Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Aira, Cesar - Osvaldo Lamborghini Y Su Obra PDF
Aira, Cesar - Osvaldo Lamborghini Y Su Obra PDF
La pregunta primera y última que surge ante sus páginas, ante cualquiera de ellas, es:
¿cómo se puede escribir tan bien? Creo que hay un más allá de la calidad estilística, más
allá del simulacro de perfección que puede lucir una buena prosa. En Osvaldo hay una
alusión a lo perfecto de verdad, que escapa al trabajo. Se trata más bien de la facilidad,
una suerte de escritura automática. Entre sus papeles no hay un solo borrador, no hay
versiones corregidas; de hecho, no hay casi tachaduras. Todo salíá bien de entrada. No
habíá parto. En todo caso, lo había habido. He tratado de explicármelo, a partir del
hallazgo póstumo de la versión original, en verso, de Sebregondi retrocede, como una
oscilación-traducción. Ese nacarado de perfección tan suyo podría explicarse quizás
como el efecto de una traducción virtual: ni prosa ni verso, ni una combinación de
ambos, sino un pasaje. Hay una arqueología poética en la prosa, y viceversa; una doble
inversión, cuya huella es aquello en lo que muchos han visto lo más característico del
estilo de Osvaldo: la puntuación. Por otro lado, el mismo lo ha dicho: «En tanto poeta,
¡zás! novelista».
Debido a que Sebregondi retrocede pasó realmente por esa traducción, muestra el
procedimiento con especial claridad. Aquí vemos al desnudo la mecánica
exquisitamente límpida de las frases; asistimos al nacimiento de las palabras. (¿Quién
había oído, por ejemplo, la palabra «tento», antes de leer la frase “...El Sebregondi con
plata es un Sebregondi con-tento”.) Pero, y aquí está la peculiarísima paradoja de esta
escritura, ese nacimiento tiene algo de definitivo. Se conjugan la fluidez y la fijeza, y lo
hacen en el brillo.
Toda la escritura de Osvaldo está dominada por el signo de lo líquido; y menos por el
agua que por el alcohol, cuyo brillo y fluidez pasan a la mente, y a partir de ella
transforman el mundo; y al mismo tiempo producen la fijeza repetitiva del hábito.
Vivió rodeado de admiración, cariño, respeto, y buenos libros, que fueron una de las
cosas que nunca le faltaron. No fue objeto de repudios ni de exclusiones; simplemente
se mantuvo al margen de la cultura oficial, con lo que no perdió gran cosa.