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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ

DE CALDAS
LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES

ESPACIO ACADÉMICO: problemas didácticos de las cs en Iberoamérica

NOMBRE COMPLETO: Gustavo Adolfo Grueso Carreño

FECHA:24/06/2019 CÓDIGO:20162155266

TIPO DE TRABAJO: reseña


REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: Berger, P. L., Luckmann, T., & Zuleta, S. (1968). La construcción social de la realidad (Vol.
975). Buenos Aires: Amorrortu.

Al inicio del texto se habla de la institucionalización del hombre en el mundo aclarando que nosotros, a
diferencia de los demás animales, no poseemos como tal un ambiente específico, sino que nos adaptamos al
medio en el que estamos. No se puede decir que no tiene limitaciones ya que, como todas las especies, su parte
sensorial y motora lo limita; planteando así la naturaleza biológica a razón de sus instintos (aunque no es capaz
de darles dirección debido a la variedad de actividades a las que se enfrenta). En el nacimiento aún se está
formando el niño, haciendo que muchos de sus procesos ya se desarrollen en el mundo exterior, creando así a
un ser social que se relaciona con lo demás desde ese momento y por el resto de su vida. Como otra especie, el
hombre se forma biológicamente, pero, paralelo a esto, también se forma socialmente, que construye mediante
ciertos aspectos: su propia naturaleza, la cultura en la que se encuentra, su construcción del yo, su equilibrio
entre ser y cuerpo, y su socialización cara a cara con el otro.

INSTITUCIONALIZACIÓN
Plantea entonces la siguiente pregunta: ¿Cómo surge y se mantiene el orden social propio? Y responde
entonces que el orden social viene del humano, no tiene explicación biológica (no se pueden usar las leyes de la
naturaleza para explicarla) aunque es natural de él y es consecuencia de las propias necesidades del hombre. El
hombre no puede existir solo, vive externalizándose en la realidad (un hombre no puede serlo si no se relaciona)
y por esta razón requiere de los institutos que permiten su existencia bajo un rumbo determinado.
Para explicar el origen de la institucionalización, se explica un principio: la habituación como el
resultado de la repetición de una acción o un método que antecede a la acción para resolver los futuros
problemas mediante esta. Así pues, toda acción habituada es accesible a todas las personas de un grupo social,
para que algunas ‘más aptas’ las desarrollen. La institucionalización se crea a través de las tipificaciones. Las
instituciones controlan al ser humano (o a la sociedad en sí) pautando reglas que encaminan hacia el fin de ella.
Si dos personas interactúan, ya están dando tipificaciones no más viendo cómo actúa el otro y acomodando esa
manera de actuar a sí mismo hasta hallar las similitudes respectivas y así saber lo que el otro hará. De esta
manera, estas dos personas están construyendo un mundo (institución); A la hora de traspasar la institución a
futuras generaciones ya que como ellos no han vivido la formación de esta, no tendrán toda la información clara
y se puede decir que se les imparte esta información; se debe entenderlas a través de la experiencia misma.
El hombre se relaciona con la institución con la dialéctica al mantenerse siempre en interacción. La
institución requiere maneras de justificarse y explicarse (legitimación) ya que las futuras generaciones solo
tienen conocimiento de ella ‘a oído’. Como la institución está hecha por pocas personas, es posible (y casi
siempre pasa) que haya personas que interpreten este conocimiento de manera equivocada o simplemente no
estén a favor de el, por lo que es necesario poner reglas que eviten al máximo que las personas se desvíen del
camino propuesto, mediante sanciones y enseñanza de ‘normas de comportamiento’. Cabe aclarar también, que
todas las reglas (o procesos de habituación) no deben ser para todos: algunas cosas son importantes para todos y
todos se conectan entre sí, como también hay cosas que solo son importantes para algunos y siguen siendo parte
de la institución en la que se está sin necesidad de salirse de ‘el camino correcto’. A la hora de tener
conocimiento, los humanos siempre tratan de seguir una estructura lógica que una, biográficamente,
experiencias de su vida. El lenguaje es el principal motor de este proceso, ya que ayuda a legitimarlo y darle
juicios de valor a las experiencias. Esto anterior también puede verse como una acción institucionalista al seguir
las mismas reglas de la formación de una institución: no ve las experiencias como aleatorias, sino que les da
coherencia en un universo donde todo se comparte con todo. Cualquier cosa presentada que se aleje del orden
que tenemos del conocimiento es considerada como morbosa y depravada, siendo descartada o ignorada al
instante.

La conciencia retiene solo un poco del conocimiento (algunas experiencias se sedimentan y quedan en
la memoria) y para esto se requiere de un sistema de signos lógicos que permitan hacer correctamente esta
sedimentación: el lenguaje. Como a veces el conocimiento necesario no queda en la memoria, se debe recurrir a
cualquier método posible para lograrlo, si no la institución caería; a veces se requiere que el conocimiento tenga
objetos simbólicos para que se retengan más. Entre más personas tengan la misma experiencia, hay más chances
de que se retenga y sea fiable; si no son fiables y parecen incoherentes, la experiencia es falsa para el resto.
ROLES
Los roles son importantes en la institución porque son representaciones del yo en un aspecto
determinado y estos requieren un conocimiento específico y direccionado hacia el rol que se va a desempeñar
en la institución para mantener la estabilidad de ella. También se debe tener presente a los diferentes
especialistas en la institución para solucionar situaciones de las cuales no tenemos conocimiento específico. El
segmentar el conocimiento para legitimarlo (para comprobar o hacer que una acción o un evento tengan los
mismos beneficios en todas sus partes, entre otros casos) trae como consecuencia la creación de sub-universos:
porciones de instituciones segregadas socialmente, con un rol en particular seleccionados mediante diversos
factores (sexo, religión, especialización, etc.) donde se busca legitimar la razón de ser y el conocimiento de ese
sub-universo y mantener al margen a aquellos que no merecen (por diversas razones) pertenecer a él. La
reificación es ver las actividades de los humanos, y al humano en sí, como si fuera producto de algo distinto a
ellos, como el resultado de procesos naturales (tanto biológicos como sociales). En la objetividad del mundo
social se usa este concepto al poner al hombre como algo exterior a él mismo, sino que hace parte de una
sociedad que necesita del rol que tiene para actuar referente a algo.

LEGITIMACIÓN
La legitimación produce nuevos conocimientos a partir de otros ya existentes (de ahí su nombre de
segundo orden). El asunto de la plausibilidad subjetiva, trata dos niveles: uno horizontal donde trabajan varios
hombres en un orden institucional con varios roles, o uno solo que trabaja varios roles; y otro vertical donde se
tiene en cuenta la experiencia biográfica del hombre y su impacto sobre él. El problema de la legitimación inicia
cuando se quiere pasar conocimiento a una nueva generación; para que esto funcione se debe tener en cuenta
dos cosas: explicar (atribuyendo así validez en el conocimiento que se da) y justificar (dándole sentido y lógica
al conocimiento). Se encuentran niveles en la legitimación a la hora de transmitir conocimiento: el primero (pre-
teórico) donde se explica básicamente cómo funcionan las cosas; el segundo (teóricas), donde se plantea la
teoría del conocimiento básico y elemental, aquí entran los proverbios, leyendas, etc. Transmitidos oralmente; la
tercera (explícito) donde ya el conocimiento dado es más especializado y genera más autonomía; y por último el
cuarto (universo simbólico), el más amplio, donde el conocimiento genera simbolizaciones que están fuera de la
realidad cotidiana, que son generadas a partir de la experiencia de vida del hombre. Cuando se llega a este
último se puede decir que se crea todo un mundo.
El universo simbólico ordena la historia (pasado, presente y futuro). El hombre crea este universo según
sus roles y a medida que él se externaliza, más crea en este universo. Una vez que este tiene bases teóricas
(primer producto de pensamiento teórico), el universo ya comienza a tener principios sistemáticos y lógicos.
Mientras el universo no tenga problemas, es autosustentable. Si un grupo de hombres tergiversa el universo
simbólico, puede crear alternativas de ese universo poniendo en riesgo su naturaleza. La aparición de este
constituye una amenaza al poner el universo real en duda al ser menos evitable, en relación con lo duro que es,
y puede provocar que las personas deseen ‘emigrar’ a sus universos; esto puede generar problemas entre dos
sociedades que luchan para preservar sus universos. La terapia, busca que las personas se mantengan en el
universo real y debe buscar una manera para solucionar eso: la legitimación mantiene la realidad del universo
construido socialmente, pero por el otro lado, la aniquilación niega rotundamente la existencia de algo que este
fuera del universo.

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