser una mujer signi- locución con Husserl. La autora interpela
ficaría desear a un hombre”20. a la posición husserliana, al hacer ver que
estas posibilidades sentidas de movi-
Ahmed también aplica este concepto miento que indican líneas espaciales están
de orientación normativa a la cuestión de influidas por ciertas convenciones relati-
la raza, a propósito del privilegio de la vas al género y la sexualidad. En efecto,
raza “blanca”. Los espacios del mundo bien puede pensarse que desde nuestra
social vienen organizados de tal manera corporalidad vivida se plantea un “elenco”
que le facilitan la vida y el movimiento a de líneas posibles, pero que a continuación
los cuerpos de una raza privilegiada y se sólo algunas son señaladas como válidas.
lo dificultan a quienes no son de la raza te- más aún, puede que para ciertas vivencias
nida por normativa. Estos caminos mar- corporales las líneas que se les presentan
cados no son inmediatamente visibles para como posibles no sean las posteriormente
quienes ven su vida facilitada, pues tien- prescritas (o que éstas no estén desde
den a dar por supuesto el mundo que les luego entre las más apropiadas para esta
resulta tan accesible y que consideran in- corporalidad en particular), lo que llevaría
cluso una extensión de sus cuerpos. Son a una disminución de las posibilidades vi-
los otros, los que no encajan, los que están tales, o en términos más cercanos a Butler,
“torcidos” (queer), quienes hacen explíci- a una vida menos vivible.
tas estas líneas de orientación21. En un segundo momento, Ahmed
El planteamiento de Ahmed en torno a aborda la orientación sexual desde la con-
las líneas seguidas en la orientación espa- sideración de la temporalidad: hay una
cial tiene un indudable interés. Además, orientación respecto del pasado y el fu-
entronca con análisis clásicos sobre la es- turo. Las genealogías y “líneas” familiares
pacialidad y el cuerpo vivido en fenome- dan cuenta de los caminos seguidos hasta
nología. Es el caso de merleau-Ponty22, nuestra llegada al mundo y de los caminos
pero también del mismo Husserl, en el se- que vienen trazados para proseguir estas
gundo volumen de Ideas II23. Allí, para ha- “líneas”. Las personas venimos al mundo
blar de cómo se constituye la “naturaleza”, desde una historia pasada en la que somos

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hijos de nuestros padres, nietos de nues- cepto incorrecto de epojé, al considerar


tros abuelos, etc. De nosotros se espera que la desconexión se ejerce respecto de
que nos casemos y generemos la descen- ámbitos “no normativos” cuando propia-
dencia que prolongue hacia el futuro estas mente, como es sabido, se trata de una
líneas familiares, que se vinculan a otras desconexión universal de la tesis de exis-
generando vínculos de raza, pueblo, etc. tencia del mundo y sus objetos. Este tipo
Estas líneas tienen un carácter norma- de limitaciones se deben, quizá en parte, a
tivo: quienes encajan encuentran su lugar que se trata del trabajo de una teórica
en el paso de generaciones del pasado al fu- queer que se acerca a la fenomenología,
turo, quienes se desvían o “tuercen” deses- pero sin ahondar en todas las cuestiones
tabilizan el sistema. Por ejemplo, la mujer implícitas en sus análisis (como la aten-
lesbiana, en la medida en que no se casa ción a la conciencia interna del tiempo en
con un hombre, deja de inscribirse en las Husserl, que sería muy pertinente en este
pautas normativas de inserción en el tiempo momento del libro).
a través de la sucesión de generaciones24. En cualquier caso, y a pesar de sus li-
La desestabilización de las líneas nor- mitaciones, cabe afirmar que esta pro-
mativas —tanto en el plano espacial como puesta de Ahmed sobre la apertura de nue-
temporal— no es el último paso de los vas líneas de orientación abre la
“desviados”. Al desestabilizar, abren nue- posibilidad de generar un mundo y una
vas “líneas” y, con ello, nuevas orientacio- inscripción en el tiempo habitables para
nes25, que no tienen por qué desembocar en personas hasta el momento violentadas.
una nueva normatividad (porque única- En definitiva, una fenomenología queer
mente se hubiera ampliado el círculo de la ayuda a visibilizar la realidad de quienes
normalidad), sino que pueden ser dinámi- no encajan en las pautas “naturalizadas” y
cas y estar abiertas a modificaciones. puede acercar a la meta señalada por Bu-
El trabajo de Ahmed presenta, cree- tler de contribuir a que las personas ex-
mos, algunas insuficiencias. Dados los lí- cluidas puedan vivir una “vida vivible”.
mites de este trabajo, no podemos seña- En efecto, esta fenomenología permite
larlas con detalle. Puede indicarse, por imaginar acciones performativas que sigan
ejemplo, una falta de justificación en el estas nuevas líneas y las afiancen, unas lí-
paso del plano espacial al plano social al neas por las que podrían alumbrar otras vi-
considerar la orientación. Parece verosímil das, que con ello se verían facilitadas en su
que, del mismo modo que estamos espa- transitar por el mundo y, finalmente, en su
cialmente orientados, también lo estemos ser-en-el-mundo.
en otros ámbitos del mundo de la vida,
pero este salto hay que justificarlo. no 3.2. Lanei Rodemeyer y la voz del cuerpo
está claro que el concepto de “orienta-
ción” espacial pueda aplicarse análoga- Otro modo de acercarse a la diversidad se-
mente a la temporalidad, pero aun así, es xual en la fenomenología es el análisis
un acierto atender a las “líneas familiares”. del cuerpo vivido. Es lo que emprende
Por otro lado, la autora maneja un con- Lanei Rodemeyer26, que toma ciertos des-

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arrollos de Husserl como marco desde el tos. más importante: dio objetos a mi con-
que iniciar sus propias investigaciones. ciencia sintiente corporal”28.
En concreto, parte de los análisis de la Es más, el mismo Husserl, en Ideas II,
conciencia interna del tiempo en las lec- aporta ejemplos de este tipo29. Ahora bien,
ciones de 1905 y del estudio de la corpo- la postura dominante no se queda ahí, sino
ralidad en Ideas II. Su propósito es mos- que afirma la exclusividad del plano dis-
trar cómo las cuestiones de sexo y género cursivo a la hora de suscitar nuevas vi-
pueden recibir una aportación sustancial vencias que modifiquen la conformación
desde los planteamientos de Husserl, en del cuerpo vivido, sobre todo en lo refe-
particular de Ideas II. rido al género y la sexualidad. El ejemplo
El punto de partida de Rodemeyer es empleado a este respecto es el de viven-
el predominio de los discursos. En los de- cias mías que ulteriormente son califica-
bates académicos sobre el género y el das por otros como “patológicas”, lo que
cuerpo domina la tesis de que el cuerpo puede provocar que yo mismo cambie mi
queda constituido por el discurso. El percepción de lo que vivo, incluyendo la
cuerpo, como cuerpo vivido, está siempre dimensión corporal vivida.
mediado por las prácticas discursivas: si Ahora bien, ¿es así siempre? Las mo-
puedo experimentar en mi cuerpo nuevas dificaciones en la experiencia de nuestro
vivencias es porque nuevos discursos me cuerpo, ¿vienen siempre dadas por la in-
han permitido tener una red conceptual tervención de los discursos? La respuesta
modificada, por la que puedo captar nue- de Rodemeyer es negativa: junto a las ex-
vos matices. periencias que hablan de una acción de los
A Rodemeyer le parece innegable que discursos sobre la vivencia corporal hay
nuestras vivencias pueden verse modifi- otras que apuntan a lo contrario. Hay fe-
cadas por otras formas de describir la re- nómenos donde es la corporalidad la que
alidad en los discursos. Ella misma aporta interviene y hace modificar los discursos,
un ejemplo personal para mostrarlo. Du- y lo hace primeramente, desde sí, a partir
rante un tiempo trabajó como sommelier. de su misma vivencia. Es cuestión de lo-
Al principio era incapaz de captar los di- calizarlos y describirlos. En palabras su-
ferentes matices que sus compañeros per- yas: “Lo que buscamos es un ejemplo
cibían en el sabor del vino (un “trasfondo donde veamos el fluir del significado
de cereza”, un “aroma a canela”, un sabor yendo en la otra dirección, esto es, desde
“terroso”…). Ella captaba “el mismo vino. la experiencia corporal hacia las relacio-
Sencillamente, vino tinto y nada más”27. nes discursivas”30.
no obstante, pasado el tiempo, gracias al Rodemeyer busca en primer lugar un
discurso de sus compañeros fue captando ejemplo de vivencia elemental y lo en-
estos matices: “Dicho sencillamente: el cuentra en la experiencia de un senti-
discurso sobre el vino me hizo posible miento o estado de ánimo difuso que se
constituir objetos en relación con el vino vive corporalmente. Las sensaciones cor-
que antes había sido incapaz de referir in- porales me vienen dadas con inmediatez,
tencionalmente. El discurso me dio obje- puedo apuntar a ellas en su venirme da-

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das31. Sin embargo, soy incapaz de poner- que narra cómo en un primer momento se le
les nombre. Se inicia así un proceso por el catalogó como “lesbiana”. Sin embargo,
que voy ensayando denominaciones. Al- esta catalogación generaba rechazo desde lo
gunas “encajan” mejor que otras y este más íntimo de su corporalidad a pesar de
“encajar” se refiere a lo sentido, que en una notable presión del entorno a favor de su
cada caso va sirviendo de criterio. Así, lo denominación como lesbiana; una presión
que primeramente es sentido como una que, al menos en parte, venía apoyada por
cierta excitación, o subida de tono vital, es discursos34. Esto es, frente a una influencia
luego calificado de “buen humor”, un tér- persistente encaminada a constituir su vi-
mino que encaja pero no del todo, pues vencia corporal como la de una mujer les-
hay algo en esa sensación que es más que biana, “Joe” siente un rechazo visceral, en el
sólo “buen humor”. Se intentan entonces sentido riguroso de vivido corporalmente
otros términos, como “euforia”, pero sigue “desde dentro”. Este rechazo le lleva a pro-
habiendo inadecuación entre el término y testar, señalando que “él”, y no “ella”, es un
la vivencia. Se puede entonces discutir hombre. Esto, a su vez, hace que el narrador
con otros sobre la denominación de ese constituya la categoría de “transexual”.
tipo de vivencias. Pero el referente sigue Frente a una acción al menos en parte dis-
siendo lo vivido corporalmente: cursiva —y que, según el paradigma domi-
nante, debería haber constituido la vivencia
“…esta experiencia me motivó para in- corporal de la persona concernida— la vi-
troducirla en el discurso y, en último vencia corporal obliga, desde sí misma, a al-
término, provocar un cambio en el dis- terar las categorías y a introducir una
curso. De hecho, era con claridad un nueva35.
objeto mientras proseguía el proceso Respecto de Butler, Rodemeyer com-
de intentar nombrarla”32. plementa en cierto modo su tesis de que
los actos corporales “teatralizados” y es-
Ahora bien, este tipo de vivencias no se tilizados conforman el género. Para Butler,
dan sólo en este nivel de los sentimientos en efecto, el género se inscribe en los cuer-
elementales. también las encontramos en pos a través de actos corporales36, que no
vivencias más complejas y prolongadas en el son sin más actos de un “yo” que actúa
tiempo como son las que contribuyen a con su cuerpo, sino que el mismo yo se va
constituir la identidad, en particular la iden- conformando en su corporalidad en el
tidad sexual. En este sentido, para Rodeme- transcurso de los mismos actos, en un pro-
yer hay claramente ejemplos que hablan de ceso constitutivo que recuerda a las sínte-
vivencias corporales que obligan a modifi- sis pasivas del yo en la fenomenología
car las representaciones referidas al sexo y el husserliana. Además, estos actos, aunque
género —y aunque no lo mencione, también realizados en cada caso en primera per-
podemos añadir la orientación sexual—. sona, son prescritos de antemano, al modo
Es el caso de las vivencias de algunas de un guion teatral en el que son efectua-
personas transexuales33. Así, la autora cita el dos por sujetos que propiamente son ac-
ejemplo de un hombre transexual, “Joe”, tores. Cada uno efectúa los actos prescri-

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tos para encarnar tal o cual género o, más mostrar de qué modo “el cuerpo” está pi-
bien, para hacerse cuerpo encarnado de tal diendo nuevos discursos y determinar qué
o cual género. En esta situación, Butler discursos pueden encajar mejor. En ello,
propone asumir este carácter construido combinará la pretensión de saber riguroso
del género —o podríamos decir: “consti- con el sumo respeto a la experiencia en
tuido”, por usar una terminología más afín primera persona, a la que se le da valor
a la fenomenología—; pero se ha de asu- epistemológico de primer orden: ella es
mir mediante nuevos actos que den lugar fuente de conocimiento.
a nuevas identidades de género o nuevas
elaboraciones del género. Se trata de ge- 4. Louise Bourgeois: hablando
nerar otras “prescripciones” que reescri- desde el cuerpo doliente.
ban las identidades, haciéndolas más vi-
vibles para quienes se veían excluidos37. Finalmente y tomando como referencia
Sin negar esta posición, Rodemeyer los conceptos fundamentales de las dos
indica que ciertas vivencias pre-predicati- aportaciones anteriores (orientación espa-
vas impulsarían desde ellas mismas otro cial y temporal y vivencia del cuerpo en
tipo de actos destinados a recrear identi- relación con los discursos), mostramos en
dades de género. La búsqueda de nuevos qué medida, mediante el arte de Louise
actos que recreen el género propuesta por Bourgeois, pueden ser recorridos, expre-
Butler vendría, según Rodemeyer, suge- sados y traducidos en una vivencia. Pre-
rida por un ámbito de vivencias previo. sentamos para ello los discursos escultó-
Con ello, ciertamente, Rodemeyer parece ricos y pictóricos de la artista, para quien
apuntar a una cierta subjetividad que “pe- la creación es un modo de exorcizar el
diría” este nuevo tipo de actos, pero no dolor y de liberarse de las cárceles social-
creemos que se trate de un “yo” en sentido mente construidas. Sus obras nos tocan
fuerte, sino del ámbito de conciencia en porque, entrando en ellas, nos invitan a en-
que se va constituyendo la subjetividad. trar en nosotros; porque contemplando sus
Estaríamos en un plano más elemental heridas, nos recuerda las nuestras. En un
que el de los gestos (y más aún que el de instante de empatía inevitable, el especta-
los discursos), un plano que influiría “ha- dor se ve obligado a enfrentarse a sí
cia arriba”, si se permite la metáfora. mismo, a sus propios miedos y fantasmas,
Por último, si lo señalado aquí es co- mientras contempla los ajenos.
rrecto, y retomando la distinción entre fe- En la serie escultórica Celdas todo es
nomenología hermenéutica y pura, puede visible como significante pero no como
pensarse que es precisamente la fenome- significado: llegamos a los objetos con la
nología pura, que busca acudir al fenó- mirada o el tacto, pero no alcanzamos su
meno mismo, la que puede ir hacia estas sentido. En ellas, la autora transforma en
dimensiones prediscursivas de la corpora- arte los desechos de una vida: los despojos
lidad vivida. Ella es la que, con el cuidado del alma, el dolor enterrado en la memoria;
pertinente, puede determinar qué ocurre en moldea y recrea las huellas de la existencia.
estos estratos de la conciencia corporal, Las Celdas son un microcosmos emocional

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con el que teje un hilo de Ariadna que re- tación espacial. Afirma Bourgeois que “el
mite a los dolores del pasado, al sufrimiento espacio no existe; es sólo una metáfora de
anclado en la memoria. la estructura de nuestra existencia”39. ¿Es
En las Celdas están presentes los gran- la celda un refugio o una cárcel? Esto
des temas que recorren su obra, y que evo- mismo podemos preguntar respecto del
can llamativamente temas vistos antes: la lugar que habitamos cotidianamente: ¿es
casa (lo cotidiano), el papel de la mujer, el para nosotros una prisión o un hogar? El
recurso a la memoria (como método de li- rol que jugamos normalmente ¿nos con-
beración) y la vivencia del dolor (como dena o nos libera? nuestros discursos
esencia de la existencia humana). todos ¿abren horizontes o cierran puertas, ha-
estos temas se representan mediante polos ciendo que nuestra vida sea menos vivi-
de tensión: entre la secreta intimidad y la ble? ¿Cómo definimos? ¿Qué discursos
exhibición pública; entre la memoria y el elaboramos o consentimos? Los conceptos
instante presente; lo familiar y lo extraño; o los discursos pueden ser una cárcel, pero
lo femenino y lo masculino; la protección si atendemos a la realidad que nombran o
y la amenaza; el dolor y la indolencia; la describen, y al modo en que ésta se re-
abstracción y el realismo; las experien- tuerce y se desgarra tras ellos, quizá sea-
cias personales y la condición humana mos capaces de definir de nuevo, de nom-
universal. brar de nuevo, de tal modo que el lenguaje
El dolor que representa Bourgeois no sea una cárcel. Esto es lo que podemos
tiene su origen en experiencias de aban- hacer, por ejemplo, en los discursos refe-
dono e incomprensión que sufrió en la in- ridos a la mujer.
fancia; es fruto del sufrimiento que le ge- En todas las obras de Bourgeois hay
neraba sentirse fuera de las líneas que referencias a la mujer; más explícitas en la
socialmente orientan y prefiguran la exis- serie de dibujos Mujer casa y en sus ara-
tencia de una niña: lo que se supone que ñas, a las que llama Mamá. Pero también
debía cumplir como hija, como esposa, en las Celdas está presente la figura de la
como madre… En 1970 y 1980 hubo dos mujer. En un dibujo sin título (1943) apa-
movimientos feministas con los que se le rece la cabeza de una mujer dentro de una
vinculó, relacionando su obra con la no- campana de cristal. A pesar de estar ais-
ción de género y las reflexiones en torno lada del mundo, encarcelada, la mujer son-
a la sexualidad propias del momento. ríe. El dibujo expresa la tensión entre la re-
Lynne Cooke considera en este sentido alidad externa y las emociones internas, la
interesante relacionar su obra con las cre- separación entre la cabeza y el cuerpo, la
aciones de mike Kelley o Ilya Kabakov38. protección y la fragilidad que ofrece la
campana de cristal, la presencia y la au-
4.1. Espacialidad y temporalidad sencia. mediante estas tensiones expresa
en las obras de Bourgeois la realidad de la mujer, tal y como ella la
experimentó en su madre y en ella misma:
En la serie Celdas, hay una continua refe- a la mujer se le extrae la cabeza y se le da
rencia a la vivencia del cuerpo y a la orien- una posición inmóvil, se le silencia cor-

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poral y mentalmente, se le aísla en una terior conecta con la propia Bourgeois,


campana de cristal. que sufría tanto de claustrofobia como de
Esto mismo expresará en su serie Mu- agorafobia: ni dentro ni fuera de la casa
jer casa (1945-1947). En estos cuadros, encontraba su lugar. Bourgeois comprende
las cabezas y los torsos femeninos son que las casas son documentos arquitectó-
sustituidos por casas. Se les quita el rostro, nicos de la memoria, una “narración física
que es la vía de comunicación con otros y del pasado”40, que nos permite recorrerlo
de apertura al mundo. La artista repre- y revivirlo. A través de sus esculturas, la
senta así su modo de vivir la casa y el pa- autora convoca a las personas a las que
pel de su madre en ella: cuidaba de los hi- añora41, representándolas en una disposi-
jos y del hogar; sostenía la casa, a la vez ción que recuerda a las “constelaciones
que permanecía recluida en ella. Por lo ge- familiares” utilizadas en terapia. Estas
neral, las mujeres que ella conoció, no po- “disposiciones espaciales”, como ella las
dían moverse con libertad. La única vía de llamaba, expresan la relación emocional
comunicación con el exterior, en el dibujo entre las personas, pero también entre las
y en la realidad, son las puertas, las ven- personas y el lugar que ocupan. no solo la
tanas y las chimeneas: vías de escape pun- casa puede ser una cárcel, también las re-
tuales, pero no caminos de emancipación laciones pueden serlo.
o liberación duraderos. Quien firma las Celdas no es una ar-
no hay aquí una disociación entre el quitecta, sino una habitante que invita a
cuerpo físico y el modo de vivirlo o la otros a hospedarse también en ellas. Por la
conciencia que tenemos de él, sino que el disposición de las obras, no hay alternativa
dolor se va tejiendo en el cuerpo desde la para el espectador: o dentro o fuera, por lo
propia vivencia del cuerpo. La figura de la que se sitúa en la frontera, un lugar dolo-
histeria (el arco de la histeria), que aparece roso. En ellas, como afirma de Baaere,
en muchas de sus creaciones, representa “el cuerpo se golpea contra sus límites, es
para Bourgeois el dolor emocional y psi- confrontado con el lugar en el que no está
cológico, en el que el placer y el dolor se y con lo que no es: no es libre si está en el
confunden. Hay reacciones de la mujer interior, por ejemplo, o no está protegido
que en el pasado se consideraban brotes de ni es aceptado cuando está en el exte-
histeria, en los que se vivía una especie de rior”42. Al situarnos en los límites, las Cel-
orgasmo sin sexo, en el que la mujer po- das nos obligan a tomar conciencia de
nía las reglas de su felicidad sin necesidad ellos, sintiendo una tensión física y emo-
de relacionarse con el hombre. Era una cional entre la protección y la amenaza,
emancipación emocional y psicológica entre la inclusión y la exclusión, entre lo
que no siempre se aceptó y que los hom- cerrado y lo abierto. A través de las Cel-
bres miraban con recelo. das, Bourgeois creó la arquitectura capaz
La casa puede vivirse como un refugio de albergar sus emociones, para poder ex-
frente a lo público, pero también puede presarlas y recorrerlas libremente. Las li-
crear un recinto privado asfixiante. Este beró espacialmente, para así emanciparse
difícil equilibrio entre el interior y el ex- de ellas emocionalmente.

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A propósito de Butler: una fenomenología del cuerpo vivido, narrado y representado

En lo que se refiere a la orientación a sí mismos en el futuro”46, pero el espejo


temporal, en el caso de Bourgeois no se re- te reta a mirarte y reconocerte hoy, no en
flejan las líneas familiares en el sentido tus recuerdos o en tus sueños del futuro,
que veíamos en Ahmed, sino la relación sino en la vida que tienes en este instante.
con el pasado y el modo en que ésta con- Bourgeois invita con los espejos a este
figura la propia identidad. Afirma R. Sol- encuentro, pero introduciendo cierta dis-
nit que: “Las historias son brújulas y ar- torsión en las imágenes, que dificulta el re-
quitectura; navegamos con ellas, con ellas conocerse en ellas. La distancia y la dis-
construimos nuestros santuarios y nuestras torsión visual incitan al espectador a
prisiones”43. Las obras de Bourgeois son moverse, para intentar ver(se) mejor,
una recreación de sus recuerdos. Con la adoptando así la actitud del voyeur, lo que
serie Celdas expresó hasta qué punto se le lleva a sentir que le está robando la in-
sentía presa de ellos; pero a la vez, com- timidad a alguien.
prendía que quien no se enfrenta a sus
traumas es siempre prisionero de ellos. 4.2. Narrar el pasado: caminos para
Su evocación del pasado no sigue una exorcizar el dolor
lógica, es el inconsciente el que anuda
unos elementos con otros, unos significa- La “voz del cuerpo”, recordando la ex-
dos con otros. Bourgeois conecta objetos presión de Rodemeyer, es una constante
por su forma, por su función, su color, en las obras de Bourgeois, en las que no
por el sonido de su nombre en inglés, en solo hay imágenes, materiales industriales
francés, o en otro idioma. Crea así una dis- y objetos de su infancia; también cose,
posición caótica que refleja su caos in- esculpe y dibuja textos. En las Celdas apa-
terno44. Con la liberación y expresión de recen frases: “necesito mis recuerdos: son
las emociones intenta expiar una culpa mis documentos”47, “el arte es garantía de
contraída en el pasado; trata de confesar, cordura”48, “el dolor es el precio del for-
reparar un daño, restaurar o resucitar lo malismo”49 y “a lo que me dedico es al do-
que estaba herido o muerto en ella45. En lor”50. Estas creaciones le permiten orde-
sus obras hay siempre un pasado que se nar y compartimentar externamente
quiere revivir para vencerlo, porque el emociones que internamente se agolpan y
rencor nos mantiene pegados al dolor, vol- le ahogan. La representación de los dolo-
viendo inmortales las viejas heridas. res y sufrimientos del pasado le permite
Bourgeois utilizó para la elaboración recorrerlos, moldearlos, separarlos y visi-
de sus Celdas materiales que permiten el tarlos solo cuando ella quiere. traducir su
acceso físico o visual a ellas. utilizaba dolor en obra de arte es un modo de exor-
espejos, con una disposición que obliga al cizarlo y liberarse de él.
espectador a verse proyectado en ellos. Bourgeois dice en sus diarios: “tienes
normalmente es difícil mirarse en el es- que contar tu historia, y tienes que olvi-
pejo y (re)conocerse realmente en él: darla. Olvidas y perdonas. Eso te libera”51.
“poca gente puede decir: estoy aquí. Se Comprende que narrarse a sí mismo es
buscan a sí mismos en el pasado y se ven construirse, esculpirse. Las palabras que

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pronunciamos se unen entre sí creando de madre, algo muy difícil en aquel mo-
formas, abriendo y cerrando espacios y mento. Cuidar y crear no siempre fueron ac-
caminos que transitar o no. En sus diarios ciones compatibles; no solo porque no era
navega entre el pasado y el presente, entre un rol socialmente aceptado, sino porque
la introspección y la retrospección. Este ella misma tuvo dificultades para decirse a
viaje de la memoria le nutre con paisajes sí misma que podía abrir otras vías posibles.
y visiones que representa después en sus Pero la acción construye realidad: el gé-
creaciones. Con sus obras propone un nero no posee una esencia interna, sino que
“viaje narrativo cartografiado (…) escrito es fruto de una construcción, que puede re-
en el cuerpo, el cuerpo femenino: en el rol alizarse a través de actos. La propia identi-
de hija primero, de madre después y, por dad de la artista se fue moldeando por la
último, del yo”52. interacción entre el mundo externo en que
Bourgeois se enfrentó a sus traumas vivió y la conciencia interna que poco a
para superarlos y vivir más allá de ellos. poco desveló. La performatividad del gé-
Como ella misma afirma: nero se muestra en esta repetición de actos
creativos, que convirtieron a Bourgeois en
“para experimentar un verdadero exor- mujer y artista, en artista y madre, a pesar de
cismo que me libere del pasado, debo las dificultades56.
reconstruirlo, reflexionar sobre él, ob- Hay en la contemplación de las Celdas
tener una imagen y desembarazarme un juego de interpretaciones que se reflejan
de él haciendo una escultura a partir de entre sí como espejos: el dolor de Bourge-
esta. Después podré olvidarlo. He pa- ois, su modo de representarlo, la mirada del
gado mi deuda con el pasado y me he espectador,… Solo dejando abiertas las in-
liberado”53. terpretaciones se logra que la experiencia
personal de la autora, traducida en obra de
Los textos que dejó escritos son un arte, exprese una vivencia universal, acce-
“archivo de dolor personal”54, que acom- sible a todos, aunque no de la misma forma.
pañan una creación artística centrada tam- Este modo de representar lo universal re-
bién en el dolor: húye lo uniforme. La atención a lo corporal
traducido en lenguaje artístico, permite
“A lo que me dedico es al dolor. Para dar adentrarse en las vidas menos vivibles, en
sentido y forma a la frustración y al su- las vidas susceptibles de ser lloradas57, de
frimiento. Debo dar una forma abstracta las que habla Butler, pero no solo anali-
a lo que ocurre con mi cuerpo (…). no zando el lenguaje, sino entrando en una fe-
puede negarse la existencia del dolor y nomenología del cuerpo herido.
sus diversas facetas. Yo no propongo re-
medios ni excusas. Simplemente quiero 5. Consideraciones finales.
indagar en él y hablar sobre él”55.
Los trabajos de Ahmed y Rodemeyer, pese
Bourgeois tuvo que encontrar el equili- a sus limitaciones, representan la posibili-
brio entre su labor como artista y su papel dad de aplicar la fenomenología al estudio

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A propósito de Butler: una fenomenología del cuerpo vivido, narrado y representado

de la diversidad sexual, pues la relacionan futuro, en la sucesión de las generacio-


con cuestiones fenomenológicas de pri- nes58. Sería necesario, eso sí, introducir
mer orden como la corporalidad vivida, la análisis de la temporalidad propios de la
orientación, la espacialidad y la tempora- tradición fenomenológica.
lidad. Estas conexiones, obligan a modi- Lanei Rodemeyer, cuyo trabajo es fe-
ficar las descripciones fundamentales de nomenológicamente más sólido, ofrece
estos ámbitos. interesantes aportaciones para el estudio
En concreto, el estudio de Ahmed po- del cuerpo vivido y la transexualidad, pues
dría continuarse en una fenomenología de da entidad a las experiencias de las perso-
la espacialidad correctamente extendida nas transexuales y muestra que pueden te-
a los espacios ocupados por la intersubje- ner un carácter activo en la transformación
tividad humana. Ayudaría a profundizar en de los discursos y las prácticas. Sus vi-
lo que significa tener una “orientación” se- vencias son perspectivas sobre el mundo
xual, a comprender cómo el mundo de la que deben ser reconocidas. Entendemos
vida viene cargado de directrices dadas a que una democracia debe sostenerse en
modo de un cuasi a priori, que hace apa- un diálogo en sentido amplio: en una con-
recer como obvias y “naturales” unas lí- tinua confrontación y puesta en común de
neas y otras como “obviamente desvia- perspectivas sobre el mundo, que incluyan
das” y “no naturales”. aspectos tan variados como las creencias
Las representaciones de Bourgeois son religiosas, los ideales de vida, las culturas,
un ejemplo del modo en que esas líneas etc., así como también la forma de situarse
encasillan a la mujer en roles impuestos en el mundo desde la experiencia corporal,
socialmente. La mujer, la madre, la hija, incluyendo lo referido a la identidad y a la
aparecen en sus obras como cuerpos vivi- orientación sexual.
dos y narrados a través de un discurso que En el camino a consolidar y promover
trata de expiar el dolor del pasado. Del este diálogo, la fenomenología puede ser
mismo modo que el discurso introdujo a la una aportación valiosa a los estudios que
mujer en una campana de cristal, el dis- tienen en cuenta la diversidad sexual. Y
curso creativo permite exorcizar el dolor, por otra parte, la inclusión de la diversidad
liberarlo, al representarlo, de modo que la sexual en la fenomenología puede ser muy
mujer pueda darse a sí misma otros espa- fructífera en filosofía. Esta atención a la
cios en que habitar. diversidad sexual o a otras vivencias evita
Asimismo, un estudio en clave de fe- el peligro de fosilizar las descripciones,
nomenología genética ayudaría a deter- pues permite mantenerlas abiertas, lúcidas,
minar la génesis de estos falsos a priori y porosas, para que la realidad cambiante
a abrir la puerta a un cambio de las líneas pueda respirar en ellas.
de orientación, mediante los mismos ren- Asimismo, la obra de Bourgeois consti-
dimientos —o similares— que han gene- tuye una aportación interesante a la feno-
rado las vigentes. Mutatis mutandis, cabría menología. A nuestro juicio, y contra al-
hacer algo análogo con las líneas genea- guna posible primera apariencia, sus
lógicas, señalando nuevas vías abiertas al escritos contribuyen a la tarea de elaborar

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una fenomenología “pura”. más que una ten en no dejar ser. Estos análisis nos animan
elaboración interpretativa, sus textos pueden a seguir la senda de Butler en el intento de
tenerse por descripciones fenomenológicas mejorar las condiciones de vida de quienes
de una experiencia, en primera persona, de quedan y (mal)viven en los márgenes.
dolor y de no encaje en las convenciones es-
tablecidas. En buena medida, Bourgeois Bibliografía
nos ofrece una fenomenología de la voz del
cuerpo dolorido y de la falta de adecuación Ahmed, Sarah, Queer Phenomenology,
a unos “caminos” ofrecidos en el mundo, Routledge, Londres, 2006.
que bien pueden ser material de referencia Ames, J., (ed.), Sexual Metamorphosis: An
para Ahmed o Rodemeyer. Anthology of Transsexual Memoirs,
A pesar de ofrecer una creación explí- nueva York, vintage Books, 2005.
cita y estremecedoramente autobiográfica, Butler, Judith, Bodies that Matter. On the Dis-
la obra de Bourgeois expresa emociones cursive Limits of Sex, Routledge, Lon-
universales, con las que inevitablemente dres, 1993. traducción castellana: Cuer-
conecta el espectador, en una empatía en pos que importan, traducción de Alcira
ocasiones obscena. Este encuentro con la Bixio, Paidós, Barcelona, 2003.
herida propia y ajena desvela las grietas de Butler, Judith, Gender Trouble. Feminism
un sistema que diseña estructuras, leyes e and the Subversion of Identity, 2ª edición,
instituciones excluyentes para las minorías Routledge, Londres, 1999. traducción
que no cumplen con los discursos norma- castellana: El género en disputa. El fe-
lizados. Esta toma de conciencia es el minismo y la subversión de la identidad,
punto de partida para intentar crear arqui- traducción de maría Antonia muñoz,
tecturas sociales más habitables, que no Barcelona, Paidós, 2007.
sean celdas, sino refugios en los que poder Butler, Judith, “Actos performativos y cons-
ser quien cada uno es. Como afirma E. Le- titución del género: un ensayo sobre fe-
vinas, la violencia no siempre se muestra nomenología y teoría feminista”, en
externamente como agresión física: Debate feminista, 18 (1998), pp. 296-314.
Husserl, Edmund, Ideas relativas a una fi-
“La violencia no consiste tanto en herir losofía pura y a una filosofía fenome-
y aniquilar cuanto en interrumpir la con- nológica. Libro segundo: Investigacio-
tinuidad de las personas; en hacerles re- nes fenomenológicas sobre la constitu-
presentar papeles en los que no se reco- ción, traducción de Antonio zirión, Fon-
nocen; en hacerles traicionar no sólo sus do de Cultura Económica-unAm, mé-
compromisos, sino su propia sustancia; xico, 2005.
en hacerles llevar a cabo actos que des- Husserl, Edmund, La filosofía, ciencia ri-
truirán toda posibilidad de actos.”59. gurosa, traducción de miguel garcía-
Baró, Encuentro, madrid, 2009.
Hay violencias tan crudas e injustas como Jerade Dana, miriam, “Ontología de la vul-
las que dejan marca física, pero que son más nerabilidad y políticas del duelo en Ju-
sutiles, pues su marca es existencial: consis- dith Butler”, en Revista de filosofía. Open

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A propósito de Butler: una fenomenología del cuerpo vivido, narrado y representado

Insight. volumen II. número 11. Enero- Lorz, Julienne, y Joos, Petra, Louise Bour-
junio de 2016 (méxico). geois. Estructuras de la existencia: las
Levinas, Emmanuel, Ética e infinito, 2ª celdas, Comisarias: Julienne Lorz y Pe-
edición, traducción de Jesús maría Ayu- tra Joos, madrid, Editorial La Fábrica,
so Díez, Antonio machado Libros, ma- 2016.
drid, 2000. Rodemeyer, L. “An Application of Hus-
Levinas, Emmanuel, Totalidad e infinito, tra- serlian Phenomenology to Ques-
ducción de miguel garcía-Baró, Sala- tions of Discourse and gender”, en
manca, Ediciones Sígueme, 2012. Proceedings of the Husserls Circle.
Llamas, Ricardo, Teoría torcida. Prejuicios 37th Annual Meeting. Prague,
y discursos en torno a “la homosexuali- Czech Republic, April 22-28, 2007,
dad”, Siglo XXI editores, madrid, 1998. pp. 149-152.
nOtAS
1
Bodies that Matter. On the Discursive Limits of nino parecerán menos arcaicas si, en lugar de dividir la
Sex, Routledge, Londres, 1993. Hay traducción caste- humanidad en dos especies (o en dos géneros), quisie-
llana: Cuerpos que importan, traducción de Alcíra ran significar que la participación en lo masculino y en
Bixio, Paidós, Barcelona, 2003. lo femenino fuese lo propio de todo ser humano. ¿Sería
2
Husserl, E., La filosofía, ciencia rigurosa, tra- ese el significado del enigmático versículo del Génesis
ducción de miguel garcía-Baró, Encuentro, madrid, I, 27: ‘hombre y mujer los creó’?” (Levinas, E., Ética e
2009. infinito, 2ª edición, Antonio machado Libros, madrid,
2000, p. 59).
3
Bodies that Matter. On the Discursive Limits of
Sex, pp. 37-38. Fragmento traducido por Iván Ortega.
12
En este sentido, aunque Ahmed no lo indique ex-
presamente, conviene recordar que queer tiene su raíz
4
Butler, J., Gender Trouble. Feminism and the
en el término latino torquere. Por esta razón, Ricardo
Subversion of Identity, 2ª edición, Routledge, Londres,
Llamas tradujo “queer theory” como “teoría torcida”.
1999. Hay traducción castellana: El género en disputa.
Cf. Llamas, R., Teoría torcida. Prejuicios y discursos
El feminismo y la subversión de la identidad, traduc-
en torno a “la homosexualidad”, Siglo XXI editores,
ción de maría Antonia muñoz, Barcelona, Paidós, 2007.
madrid,1998.
5
Cf. Bodies that Matter, pp. 28-57. 13
Como se verá a partir de la exposición, la autora
6
Cf. Ibídem, pp. 101-121. tendría mucho que decir del empleo de términos como
7
Cf. Ibídem, pp. 122-138. “ejes”. En todo caso, parecen apropiados para describir
Ahmed, S., Queer Phenomenology, Routledge,
8 su pensamiento y, además, la orientación es inevitable
Londres, 2006. en toda tarea teórica o práctica. Este presupuesto tam-
bién está presente en Ahmed. La necesidad de orienta-
9
El texto lo facilitó personalmente la autora. Hay
ción en los diferentes planos vitales (y del mundo o
publicada una versión abreviada, pero únicamente en
mundos de la vida) es perfectamente compatible con la
forma de actas: Rodemeyer,L., Proceedings of the Hus-
apertura a nuevas perspectivas, desorientaciones y plan-
serls Circle. 37th Annual Meeting. Prague, Czech Re-
teamientos de orientaciones más inclusivas —tesis que
public, April 22-28, 2007, pp. 149-152. nosotros nos
también propone la autora—.
basamos en la versión proporcionada personalmente por
la autora, más extensa, y citamos según las páginas del
14
Ideas I, p. 65.
documento aportado. 15
Loc. cit.
10
Sarah Ahmed es profesora en el goldsmiths Co- 16
Loc. cit. Por lo demás, Husserl continúa su des-
llege, de la universidad de Londres. Ha centrado su do- cripción con la temporalidad. La misma referencia de
cencia y sus publicaciones en temas de estudios raciales lo inmediato a lo más alejado se da desde lo inmediata-
y postcoloniales, estudios culturales, feministas y queer. mente presente a lo próximamente pasado o futuro y de
11
“Quizá, por otra parte, todas esas alusiones a las ahí a lo que se va alejando y va siendo cada vez más di-
diferencias ontológicas entre lo masculino y lo feme- fuminado. todo ello, conviene no olvidarlo, para luego

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Olga Belmonte García e Iván Ortega Rodríguez

aplicar la epojé y efectuar la reducción trascendental. jective Temporality: It’s About Time, Springer, Dor-
Llama la atención que Ahmed no mencione la descrip- drecht, 2006) buscó dar cuenta de la intersubjetividad
ción temporal cuando, en cambio, lo temporal sí que desde la clave de los análisis husserlianos del tiempo.
ocupa su propia argumentación. 27
“An Application…”, pp.1-2.
17
Cf. Queer Phenomenology, pp. 52-53, 65-67. 28
“An Application…”, p. 2. El subrayado es nuestro.
18
Aunque no emplea este término, está claramente 29
“An Application…”, p. 2.
presente. Sus descripciones de la casa familiar, de las 30
“An Application…”, p. 9.
interacciones con otros miembros de su familia, de
cómo las personas se mueven con mayor o menor sol-
31
Se entiende que se está refiriendo a las sensacio-
tura en diferentes ámbitos sociales, etc., remiten al nes localizadas en el cuerpo vivido (las Empfindnisse),
mundo como lugar donde desarrollamos la vida y que que se distinguen de las sensaciones exhibitivas con las
además es dado por supuesto de modo generalizado. que se constituyen las percepciones sensoriales (las
todo ello encaja con la descripción del “mundo de la Empfindungen).
vida” (Lebenswelt) de Husserl y de buena parte de la 32
Ibídem, p. 10.
tradición fenomenológica. 33
Ibídem, pp. 12ss. El ejemplo que ella cita está
también podría ocurrir que hubiera varias. Sería
19
tomado de Ames, J., (ed.), Sexual Metamorphosis: An
el caso de la actual aceptación, al menos relativa, de la Anthology of Transsexual Memoirs, nueva York, vin-
homosexualidad en algunas sociedades. tage Books, 2005, p. 45. nos consta que la autora
20
Queer Phenomenology, pp. 70-71. misma tiene proyectada una investigación de mayor
calado sobre las vivencias de las personas transexua-
21
Cf. ibídem, pp. 110-111.
les como ejemplos de influencia sobre los discursos
Cf. el apartado III de la primera parte de Feno-
22
de lo prediscursivo, aunque ignoramos cuándo saldrá
menología de la percepción, cf. merleau-Ponty, m. a la luz. Se basa en los diarios de la transexual mary
(1945), Phénoménologie de la perception, gallimard, Lou Sullivan y llevará por título Diaries of a Trans-
Paris, 2006, pp.127-183. nos permitimos referir tam- sexual: Lou Sullivan and the Body’s Voice. Las líneas
bién a Jan Patocka, quien analiza una fenomenología de básicas de este trabajo se encuentran en una ponencia
la espacialidad originaria en el mundo de la vida, cuyas presentada en el university College de Dublín: “From
consideraciones sobre su raíz en las relaciones inter- the Diaries of Lou Sullivan: Intersubjective Discourse
subjetivas también serían pertinentes en una considera- and the Intersection of Embodiment”, en Intercorpo-
ción más detallada de estos asuntos. Cf. Patočka, J., reality and Intersubjectivity Conference, 6-7 de junio,
“L’espace et sa problématique”, en Qu’est-ce que la Dublín, Irlanda.
phénoménologie, trad. de Erika Abrams, Jerôme millon, 34
Además, aunque la autora no lo detalle, podemos
grenoble, 2002, pp.13-81.
añadir que en estos casos la presión suele proceder de
23
Así lo vemos por ejemplo en el apartado “a” del psiquiatras y profesionales de la salud, por un lado, y
parágrafo 18. Cf. Husserl, E., Ideas relativas a una fe- de grupos de apoyo, por otro. Esto significa que los dis-
nomenología pura y una filosofía fenomenológica. cursos que les influyen provienen tanto de legos como
Libro Segundo: Investigaciones fenomenológicas sobre de expertos. una investigación más detallada debería
la constitución, traducción de Antonio zirión, Fondo de analizar el papel que pueden jugar los discursos “legos”
Cultura Económica, méxico, pp. 87-90. de las asociaciones militantes. Sería interesante ver
24
Cf. Queer Phenomenology, pp. 81-82, 95-96. hasta qué punto hay acción de sus discursos en la cons-
La autora hace un desarrollo similar al anterior en
25 titución de las vivencias de las personas, en qué medida
torno a la raza en el capítulo 3, que no abordamos en hay acción de las vivencias sobre los discursos, así
este caso. Baste señalar que las líneas generacionales como el juego de interacciones mutuas que cabe espe-
también buscan dar continuidad a un pueblo o una raza. rar que se dará. En todo caso, merece la pena anotar que
una vez más, hay personas que no encajan y que des- estos discursos de las asociaciones militantes están a
veces tan mediados por estudios ad hoc de materias es-
estabilizan. Es el caso especialmente de los mestizos,
pecíficas, unos estudios intensos pero fuera de un plan
quienes no son ni de una raza ni de otra. Cf. Queer Phe-
académico y desligados de otros marcos generales y
nomenology, pp. 142ss.
conceptos fundamentales, que no son ya ni “legos” ni
26
Profesora en la Duquesne University en Pitts- “expertos” sino “lego-expertos” (estos temas han sido
burgh (Pennsilvania). Su formación académica y su ac- trabajados por Francisco molina Artaloytia y David
tividad investigadora se han centrado en la teira Serrano en un curso de la unED: “Homosexuali-
fenomenología husserliana. Su tesis doctoral (Intersub- dad, Ciencia y valores”, https://formacionperma-

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A propósito de Butler: una fenomenología del cuerpo vivido, narrado y representado

nente.uned.es/tp_actividad/idactividad/6432, consul- 46
Ibídem, p. 182.
tado el 22 de abril de 2017). 47
“I need my memories: they are my documents”,
35
La autora analiza el papel que jugarían temas en Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia: las
husserlianos tan importantes como la “apercepción tras- celdas. p. 33 (referencia para todas las frases que cita-
cendental” en la captación de las experiencias de otros mos en inglés).
sujetos, o el rol del mundo de la vida. 48
“Art is the guarantee of sanity”. En este caso,
36
Cf. Butler, J., “Actos performativos y constitución aunque se traduce en la obra de referencia como “cor-
del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría femi- dura”, preferiríamos traducirlo como “salud”, porque
nista”, en Debate feminista, 18 (1998), pp. 296-314. remite también a la salud del cuerpo, no solo a la salud
37
Cf. Butler, J., “Actos performativos y constitu- mental.
ción del género…”, pp. 313-314. 49
“Pain is the ransom of formalism”.
38
Cf. Lorz, J., y Joos, P., Louise Bourgeois. Es- 50
“Pain is the bussines I am in”.
tructuras de la existencia: las celdas, Editorial La Fá- 51
Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia:
brica, madrid, 2016. p. 50. las celdas. p. 73.
39
Ibídem, p. 8. 52
Ibídem, p. 76.
40
Ibídem, p. 21. 53
Ibídem, p. 93.
41
Ibídem, p. 25. 54
Ibídem, p. 73.
42
Ibídem, p. 57. 55
Ibídem, p. 124.
43
Solnit, R. en The Faraway Nearby, citada en 56
Cf. Butler, J., “Prefacio de 1999”, en Gender
Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia: las cel- Trouble, pp.vii-xxvi.
das. p. 73. 57
Cf. Jerade Dana, m., “Ontología de la vulnera-
44
Este modo de ordenar lo que aparentemente no bilidad y políticas del duelo en Judith Butler”, en Re-
tiene relación recuerda a las “heterotopías”, de las que vista de filosofía. Open Insight. volumen II. número 11.
habla Foucault en Las palabras y las cosas; es decir, Enero-junio de 2016 (méxico).
aquellas clasificaciones imposibles que nos fuerzan a 58
Ahora bien, en este punto habría que corregir la
pensar lo impensable, a pensar más allá de los límites de
espacialización del tiempo que realiza Ahmed.
lo que puede pensarse.
59
Levinas, E., Totalidad e infinito, Salamanca, Edi-
45
Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia:
ciones Sígueme, 2012, p. 14.
las celdas. p. 74.

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