La refrigeración termoeléctrica constituye un sistema de conversión directa de
electricidad en frío, sin pasar por energía mecánica ni térmica como ocurre con los sistemas convencionales de compresión o absorción. Al tratarse de un sistema completamente estático, sin partes móviles, y alimentado únicamente por corriente continua, es muy útil en todas aquellas aplicaciones en donde la carga a refrigerar esté en movimiento. Además, a ello se une la ausencia de ruido. Su rango de aplicación se extiende desde cargas frigorificas de unas décimas de vatio hasta valores del orden de 1 kw. A pesar de su coste, constituye en muchos casos, la única solución viable en aplicaciones tales como la refrigeración de equipos electrónicos móviles, refrigeradores clínicos portátiles y en general en todos aquellos sistemas que por diversas razones (movilidad, ruido, etc.) no les son de aplicación los sistemas convencionales de compresión y absorción [1].
Referencia:
[1] M. Villarrubia Localización: Montajes e instalaciones: Revista técnica sobre la
construcción e ingeniería de las instalaciones, ISSN 0210-184X, Año nº 31, Nº 346, 2001, págs. 65-72