COMPONENTE ACADÉMICO
Para partir con el tema de investigación será necesario abordar el concepto de acoso sexual,
cuáles son los parámetros para entenderlo, cuáles son sus componentes y hasta tipos de acoso
sexual, entender cuáles son las características y las diferentes perspectivas que tienen
diferentes grupos sobre este tema.
El concepto acoso sexual es empleado por primera vez en 1974 durante un curso dictado en
la Universidad de Cornell (USA) por un grupo de feministas para analizar sus experiencias
con los hombres en el mundo laboral y referirse al comportamiento masculino que negaba
su valor en ese mundo y que, aunque superficialmente tenía apariencia sexual, constituía, en
realidad, un ejercicio de poder.
(tomadode:https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/39531/Pages%20from%20Inves
tigacion_Genero_12-13-408-5.pdf)
Desde 1974 se buscó dar un nombre a la exclusión que sufrían las mujeres en diferentes
ámbitos como el laboral, buscaron conseguir igualdades para para dejar de sufrir
discriminaciones, abusos sexuales y tener comportamientos más sutiles. Empezaron primero
por el acoso laboral y luego siguieron en otros ámbitos como el educativo y el acoso callejero.
A partir de su surgimiento en EE. UU. desde los años 80 se produce una evolución en cuanto
al uso y estudio del término de acoso sexual (Alemany, Luc & Mozo, 2001; Pernas et al.,
2000) y empieza a ser utilizado de forma habitual en EE. UU., y también en Europa.
Comienza a considerarse como un problema socialmente relevante y se multiplican los
estudios teóricos y empíricos sobre diferentes aspectos psicosociales del acoso, tanto en
centros de trabajo como en ámbitos universitarios; y desde finales de los 80 los esfuerzos se
centran en afinar su definición y analizar su magnitud.
(tomadode:https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/39531/Pages%20from%20Inves
tigacion_Genero_12-13-408-5.pdf)
Para la década de 1980 el termino acoso sexual empieza a tomar fuerza por diferentes
denuncias que empiezan a salir a la luz, por lo que se volvía importante revelar cual era el
alcance del acoso sexual y cuáles eran sus características, es decir, informar quienes lo
sufrían, de qué manera el acosador presionaba a sus víctimas y en qué espacios se lo hacía.
Desde diferentes grupos existen varias definiciones de acoso sexual, es así como la OIT
define el acoso sexual como un comportamiento en función del sexo, de carácter
desagradable y ofensivo para la persona que lo sufre. Para que se trate acoso sexual es
necesaria la confluencia de dos aspectos negativos.
Pese a que esta clasificación fue efectuada partiendo de casos de acoso sexual laboral,
claramente se pueden realizar paralelismos con los casos de acoso sobre estudiantes y se
puede aplicar a aquellas personas que trabajan en el contexto educativo.
Puede haber comportamientos físicos, verbales y no verbales que se califiquen como acoso
sexual.
En cambio el Código Orgánico Integral Penal (COIP) define al acoso sexual cuando una
persona que solicite algún acto de naturaleza sexual, para si o para un tercero,
prevaleciéndose de su situación de autoridad laboral, docente, religiosa o similar, sea tutora
o tutor, profesional de educación o de salud, personal responsable en la atención y cuidado
del paciente o mantenga vínculo familiar o cualquier otra forma que implique subordinación
de la víctima, con la amenaza de causar a la victima o a un tercero, un mal ocasionado con
las legítimas que pueda tener en el ámbito de dicha relación, será sancionada con pena
privativa de uno a tres años. La persona que solicite favores de naturaleza sexual que atenten
contra la integridad sexual de otra persona, y que no se encuentre en el inciso primero de
este artículo, será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a dos años.
(COIP, 2014, Artículo 166). Es decir, se puede llamar acoso sexual cuando una persona se
siente vulnerada por algo que le produzca daño o perjuicio a su salud o represente una
amenaza para el desenvolvimiento normal en el ámbito laboral, educacional o cualquier otro.
Pueden existir dificultades para delimitar qué comportamientos deben considerarse como
acoso sexual dado que proponer definiciones de un tipo u otro tiene posteriormente
consecuencias sobre el análisis de su incidencia y sobre la propia comprensión del problema,
además, lógicamente, de derivaciones legales.
El Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) reconoce al acoso sexual como
una forma de discriminación que afecta desproporcionadamente a las mujeres y que vulnera
sus derechos humanos. Más precisamente, lo reconoce como una manifestación de la
violencia contra la mujer que constituye una forma extrema de discriminación. Este
reconocimiento se centra en que las causas de la violencia contra la mujer, incluido el acoso
u hostigamiento sexual, están fuertemente arraigadas en el contexto general de
discriminación estructural por razones de género y otras formas de subordinación de
aquella1 y que esta conducta tiene como consecuencia la exclusión de las mujeres “de los
espacios públicos, haciendo primar su rol sexual y reforzando su adscripción al espacio
doméstico, en contraposición a un espacio público amenazante. (Nash, Claudio, Respuesta
institucional ante el acoso sexual en la universidad de Chile, p.6)
El DIDH, al igual que buen número de legislaciones del Derecho Comparado, ha adoptado
una definición amplia del acoso sexual, para entenderlo como una conducta de naturaleza
sexual o cualquier otra conducta basada en el sexo, no deseada por la persona que la recibe
y que afecta a su dignidad al resultar ofensiva, hostil o amenazadora para ella. (Nash,
Claudio, Respuesta institucional ante el acoso sexual en la universidad de Chile, p.8)
En general existe una cierta discrepancia sobre el factor clave para determinar
qué comportamientos constituyen acoso sexual y hasta diferenciarlos de una actitud amistosa,
bien recibida y mutua. Así, mientras algunos organismos internacionales insisten en que el
elemento diferenciador clave es que se trata de un comportamiento no deseado para la
persona que lo recibe.
El DIDH exige que los Estados adopten medidas apropiadas y eficaces para combatir los
actos públicos o privados de violencia por razones de sexo, incluido el acoso sexual. Estas
medidas incluyen aquellas destinadas a prevenir este tipo de hechos, a proteger a las mujeres
que presentan denuncias, a sancionar a los responsables y a reparar a las víctimas con
la debida diligencia.
Con estas exigencias los Estados protegen a sus ciudadanos propensos a ser acosados
sexualmente y sanciona a sus agresores con sentencias privativas de libertad. Con esto se
busca erradicar el acoso sexual, aunque no del todo pues aun quedan casos impunes que no
son revelados.
Por otro lado, y para centrarnos más en el ámbito académico, el acoso sexual puede
considerarse como un tipo de violencia que ha sido definida como un problema oculto, debido
al desconocimiento del tema y al numero reducido de denuncias que se efectúan.
Los comportamientos de acoso sexual pueden presentarse combinados con otros tipos de
violencia como el acoso por cuestión del sexo y el bullying, lo que dificulta el análisis del
fenómeno.
Puede que haya incidido en esta realidad el hecho de que en nuestro país no se ha debatido
lo suficiente sobre las causas del acoso sexual, su extensión o las medidas para combatirlo,
pese a que las normas que existen para sancionar el acoso sexual.
INFORMACIÓN OFICIAL
El Estado planificará y pondrá en ejecución medidas administrativas, legislativas,
pedagógicas, de protección, atención, cuidado y demás que sean necesarias, en instituciones
públicas y privadas, con el fin de erradicar toda forma de maltrato y abuso, y de mejorar las
relaciones entre adultos y niños, niñas y adolescentes, y de estos entre sí, especialmente en
el entorno de su vida cotidiana. Las prácticas administrativas, pedagógicas, formativas,
culturales tradicionales, de protección, atención, cuidado y de cualquier otra clase que
realice toda institución pública o privada deben respetar los derechos y garantías de los
niños, niñas y adolescentes, y excluir toda forma de maltrato y abuso (artículo 75) (Una
mirada en profundidad al acoso escolar en el Ecuador. Violencia entre pares en el sistema
educativo. UNICEF: 12) https://www.unicef.org/ecuador/acoso_escolar_final002.pdf
https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/judicial/1/ecuador-102-casos-de-abuso-sexual-en-
centros-educativos-al-ano
www.eltelegrafo.com.ec
Lo extraño de todo esto es que según cifras de la Fiscalía y del Consejo de la Judicatura, en
2015 reportaron 264 delitos sexuales en espacios educativos, mientras que el Ministerio de
Educación habla de 94 casos.
De esos 264 casos, 152 se dieron en las aulas de los establecimientos educativos y solo 24
fueron denunciados por las autoridades del ramo; se realizaron 84 audiencias de juzgamiento
por delitos sexuales en espacios educativos y apenas 57 tuvieron sentencias. El Ministerio de
Educación informó que ha referido a 453 docentes investigados por abuso sexual.
La Constitución ecuatoriana de 2008, partiendo del principio del interés superior de niños,
niñas y adolescentes, garantizan los derechos humanos y los específicos de su edad,
poniendo énfasis en el desarrollo integral, entendido como “el proceso de crecimiento,
maduración y despliegue de su intelecto y de sus capacidades, potencialidades y
aspiraciones, en un entorno familiar, escolar, social y comunitario de afectividad y
seguridad” (artículo 44). (Una mirada en profundidad al acoso escolar en el Ecuador.
Violencia entre pares en el sistema educativo. UNICEF: 12)
https://www.unicef.org/ecuador/acoso_escolar_final002.pdf
El Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017, en sus políticas y planteamientos para combatir
y erradicar la violencia y el abuso contra niñas, niños y adolescentes (objetivo 6), plantea
“mejorar la prevención, la atención y la restitución de derechos a niñas, niños y adolescentes
víctimas de abuso y violencia intrafamiliar y en el sistema educativo” (SENPLADES, 2013:
212)” (Una mirada en profundidad al acoso escolar en el Ecuador. Violencia entre pares En
el sistema educativo. UNICEF: 13)
https://www.unicef.org/ecuador/acoso_escolar_final002.pdf
Estos tres documentos oficiales de la republica del Ecuador erradicar el acoso sexual y
proteger la integridad física y mental de niños, niñas y adolescentes para que estos no sean
abusados en las instituciones educativas ni en ningún otro ámbito. Además, con el Plan
Nacional del Buen Vivir se busca recuperar a quienes hayan sido víctimas de acoso sexual
en el sistema educativo.
MEDIA
Los medios de comunicación también juegan un papel importante porque se puede encontrar
información en las noticias que proporcionan, así las personas estarán mas informadas de los
casos de acoso sexual que se vive en el país.
En la noticia publicada por Diario El Telégrafo el 22 de enero del 2018 se redacta que la
Escuela Politécnica de Chimborazo y la Universidad Central aprobaron instructivos para
denunciar las agresiones a las estudiantes y prevenir futuros ataques. El Consejo
Universitario de la Universidad Central de Ecuador (UCE), en febrero de 2016, decidió
separar a William A., docente de la carrera de Trabajo Social, por denuncias de supuesto
acoso sexual. Aquello fue tras un sumario administrativo. La sentencia fue aceptada por la
comunidad universitaria por sentar un precedente; pero el involucrado presentó su
apelación ante el Consejo de Educación Superior (CES), que decidió reintegrarlo y hoy es
parte del área de investigación de la UCE. Nilka Pérez, directora de Bienestar Universitario
de dicha alma mater, expresó que no tuvieron el apoyo del CES para ratificar la sanción en
este caso. “Estamos en fase de apelación. Ojalá nos den la razón”. Ese mismo año fueron
víctimas de femicidio -fuera del campus- dos estudiantes de la Escuela Superior Politécnica
del Chimborazo ((Espoch) y el año pasado ocurrió lo mismo con otra alumna. Según el
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 6 de cada 10 mujeres experimentaron
algún tipo de violencia de género. Bianca Gavilanes, representante de la organización Luna
Roja, que aglutina a las estudiantes de la UCE, reconoce que la mayoría guarda silencio
por temor a represalías de catedráticos. “Lastimosamente los profesores tienen poder y de
eso se han aprovechado en perjuicio de las universitarias del país”. Casos como estos
motivaron a la Senescyt a exigir que cada institución de educación superior (IES) elabore
un protocolo de actuación para abordar temas de violencia de género y acoso sexual en sus
espacios. Este instructivo incluye protección a la víctima, confidencialidad, ayuda
psicológica, legal y seguimiento de los casos denunciados. Espoch organiza campaña La
primera alma mater en elaborarla fue la Espoch. En junio de 2017 aprobó su protocolo e
incluyó, desde ese semestre, la transversalización de contenidos de género, violencia y
sexualidad dentro del currículo de formación de los estudiantes de admisión. En diciembre
pasado iniciaron una campaña para concienciar a la comunidad sobre la necesidad de
frenar la agresión al colectivo. “Acoso, acusa” es el lema de esta estrategia. En carteles se
exhibieron zapatos rojos y manchas del mismo color sobre ropas blancas. “Hemos crecido
y aceptado una violencia simbólica que pensábamos que era normal y no es así”, expresó
Rosa Saeteros, vicerrectora de Espoch. El instructivo -señala la directiva- es una alerta para
docentes y autoridades que tienen potestad en el campus. “Es una guía para que estas
personas sepan que deben manejar de manera adecuada su poder y para que las posibles
víctimas no permitan este tipo de situaciones”. Saeteros aclara que la idea no es castigar,
sino prevenir -por medio de educación y respeto mutuo- que nuevos problemas ocurran.
Evelyn Rodríguez, presidenta de la Secretaría de Inclusión y Equidad de género de la
Espoch, cree que este protocolo de protección a los universitarios brinda seguridad, por eso
denuncian con más frecuencia las irregularidades. “Pierden el miedo, porque hay un
instrumento para defenderse y paulatinamente erradicar este mal”. Situación en la UCE La
UCE aprobó su instructivo en diciembre de 2017. En el texto reza que las situaciones de
acoso sexual y violencia de género no pueden someterse a mediación ni a otro método de
resolución de conflictos. “Se daría lugar a nuevas violaciones de derechos y la impunidad
de los perpetradores de violencia’, señala el quinto principio del citado protocolo. Además,
establece protección total a la afectada y promueve que todo integrante de la comunidad
universitaria denuncie cualquier evento de este tipo en el Departamento de Bienestar
Estudiantil. Este organismo es el encargado de encaminar la denuncia a los canales oficiales
y brindar la atención profesional especializada. La representante de Luna Roja reconoce
este instrumento como un primer paso, pero plantea la necesidad de mejorarlo, sobre todo
en las formas para la reparación de los daños. Para ella no hay una claridad de cómo se
aplicará ese proceso dentro de la universidad. “Lo único que se establece es que se debe
acatar lo que disponen las leyes existentes en reparación integral, no obstante, la UCE
carece de algo propio y más efectivo”. También considera que debe existir un mejor enlace
entre el CES y las IES para que las sanciones no sean levantadas por el organismo de control
educativo. Este medio de comunicación solicitó a la Senescyt información sobre la cantidad
exacta de IES que ya cuentan con el protocolo de actuación, pero hasta el cierre de esta
edición no hubo una respuesta.
Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente
dirección:https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/6/las-u-definen-protocolo-
contra-violencia-de-genero
www.eltelegrafo.com.ec
En el Diario La Hora publicaron una noticia el 7 de octubre del 2017 con el titulo “El acoso
en las universidades queda impune” en la que se escribe que no hay cifras exactas sobre
denuncias de acoso sexual, pues el miedo es un factor común, y en eso coinciden estudiantes
y autoridades.
En los últimos cuatro años, en la Universidad Central, una de las que más cantidad de
estudiantes acoge en el país, se han denunciado tres casos de acoso de profesores contra
alumnas. Uno de los más sonados se detectó en 2013, en la Facultad de Química, y volvió a
escena el jueves anterior, luego de que el Tribunal Contencioso dispuso que el acusado fuera
restituido a las aulas de la institución.
La medida genera el rechazo de los estudiantes y las autoridades, pues indican que tanto la
Justicia como el Consejo de Educación Superior (CES) les han dado la espalda a las
víctimas. “No queremos que este caso quede en la impunidad”, dijo Paola G., una de las
alumnas denunciantes.
El argumento de esas instancias es que el Consejo Académico del centro de estudios no tenía
competencia para declarar la culpabilidad del profesor ni para destituirlo, sin que
previamente lo resolviera la Justicia.
Hace dos meses, otro profesor de la Facultad de Economía fue denunciado por el mismo
motivo, al igual que un docente de la Facultad de Ciencias Sociales. Paola, sin embargo,
comentó que los alumnos están levantando información y que el número de casos podría
superar el centenar.
La cifra de cuántos episodios como estos se dan dado en otras universidades del país es
incierta. Ayer, durante un foro sobre esta problemática en la Central, la Senescyt reconoció
que no cuenta con datos al respecto y que incluso hay carencia de protocolos para atender
a las víctimas.
Tomado de: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102105254/el-acoso-en-las-universidades-
queda-en-la-impunidad
En las dos noticias se puede ver que el Consejo de Educación Superior da la espalda a la
Universidad Central del Ecuador al momento de sancionar al docente acusado de acoso
sexual, pues después de las denuncias los profesores únicamente fueron trasladados o otros
cargos en una diferente legislación y el hecho quedó en la impunidad por no tener los
motivos suficientes para sancionarlos y porque la justicia ordinaria tampoco se ha
pronunciado.
Dos años después a las anteriores noticias diario El Telégrafo publica que la Secretaría de
Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) y la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) organizaron el panel Acoso sexual en las
instituciones de educación superior, un espacio de reflexión y debate que busca promover
lugares libres de violencia en las instituciones académicas a nivel nacional. Augusto
Barrera, titular de la Senescyt, resaltó la necesidad de que las instituciones actúen como
agentes de cambio para modificar radicalmente esta problemática que aqueja a gran parte
de la sociedad. “La idea es generar un Estado de derecho y articular acciones que permitan
generar políticas enfocadas en la prevención”, dijo y agregó que para conseguir este
objetivo es necesario un trabajo conjunto: universidades, escuelas politécnicas, institutos y
entidades del Estado, a fin de lograr transformaciones profundas. La ministra de Justicia,
Derechos Humanos, Rosana Alvarado, solicitó que el mensaje de no naturalizar la violencia
se expanda en las instituciones. “Nos horroriza los casos de acoso y por ello ruego y pido
que rompamos el silencio; aprecio estos debates que construyen una opinión en la academia,
porque lo que se plantea es obtener el concepto de estas problemáticas y el accionar en favor
de las víctimas”, añadió que en la educación superior suman más de 700 mil jóvenes. En el
panel participaron también Javier Acuña, Fundación Pakta y docente de la Universidad
Central del Ecuador; Gioconda Herrera, profesora investigadora del Programa de
Sociología y Estudios de Género de Flacso; Rocío Rosero, representante de la Coalición
Nacional de Mujeres; Keyla Carvajal, miembro de la Federación de Estudiantes
Universitarios del Ecuador. El acoso sexual es un problema latente que incluso es
considerado como una vulneración del derecho a la educación de las víctimas y en varios
casos ocasiona deserción universitaria. Según información difundida por Senescyt, Barrera
reiteró que existe la necesidad de que las instituciones de educación superior generen
protocolos para erradicar la violencia basados en la propia experiencia de sus
establecimientos y creando acuerdos con la comunidad universitaria. “Debemos estar
preparados para enfrentar estos problemas, ser actores activos para afrontar todos los
elementos de violencia que se producen en las IES”. Así también, resaltó el hecho de que
actualmente existe un 53% de la población universitaria que pertenece al género femenino
y que, desde el 2010, el 56% de titulaciones registradas corresponden a mujeres.
Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente
dirección: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/1/el-acoso-sexual-tambien-se-
debate-en-los-espacios-de-educacion-superior
www.eltelegrafo.com.ec
También en el diario El Comercio destacan la unión de varias universidades del Ecuador para
combatir el acoso sexual. La noticia dice: Todo comenzó con una mirada, un roce de manos
y una insinuación. Su reacción: incomodidad y miedo. Lo recuerda Gabriela, quien vivió
una situación de acoso en sus primeros años de universidad. A primera vista estas acciones
pueden parecer sutiles y sin malicia. Pero sin el consentimiento de la otra persona causan
molestia y se convierten en acoso sexual. Así lo ven Cristina Vega y Paz Guarderas. Ambas
son parte de un grupo de investigadoras de seis universidades de Quito. Desarrollaron una
herramienta para medir el acoso sexual en las aulas de clase. Se trata de una encuesta con
19 preguntas. Se encuestará a una muestra de la población de los centros que desarrollaron
la herramienta: Flacso, Andina, Pontificia U. Católica del Ecuador, Central, U. de Cuenca
y la Salesiana. Se lo hará en el segundo semestre del año. Los resultados serán un insumo
para reforzar protocolos de acción. A través de la encuesta se busca valorar la frecuencia
con que alguien se ha sentido acosado, identificar al acosador, el lugar donde ocurre, etc.
Gabriela, por ejemplo, sintió miedo por el constante interés de un docente hacia ella. En
primer año de carrera fue madrina de deportes de su curso. Todo era normal, pero de
repente un profesor se acercó a ella, le entregó una llave y tomó fuertemente su mano. Eso
la asustó. Pensó que fue un malentendido y lo dejó pasar. Pero el acoso siguió. En los
pasillos, las miradas insinuantes no cesaban. Años después tuvo que tomar una clase con
este hombre y el malestar creció. No lo denunció. Prefirió retirarse de la materia. “Me aterró
la situación, pensé que no me creerían”. El tema del acoso está rodeado de ambigüedad y
desconocimiento, anota Guarderas. Por ello creyeron importante definirlo para que las
víctimas reconozcan las alertas. Las llamadas o los mensajes con contenido sexual, bromas
ofensivas, miradas intensas que generan rechazo por no ser consensuadas podrían
considerarse acoso. Preguntas al respecto se abordan en esta encuesta: Bienestar en la
Comunidad Universitaria. Su importancia -según las maestras consultadas- radica en que
hombres y mujeres puedan identificar el acoso y rompan ese círculo. Guarderas recuerda
que en una de sus clases se vivió una situación de este tipo. Un grupo de chicas expuso frente
a la clase un tema. Mientras lo hicieron, sus compañeros empezaron a silbarles y a repetir
chistes morbosos. Nadie dijo nada. Solo la maestra titular de la carrera de Psicología de la
Politécnica Salesiana. Ese día les habló sobre las implicaciones del acoso y lo que sienten
las víctimas. El acoso incluye prácticas verbales o actitudes de carácter sexual. Son emitidas
de forma insistente, causan incomodidad. Eso dice la justificación del proyecto, que
presentarán a la Secretaría de Educación Superior próximamente. Adicionalmente, dicen,
puede estar vinculada a las relaciones de poder que se establecen dentro de las aulas de
clase. Gabriela lo sintió así. Cuando ella cambió de actitud con el docente, percibió que él
se molestó. “Me sentía incómoda y trataba de no acercarme a él cuando estaba sola”. Para
Vega, es necesario identificar estos comportamientos no solo para evitarlos sino para
empoderar a las mujeres. Deben hablar si les incomodan. “El miedo, el machismo, el poder
de la autoridad o jerarquía” juegan un rol importante para que se mantengan estos casos,
aseguran las expertas. Un punto importante según Vega, investigadora de la Flacso, es que
ahora hay un nuevo grupo de hombres y mujeres que no está dispuesto a tolerar esta
situación. Además, no se trata de impedir el coqueteo. “Se busca educar y que las personas
rechacen prácticas invasivas y no consensuadas”. Esta herramienta le parece útil a
Gabriela, quien ahora cree que debió hablar. No es que las mujeres incitemos a un hombre.
Yo puedo -dice- saludar con una sonrisa. “Eso no significa que yo quiera algo”. Esta
iniciativa es un primer paso. Pero “hay que ajustar los protocolos de atención ante casos de
acoso en las universidades”. Lo afirma Francis Bustamante, delegado estudiantil al Consejo
de Educación Superior. En el CES, en el 2017 se conocieron unos 30 casos, dijo.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente
dirección: http://www.elcomercio.com/actualidad/acososexual-universidades-estudio-
encuesta-educacionsuperior.html.
ElComercio.com
OPINIÓN INFORMADA
El hecho es claro: en las universidades del Ecuador, como en las de otros países de la región
y el mundo, hay acoso sexual. Sin embargo, Paz Guarderas, investigadora de la Universidad
Politécnica Salesiana y miembro del grupo de mujeres que se han unido por esta causa,
comenta que “no existe una concepción acertada en torno a estas prácticas”. Es decir, las
víctimas no logran identificar lo que es o no es acoso sexual. Además, cuando se lo detecta,
la opción que toma la mayoría es guardar silencio por miedo a represalias por parte del
sujeto agresor que se impone haciendo uso de su posición de poder. “Faltan políticas y
normas en las universidades para prevenir, atender y sancionar estos casos”, añade.
(www.mediato.com.ec/acoso-sexual-universidades/)
Se debería plantear de forma adecuada lo que es acoso sexual para que los agredidos puedan
identificar rápida y correctamente si es que están siendo víctimas de acoso sexual, y
brindarles un gran apoyo para que al momento de ser detectado el acoso se pueda denunciar
al agresor y que el delito no quede impune pues las victimas pueden seguir aumentando con
el mismo agresor.
A pesar de que el año pasado se implementó en Ecuador el Protocolo para actuar frente a
situaciones de violencia en instituciones educativas, este solo aplica para escuelas y
colegios. En noviembre del 2017, la Senescyt estableció que las universidades deben
elaborar protocolos en cada institución para prevenir estos actos. Respecto a este
pronunciamiento, Guarderas menciona que “se necesita personal capacitado en el área”,
para evitar la revictimización (la afectación a los derechos a la víctima como consecuencia
de la exposición derivada del acoso sexual) o la impunidad.
En las universidades no hay datos claros que oficialicen denuncias de acoso sexual debido a
que las investigaciones se han en instituciones educativas como colegios y escuelas. Sin
embargo, desde hace algunos años se han implementado medidas para que la información
sea mas específica, en el país únicamente la Universidad San Francisco de Quito cuenta con
documentación clara para identificar acosos sexuales en dicha institución, además es de las
pocas universidades que cuentan con esta información en toda América Latina. Se puede
decir que existe la necesidad que, desde el Estado, la academia y la población se realice un
trabajo articulado para generar una respuesta eficiente a las víctimas de abuso sexual en las
instituciones educativas el Ecuador.
Fuente:http://repositorio.iaen.edu.ec/bitstream/24000/4373/1/situacion%20de%20%20acos
o%2c%20abuso%20y%20otros%20delitos%20sexuales%20en%20el%20ambito%20de%2
0la%20educacion%20superior.%20caso%20universidad%20central%20de%20ec~1.pdf
ARCHIVO
1.2.- El 14 de marzo de 2013, se notificó al magíster Erick Manuel Granda Escaleras, con el
inicio del proceso investigativo. (Foja 21) 1.3.- El 19 de marzo de 2013, el magíster Erick
Manuel Granda Escaleras, dejó contestación a las denuncias presentadas en su contra,
negando las acusaciones y señalando casillero judicial para futuras notificaciones. (Foja 31)
A través de Oficio Of. SCQ. 191-13, de 13 de marzo de 2013, el doctor Freddy Zumárraga,
secretario abogado de la Facultad de Ciencias Quimicas de la Universidad Central del
Ecuador, remWó al doctor Mario Artiedé\¡presidente encargado de la Comisión Especial de
Procedimientos Disciplinarios, una solicitud de los alumnos de la asignatura de
Comunicación Oral y Escrita impartida por el docente Erick Manuel Granda Escaleras, en la
cual manifestaron su malestar con el mencionado docente. (Fojas 37-39) 1.6.- Mediante
providencia, de 22 de marzo de 2013, se dispuso: "PRIMERO: Revisado el contenido del
expediente y en lo principal la normativa citada en el auto inicial, relacionada con las
presuntas faltas cometidas por el encausado, se ha encontrado una inconsistencia al señalar
solamente, como presuntas faltas cometidas por el encausado, los numerales 1 y 1O del Art.
148 del Estatuto Universitario, cuando adicional a este señalamiento corresponde señalar
también como presuntas faltas cometidas, los numerales 6, 12 y 15 de ese mismo artículo y
cuerpo Legal(...)". (Foja 40) 1.7.- A través de Oficio 122~1C , de 22 de marzo de 2013, el
doctor Vfctor Vega, director encargado del Instituto de Criminología de la Facultad de
Jurisprudencia, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Central del Ecuador, se
dirigió al doctor Mario Artieda, presidente encargado de la Comisión Especial de
Procedimientos Disciplinarios, y señaló: "Sírvase comunicar al señor Erick Manuel Granda
Escaleras, que concurra hasta el Instituto de Criminología, el día lunes 25 de marzo de 2013,
a las 14h30, para llevar a cabo el examen psicosomático, dispuesto por su Autoridad". (Foja
48)
1.8.- En los días y horas señalados comparecieron a rendir su versión las señoritas Cynthia
Lorena Espinoza Cedeño y Johanna Karina Medina Medina. (Fojas 52-56)
1.34.- Mediante Oficio s/n, de 06 de mayo de 2013, suscrito por el doctor Rubén Daría
Moreno, secretario general encargado de la Universidad Central del Ecuador, se notificó al
magíster Erick Manuel Granda Escaleras en el casillero judicial1994, la Resolución emitida
el 30 de abril de 2013, por el Honorable Consejo Universitario de la Universidad en
referencia. (Foja 189)
1.35.- El 09 de mayo de 2013, el magíster Erick Manuel Granda Escaleras, presentó a los
miembros del Honorable Consejo Universitario de la Universidad Central del Ecuador, el
Recurso de Apelación ingresado ante el Consejo de Educación Superior. (Fojas 191-194)
Artículo 1.- Aceptar el Recurso de Apelación presentado por el magíster Erick Granda
Escaleras, dejando sin efecto la sanción contenida en la Resolución de 30 de abri.l de 2013,
expedida por el Honorable Consejo Universitario de la Universidad Central del Ecuador,
dentro del Expediente Administrativo 006-2013-D-KCV.
DJSPOSICJÓN FINAL
https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0ahUKEw
iild7qybHbAhWCFJAKHVCABw8QFggtMAE&url=http%3A%2F%2Fsnifa.sma.gob.cl%
2Fv2%2FGeneral%2FDescargar%2F2612014202&usg=AOvVaw0mMHF_cy1vVI4e4lJ7e
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