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Ensayo Argumentativo
Especialización en Derecho de Familia
Años más tarde, se evidencian algunas innovaciones en cuanto a la mujer, pues la Ley
8va de 1922 miraba a la mujer como incapaz relativa, puesto que, admitía la libre
administración de sus bienes personales, es decir, joyas, vestidos, instrumentos de su
profesión y oficio, y los determinados en capitulaciones matrimoniales. Sin embargo,
solo podía administrar, usar, pero no podía enajenarlos, permitía que las mujeres
fueran testigo y aunque persistía el adulterio la mujer ya no perdía gananciales.
A pesar de esto y con la Ley 28 de 1932, el hombre deja de ser el representante legal
de la mujer, por consiguiente, ya no era incapaz, se le reconoce a la mujer la libre
administración y disposición de sus bienes y cada uno de los cónyuges administraba
sus bienes en forma libre, cada uno responde por sus propias obligaciones y
responden solidariamente ante terceros.
A través del Decreto 2820 de 1974, las mujeres en la historia colombiana alcanzaron
por fin, la igualdad de los Derechos y Libertades que no tenían anteriormente, tanto
así que, se les concede también la patria potestad de sus hijos, elimina todo trato
discriminatorio en el hogar como era la obligación de obediencia. Otras leyes como el
Decreto Ley 999 de 1988 elimina la obligación de llevar el apellido del marido
después de la partícula de y las leyes 1era de 1976 y 75 de 1968 introducen grandes
reforman en cuanto a la igualdad de sexos ante la ley.
Hablar de aborto implica entrar en una discusión no solo jurídica, sino de orden moral
y religioso y aún más, cuando nos referimos a un país con raíces muy religiosas. Pero
a partir de la sentencia C-355 de 2006, el aborto deja de verse necesariamente como
un delito y da un paso a la protección de los derechos de la mujer, convirtiendo el
aborto en un derecho esencial de la salud de la mujer, que debe ser respetado y
garantizado por el Estado Colombiano. Así mismo, se consideró que la protección de
los derechos fundamentales de la mujer, como su dignidad humana, el libre desarrollo
de su personalidad, su vida, y su salud tanto físico y mental, deben ser protegidas y
garantizadas por estar contenidos en la Constitución Política de 1991 y en el bloque
de constitucionalidad.
De igual manera, una vez que queda en firme la sentencia, empieza el Estado
Colombiano a adoptar ciertas medidas bajo la coordinación del Ministerio de la
Protección Social para fortalecer un marco jurídico que garantice realmente el acceso
oportuno y eficaz a las mujeres que decidan interrumpir su embarazo.
Es por eso que, encontramos actos administrativos como: el Decreto 4444 de 2006
“por el cual se reglamenta la prestación de unos servicios de salud sexual y
reproductiva”, la Resolución 4905 de 2006 “por la cual se adopta la norma técnica
para la atención de la interrupción voluntaria del embarazo/IVE”, el Acuerdo 350 de
diciembre de 2006 “por medio del cual se incluye en el plan obligatorio de salud del
régimen contributivo y del régimen subsidiado la atención para la interrupción
voluntaria del embarazo” y la Circular 031 del 22 de Mayo de 2007 dirigida a los
directores departamentales y distritales de salud, y gerentes de entidades promotoras
de salud solicitando información sobre la provisión de servicios seguros de
interrupción voluntaria del embarazo, no constitutiva del delito de aborto.
Esto implica que se le debe reconocer a la mujer autonomía para decidir libremente si
interrumpir o continuar la gestación, pues el derecho de procrear o abstenerse de
hacerlo, esta únicamente en cabeza de la mujer gestante, siempre y cuando se
encuentre en algunas de las siguientes circunstancias:
a. Cuando el embarazo es producto de una violación, incesto o acto sexual abusivo.
Sin hacer dezmero a las demás circunstancias que permiten la interrupción voluntaria
del embarazo, el presente se focalizara en la causal correspondiente a: “Cuando la
continuación del embarazo pone en peligro la vida o la salud de la mujer” y más
específicamente en la frase subrayada. Pues actualmente es evidente el
desconocimiento que se tiene al respecto, ya que, mediante esta causal se permite que
cuando se vea afectado el bienestar físico, mental o social de una mujer, esta tendrá
derecho a continuar con su embarazo o por el contrario, interrumpir voluntaria y
legalmente su embarazo.
En efecto, esta causal no solamente protege a la mujer cuando su salud física corre
peligro, se extiende a aquellos casos en los cuales puede resultar afectada la salud
mental de la mujer gestante. Es por eso que, La corte ensambla esta causal en la
definición sobre salud realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS),
contenida en el Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la
Salud, “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Así mismo, utiliza la
disposición contenida en el artículo 12 N° 1 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, según el cual “los Estados Partes en el presente
Pacto reconocen el derecho a toda persona al disfrute del más alto nivel posible de
salud física y mental”.
De ahí que, un embarazo puede provocar en la madre o en las mujeres gestantes “una
situación de angustia severa o, incluso, de las alteraciones psíquicas que justifiquen
su interrupción” pues ninguna mujer embarazada o en estado de gestación podrá ser
obligada a “asumir sacrificios heroicos” ni podrá obligársele a desistir de su derecho
a vivir sobre el beneficio “de un tercero o del interés general”.
En conclusión, se deben eliminar todas las barreras que puedan existir e impidan que
las mujeres accedan a este servicio, pues la Corte ha reiterado en sus
pronunciamientos que no es necesario, ni obligatorio que exista la presencia de una
enfermedad o de un diagnóstico específico, ni un riesgo inminente o severo. Pues esta
causal debe ser estudiada independiente del peligro para la vida, como el peligro para
la salud, no necesariamente deben coexistir para que se configure la misma. Pues el
ser humano necesita mantener ciertos niveles de salud para sobrevivir y
desempeñarse, de modo que la presencia de ciertas anomalías en la salud, aun
cuando no tenga el carácter de enfermedad, afectan esos niveles y puede poner en
peligro la dignidad personal.
Hay que reconocer que la continuidad del embarazo puede ocasionar en la mujer no
solo una afectación inmediata, pues este puede implicar complicaciones a mediano o
largo plazo en la vida de la mujer, como es el hecho de asumir la maternidad. Esta
causal debe reconocerse como individual en cada caso, pues una decisión tan difícil
como interrumpir el embarazo le compete únicamente a la mujer gestante, cada
situación y cada mujer son totalmente diferentes y primara su individual y voluntaria
decisión.
En la sentencia T-585 de 2010, se ha reiterado que una mujer que solicite el IVE
debe ser revisada inmediatamente, pues debe valorarse su estado emocional, para
nadie es un secreto que un embarazo no deseado puede afectar gravemente la vida no
solo de la mujer, sino de la pajera. Aunque, es la mujer quien afronta ese proceso
biológico que realiza su cuerpo y este ocasiona una gama de diversas reacciones
desde la culpa, rechazo o impotencia que pueden llevarla a problemas de autoestima,
frustración ya sea persona o social, deserción escolar, abonar un proyecto de vida
planeado, dificultad de querer al bebe, entre otras, que solamente puede identificar
una mujer en esta situación.
A MODO DE CONCLUSIONES
Cuando se habla de que una mujer puede tener en sus manos la decisión de
interrumpir el embarazo, por ser este un embarazo no deseado y estar dentro de
alguna de las causales descritas por la Corte, se le respeta a esta como sujeto de
derecho su integridad, pues será ella quien decida sobre su propio cuerpo y considerar
la penalización absoluta del aborto, es desconocer la condición que toda persona tiene
derecho a decidir sobre su propia vida. Es dejar en manos de una mujer el hecho de
soportar la responsabilidad de un embarazo no deseado, que puede ocasionar un grave
riesgo en su salud y en su vida.
Legislación y jurisprudencia,