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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencias y Tecnología


Universidad Politécnica Territorial de Paria “Luis Mariano Rivera”
Programa Nacional de Formación Administración
Aldea Bolivariana Fines De Semana
“U.E.E. Josefina Ortiz”
Las Giles-Municipio Tubores
Misión Sucre - Estado Nueva Esparta

EVALUACI
ON Y
COMPAR
ACION DE
LA Facilitador:
Triunfador:
SITUACIO Lic. José Marcano.

N Br. Pedro Fuentes.

POLITICA
DE Las Giles, 19 de octubre del 2019.
SITUACION POLITICA DE VENEZUELA
VENEZUE Desde 2013 existe una crisis económica en
LA Y Venezuela, como consecuencia de la caída de los
precios de petróleo, las expropiaciones y las
ECUADO restricciones del control de cambio de la moneda,

R
entre otros. Durante esta dificultad, se ha producido una aguda recesión
económica en el país

La crisis en Venezuela hace referencia a la crisis política, económica y


social que desde principios del 2013 sufre el país.

Para el país, la crisis supuso la conjetura de distintos problemas


económicos: la crisis financiera, la escasez de productos básicos y medicinas,
el aumento del desempleo por el cierre de empresas privadas y la migración
masiva hacia otros países de la región. Así mismo, la disminución del crédito a
la empresa privadapor parte de la banca, la intervención de la política
monetaria por el gobierno central a través del Banco Central de
Venezuela (BCV) que han desencadenado en una hiperinflación, la corrupción
política, el deterioro de la productividad y competitividad, la caída de los precios
del petróleo que provocó la mayor crisis de esta industria en Venezuela, son
otros de los problemas que también han contribuido al agravamiento de la
situación.

La crisis ha generado dos olas fuertes de protestas sociales, una


en 2014 y otra en 2017. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos (OACDH), las protestas fueron reprimidas
fuertemente por los aparatos policiales y para-policiales y se incurrió en la
violación reiterada de los derechos humanos de los participantes de las
mismas, dejando varias víctimas fatales y presos por motivos políticos.

Durante este mismo periodo Venezuela ha experimentado una profunda


crisis política. En diciembre de 2015, la oposición obtuvo las dos terceras
partes de los escaños en la Asamblea Nacional (AN). En enero de 2016, el
nuevo Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), elegido por la AN saliente afín
al chavismo en diciembre de 2015, citando irregularidades en la elección de los
diputados del estado de Amazonas, declaró «en desacato» a la Asamblea
Nacional y negó validez jurídica a todas sus decisiones. Ese mismo año,
la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) inició un referendo revocatorio contra
el Presidente Nicolás Maduro, que fue suspendido indefinidamente en octubre
de 2016 por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El 13 de enero de 2017 el presidente de Estados Unidos (EE.UU.),
Donald Trump, atacó a Venezuela y al Gobierno de Nicolás Maduro, “Tenemos
un problema con Venezuela. Lo están haciendo muy mal”, pese a que la nación
suramericana ha mantenido relaciones de respeto con el magnate y su gestión.

Desde el 10 de enero de 2019, Venezuela ha experimentado una crisis


presidencial, donde la legitimidad de quién ocupa la presidencia del país se
encuentra cuestionada. La reelección de Nicolás Maduro como presidente de
Venezuela ha sido rechazada por diferentes organizaciones y gobiernos
nacionales. La Asamblea Nacional de Venezuela ha promovido a Juan
Guaidó como el presidente interino y ha encabezado protestas en contra de la
juramentación de Maduro.

El 23 de septiembre de 2019 tuvo lugar una Reunión de Ministros de


Relaciones Exteriores que actúa como Órgano de Consulta del Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Dieciséis de los diecinueve
países miembros aprobaron una resolución que en resumen busca designar a
personas o entidades vinculadas al régimen de Nicolás Maduro para
sancionarlos y congelar sus activos en los países que forman parte del Tratado.

La resolución aprobada en esta reunión instruye a los representantes de


los países miembros del TIAR en la OEA a darle seguimiento a la situación en
Venezuela y el impacto que tiene en la región para recomendar al Órgano de
Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores qué medidas tomar. Se estima
que una próxima reunión sea celebrada en aproximadamente dos meses, es
decir, a finales del mes de noviembre y es posible que sea en esa próxima
reunión cuando los países miembros del TIAR adopten alguna de las medidas
que prevé el tratado, a saber: el retiro de embajadores, la ruptura de relaciones
diplomáticas o consulares, la interrupción parcial o total de relaciones
económicas o de las comunicaciones y el uso de la fuerza armada. Salvo un
cambio fundamental en las circunstancias, esa última medida sigue luciendo
poco probable vista la posición política que ha asumido la mayoría de los
países de la región. Por ahora, la disposición del grupo es continuar con un
esfuerzo progresivo de presión a Nicolás Maduro.
SITUACION POLITICA DE ECUADOR
Sin lugar a dudas la pobreza y la inequidad seguirán siendo las
principales causas de muerte y conflictos sociales en Ecuador, según la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La pobreza es una razón importante de que los bebés no sean


vacunados, de que no haya agua potable ni saneamiento, de la escasez de
fármacos y otros tratamientos y de que las madres mueran durante el parto.

En la actualidad aproximadamente el 46 por ciento de la población


ecuatoriana vive en un nivel de pobreza, mientras que el 20 por ciento llega a la
pobreza absoluta, es decir que no alcanza siquiera a satisfacer sus
necesidades mínimas en términos de alimentación, empleo, salud, educación y
vivienda.

Estas son cosas básicas que deberían tener todos los ciudadanos de un
país como Ecuador, que tiene tantos recursos.

En la actualidad es necesario incrementar la inversión en la gente, y


particularmente en la niñez, para romper la pobreza, elevar los niveles de
productividad en el país, fortalecer la democracia y mejorar la calidad de vida
de los ecuatorianos.

Mientras el promedio latinoamericano por persona en el área social se


sitúa en 460 dólares, Ecuador gasta cerca de 133 dólares por persona cada
año, lo cual impacta severamente en lo referente al acceso a educación y salud

Apenas 30 centavos de cada dólar de gasto público total se destinan a la


inversión social, en comparación con el promedio continental que casi alcanza
los 50 centavos.

En cuanto a inversión en salud, la posición es dramática: el país gasta


cerca de 16 dólares por persona anualmente, cuando el promedio
latinoamericano es de 110 dólares.

La concentración de pobreza, en tanto, se aprecia más en la región


amazónica y en las provincias de Bolívar, Chimborazo y Cotopaxi, donde hay
una mayor población indígena.
Cuando hay reclamos de las organizaciones indígenas, estos tienen un
fondo económico-social más que político absolutamente razonable, pues
constituyen una buena parte de la población que necesita satisfacer muchas
necesidades.

Las reivindicaciones de las organizaciones son bien sustentadas, incluso


con el respaldo de un partido político (Pachakutik), lo que es realmente único
en América Latina.

En la mayoría de puntos que han venido discutiendo las organizaciones


sociales con el gobierno se ha llegado a acuerdos.

Las organizaciones campesinas no quisieron sumarse a las últimas


protestas estudiantiles, porque consideraron que ese no es su espacio y que
prefieren negociar en una mesa sus propuestas.

Todos los ecuatorianos deben tener acceso a la educación, así como a


la salud tanto preventiva como curativa, sin que falte una vivienda, pues estas
son las necesidades mínimas dentro del denominado desarrollo humano.

Representantes de la ONU lamentan que los ciudadanos pobres sigan


padeciendo enfermedades, sobre todo aquellos que viven en zonas
ambientalmente degradadas o vulnerables, de conflicto armado o violencia, o
que son obligadas a abandonar sus viviendas por distintas razones,
especialmente económicas. La pobreza es un importante obstáculo al
desarrollo social y económico.

En lo relacionado específicamente con la salud, a pesar de avances


indiscutibles en muchas zonas, la mala salud sigue siendo un obstáculo para el
desarrollo.

En algunos casos, el proceso de desarrollo en sí crea un ambiente


dañino para la salud, como consecuencia de dificultades económicas, políticas
y sociales.

Muchos problemas seguirán siendo agravados también porque el


endeudamiento de Ecuador es superior a lo que debe estar, al tiempo que por
el lado del presupuesto existe, igualmente, un endeudamiento continuo, toda
vez que el ingreso para el sector público no es suficiente para suplir todas las
necesidades.

Entre los problemas que afronta el Ecuador, figura el hecho de que el


presupuesto está demasiado dependiente del ingreso del petróleo, al tiempo
que las recaudaciones y los impuestos no son lo suficientemente fuertes.

Tan sólo en el área del Impuesto al Valor Agregado (IVA) se han logrado
recaudaciones importantes, a un nivel del 35 por ciento, de los ingresos
necesarios para el presupuesto. Pero en lo relativo a los impuestos a la renta
es apenas del 9 por ciento, considerado el más bajo en toda Latinoamérica.

Así, el Ecuador se endeuda más cada año para poder suplir el


presupuesto, lo que lleva a un círculo vicioso del cual es muy difícil salir.

Los subsidios instaurados en los años 70 son la manzana de la discordia


entre el gobierno y varios sectores populares.

Con el argumento de que su antecesor Rafael Correa le dejó un país


endeudado, el presidente ecuatoriano Lenín Moreno firmó con el Fondo
Monetario Internacional (FMI) un acuerdo para un préstamo de 4.203 millones
de dólares. A cambio, Ecuador ha puesto en marcha un duro plan de ajuste
que incluye 20.000 despidos en la administración pública, una reducción de 30
a 15 días de vacaciones anuales para los empleados estatales, y una
flexibilización de la ley laboral.

Pero la medida que arrojó a sectores como los transportistas y los


indígenas a las calles en movilizaciones sin precedentes desde hace una
década, fue la supresión de los subsidios que mantenían la nafta a un precio
relativamente barato. Unos subsidios que le costaban alrededor de 3.000
millones de dólares anuales al Estado ecuatoriano.

Desde que el Ecuador es país exportador de petróleo al principio de los


años setenta, se han mantenido durante largo tiempo los subsidios para los
combustibles. Y en cada ocasión que se ha intentado retirar los subsidios o que
se incrementó la gasolina, esto provocó reacciones populares y sociales.

Y aunque esos subsidios “beneficiaban más a los sectores más


acomodados que a los sectores populares, son considerados como una
conquista social” es por esto que Moreno debería haber revisado los subsidios
“con criterios sociales o ecológicos”.

Para justificar la serie de medidas de austeridad, Moreno acusó a Rafael


Correa de haber endeudado al país. Desde Bélgica, el ex presidente rechazó
las acusaciones y estimó que no había necesidad de implementar un
“paquetazo”.

El gobierno del presidente Moreno recibió del gobierno anterior de


Rafael Correa una economía muy golpeada en términos económicos. Sin
transformación de la matriz productiva y ninguna transformación estructural que
amerite el nombre de una ‘revolución’ y menos de socialismo.

Pero el gobierno de Lenin Moreno en lugar de introducir algunos ajustes


que podían haber resuelto los problemas oportunamente, fue dejando pasar el
tiempo improvisando y cayó definitivamente en las garras del Fondo Monetario
Internacional. Y sabemos muy bien lo que significa: austeridad, un golpe a los
sectores populares y una paralización del aparato productivo. Todo con miras a
establecer los equilibrios fiscales y externos, y recuperar la competitividad.

Se nota a simple vista que el gobierno de Moreno negoció muy mal con
el Fondo Monetario Internacional: “El Ecuador se comprometió en la
negociación con el FMI a bajar el déficit fiscal, que está en torno al 6% del PBI
y convertirlo en un superávit a una velocidad el doble de rápida del compromiso
que adquirió por ejemplo Argentina frente al FMI”.

El primer error cometido por el gobierno de Lenín Moreno fue el


subestimar el impacto del aumento del precio de la nafta en el poder adquisitivo
de la población. “El estancamiento económico, unido a la caída del precio del
petróleo, a los recortes del personal público, de por lo menos 20.000 personas
en los últimos 2 años, ha dado como resultado un ascenso de los niveles de
pobreza”.

El segundo error consistió en minimizar las medidas de compensación.


La única medida de compensación del gobierno es el aumento de 15 dólares a
los receptores del bono de desarrollo y aumentar el número de beneficiarios en
300.000 personas. Pero lo único que ha hecho el gobierno es reincorporar a los
que han salido del sistema en los últimos 2 años.

En tercer lugar, Romero denuncia el desequilibrio de un plan que


“incluye golpes a los sectores más vulnerables de la sociedad ecuatoriana y la
eliminación de una fracción del impuesto a la salida de divisas, la eliminación
de aranceles para una serie de materias primas. Medidas que benefician
claramente al sector empresarial.

A causa de las reformas económicas pactadas por su gobierno con el


FMI se ha desatado una ola de violencia y manifestaciones iniciadas hace 10
días contra El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ordenó este sábado el
"toque de queda y la militarización" de Quito y sus alrededores

"La medida empezó a regir a las 03:00 pm hora local, después de graves
incidentes en la capital. Esto facilitará la actuación de la fuerza pública frente a
los intolerables desmanes de violencia", dijo el mandatario.

De esta manera el gobierno endureció el “estado de excepción” que


impuso el 3 de octubre y bajo el cual había movilizado las Fuerzas Armadas
para contener el orden público.

Amparado en esas facultades especiales, que en principio permiten


restringir algunos derechos por 30 días, ya había dispuesto el toque de queda
nocturno alrededor de los edificios públicos de Quito tras los primeros
enfrentamientos de los indígenas con la policía.

Este sábado las manifestaciones derivaron en el asalto al edificio de la


Contraloría, que fue incendiado y saqueado por manifestantes encapuchados.
La sede quedó envuelta en una espesa humareda.

En las últimas horas las movilizaciones fueron dominadas por sectores


más radicalizados, especialmente simpatizantes del ex presidente Rafael
Correa.

Son estos grupos los que llevaron adelante los ataques más violentos
contra medios ecuatorianos y organismos públicos, como la Contraloría.
La entidad base de los indígenas, la CONAIE, expresó su rechazo y
buscó despegarse de estos grupos.

Se ha dispuesto el toque de queda y la militarización del DM Quito y


valles. Empezará a regir a las 15:00. Esto facilitará la actuación de la fuerza
pública frente a los intolerables desmanes de violencia.

La ministra de Interior, María Paula Romo, anunció el desalojo de la


zona en cuyos alrededores se registraban enfrentamientos con la fuerza
pública. La Policía ha detenido a 30 personas, dijo.

Cerca de ahí, en los alrededores de la Asamblea Legislativa,


manifestantes levantaron barricadas con troncos y escudos de madera para
enfrentarse a policías que lanzaron una lluvia de gas lacrimógeno.

Esta nueva ola de violencia la protagonizan especialmente los sectores


más radicalizados, especialmente estudiantes universitarios y partidos de
izquierda.

La organización reconsideró su negativa inicial y aceptó un encuentro


cara a cara con el presidente, quien también cedió notoriamente en su postura.

El Comando Conjunto de las Fuerza Armadas de Ecuador anunció la


posible extensión del toque de queda para intentar restablecer el orden público.
Los actos de vandalismo y destrucción de la propiedad privada, delincuencia y
terrorismo conllevarán a la detención inmediata. La mayoría de los espacios
públicos del área metropolitana de Quito quedan restringidos al acceso público.
Roque Moreira, jefe del Comando Conjunto, dijo que las fuerzas de seguridad
están facultadas para realizar acciones de control de estos espacios públicos.

En vista de estos hechos la Oficina para América del Sur de la Alta


Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos recordó a las autoridades
que han de garantizar el derecho de todas las personas a manifestarse
pacíficamente “protegiendo los derechos a la libertad de expresión y opinión, a
la reunión pacífica y a participar en los asuntos públicos”.

La Oficina recordó que solamente debe aplicarse el uso de la fuerza “en


casos excepcionales” y que se han de acatar los principios de “legalidad,
necesidad, proporcionalidad y responsabilidad”.
Además, indicó que cualquier modo de privación de libertad debe regirse
por los principios establecidos en el derecho internacional.

Del mismo modo, la Oficina mostró su preocupación por los actos de


violencia que las fuerzas de seguridad ecuatorianas habrían cometido contra
los manifestantes, y también “rechaza enfáticamente” los sucesos violentos
cometidos por terceras personas tales como “agresiones, destrucción de
bienes públicos y privados, saqueos, bloqueos de la vía pública, entre otros”.

Finalmente alentó al desarrollo de medidas de confianza que contribuyan


a originar “espacios de diálogo constructivo” preservando los derechos
humanos de todas las personas.

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