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17.PESTE PORCINA CLÁSICA Dra. María Antonia Rincón
17.PESTE PORCINA CLÁSICA Dra. María Antonia Rincón
La Peste Porcina Clásica (PPC) también llamada Cólera porcino, es probablemente una
de las más importantes enfermedades infecciosas virales de los cerdos domésticos.
Después de la implementación de estrictas medidas de control, muchos países,
incluyendo: Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos y algunos estados de la
Unión Europea, erradicaron el virus. En otras partes del mundo, como Japón, Singapur y
en varios países latinoamericanos entre ellos Colombia la enfermedad tienen un carácter
endémico.
ETIOLOGÍA
El agente causal de la PPC es una partícula viral esférica envuelta, que tiene 40-60 nm de
diámetro; su genoma está compuesto por una cadena de ARN, con cerca de 12.300
bases con polaridad positiva. clasificado como un Pestivirus de la familia Flaviviridae,
dentro de la cual también se incluyen importantes patógenos de bovinos, cerdos y ovejas,
tales como el virus de la Diarrea Viral Bovina (BVD) y la Enfermedad de las fronteras (BD),
entre los cuales se presenta gran homología. A esta familia también pertenece el virus de
la Hepatitis C (HCV). Los huéspedes naturales del virus son los cerdos domésticos y
salvajes.
Los viriones pertenecientes a esta familia están compuestos de una bicapa lipídica con
dos o más proteínas de envoltura (E) rodeando una nucleocápside que consiste en un
genoma de ARN de cadena sencilla y polaridad positiva en complejo con múltiples
copias de una pequeña proteína básica de la cápside (C). La unión y captura del virus se
cree que involucra un proceso de endocitosis mediada por receptores celulares
específicos para proteínas de envoltura viral. La fusión de la envoltura del virión en las
membranas celulares libera la nucleocápside en el citoplasma, donde ocurre la
traducción del ARN genómico. Todas las proteínas virales conocidas son producidas como
parte de una sola gran poliproteína de más de 3000 aminoácidos que es clivada por una
combinación de proteasas del huésped y virales. Las proteínas estructurales son
codificadas en la porción N-terminal de la poliproteína y las no estructurales hacia el C-
terminal. La replicación del ARN ocurre en complejos de replicación citoplasmáticos que
están asociados con membranas perinucleares y sucede vía la síntesis de un genoma
intermedio de ARN negativo.
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El virus de la PPC es una molécula de ARN. El genoma de este virus actúa como un ARN
mensajero y se traduce en una poliproteína que es procesada por la acción de proteasas
virales y de la célula huésped, para dar lugar a cuatro proteínas estructurales y siete no
estructurales maduras. Dichas proteínas se encuentran organizadas de la siguiente
manera: Npro, C, Erns, E1, E2, P7, N2-3, NS4B, NS5A y NS5B.
El orden de los productos de clivaje de la poliproteína para el virus de la PPC es: NH2-
Npro- C- Erns- E1- E2- p7- NS2- NS3- NS4A- NS4B- NS5A- NS5- COOH.
Este gen incluye regiones altamente variables especialmente hacia el extremo 5’, que
codifican los mayores antígenos inmunogénicos del virus. Los genes no estructurales están
más localizados hacia el extremo 3’, comprenden las 2/3 partes del genoma.
Existe el gen NS4 del cual se conoce muy poco. La polimerasa viral putativa es codificada
por un gen grande denominado NS5B, el cual termina en la secuencia corta NTR 3’.
PROTEÍNAS VIRALES
Proteínas Estructurales:
- Erns: La glicoproteína Erns (gp44/48), también conocida como E0), está fuertemente
glicosilada en 7 a 9 sitios potenciales de glicosilación N-ligados, formando homodímeros
unidos por puentes disulfuro. Esta proteína no contiene un dominio que abarque espacio
en la membrana y se encuentra asociada no covalentemente con partículas virales
liberadas o secretadas al medio de cultivo. Se ha demostrado que la Erns posee una
inusual actividad ribonucleasa con especificidad por residuos de uridina. La glicosilación y
la formación de dímeros no son requeridos para esta actividad. Aunque su función
ribonucleasa no está completamente clara, parece importante en algún momento del
ciclo de vida del virus. Se ha demostrado que anticuerpos que inhiben la actividad
ribonucleasa también tienden a neutralizar la infectividad del virus y las mutaciones en
Erns que destruyen la actividad ribonucleasa dan origen a virus que pueden ser más
citopáticos en cultivo, pero que pueden ser atenuados in vivo. Además esta proteína
parece estar involucrada en la leucopenia marcada que se observa en las infecciones
naturales.
- E1 y E2: Son proteínas integrales de membrana y contienen dos, tres, cuatro a seis sitios
de glicosilación N-ligados respectivamente. E1 y E2 están asociadas como heterodímeros
unidos por puentes disulfuro, que se forman lentamente. Aunque los papeles precisos de
las glicoproteínas virales en el ensamble y entrada del virus permanecen sin definir,
anticuerpos monoclonales contra Erns o E2 pueden neutralizar la infectividad viral y ambos
antígenos pueden inducir inmunidad protectora.
Proteínas no estructurales
- P7: Consiste en una región central cargada separada del extremo hidrofóbico. El papel
de esta pequeña proteína es desconocido, pero parece ser requerida para la producción
de virus infecciosos aunque no para la replicación de ARN. La p7 es ineficientemente
clivada a partir de la E2, probablemente vía la señal peptidasa .
- NS2: Esta proteína pesa aproximadamente 54 kDa, está presente como la porción N-
terminal de la NS2-3 de aproximadamente 125 kDa. El papel preciso de NS2 en el
procesamiento de NS2-3 no es claro y la función de NS2 es bastante desconocida. Se ha
demostrado una correlación entre la eficiencia del clivaje de NS2-3 y los niveles de
replicación del ARN.
- NS3: Esta proteína no estructural tiene un dominio N-terminal serina proteasa seguido por
motivos característicos de las ARN helicasas. La actividad proteasa de NS3 requiere de la
NS4A como una proteína cofactor. Ha sido demostrado que la serina proteasa cliva entre
leu y pequeños aminoácidos no cargados.
- NS4: Las proteínas hidrofóbicas NS4A y NS4B son similares en tamaño, composición y
propiedades hidropáticas a las proteínas NS4A y NS4B de otros miembros de la familia de
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Los viriones de los Pestivirus tienen una densidad de flotación de 1.134 g/ml en sucrosa y
son inactivados por calor, solventes orgánicos y detergentes. Pueden sobrevivir en un
rango amplio de pH. La infectividad viral se pierde en pH por debajo de 4.0 y por encima
de pH 11.
Debido a que la envoltura del virión contiene lípidos, solventes tales como: cloroformo y
éter inactivan fácilmente el virus. En carne de cerdo el virus permanece infeccioso por
meses; mientras que en el medio ambiente fuera del huésped, el virus es usualmente
inactivado en un par de días; sin embargo en la materia fecal líquida el virus de la PPC
puede sobrevivir por 2 semanas a 20 °C y más de 6 semanas a 4° C. Para la desinfección
el más apropiado es el hidróxido de sodio 1-2 %.
RESPUESTA INMUNE
Durante la PPC aguda, la reactividad inmune del cerdo es suprimida, por ejemplo: los
linfocitos de sangre periférica y del bazo responden fuertemente a los mitógenos, mientras
que los linfocitos de las tonsilas y ganglios linfáticos tienen una respuesta normal o
aumentada.
El virus de la PPC es inmunosupresor durante la infección aguda pero los cerdos que se
han recuperado quedan protegidos contra la PPC por muchos años o por el resto de su
vida.
VIRULENCIA
PATOGÉNESIS
El virus tiene gran afinidad por el endotelio vascular y las células del sistema inmune. Las
múltiples hemorragias que se observan en la PPC aguda son causadas por degeneración
de las células endoteliales, en conjunto con trombocitopenia severa y defectos en la
síntesis de fibrinógeno. Virtualmente todos los cerdos mueren de PPC aguda.
Actualmente, el mecanismo de la muerte no es claro, pero severas alteraciones del
sistema circulatorio parecen ser la causa más probable. Los cerdos infectados desarrollan
pirexia y leucopenia severa la cual persiste hasta la muerte. La propagación del virus
ocurre en 5 a 6 días. Los signos más típicos son las petequias hemorrágicas en la piel y
mucosas, también se pueden presentar desordenes del sistema nervioso central y
constipación seguidos por diarrea. La severidad de los síntomas depende de la edad del
animal y la virulencia viral. Los animales jóvenes son más afectados que los viejos. La
mortalidad puede alcanzar el 90% de los cerdos jóvenes.
Forma Clínica Aguda: Se caracteriza por morbilidad alta y muerte de los animales entre los
2 a 3 semanas después de la infección. La tasa de morbilidad varía con el estado
inmunológico de la población afectada y con la virulencia de la cepa. Los primeros signos
aparecen después de un período de 2 a 6 días. La intensidad de los signos clínicos varía
dependiendo de la virulencia de la cepa y del estado de inmunidad de la población
afectada. Estas variaciones se reflejan en: la duración del período de incubación, en el
tiempo de la aparición de los distintos signos y en la intensidad de sus manifestaciones.
Un signo muy característico que aparece desde las primeras fases de la enfermedad es la
hiperemia cutánea que afecta principalmente orejas, hocico, abdomen y la zona media
de las extremidades, que puede progresar a cianosis en los estadios más avanzados.
La primera fase de la enfermedad se caracteriza por fiebre, apatía o baja actividad, falta
de apetito y embotamiento. Inicialmente los cerdos parecen somnolientos o menos
activos, si se les hace poner de pie o se les molesta, algunos presentan espaldas
arqueadas y otros se encuentran fríos con cabeza caída y cola recta. Para este tiempo se
hace evidente una reducción en el apetito, el cual más tarde progresa a anorexia. La
temperatura puede llegar a 42°C o más, persistiendo la fiebre hasta antes de la muerte de
los animales. De forma concomitante o incluso previa a la aparición de la fiebre pueden
observarse leucopenia y trombocitopenia, que se manifiestan hasta la muerte.
Posteriormente los animales se hacinan y manifiestan temblores, conjuntivitis con marcada
descarga ocular, además en algunos casos se presenta descarga nasal.
Los signos del tracto digestivo incluyen estreñimiento, al comienzo de la enfermedad; que
acaba en diarrea de color gris amarillento y vómitos de líquido amarillo-verdoso, por
contener mucha bilis. En la fase terminal de la enfermedad los cerdos adelgazan y al
andar tienen una marcha ondulante característica, debida a la debilidad del tercio
posterior. Esto va seguido por signos del SNC, fundamentalmente parálisis del tercio
posterior, que posteriormente se generaliza y los animales permanecen tumbados sobre
un costado moviendo continuamente las extremidades como si estuviesen remando.
Forma Clínica Subaguda: La muerte de los animales ocurre entre los 20 y 30 días después
de la infección. Las manifestaciones clínicas son similares a las de la forma aguda, pero de
menor severidad y al período de incubación es más prolongado. La tasa de mortalidad es
inferior al 30%. El cuadro anatomopatológico es similar, pero existen unas lesiones que se
consideran más características de los cursos subagudos. Estas lesiones son las úlceras
botonosas o botones pestosos en el intestino. Estas consisten en úlceras circulares muy
bien delimitadas de unos pocos milímetros de diámetro, asociadas a folículos aislados.
Estas lesiones se producen probablemente por la oclusión de las arteriolas, por la
hinchazón de las células endoteliales, la degeneración de la pared vascular y la
formación de microtrombos.
Forma Crónica: Generalmente el curso es muy lento y suelen afectarse sistemas y órganos
como: el pulmón, tracto gastrointestinal, SNC, piel. Además las infecciones bacterianas
secundarias son muy frecuentes, por lo cual el cuadro clínico puede ser muy confuso. De
ahí el nombre de PPC crónica o Atípica. Se caracteriza por períodos prolongados e
intermitentes de fiebre y viremia. Además se puede presentar debilidad, retraso del
crecimiento, apetito caprichoso y grados variables de diarrea y emaciación.
Antes de nacer en las fases tempranas del desarrollo, el virus afecta la diferenciación de
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La infección de las cerdas gestantes con virus de campo de baja virulencia o virus
vacunales puede inducir a una gran variedad de malformaciones en los fetos: hipoplasia
pulmonar, malformaciones de la arteria pulmonar, micrognatia, artrogriposis, fisuras en la
corteza renal, septos múltiples en la vesícula biliar y malformaciones en al encéfalo. Entre
más temprano se dé la infección más graves serán las anormalidades.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de PPC está basado en los signos clínicos, pero esto a menudo es un poco
difícil por la gran diversidad de síntomas que se pueden presentasen.
Una prueba más rápida, pero menos sensible es la demostración del antígeno viral en
secciones de tejido de órganos, usando anticuerpos fluorescentes o la técnica de
inmunoperoxidasa.
En cuanto a las pruebas genotípicas del virus, se ha detectado el ARN viral, gracias a la
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VACUNAS
Inicialmente, se utilizaron vacunas que contenía virus virulento inactivado con cristal
violeta. Esta vacuna totalmente inocua, proporcionaba sólo una protección parcial, y no
impedía la replicación del virus de campo y la diseminación del mismo por lo cual dejaron
de utilizarse. Luego se desarrollaron vacunas vivas producidas en conejos (cepas
lapinizadas) que poseían virulencia residual especialmente para los lechones, entre estas
se encuentran la cepa Rovac y la SFA que fueron ampliamente utilizadas en Europa.
A mediados de los años 60 se obtuvieron las cepas lapinizadas totalmente atenuadas. Las
cepas más importantes son cepa PAV 250, cepa CAP, cepa CPE, cepa Thiverval y la cepa
China. Estas se han adaptado a los cultivos celulares y actualmente son las más
empleadas.
La cepa China utilizada en Colombia, es muy estable, y confiere una inmunidad rápida y
duradera. De acuerdo con algunos autores el virus original habría sufrido 478 pases en
conejo.
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